Incendios en Corrientes, ¿y ahora qué?
Por LR oficial en agronegocio, ambientalismo, incendios, Medio Ambiente, Nacionales
Esta fue la pregunta que desde el programa radial Tengo una Idea, le realizaron a la periodista socio ambiental correntina Gabriela Bissaro. Además de describir el estado de situación con las últimas informaciones de los incendios en aquella provincia, la periodista se refirió al vacío ambiental y sus consecuencias. Por último, mencionó el mal y tardío accionar de los Estados provincial y nacional cuando en enero los focos de incendios fueron más graves. (Por La Retaguardia)
🎤 Entrevista: Graciela Carballo/Nicolás Rosales
✍️ Redacción: Nicolás Rosales
💻 Edición: Pedro Ramírez Otero
La periodista Gabriela Bissaro desde Corrientes brindó algunos detalles e información de lo sucedido en la provincia: “Los incendios se siguieron sucediendo hasta la primera semana de marzo. La lluvia, tal vez la más importante de los últimos años, ayudó a aplacar bastante. Pero se reavivaron seis focos de incendio bastantes importantes que obligaron a los bomberos a estar otra vez trabajando durante varios días con temperaturas que oscilaron entre los 43 y 45 grados. La semana pasada, el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) de Corrientes informó que se superaron el millón de hectáreas quemadas, esto significa el 12% de territorio provincial quemado”.
Por otro lado, Bissaro, especialista en la temática del medioambiente, esbozó algunas acciones gubernamentales ante el actual estado de situación: “Si bien hay ciertos anuncios por parte del Gobierno, como por ejemplo el Plan Renacer Iberá que contiene una serie de acciones tendientes a recuperarlo, no está muy clara cuál va a ser la estrategia».
Vacío ambiental
“Lo que sí están señalando los y las especialistas investigadoras del territorio es que para empezar a ver cómo se puede recuperar y restaurar el ambiente primero tenemos que tener un diagnóstico de lo que se perdió. Es todo tan reciente que la tormenta que se sucedió al mismo tiempo generó mucho viento y se hizo como una especie de nube y tornado de cenizas. Nunca se había visto algo igual. De lo que se quemó en total, los bosques cultivados representan solo un 3%, la mayor superficie afectada. El 32% son esteros y bañados, que era lo que estaba totalmente seco y se incendió. Le siguieron los malezales y pastizales en una porción bastante importante. No obstante esto, para las áreas cultivadas agropecuarias que sufrieron las llamas hay diferentes líneas de ayuda para pensar el día de mañana. Los pastizales y los malezales tienden a regenerarse solos. En el caso de los bosques quizá necesiten algún tipo de intervención, pero ahí los biólogos son muy cautos”, explicó Bissaro.
Pérdidas agroganaderas
La periodista también explicó otras problemáticas: “Hay otra discusión política y económica sobre la agroganadería y qué hacer con los animales. Los terneros que se crían en Corrientes representan el 50% de la cría de ganado en nuestro país. El problema en el corto plazo es que no hay comida para estos animales, por eso se están recibiendo donaciones. De esta forma, los productores no tendrían la espalda para comprar los alimentos, y por lo tanto verían la oportunidad de malvender la hacienda. Además están comprometidas las crías que siguen. Según los técnicos que están trabajando en el territorio, aún no pueden dimensionar las pérdidas producidas para el sector. Hay mucha preocupación”.
El estado distraído
Por último, expresó: “Lo que hoy es una verdad es que se comieron la curva. Esto aplica para todos los gobiernos. Porque no estuvieron a la altura de las circunstancias. Esto se veía venir porque la gente del campo que trabaja con pronósticos lo venía anunciando desde octubre de 2021. Hubo un despliegue de fuerzas y recursos increíbles, pero recién la segunda quincena de febrero, cuando ya se llevaban quemadas 500 mil hectáreas. Todo enero Corrientes ardió y la gente estaba de vacaciones, incluyendo los funcionarios, por lo tanto las responsabilidades son compartidas. Esto ha sido una catástrofe y lo será por mucho tiempo. Se podría tardar de 70 a 80 años en restaurar los esteros del Iberá tal los conocíamos a diciembre del año pasado. Estamos hablando de la segunda reserva natural más importante que tenemos. Es una pérdida que nos toca a todos”.