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Una herramienta de la economía popular “para luchar contra esta lógica inflacionaria” 

Escrito por el octubre 6, 2022


Luego de seis meses de prueba, el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER) lanzó la Moneda de Intercambio Argentina (MIA). La medida apunta a fortalecer la economía popular del sector de las empresas recuperadas, a fidelizar clientela para mejorar la rentabilidad del sector y a combatir la lógica inflacionaria.

Redacción: Julieta Galera
Edición: Pedro Ramírez Otero
Fotos: Julieta Galera

Sustentada en el lema “la cooperación supera la competencia”, el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER) presentó la Moneda de Intercambio Argentina (MIA), el sábado 1 de octubre en el Mercado de Flores, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con una notoria concurrencia en una jornada festiva de feria con gastronomía, sorteos, juegos y música.

MIA es una moneda avalada por la producción de cada empresa recuperada que la implementa para incentivar el comercio y promover el consumo de productos y servicios del sector cooperativo de empresas recuperadas entre los y las trabajadoras del sector y entre su clientela. 

“Las empresas recuperadas desde 2016 veníamos en franca caída, fue una recesión total, se agravó el tema de la venta, los costos de servicios subieron y hace seis meses que sacamos la MIA como experiencia para los vecinos y para gente que no es de las empresas recuperadas. De esta forma, logramos la confianza en que nuestros productos y nuestra mano de obra valen. Con MIA empezamos a intercambiar y logramos que empresas recuperadas que no tenían contacto en el tema comercial lo tengan”, explica Pablo González, actual presidente del MNER. 

Según Pablo González, la MIA ya lleva seis meses de prueba y 40 cooperativas del MNER ya realizan intercambios con esta moneda. Los y las trabajadoras del sector junto con sus retiros de excedente de la producción reciben un plus para gastar en MIA que les permite realizar compras en los almacenes de la distribuidora Recoop, ubicados en 50 empresas recuperadas de AMBA, o en cualquier empresa recuperada. El MNER, conformado por 100 recuperadas, y el Recoop “serían como el banco central, son los que avalan la moneda”, señala González. 

El sector alimenticio y el gastronómico son los que  más adhirieron a la MIA. El gastronómico, además, tiene una participación importante en la promoción de esta moneda hacia afuera del movimiento porque le devuelve a sus clientes el 5% o el  10% del ticket en MIA como medida para incentivar el consumo de productos y servicios de empresas recuperadas, explica el presidente del MNER. “De esta forma logramos que la moneda se haga conocida entre personas por fuera de las empresas recuperadas y la fidelización de los clientes. Los gastronómicos lo están haciendo con buenos resultados. Y esas MIAS los clientes las pueden gastar a través de la página web o en algún almacén de Recoop, o en cualquier bar o restaurante recuperados”, dice.

Por su parte, Eduardo “Vasco” Murúa, expresidente del MNER y actual director de Empresas Recuperadas del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, cuenta que esta presentación de la MIA es producto de muchos años de trabajo, de pensar y ajustar los mecanismos para que esta moneda de intercambio sea realidad: “Me costó 15 años convencer a mis compañeras y compañeros trabajadores de la importancia de tener una moneda. Cuando intenté explicarlo sobre la idea no me entendían. Así que decidí armar la distribuidora Recoop y ponerla en función de las empresas recuperadas para aumentar la demanda, pero también para llegar a nuestro pueblo trabajador con mejores precios. La probamos seis meses para que la idea de la moneda dejara de ser algo abstracto, porque había una creencia que cuando a uno le están dando otra moneda por su trabajo le están desprestigiando el trabajo. Y ese intercambio entre Recoop y las recuperadas ayudó a que se comprendiera su utilidad”, explica.

“Nosotros estamos convencidos de que la MIA puede contribuir a mejorar las lógicas de comercialización, a tener mayor demanda, a fidelizar a los clientes porque creemos que la emisión monetaria es importante para el desarrollo de cualquier país y queremos disputar la idea del discurso neoliberal de que la emisión provoca inflación: lo que provoca la inflación no es la emisión sino los monopolios”, explica Murúa. En ese sentido, la MIA es una herramienta de las y los trabajadores de la economía popular “para luchar contra la lógica inflacionaria”.  

El Vasco Murúa se sincera y dice que desde su rol de director nacional de Empresas Recuperadas no planteó la MIA. “Hubiera sido preferible que el Estado cobrara impuestos en esta moneda, que esta moneda sirva después para la circulación y que no se fuguen los dólares, para que no se convierta en especulación financiera, pero hoy no están las condiciones para dar esa discusión”, plantea. 

En ese sentido, Murúa explica que a fines de los 90 el impacto del bono estatal Patacón fue tan fuerte que el Fondo Monetario Internacional (FMI) exigió una ley en la que el Estado nacional se comprometió a no emitir nunca más ese tipo de bonos porque “el tema de que la moneda no sea convertible es muy fuerte para el modelo especulativo porque necesita que sea convertible para fugarla”. 

Hoy las condiciones para que las y los trabajadores puedan imponer esta herramienta desde abajo no están dadas porque, al margen de que “no hay una institucionalidad quebrada ni cuestionada”, la diferencia con el contexto de 2001 es que “la superestructura económica estaba dividida y hoy es una sola”. Según Murúa, hoy todos están alineados en tratar de devaluar, quedarse con los recursos y usar la inflación para fugar las divisas. “Pero no hay una contradicción en las superestructuras económicas que pueda aprovechar el pueblo para cambiar la situación”, agrega. 

Para culminar, Eduardo “Vasco” Murúa aseguró: “El impacto de la MIA en función de la soberanía monetaria y productiva va a ser muy alto, muy positivo. Vamos a incrementar un porcentaje de la demanda de las empresas recuperadas y esperamos que sea una herramienta para muchos sectores, que seguramente va a ser imitada por muchos otros actores de la economía social y popular”.


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