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A 6 meses, Justicia por Santiago Maldonado

Escrito por el febrero 18, 2018


Este fue el título convocante para el 1 de Febrero. En un día de agobiante calor, se llevo a cabo en la sede porteña de FOETRA (Federación de Obreros y Empleados Telefónicos de la República Argentina), una extensa jornada de charlas para reflexionar alrededor de los 6 meses sin justicia por la desaparición forzada de Santiago Maldonado. Su familia fue la encargada de organizar los paneles y convocar a una gran cantidad de asistentes, entre quienes se encontraron organizaciones sociales, organismos de derechos humanos, jóvenes militantes e independientes. Fue a sala llena, en un cómodo y fresco auditorio del barrio de Once. (Por Nicolás Rosales para La Retaguardia)

Al llegar al lugar, en la entrada de Hipólito Yrigoyen 3171, pude ver banderas de Santiago Maldonado, algunos carteles pegados, un par de puestos de artículos de merchandising para la ocasión, y un solitario móvil de TV de C5N.
En la planta baja del espacio, desde las 17, se pudo hacer una recorrida por una muy interesante muestra fotográfica titulada “Donde estés con tu alma”, fuerte, emotiva.
Enseguida, me encontré con Marcelo, militante social de Flores. Estaba con una pechera azul de la organización, del sindicato. Apenas me vio, me preguntó, ¿vas a cubrir?. Sí le dije, entonces al mejor estilo cancha de fútbol o recital me invitó a registrarme e ingresar al auditorio evitando una extensa cola de personas que aguardaban para entrar.
Me ubiqué donde pude, la sala estaba repleta. Me senté, y pude ver que en cada uno de los asientos habían pegados cartelitos con la cara de Santiago, y con la leyenda “Justicia”.

Un crimen de Estado y la lucha por Memoria, Verdad y Justicia

El primer panel del encuentro de charlas fue el de política, pasadas las 18. Allí expusieron sus opiniones, y sin respetar los tiempos estipulados ninguno de ellos los diputados nacionales Horacio Pietragalla Corti (Unidad Ciudadana), Victoria Donda (Movimiento Libres del Sur), Leonardo Grosso (Movimiento Evita), y la legisladora porteña Myriam Bregman (Frente de Izquierda y de los Trabajadores). Una mesa equilibrada desde lo ideológico, y desde el género por cierto.
Cada una de las intervenciones fue aplaudida por el público por varios minutos. En esta mesa todos y todas coincidieron en poner el foco en el papel que jugaron los medios de comunicación como formadores de opinión. De alguna manera, anticipando a la mesa que vendría después, la de los periodistas.
Entre las reflexiones más destacadas, Victoria Donda dijo: “Nicolás Massot (jefe de la bancada de Cambiemos en diputados) nos propone que pensemos en el proceso sudafricano y nos reconciliemos. Yo le quiero decir a Massot, con mucho respeto al proceso sudafricano, a sus líderes y a su pueblo, que piense en el proceso alemán y vaya a Alemania a proponer que se reconcilien con los nazis. Porque nosotros elegimos nuestro camino, nosotros tenemos nuestra historia, y no hay historia si no hay verdad, memoria y justicia”.
Leo Grosso del Movimiento Evita, también agradeció a los presentes, a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y a la familia de Santiago. Aportó su mirada: “me parece que hay que arrancar primero, pidiendo justicia por Santiago por supuesto, tenemos que hacer crisis en algunas cuestiones que nos viene planteando el gobierno, y que nos vienen instalando desde los grandes medios de comunicación y que vienen construyendo un sentido común, donde hasta nosotros tratamos de explicar qué Santiago no había ido de paseo por ahí, que si murió ahogado igual es responsabilidad de la Gendarmería. Tenemos que explicarlo, porque ellos logran disputarnos algo que está claro, que es que todo lo que sucedió en ese territorio es el resultado de un operativo de Gendarmería, y es el resultado de un operativo y de un despliegue que tuvo decisiones políticas desde el Estado. Y que eso es parte de lo que debe evaluar cualquier funcionario público en materia de seguridad a la hora de llevar adelante un operativo de lo que sea. Necesitamos construir una unidad de acción compañeros y compañeras que somos toda esta diversidad del campo popular”, cerró Grosso, con tono de discurso de campaña.
Por último, Myriam Bregman afirmó: “la desaparición de Santiago trajo nuevamente a la luz pública la desaparición forzada de persona. Es algo que las fuerzas de seguridad nunca abandonaron en los gobiernos constitucionales desde el ’83. Nosotros tenemos que pelear por memoria verdad y justicia, eso lo tenemos claro. La desaparición de Santiago es claramente un crimen de Estado, por todo lo que se armó alrededor de ese hecho. La Gendarmería está en esos lugares solamente para cuidar la propiedad terrateniente de Bennetton y de Lewis. Hoy tenemos que pedir la libertad de todos los presos políticos, de Facundo Jones Huala”.
Bregman también demostró con algunos ejemplos, denunciados desde el 2011, como las fuerzas de seguridad realizan un trabajo de espionaje sobre la protesta social y sobre la población en general. Hacia el final mencionó algunos casos emblemáticos de abuso de las fuerzas policiales, tortura y desaparición de pibes y pibas en democracia, como Ezequiel Demonty, Luciano Arruga, Fernando Casco, Santiago, Rafael Nahuel y tantos otros. “Porque las víctimas siempre las pone el pueblo, los que luchan, y no vamos a bajar los brazos”. Fue despedida con una ovación.

Periodistas: la importancia de nuestros medios, los alternativos, comunitarios y populares

Los periodistas convocados (aquí el cupo de género fue mínimo) fueron tenidos en cuenta por su labor en cuanto a la investigación y divulgación del crimen de Santiago., por sus compromisos en la búsqueda de la verdad y por estar comprometidos con su tiempo. Este panel comenzó cerca de las 19:30.
En primer lugar, la periodista Cecilia Gonzalez, mexicana, corresponsal de medios mexicanos. Se hizo reconocible porque durante una conferencia de prensa le realizó algunas preguntas incómodas al presidente Macri. Gonzalez eligió leer un texto, lleno de sensaciones que vividas durante estos 6 meses y que vale la pena reproducir en su totalidad: “El 1 de Agosto, un joven de 28 años llamado Santiago Maldonado desapareció durante una represión por Gendarmería en una comunidad Mapuche en la Patagonia. Funcionarios, candidatos y la prensa oficialista dijeron: que Santiago ni siquiera había estado en la protesta. Que un camionero lo habría llevado a Entre Ríos. Que estaba escondido a propósito. Que lo habían secuestrado los mapuches terroristas, zapatistas y separatistas, financiados por ingleses, las FARC, las Kurdas y ETA. Que era un muchacho filmado mientras compraba en un negocio en Entre Ríos. Que cobraba un subsidio. Que era sobrino de un ex montonero. Que había un pueblo en donde todos se parecían a él.  Que lo había herido o matado u puestero. Que tenía libros revolucionarios. Que en el Facebook se identificaba como un feroz cacique mapuche. Que se había cortado las rastas en una peluquería de San Luis. Que no se debía hablar de Santiago Maldonado y de desapariciones en las escuelas. Que la ONU había felicitado al gobierno de Macri por su lucha a favor de los derechos humanos. Que Santiago se había sacrificado y planeado su pasaje a la clandestinidad para ayudar a un líder mapuche. Que era un violento karateka y que por lo tanto nadie podría haberlo sometido. Que una pareja lo había levantado en la ruta. Que era un hippie artesano, tatuador y trotamundos que se hizo humo. Que si había estado en la protesta merecía lo que le pasó porque es delito cortar rutas. Que sospechosamente la página www.santiagomaldonado.com se había abierto antes del 1 de Agosto. Que su desaparición era un montaje del kirchnerismo. Que los más probable era que un gendarme suelto lo hubiera golpeado y herido gravemente, que a lo mejor hubieran sido 3 gendarmes, o 7, o 10. Que si preguntamos por Santiago Maldonado verás que yo he visto. Que Santiago Maldonado usaba documentos de identidad con diferentes nombres. Que se había escondido en el Uruguay. Que su hermano Germán era en realidad Santiago. Que su hermano Sergio había escondido un teléfono en una maleta. Que Santiago nunca había existido. Que había un 20% de probabilidades de que estuviera en Chile. Que le cuerpo se había conservado gracias a las bajas temperaturas, como Walt Disney. Todo era mentira. Mentiras para desviar la atención de lo verdaderamente grave. En Argentina había un joven desaparecido durante una represión. La Ministra de Seguridad maltrató a la familia, acusó a padres y hermanos de no colaborar en la búsqueda. “Me la banco”, dijo en el Congreso, al defender a los gendarmes. En medio del silencio del presidente que nunca ofreció apoyo a la familia, hubo pleitos en el gabinete. Hubo un sector crudo del macrismo que impidió que una comisión de las Naciones Unidas ayudara en  el caso. El 1 de septiembre, a un mes de su desaparición, mientras decenas de miles de personas preguntaban por Santiago en muchas ciudades de Argentina, el presidente Mauricio Macri anunciaba con gran sensibilidad su visita a la heladería tucumana que más gustos tiene en todo el país: “Probé de remolacha, arroz con leche, mate cocido”, contó el presidente. Los medios más influyentes no publicaron fotos de las decenas de miles de personas que marcharon por Santiago Maldonado. Dijeron que solo eran militantes kirchneristas y de izquierda. En sus portales, eligieron imágenes de la supuesta violencia de la marcha en buenos aires sin aclarar que había sido organizada por infiltrados en colaboración con policías. Asociaron la indignación por las paredes pintadas, pero apenas mencionaron a las personas golpeadas y detenidas al voleo y a los periodistas agredidos. La desaparición de Santiago dejó ver la permanente fractura social que hay en la Argentina, entre ciudadanos que reivindicaron y justificaron la desaparición, y quienes denunciaron la gravedad del caso y se movilizaron. De repente se distorsionó porque parte de la sociedad cree que los derechos humanos son de un sector exclusivo del kirchnerismo. Sí, es cierto que desde varios sectores utiizaron políticamente el caso. Pero pedir por la aparición por Santiago no te convertía en kirchnerista, era la mínima reacción de una persona decente. Las miserias también incluyeron las competencias entre desaparecidos; que si Julio López, que si Santiago Maldonado. Pronto entendimos que quienes comparaban desaparecidos, en realidad no se preocupaban por ninguno. En estos meses, fue fácil entender porque en Argentina no hubo una dictadura sanguinaria por arte de magia. Fue cubierta por un sector de la sociedad al que no le importaron, entonces y ahora, las violaciones a los derechos humanos. Incluso las promueven en aras del orden. Los 30 mil desaparecidos fueron posibles porque no quisieron verlos, ni pedir por ellos, porque “algo habrían hecho”. Lo esperanzador, sin embargo, es que el caso de Santiago mostró de nuevo la admirable capacidad de lucha, resistencia y organización que hay en Argentina. Es un muro de contención que no hemos podido construir en otros países como en México, adonde los desaparecidos se acumulan con total impunidad todos los días. Desde que en el 2006 empezó la irresponsable e inútil guerra narco, tenemos más de 30.000 desaparecidos. Es la cifra que reconocen las autoridades, o sea que creemos que son muchos más. Hoy, ahorita, en este momento, en mi país, hay familiares que excavan con sus propias manos en fosas comunes con cuerpos amontonados para encontrar a sus hijos, su esposo, su hermana. El Equipo Argentino de Antropología Forense los ayudan a identificarlos, y los organismos argentinos de derechos humanos comparten su experiencia con los familiares de los desaparecidos mexicanos. Estela (de Carlotto, presidente de Abuelas) ha estado con ellos, muchísimas gracias de verdad (y la señaló, sentada en la primera fila del auditorio). Ustedes, los argentinos que luchan y se indignan y salen a las calles para reclamar justicia, porque estos crímenes no pueden, no deben ocurrir en su país y en ninguna parte, son un faro en medio de tanta oscuridad que tenemos en América latina en particular, y en el mundo en general. Infinitas gracias de verdad, deben estar muy orgullosos de todo lo que hacen. Este esbozo colectivo provoca la indiferencia, la frialdad y la irresponsabilidad del gobierno en torno a la desaparición, y quedará en evidencia. Que los periodistas extranjeros estuviéramos atentos a la desaparición de Santiago, que contáramos su historia y denunciemos a las autoridades. Que la pregunta ¿Dónde está Santiago Maldonado? fuera global, que se escuchara en Argentina y en muchos otros países. Que su rostro se reflejara en paredes, puertas, ventanas, ascensores y negocios. Que cada tanto su nombre sea como hoy, tendencia en las redes sociales. Que se preguntara por él en los altavoces de los aeropuertos, y en el metro, en el subte, en las redacciones, y en la canchas de fútbol. Que la familia de Santiago no estuviera sola. Mención aparte para los colegas que pusieron el buen periodismo en un caso tan delicado, que este es su trabajo. Que hubo entrevistas y artículos serios en los medios tradicionales y en los alternativos. En las redes sociales, programas de radio y televisión, son innumerables los periodistas que preguntaron por Santiago. Denunciaron mentiras e intimidaciones. Que respetaron siempre a la familia, porque eso era lo prioritario. No suelen ser ni lo más famosos ni los más mediáticos, ni los más poderosos, pero existen y hay que buscarlos y leerlos. La prensa canalla no puede cantar victoria. Las miserias políticas van a seguir, de hecho siguieron después. Pero no hay que olvidar que el reclamo principal es justicia para Santiago. No hay que olvidar que fue un joven que murió durante una represión de una fuerza de seguridad. Y eso es lo más importante. Los demás que pasen música…, muchas gracias”. González recibiría una de las ovaciones más prolongadas de la noche.
Continuó Sebastián Premici, periodista de Página 12, y Cadena del Sur. Se encargó de describir su investigación, como la mejor, en referencia a la lectura de la causa, en cuanto al acceso del expediente.
En una disputa de egos, de quién había escrito mejor sobre el caso, también y en esa línea, habló Fernando Soriano, de Infobae. Con más de 20 años de experiencia en el oficio, se refirió a la originalidad de sus escritos. Poniendo como hito inicial del proceso represivo del gobierno con el ejemplo de la represión a la murga de la villa 1-11-14 “Los auténticos reyes del ritmo”. “Cuando tomé el caso de Maldonado me hizo acordar a aquella cobertura”. Y agregó: “En Esquel nos sentimos hostigados, perseguidos, nunca lo había sentido”. También mencionó las mentiras de los medios tradicionales, como lo hizo Cecilia González. “La familia de Santiago y nosotros, solo queremos justicia y verdad”, aseveró.
Además, estuvo presente Mario Wainfeld, del diario Página 12, quien pretendió no extenderse en su exposición y destacó principalmente la cercanía con la familia Maldonado, y la valentía que han tenido hasta acá de cómo militar y llevar adelante esta lucha por la verdad. “Quiero hablar de los familiares de las víctimas, que también son víctimas”. Se hizo una pregunta interesante, “¿por qué los poderosos y los políticos los odian tanto? (a la familia Maldonado), porque saben que no se van a callar”, se respondió.
Tuvo su momento, y fue muy aplaudido también, el colega Maxi Goldschmidt del diario y revista Cítrica, medio cooperativo, autogestivo, y de comunicación alternativa. Comenzó diciendo: “Los medios autogestivos estamos en una situación que no esperábamos hace un tiempo que es la de cumplir un doble rol social. Ya sabíamos que los medios mienten, ya sabíamos de las operaciones, de los intereses. Pero con Santiago se pasaron muchas líneas”.
En relación a hacer un periodismo en el lugar de los hechos reflexionó: “No entendíamos como ningún medio estaba ahí, decidimos ir con los compañeros de Cítrica, habían pasado más de 10 días desde que Santiago estaba desaparecido. O sea, estábamos en un país con un desaparecido y no había nadie que había ido a ver qué había pasado en ese lugar”.
En cómo reaccionó la sociedad ante el caso afirmó: “Lamentablemente hay que decirlo, Santiago era un chico de clase media, de ojos claros, y a un montón de gente nos tocó mucho más, y sí… Y por ahí no nos toca tanto lo de Rafael Nahuel, ¿y por qué nos pasa eso? Y, nos pasa, a la sociedad le pasa eso. Lamentablemente, matan a veces a un pibe de un barrio y no es lo mismo”, aseveró.
Por último, pidió a los Sindicatos y a las organizaciones sociales que apoyen a los medios autogestivos, quienes de alguna manera llevaron a que el caso se conozca más sin importar el valor de una primicia, que sí vale en los medios tradicionales. “Nosotros vamos a compartir los saberes, vamos a compartir la información”.

Derechos humanos: “Nos han matado a un hijo, por Santiago Nunca más”

Ya eran más de las 20 y siguió el turno de los y las integrantes de organismos de Derechos Humanos. En este panel participaron Estela de Carlotto, Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo; Marina Belski, Directora de Amnistía Internacional Argentina; y Carlos Rozansky, ex juez de la Plata y Federico Efrom, abogado del CELS, coordinador del equipo de litigio sobre el caso.
Estela de Carlotto, emocionada, y mirando a la mamá de Santiago, afirmó: “Cuando la herida está abierta, solo se soporta con la lucha. Esa herida no cierra porque se perdió algo sagrado, que es el hijo, o la hija. Y el unirse, el formar un grupo para soportar esa situación, es lo mejor que puede ocurrir”. En relación a las Abuelas dijo: “el amor que no nos puede separar es el amor a nuestros hijos, eso es lo que nos mantiene, sin odios, sin ventaja, pero nunca bajando los brazos”. En su lectura del contexto político actual indicó: “A pesar de la actitud demoníaca que tiene el presidente y todo su elenco, vamos a sobreponernos”.  “Nos han matado a un hijo”, y cerró su reflexión: “Por Santiago, nunca más”.
El abogado Federico Efrom también aportó su opinión sobre el caso y el contexto: “Sepamos que lo que pasó con Santiago es una muerte en un contexto de protesta, de qué manera elije el Estado, el gobierno y el Ministerio de Seguridad regular la protesta social. En lugar de encarar un propuesta política, pacífica, sin fuerzas de seguridad”. También agregó el lugar de los medios de comunicación en la construcción de un relato sobre el “enemigo interno”.
El ex juez de La Plata, Carlos Rozansky también contribuyó algunas líneas que invitaron a la reflexión sobre como los medios de comunicación tradicionales aportan a la formación de opinión de la sociedad. Y el invento y la definición del enemigo interno, por ejemplo: los opositores políticos. “El poder judicial es una columna vertebral para que esto pueda suceder”, dijo el ex juez. Un segundo enemigo interno que marcó fue la de los pueblos originarios, en este caso los mapuches. “Acá lo que sucedió fue un crimen de Estado, y el primer responsable es el presidente de la Argentina, el señor Mauricio Macri”. Luego de los muchos aplausos, surgió el cántico espontáneo de los allí presentes: ¡“Yo sabía, yo sabía, que a Santiago lo mató Gendarmería”!

Cierre: Causa judicial y familia “Fue el Estado”

Ya eran más de las 21 de esta extensa e interesante jornada para irse pensando en estos 6 meses sin justicia por Santiago. En una causa que aún mantiene demoras inexplicables en su investigación, le tocó el turno a la familia con las pocas pero contundentes palabras de Sergio Maldonado y Verónica Antico, su compañera. También la psicóloga, Mirta Fabre, la abogada, Verónica Heredia y el Perito en Antropología Alejandro Inchaustegui, formaron parte del panel final.
Heredia, emocionada, habló sobre Santiago: “Santiago era una persona libre, hacía todo lo posible por ser una persona libre. Tenía ideas anarquistas, y eso hay que recalcarlo. Tenía a sus amigos también que lo acompañaban en estas ideas. Santiago puso el cuerpo para estar del lado de la comunidad mapuche, pero también en sus canciones, en sus textos, acompañaba a todo tipo de reclamo, el reclamo que tenga que ver con la tierra, con el agua. El creía que la tierra debía ser compartida por todos. No creía en el Estado, este mismo Estado que lo asesinó. También opinó sobre el rol del Estado y otros casos que la conmovieron: “Santiago fue víctima de una desaparición forzada seguida de muerte, como también han sido otros chicos. En el caso de Daniel Solano, fue víctima de la policía provincial, también Iván Torres. La gente a veces se confunde, y yo también me hubiera confundido, porque a mí me tocó esto, y tuve que cambiar, y tuve que empezar a leer y ver, contactarme con otras personas. Y no necesariamente la desaparición forzada tiene que ver con la gendarmería. Tiene que ver con el Estado, y el Estado son todas las fuerzas que participan, la policía, la gendarmería, todos. También ha habido otros casos de gatillo fácil, que también tiene que ver el Estado, como Luciano Arruga, hay una infinidad, no los puedo nombrar a todos. Es tristísimo que haya una lista interminable de chicos que no están con su familia hoy, que han sido asesinados. Eso me conmueve muchísimo, me conmueve la lucha de Vanesa Orieta, me conmueve la lucha de la mamá de Iván Torres, me conmueve la lucha de las Madres, de las Abuelas”.
Verónica Heredia, abogada de la familia, puso sobre la mesa una gran cantidad de papeles que llamaron la atención. Eran los expedientes, que formaban grandes pilas y que confesó que era un tercio del caso, como para dimensionarlo. Agradeció a la familia: “primero quiero recordar que trabajar junto a la familia Maldonado es un orgullo”. Sobre la investigación agregó: “nosotros no queremos y pedimos que no se unifiquen las causas, la de habeas corpus y la del delito de desaparición forzada seguida de muerte que debe finalizar con la condena de los responsables.”
También puso como precedentes otros ejemplos de la Patagonia que desde la justicia serían asumidos con la tipificación de desaparición forzada de persona seguida de muerte, como el de Daniel Solano en Río Negro, desaparecido en Choele Choel en noviembre del 2011. El caso de Iván Torres desaparecido en Chubut en Octubre del 2003, y la causa de Sergio Avalos joven desaparecido en la provincia de Neuquén en junio del año 2003. Otro antecedente es el de Cesar Monsalves desaparecido en Mayo del 2003 en Chubut. Desde la familia con la fuerza y el impulso que le da la abogada en la causa seguirán insistiendo que se continúe investigando, porque “en esta causa cada papel dice, porque actuó activamente el Ministerio de Seguridad”, y también insistió: “queremos que la investigación la hagan personas independientes del Poder Ejecutivo”. También se refirió como el Estado está intimidando a los mapuches que testificaron.
Para finalizar, Sergio Maldonado habló. Y como es costumbre, por su personalidad de un tipo pausado e introvertido, habló poco pero dijo mucho: “Me da vergüenza porque no vine preparado, pero recuerdo que Norita me dijo que ‘si vos hablás con el corazón, que sale solo’”. También pidió al público un aplauso en agradecimiento a todos los que participaron en los paneles.
“Con este ataque a los organismos de derechos humanos (en relación a declaraciones del Secretario de Derechos Humanos), yo no era un defensor de los derechos humanos antes de esto, sino que era un simple espectador que por ahí lo veía de lejos, y me iba a mi casa y me iba a dormir tranquilo, y mi vida continuaba. Ahora me toca más activamente estar en esto, y yo voy a contradecir lo que dijo Avruj, que los derechos humanos, como dijeron en algún momento, eran un curro, lamentablemente. Pero esto tiene que seguir porque gracias a los organismos de derechos humanos es que nosotros llegamos al día de hoy pidiendo por verdad y justicia. Y durante todos estos años de democracia, toda la historia de las Madres de las Abuelas, el hecho  que no solo quiero dejar de apoyar eso, sino que tiene que continuar. Yo lo que veo, es que este gobierno le dio una autonomía a las fuerzas amadas, entonces significa que van a hacer algo más grave de lo que está funcionando ahora. Le están dando libertada de accionar. Entonces más que nunca, yo necesito que los organismos de derechos humanos estén más activos y que manifiesten en las calles, y me apoyen, y que convoquen en las plazas, que estén todo el tiempo reclamando ser escuchados”.

Derecho humanos independientes

“Y hay algo que yo le quiero pedir a los políticos que no sé si eso es viable o no. Yo no soy político, no estudié. Pero, a ver, yo entiendo que la Secretaría de Derechos Humanos, que está en el gobierno, tendría que ser totalmente independiente. No puede pertenecer al mismo gobierno que asume. Si el Estado es quien castiga, quien nos desaparece y quien nos mata, o todo lo que hace, no puede tener una Secretaría de Derechos Humanos que nos venga a apoyar. Porque es totalmente ridículo. No me entra en la cabeza que yo pueda confiar en alguien que llame de ayuda a la víctima, me parece, cuando en realidad está respondiendo al mismo jefe. Está todo avalado por el mismo organismo. Tendría que ser algo diferente. No sé si legalmente se puede o no. Yo lo que pido es eso, que yo no puedo confiar en psicólogos que me provea el Estado, porque están respondiendo a otros intereses. Los derechos humanos tienen que ser independientes de lo que es el gobierno. A mí me gustaría trabajar en eso, que los políticos trabajen en eso, que se puedan presentar leyes, no sé bien lo que hay que hacer. Pero desde mi humilde posición tengo muchos puntos para decir porque tiene que ser independiente”, insistió.
Al cierre, pidió que nos quedáramos, porque estaban los amigos de “Las manos de Fillipi” para terminar con música, la que le gustaba a Santiago. Los aplausos parecieron interminables, hasta fundirse con el grito bien fuerte de ¡Santiago Maldonado, presente, ahora, y siempre!

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