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“Me resulta difícil de creer que Donda no supiera dónde estaba Victoria”

Escrito por el abril 26, 2023


Miriam Lewin, sobreviviente de ESMA, dio testimonio en el juicio donde se investiga la participación de Adolfo Donda Tigel en la apropiación de su sobrina Victoria Donda Pérez. Ubicó al exmarino “frecuentemente” en ese lugar, y aseguró que es difícil pensar que no supiera que allí estaba secuestrada su cuñada y que había dado a luz a una niña. Los cruces con el abogado defensor.

Redacción: Camila Cataneo
Edición: Fernando Tebele
Fotos: Captura transmisión de La Retaguardia


Miriam Lewin contó que a los pocos días de llegar secuestrada a la ESMA vio a Adolfo Donda Tigel en ese lugar. “Él era jefe del grupo de tareas. Se lo conocía como Palito o Gerónimo. Él transitaba por donde estábamos en cautiverio, por ejemplo el sótano, la Pecera, y el Dorado”. Todos esos lugares eran parte del Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio por el que se calcula que pasaron 5000 personas. “Era una persona que tenía una actitud distante, en comparación con otros represores. El formaba parte del círculo que tenía más poder. Él organizaba los operativos de secuestro de la ESMA”, indicó la testiga.
Lewin fue secuestrada el 17 de mayo de 1977 por un comando civil de la Fuerza Aérea. En ese entonces trabajaba en la zona de Lomas del Mirador como empleada en una fábrica de muebles. Tiempo antes de su secuestro, los grupos de tareas habían ido a buscarla a su casa, por eso decidió mudarse a un departamento muy pequeño que había alquilado en la localidad bonaerense de Villa Madero.

Todos los días, cuando salía de trabajar, llamaba a su familia de un teléfono público que había en una estación de servicio sobre la Avenida Provincias Unidas. Pero ese día notó que alguien la estaba siguiendo. Era un muchacho joven con una campera de jean, de unos 24 años, que caminó detrás de ella y se subió al mismo colectivo. Al bajarse fue interceptada por un auto Falcón. En ese momento intentó tomar la pastilla de cianuro pero la ahorcaron para evitarlo.

Estuvo diez meses y medio en cautiverio en una casa que pertenecía al servicio de inteligencia de aquella fuerza, que luego supo era el CCDTyE Virrey Cevallos. Luego fue trasladada, aproximadamente el 26 de marzo de 1978, a la ESMA. Al llegar al centro clandestino “me tuvieron en el sótano, alejada, con la luz apagada”, comentó la sobreviviente. Allí fue obligada a trabajar como mano de obra esclava para los represores hasta que logró exiliarse.

Al comienzo de su estadía obligada en la ESMA estuvo en Capucha, en una colchoneta tirada en el piso, y contó que “a los pocos días me llevaron a charlar a la Pecera en horario donde ellos no estaban. Me entrevistó Pingüino, Raúl Scheller, me preguntó qué sabía hacer y me incorporé al grupo de trabajo esclavizado”. La Pecera era un espacio de ventanas vidriadas en el que realizaban tareas esclavas.
Lewin resaltó que los marinos decían que había una campaña anti argentina desde el exterior y obligaban a un grupo de secuestrados que clasificaran información publicada en la época para desestimar las multiples denuncias por violación a los Derechos Humanos. Recordó que le tocó dar cuenta de las denuncias que desde el exilio realizaba Rodolfo Terragno que daban cuenta de que “tenían a alguien infiltrado”, por el nivel de información que allí se publicaba. “Había un archivo fotográfico, estaba a cargo de una persona que se llamaba Bartolomé”, agregó.

“Donda era una presencia frecuente en la ESMA”, resaltó. “Me resulta difícil de creer que Donda no supiera donde estaba Victoria”, manifestó Miriam Lewin acerca de la responsabilidad del ex marino en la apropiación de su sobrina Victoria Donda Pérez.

El tío y el apropiador


Durante el juicio, Donda Tigel dijo que no tenía relación con Juan Antonio Azic, el prefecto que apropió a Victoria Donda y la inscribió como su hija. El imputado desvió la responsabilidad en el robo de la niña hacia Héctor Febres, otro integrante de la Prefectura Naval, a quien sobrevivientes señalan como “a cargo de las embarazadas”. Febres fue el único imputado en el primero juicio de la megacausa ESMA, y apareció envenenado en el buque de Prefectura en el que esperaba el veredicto que debía conocerse unos días después. Su muerte nunca fue aclarada. Lewin lo corrobora: “Febres se encargaba de controlar el estado de las embarazadas, les hacía escribir una carta a sus familiares”.

“Donda y Azic estaban juntos en la ESMA”, aseguró Miriam cuando fue consultada por el abogado defensor acerca de la relación que tenían los dos represores. Si bien aclaró que nunca los vio juntos, no dudó en afirmar que estaban en los mismos lugares dentro del centro clandestino. “Azic era uno de los temibles torturadores de ESMA. A mí no me torturó, pero El Sueco declaró que fue torturado con corriente eléctrica por él con su bebé en el pecho y que lo había traído de las piernas”. El Sueco es Carlos Lordkipanidse, secuestrado junto a su esposa en aquel momento, Liliana Pellegrino, y junto a Rodolfo, el pequeño hijo de ambos.

Embarazadas en la ESMA


Miriam contó que cuando estaba en Capucha podía levantarse muy pocas veces la venda. Un día vio a una mujer con su hijo en brazos y le preguntó cómo lo iba a llamar y ella respondió: “Juan”. Ese bebé era Juan Cabandie, otro de los nietos recuperados por la incansable búsqueda de Abuelas de Plaza de Mayo. El joven recuperó su identidad en 2004 y actualmente es ministro de Medio Ambiente. También comentó que vio a una embarazada llamada Liliana Pereyra, a quien pudo reconocer por fotos años después de recuperar la libertad.

“Hacia fines del 78, cae una persona que militaba conmigo, Patricia. Había sido secuestrada por Fuerza Aérea. Me dejaron tener acceso a ella. Estaba en una piecita muy pequeña, a mí me autorizaban tener conversaciones con ellas”. Se trataba de Patricia Roisinblit, la hija de Rosa, la histórica vicepresidenta de Abuelas. Rodolfo Pérez Roisinblit fue apropiado por Francisco Gómez y es otro caso resuelto por Abuelas.. En ese entonces, cuando Miriam le pidió a Scheller que Patricia permaneciera en la ESMA, el genocida le dijo que “ella (Patricia) y el bebé le pertenecían a la Fuerza Aérea”. Por eso pensaron que era regla que los bebés fueran robados por las fuerzas que secuestraron a sus mamás embarazadas. Sin embargo, el caso de este juicio, el de Victoria Donda, no cumple con esa supuesta regla, ya que fue Hilda Pérez fue secuestrada por la Fuerza Aérea pero su niña fue robada por un prefecto de la ESMA.

Su encuentro con Leontina, abuela de Victoria y Daniela

Continuando con su relato, contó cómo fue el viaje a Toronto a visitar a la abuela materna de Victoria como periodista de investigación antes de la aparición de Donda Pérez. Leontina le contó que ella quería cuidar a Daniela (la hija mayor de Donda y Pérez, criada finalmente por Donda Tigel), pero una jueza amiga de Donda se la había sacado y el entorno la estaba amenazado, por eso tuvo que exiliarse en Canadá.

El momento de Fanego


La audiencia tuvo varios pasajes de tensión entre Jesús Fanego, el abogado de Donda Tigel, y Ricardo Basílico, el presidente del TOF N°6. Primero fue porque Fanego consultó a Lewin por una “detenida”. Lewin lo corrigió: “secuestrada”. El abogado quiso continuar con el intercambio pero el juez lo frenó.
Al cierre de la audiencia, Emanuel Lovelli, el abogado de la querella de Abuelas, advirtió que podrían denunciar a Fanego ante el Colegio de Abogados. El abogado, en un escrito presentado en la causa, habló de las “relaciones carnales”, entre el Ejecutivo y los tribunales en “estos juicios de venganza”. Se sumó Basílico para decirle que el TOF: “Es independiente y no va a admitir que se califique nuestra actuación, que se conocerá cuando demos a conocer el veredicto”.


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