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María Elena Naddeo: “Están llevando a cabo el desmantelamiento total del Estado”

Por LR oficial en Otras, Trabajadores

La docente y vicepresidenta de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), María Elena Naddeo, pasó por el programa Sueños Posibles de Radio La Retaguardia, y habló acerca de la situación actual de la Argentina.  “Estamos viviendo una catástrofe política”.  Además se refirió al paro nacional del 24 de enero. Dijo que la APDH está participando junto a ATE de una red de abogadas y abogados para trabajar en la defensa de los trabajadores, presentando una medida cautelar para el paro.


—Evidentemente, después de lo que podemos llamar el triunfo de Milei, estamos hablando mucho, con distintas personas de distintas orientaciones para ayudarnos entre todos a ubicarnos rápidamente en este nuevo panorama, que no sé si es tan nuevo, pero nos gustaría mucho que vos, desde tu especificidad más conocida, pero también desde tu rol de militante, dirigente sindical, nos des tu panorama de qué pensás de esta situación, ¿no? Que para muchos sigue siendo sorprendente.   

—Sí, la verdad es que estamos profundamente consternados y consternadas. Es una catástrofe política lo que estamos viviendo. Creo que la gente que votó a la Libertad Avanza no entendió que detrás de ese mensaje transgresor, alegre, rupturista de un cambio profundo, se escondía una mano negra. Porque la verdad lo que estamos presenciando es el intento de destruir lo poco de bueno que tiene el estado social, ¿no? Las leyes laborales, el tema de las indemnizaciones, por ejemplo, la derogación del INADI. La derogación de leyes muy importantes como la Ley de Apoyo a la Fabricación Nacional de Medicamentos. Sin hablar incluso de los temas de género, recortan la Ley Micaela, por ejemplo. Esa es una decisión ideológica. Fijate que es una capacitación obligatoria a los tres poderes del Estado, ¿no? Todos los funcionarios, para que conozcan la temática de la prevención de la violencia de género, la recortan sólo para aquellos que trabajen el tema. Y solamente con la temática de violencia intrafamiliar, como si no hubiera violencia social,violencia política, o institucional. Pero bueno, eso es un aspecto pequeño, pero que muestra el perfil. Lo otro es un desmantelamiento brutal de todas las medidas protectoras de la industria nacional, de las pymes. La libertad de mercado, otra vez la libertad de mercado absoluta de los grandes monopolios, de los grandes capitales. 

Justamente quería agregar que ya se produjeron despidos en las líneas 144, también en el Consejo de Niños, Niñas y Adolescentes en CABA, y en la línea 137 nos informaron que hay siete trabajadoras despedidas. Todo esto conlleva a un nivel de violencia mayor y a mayor desprotección hacia los niños, las mujeres, que son las principales víctimas de violencia. ¿Cómo pensás que se puede hacer, más allá de difundir, de denunciar, para impedir que se avance sobre estas conquistas?

 —Sí, los despidos son terribles porque es lo que acompaña en forma primera el proceso de desmantelamiento del Estado. El Estado pequeño que ellos quieren reducir. Yo estoy en la APDH, en la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, y participamos junto con ATE capital de una red de abogados y abogadas para justamente trabajar los temas de la defensa de los trabajadores y por otro lado, también se ha presentado el pedido de una medida cautelar para la movilización del 24 de enero. Una de las maneras que tenemos desde la sociedad es acompañar a los gremios, a las tres centrales de trabajadores, las dos CTA, y gran parte de la CGT, que se han puesto de acuerdo para marchar el 24. Ese paro tiene que ser un paro muy importante y además tiene que ser el inicio de un plan de acción sostenida, ¿no? Después el otro frente es el Legislativo y las asambleas vecinales. También hay una red federal que se nuclea en Judiciales, en Rincón 74, que ya hemos tenido dos reuniones plenarias, han presentado un amparo contra el DNU fundamentalmente. Y bueno, se están haciendo reuniones en diputados contra la Ley Ómnibus. Justamente, estamos trabajando un documento que se va a llevar el miércoles, desde la Mesa de Articulación de Niñez, donde confluimos más de 400 organizaciones. El viernes nos reunimos de manera presencial en el SERPAJ (Servicio Paz y Justicia de Argentina) y virtual, con gente de todo el país. Allí con la APDH, con madres, con APIABA (Asamblea por las Infancias y Adolescencias de Buenos Aires), las redes, los chicos del pueblo, una cantidad de organismos y especialistas trabajando para denunciar esto porque la verdad que no es una alternativa. La realidad actual es malísima, porque hay mucha pobreza infantil y mucha indigencia, pero lo que ellos proponen va a acentuar la brecha social y la brecha cultural. No es la alternativa deseada. Así que no hay que bajar los brazos y articular, no quedarnos solos y solas, acercarse a los sindicatos, a los movimientos sociales, a los organismos de derechos humanos, en fin, no estar solo. Ese es el mensaje. Marchar juntos y juntas, y apostar a los colectivos que en las plazas y en los barrios se están organizando.  

Quería retomar algo de lo que vos dijiste en el sentido de catástrofe. Me impactó porque mi penúltimo artículo para Pelota de Trapo se llama justamente “Catástrofe y Oportunidad”, para correrse de ese latiguillo tan conocido de crisis y oportunidad. Esto es una catástrofe y no sé si trae una oportunidad. La pregunta que te quiero hacer es qué hicimos nosotros, o qué no hicimos, para llegar a esto, para merecer esto. Desde ya estas elecciones, creo, sorprendieron a más de uno. La pregunta que te hago es ¿qué pensás que llevó a que mucha gente votara al alacrán a pesar de que sabía que iba a picar? ¿Qué es lo que pasó en cuatro años? Pero también antes, porque Macri ganó no hace mucho. 

—Es una pregunta que nos hacemos prácticamente todo el tiempo. Yo creo que influyó mucho la pandemia. No vimos lo suficiente el impacto social, cultural, en la subjetividad de la gente. Ese aislamiento obligatorio fue bueno porque preservó vidas, pero por otro lado generó mucho individualismo y un vuelco de los chicos y las chicas al internet, de manera impensada. Me parece que eso aisló mucho a la sociedad. Costó mucho volver a la escuela. En los secundarios, por ejemplo, costó mucho volver a reunirse colectivamente. Eso, unido a una debilidad de la política, una fragilidad del gobierno, de los gobiernos populares que no fueron a fondo. Faltó decisión, faltó coraje para avanzar en algunos temas, y bueno, también el rol de los medios. Acá hay un aparato mediático muy fuerte y quizá nosotros no hemos logrado contrarrestarlo con nuestro discurso. No hemos podido llegar hacia donde había que llegar. Pero es un debate que está pendiente, yo no tengo todas las respuestas tampoco. 

Bueno, lo que vos dijiste recién, hacerse la pregunta. Yo conozco sectores que no se hacen esa pregunta. Ponderan los males del enemigo, que le sobran males obviamente, no vamos a descubrir ahora lo que es el fascismo, aunque también se discute si es fascismo o no. Pero todo lo que vos señalaste, y que sabemos, son estructuras más que autoritarias, yo diría tiránicas. Este hombre creo que es una reencarnación de Luis XIV, cuando decía: “el Estado soy yo”, ¿no? Esta suma de poder público a la cual aspira, es bastante evidente de esta situación. Aspirar a cuatro años de Poder Legislativo, Poder Judicial y Poder Ejecutivo. Pero creo que la pregunta hay que hacérsela, porque si no después de Milei viene Godzilla, King Kong, o no sé quién va a venir. Hay que prever todo eso. A la vez me preguntaba, ¿qué es lo que pasa con estos jóvenes? ¿Por qué no se pudo transmitir desde la subjetividad de todas las abuelas, de madres, de todos los que vivieron la dictadura militar, de lo que significaba el nivel de autoritarismo y cómo se sufrió o se persiguió? ¿Qué pasó con toda esa historia, que, en vez de llamarnos a la reflexión, parece como si se hubiera borrado de un plumazo? 

—Para los organismos de derechos humanos es una catástrofe, una tragedia. Decí que las madres tienen una fuerza, y las abuelas, aunque son muy poquitas, pero siguen adelante con mucha entereza, y todos los organismos dispuestos a dar la batalla para frenar cualquier intento de indulto, cualquier intento de darle la libertad a los genocidas, que es lo que Villarruel seguramente va a buscar. En realidad, a mí me parece que hay una deuda enorme de la política. La política se encerró en sí misma. Las agrupaciones trabajan muy para adentro, las corrientes, incluso los diputados, salvo excepciones, hay gente maravillosa que recorre los barrios, que convoca reuniones pero son muy pocos los que debaten. Digo en tiempos de normalidad, en los cuatro años de Alberto Fernández, se perdió ese tiempo. Un año y medio, casi dos, lo absorbió la pandemia y después esta cierta falta de participación real en la política, ¿no? En todas las agrupaciones, por muy sectarias o por muy autoritarias, o centralizadas, falta una construcción política donde se llegue realmente a los barrios, a las comunidades. Así que me parece que hay una deuda que, como ustedes dicen, hay que plantearlo en la agenda, porque si no después nos vuelve a pasar. Esperemos que el gobierno de Milei sea tan malo, que la gente reflexione y vuelva a ganar un gobierno popular. Pero si no reflexionamos después nos va a volver a pasar lo mismo y el proceso va dejando heridas, va deteriorando todo de manera permanente. La historia se repite, pero se repite cada vez con mayor dramatismo y con enormes pérdidas.  

Lo que pasa es que ya pasó lo de Macri. Recuerdo que cuando fue Macri el presidente, muchos no lo vieron venir tampoco. No lo podían creer. Ahora, esta sensación de estupor, de lo impensado, pasa de ser un lamento patético, digamos. ¿No es hora de que uno piense que hay gente de derecha? La Argentina es un país que está cortado por el medio. Lo está Chile, lo está Uruguay. ¿Por qué no nosotros? Hay gente que admira la dictadura militar, no solamente Villarruel. Hay gente que no se levantó contra la dictadura militar en ningún momento, festejó el Mundial, festejó la gesta de Galtieri, etcétera. Ahora, los que creyeron que para combatir eso era suficiente la candidatura de Massa, bueno, parece que ni Grabois estuvo de acuerdo, y muchos otros tampoco. Y así nos fue.  

—Sí, por eso hay que apostar a una generación nueva en política. A mí me parece que hay gente de izquierda muy valiosa. Hay que unirse con Axel Kicillof en la provincia, Juan Grabois, hay algunas referentas feministas que son extraordinarias. En fin, me parece que hay que tratar de apoyar, los que ya tenemos varias décadas de lucha política, de respaldar que se genere un movimiento más sólido y estudiar mejor los temas. A mí también siempre me intrigó este tema de que hay percepciones de gente que está en lugares de poder importante, que no son realistas, que no ven lo que está ocurriendo, que no analizan con profundidad, o simplemente miran su propio proyecto y no está viendo el proyecto general.

A eso que vos describís ahora, hace muchos años lo dije en un seminario de formación teológica, y lo llamé “alucinatorio político social”, ¿no? O sea que de pronto, lo que se percibe no es tan importante. Más importante es lo que uno quiere percibir.   

 —Eso lo vengo pensando. Lo he descubierto varias veces, pero te digo a lo largo de varias décadas.  

Justamente, es una versión digital del Diario de Irigoyen. Bueno, ahora se sofisticó. Directamente mandan este mensaje digital. Y así cada uno elige lo que más le gusta, no lo que corresponde a una realidad deseada. Y creo que es un efecto tardío, pero también un efecto de la crisis de la ideología, el fin de los metarrelatos, la profecía de Fukuyama y todo eso, ¿no? 

—Sí, época difícil dónde no tenemos un modelo claro que proponerle a la sociedad, más que esto de la solidaridad, la igualdad, que en sí son grandes temas y grandes valores, pero que en el plano de la economía, no están absolutamente desarrolladas. El modelo cooperativo, que ustedes también han sido pioneros en la cooperativa, en Ático, pero las cooperativas como modo de producción, han sido muy incipientes, muy escasas. Es lo primero que están cortando. Lo primero que hicieron fue cortar los convenios con las cooperativas del movimiento del MTE, de Barrios de Pie, de todos los movimientos sociales, ¿no?  

Porque cuando no hay autogestión financiera, la autogestión política es muy limitada y la verdad es que todas las cooperativas, que de alguna manera dependen financieramente del Estado, son muy frágiles.   

—Totalmente. Por eso, son temas en los que no se profundizó lo suficiente y bueno, ahí estamos.