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A un año de su muerte, los homenajes y los recuerdos para el poeta, pensador, militante de derechos humanos, maestro, y tanto más, se multiplican. Llevan su nombre salas, escuelas, aulas, teatros. Lo seguimos escuchando y celebrando. El recuerdo de su hija, Vanesa, y su compañera Regine Bergmeijer en el Programa de Radio Sueños Posibles, que conducen Irene Antinori y Alfredo Grande en La Retaguardia. Compartimos algunos enlaces y videos, para recordarlo en diversos formatos.

A 3 años de la desaparición de la niña de 14 años, una delegación humanitaria de Argentina y Uruguay viajó hasta Asunción para visitar en prisión a Carmen Villalba, la madre de Lichita. Además se realizó una marcha exigiendo la apertura de una investigación por desaparición forzada. La Retaguardia y Tiempo Argentino participamos de las intensas jornadas y compartimos esta cobertura conjunta. Texto: Nicolás G. Recoaro / TiempoFotos: Natalia Bernades / La Retaguardia Cobertura conjunta de Tiempo Argentino y La Retaguardia Asunción rojo shocking. Al colorado vivo está el termómetro en la primavera asuncena. La térmica debe arañar los 40° C y sigue trepando. Frente a la Cárcel del Buen Pastor, una vendedora de bananas y uvas me cuenta que en la época del dictador perpetuo Alfredo Stroessner (1954-1989) estaba prohibido decir que la temperatura pasaba de los 30°. “Quería dominarnos hasta en lo psicológico, en lo informativo, en todo –sentencia la comerciante mientras se derrite-. Mucho no cambió la cosa, sigue mintiendo y robando el Partido Colorado”. El Paraguay es el único país cuya bandera presenta dos caras con imágenes diferentes. El único que celebra dos fechas de independencia. El único de América donde los conquistadores adoptaron la lengua de los conquistados. También, el más desigual del Cono Sur. Setenta años de hegemonía del “Tiranosaurio” Stroessner y sus crías coloradas neoliberales dejaron un sólido legado: penurias para todos. Con un índice de Gini empobrecido del 0,93%, Paraguay ocupa el podio con la mayor desigualdad global en la concentración de tierra: el 90% del territorio cultivable está en manos de 12 mil grandes propietarios; las migajas que quedan se reparten entre 280 mil pequeños productores. El 19% del territorio se concentra en manos de corporaciones extranjeras. El campesinado paraguayo, a la deriva en un mar de soja transgénica, sigue esperando la reforma agraria. Una isla rodeada de tierra, decía Augusto Roa Bastos. La transpirada delegación humanitaria se apiña frente al portón de la cárcel de mujeres. El colectivo variopinto viajó en bondi los 1333 kilómetros que separan Buenos Aires de la capital guaraní. Referentes sociales, organizaciones de Derechos Humanos, trabajadores cooperativos, religiosos de la Iglesia de base, militantes políticos de a pie y luchadores de la izquierda que no transa. Combativos argentinos, sabios uruguayos y exiliados paraguayos a secas. La brigada internacionalista exige que el gobierno del colorado Santiago Peña abra una investigación por la desaparición forzada de Elizabeth Carmen Villalba, “Lichita”. La niña paraguaya, migrante en Argentina, desapareció en noviembre de 2020, durante la miserable pandemia, en las cercanías del Cerro Guasú, departamento de Amambay. La pibita de 14 años había sido testigo del asesinato de sus dos primas pocos meses antes, durante un operativo sangriento contra un refugio del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), perpetrado por las Fuerzas de Tareas Conjuntas (FTC), grupo de choque de las Fuerzas Armadas. Sólo cinco miembros de la misión logran ingresar al penal para hacerle llegar la solidaridad a Carmen Villalba, mamá de Lichita, militante comunista, detenida a pesar de haber cumplido en 2021 una condena de 20 años. La mujer fue fundadora del partido de izquierda Patria Libre y militante del EPP desde los años noventa. Sin previo aviso, violando todo derecho, al estilo colorado, los carceleros nos cierran la puerta en la cara: no quieren prensa en el penal. “Vimos a una mujer entera, que quiere dar pelea. La orden de impedir el acceso vino de arriba, del gobierno. Está claro: no hay Derechos Humanos en Paraguay. Vamos a seguir peleando para que se respeten los derechos de Carmen y del resto de los presos políticos”, reflexionan la diputada electa Vanina Biasi y el dirigente piquetero Eduardo “Chiquito” Belliboni al salir de las mazmorras. El joven Fidel es hijo de Margarita Andino, militante del EPP también detenida hace añares. El flaquito nació en los campos de Pedro Juan Caballero, pero creció junto a su madre en el penal. Es exiliado político y económico en la Argentina. Milita en la Columna Boli Lescano de La Plata. Hacía un año que no veía a su mamá: “Está bien, pero muy flaca, la cárcel te destruye. Está presa por pelear por los derechos de los campesinos”. Fidel cuenta que compartió abrazos y empanadas con su vieja en el patio del penal. Después recuerda cuando su mamá lo acunaba y le cantaba en guaraní polkas combativas que denunciaban las penurias del campesinado, la represión stronista, la resistencia que crece desde el pie. La historia de una familia paraguaya, o de miles. Infusión milagrosa contra el calor, el tereré pasa de mano en mano antes de la marcha por el centro asunceno. Ceba Lila Báez, secretaria de Trabajadores Migrantes y Refugiados de la UTEP: “Vamos a entregar un millón de firmas ante la Justicia, para que se abra la investigación por la desaparición forzada de Lichita y el infanticidio. Ni Uribe en Colombia se atrevió a tanto como el expresidente Mario Abdo Benítez, hijo del secretario privado y mano derecha de Stroessner, que salió a decir que habían matado a guerrilleras peligrosas, nenas en edad escolar. Peña es la continuidad”. La deriva de la columna internacionalista va del frígido Palacio de Justicia hasta el Ministerio Público, cuyo frente está, obviamente, pintado de hegemónico colorado. El Poder Judicial paraguayo se maquilla a la moda stronista. “¡No estamos todos, falta Lichita!”, es el grito que se escucha fuerte por las calles de Asunción cuando cae pesada la noche. Antes de subir al micro para emprender la retirada, recuerdo las palabras que escribió el anarquista Rafael Barrett hace más de cien años en ese libro triste y luminoso que es El dolor paraguayo: “No espero justica del Estado. Porque legaliza injusticias, atropellos y matanzas.” Ay, Paraguay.

Entre el 17 y 18 de noviembre de 2021, Alejandro Martínez fue asesinado en la comisaría de San Clemente. La policía intentó hacer pasar el crimen por una “sobredosis” e “infarto”. Pero gracias a un testigo, a la familia que advirtió las mentiras de los oficiales, y a las dos autopsias, se pudo determinar que fue asesinado. Hay nueve policías procesados, tres de ellos se encuentran detenidos, y se aguarda el juicio. Redacción: Jorge Ezequiel RodríguezEdición: Pedro Ramírez OteroFotos: Gentileza de la familia de Alejandro Alejandro Martínez había llegado a San Clemente para emprender un negocio familiar. Tenía un dinero importante que había llevado para invertir. A raíz de una supuesta “crisis nerviosa” la policía se lo llevó esposado del hotel donde estaba alojado, y al día siguiente la misma policía llamó a la familia para decirles que Alejandro había fallecido en la vía pública. El dinero nunca apareció. Martínez fue asesinado en la comisaría de San Clemente entre el 17 y 18 de noviembre de 2021. Por ese homicidio están acusados nueve policías, tres de ellos están detenidos como coautores del delito: José Pereyra, Christian Rohr y Maximiliano Munche, y los otros seis como partícipes secundarios, ahora en libertad: Laura Chiarullo, Evelyn Garófalo, Jaqueline Mansilla, Carla Cantarella, Sandro Mujica y Miguel Boulos.  En las primeras horas en que se conoció la muerte de Alejandro se dijo de todo. En La Costa las voces corrían entre la defensa de los policías, la comisaría de San Clemente con reiterados delitos de violencia institucional, de abusos, y a Sergio Berni (ministro de Seguridad bonaerense) que puso en duda la autopsia y la palabra de la familia de Alejandro. Desde el entorno de los nueve policías amenazaron a diferentes personas que estaban apoyando a la familia de Alejandro, a través de mensajes, llamados u hostigamiento en redes sociales.  Pasaron dos años, y en el territorio costero casi nadie nombra este crimen.  El llamado y la mentira Alejandro tenía 35 años. Se dedicaba a la construcción, y luego ingresó a una empresa de limpieza. En 2017 tuvo un accidente laboral y quedó incapacitado de un ojo, y del otro con un 50% de la vista perdida. Tenía dos hijos, Brenda, de 20; y Juan Diego, de 6. Era oriundo de Brandsen y viajó a San Clemente con la oportunidad de emprender una empresa familiar de cocina porque él, por el problema a raíz del accidente en la vista, no podía realizar otra actividad. En el verano de 2021 había cobrado una suma importante de dinero, que iba a compartir con su exesposa, Laura Lagana, y sus hijos. El 17 de noviembre de ese mismo año, un día antes del crimen, Alejandro le envió un mensaje a la mamá de sus hijos para avisarle que tenía el dinero, y que podía depositarle 300 mil pesos al otro día. Ese fue el último mensaje, la última vez que hablaron, alrededor de las 18.30. Al otro día, a las 11.30, Laura recibió un mensaje, fue la primera persona con la que se comunicaron. Le llegó una solicitud de mensaje de Facebook, en el que una policía de La Costa le dijo que se quería comunicar con algún familiar de Alejandro. Cuando le respondió, la llamaron por esa misma red social, y le informaron ―por ese medio― que Alejandro había fallecido en la vía pública por sobredosis, por un infarto. El hermano de Alejandro viajó a San Clemente y cuando llegó le avisaron que en realidad había fallecido de sobredosis, pero en el calabozo de la comisaría. Martínez en ningún momento le había dicho a su familia que estaba en un hotel. Lo que entienden es que quizás él temía porque había llegado a otros oídos que tenía esa suma de dinero, y que fue al hotel por miedo. Nadie sabe lo que sucedió en la habitación, pero aseguran que Alejandro tuvo una crisis nerviosa. Llamaron a la policía y se lo llevaron, cuando en realidad el protocolo de violencia institucional dice que cuando una persona está en crisis tienen que llamar primero al SAME, al hospital, a un médico, y no llevárselo esposado del hotel. Existen imágenes, por las cámaras del hotel, donde se ve cómo se lo llevan, y que forman parte de la causa.  Alejandro salió del hotel descalzo, esposado, sin sus anteojos, custodiado, sin golpes, sin fracturas. Sin nada. La versión de los nueve policías involucrados fue que él se golpeó a sí mismo.  Las autopsias y el papel determinante Cuando le realizaron la autopsia constataron que Martínez había sufrido asfixia, que tenía golpes y fracturas. A los pocos días detuvieron a los policías, y el ministro de Seguridad de la Provincia salió a decir en la televisión que tenía dudas de la autopsia. Berni no sólo puso en dudas lo que sucedió sino que se mantuvo en la línea de estigmatizar a la víctima. Con la segunda autopsia corroboraron que Alejandro sufrió fracturas de cráneo, miembros, tórax, lesiones figuradas, y marcas de borcegos. A los 20 días le entregaron el cuerpo a la familia, a cajón cerrado, sellado. Estaba todo tan “embarrado” que su propia familia tenía dudas de si era él o no quién estaba ahí. La perito de parte les contó que en la mitad de la autopsia los peritos de la policía se tuvieron que ir por cómo habían dejado a Alejandro. Estaba molido a palos. Laura Lagana tuvo acceso a las imágenes de la autopsia, y afirmó: “No hay lugar, de la cabeza a los pies, que no esté golpeado o fracturado”.  Los nueve policías involucrados estuvieron en prisión preventiva hasta marzo de 2022 que la Cámara de Apelaciones dictó la falta de mérito de seis de ellos, por “partícipes secundarios”. Legana  contó: “En la causa hay un testigo, el testigo protegido, que reconoce a los tres policías coautores. Él escuchó y vio que estaban en el calabozo, que le pegaron a Alejandro, lo pusieron boca abajo, con la pierna y la rodilla en la cabeza, y que

En esta transmisión conjunta de La Retaguardia, FM La Tribu, Radio Presente, Radio Sur y Amarc Argentina, vas a tener toda la información sobre los resultados, pero también reflexiones de voces que no estarán en las agendas de los medios tradicionales en este tipo de jornadas.

Darío Montenegro, director del Hospital Protomédico de Santa Fe, fue amenazado y golpeado por acompañar a una colega, víctima de violencia de género por parte de otro trabajador del hospital. Desde la Federación Argentina de Medicina General y la Asociación Santafecina de Medicina General y Familiar exigen que actúe el Ministerio de Salud y que el violento sea sancionado. El médico pasó por el programa radial La Retaguardia y habló acerca de esta situación. Entrevista: Pedro Ramírez Otero / Fernando Tebele

No se detiene la escalada de violencia en Medio Oriente. La respuesta de Israel al ataque del 7 de octubre por parte de Hamas es también cruel, pero además desmedida e injustificada, una pieza más en su cotidianeidad genocida. Como siempre, las muertes de un lado y de otro son desiguales. Y la población palestina lleva la peor parte. No parece haber interlocutores posibles para la paz. Tilda Rabi, presidenta de la Federación de Entidades argentino-palestinas, dialogó con Alfredo Grande e Irene Antinori en Sueños Posibles. “La humanidad está permitiendo está masacre. Acá no hay doble moral: o estás de un lado o estás del otro”, dijo Rabi. Entrevista: Irene Antinori/Alfredo GrandeFotos: Emiliano Rojas Salinas 🎧 La entrevista completa 👇🏽

Lo dijo Heinz Bierbaum, presidente de la Fundación Rosa Luxemburgo. En su paso por Buenos Aires, habló con La Retaguardia acerca del crecimiento de la ultraderecha y la crisis de las izquierdas. Redacción: Julieta GaleraEdición: Valentina Maccarone / Pedro Ramírez OteroFoto: Julieta Galera En el marco del debate organizado por la Fundación Rosa Luxemburgo en la Ciudad de  Buenos Aires sobre “Las izquierdas y la resistencia antifascista en el nuevo escenario político”, La Retaguardia entrevistó a Heinz Bierbaum, doctor en Economía, exsecretario general en Fráncfort del sindicato IG Metall, presidente de Die Linke ―el Partido de la Izquierda Europea (PIE) de Alemania― y presidente de la Fundación Rosa Luxemburgo. Los argentinos y argentinas creemos que todo lo que nos pasa sucede solo en nuestro país, o que lo que pasa en Argentina es peor que en cualquier otro lugar del mundo. Sorprende escuchar de la boca de Bierbaum que el Partido de la Izquierda Europea (PIE) en Alemania está atravesando una crisis de representatividad similar a la de la izquierda y los progresismos argentinos y latinoamericanos frente a los mismos problemas, porque no “están respondiendo a las demandas sociales cotidianas de la ciudadanía”. En ese sentido, cree que “el éxito de la extrema derecha es la consecuencia del descontento de gran parte de la población con las políticas de los gobiernos, pero también es consecuencia de una política neoliberal que ha creado problemas sociales muy graves”. Entre los numerosos problemas, el presidente de la Fundación Rosa Luxemburgo destaca “el elevado costo de la vida, la inflación, el  acceso a la vivienda, la migración y el cambio climático” y los relaciona con “la necesidad de una transformación ecológica y social”. Frente a esto, sostiene,, los gobiernos no están dando respuestas adecuadas.  “El gran problema es que esta situación es usada por la extrema derecha, que propone soluciones simplistas, sin propuestas de transformación radical. Ofrece como solución la confrontación y marginación de ciertos colectivos, como los inmigrantes o los sindicatos, usados como chivos expiatorios de todas las crisis. Y brindan a las personas una falsa seguridad en un marco nacional. Esa es la receta de la derecha y, por desgracia, funciona”, dice Bierbaum, y sostiene que el éxito electoral de la extrema derecha muestra que su electorado está formado por aquellos que tienen miedo a perder algo. “No son soluciones pero responden a la expresión política de la protesta social. Cuando la izquierda es débil, la protesta va a la derecha”, plantea. Ante este panorama y la crisis que está atravesando el Die Linke, que  perdió representantes en el Parlamento por su poca incidencia en el electorado, la evaluación que hace su presidente es que es necesario que la izquierda proponga “una política para mejorar la vida cotidiana de la gente” y la describe de esta forma: “Tenemos que plantear políticas sociales para solucionar los problemas cotidianos de la gente, las emergencias sociales. Yo creo que tenemos que combinar nuestras propuestas con políticas concretas para que la gente se sienta protegida, tenemos que dejar de plantear los problemas de una manera tan abstracta”.  En ese sentido, Bierbaum hace una autocrítica: “Nuestra tarea es fortalecer a la izquierda y las fuerzas progresistas. Estoy convencido de que es necesario  un debate sobre una concepción de un socialismo que se corresponda con la realidad de hoy, que pueda ofrecer soluciones para luchar contra el alto costo de vida, por ejemplo. Y creo que en Europa necesitamos otra política respecto a la administración, más humana y más inclusiva, con un Estado presente”.  En su plataforma política, el Partido de la Izquierda Europea plantea como eje central la ruptura con la política neoliberal de austeridad y a favor de una política económica y social que tiene que articularse en el interés del bienestar, con inversiones públicas que faciliten una transformación social-ecológica que, a su vez, supere los límites del desarrollo capitalista. Die Linke entiende que la transformación  que se necesita no puede ser dejada al libre arbitrio del mercado. Para eso, hace falta una política industrial del Estado que combine las exigencias ecológicas y las exigencias sociales. “La izquierda está comprometida con la transformación social y ecológica del sistema capitalista, combinando ambas variables para una transición justa. Pero nos falta la credibilidad para hacerlo”, advierte Bierbaum. La falta de representatividad y/o credibilidad de las izquierdas y los progresismos para  generar identificación con propuestas transformadoras tampoco es un problema particular de Argentina. Y la explicación de las causas de esa pérdida de credibilidad, para el referente de la izquierda alemana, radican en lo mismo que podemos advertir en la esfera política local: los personalismos y divismos políticos que ganan lugar en la discusión pública frente a los problemas sociales de una ciudadanía que no puede sostener su realidad cotidiana. “Creo que la falta de credibilidad radica en que en Alemania tenemos la particularidad de que la izquierda se ocupa de sí misma, en lugar de centrarse en las cuestiones políticas esenciales. Tenemos que superar eso. Lamentablemente, en la izquierda alemana tenemos debates muy personalizados, es un gran problema”, considera el referente. Esta autocrítica tiene que ver con que Die Linke se viene viendo debilitado desde hace un tiempo por el rechazo de la ciudadanía a algunas de sus posiciones públicas respecto de la Guerra de Rusia, al conflicto previo entre Gaza e Israel, a la OTAN y a temas de la coyuntura política local, y a las peleas públicas entre distintos referentes, a divismos y diferencias que ponen al descubierto puertas afuera. Rechazo logrado gracias a la manipulación política de los medios que hacen las derechas. Situación que se vio agravada en los últimos días por la partida de Sahra Wagenknecht, exportavoz parlamentaria del partido y su figura más conocida, que acaba de  dividir  a Die Linke al desvincularse y  anunciar la creación de un nuevo partido de izquierda.  Para revertir esta crisis de representatividad que los preocupa y ocupa, Heinz Bierbaum señala que desde el Partido de la Izquierda Europea tienen dos tareas: “Fortalecer el perfil

A partir del programa “Jóvenes y Memoria”, un grupo de adolescentes de la localidad bonaerense de General Lavalle comenzó a interesarse acerca de qué había pasado en la última dictadura cívico-militar-eclesiástica. Así supieron que en el cementerio de su pueblo había personas desaparecidas, algunas enterradas con identidad y otras como NN. En su paso por el programa radial Tengo una Idea, Agustina Puertas, coordinadora del Sitio de Memoria Cementerio General Lavalle, habló de la recuperación del lugar y lo que signfica en el camino por la Memoria, Verdad y Justicia. Entrevista: Graciela Carballo / Carlos Morchio / Nicolás Rosales En el Cementerio de General Lavalle fueron enterradas 33 personas como NN en una fosa común. El Equipo Argentino de Antropología Forense, en 2005, identificó a 19. Algunas de ellas eran parte del grupo que se reunía en la Iglesia Santa Cruz, secuestradas a partir de la infiltración del genocida Alfredo Astiz. Identificaron allí los cuerpos de las tres Madres de Plaza de Mayo Esther Ballestrino de Careaga, Azucena Villaflor y María Ponce de Bianco. También reconocieron los restos de la monja francesa Léonie Duquet, y de Ángela Auad. Escuchá la entrevista completa:

Lo dijo Susana Aranda, una de las referentas de la lucha contra la contaminación de la empresa Sika-Klaukol en Virrey del Pino, en el partido bonaerense de La Matanza. Después de más de 12 años de reclamo, la Justicia Federal dictó un fallo que suspende la actividad de la planta. En diálogo con el programa radial La Retaguardia, Aranda habló acerca de esta victoria y contó cómo contamina esta empresa multinacional al barrio y las consecuencias que genera en la salud de sus habitantes. Entrevista: Pedro Ramirez Otero / Fernando Tebele Redacción: Julián BouvierEdición: Valentina Maccarone / Pedro Ramírez Otero Jorge Rodríguez, el juez de la Cuenca Matanza Riachuelo dictó la sentencia que le prohíbe a la multinacional Sika-Klaukol trabajar con arena y procesar material particulado de emisiones gaseosas. Esta es la planta madre en Latinoamérica, ubicada en Virrey del Pino, Provincia de Buenos Aires, y fue habilitada en 2003 por el entonces director de Industrias y Medio Ambiente de la Municipalidad de La Matanza, Raúl Magario. “No creo que la planta cierre. De hecho, en estos días fuimos y los encontramos infraganti: estaba la chimenea andando. Debería cambiar el proceso de fraguado de los materiales. Pero es imposible, porque Klaukol está en la tercera categoría, la de mayor complejidad y contaminación que puede causar al medioambiente y a las personas. Entonces, por la Ley Provincial 11.459, que regula esta clase de industrias, no podría nunca haber sido habilitado en un barrio, menos en un casco urbano como acá. La chimenea de la fábrica apunta al barrio. Lo habilitaron como si fuera un maxikiosko y es una fábrica con contaminación de categoría tres”, dijo Susana Aranda, integrante del grupo de vecinas y vecinos autoconvocados contra la contaminación de Sika-Klaukol. La referenta de esta lucha que lleva más de 12 años explicó que esa planta de la empresa produce para Europa. “Lo que no pueden hacer en Suiza lo hacen acá, a costa de la vida de los obreros, que fallecieron casi todos antes de jubilarse. Cuando les detectan las cicatrices pulmonares, los echan o les ofrecen un poco de dinero. Y después, las personas no  pueden insertarse en el mundo laboral, no pasan ningún examen médico, porque la capacidad respiratoria que nosotros tenemos acá es muy mala. Me hice la espirometria hace poquito y no pude levantar dos tubitos, nada. Te saca la capacidad de respirar y de moverte.  Vivís asfixiado. Vivimos con broncodilatadores”, contó. El inicio de la lucha En el 2009, explotó la tolva de la fábrica y un humo brilloso y grisáceo tapó el cielo de Virrey del Pino. Después, contó Aranda, cuando llovía se ponía fosforescente. La empresa comenzó a darles un resarcimiento económico a los vecinos y vecinas, a cambio de que aceptaran que después no podrían reclamar a Sika-Klaukol si el material particulado respirable dañaba su salud. “Tres mamás empezamos a averiguar de qué se trataba. No aceptamos, no firmamos. Y descubrimos que el 99 por ciento de los vecinos usábamos los mismos remedios, teníamos la misma patología, sufríamos de las mismas cosas y todo se debía a respirar vidrio molido de 2,5 micrones para abajo. Eso es lo que respiramos, vidrio molido”, dijo la vecina.. ―¿Cómo fue el proceso judicial? ―Nosotros teníamos que generar las pruebas, porque si usted va y mata con un revólver, el Estado te asiste y te pone un perito gratis. Ahora, cuando uno dice ‘una multinacional me está matando’, vos tenés que proveer toda la información de prueba para que la Justicia actúe. Gastamos hasta lo que no teníamos.Somos gente trabajadora y tuvimos que probar nosotros que había sílice en el aire. Después, fuimos llevados ante la Justicia. Y, a cuentagotas, empezó a investigar, pero siempre le faltaba una pata. Que el laboratorio de la Policía Federal no andaba, o que no tenían para medir las emisiones gaseosas. Y en ese entonces, los organismos provinciales eran OPDS (Organismo Provincial para el Desarrollo Sustentable) y ACUMAR (Autoridad de Cuenca Matanza  Riachuelo). Los dos organismos que tenían que controlar esta clase de industria siempre nos patearon la pelota para adelante. Silvina Ambrosolio, la actual jefa de laboratorio del OPDS, ahora Ministerio de Ambiente de la Provincia, siempre les dio luz verde para que nos envenenen. Y están atados con la pata política que es todo el aparataje de acá de La Matanza. Si Klaukol trabaja como tiene que ser, como dice el fundador de la empresa en Estados Unidos, es muy costoso, entonces no es rentable. Se vienen a Latinoamérica porque trabajan a cielo abierto, sin ningún filtro, sin ningún miramiento. Los obreros no trabajan como tienen que trabajar, no tienen los equipos especiales. Les sale todo gratis y por eso vienen y se instalan acá. Pero dejan un tendal de muertos y de destrucción para el barrio y la gente que trabaja en la empresa. No es una fuente de trabajo, ellos destruyen la vida. Por eso documenté casa por casa a los obreros de planta permanente de Klaukol. Ya no creo que hayan quedado vivos, murieron casi todos por la misma razón. Muchos casos de asfixia, cáncer pulmonar o de garganta. Mi barrio es de diez manzanas y el problema es que ahora es tan grande la contaminación y está muy avanzada. El bioquímico del CONICET, el doctor (Andrés) Porta, fue quien dio el puntapié inicial para que el juzgado federal tome cartas en el asunto, fue claro y dijo que a simple vista se veía que ese material particulado estaba por todos lados, que la fábrica trabajaba a destajo sin ningún control y que hubo ausencia del Estado. Ahora, tenemos este fallo donde dice que por cinco días Klaukol no puede trabajar y que en cinco días tiene que presentar una alternativa. Yo no creo que presenten nada, porque no vivimos en una burbuja, esto es un parche. No sabemos qué va a pasar con nosotros. Mi casa está antes que Klaukol acá, eso era un tambo de leche. Mi casa tiene título de propiedad. Cada ladrillo lo compré

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