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Nac&Pop recuperada, una pelea que no es rápida pero sí de 24 hs.

Escrito por el octubre 3, 2014


Alex Gordon, el dueño de la empresa
que quieren recuperar los trabajadores

(Por La Retaguardia) Tal cual venimos contando, la situación en los locales de la cadena porteña de comidas rápidas Nac&Pop es todavía compleja. Varios locales han cerrado sus persianas, pero cada vez son más los trabajadores que ven como una solución la conformación de cooperativas que los tengan al frente de los negocios, ya no solo para atender al público, sino para comandar sus propias fuentes de trabajo. En esta entrevista, el trabajador Víctor Jaraba, entrevistado por Luis Angió y Ernestina Arias en el programa radial Otras Voces, Otras Propuestas, actualiza la situación, que varía según cada local.

“Yo soy empleado de Nac&Pop la sucursal de Corrientes 4867 en Villa Crespo. Como en todos los Nac&Pop desapareció el dueño. Quedamos sin jefe prácticamente, sin mercadería, sin sueldo, sin nada de un momento a otro. A todos los empleados nos adeudan un mes y medio de sueldo más el aguinaldo y los aportes que nunca nos hicieron. En este momento, en la sucursal las ventas bajaron un 80%. Entre los empleados decidimos seguir con el trabajo para poder tener una fuente de ingreso. La gente, desafortunadamente, no nos ayuda mucho. El local está a cargo de nosotros, que, como podemos, compramos mercadería, vendemos y así estamos. Aunque sea estamos un poco mejor que ayer.
Hablamos ya con el Ministerio de Trabajo, nuestra idea es hacer una cooperativa, pero primero necesitamos vender para poder formar algo. Estamos en ese proceso, viendo qué podemos hacer para poder salir adelante. Contamos con los compañeros y con la mercadería, que tampoco podemos comprar día a día, para poder seguir trabajando.
Sabemos que los demás locales están en la misma, tal vez algunos están mejores que otros. Son cuatro locales en donde estamos trabajando los empleados, los demás los agarró, no sé, un policía, no tengo muy en claro cómo es la situación de ellos. Pero sé que están empleados por una persona que les dará un sueldo mensual, no sé. Estamos luchando como podemos y remándola hasta que tengamos una solución, hasta que alguien nos dé una respuesta. Apareció el dueño del inmueble del local donde trabajo, cobra 12.000 pesos, y no tenemos cómo pagarle. Por suerte ha comprendido la situación y nos ha dado un tiempo.
Estamos viendo si podemos formar una cooperativa o crear algún evento. Algunas agrupaciones nos han dicho que hagamos un evento para fomentar la venta, para seguir.

—ELM: ¿Las sucursales recuperadas están trabajando colectivamente?

—VJ: En este caso, las sucursales estamos trabajando separadas. En mi sucursal somos siete personas. Otras sucursales, como la de Congreso, tiene a favor que el local está muy bien ubicado y siempre vendió y facturó. Esta sucursal es más tranquila, no es que facturó poco, se facturaba… El tema es que bajó mucho la venta. Tenemos que ver que dé resultado para poder seguir, porque tampoco podemos hacer algo que no da resultado.

—ELM: Es un lugar bastante comercial. ¿Ustedes han salido a recorrer con los vecinos, a los negocios para que sepan de su situación y les den una mano, que en vez de comprar en McDonald’s o en Burger King, que vayan a comer ahí?

—VJ: De los edificios y locales más cercanos se han acercado a preguntar y les hemos comentado la situación. Los vecinos nos han dado apoyo por si alguien quiere venir a meterse en el local. Porque no falta el que aparece y quiere ser el dueño y llevarse lo poco que queda. Eso ya nos pasó. El último dueño que llegó se llevó toda la mercadería y la plata, y quedamos peor. Decidimos que si aparecía otro dueño, nos íbamos a plantar y a decirle que no, que vamos a trabajar por lo nuestro y que no entraba nada más.
En el barrio ahora vamos a empezar a hacer folletos, hacer delivery, promociones.
En la sucursal de Congreso hicieron un evento con el apoyo de una agrupación de jóvenes trabajadores. Hoy pasaron por nuestra sucursal y nos ofrecieron también ese evento, el cual nos pareció muy bueno. Nos vendría bien, así la gente se da cuenta y sabe que es para que nos apoyen a nosotros.
Algo que nos afectó fue que una ex empleada apareció por televisión diciendo que trabajábamos con mercadería vencida. No es cierto, habrá pasado en su sucursal. Pero en Villa Crespo nunca trabajamos con mercadería vencida. Sí es cierto que muchas veces no había. De hecho, hace dos días una clienta me preguntó: “¿Esta comida está buena, no está vencida?”, “Obvio. ¿Por qué?”, le digo, “Porque escuché a una compañera tuya que dijo que trabajaban con comida vencida”. Eso también nos jugó en contra, por eso la gente casi no va a comprar.

—ELM: Es un proceso muy duro, ¿no?

—VJ: Muy duro, requiere mucho esfuerzo. Como te dije, es un poco mejor que ayer, pero al principio fue muy duro. Empezamos con 1000 pesos que pusimos entre todos y de ahí hubo que sacar para comprar gaseosas, hamburguesas. Pero no alcanzaba y si no se vendía, no podíamos seguir comprando. Nos costaba todo, nos preguntamos si valía la pena seguir luchando por eso. Pero por suerte llegó un fin de semana, se vendió un poco más y nos dio un poco más de plata para poder seguir comprando.

—ElM: ¿Les están comprando a los mismos proveedores que tenía la empresa?

—VJ: No. Porque en un principio, la mercadería llegó uno, dos días después de haber hecho el pedido. Entonces empezamos a comprar en los mayoristas que quedan cerca del barrio. Hoy en día, con un poco más de dinero de esas ventas, sí empezamos a pedir a proveedores, a un precio más barato, pero hay que pagar en el momento. Aunque a muchos se les paga en el momento, es mucho más barato que comprar a un mayorista en Capital. Pedimos poca cantidad y cosas que podamos pagar en el momento.
Por ahora nadie cobra nada todavía porque todo está invertido ahí. Vamos a esperar poder sacar algo para pagar el alquiler, sacar parte de los sueldos.
Afortunadamente, el grupo de trabajo de la sucursal es unido, quiere trabajar y salir adelante. Queremos trabajar. En este momento no hay otra fuente de empleo. Entre nosotros dijimos de sacar esto adelante, pero si alguno tiene una oferta de empleo en otro lado, que la agarre porque acá no hay nada seguro. Puede venir mañana el dueño del local con una orden de desalojo o me baja la persiana… No creo que lo pueda hacer tan fácil, pero también puede venir y decirme chau, como hicieron en muchos locales, en donde aparecieron los dueños y cerraron, dejando a los chicos sin laburo.
Ese tema lo tengo muy claro. Fui al Ministerio de Trabajo, un señor que trabajaba ahí me estaba ayudando, luego dejó de comunicarse conmigo. Le pregunté cómo iba el asunto, me dijo que le parecía algo muy raro de parte de los dueños de Nac&Pop. Le pregunté por qué raro, “Raro, raro”, me contestó.
Después de eso me mandó al INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) para empezar la cooperativa. Me dijeron que me llamaban esta semana para empezar a hacerla esta semana. Nos íbamos a reunir hoy o mañana, pero todavía no llamaron. Estamos a la espera de eso, que nos guíen. Y seguir trabajando para poder sacar algo de ingreso y para mantener la fuente de empleo.

Más allá de cómo se resuelva esta situación en particular, hay un hecho de la realidad que es irrefutable: cuando los empresarios se corren de sus lugares, sea por la razón que fuere, alguno de los trabajadores tiene casi incorporadas algunas historias de fábricas o empresas recuperadas, algo han escuchado, alguien les ha contado. Y ahí comienza la pelea por conservar la fuente de trabajo, pero ya parados en otro lugar. Como dijo Jaraba, no es un proceso fácil, pero cientos de empresas recuperadas dan cuenta de que es posible.

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