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La Retaguardia

Los 7 pibes

Por en Las Víctimas

En la masacre de Pergamino perdieron la vida Juan José, John, Alan, Sergio, Fernando, Federico y Franco. Siete historias que es necesario conocer y que aquí compartimos.
(Por El Diario del Juicio*) 

Juan José Cabrera: 23 años, le decían Noni. Le gustaban las motos, jugar al fútbol con sus hermanos más chicos, cocinar (guisos y postres, sobre todo), comer milanesas y participar en domas y jineteadas. Lo detuvieron el día anterior a la masacre y ese 2 de marzo le faltaba una firma del fiscal para obtener su libertad.

John Claros: 25 años, su nombre artístico era “Lochi Insane”. Era cantante, nacido en Yumbo (ciudad de Cali, Colombia). Había venido a la Argentina a cantar y presentarse en festivales. Su mamá le dice Chilo.
Alan Córdoba: 18 años, le decían El Polaco y la rompía jugando al fútbol. El 6 de septiembre de ese año habría cumplido 19 años. Su mamá lo recuerda como centrado e introvertido; su papá, como un pibe de un corazón divino. Su frase de cabecera era “que tu sonrisa cambie el mundo, pero que el mundo no cambie tu sonrisa”.

Sergio Filiberto: 27 años, le decían Fili. Fanático de Douglas Haig y de los recitales de La Renga. En varias paredes de la ciudad hay grafitis que llevan su nombre al lado del de su amado club. Tenía dos hermanxs, sobrinos y un ahijado a quienes amaba y un montón de amigxs. Así lo describe su mamá: “Era un chico tierno, de gran corazón, solidario, a veces ingenuo, cuestionador de la hipocresía reinante, de la injusticia en cuanto a clases sociales, admirador de la vida del Che Guevara. Ambos trabajabamos en el mismo hospital de nuestra ciudad, vivíamos juntos, éramos incondicionales, a veces me decía, ‘viví tu vida’, y yo le contestaba ‘mi vida sos vos’. Hoy él no está y me deja un legado. Se fue sabiendo que mi amor por él era inmenso y yo me quedo con el saber que me amaba; era de decírmelo, de escribirlo y de grabarlo donde pudiera”.

Fernando Latorre: 24 años, le gustaban los autos y el hip hop. Mariana, su pareja, cuenta que por esa influencia sus hijos terminaron escuchando hip hop y que también los hizo de Boca. Es el único hijo de Silvia y trabajaban juntos en un taller donde confeccionaban ropa. Amaba a su hija, Franchesca, que al momento de la masacre tenía menos de un año. Su mamá, su abuela, su tía, sus primas y su pareja caminan juntas la exigencia de justicia desde que ocurrió la masacre.



Federico Perrotta: 22 años, le decían Peluca y su hermana lo recuerda como cargoso, jodón y un poco mañoso. Su vida era el barrio, sus amigos y la música. Juntarse con los pibes era su rutina favorita. Trabajó de delivery y de albañil. Desde la masacre, su hermana, su mamá, su hija Pía, su hijo Ian y otros familiares caminan la exigencia de justicia.



Franco Pizarro: 27 años, le decían Paco. El fútbol y la pesca estaban entre sus cosas favoritas. Tenía cuatro hijos al momento de la masacre: Abigail, Pilar, Tomás y Bastian, al que no llegó a conocer. Su mamá y su familia lo recuerdan como pura energía, muy amiguero: “Le gustaba vivir la vida y la vivió muy rápido”.


*Para reconstruir las historias de los siete pibes se utilizaron como fuentes de información el libro de Leandro Albani «No fue un motín. Crónica de la masacre de Pergamino» (Editorial Sudestada), el Dossier realizado por la Agencia Paco Urondo y FM La Caterva en septiembre de 2017 y charlas con familiares y allegados a las víctimas.

*Este diario del juicio a los policías responsables de la Masacre de Pergamino, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, FM La Caterva, Radio Presente y Cítrica. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juicio7pergamino.blogspot.com.