Liliana López Foresi, reflexiones sobre miedos, medios, túneles y partos
Por LR oficial en Arte y Cultura, Medios, Trabajadores
A propósito de la nueva gestión de gobierno, las nuevas formas de organización de las mujeres y algunos mitos arraigados en el imaginario político de nuestra sociedad, la periodista reflexionó por Radio La Retaguardia con Alfredo Grande e Irene Antinori en el programa Sueños Posibles. (Por La Retaguardia)
Foto: www.sinmordaza.com
La realidad política y lo que nos queda a nosotros
“Me cuestiono tanto a mí misma todos los días, me doy tanto trabajo que cómo no vas a cuestionarlo todo a partir de allí. Lo que pasa es que hay que animarse. Estoy tratando de entender a esta nueva derecha global y me doy cuenta de que las herramientas que yo tenía, de la biblioteca, los sistemas de lectura, no son suficientes. En este momento, creo, hay que empezar a precisar lo que se dice. Doy algunos ejemplos para los que nos están escuchando. Me da la impresión, no sé si a ustedes les pasa, ahora hay ‘frases machacosas’ que quedan”, definió López Foresi y comenzó a enumerarlas: “‘Hay que respetar la opinión del otro’. Momentito. Yo debo respetar el derecho del otro a emitirla. Ahora, esa emisión y esa opinión puede parecerme una basura. ‘Es muy inteligente’. La inteligencia no es un valor en sí mismo, hay mucha basura inteligente. En general, lo sabés vos mucho mejor que yo, los psicópatas suelen ser brillantes. Cuando son muy seductores yo pongo distancia, me protejo como del mismísimo demonio porque allí está el demonio. ‘Tenemos que estar todos juntos’. Hay gente con la que yo no quiero estar”, sentenció en el diálogo con Alfredo Grande.
Para la periodista, nos encontramos en un momento en el que hay que profundizar la búsqueda de herramientas “porque no son los ’90, no es la dictadura. Leo también a los teólogos que toman el libro porque se rige occidente como lo que es, un relato mitológico, un manual revolucionario como dice una novela irlandesa que acabo de leer. Desde el lado político y religioso, lo es. Cuando nosotros decimos ‘ellos y nosotros’ sabemos muy bien quiénes son ellos, no hay que aclarar nada. Hay personas con las que no se discute y temas que no se discuten. Creo que no es cierto que hay que discutirlo todo”, aseveró. López Foresi se refiere a polémicas que parecían sepultadas pero reflotaron en los últimos meses: “Si alguien me habla hoy de la teoría de los dos demonios, como hizo Lopérfido, no se discute nada. Es darle una entidad, prestarle un pensamiento, una voluntad de pensar, un deseo de pensar y crecer que te arrebata el otro. También, como dice Alfredo (Grande), en la cultura represora la culpa del victimario se diluye en la culpa de la víctima. En ese momento pareciera que todos estamos creyendo que de verdad no teníamos derecho a nada. Y eso que veníamos de un gobierno injusto. Un gobierno capitalista en un momento capitalista, en un momento del mundo horroroso. Parece una pesadilla”, lamentó.
El túnel
“Escuchás giros e imágenes. La última es la del túnel (Miccheti). Suelo tener representaciones mentales más cinematográficas, en imágenes, aunque percibo mejor con el oído. Eso da lugar a chistes, si el túnel es la luz o el tren que te va a chocar. Me la paso rumeando todo el día viendo qué me está pasando y dónde encontrar herramientas nuevas, si estoy entendiendo, ni hablemos de comprender, qué está pasando, tengo la impresión, te diría corporal, de que la humanidad no está en un túnel sino encajada en un canal de parto”, definió López Foresi y explicó: “Esto que la new age llama nuevo paradigma. Algo no estamos viendo, no podemos ver, estamos encajados. Esto es una brecha nueva, es un fenómeno nuevo y coincido con Alfredo, no sé cómo se sale, sé que una política que se articula alrededor de la muerte no es lo que yo quiero. Una política buena se articula alrededor de la vida, punto. Cuando llegue el nuevo paradigma veremos cómo nos manejamos, todavía no lo veo. Creo que estamos en el momento de no entender y es muy importante que nos escuchemos y encontremos con el otro, pero físicamente. Me refiero al encuentro, al abrazo, porque estamos siendo debilitados fuertemente”, consideró.
Traducciones liberadoras
López Foresi citó un encuentro con Radmila Zigourys, psicoanalista “a la que llaman ‘La Bestia Balcánica’; supervisó con Lacan. Vino aquí a sus 16 años, ella hablaba alemán antiguo, estudió con la hija de un hombre del psicoanálisis aquí. Yo cené con ella y presenta uno de sus dos libros editados en castellano que se llama ‘Pulsiones de vida’. Una vieja hermosa, sabia, con humor. Yo la miraba con admiración. Me cuenta, rodeada de psicoanalistas, que en la centésima lectura de ‘El malestar de la cultura’ descubre que en alemán antiguo lo que estudian todos los psicólogos como ‘anhelo de libertad’, es decir, la pasividad, está mal traducido. En alemán antiguo eso es ’empuje de libertad’. Yo di un salto en la silla porque me pareció completamente revolucionario. Si la pulsión de muerte es tan potente en cuanto a la de la libertad, sale de la libertad esa cosa anhelante de pasividad y es empuje, es agresión, es acción. Esto es constitutivo de la psiquis y cuando te tratan o interactuás en una sociedad tan psicoanalizada y en la que se ha vulgarizado tanto el discurso psicoanalítico, esto me pareció revolucionario. Además ella lo es”.
La pesada herencia y las mujeres protagonistas en la vida política
En el marco de la reflexión sobre lo que nos han dejado y las medidas que imparte el nuevo gobierno, López Foresi se refirió a la ley Antiterrorista: “No se dice cuál es la tipificación del delito de la ley Antiterrorista, ya que es una ley penal. Eso es algo que no se habló. Yo he dialogado con funcionarios de primera, segunda y tercera línea sobre cosas en las que no estaba de acuerdo, hoy ya son muchas más. Quise explicarles que no alimenten fantasmas y monstruos si los sientan a tomar mate en la cocina y les dan facturas. Los monstruos se juntan. Uno de los mayores elementos de dominación y control social es el miedo y nosotros ya lo tenemos instalado. Esto me parece que es histórico en la Argentina y está constituido en la sociedad. Como le doy tanta importancia a la palabra y a los silencios, esta búsqueda de padre y madre”, consideró.
López Foresi mencionó, para continuar el análisis, un libro llamado ‘El país de las mujeres cautivas’: “Más o menos dice que nosotros como sociedad, y toda Latinoamérica que fue arrasada y violada, venimos de una violación. Tenemos la característica del hijo no deseado y rechazado y un padre que se impone por el terror. Por eso andamos buscando los padres de la patria, los monumentos del padre y demás. Tenemos un despelote bárbaro con esto porque al padre no lo entendemos y no sabemos qué cuernos hay que obedecer, la madre patria es la madre de los primos y los primos te arrasaron. Ahora mismo cuando se habla de la pesada herencia tengo la imagen de la salita de cuatro colgada de la pollera de la seño. Cuando se descosa la pollera de Cristina, ¿de dónde se van a sostener?”, interrogó la periodista, pero ofreció su mirada rápidamente: “De cualquier otra cosa porque ya estaremos lo suficientemente debilitados. Pero cuidado, porque nuestra sociedad tiene una sola cosa que siempre la ha salvado y es la creatividad y, por lo tanto, la imprevisibilidad. Nos gusta llamarnos solidarios y pacíficos, pero en realidad somos un pueblo arrebañado con rasgos de individualismo y cobardía notables que de repente tienen un espasmo heroico imprevisible y absolutamente creativo como fue el 2001”, destacó.
Se refirió, entonces, a la cooptación perpetrada por la Iglesia a cartoneros y otros grupos organizados, retratando el final de aquellas jornadas históricas. Se introdujo, entonces, la cuestión de la mujer: “¿Por qué un 75% de mujeres estábamos en la hoguera? Porque nos queman, porque nos vuelven a quemar. Las mujeres somos las portadoras de la memoria, por eso nos dicen locas y por eso somos peligrosas. Hay un artículo de César Hazaki que relata la historia de una cultura del sur de nuestro país que funda su masculinidad en el terror a la mujer. (Juan Carlos) Volnovich contaba algo notable sobre el sandinismo, de una mujer de armas tomar, que daba órdenes, los varones la obedecían, pero en cuanto llegaba a su casa, su marido la golpeaba”, relató López Foresi. Recordó, también, la historia de los sin tierra en Brasil: “Los hombres iban, tomaban las tierras, las mujeres les decían que dejen de embromar, los sacaban a patadas, volvían, y así hasta que fueron al frente las mujeres. Ahí poco menos que hacen bajar de los caballos a los gendarmes. Ahí empieza el Movimiento Sin Tierra. En el medio evo nos llamaban brujas y el 75 por ciento de las hogueras fueron para mujeres. Estábamos en un medio evo porque si no resolvés algo, no duelás, te espera a la vuelta de la esquina y te emboca”, aseguró. “El salto que pareció dar la civilización dejó en el camino un sinnúmero de asuntos históricos, de mitologemas epocales sin resolver ¿Por qué un mitologema como la saga arturiana sigue seduciendo tanto? ¿Qué simboliza?Así como las esposas de los varones que tomaban las tierras de Brasil les decían que se dejen de embromar, María en la narración mitológica bíblica de alguien que se rebela contra el imperio romano no quería que su hijo fuera al frente. María quería que se quede, pero cuando vio que era incontrolable fue la mayor militante de él”, reivindicó la periodista en la conclusión.