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A cuarenta años sin Clara Anahí, la búsqueda en movimiento

Escrito por el diciembre 6, 2016



Se cumplieron cuarenta años del ataque a las casas de Montoneros en La Plata entre las que estaba la residencia de la familia Mariani Teruggi. Paulo Giacobbe visitó la casa de Chicha Mariani y dialogó con Graciela Dora Ledantes, miembro de la comisión directiva de la Asociación Anahí, quien relató cómo surgió la idea de la muestra de la búsqueda entre otros temas. También retomamos la entrevista dada por Chicha a La Retaguardia cuando el genocida Etchecolatz informó en el contexto judicial que podía aportar datos sobre la apropiación de su nieta. (Por La Retaguardia)


La búsqueda, por Chicha

“Que Etchecolatz dijera que puede dar datos sobre Clara Anahí fue una gran conmoción para mí -aseguró Chicha hace 5 años-. Pasé 35 años buscando informaciones, detalles de todo lo que habría pasado. Fue una sorpresa muy dura la que nos quiere dar este señor. Siempre dijo que su idea es hablar en otro lugar y en otro momento. Ha dicho también que lo hará después de que termine el juicio. Es totalmente torturante que le digan a uno esto sobre la causa por la que está luchando y perdiendo la vida en el camino durante 35 años”, afirmó Chicha en aquel momento. Para la militante, el destrato es total: “Es un ‘bueno, cuando se me dé la gana voy a hablar y donde yo quiera’. Fue un desagradable momento sólo pensar que tengo que convivir con esto de si va a hablar, qué se guardó, por qué no habló antes. Además, de un animal salvaje como este hombre uno puede esperar cualquier martillazo en la cabeza”, lamentó.
“No sé si es sincero lo que dice. Puede ser cualquier cosa que signifique una maldad al estilo de este hombre o yo quiero creer que pudiera llegar a ser que milagrosamente este caballero que anda con la cruz en el cuello haya decidido decir la verdad de la mejor manera. Pero así como lo está proponiendo allá a lo largo, que yo no sé si para entonces yo estoy viva, si él está vivo, si lo hará, si no lo hará. Es una tortura más”, aseveró. “Este hombre sometió, además de las torturas a los jóvenes que estaban en los centros clandestinos, también a todos los familiares a la misma tortura. Un puñal clavado en el corazón durante todo este tiempo que son años y ahora sale con esto. No me inspira confianza”, consideró.
“Al día siguiente de sus dichos solicitamos al tribunal una autorización para que un compañero de la máxima confianza se acercara hasta Marcos Paz y hablara con él. Se hicieron todos los trámites, en el juzgado se portaron muy bien, se levantaron actas, todo lo demás, y cuando llegó el momento de preguntarle a este hombre dijo que no quería hablar con nadie, así que ahí frenó toda tentativa de saber lo que quiere decir”, recordó Chicha.
Sobre los motivos de la provocación, consideró: “Puede ser acrecentar mi tortura, que la conoce y sabe todo lo que ha hecho para que yo sufra o un apriete para alguien, una noticia que quiere hacer llegar a alguien o un susto, o para alguien que no sepa qué quiere decir o qué va a decir. Cualquier cosa puede ser. Ojalá este juicio me pueda aportar algún dato. Tengo la esperanza de que alguien al fin hable, por lo que sea. Porque le queda un resto de humanidad, por venganza contra algún otro, porque lo haya decidido iluminado por dios, siempre tengo la esperanza de que alguien hable”, planteó con firmeza. Hasta el día de hoy, Etchecolatz no dio un solo dato sobre Clara Anahí.

El trabajo de la Asociación

“Mi nombre es Graciela Dora Ledantes, soy miembro de la comisión directiva de la Asociación Anahí y soy la responsable de la muestra de la búsqueda de Clara Anahí. Todos me conocen por Gachi.
La muestra surge a partir de una idea de unos compañeros que integraban el Instituto Espacio para la Memoria colaborando con Chicha, buscando de qué forma se podía intensificar la búsqueda para lograr el encuentro con la nena. La nena ya es grande. Chicha tenía muchas cosas reunidas durante años sobre la búsqueda, y cosas que le iba comprando a Clara Anahí. Muñecas de cada viaje que hacía por el mundo. La ocurrencia fue que con todo eso, con las fotos que ella tenía de la búsqueda nacional e internacional, las fotos familiares, se podía hacer otra herramienta de búsqueda itinerante. Así creamos la muestra”, contó la activista por los derechos humanos. “La primera se realizó en 2008 en el Pasaje Dardo Rocha y a partir de ahí distintos espacios de derechos humanos y otros institucionales como municipios, universidades, museos, nos llamaban para que la lleváramos. Tuvo mucha repercusión porque era algo novedoso que no se había hecho con este tema de la apropiación de niños y descubrimos que en cada ciudad a donde vamos, chiquita o grande, muy importante en el mapa u otra que está medio perdida, siempre hay alguien que está sospechando sobre su identidad. Ya sea por la época de la dictadura o cualquier otra. Se animan entonces a traernos un dato, o ponernos una velita que nosotros llevamos para que lo hagan en forma anónima por si tienen temores”, aseguró Ledantes.
“Para nosotros, eso es muy importante porque a veces esas personas no tienen acceso a Capital o al Banco Nacional de Datos Genéticos o no saben cómo moverse o tienen muchas reservas para hacerlo. La muestra cumple esa función: la búsqueda de Clara Anahí, la concientización de lo que significa el derecho a la identidad y sembrar en los niños, en los chicos de las escuelas a los que invitamos siempre muy especialmente, la desnaturalización de cualquier tipo de apropiación. No es sólo de la dictadura, ha existido antes, desde la colonia, ocurre todavía ahora en democracia y fuera de ella. La ley no alcanza, culturalmente tenemos que lograr que no sigan sucediendo las apropiaciones de niños”, consideró. Además, Ledantes derribó el mito más frecuente: “Se dice ‘va a estar mejor’, ‘tiene poder adquisitivo, lo van a mandar a una buena escuela’. No es así. De los nietos también se ha dicho eso, que sus padres no los iban a cuidar y los apropiadores los iban a hacer mejores personas. La experiencia y los años transcurridos han demostrado que la parte genética es imborrable. Es el ADN. Los nietos recuperados cuentan que se sentían extraños en la familia donde estaban y que sus inclinaciones naturales no tenían nada que ver con el estilo de vida que llevaban esas personas que los estaban criando. Así que no es verdad que van a estar mejor”.

El último nieto y la información genética

“En el caso del último nieto recuperado, él no tenía ninguna sospecha pero cuando vio la foto de su hermano y su padre le entró la duda. Increíble, ¿no? Nunca en tantos años sospechó. Todos los casos son diferentes. Hoy, por suerte, tenemos datos objetivos para recuperar a los niños. Los análisis no mienten. Un dato curioso, el papá biológico de este chico era médico y él estudió medicina Cómo es eso, ¿no?”, reflexionó. “A su partida de nacimiento la firmó una partera que tiene otras doscientas partidas firmadas. Eso estará en investigación en la institución apropiada y ya tendremos nuevas novedades. Esto abre expectativas porque puede salir a la luz una gran cantidad de nietos. Todo se hace lento, no hay mucha colaboración oficial. Hay una parte de la sociedad, que es la parte civil, que se siente amenazada porque no sólo los militares apropiaron niños”, aclaró.

La iglesia en dictadura

“Los apropiadores de los que más se sabe son militares y policías, no tanto civiles pero ahora empezarían, así como en los juicios de lesa humanidad se han juzgado militares y policías, ahora hay casos donde está involucrada la aeronáutica y estamos empezando con los civiles y también integrantes de la iglesia. Hay un sector de la iglesia que participó activamente de la dictadura, aunque hay un solo condenado (Christian Von Wernich). Llama la atención, porque sigue dando misa en Marcos Paz y yo pienso, no sé cómo son las reglas de la iglesia, pero el curita sacrificado que realmente sirve a dios, va a las villas, trabaja desde la mañana a la noche, ¿qué siente al saber que hay otro que ha sido juzgado, sentenciado por torturador, asesino y represor y también da la misa y entrega la comunión? Es un contrasentido”, consideró Ledantes. “Hace poco salió publicado un libro (Profeta del Genocidio) de Ariel Lede y Lucas Bilbao que habla sobre las agendas de Monseñor Bonamín y se cuenta cómo Monseñor Tortolo, que dirigía a los 400 capellanes que iban a los centros clandestinos de detención a darle alivio a los torturadores y algo así a los secuestrados. Sabían lo que estaba pasando”, denunció.
“Nosotros no tuvimos acceso a los archivos que quiere abrir Bergoglio, que son las cartas de madres y familiares que enviaban al Vaticano. Con Chicha Mariani como presidenta de Abuelas desde 1977 a 1989, todas las veces que fueron al Vaticano, creo que son 11 o 12, llevaban una carpeta con todos los datos de los casos de los nietos secuestrados. Nunca la iglesia les acercó ninguna ayuda. Por fuera de eso, cuando Chicha dejó Abuelas, siempre se pidió que abran los archivos. La iglesia en el mundo es quien tiene mayor archivo, mayor cantidad de datos, el registro de todo, y saben muy bien dónde están los chicos apropiados. No sé si esta apertura de la que habla el Papa Francisco va a aportar algo de claridad. Tengo mis dudas. Las tengo. Entre esas cartas, no hay dudas, va a estar la de Chicha preguntando por Clara Anahí”, aseguró. Pero, para Ledantes, eso no es aportar datos: “Lo que tiene que hacer es dar los datos que en su momento cada sacerdote de su diósesis tenía bajo siete llaves. Monseñor Graselli, Monseñor Montes que preparó y casó a los padres de Clara Anahí sabía muy bien dónde estaba porque cuando Chicha fue a pedirle ayuda él dijo que sabía cuál era el caso y que se iba a ocupar y cuando ella volvió a ver qué había averiguado él la echó y le dijo que Clara Anahí estaba en muy buenas manos, que dejara las cosas como estaban, que no tenía fe, que rezara. Habían pasado pocos días del ataque a la casa, o sea que podría haber recuperado a su nietita ahí nomás”, planteó. “No solamente la traicionó él como persona sino la institución iglesia. Es gravísimo. Todo eso está ahí, todavía no fue juzgado. Falta mucho todavía. Ahora, con esta gestión del presidente Macri están en el freezer los juicios de lesa humanidad”, denunció.
Ledantes contó, además, que nunca recibieron respuestas sobre los registros de los bautizados: “Sí está esa información y serviría mucho. Tal vez si va cualquier ciudadano a preguntar algo, le responden, pero no es lo mismo que vaya un ciudadano común a que vaya Chicha Mariani. Lo que siempre se dice es que Clara Anahí está con alguien muy poderoso. Yo creo que la iglesia debe tener bien esos datos. Recuerdo un spot que filmó Monseñor Arancedo el año pasado y él le pedía a los sacerdotes que si tenían alguna información la aportaran para la búsqueda de los nietos. Yo me sonreí, todo el mundo sabe que la iglesia es verticalista. Se pondría a todo el mundo en contra en la iglesia el propio sacerdote. No creo que se corte tan solo, tendría que pasar de nuestro bando para eso”, aseguró sobre una campaña impulsada desde Abuelas.

Todos los archivos

“Ninguna apertura de archivos aportó para acercarnos a Clara Anahí. Todos los avances fueron gracias a la investigación y el seguimiento que hace Chicha y los que colaboramos con ella. Aportes de alguna persona, algún vecino, vamos juntando un rompecabezas, mirando, uniendo piecitas para dar con una persona que tiene un dato y así. Así se llegó hace unos años, cuando todavía estaba siendo el juicio del circuito Camps, a tener contacto con Enzo que fue el conscripto que en su momento vio salir viva a la nena. Teníamos testimonios de muchísimas personas que afirmaban eso pero muchos tenían miedo de ser llevados a la justicia”, señaló. “Cuando dimos con Enzo, él aceptó, con el apoyo de toda su familia y sus hijos, dio testimonio de que él siendo conscripto estaba apostado en la puerta después del ataque y vio cómo la sacaban. Ese mismo día, el comentario de todos los que estaban ahí era sobre el milagro. Ahí la justicia declaró que salió viva. No obstante eso, Etchecolatz mientras era juzgado le mandó una carta a Chicha diciendo que la nena había muerto y se había quemado junto con los otros miembros que estaban en la casa. Impunidad hasta las últimas consecuencias”, consideró sobre el genocida.

El aniversario del ataque

“El 24 de noviembre se conmemoraron 40 años del ataque a la casa Mariani Teruggi en la calle 30 entre 55 y 56. En ese ataque murieron cinco militantes, entre ellos la mamá de Clara Anahí y Clara Anahí fue secuestrada y apropiada. Son 40 años. Es muy doloroso, porque esa es la única casa en el país que da el testimonio de lo que fue la dictadura. Brutal, salvaje, siniestra. Es una etapa de nuestra historia terrible. Estaba escuchando el otro día que esta dictadura fue la más cruel de las vividas en el mundo porque se ensañó con un sector de la población que se animó a pensar, tener espíritu crítico y denunciar. Por eso se le llama genocidio”, argumentó. “Los medios de comunicación, además, no daban cuenta de lo que pasaba. Había que contar por otros medios para informar a la población sobre lo que estaba pasando. Lamentablemente, donde más se sabía era en el exterior. Las informaciones sí eran tomadas en cuenta en el exterior, pero aquí todo se tapaba. Hace 40 que estamos con esto y todavía hay gente que se asombra”, señaló Ledantes.

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