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Mes: junio 2020

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“Artesanos Unidos de la calle Defensa” de la Feria del Barrio porteño de San Telmo realizaron hace unas semanas una olla popular para que se escuchen sus reclamos. Desde que comenzó el aislamiento social, preventivo y obligatorio no han podido generar ningún tipo de ingreso. Se trata de un reclamo directo al Gobierno de la Ciudad para pedirle que responda a los petitorios que hicieron desde las distintas ferias regularizadas. En diálogo con el programa Tengo una idea, la artesana y delegada integrante de “Artesanos Unidos de la Calle Defensa al 700”, Sita Ram Díaz Zamorano, explicó cómo fue la reunión, que promesas obtuvieron, y describió la difícil situación que les toca vivir. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Graciela Carballo/Carlos Morchio ✏ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Fernando Tebele 📷 Foto de portada: Archivo Agustina Salinas La Retaguardia El aislamiento social a raíz de la pandemia ha hecho que diversos sectores de la sociedad con trabajos independientes y autogestivos hayan dejado de generar ingresos. A esto se le suma que los reclamos fueran silenciados e invisibilizados. Sin embargo, los y las artesanas de la reconocida y turística Feria de San Telmo, tras la realización de una olla popular y muestra de taller, aún poniendo en riesgo su salud, pudieron por fin ser escuchados por el Director de General de Conservación del Espacio Urbano, Miguel Ángel Estrada, en las puertas del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana, en la calle Martín García 346, frente al Parque Lezama.“Lo que hizo Estrada en primer lugar fue dividir a los sectores. Nosotros, como delegados, queremos ir juntos de todas las ferias de la Ciudad de Buenos Aires y ya dividió a las reuniones vía zoom. En primer lugar, les va a tocar a las ferias de sistema, que son las viejas ferias de artesanos de la antigua ordenanza; y, después, nosotros esperamos a ser notificados. Como recién ahora se empieza a hacer una presión desde todos los ámbitos posibles, estamos tendiendo algunas respuestas”, detalló. En mi caso estuve todo el día de hoy (por el martes) ocupada con la entrega de cajas alimentarias para los compañeros. Después de 90 días, no voy a ser una malagradecida, porque no lo soy, pero les puedo contar de qué consta para que se entienda la gravedad del asunto: una lata de choclo de grano amarillo de 200 gramos, una lata de durazno, tres paquetes de bizcochitos de 120 gramos cada uno, un aceite mezcla de 900 gramos, una leche en polvo de 800 gramos, dos chocolates de 170 gramos, una polenta de 500 gramos, un paquete de azúcar y una caja de té de 50 saquitos. Fueron ochenta y cinco de estas cajas vía padrón que les corresponden a los compañeros después de más de 80 días de no haber recibido ninguna notificación”, detalló Sita Zamorano.“Entendemos y creemos que hasta pasado septiembre las Ferias de la Ciudad de Buenos Aires no van a poder volver. Es iluso pensar que la gente pueda tener el poder adquisitivo, que vaya a ir a las ferias, y que la gente vaya a correr el riesgo de ir a trabajar. Tenemos muchos compañeros en edad de riesgo”, vaticinó. “Lo que esperamos es que el Gobierno realmente nos escuche y realmente tenga seriedad en poder tener una mesa de diálogo, porque necesitamos que esta gestión avance un poquito más que con un bolsón de alimentos. Tenemos compañeros que llevan dos o tres meses sin poder pagar el alquiler. Y es completamente falso que el DNU (en referencia al congelamiento de los alquileres) se cumpla porque lamentablemente no toda la gente alquila en blanco, y hay muchos que están siendo desalojados, quedando en situación de calle. Y que le están aumentando el alquiler”, continuó describiendo.Con respecto al alcance de la IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) dijo: “Muchos compañeros lo han recibido, pero si tenés en cuenta que tenés que sustentar a una familia con 10 mil pesos en 90 días, es una medida celebrada pero insuficiente, y ni hablar si uno alquila. La situación es que muchos compañeros no la cobraron por errores que no se entienden; hay un ejemplo de una compañera que, según ANSES, nació en 1901, o compañeros extranjeros que no han podido demostrar sus años de residencia, que están en el sistema, lo que implica que pagan impuestos, que demuestran que están en la rueda económica del país, también alquilan, se alimentan. En nuestro caso, nuestras artesanías, como usamos insumos de acá, somos industria nacional”.“El Gobierno de la Ciudad con nuestro sector ha sido nulo. Se demostró legislativamente con el fallo del juez Gallardo, y ejecutivamente con nosotros cuando nos manifestamos en la calle (se cumplió una año de la represión por parte de Policía de la Ciudad a los feriantes). Esperamos que el gobierno tome cartas en el asunto y traiga soluciones concretas y no dilate las cosas, porque en este momento un protocolo no es algo para discutir,. Queremos soluciones para los compañeros que alquilan, sobre todo para quienes no han recibido la IFE, y una canasta alimentaria razonable”, agregó.Tras la realización de las ollas populares, la semana pasada el Gobierno porteño les dio una reunión. Sita detalló los acuerdos alcanzados: “Conseguimos que se traten seriamente nuestros petitorios, esto habiendo hecho ingreso al hall de entrada del ministerio. Quedamos con el compromiso del Gobierno para entablar la mesa de trabajo y así contener a los compañeros, mejorar los productos de la caja alimentaria y trabajar con funcionarios de otras dependencias como el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, órgano que se encarga del subsidio habitacional. Producto de la reunión previa vía Zoom, llevada adelante con el Director de Conservación del Paisaje Urbano, Miguel Ángel De Estrada, quien también está a cargo de la Gerencia Operativa de Ferias, Gabriel Kuasñosky,  y otros funcionarios del Ministerio de Espacio Público, se comprometieron a seguir entregando la caja de alimentos cada diez días. Además, llevarían adelante las gestiones para el acceso de la ‘Ciudadanía porteña’ (es una tarjeta alimentaria que no es compatible

En otra extensa jornada, más de siete horas esta vez, se escucharon dos testimonios. Desde Paraná, por videoconferencia, se escuchó un testimonio que podría ser gracioso si no fuera grave: el médico militar Gabriel Salvador Matharan dio un concierto de “No recuerdo” e, incluso, argumentó que su falta de memoria se debía al aislamiento derivado de la pandemia. El testimonio más extenso fue el de la antropóloga Verónica Almada, que complementó el que dio Stella Segado la semana pasada, y precisó en torno de la organización de la inteligencia del Ejército, ya que se especializó en el ordenamiento y la clasificación de los archivos de esta fuerza. (Por El Diario del Juicio*)  📷 Fotos 👉 Gustavo Molfino📷 Selección de fotos 👉 Martina Noailles ✍️ Textos 👉 Fernando Tebele/Martina Noailles👆 Foto de portada  👉 El presidente del tribunal, Esteban Rodríguez Eggers, se saluda con la fiscal Gabriela Sosti. Signos de la nueva etapa en medio de la pandemia. 📷 Foto 👉 Gustavo Molfino 👆 En un salón casi vacío, los rostros de las víctimas gritan presente. Así será en las próximas audiencias mientras la pandemia obligue a la virtualidad e impida que los familiares puedan abrazarse después de cada testimonio. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 “No recuerdo, señor”. Desde las oficinas del Tribunal Oral de Paraná y detrás de una máscara plástica de proteción ante el Covid-19, Gabriel Salvador Matharan, médico militar, dice no recordar absolutamente nada. Su edad y la pandemia, son las excusas. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Además de no recordar, cuando una de las secretarias del tribunal, Sandra Iglesias, le exhibió su firma para ver si la reconocía a través de la cámara, Matharan dijo que no veia bien.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 La firma era de un documento de la Gendarmería Nacional. Se trata de la supuesta autopsia de lo que, a esta altura puede asegurarse, fue el suicidio fraguado de Gervasio Martín Guadix. El hecho ocurrió en el puente fronterizo Uruguayana (Brasil) y Paso de los Libres (Argentina). Se publicó como el suicidio con la pastilla de cianuro de un “desaparecido que estaba en Europa”. En realidad Guadix estaba secuestrado y sería luego asesinado. Así de clara se veía la imagen que Matharan no pudo observar desde Paraná.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 La jueza Morguese Martín, a la distancia, mostró su enojo con las (no) respuestas de Matharan. Sobre todo con aquellas que sonaron a “respuestas preventivas”, en las que respondía “No me acuerdo, señor… disculpe, señora”, a preguntas sobre su actualidad o la idoneidad que tenía para practirar una autopsia. Al final de la jornada, las querellas y la fiscalía pidieron que se analice si hubo falso testimonio por parte de Matharan. La querella de la familia de Gervasio Martín Guadix, a cargo de Rafael Flores, solicitó además que se libre orden de detención.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 La segunda testigo fue la antropóloga Verónica Almada. En un extenso testimonio, que debió interrumpirse dos veces por problemas en el sistema virtual que la justicia le provee al TOFC Nº4 para realizar las audiencias, explicó entre otras cosas cómo se organizaba la inteligencia del Ejército Argentino.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Almada trabajó en el equipo que dirigió Stella Segado. Está embarazada de cuatro meses, por lo que varias botellas con agua se fueron vaciando durante su testimonio. En el reparto de tareas de estudio de los diferentes documentos desclasificados, le tocó analizar los del Ejército.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Entre el material hallado y desclasificado estaban los legajos de algunos de los imputados y el del militar Eduardo Francisco Stigliano, ya mencionado en otros testimonios. Stigliano pidió al Ejército una “reparación” por supuestas heridas en la “lucha contra la subversión”. A partir de ese pedido, en su argumentación, desnuda las metodologías operativas de la inteligencia del Ejército. Stigliano falleció, pero su legajo es una importante prueba en este juicio.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 La voluminosa causa por la represión a la Contraofensiva sobre una de las mesas en la sala, por cualquier consulta que se quisiera realizar al expediente.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 El defensor oficial, Lisandro Sevillano, a cargo de la defensa de los 6 imputados que no tienen condenas anteriores, fue y vino con el enchufe de su computadora hasta que pudo mostrar una placa que disparó una consulta a la testigo Almada.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Hernán Corigliano es el abogado defensor de Norberto Apa, condenado ya a prisión perpetua por el asesinato de Ana María Martínez, militante del PST (Partido Socialista de los Trabajadores). Entre los documentos desclasificados figura una felicitación que recibió el genocida por la tarea realizada.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio *Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com

Así lo exigió en Hasta que vuelvan los abrazos Andrea Scalengue, la mamá de Facundo Scalzo, asesinado por la Gendarmería el miércoles en el Barrio Rivadavia, situado en Bajo Flores. Facundo recibió cuatro tiros por la espalda y murió esperando una ambulancia del SAME que tardó 50 minutos en llegar. Los tres gendarmes fueron detenidos. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Fernando Tebele y Giselle Ribaloff ✏ Redacción: Andrés Masotto 💻 Edición: Rodrigo Ferreiro 📷 Foto de portada: Famila de Facundo El 10 de diciembre del año pasado, en su discurso de asunción, Alberto Fernández le dedicó un párrafo a la probemática que aqueja a nuestra sociedad desde el retorno de la democracia. “Debemos salir de la lógica del gatillo fácil”, expresó, y prometió acompañar un proyecto de reforma en materia de seguridad. Seis meses después poco se modificó, con el aliciente que durante la cuarentena la represión policial, acompañada por el discurso oficial, recrudeció. El miércoles 17 Facundo caminaba hacia la casa de Andrea, su mamá, cuando se topó con un grupo de gendarmes que avanzaba por la calle a los tiros. Facundo recibió cuatro balas de plomo por la espalda y murió en el lugar, convirtiéndose en otra víctima del gatillo fácil. “Primero y principal quería aclarar que Facundo tenía 20 años y no fue como dicen en todos los noticieros: Facundo no estaba en ninguna guerra narco, como dicen. Facundo no venía de robar, Facundo venía para mi casa. Estaba con sus amigos, venía para mi casa y por la calle por donde venía él, venían gendarmes tirando tiros al aire. Y él sale corriendo y cuando dobla en la esquina los gendarmes le dispararon. Y no fue una bala, fueron cuatro. Cuatro balas que le reventaron el pecho”, aclaró Andrea con la voz quebrada. Y continuó: “Y hoy a mi hijo no lo tengo por culpa de estos hijos de puta. Que se piensan que porque tienen uniforme pueden más. Porque vivimos en un barrio humilde se piensan que pueden más que nosotros, que somos todos negros, que somos todos villeros, que andamos todos en la misma. Y yo no ando en la misma con nadie. Yo trabajo. Yo trabajo y a mis hijos los tengo bien. Y voy a limpiar el nombre de mi hijo para que se deje de hablar lo que se habla. No voy a parar hasta hacer justicia por mi hijo. En este momento esas tres ratas están bien presas. Y yo lo único que no quiero es que esto quede en la nada. Porque así como mi hijo hay un montón de chicos y hay un montón de madres que están en la misma situación que yo. Y yo no quiero que pase más nadie esto. Nunca pensé que me iba a pasar esto y lamentablemente lo estoy viviendo en carne propia. Pero yo lo único que quiero es que se limpie el nombre de mi hijo y dejen de hablar boludeces, por favor”. Momentos después de asesinar a Facundo, cuando vecinos, junto a sus amigos y familiares comenzaron a acercarse al lugar, la violencia continuó: “A mí me pegó la gendarmería. Empezaron a reprimir con balas, no balas de goma, cuando no me dejaron subir a la ambulancia. Cuando yo llego al lugar a él le habían puesto una valla de gendarmes. Lo dejaron morir a mi hijo, la ambulancia (del SAME) tardó más de 50 minutos. Y yo les pedía por favor que me dejen tocarlo, que me dejen abrazarlo. Y me decían que no, que me corra. Y empecé a empujar de la desesperación de ver a mi hijo ahí tirado. Y vino un gendarme, una mujer, y me pegó con el bastón en el brazo. Y me pegaron en los brazos. Y otro gendarme para empujarme me pegó una patada en la panza. Tenía a mi hijo tirado ahí y me estaban pegando. Cuando estaba en el Piñeiro me pusieron como 50 gendarmes y estaba yo sola. No puedo más.”, denunció Andrea. Aunque el hecho es reciente, en Andrea se percibe una fuerza que, en estos casos, no solo es una ventaja, sino que es necesaria. Notablemente quebrada y cargando una angustia insoportable, Andrea se está ocupando de investigar qué pasó con Facundo. “Hoy llamé a la mañana a la morgue judicial y la doctora que le hizo la autopsia me dijo lo que había sido, y fueron todos por la espalda. Un gatillo fácil, es así. Gatillo fácil, abuso de poder. Nada más”, contó. “La familia de Marcelo me está ayudando. Y me llamaron ayer, no sé quién. Lo único que me acuerdo es que me llamaron del Ministerio de Seguridad o Desarrollo Social, algo así, para brindarme apoyo. No sé quién porque la verdad no me acuerdo nada, no sé. Me sacaron a mi hijo. Hablé con la mamá de Ezequiel Demonty, otra víctima de gatillo fácil. Se acercó a mi casa y me dio fuerza. Vi los ojos de sufrimiento de esa madre. También estoy hablando con el hermano de Ezequiel y yo sé que ellos me van a ayudar y me van a dar fuerza para seguir, más allá de que yo tengo tres hijos más, y no voy a descansar hasta que mi hijo descanse en paz porque ya le prometí que se iba a hacer justicia”, detalló sobre el acompañamiento recibido. Hacia el final, luego de quebrarse y recomponerse varias veces, Andrea dejó un fuerte mensaje, para los oyentes y también para las autoridades: “Tengo ganas de decir algo más: justicia para mi hijo y para todos esos chicos, para todos esos chicos que la policía mata. Y que por favor la gente deje de hablar boludeces de mi hijo. Por favor les pido. Yo quiero limpiar el nombre de mi hijo. En una cuenta de Instagram de la gendarmería nos están tratando de villeros, a mi hijo de caco. Yo lo único que pido es que algún día me escuche Alberto y que ponga las leyes como tienen que

Testimonio de Gabriel Salvador Matharan, médico militar👇 Testimonio de Verónica Almada, antropóloga Parte 1 👇 Testimonio de Verónica Almada, antropóloga Parte 2 👇 Testimonio de Verónica Almada, antropóloga Parte 3👇

Testimonio de Gabriel Salvador Matharan, médico militar👇 Testimonio de Verónica Almada, antropóloga Parte 1 👇 Testimonio de Verónica Almada, antropóloga Parte 2 👇 Testimonio de Verónica Almada, antropóloga Parte 3👇   *Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com

A casi tres meses de la suspensión por la pandemia, se reanudó el debate oral con el testimonio extenso y contundente de Stella Segado, quien aportó una explicación de cómo funcionaban y se organizaban los servicios de inteligencia. Lo hizo tras haber estudiado durante años documentos secretos hallados y desclasificados. Como novedad, aportó un telegrama de Guillermo Patricio Kelly a Héctor Villalón, conocido personaje de aquellos años. Le agradece la información recibida sobre Mendizábal, Tolchinsky, Pereyra Rossi y Croatto, militantes de Montoneros. El Diario del Juicio y La Retaguardia televisaron la audiencia y lo volverán a hacer el próximo jueves, turno para que declare la antropóloga Verónica Almada, quien también trabajó sobre los archivos del Ejército Argentino. (Por El Diario del Juicio*)  ✍️ Texto 👉 Martina Noailles/Fernando Tebele 💻 Colaboración  👉 Diana Zermoglio📷 Fotos 👉  Gustavo Molfino/Daniel Cabezas📷 Foto de Portada 👉 Ante la sala vacía, se colocaron en los asientos las fotos de las personas desaparecidas durante la Contraofensiva. Las observa el abogado defensor del genocida Norberto Apa, el Dr. Hernán Corigliano. 📷 Daniel Cabezas Stella Segado lista para comenzar con su testimonio.📷 Gustavo Molfino Las secretarias del tribunal corren con desesperación. Está a punto de reanudarse el juicio. Arrastran una de las pantallas desde el costado de la sala en el que está ubicada habitualmente para que el público pueda ver mejor lo que ocurre. Esta vez, la cercanía televisiva la necesitarán los jueces para poder observar los documentos y croquis que aportará la testigo, por lo que la ubican de frente a Esteban Rodríguez Eggers y Matías Mancini, los dos que están presentes en la sala. La tercera integrante del tribunal, María Claudia Morguese Martín, es una más entre los recuadros de la sala virtual. Stella Segado, la única testigo de esta audiencia, hace rato que está sentada en su lugar, y repasa algunos apuntes en su computadora. Parece tranquila. Daniel Cabezas, su compañero y sobreviviente de la Contraofensiva, será el encargado de registrar fotográficamente. Lo rodea un público muy especial en esta ocasión. Con la costumbre de la sala repleta, cuesta ver esta imagen, que aun así, como casi todo en este juicio histórico, tiene un fuerte poder simbólico. La sala está vacía, podría decirse con la misma cantidad de certeza y frialdad; pero en realidad está repleta de gente. Y las ausencias evidentes, se hacen presentes. Nadie tendrá que levantar sus fotos esta vez, porque están ubicadas con prolijidad, cada una en su silla. No habrá cansancio en sus rostros seis horas después, cuando Segado todavía responda preguntas, porque están congelados en su tiempo. No por elección, está claro. Aun así, desde las imágenes, todavía destilan algo del poder que les queda. *** Hay huellas que son imposibles de destruir. Son rastros que, a pesar del ensañamiento por borrarlos, la máquina burocrática del sistema va dejando en el camino. El Terrorismo de Estado en Argentina desapareció personas y, en busca de la impunidad de aquellos crímenes, también desapareció registros, fichas, datos. Pero dejó vestigios. De la punta de ese ovillo enredado tira desde hace casi dos décadas la especialista en Archivos y Derechos Humanos, Miriam Stella Maris Segado, la primera testigo en declarar en la reanudación del juicio oral por la represión a la Contraofensiva Montonera, que retomó este jueves tras la pausa obligada por la pandemia. Su testimonio, que duró casi 6 horas y se transmitió en vivo a través de El Diario del Juicio, fue un relato pormenorizado acerca de cómo funcionaban las estructuras de inteligencia militar durante la última dictadura. Especialmente, puso bajo su lupa a los Batallones 201 y 601 con base en Campo de Mayo, durante el período 1979/1980, lo que permite poner en contexto las violaciones a los derechos humanos que se investigan en este juicio.  Segado es especialista en archivos de la represión y, gracias a una lectura minuciosa y obsesiva por seguir buscando donde parece que ya no hay nada, logró reconstruir lo que ella llama el “ciclo de inteligencia” establecido durante la dictadura. El rompecabezas se armó con la doctrina y la reglamentación de las Fuerzas Armadas entre 1976 y 1983. Su testimonio en este juicio tiene mucha relevancia, porque en realidad los archivos y documentos de inteligencia son la base probatoria. Sin esos archivos, hubiera sido mucho más complicado (aún) arribar a esta instancia. El rol de Segado sería el de ordenarlos con su testimonial, aportando algo desde su recorrido personal. “En 2003 comienzo a investigar Campo de Mayo. En ese momento Campo de Mayo era un circuito que no se había investigado, del que había aproximadamente 10 sobrevivientes conocidos y no había certezas de cuántas personas habían pasado por allí. A lo largo de los años los 10 se transformaron en 100; y las víctimas, en más de 3000 personas”, explica, mientras recorre sus pasos por los archivos de la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), y sus trabajos en la Subsecretaría de Derechos Humanos (que luego se transformaría en Secretaría), más tarde en el área de archivos del Ministerio de Defensa y también en la UFI-AMIA. Documento secreto en el que se observa el ordenamiento y el modo de acción de la Inteligencia Nacional. La que más pregunta es la fiscal Gabriela Sosti. Está ubicada en una fila de tres asientos correlativos. Detrás suyo están los abogados defensores Lisandro Sevillano y Hernán Corigliano. Dan la imagen de estar en un ómnibus; los defensores a veces parecen querer bajarse. Sosti consulta y no dejará de hacerlo. Se nota que parte de este material formará parte de su alegato que, ya se anticipa, durará varios días. “Antes de comenzar -se mete en tema Segado- quisiera explicar algunas cuestiones: he trabajado en tratar de hacer una síntesis de este proceso que lleva más de 17 años de trabajo con archivos y la reconstrucción histórica de un período, en especial en Campo de Mayo. Lo que presentaré aquí irá de lo general a lo particular”, aclara, después de prometer decir la verdad. A través de una pantalla, los

Martín Crespi es artista visual, escritor de literatura infantil y parte de Pachamamita Libros, un proyecto editorial autogestivo que trabaja la temática medioambiental. En diálogo con el programa A mí no me importa, habló acerca de los libros que realizan, que están enfocados hacia niños y niñas, e incluyen temas como los agrotóxicos, transgénicos y la megaminería, entre otros. Además, se refirió a las herramientas artísticas y de comunicación que utilizan para trabajar los contenidos vinculados a lo ambiental desde una mirada crítica. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Pedro Ramírez Otero/Julián Bouvier/Valentina Maccarone ✏ Redacción: Nicolás Rosales/Pedro Ramírez Otero 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Foto de portada: http://pachamamitalibros.com.ar/ En el 2015, el docente de historia, artista y escritor Martín Crespi creó la Editorial Pachamamita Libros. Un proyecto, autogestivo e independiente con la mirada puesta en libros infantiles de temáticas ambientales, con posibilidad de ser descargados desde la página web de forma gratuita, como herramienta de visibilización de estas problemáticas. Entre muchas particularidades, estos libros trabajan el concepto de accesibilidad, a partir de traducciones a braille, por ejemplo. “La asombrosa historia de la mega-minería y las mini-regalías”; “La fabulosa historia de la sojita traviesa”; y “La increíble historia de las perdices que comieron felices, ilustrado por Diana Chereau; son algunas de sus obras más importantes. “Desde hace aproximadamente 5 años que venimos trabajando junto a Diana Chereau, y en los primeros momentos con Ana Pascal que ilustró los primeros tres títulos. Son libros sobre la infancia que tienen que ver con el concepto de extractivismo. Nos vemos atravesados por esta cuestión: la extracción de recursos naturales a gran escala con el impacto social y ambiental que eso provoca. A partir de la producción de una muestra plástica se me ocurrió crear un espacio pensado para las infancias que problematice con esto”, expresó el docente. Una muestra particularLa muestra plástica a la que hacía referencia es “Naturaleza Humana”, una obra que tiene como eje el concepto de extractivismo.  “Lo voy analizando a través de una exposición que intenta hacer una síntesis visual y conceptual de las diversas problemáticas ambientales y de cómo se  manifiestan en los distintos territorios. El extractivismo se manifiesta, por ejemplo, en la Pampa húmeda a través de la soja transgénica. Se transforma en un commodity. Eso tiene un valor en el mercado y por lo tanto se imponen las reglas de juego sin importar las consecuencias sociales y ambientales que provoca. No solo es de Argentina, es un problema regional que afecta parte de Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia”, explicó. Llegar a las infancias desde el medioambiente Desde Pachamamita Libros buscan adaptar la temática medioambiental para el público infantil. Crespi contó que hacen un trabajo de investigación para elegir el tema, donde es importante problematizar y, al mismo tiempo, plantear una alternativa. “Si no están esas alternativas habrá que inventarlas. Quedarán en nosotros, o en las generaciones futuras encontrarle la vuelta para que esto mejore, poder vivir con dignidad en ambientes saludables”, manifestó. Además, detalló cómo desarrollan cada edición: “Planteamos una historia, una fábula o un relato, y los libros libros tienen un glosario y distintas actividades didácticas que hacen referencia a esta problemática: trabalenguas, laberintos, crucigramas, espacios libres para que intervengan en el libro y no quede abandonado en la biblioteca. También está el espacio que permite la ilustración”. Los comienzos“Yo llegué a acercarme a las cuestiones ambientales a través de la radio. Escuchaba un programa que se llamaba “Horizonte”, en Radio Nacional, que después estuvo en distintas radios, dirigido por Jorge Rully y un equipo del “Grupo de Reflexión Rural”. Ahí empecé a escuchar las primeras denuncias y voces que se alzaban contra lo transgénico y lo que eso implicaba. Yo estaba trabajando en un proyecto de fotos adaptadas para personas con discapacidad visual que se podían tocar, tenían relieve, braille y sonido. Venía trabajando desde lo cultural pero no tan metido en las problemáticas ambientales. Y era una de las inquietudes que tenía, más que nada pensando en el futuro porque lo que sabemos son las proyecciones”, recordó el docente, y agregó que  el panorama dentro de 20 a 50 años no es para nada alentador. “Y si pensamos en las futuras generaciones que van  a venir, algo hay que hacer, por los que vendrán, por la continuidad de la vida”, enfatizó.El buen uso de las nuevas tecnologíasLa propuesta de estos libros apunta a los niños y niñas, teniendo en cuenta también la evolución tecnológica y el contexto en el que están inmersos e inmersas generalmente, con interacción con celulares, tablets y computadoras como parte de lo cotidiano. Acerca de esto, el escritor profundizó: “Tenemos el orgullo y el mérito de ser de las primeras editoriales independientes en sacar libros con realidad aumentada. Se baja una aplicación al celular, toma las imágenes del libro con un código QR, y al mismo tiempo que lee esa imagen dispara distintas animaciones, relatos de audio, y genera movimientos que sólo se ven con el dispositivo electrónico. Es fundamental trabajar con las nuevas tecnologías”. Crespi citó como ejemplo en esta temática al filósofo argentino, docente de la UBA, Alejandro Piscitelli. Dijo que este filósofo, sacó un libro  llamado “Nativos digitales”, que habla de cómo las nuevas generaciones incorporan los hábitos de consumo a través de los teléfonos celulares, de los dispositivos electrónicos. “Alejandro  decía que ese libro ya estaba obsoleto, que los chicos no son más nativos y son cautivos digitales. La incorporación de las nuevas tecnologías viene a hacerle un guiño a estas nuevas generaciones. Es un puente de comunicación para llegar con los contenidos”, añadió. Una lucha social y cultural“Tomar conciencia de los que nos está pasando es parte de una batalla cultural para tener conciencia y una mirada crítica. Hay que reafirmar que las alternativas están”, aseguró el artista visual tras exponer un diagnóstico de la naturalización de un consumo poco consciente y las malas consecuencias de los procesos de producción que afectan al medioambiente.Crespi, continuó explicando el origen del nombre de la editorial:“Se fue armando de a poco, las primera

La médica generalista Charo Blasco, en su columna Destrozando la Salud del programa radial A mi no me importa, compartió algunos relatos que dan cuenta de cómo se vive la pandemia de COVID-19 desde la perspectiva de los y las trabajadoras de la salud. El último de estos escritos es de Belén Brizuela, también médica, reformulado con su autorización y con los nombres cambiados para preservar la identidad de las personas. Mientras los medios tradicionales muestran números y hablan de casos, aquí elegimos ponerles nombres y contar sus historias, aunque nos embargue la tristeza. (Por La Retaguardia) ✏ Redacción: Charo Blasco/Belén Brizuela💻 Edición: Pedro Ramírez Otero/Fernando Tebele 🖍️ Ilustración: Lorenzo DibiaseDe un tiempo a esta parte, el grupo de whatsapp que comparto con mis amigas, el que usábamos para arreglar cómo ir a los partidos del Argeñero o en la casa de quien tocaba juntarse en la semana, se llenó de estos mensajes: 🔔 Me mandó un mensaje, me dijo que no sabía dónde estaba, que le habían hecho el hisopado. La subieron a un remís y la llevaron a un predio pero nadie le dijo dónde era. Le pedí que me mande la ubicación por whatsapp, le explique como hacerlo…  🔔 Estuve hasta las ocho esperando la ambulancia con él ahogándose. Un código rojo de SAME tardó más de cinco horas. Todo después de haberlo mandado a la guardia el día anterior y que sin más le dijeran que mejor volviera a su casa. 🔔 Che, Charo, se fue Inés. Se la llevó el COVID… Y yo pensé: eso y haber vivido la vida entera con las necesidades básicas insatisfechas y subiendo la escalera caracol de su casa de rodillas los últimos diez años, porque ya no podía hacerlo de otra manera por la artrosis. 🔔 Nos reunimos antes de empezar el operativo, nos hicieron entrar en calor, mover las articulaciones, bailar el carnavalito, y respirar mientras una persona tocaba un cuenco y otra la flauta. Había que estar energéticamente listas y lindas para la foto, para salir a buscar personas con contacto estrecho de otras personas con hisopado positivo en el barrio. 🔔 Che, amiga, te queria contar que ayer falleció Teresa…  Yo la conocía de haberla atendido algunas veces en la salita, para ella yo era “esa la que está toda escrachada”, porque tengo tatuajes. Tenía 30 años y cáncer de cuello de útero, alcanzó a despedirse de uno de sus hijos por teléfono, estaba sola en el hospital, por esto del COVID-19. Ayer a la mañana, una de mis amigas nos mandó un mensaje, decía algo como “creo que acabo de presenciar el récord de las desgracias en tiempos de COVID”. Después no supimos nada más de ella hasta la noche, cuando nos compartió un relato que hoy me gustaría compartir con ustedes. 🔔 Como todos los días, abrimos la pantalla y vemos cómo se va alargando la lista de las personas con COVID. ¿Cómo que lo mandaron a la casa y era positivo? ¿Cómo que no saben que vive con diez personas y comparte el baño con otras veinte? ¿Cómo que le empezó a faltar el aire y el SAME no fue? ¿Cómo que no sabes dónde está tu familia? ¿Cómo no te comunicaron nada? ¿Como que te echaron del trabajo porque tenes COVID?Hoy, a las 9.24 me senté para llamar a Juan. Él vive con su papa Severo, su hermana Ana y su mamá Rosa. Este es el llamado que hago a diario desde que internaron a Severo y a  Ana en distintos hospitales, por diagnóstico de COVID. ¿Cómo estás Juan? ¿Cómo está Rosa? ¿Hoy tuvieron algún síntoma? ‘Doctora’, dijo con la voz entrecortada. ‘Paso una tragedia’. La angustia que tengo, ya habitual, se transformó en una presión en el pecho, bien fuerte. No podía imaginar qué cosa empeoraría su situación. Ya sabía que Severo empezaba a necesitar oxígeno, nos lo habían comunicado desde el hospital; y Rosa, con muchas enfermedades crónicas, dependía de que Juan no enferme.‘Mi mamá falleció anoche’, dijo. Fue a levantar Rosa, a la hora de la cena y ella no respondió. Llamó al SAME. La ambulancia la llevó al hospital y él no puedo ir porque ambos estaban haciendo aislamiento por contacto estrecho con personas con diagnóstico de COVID-19. Lo llamaron horas después, para comunicarle que la madre había fallecido de un probable ACV sin más explicación, y le pidieron que se acerque a la mañana siguiente a retirar el certificado de defunción.Juan no sabía cómo ni cuándo comunicarle a Ana, su hermana, sobre el fallecimiento. Y mucho menos a Severo, ya que sabía que su estado de salud estaba empeorando. Él, en aislamiento, se acercó al hospital donde está Severo, su papá, para llevarle algo de ropa. Habló con lxs medicxs y les pidió que no se le diga nada, tenía miedo que la noticia lo empeore.Le pregunté cómo le parecía hacer con Ana, si necesitaba algo del equipo de salud. Él prefirió que seamos nosotras quienes le contemos la noticia.Conocí a la familia en el 2019, cuando abrió la salita. Rosa entró al consultorio en una silla de ruedas empujada por Juan. Ella, una mujer adulta mayor, hablaba con firmeza y mirada profunda. Sabía su medicación, las dosis exactas y los horarios de toma. Me pidió explicaciones sobre las múltiples intervenciones que le había hecho en el último año, no confiaba.Vuelvo a llamar a Juan para avisarle que van a ir a ver Ana y comunicarle la noticia. Me atiende y me dice que está en la entrada del Hospital, donde la policía lo retiene: ‘No me dejan irme’. Le habían avisado por teléfono que su madre era COVID positivo. ‘Me retienen porque quieren que me hisope doctora’. Le pido que me pase con las fuerzas de seguridad, escucho que se niegan a hablar. Llamo a una conocida que está en el hospital, ella avisa a la guardia para que alguien se acerque a ver qué pasa con Juan, él solamente quiere despedirse de su madre. El médico de la guardia le comenta que en

Marcos Gómez declaró por su padre Enrique Horacio Gómez Pereyra y su madre Nilda Teresa Valentina Acosta; Isabel Parra por su papá, Carlos Parra, y su mamá, Georgina del Valle Acevedo. En este tramo de la Megacausa Campo de Mayo se están investigando las desapariciones de trabajadores ferroviarios y sus familias comprendidas entre el 31 de agosto y el 5 de septiembre de 1977. (Por La Retaguardia) ✏ Redacción: Diego Adur 💻 Edición: Fernando Tebele 📷 Foto de portada: Julieta Colomer/Anccom El testigo Marcos Gómez, que al momento de los hechos tenía entre 6 y 7 años, declaró por el secuestro de su padre Enrique Horacio Gómez y su madre Nilda Teresa Valentina Acosta. En su relato describió la violencia con la que fue llevado a cabo el operativo y contó las posteriores torturas que sufrieron su papá y su mamá en el centro clandestino de detención. Nilda Acosta recuperó su libertad unos días después de su secuestro y Enrique Gómez continúa desaparecido. Las detenciones ocurrieron el 1 de septiembre de 1977 entre las 2:30 y 3:00 horas, en el domicilio del Barrio Los Perales, Boulogne, donde vivía la familia: “Irrumpieron en la casa gente que decía ser de la Policía. Entraron y nos apuntaron con ametralladoras. Nos amedrentaron y zamarrearon. Revolvieron y rompieron todo. A mis hermanas, a mi mamá y a mí nos metieron en el baño. Después la sacaron a mi mamá tironeándola. La tiraron al piso y le preguntaron por mi papá. Mi papá estaba trabajando. Trabajaba en una fábrica de San Martín, hacía muebles. Nosotros llorábamos y gritábamos. Nos amenazaron diciendo que nos callemos la boca porque nos iba a matar. Estuvieron alrededor de 40 minutos o 1 hora. Pusieron dos granadas arriba de la televisión. Estaban vestidos de ropa negra de fajina, encapuchados y con armas largas. Solo se les veía los ojos”, narró Gómez en detalle. “Dijeron que buscaban a mi papá, le decían el rebelde o algo por el estilo. Cuando llegó mi papá le apuntaron y le empezaron a pegar. Cuando la quisieron llevar a mi hermana, Nilda Gómez, yo me prendí a su pierna. Se llevaron cosas, se robaron cosas. (Afuera) había como siete, ocho camionetas”, contó. Durante el operativo, Marcos escuchó el apodo “León” y que “otros se llamaban por número”. Después, aportó que su madre escuchó el apodo de ”Tigre” durante su cautiverio en Campo de Mayo: “Mi mamá se dio cuenta de que estaba en Campo de Mayo. Escuchaba la barrera del tren. Era un lugar donde se escuchaba eco, hacía frio, era un campo grande. Había colchones en el piso. Era como un galpón gigante”, expresó el testigo. Tanto Enrique como Nilda fueron salvajemente torturados durante su estadía en el centro clandestino de detención. Los amenazan con dispararles y gatillaban los revólveres para atemorizarlos: “Mi mamá fue amenazada con perros. Le tiraron perros encima como para que la mordieran. La asustaron con perros dos o tres veces. Con armas también. Le decían que le iban a pegar un tiro en la cabeza. ‘Si el perro no le hace nada pegale un tiro´”, recordó Marcos. La liberación de Nilda Acosta y la búsqueda de Enrique Gómez El testigo recreó un diálogo que su mamá tuvo con los captores, antes de su liberación: -Preparate que te vas. Volás de acá-, le dijeron. -Por favor no me maten-, suplicó Nilda -Quedate tranquila que no vas a sentir nada cuando te matemos, le respondieron los secuestradores. La gatillaron varias veces, hacían como que la mataban. (Entre los militares) discutían dónde la iban a liberar: -“Vamos a dejarla en la ruta”. “No te des vuelta hasta que ya no sientas el ruido del vehículo”, ordenaron. Pasaron como 20 minutos porque mi mamá estaba paralizada. Estaba desorientada y enceguecida. La dejaron cerca de mi casa. Se venía arrastrando. Estábamos con mi abuela, escuchamos el grito de ella y salimos”, compartió. Sobre la desaparición de su padre, Marcos dijo: “Para nosotros es un golpe muy fuerte. Es una herida que nunca se va a cerrar, a pesar de que hayan pasado tantos años. Uno siempre lo está recordando. No tener un lugar donde llevarle una flor, no saber dónde está enterrado, nos afectó mucho a todos. Pareciera que no se termina nunca esto. A mí, como soy el más chico, me afectó mucho más. Yo la acompañaba a mi mamá a hacer todos los trámites. No la podía dejar sola. Hicimos Habeas Corpus, fuimos al juzgado, a Migraciones, comisarias, al Edificio Cóndor, a todos lados, a todos los organismos que pudimos. En el juzgado de San Isidro me quisieron dar partida de defunción de mi padre y yo no la acepté. Para mí no está muerto. Está desaparecido”, afirmó. Embarazada en Campo de Mayo En su relato, el testigo contó que su madre estuvo en cautiverio junto a una mujer embarazada. Recordemos que tanto Leonor Landaburu como Sandra Colayago, ambas víctimas en este juicio, estaban embarazadas al momento de su detención. Ellas continúan desaparecidas y sus familias siguen buscando a sus hijos o hijas: “Había una chica embarazada en el mismo lugar donde estaba mi mamá. Mi mamá hablaba con ella. Llegó a ver que la picaneaban. La estuvieron picaneando más de media hora y pararon porque decían que estaba a punto de tener al bebé. Después no la vio más. Tenía pelo largo, embarazada de 6 o 7 meses. Se comentaba que el bebé había nacido ahí. No sé si era varón o mujer. Sintió llorar chicos. Después no escuchó nada más Por último, Marcos exigió justicia y castigo para los genocidas: “Que se haga justicia y algún día pueda saber a dónde está mi padre. Que se castigue severamente a los culpables y paguen todo lo que hicieron. Hasta el día de mi muerte voy a llevar esta cruz encima. Que se haga justicia”, terminó su declaración Gómez. Antes del cuarto intermedio para dar lugar a la siguiente testigo, la secretaría del Tribunal informó que no fue aprobada la presentación

*Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com