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La Retaguardia

El Conservatorio Manuel de Falla reclama por un edificio propio

Por LR oficial en Arte y Cultura, CABA

La comunidad del Conservatorio Superior de Música Manuel de Falla hace 20 años que lucha por un edificio propio. Paula Paz, integrante del centro de estudiantes de esa institución, pasó por el programa radial La Retaguardia y habló del estado de la situación edilicia y educativa. 

Entrevista: Pedro Ramírez Otero
Redacción: Gabriela Suárez López
Edición: Valentina Maccarone/Pedro Ramírez Otero

La situación de los institutos educativos en la Ciudad de Buenos Aires es crítica y, en los últimos tiempos, varias escuelas y profesorados reclaman por cuestiones edilicias y otras problemáticas. La Escuela de teatro Niní Marshall pelea por un edificio propio: la Escuela de Cerámica Fernando Arranz y el Instituto de Danzas Nº 2 comparten el mismo espacio; la Escuela Superior de Enseñanza Artística en Artes Visuales Rogelio Yrurtia consiguió un nuevo edificio hace algunos años que ahora comparte con una escuela primaria.  Esos son algunos ejemplos, que se suman a las problemáticas de otros establecimientos educativos de la Ciudad de Buenos Aires. Se podría pensar que si tienen algo en común es la enseñanza artística y ahí cabe la pregunta sobre qué lugar ocupa en la agenda educativa del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires el arte, su enseñanza y desarrollo. Al Gobierno porteño parece no afectarle lo que sucede en estas instituciones, sus tradiciones y la escasez de  vacantes, entre otras problemáticas que atraviesan.

El Conservatorio Superior de Música Manuel de Falla es uno de esos institutos con una extensa tradición educativa. “Tiene 104 años y fue muy prestigioso, tiene muchísimo nivel académico y el reclamo por el edificio propio viene desde hace muchos años. El conservatorio fue funcionando en distintas sedes: al principio en la calle Cangallo, luego el histórico fue el del Centro Cultural San Martín (CCSM), ahí funcionó durante los años 60 y los años 70 con un gran florecimiento de las carreras en esa sede del CCSM. Y luego, a partir de la reforma nos alojaron en la calle Gallo que es la sede en la que estamos ahora. El reclamo por el edificio propio viene por lo menos desde hace 20 años, que se pide al Gobierno de la Ciudad que le dé un edificio propio al Manuel de Falla porque realmente lo necesita”, explicó Paula Paz, integrante del centro de estudiantes de la institución. 

Ante este tipo de reclamos, el Gobierno de la Ciudad lleva adelante una práctica que todos los institutos conocen: los llamados a licitación que “se caen” constantemente y por medio de las cuales justifican los alquileres de espacios que nunca son definitivos. Estos espacios tampoco suelen ser propicios ni para las actividades que desarrollan, ni para la cantidad de estudiantes que allí concurren. 

El Conservatorio comparte su sede con otro instituto, y también  tiene otras sedes y múltiples anexos. “El Falla tiene una sede central en la esquina de las calles Gallo y Sarmiento, pero esa sede no le pertenece. Además, tiene un anexo, porque en esa sede tampoco entramos, el edificio pertenece al Conservatorio Astor Piazzolla. Nosotros funcionamos en el segundo y en el tercer piso de este edificio. El tercero lo compartimos y el segundo  es nuestro, exclusivamente. También, está la sede de la calle Suipacha que es una sede que el Gobierno de la Ciudad alquila todos los meses para dar respuesta a la demanda de matrícula que tenemos en el conservatorio”, explicó Paz. Ante el desmembramiento del espacio educativo, resulta muy compleja la articulación de la enseñanza entre las distintas materias y actividades: “Además, funcionan otros cuatro anexos en escuelas primarias, en donde se cumplen, también, con las funciones de educación musical en el turno vespertino. La sede Suipacha y la sede central funcionan en los tres turnos (mañana, tarde y vespertino) y los cuatro anexos únicamente funcionan en el turno vespertino, porque durante el día son escuelas primarias”, agregó.Para la integrante del centro de estudiantes el alquiler de un espacio no es la solución, ya que, al no tener edificio propio, la cursada tiene varias irregularidades como “ener que ir de una sede a otra muchas veces, no tener espacio donde estudiar, porque en la sede donde estamos el tercer piso lo compartimos con el Astor Piazzolla y, en el primer piso, hay una sola sala grande donde tienen que ensayar las orquestas de tango, de folclore y la sinfónica”, 

La comunidad educativa de los dos institutos no cabe en la sede y la necesidad de traslado de estudiantes, docentes e instrumentos y la incomodidad a la hora de estudiar son evidentes. Además, se dificulta la coordinación de las cursadas, debido a la limitación del espacio. “Al lado de donde ensaya la sinfónica, vos tenés que estudiar alguna otra materia y es realmente difícil poder hacerlo, porque acústicamente no tienen aislamiento, entonces todo el sonido pasa de un aula a otra. Son aulas muy pequeñas para cursos grandes, sin ventilación. Son difíciles las condiciones en las que se estudia. A eso le sumamos los costos de movilidad. Pero, más allá de eso, los estudiantes, el cuerpo directivo, el cuerpo docente y no docente estamos dispuestos a seguir, todos pidiendo este edificio para dar cobijo edilicio que es lo que realmente necesitamos, lo que necesita la institución para poder realmente cuidar su patrimonio, para poder cuidar a sus estudiantes, para dar respuesta a la matrícula. Nos parece que es fundamental tener una sede definitiva. En el medio hemos perdido pianos en las mudanzas, que le corresponden al conservatorio y que son de gran calidad y hoy están en otras salas de la ciudad, dijo Paz.

Sobre las negociaciones a lo largo de todos estos años con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la integrante del centro de estudiantes explicó: “Hemos tenido, una vez, una respuesta del exministro (Ángel) Mahler, quien se acercó, vino al conservatorio, lo recorrió, nos ofrecieron en ese entonces dos pisos en el Centro Cultural San Martín, como una especie de reparación histórica, pero la cantidad de metros que nos ofrecían no alcanzaba, íbamos a tener el mismo problema. Entonces, era una oferta que realmente no daba solución a la problemática. Y además, el Centro Cultural San Martín tampoco era un edificio propio, entonces estábamos sujetos a próximas decisiones políticas de mudar el conservatorio e íbamos a tener que ajustarnos igual. Tener una sede propia lo que hace es eso, instalar ediliciamente una institución, no van separadas”.

Actualmente, 20 años después, aún esperan una respuesta a esta lucha por el edificio propio: “Nosotros sabemos que tener una sede propia es un proyecto muy grande, pero no podemos dejar de pedirlo, porque creemos que es realmente lo que nuestra comunidad educativa necesita”, aclaró Paz.

Para acompañar el reclamo del Conservatorio Superior de Música Manuel de Falla se pueden seguir sus redes sociales en Facebook Instagram y con el hashtag #UnEdificioParaElFalla.

 Además, es posible consultar al correo [email protected] y apoyar firmando la petición de Change.org