Crónicas del juicio -día 7- El apuro y los 40 años
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El martes pasado, durante la séptima audiencia, se debatió acerca de los tiempos del juicio ¿Quién gana y quién pierde con la extensión del juicio? ¿Vale todo para acortarlo? La excepción del imputado que está en cárcel común y quiere ir a su cada como el resto. (Por Fernando Tebele para El Diario del Juicio*)
Foto: el juez Rodríguez Eggers (a la derecha) y el juez De Korvez, en plena deliberación. (Foto: Gustavo Molfino/DDJ)
“Solo tenemos los días martes para este juicio. Tenemos 28 martes de acá a fin de año. 338 testigos, o sea 12 por audiencia, lo que es imposible. Con suerte, a mediados del 2021 terminaríamos. Nosotros estamos convencidos de que algunos testimonios pueden ser incorporados por lectura. Y otros puedan realizarse en conjunto”.
Así comienza la séptima audiencia del juicio por la represión a la Contraofensiva de Montoneros. No con un testimonio, como se acostumbra, sino con una proyección matemática digna de Adrián Paenza. Claro que el que la realiza no fue el periodista, sino el presidente del tribunal, Esteban Rodríguez Eggers.
¿Cuál fue el sentido de ese repaso numérico? La respuesta es bastante simple y, también, algo inquietante. La Cámara debía responderle al Tribunal Nº4, que lleva adelante este juicio, acerca de un pedido que la defensa oficial del único imputado detenido en cárcel común, Marcelo Cinto Corteaux, realizó para que el imputado no sea el único sin el privilegio de la domiciliaria ¡Un imputado por genocidio en cárcel común! ¡Faltaba más! En ese marco, la Cámara apuró al tribunal, podría decirse en términos simples, para que acelere el juicio. Es decir: la misma justicia, que tardó 40 años en hacer un juicio por estos hechos, ahora le dice al tribunal: “Che, apúrense”. Es extraño todo. El juez está visiblemente incómodo. Si bien es el primer juicio de lesa humanidad para este tribunal, parecería al menos que entendieran lo que implica dar testimonio en estas causas. En otros juicios de lesa, se han dado casos de sobrevivientes o familiares que quizá no aportan novedades en términos judiciales. Pero el valor que tiene para ellas estar allí, en algunos casos incluso para gente que nunca se atrevió a hablar, es único. Áltamente reparador. La justicia tiene que poner todo su aparato a disposición para acelerar los juicios. Lo último que parecería tener derecho a hacer, es dejar a alguna persona sin su necesaria participación en este juicio.
—Entiendo la incomodidad y la comparto. La celeridad no corresponde que se la pidan a este tribunal, después de 40 años. Estos no son juicios comunes. Son juicios históricos.
Nosotros adelantamos que vamos a alegar por genocidio. Y para eso el Ministerio Público necesita de un tipo de relato que no se puede acelerar. Me parece que es incorrecta la urgencia. —argumentó la Fiscal Gabriela Sosti.
—Somos los primeros interesados en que el juicio termine lo más rápido posible —agregó Pablo Llonto, abogado de una de las querellas.
Cinto Courtaux le sugiere algo a su abogado, que parece decirle que espere. (Foto: Fabiana Montenegro/DDJ) |
Con las cuentas sobre la mesa, el defensor oficial Hernán Silva ve una nueva ocasión para pedir la domiciliaria para Cinto Courtaux. No se expidió aún la Cámara, pero Silva ve otra chance.
—Si el juicio se extiende hasta 2020 Cinto va a estar preso. Los padecimientos que está sufriendo son enormes. Lo sacaron hoy a las 3 de la mañana para venir acá. Si tenemos un juicio de más de dos años, el tribunal puede darle un dispositivo electrónico. O de la forma y el modo que el tribunal considere, puede aliviar la preventiva —indicó Silva en su defensa.
—Hay testimonios de más de dos horas. Y algunos leyeron poemas —dice el Dr. Botindari, defensor privado. Un murmullo quejoso recorre la sala.
—No leyeron poemas. Leyeron cartas que les escribieron a ellos —le responde el juez.
Todas las personas que hablan, lo hacen en nombre del “registro histórico de este juicio”. “Se ve que pegó fuerte”, dice Rodríguez Eggers, que comenzó la mañana utilizando esa frase. Ahora tiene una sonrisa de distensión en su rostro, luego del comienzo tenso con las cuentas..
Cinto Courtaux no está preso por casualidad u olvido. En un panorama en el que casi el 70% de los imputados o condenados por el genocidio están con prisión domiciliaria, él está dentro del otro 30% porque estuvo prófugo durante la instrucción de esta causa. Está detenido desde que lo atraparon, en mayo de 2017. Llonto agrega un dato que da escalofríos a toda la audiencia en la sala: “además, entre sus pertenencias le encontraron fotografías de gente que participa de este juicio, por lo que es peligroso”. Sabe de qué habla. El día de su detención, en la billetera de Cinto Courtaux, hallaron una foto de Llonto recortada de un periódico. El epígrafe contaba quién era.
—No eran fotos, era un recorte de una revista —dice el defensor.
—Espere —lo interrumpe el juez, porque entre el público comienzan a levantarse las pancartas con los rostros de los desaparecidos/as y asesinadas/os.
—No se preocupe. No me molestan los carteles, ya los tuve a mis espaldas —responde Silva.
La referencia es al día de la lectura del veredicto en el primer juicio por los desaparecidos de La Tablada. Ante el mismo tribunal, Silva pidió que las pancartas no fueran exhibidas a sus espaldas. El temor evidente era que se registraran fotografías con esos rostros interpeladores detrás. Ahora no están a sus espaldas, porque se modificó el lugar de manera que las partes no están de frente al tribunal y de espaldas al pùblico, sino que están de costado. Nadie le da las espaldas a nadie. Y las fotos están allí, a la vista.
El tribunal rechazará el pedido de domiciliaria más tarde. Claro que en este caso es derecho a la legítima defensa, nunca un intento de demorar el juicio para continuar con la extensión del estado de impunidad pateando la sentencia para adelante. En síntesis: todos y todas queremos un juicio justo y rápido. La cuestión es por dónde y a quién apurar.
*Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguimos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com