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Lo dijo Enrique “Kike” Ortega, periodista chileno de radio JGM (Juan Gómez Millas), de la Universidad Nacional de Chile. En su paso por el programa “Otras Voces, Otras Propuestas”, brindó un panorama sobre la situación política a 50 años del golpe de Estado de Pinochet y el rol de la derecha chilena en la actualidad.  Entrevista: Luis AngióRedacción: Nicolás RosalesEdición: Pedro Ramírez OteroFoto: Archivo Natalia Bernades / La Retaguardia “Aquí hemos tenido días bastante movidos. En realidad los últimos años vienen siendo movilizados para la memoria y las acciones políticas. Está todo muy a flor de piel en los programas de televisión, lo que surge de la memoria popular. Porque muy en el fondo la herida sigue abierta”, comenzó explicando Enrique “Kike” Ortega periodista de radio JGM (Juan Gómez Millas).  La derecha de ayer y hoy El periodista se refirió a cómo la derecha chilena se viene imponiendo con habilidad desde el plano discursivo: “Desde que el año pasado se perdió la oportunidad de adoptar una nueva Constitución, y comienza la que está funcionando ahora en este nuevo proceso constituyente, la derecha ha logrado una discursividad bastante ofensiva. Recuperando una belicosidad en el lenguaje que no había tenido décadas anteriores, y podríamos decir que estaban bastante guardados estos discursos de odio”. Además, planteó que esos discursos lograron derrotar “las discursividades más emancipatorias” de los movimientos sociales. “Llegamos a los 50 años (del golpe de Estado) con un contexto bastante conmovido porque las derrotas son golpes fuertes para las izquierdas. Y se aprovechó bastante la figura de (Salvador) Allende y después la responsabilidad de (Augusto) Pinochet. La derecha tiene la capacidad de comparar responsabilidades diciendo por ejemplo que la culpa fue de Allende, de la Unidad Popular, hablando de una mala gestión política y económica. Incluso diputados de la derecha hoy en ejercicio se han atrevido a decir que si las condiciones se repitieran apoyarían el mismo tipo de estrategia”, agregó. Ortega dijo que, frente a esto, existe una resistencia: “Hay además instalada una crítica a los discursos de alteridad, como que el migrante es el malo, o el indio es el malo, la diversidad sexual; y eso lo ha sabido aprovechar la derecha. Por otro lado, se ha visto que surgió desde la memoria popular y de los movimientos sociales una serie de actividades populares para dar la disputa”.  La mirada sobre Boric El periodista habló también de la gestión hasta el momento del presidente que asumió en 2022 en Chile: “El gobierno de (Gabriel) Boric está gobernando bajo la batuta de la derecha. Este no es un gobierno que haya tenido una directriz progresista o que esté batallando por dar una lucha en lo ideológico”. Además, explicó que el oficialismo no tiene fuerza en el parlamento. “No ha querido dar las disputas tanto en el campo simbólico y económico, y la derecha lo sabe sintiendo el control de la rienda. Cualquier avance que el gobierno quiera hacer en materia de igualdad de derechos, es atacado, criticado, no ha tenido los votos para las reformas que ha pedido. El gobierno de Boric se ha quedado casi sin relato, la derrota de septiembre del año pasado (en el plebiscito por una nueva Constitución) ha dejado al gobierno sin horizonte político. Está atado de manos, y no ha querido instalar banderas propias para no profundizar más la brecha del debate político dejándose llevar por las banderas que la derecha ha puesto. Se ha notado el mal manejo político en lo comunicacional, de la agenda. Entonces, cada paso que Boric da más allá de las buenas intenciones comete errores”, dijo Ortega.  La movilización por los 50 años En relación al aniversario por el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, contó: “Hubo una confusión, y se hicieron dos marchas. Una autorizada, que no pudieron ir todos. Y a la que no estuvo autorizada se la reprimió. Después de esto, salió más fuerte la demanda por una memoria popular que mantengan vivo los discursos necesarios, porque la dictadura es una herida abierta que todavía sigue sangrando”. En Chile han sido condenados pocos militares responsables del genocidio, y hay muchos crímenes que aún no han llegado a juicio.  “En este último tiempo salió mucha información nueva que no se sabía, y por otro lado los sitios de memoria son vandalizados. Hay una derecha muy activa en la represión y en querer borrar la memoria”, cerró Ortega. 

A 50 años del golpe de Estado en Chile, compartimos el último discurso que Salvador Allende pudo dar al pueblo chileno, entre los bombardeos, aquel 11 de septiembre de 1973. Ilustración: Chechu Rodríguez / La Retaguardia Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Postales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura sino decepción. Que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron: soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino, que se ha autodesignado comandante de la Armada, más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al Gobierno, y que también se ha autodenominado Director General de carabineros. Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos. Trabajadores de mi Patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara el general Schneider y reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios. Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la abuela que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la Patria, a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clases para defender también las ventajas de una sociedad capitalista de unos pocos. Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los juzgará. Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria. El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse. Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores! Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.

Lo dijo Kike Ortega, periodista chileno y coordinador de Radio JGM. Luego del histórico ‘Apruebo’ de octubre del 2020, se celebraron las elecciones en Chile para conformar la Asamblea Constituyente con resultados que demuestran un avance de los sectores independientes y progresistas. Ortega pasó por el programa Hasta que vuelvan los abrazos, en la mañana de La Retaguardia y Radio Sur y brindó detalles del panorama actual que se vive en el país vecino. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Fernando Tocco/Miriam Libertad ✍️ Redacción:  Julián Bouvier 💻 Edición: Diego Adur 📷 Foto de portada: Archivo Natalia Bernades/La Retaguardia El domingo 16 de mayo el pueblo chileno eligió a los integrantes de la Convención Constituyente y a gobernadores, alcaldes y concejales. Una de las principales tareas de la Asamblea electa será reformular la Constitución de ese país. Los principales ganadores fueron los candidatos ajenos a los partidos políticos y los sectores más progresistas. Kike Ortega, periodista y coordinador de la señal de radio y televisión JMG, analizó los resultados de la histórica elección.  El periodista señaló que fue una votación que tuvo grandes repercusiones en la opinión pública: “Veníamos de un proceso de estallido social, mediado por la pandemia, apaciguado por las violentas represiones del Estado. Recordemos que por la pandemia, Chile todavía está en toque de queda, hace más de un año. No había tanta confianza en que se cambiara la composición, sino que se esperaba que lleguen los partidos políticos clásicos de la derecha y del centro, por decirlo de alguna forma, la ex ‘concertación’. Y la novedad fue que la gente tuviera un grado de madurez, hubiese reflexionado sobre los debates sobre derechos sociales, derechos humanos, la composición de país que queremos. Esos diálogos han calado, de alguna u otra forma. Esto se refleja en que fue una votación del 40% del electorado (menor representatividad que el plebiscito Apruebo/Rechazo del octubre pasado). Pero con ese 40%, efectivamente, entran fuerzas nuevas, nuevos partidos. Partidos que son conocidos, que ya venían trabajando, pero entran con mayor presencia, con mayores cupos. Entran muchas voces de movimientos sociales que han sido protagonistas de las transformaciones de Chile de los últimos diez, quince años. Y entran a ser parte de estas discusiones. Está mucho más representado el país, que lo que era el parlamento de Piñera, que se está cayendo”, expresó Kike.   Ortega hizo hincapié en la participación de espacios que no venían teniendo representatividad en las instituciones estatales y que hoy ganan su lugar: “Sectores que estaban vedados de la institucionalidad política por el mismo formato que tiene el sistema electoral chileno. El sistema binominal, que es muy maquiavélico y fue creado en dictadura, bajo la Constitución que nos rige hasta el día de hoy -que es la que queremos cambiar- permite que sea sobrerrepresentado un tercio del espectro político. Siempre fue la derecha, la ultraderecha, el neoliberalismo, los terratenientes. Y ese sistema binominal dejó marginada a las izquierdas durante mucho tiempo. Una parte de esa izquierda se conformó, se reagrupó y tomó colores nuevos desde la creación del Frente Amplio. Ya había logrado entrar con una bancada interesante al Parlamento, y tenía una presencia mediática. Aún así, no alcanzó la segunda vuelta en la elección pasada, con la candidata Beatriz Sánchez, con lo cual últimamente venían teniendo un ausentismo, ya que también fueron catalogados como parte de la clase política por los sectores movilizados. Hay que decirlo y reconocerlo. El PC, que también es otro partido que quedó muy bien representado en la Convención Constituyente, también es un partido bastante cuestionado. Entonces, es una izquierda la que entra en la Convención Constituyente, pero es una izquierda que venía cuestionada. Ahora, entra un contrapeso que nunca había estado, de sectores muy invisibilizados, que no milita en partidos, y que para esta oportunidad lograron crear listas que fueron muy apoyadas”, relató.   Los resultados El periodista de JMG contó cómo quedó conformada la Asamblea, según los escaños que consiguieron los diferentes espacios. “La derecha para poder seguir generando sus ‘vetos’, que era la herramienta por la que apostaron en este mecanismo de Convención Constituyente, necesitaba un tercio. Ahí tendrían la posibilidad de vetar proyectos de ley, de vetar discusiones sobre los derechos del agua, sobre la plurinacionalidad. La derecha no logró su tercio. Logró 34 escaños. Por otro lado, entró una bancada de organizaciones sociales, 8 cupos; La “Lista del Pueblo”, que arrastró candidatos que venían de otros partidos políticos de izquierda, y también agarró a movimientos sociales: movimientos ambientales y feminismos muy fuertes. Otra bancada que se siente muy fuerte es la de los pueblos originarios, contando con 4 o 5 representantes mapuches, de Yagán, de Rapanui. Entonces, nace una nueva conformación que es muy interesante. Sabemos que la defensa de los derechos, las ideas del mundo más popular van a estar representadas, no sé si de la misma forma que la calle exigía. Pero se va a dar cierto debate. El gran desafío de este espacio es ver si se constituye un espacio de negociación colectiva, distinto al del Parlamento, y que pueda ofrecer mecanismos de negociación transparentes hacia la ciudadanía. Que no sean estas cocinas de los partidos a las cuales nos tienen acostumbrados nuestras democracias. Y que sea un proceso deliberativo, abierto, profundo y rápido, porque igual hay de 9 a 12 meses para hacer este trabajo, según el reglamento”, dijo Kike.   El periodista sostuvo que los movimientos populares son quienes tienen más claro cómo seguir, por la fuerza que han tenido en las calles y “porque han levantado una discursividad que les permitió el apoyo de reconocimiento de derechos; De derogación del código de aguas, de reconstrucción del sistema de pensiones, de paridad de género en la estructura de poder. Entonces esas banderas vienen fuertes y yo creo que se van a instalar con presencia. El problema es que estas discursividades se van a enfrentar a culturas políticas que vienen de los partidos de la derecha y a los reglamentos internos de funcionamiento”, reflexionó.   Kike Ortega refirió que la

A finales de octubre de 2020 Chile decidió ponerle fin a la constitución pinochetista. Ese triunfo histórico comenzó a forjarse en 2019, cuando el país trasandino explotó y las revueltas populares lograron evidenciar que el milagro liberal chileno dejaba tras de sí un tendal de desigualdad, pobreza y racismo. A la rebelión, siguió una represión feroz, ejecutada por los carabineros, ordenada por Sebastián Piñera y avalada silenciosamente por la mayoría de los gobiernos de la región. Hoy, con el plebiscito constituyente consumado, algunos y algunas intentan decretar el fin de la historia, sin percatarse que la explosión que parió la consulta popular dejó cientos de personas presas, y que la persecución al pueblo mapuche, numeroso en Chile, nunca cesó. El jueves 18 de marzo organizaciones de diferentes espacios, residentes chilenos y chilenas en Argentina y población mapuche realizaron una jornada de protesta en el Consulado chileno de la calle Sáenz Peña al 500, en la Ciudad de Buenos Aires. Para ellos y ellas nada ha terminado y todo está por comenzar. (Por La Retaguardia) 📷 Fotos: Virginia Chaile/La Retaguardia 💻 Edición: Rodrigo Ferreiro

Kike Ortega es coordinador de Radio JGM (Juan Gómez Millas) de Chile. En entrevista con el programa radial Hasta que vuelvan los abrazos, en la mañana de La Retaguardia, habló del plebiscito que se aprobó con un resultado aplastante para cambiar la Constitución que tiene vigencia desde la dictadura de Augusto Pinochet. También historizó la lucha del pueblo chileno y explicó cómo continúa este proceso que, para él, recién comienza. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Julián Bouvier/Lorenzo Dibiase/Rodrigo Ferreiro ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Fernando Tebele 📷 Foto de portada: Archivo Natalia Bernades La Retaguardia —La Retaguardia: ¿Cómo es el sentir chileno en el día de hoy? —Kike Ortega: Estamos viviendo el día siguiente de algo histórico, para Chile y para América latina. Pensar en  que los pueblos puedan deliberar libremente para construir los pactos sociales que van a regir las sociedades, parece que son cosas nuevas que no estaban en nuestro repertorio democrático, y eso nos deja un sabor bastante contento con respecto a lo que pasó. Fue una victoria contundente, un 78% (por el sí de la reforma de la constitución) contra un 21% (por el no). Esto viene a reordenar el nuevo mapa político que está comenzando en este ciclo social chileno. Hasta antes del 73, de Salvador Allende, habían tres tercios bien marcados: uno a la derecha, uno al centro, y otro de izquierda, y la dictadura modifica completamente estos porcentajes. Y lo que se llamó la transición a la democracia que empezó en el año 1990, transición democrática como se la denomina pero que no ha sido tal, porque fue muy neoliberal con un capitalismo profundo, reordenó el mapa político dejándonos con un dúo dúopólico: con 50% de derecha, y otro 50% de centroizquierda,  que en realidad es una central democracia bastante neoliberal. Esta votación no nos está diciendo que hay un setenta y tanto de izquierda, ojo con eso, porque mucha derecha neoliberal votó por el apruebo; lo que sí nos dicen estos resultados es que hay una mayoría absoluta que quiere cambiar el pacto social.  Los partidos políticos salieron a subirse arriba del carro, de la victoria, diciendo que esto era algo de todo el pueblo chileno, de las chilenas y los chilenos, que nadie ganó o nadie perdió, etc. La gente del rechazo, que son los partidos de derecha, dijeron que ellos también se sienten ganadores. Lo que hay que decir es que es un triunfo del pueblo movilizado, y no del pueblo trás de una pantalla, o de un twitter, u otra red social. Es del pueblo que salió a las calles, de los y las estudiantes secundarias que salieron y a través de actos de desobediencia civil, de evasión del sistema de pago del metro; es decir, no compro tu balsa de transporte, no me la banco y la rechazo. Fueron los que abrieron este nuevo ciclo político chileno. Hoy día, hay que decirlo, recién está comenzando un proceso.   —LR: ¿Cómo fue la resistencia todos estos meses de pandemia y de aislamiento social? ¿Qué va  pasar con esta rebelión? —KO: La cuarentena fue un momento bien complejo, porque veníamos a full. Marzo, fue un 8M brutal, más de 2 millones y medio de mujeres en la calles, con los secundarios haciendo muchas acciones, con todos los movimientos muy empoderados con continuar esta movilización. Llegó la pandemia y esto le entregó al gobierno de Piñera las herramientas precisas para poder militarizar el territorio, el toque de queda que nosotros tenemos hace un año, que no es menor y lo hemos naturalizado. Ya nadie sale de noche, el mundo cultural está por el suelo, muchos locales, bares, teatros están perdidos a nivel económico, y esto ha sido el costo que hemos tenido pagar por la pandemia, no solo en Chile sino en todos los países. La movilización tuvo una interesante transformación hacia lo virtual, que era lo único que podíamos hacer, y que más que manifestarnos fue un espacio de recogimiento y de diálogo. En Chile, como nunca, hemos tenido miles de conservatorios, webinarios de live, de Instagram, etc, de compañeras feministas, trabajadores, compañeros socioambientales. Dieron un ejercicio de repliegue estratégico  y analítico. Eso fue muy importante para tener la votación que tuvimos el domingo, y para conmemorar el 18 de octubre hace una semana atrás como el Aniversario de la Dignidad. Yo creo que de ahora en adelante se va a celebrar y conmemorar como eso. Porque aún cuando muchos movimientos sociales, y hay que decirlo, no compran el proceso electoral, y tampoco tenemos la confianza ahí porque la democracia nos ha demostrado que no podemos confiar, lamentablemente lo digo, y aunque hubo muchos que dijeron ganamos, hubo muchos otros que votaron por el apruebo pero va a seguir la lucha. Porque se estableció que está bien, podemos votar apruebo, pero todavía tenemos 2500 compañeros/ras presas de la revuelta. Tenemos otros y otras que fueron vejados sexualmente, abusados, violados, por aparatos del Estado. Todavía hay impunidad de los militares y carabineros que cegaron a nuestros compañeros. Es un triunfo, pero que abre un nuevo ciclo de lucha, que no cierra nada. Al contrario, se votó, se participó del juego electoral  y se da cuenta de una madurez, o de entender,  de un movimiento social chileno, porque en otro momento nadie vota y la izquierda no participa de la votación y nos quedamos replegados en nuestra casa. Porque la izquierda chilena tiene mucha derrota en el cuerpo. La del 73 fue muy dura, la del 90 también. Quiero creer que ya hay un aprendizaje de eso, y hoy podemos asumir las derrotas pero también saber participar del proceso electoral. Ganar sin dejar de lado la lucha que hay que seguir llevando. —LR: Pensando en el abril que viene, ¿cómo se podría presentar uno, cuáles son los requisitos?   —KO: En abril se va  a hacer la votación de los nombres de hombres y mujeres que van a ser parte de la Convención Constituyente, que  en el fondo va a redactar la nueva Constitución en Chile. Lamentablemente

La revuelta en Chile se desencadenó hace tres meses pero se comenzó a gestar en silencio desde mucho tiempo atrás. En Cerro Navia, a pocos kilómetros del centro de Santiago de Chile, una toma de terrenos es ejemplo concreto de una de las tantas demandas por una vida digna. El 17 de mayo de 2019, vecinos y vecinas se organizaron para tomar 11 hectáreas de un terreno abandonado de nogales secos y montañas de piedras. Desde aquel día padecieron el intento de desalojo, el frio, la estigmatización y el prejuicio, pero resistieron firmes en su derecho a vivienda digna. Ya tienen electricidad y agua. Están construyendo una escuela popular, una sala de primeros auxilios y una plaza. “Hasta que la dignidad se haga costumbre”, se lee en muchas paredes de Chile y en este barrio ocupado ya está siendo un hecho. (La Retaguardia en Chile) 📝 Texto 👉 Agustina Salinas📷 Fotos 👉 Agustina Salinas📝 Edición 👉 Fernando Tebele La Ñaña, de 96 años, y Agustina, de 6, tienen algo en común: son vecinas de la toma 17 de Mayo y resistieron desde el primer día. Agus festejó su cumpleaños ahí adentro, en plena toma, cuando aún no habían levantado ni una pared y el refugio de cada familia consistía en una carpa y planchas de Dom, un material de descarte de las construcciones en seco de algunos edificios. Ñaña también estuvo desde el día uno: saltó el alambrado y se tiró al suelo casi sin respirar para no ser vista por los pacos y, al día de hoy, es consultada por los vecinos por su sabiduría sobre la huerta. La lamién y Agus concentran toda su sabiduría y resistencia en su metro veinte de altura. Cada terreno tiene una extensión de 14×29 metros. El reparto se pensó para que las casas que se construyan sean de un solo piso “para que todos tengamos la misma cantidad de sol y de sombra para poder tener nuestras huertas, y cosechar nuestros propios alimentos. También se fomenta el cultivo de marihuana para frenar con el comercio de la planta y que cada cual sepa lo que está consumiendo”, comenta Charly. “La vivienda digna es necesaria: o te endeudas de por vida para tener una casa, o vives hacinado arrendando un lugar pequeño y carísimo. Esta toma se hizo para poder acceder a algo tan básico como un hogar”, dice y agrega que la toma tiene una perspectiva libertaria y que desde la asamblea de vecinos y vecinas se acordó que el barrio esté libre de dogmas y religiones, ya que el ingreso de instituciones religiosas implica imposiciones con las que no todos coinciden. En el barrio se fomentan la educación y la lectura: Los patios de las casas tienen bibliotecas para que los cabros y cabras lean y en marzo se inaugurará una escuela popular “para que todos terminemos la escuela. Y los domingos pasaremos películas para que los cabros chicos disfruten de este espacio”, dice Leicko, que está ansioso por finalizar la construcción de la salita de primeros auxilios, que también tendrá atención contra las adicciones. Otros espacios se piensan para los pibes y las pibas: hay una canchita de fútbol y una plaza. Los cabros y cabras patean la pelota o tocan la trutruca (instrumento mapuche). También, con la idea de darse a conocer y relacionarse con los demás barrios, el próximo 1 de febrero harán un festival multicultural con shows, música, olla común, teatro y bandas. Pensando en las diversas procedencias de quienes habitan la toma, la idea es que cada cual aporte algún rasgo de su cultura: la comida o la música, ya que allí habitan personas de Haití, Bolivia, Perú, Argentina. También hay muchos vecinos de origen Mapuche, que con una ceremonia de ofrendas brindaron protección a la toma. Esperan que asistan vecinos de los barrios cercanos para fortalecer el vínculo y contar con su apoyo. “el otro día ayudamos a apagar un incendio en el barrio, a pesar de que algunos de esos vecinos nos miraban mal o nos trataban de peligrosos. Pero no somos un peligro. Somos todos vecinos”. Y así se saludan cada vez que se cruzan entre sí. “Hola Vecino, hola Vecina”. Leicko dice que le encanta que lo llamen así, que es una forma de reforzar lo que los une con los demás habitantes del barrio que tiene menos de un año de vida y, como todo Chile, despertó para no dormirse nunca más.

Londres 38 es un Espacio de Memoria que se pierde en una calle empedrada y silenciosa de la ciudad. Durante mucho tiempo, esa característica de la morfología urbana santiaguina fue metáfora de un olvido civil y estatal deliberado, sistemático. Pero la casa se recuperó, volvió a vivir y hoy late al ritmo de las jornadas de octubre. (Por La Retaguardia y Radio Presente desde Chile)📝 Texto 👇👉 Rodrigo Ferreiro (La Retaguardia)📷 Fotos 👇👉 Natalia Bernades (La Retaguardia)👉 Andrés Masotto (Radio Presente) 📷 Foto de Portada: Andrés Masotto Macarena Muñoz Madariaga se sienta al centro, dando la espalda a un enorme ventanal. La sala principal de Londres 38, donde estamos, es un panal en plena ebullición. Comienza tranquila, describiendo su rol en estos días convulsionados. “Estudio Derecho en la Universidad de Chile. Y trabajo en la Defensoría Jurídica de la misma universidad. Acá, acompaño desde lo legal, tomando y acompañando denuncias a los Derechos Humanos”. Macarena es parte de un equipo interdisciplinario que se gestó al calor de las barricadas, las plazas colmadas y las iglesias quemadas. No está sola. A su costado izquierdo se sienta Diego Ramos Medina, estudiante de Terapia Ocupacional, que coordina el trabajo en Salud Mental, y el otro ladero, a su derecha, es Pablo Romero, estudiante de Medicina, que acompaña desde la atención primaria. Les tres son apenas una mínima parte de una cuadrilla organizada de un modo perfecto y en la práctica, cuestión que se evidencia con un pulular de cuerpos y voces que, alrededor de las cuatro de la tarde, ya están armando el operativo para el jueves 14 de noviembre. “Somos voluntarios individuales que estudiamos diferentes carreras y decidimos organizarnos para asistir a los ciudadanos reprimidos”, comenta Macarena. Diego completa: “Necesitamos espacios seguros, y diferentes organizaciones cedieron sus lugares para que podamos trabajar. Londres 38 es una de ellas”. Un Espacio de Memoria que invita a no olvidar lo sucedido en los ´70 se habita, de este modo, por víctimas de la represión estatal actual. A Londres 38 se suman el espacio de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), la Junta Vecinal Blas Cañas y el Teatro del Puente, todos en Santiago. El dinero invertido por el Estado chileno para reprimir es inversamente proporcional al otorgado para sostener estas cuadrillas. “Los recursos son pocos, y provienen de donaciones, colectas, eventos, pedidos por redes sociales y conexión y traslado entre los diversos puntos de atención”, comenta Diego. Cuestión que se ejemplifica minutos después, cuando una ciclista agitada por el calor intenso de Santiago llega con su mochila llena de insumos odontológicos provenientes de la FECH. “A nuestra acción en la calle y en los espacios se suma, muchas veces, la ayuda de la Cruz Roja”, agrega Macarena. Foto: Natalia Bernades Foto: Natalia Bernades Las secuelas que deja el amo represor “Hay una falta de educación en Derechos Humanos que es herencia de la dictadura”, comenta Macarena. Su fuerte sentencia se explica en muchas acciones que se hicieron sistemáticas durante el mes del levantamiento popular. “El Estado se ha negado en muchas ocasiones a proporcionar datos de detenidos, hubo constantes amenazas a médicos para que no realicen informes que involucren a las fuerzas de seguridad y de este modo hubo muchos hospitales que no guardaron información trascendente. Por eso mismo desde acá estamos haciendo un trabajo de registro de los afectados, por si alguien quiere hacer una denuncia el día de mañana”. Sin embargo, esta ausencia de una mirada formada en Derechos Humanos trasciende al Estado y sus tentáculos. “Muchos ciudadanos no quieren denunciar. No conocen sus derechos, no saben, por ejemplo, que no te pueden detener en un toque de queda, porque la sanción es una multa, no la privación de la libertad”, agrega Macarena. Un aspecto del que no se dice mucho es de qué modo se ve afectada la salud mental de las víctimas de la represión estatal en estos contextos. “Existe un proceso traumático que es provocado por el Estado”, afirma Diego. “Este trauma no es solo jurídico, también es clínico”, agrega. “Aparece mucha gente con crisis de pánico, angustia, y trabajamos en conjunto con la atención clínica”, completa Pablo. “Otra cuestión que observamos fue la agudización de ciertas cosas preexistentes. Por ejemplo, aquellas personas que tenían consumo problemático de alcohol, o de drogas, lo incrementaron”, sentencia Diego. Según les jóvenes, aparece un miedo que no permite avanzar a la víctima. Y se trata de un temor legítimo, que debe ser abordado. “Y eso es más fácil abarcarlo de modo interdisciplinario”, plantea Pablo. Y prosigue. “También nos encontramos con mucha gente que pasaba por ahí y fue atacada. Y no entienden por qué les pasó, no formaban parte de las manifestaciones. Tratamos, con la mayoría de los casos, de hacer un seguimiento, de derivarlos a lugares seguros, de proporcionarles recursos psicológicos gratuitos, de invitarlos a seguir viniendo a las postas, que están abiertas para ellos”.  Diego, finalizando, despeja una duda que vuela en el aire: “el Estado no solo reprime sino que no se hace cargo de sus víctimas. No hay un seguimiento de las personas traumadas por parte del Estado”. Por último, la represión ha visibilizado la violación de Derechos Humanos de grupos más marginados. Y así lo relata Pablo: “por ejemplo, la gente en situación de calle. No podemos derivarla, no podemos decirle andá a tu casa. Su casa es la calle. No tenemos qué ofrecerle. No podemos derivar. Otro ejemplo son las personas de la diversidad y la disidencia sexual. Sufren vulneraciones diarias constantes que ahora son efectiva y gráficamente visibles. Ahora ya no hay excusa para no verlo”. Los números son escalofriantes. Recibieron 1299 casos, de diferente tipo. Desde heridos de bala hasta afectados por perdigones, afecciones oculares, bombas lacrimógenas al cuerpo, intoxicados por los gases. “También notamos que hay cierta naturalización en muchas víctimas. Como que vienen, se curan provisoriamente y vuelven a la calle”, comenta Macarena. “En Londres, la mayoría de los casos surgieron por fuera del Estado de Emergencia, ratificando

Las calles de Santiago de Chile han modificado su ritmo. Aunque ya no hay oficialmente Estado de emergencia, los carabineros siguen acechando a la población, en algunas casos de maneras no tan visibles. Compartimos crónicas y fotos de nuestros compañeros y compañeras que realizan una cobertura especial. (Por La Retaguardia y Radio Presente desde Chile)📝 Texto 👇👉 Natalia Bernades (La Retaguardia)📷 Fotos 👇👉 Natalia Bernades (La Retaguardia)👉 Andrés Masotto (Radio Presente)Edición 👉 Liliana Roco (Radio Presente)👉 Julián Bouvier (La Retaguardia) Esperaba encontrar a Santiago totalmente militarizada y al llegar me sorprendió una aparente “normalidad”. Conversando con la gente, me explicaron que desde que levantaron el Estado de Emergencia “mandaron a guardar a los pacos pero ahora están con más saña, actuando donde no se ven”. Sin embargo, esta ciudad ya no es la que conocí. Las paredes hablan, gritan, interpelan. Absolutamente todas las fachadas, de punta a punta de la ciudad, visten graffitis para decir lo que un pueblo entero calló por años. Por un instante se cruza la pregunta ¿cuánto tiempo puede pasar para que todo vuelva a la normalidad? El deseo es que realmente eso nunca suceda. El pueblo no quiere esa “normalidad”, quieren cambiarlo todo. “Los chiquillos nos abrieron los ojos” me dice una señora. Son ellos y ellas a quienes, en su mayor parte, vemos en las convocatorias en Plaza Italia, hoy renombrada por ellos mismos “Plaza La Dignidad”. Todos los días alrededor de las 17 hs. empiezan a llegar para manifestar su descontento con un sistema que los obliga a vivir endeudados. No resulta extraño que en las movilizaciones suene casi como un himno la canción, de la banda local Los Prisioneros, “El baile de los que sobran” que repite en su estribillo: “Únanse al baile de los que sobranNadie nos va a echar de másNadie nos quiso ayudar de verdad” Esta juventud es una gran comunidad, todos unidos en una misma lucha por una vida digna. Tan rápido como los gases nublan la vista, alguien se acerca con agua y bicarbonato para ayudar. Estudiantes de medicina asisten a los heridos. Otros heroicamente están en primera fila atajando los gases lacrimógenos que lanzan carabineros, los atrapan en el aire y rápidamente los sumergen en agua para desactivarlos. Entonces se arengan mutuamente para avanzar, hombres, mujeres y disidencias por igual. “¡el que no avanza es paco!” En unos días se cumplirá un mes que el pueblo entero salió a apoyarlos con la evasión del metro. Me bastaron un par de días en la ciudad para entender que lo que mantiene el fuego activo no es solo la rabia. A una semana del estallido popular la Unidad Social* comenzó a convocar a cabildos ciudadanos, lo que nosotros llamamos asambleas, con el deseo de formar una sociedad más libre, democrática, con más igualdad y justicia. Éste espíritu se contagió y hoy en día el propio pueblo organiza cabildos abiertos donde todos reflexionan de manera horizontal sobre sus problemáticas y sus posibles soluciones. Según las estadísticas realizadas por la Universidad de Chile el 91% considera que lo más urgente es reformar el sistema de pensiones. El 89,4% la salud y 85,5% la educación. El 80,3% está de acuerdo con una nueva Constitución. Éstos son algunos de los temas de los cabildos que se realizan por estos días, pero además se reflexiona sobre el agua, vivienda y territorio, feminismo, pueblos originarios entre otras demandas. La necesidad de unirse e iluminarse es evidente. Talleres de escritura en resistencia, proyecciones de cine con su posterior conversatorio, festivales musicales e intervenciones artísticas de todo tipo invaden la ciudad de la furia. El 8 de noviembre los noticieros locales sentenciaban de violentos a los manifestantes que incendiaron el rectorado de la Universidad Pedro de Valdivia y la Parroquia de La Asunción. Caminando por las calles las conversaciones que se escuchan evidencian el hartazgo que llevó a ello. Para acceder a las universidades han tenido que atarse a créditos imposibles de pagar. Más del 40% de los créditos otorgados están morosos. Con la implementación del Crédito con Aval del Estado (CAE) los únicos beneficiados han sido las bancas privadas y las Universidades que aumentaron su matrícula entre 2006 y 2018 en un 71%.Conversando con los deudores me han hecho saber que, además, los niveles y calidad de las universidades no corresponden con el valor de las cuotas.En la parroquia ubicada en Vicuña Mackenna, la gente incendió mobiliario y objetos religiosos. Desde el 18 de octubre que comenzó el estallido social el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal solo sacó un comunicado llamando al Gobierno a comprender el malestar generado por las desigualdades. En ningún momento se manifestó contra la violación de los Derechos Humanos ejercida por las fuerzas armadas. La historia entonces se repite. Al igual que en dictadura el silencio de la Iglesia los hace cómplices. En las paredes se lee “No tenemos miedo”. Escucharlos decirles y cantarles cosas a los carabineros por las calles es la mayor evidencia de ello. Pude presenciar, en el Palacio de la Moneda, una intervención de la agrupación feminista Frente Poderosas. Cortaron la calle con una pancarta que denunciaba la violencia del gobierno de Piñera y ante las amenazas anunciadas por alto parlantes de un camión hidrante ubicado a 50 metros de ellas, se mantuvieron firmes. No hay dudas. El fuego iluminó al pueblo y están decididos y decididas a cambiarlo todo. *Central Unitaria de Trabajadores (CUT) Coordinadora Nacional NO+AFP, Confech, ANEF, Colegio de Profesores, Modatima, Comité de Allegados de la Agrupación de Vendedores Ambulantes de Santiago, Sindicato Starbucks Chile y la Coordinadora Feminista 8M.

Entre los reclamos que unen a cientos de miles de chilenos en las calles, hay uno que resalta, pero despierta incredulidad: que el agua deje de tener dueños. Cauces enteros de ríos que surcan el territorio de Chile hoy están siendo explotados por empresas privadas que, muchas veces, son extranjeras. (Por La Retaguardia y Radio Presente desde Chile) 📝📷 Texto y Fotos 👇👉 Natalia Bernades 👉 Andrés Masotto En el Parque O’Higgins hay niños jugando, ciclistas que pasean y, de fondo, desde algún lugar, suena música de fiesta. Dentro de esa postal, entre árboles que ofrecen sombra refrescante, se puede ver un cabildo con la consigna de reflexionar y discutir el acceso al agua. Lo que aquí llaman cabildo, es lo que nosotros/as conocemos como asamblea.El cabildo fue convocado por estudiantes de Ingeniería de la Universidad de Chile,abierto a quien quisiera participar. La mayoría son jóvenes, perola composición es heterogénea y se hace más evidente al exponerse cada su voz. Se organizaron varios grupos en los que debían elegirse un moderador y cada participante tenía la misma posibilidad de expresarse. Se trabajó sobre consignas para determinar cuáles eran las problemáticas del agua hoyen Chile. Cuáles son los usos principales y cuáles deberían ser prioritarios. ¿Por qué el acceso al agua, un derecho humano, se cuela entre los reclamos de este momento histórico? En 1981, durante la dictadura militar de Augusto Pinochet, fue introducido el Código de Aguas en la Constitución redactada por Jaime Gúzman, colaborador de asuntos jurídicos durante esa etapa. El mencionado código estableció que el agua deje de ser un bien común de uso público para ser un bien de mercado. Es decir: el agua pasó a ser una mercancía. Y como toda mercancía, podía ser comerciable.A partir de ese momento, en Chile se empezó a conformar algo así como una bolsa de comercio del agua: el Estado otorga gratuitamente derechos de propiedad sobre el agua a privados que reclaman los derechos de un cauce. Los privados –con el único requisito de ser ciudadanos chilenos-, entonces, pueden explotarlo o seguir comerciando. Un ciudadano chileno propietario de un derecho sobre el agua puede revenderloa cualquier persona o grupo empresario de cualquier nacionalidad. O también puede guardarlo y especular: los derechos de propiedad sobre el agua que  otorga el Estado de manera gratuita, son transables, perpetuos y especulativos. Todo un negocio. La situación actualEn la actualidad hay regiones del interior de Chile donde las personas están obligadas a vivir sólo con 20 litros de agua al día porque, a ojos del capital del agua, no viven en zonas rentables, lo que implica bañarse con paños humedecidos y no mucho más. Mientras tanto, el Ministro de Agricultura, Antonio Walker, es beneficiario de un derecho de propiedad sobre 30.000 litros de agua por segundo, a 68 millones de pesos chilenos el litro por segundo, suficiente para abastecer a 12.500.000 personas.En Chile hay empresarios que construyen su fortuna sobre el agua. Es el caso de Isidoro Quiroga, que se inscribió como propietario de algunos miles de litros en el norte del país, formalizó un trato con una minera y hoy es uno de los pocos que vive del agua, mientras muchos otros mueren por no poder acceder a su uso.La jornada finalizó con cada representante exponiendo, ante todos los concurrentes, las conclusiones. No resultó extraño que todos los grupos coincidieran en la necesidad urgente de tener un control por parte del Estado, para saber realmente la cantidad y calidad de agua que disponen y su mejor distribución. Incluso sonaron voces, que fueron aclamadas, llamando a la expropiación.

El presidente Piñera volvió a su argumento original; a pesar de que no lo diga en su discurso, en sus acciones sigue sosteniendo que está en guerra contra su propio pueblo. Y no parece temblarle el pulso para inspirar miedo y terror. Ahora convocó al Cosena, un organismo que huele a pinochetismo. (Por La Retaguardia/Radio Presente) 📝 Texto 👉 Nazareno Roviello (desde Buenos Aires) 📝 Texto 👉 Juan “Kike” Ortega (desde Chile)💻 Edición 👉 Fernando Tebele En la mañana de ayer, el presidente Piñera realizó una serie de anuncios que lejos están de los reclamos populares a pesar de que, antes de anunciarlos, dijo: “También hemos observado y escuchado con mucha atención y humildad, manifestaciones y demandas que han hecho los chilenos”. Sin embargo, los anuncios que hizo contrarian laa demandas del pueblo movilizado. “Pero hoy quiero referirme a otra agenda: una de las principales responsabilidades del Estado es resguardar el orden público y la seguridad ciudadana. Tarea en la cual nuestras fuerzas de seguridad, carabineros y la PDI cumplen por orden constitucional y cuentan con el total apoyo y respaldo de nuestro gobierno, pero para fortalecer la eficacia del Estado, de las fuerzas de orden y seguridad y las otras instituciones que colaboran a resguardar el orden público, combatir la delincuencia y proteger los derechos de los ciudadanos, por eso queremos anunciar otra agenda”. Así fue como el presidente anunció la presentación de leyes para endurecer aún más la acción del Estado: Ley antisaqueos para endurecer las sanciones. Ley antiencapuchados Urgencia a proyecto para combatir las barricadas que ayuden a alterar el orden público. Creación de equipo de abogados desde el ministerior del interior para presentar querellas contra responsables de delitos. Creación de un equipo especial de fiscales, carabineros y PDI para hacer un mejor trabajo de inteligencia preventivo Aumentar a más del doble la vigilancia aérea.  Reforzar la participación de denuncias ciudadanas de manera virtual en carabineros y PDI. Ingreso de proyecto de ley de protección para fuerzas de seguridad contra los atentados que se producen contra funcionarios en ejercicio de funciones. Presentación de proyecto de ley para modernizar y reforzar el sistema nacional de inteligencia. “Necesitamos fortalecer nuestro sistema nacional de inteligencia para tener más información para prevenir y combatir con mayor éxito, la delincuencia, el vandalismo, el terrorismo, el narcotráfico y el crimen organizado”, dijo. Urgente proyecto de ley para modernizar las fuerzas policiales. “Estamos convencidos de que esta agenda representa y constituye un aporte significativo e importante a mejorar nuestra capacidad de  controlar y resguardar el orden público y proteger la seguridad ciudadana, por eso creemos que su aprobación es algo urgente y necesario”, agregó Algunas de estas leyes ya fueron presentadas con anterioridad y tienen media sanción en diputados. El presidente, suponemos, espera con estos anuncios generar mayor presión sobre los congresistas y, de alguna manera, elevar su imagen negativa aunque sea en el sector más reaccionario de la población.En este contexto, la imagen negativa del presidente llega a más del 79% y su aprobación es menor al 9%  Con sus anuncios, Piñera sigue sometiendo a la población al peor de los recuerdos: convocó al Cosena, Consejo de Seguridad Nacional. Creado durante la dictadura y luego reformado en la Presidencia de Ricardo Lagos, ya que se consideraba un organismo antidemocrático que podía ser convocado por dos de sus miembros sin la autoridad del presidente. El Cosena fue convocado en el 2014 ante la demanda Marítima de Perú; también bajo el gobierno de Piñera; y en 2005, cuando se convirtió, por las reformas de Lagos, en un organismo asesor.t Sobre esta situación, el presidente de la Cámara de diputados, Iván Flores, dijo: “Cuando se convoca una institución que tiene un sentido, una historia, un contexto, una tradición, la verdad es que la comunidad se confunde y esa confusión es un lujo que no podemos permitirnos las autoridades que conducimos los distintos poderes del estado, el cosena no era la instancia para poder discutir un cronograma o iniciativas que el presidente anunció”.Flores aseguró que“Tienen todas las herramientas disponibles para prevenir el delito, no es aumentando un puntito más las penas o modificando el código penal para combatir a los encapuchados que vamos a resolver el problema de los saqueos. Digamos las cosas como corresponde decirlas, esos 8, 9 o 10 proyectos que anunció el presidente que todavía no ingresan al parlamento, se van a demorar en ingresar y luego hay que hacer un justo debate porque vamos a modificar el código y eso va a llevar responsablemente semanas o meses ¿y mientras tanto qué? se nos quema Chile”as declaraciones de parte de los funcionarios del Estado en contra del Cosena son significativas, ya que  lo que pretende lograr el presidente con este consejo, es tener el aval colectivo en lugar de correr con la responsabilidad que su cargo le confiere por los hechos que puedan sucederse en estos días. En lugar de  imponer nuevamente al Estado de sitio, emergencia o excepción, sacar a los militares a la calle nuevamente o lo que se le ocurra, y que la responsabilidad sea suya, convoca al Cosena para aplicar en los hechos las mismas (o peores) medidas, pero compartir el costo político. Por su parte el representante de la ultraderecha, José Antonio Kast,mandó un mensaje al presidente: “No le tema a los organismos internacionales, ni a la ONU, ni al daño que pueda sufrir su imagen, ni a los que lo puedan criticar por haber sido demasiado duro en imponer el orden, o ser demasiado blando por dejar que el desborde en el país sea total. Hoy ningún temor es posible de justificar ante el clamor de todo chileno de buena voluntad que esperan de usted, que cumpla con su deber y ejerza la autoridad que le corresponde, piense en el temor que sienten los chilenos que se ponen un chaleco amarillo”. Definitivamente, la ultraderecha buscará fortalecerse en esta situación, usándola de manera política,  mientras acusan a la izquierda por lo mismo.La importancia y la gravedad de llamar al