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Cuarentena


El médico infectólogo Ricardo Teijerio respondió las dudas acerca de cómo transitar de la mejor manera la tercera ola de Covid-19 en Argentina. En diálogo con el programa radial Oíd Mortales, repasó las diferencias entre la portación del virus y la enfermedad, y destacó la importancia de la vacuna que ha aminorado la cantidad de personas fallecidas. “Tenemos un montón de positivos, pero no tenemos enfermos”, planteó. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Cristina Varela/Luis Angió ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero/Agustina Sandoval Lerner 🖍️ Ilustración: Antonella Sportelli —¿Qué hacemos si estuvimos con alguien que dio positivo? —Es muy común en estos momentos ese tipo de consulta sobre contactos estrechos. Debemos tener claro que el contacto estrecho es el que estuvo con alguien que después resulta ser positivo y uno estuvo 48, 72 horas antes, sin distancia debida,  a menos de dos metros sin barbijo y más de 15 minutos. Ese tipo de contactos son muy frecuentes, sobre todo cuando uno va a eventos, a reuniones o bailes. Si aparece una persona positiva, todos aquellos que estuvieron en contacto se tienen que aislar. Si no tienen síntomas por cinco días. Luego debe permanecer cinco días más sin aislamiento estricto, pero sin ir a eventos y usando barbijo cuando sale a la calle. Esos son los cuidados actuales. Y una de las consultas más frecuentes en este momento es qué pasa si me toca el momento de vacunarme y estuve con un contacto estrecho. Lo que decimos es que no pasa nada, se deben vacunar igual, no deben esperar ni el aislamiento ni tener síntomas, porque no hay ningún tipo de riesgo. La vacuna no va a alterar ningún tipo de evolución.  —¿El barbijo y la vacuna son los elementos que nos salvan cuando somos contacto estrecho? —Sí, seguro. Como mecanismo de barrera es lo mejor. Si estoy al aire libre puedo estar sin barbijo. Y lo otro que tenemos que interpretar en este momento es que nosotros estamos viendo muchísimos positivos, pero por presencia de virus. No estamos viendo enfermos, no estamos viendo enfermedad, solo estamos viendo pacientes con presencia de virus, que es importante. Igual, aunque no tenemos un consumo de camas alto, tenemos un promedio de 20 y un poco más de muertos por día. Tenemos que protegerlos a ellos, por eso las medidas de prevención no hay que abandonarlas. La realidad es que estamos viviendo otro episodio de esta pandemia, donde antes cuando teníamos esta cantidad de contagiados teníamos dos hospitales completos, en cambio en este momento no está pasando lo mismo. Porque tenemos un nivel de protección en nuestra sociedad bastante alto por aquellos que tuvieron contacto con el virus y porque fueron vacunados.  —Las personas que han fallecido en estos días, ¿ya venían con antecedentes de otras enfermedades y se les complicó con el Covid-19? ¿Son personas mayores o es gente joven también? —Hay de todo, pero en general son personas que vienen con otras enfermedades y se positivizan con Covid, pero no mueren por enfermedades respiratorias. Mueren por la enfermedad de base. Como un paciente oncológico que está en tratamiento  profundo. Puede tener Covid pero no muere por Covid, sino por su enfermedad oncológica de base. Lo mismo un cardiológico. No estamos teniendo pacientes de terapia intensiva por Covid y eso es muy importante. Y los que hemos tenido estaban con vacunación incompleta.  —Esto último no se aclara debidamente en los medios. Dicen “se murieron tantas personas por Covid”. —No mueren por Covid, mueren con Covid. Creo que hay una alarma, y se está siguiendo muy de cerca a la cantidad de positivos. La vacuna ha demostrado lo que está pasando ahora, que tenemos muchos positivos pero no tenemos enfermos. Eso es pura y exclusivamente por la vacuna, por el nivel de protección que tenemos, no hay duda. En países como Alemania, Rumania, Austria, que no tienen una buena cobertura de vacunación, tienen una internación muy alta y mucha más mortalidad. En cambio, Israel, que también tiene brotes importantes, no tiene  muertos porque está bien vacunado. —¿Los síntomas son  los mismos o se modificaron con las variantes?   —Las variantes que prevalecen son la Delta y la Ómicron. No estamos viendo los mismos síntomas de antes. Pero también esto está muy modificado por la vacunación, entonces casi no tiene síntomas la gente. Está evolucionando en forma muy leve, pero no estamos viendo ya pérdida de olfato, gusto, trastorno respiratorio, no estamos viendo neumonía. La verdad es esa, vemos quizás un paciente con un poco de malestar, dolor de cabeza, inclusive con diarrea, sobre todo en los chicos,  dolor de garganta. No pasa más de eso.  —No está autorizada la vacuna para menores de tres años, ¿qué pasa con eso?  —Tenemos que tener claro que pueden ser transmisores, pero no estamos viviendo realmente riesgos de salud de esos chicos, sobre todo con esta variante (por la Ómicron). Creo que la gente está confundiendo la enfermedad con la portación. Hay chicos que se hacen el hisopado porque son contactos estrechos y tienen presencia de virus, pero no es que estén enfermos con Covid.  —¿Qué diferencias existen entre los tipos de tests? —Más que nada hay diferentes tipos para no juntar a la gente en las UFU (Unidades Febriles de Urgencia) que tienen síntomas y pueden estar contagiando, con gente que es contacto estrecho. Uno puede hacer un antígeno rápido o PCR. En todos lados se están haciendo los dos. De todas maneras, yo creo que la gente tiene que interpretar que aquel que es contacto estrecho debe respetar los días para hacerse el estudio. Porque hay mucha gente que está viniendo a los hospitales a hacerse un estudio, tanto un antígeno o un PCR a los dos días de haber tenido contacto. ¿Y por qué lo hace? Porque al otro día tiene una reunión y quiere ir tranquilo, pero no sirve eso. Realmente, si se tiene que hacer un estudio por contacto estrecho, tiene que dejar pasar como mínimo cinco o siete días.  —Puede darle negativo teniendo

El sociólogo Daniel Feierstein publicó recientemente el libro “Pandemia, un balance social y político de la crisis del Covid-19”. Allí hace un balance del proceso que comenzó hace ya más de un año. En su paso por el programa radial La Retaguardia, reflexionó acerca de la coyuntura actual, los posibles escenarios en el horizonte local y cómo se configura el mapa político y social de cara a lo que sigue de la pandemia en un año electoral. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Fernando Tebele ✍️ Redacción: Pedro Tato 💻 Edición: Fernando Tebele —La Retaguardia: Escribir sobre la pandemia en tiempo real es una apuesta y más en formato libro. ¿Hay una necesidad urgente de reflexionar sobre la pandemia? —Daniel Feierstein: Sí, es un ejercicio complejo pero la idea era esa. No hacer futurología, cosa que sería medio inútil en este contexto, sino parar la pelota y tratar de pensar. Proponernos un balance de lo que pasó es una herramienta fundamental para poder abordar lo que viene. El eje del libro es un poco ese: por un lado una pandemia, que es un fenómeno evidentemente social y depende de los comportamientos. A su vez los comportamientos se basan en lo que podríamos llamar una disputa por las representaciones, cómo nos contamos lo que está pasando. Entonces el objetivo del libro no es solo entender sino incidir en esa disputa, para entender cómo nos estamos contando lo que está pasando y qué influencias tienen esas representaciones en lo que somos o no somos capaces de hacer. —LR: El contexto es complejo no solo desde lo sanitario sino también desde lo económico. En las barriadas populares la están pasando muy mal y el Estado está prácticamente ausente ¿Cómo se resuelve esta crisis desde lo político? —DF: A ver, el problema de fondo es no haber entendido el nivel de catástrofe con el que confrontamos y, entonces, no tomar medidas suficientes ni a nivel sanitario, ni a nivel político, ni económico. A mí me sorprende realmente el nivel de responsabilidad y de solidaridad de los sectores populares, que pese a estar pasándola muy mal, no estamos teniendo ni grandes explosiones, ni saqueos, ni respuestas de ese tipo. Con lo que está mostrando paradójicamente un enorme nivel de responsabilidad, que está en contradicción con la irresponsabilidad que muestran los sectores que más tienen, que incluso han buscado en algunos casos judicializar la mínima contribución extraordinaria que se propuso el año pasado y que es totalmente insuficiente en relación a la situación que requiere pensar seriamente una redistribución del ingreso, que es la única manera de poder afrontar esta situación en un sentido socio-político y con alguna chance de ir superándola. Después tenemos toda la parte más técnica, si querés, de las distintas respuestas sanitarias. Pero, la complejidad sociopolítica y económica te complejiza esa respuesta, porque de pronto algunas de las más costosas, como una cuarentena muy firme y prolongada por seis o siete semanas, que es lo que realmente en algunos lugares ha logrado una reversión muy significativa de la curva de contagios, requiere un nivel de inversión económica que es imposible sin plantear formas de redistribución del ingreso. Son totalmente posibles en la sociedad argentina, porque tenemos sectores que se están enriqueciendo como nunca, ni que hablar el precio de los commodities o las empresas de comunicaciones, pero requiere poner esas cuestiones sobre la mesa. —LR: Vos decías recién que el gobierno no asume la catástrofe en la que estamos. Ahora, justamente quienes están en el Gobierno nacional son los no negadores de la pandemia, todo el tiempo están diciendo que esto es grave y que tenemos que cuidarnos. Es raro porque se entendería lo que vos decís si estuviera el macrismo en el poder… —DF: Es muy bueno lo que decís, y yo en el libro planteo que esto genera en la sociedad argentina una de las situaciones más difíciles. Igual yo no me refería solo al gobierno, sino a la enorme mayoría de la estructura política, que incluye al gobierno y a la oposición de manera distinta. Porque tal como decís, tenés sectores de la oposición cada vez más importantes que están en una actitud de negacionismo absoluto y no fue así al comienzo de la pandemia. Entonces, pareciera que si analizas lo discursivo, los sectores del gobierno son los que le dan algún lugar a la comunicación de la gravedad de la situación como al intento de tomar algunas medidas. Pero, si sacas eso de la discusión de la grieta y de la discusión con los negacionistas, te das cuenta que en el tipo, en el modo, en el estilo y en la inversión de las medidas adoptadas, hay también un nivel muy grande de negación en el sentido de realmente no poder observar la gravedad de la situación y lo que ello requiere. Por supuesto todo es relativo en ese sentido, si lo comparás con una persona que te están diciendo que esto es una gripecita, que no existe o que podemos seguir haciendo todas las cosas como si no pasara nada y que total no va a pasar nada, podríamos decir que no es negador tratar de implementar algunas restricciones. Pero, el problema es este, incluso comparando con respuestas de Estados más negacionistas, como los casos de Estados Unidos o Brasil, vos tenías gobiernos que optaron hacer como que la situación no existía, pero entonces también tenías una enorme reacción social que se enfrentaba a esto buscando mostrar y denunciar la gravedad de la situación. En una situación como la actual, donde a un gobierno que no reconoce la gravedad en sus acciones que lo corren desde el negacionismo, casi que no te deja espacio para aquellas fuerzas que podrían plantear poner sobre la mesa la gravedad de la situación. Quizás ese lugar lo tendrían que ocupar las organizaciones sociales o las fuerzas de izquierda. No se ve una gran reacción que le esté exigiendo al gobierno otro tipo de medidas, tanto desde lo sanitario como desde lo económico. —LR: Año electoral,

Ademys realizó ayer  una conferencia de prensa en la puerta de la Escuela Técnica N° 13 “Ingeniero José Luis Delpini”, en el barrio porteño de Villa Lugano, donde daba clases el docente Jorge Langone, quien falleció por Covid-19. La jornada de paro incluyó denuncias tanto al Gobierno porteño como nacional por la falta de medidas sanitarias en los colegios y el incumplimiento en la aplicación de protocolos necesarios para sostener la presencialidad de las clases. (Por La Retaguardia) ✍️ Redacción: Diego Adur 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Foto de portada: Facebook Ademys Jorge Langone era docente en la Escuela Técnica N° 13, ubicada en Villa Lugano. Hace pocos días falleció tras haber contraído Coronavirus. El trabajador era afiliado a Ademys, por eso el sindicato dictó un paro de actividades para el pasado lunes y realizó una conferencia de prensa en la puerta del colegio. Las denuncias de las y los secretarios de Ademys apuntaron contra la responsabilidad política de sostener la presencialidad en las escuelas aun frente al notorio incremento de casos de Covid-19 en estudiantes y docentes. También criticaron las faltas de medidas sanitarias y el incumplimiento de los protocolos en los distintos establecimientos de la Ciudad de Buenos Aires. En el inicio de la conferencia, se ofreció el pésame a la familia del docente fallecido y criticaron “esta política de presencialidad sin cuidados”, tildada de “criminal por parte de (Horacio Rodríguez) Larreta, de (Soledad) Acuña y del ministro (Nicolás) Trotta”. Una y otra vez plantearon que la responsabilidad política es tanto del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires como también del Gobierno nacional. Frente algunas declaraciones de Rodríguez Larreta y de Soledad Acuña que ponían en cuestionamiento el lugar donde Langone se habría contagiado el virus, desde Ademys aclararon: “No nos interesa dónde se contagió Jorge, nos importa que hoy no está acá”, y aseguraron que existen “presiones para que no se apliquen los protocolos” y así lograr que los colegios permanezcan abiertos. Existe un notorio incremento de casos de personas contagiadas de Covid-19, tanto en docentes como estudiantes, y también se confirmó que en el país ya circulan las cepas de virus del Reino Unido, de Manaos, Rio de Janeiro y California. Incluso frente a estos datos, el Ejecutivo porteño estaba analizando la flexibilización del protocolo escolar: “La irresponsabilidad y el plan temerario al que nos han empujado está llegando a una situación extrema”, refirieron desde Ademys y ejemplificaron con los casos de que otros países que decidieron frenar con la presencialidad de las clases. La jornada de paro fue una de las medidas que dispuso gremio Ademys y la conferencia sirvió para expresar el dolor por la muerte del docente, y la preocupación porque estas situaciones sigan sucediendo.

Lo dijo la licenciada María Andrea Dakessian, directora de Salud y Educación Ambiental de la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) en diálogo con el programa radial Oíd Mortales. La profesional habló acerca del estado de situación en la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires respecto al dengue  y de  las medidas de prevención que deben tomarse para evitar las picaduras del mosquito que lo transmite. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Cristina Varela/Luis Angió ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero La pandemia por Covid-19 desplazó de la agenda de los medios de comunicación la temática del dengue y la importancia de seguir trabajando en la prevención de esta enfermedad que cada año afecta a mayor cantidad de personas en el territorio nacional.  “El tema parece que quedó como olvidado o no tiene tanta prensa. Pero por suerte no tuvimos y no tenemos la situación de dengue de años pasados. En ese sentido, estamos tranquilos porque no hay casos de dengue. Pero no hay que aflojarle a lo que veníamos diciendo desde el año pasado que es algo que no tenemos que olvidarnos: que aunque no tengamos dengue, tenemos al  Aedes aegypti (el mosquito vector de ésta y otras enfermedades). El escenario actual, nos pone en un lugar donde si se venían dando las condiciones de siempre íbamos a tener casos de dengue. Como la pandemia por Covid de alguna manera trastocó y alteró algunas variables para decirlo de alguna forma, hace que tengamos el mosquito Aedes aegypti pero no tenemos personas infectadas que hagan que sea posible la transmisión. Igual, eso no quiere decir tampoco que no aparezca algún caso de persona infectada. Porque como tenemos la circulación del mosquito hay que seguir batallando fuertemente el tema de la prevención para que no haya más proliferación. Para mantener casi a cero o muy controlada la población de aedes en nuestros domicilios”, comenzó explicandoLicelicenciada María Andrea Dakessian, directora de Salud y Educación Ambiental de ACUMAR. No nos tenemos que relajar “La zona del Riachuelo no es que en realidad incrementa o acrecienta por la cercanía del agua del río o pastizales la presencia de aedes. Las acciones de prevención que hacemos desde ACUMAR son en toda la jurisdicción. Lo que sucede es que desde una mirada de salud uno por ahí prioriza donde mandan los recursos. Hoy, la Ciudad de Buenos Aires o las grandes ciudades siguen centralizando sus recursos al Covid y la vacunación, y no hay tantos operativo de despliegue sobre el dengue, sin embargo se mantienen.  Se continúan trabajando bajo algunas pautas que consisten básicamente en la eliminación de criaderos. Porque las temperaturas siguen siendo amigables para que eclosionen los huevos, las larvas crezcan, se transformen en pupas y haya mosquitos. De hecho en nuestras casas seguimos encontrando aedes aegypti, que me pude picar a mí y si yo no tengo la enfermedad, el mosquito me pica nada más. Y va a picar a otra persona, después de haberme picado a mí, no va a transmitir la enfermedad. Pero no nos tenemos que relajar. Tenemos que continuar evitando la acumulación de agua en pequeñas, medianas o grandes cantidades, y eliminarla”, detalló. Plan Sanitario de Emergencia Dentro del trabajo que realiza ACUMAR de manera articulada con otros organismos estatales, la directora de Salud y Educación Ambiental brindó más detalles acerca del Plan Sanitario de Emergencia: “Se trata de la línea seis de lo que es Plan Integral de Saneamiento, dentro del PISA, que tiene catorce grandes líneas de acción. Por orden del juzgado, teniendo en cuenta las recomendaciones de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, de la Auditoría General, más observaciones que habían hecho grupos comunitarios y organizaciones, se nos había pedido casi al inicio de nuestra gestión, que se reformulara el Plan Sanitario. El mismo no deja de ser un documento que traza los lineamientos de acción que tendría una gestión para resolver problemas. En el caso nuestro, debería ser prevenir enfermedades asociadas con ambientes degradados, no con intervención directa de ACUMAR por ser una autoridad de cuenca, si no conjuntamente con los municipios que tienen la responsabilidad de llevar adelante los sistemas sanitarios con el Gobierno nacional a través del Ministerio de Salud con el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires y de la Ciudad a través de sus respectivos ministerios. Se detectan las áreas problemáticas a trabajar, y una de ellas son la sonosis y plagas. Y ahí se encuentran las enfermedades transmitidas por mosquitos, más comúnmente conocido como dengue. El plan sanitario tiene una duración específica que va desde el 2020 al 2023. Durante todo este año se plantearon cumplir más de 50 acciones”. Por último, Dakessian mencionó el trabajo que se viene realizando en la Villa 21-24 de la Ciudad de Buenos Aires: “Es una de las poblaciones que se aborda de la manera más integral posible entre Ciudad, Nación, Aysa y distintas áreas de ACUMAR, porque se hacen varias cosas en simultáneo. Por un lado completar el proceso de reubicación de las familias que estaban viviendo sobre lo que se conoce el ‘camino de sirga’ (sector que bordea una parte del Riachuelo). Hubo dos relocalizaciones de grupos poblacionales o de familias en pleno contexto de pandemia y de emergencia sanitaria. Uno fue para un complejo habitacional que se llama Alvarado y otro que se llama Mundo Grúa que era un complejo que ya estaba construido y que faltaba hacer terminaciones y hacer el proceso de reubicación. Con todas las medidas de seguridad que implicaron hacer los traslados de mudanza. De apropiarse de las nuevas viviendas, de poder hacer las desinfecciones, la limpieza y la higiene. Lo que se pretendía era garantizar mejores condiciones de vida. Esto fue un logro que se llevó adelante con el Instituto de la Vivienda de la Ciudad y con otra áreas de gobierno. La vivienda cuanto más saludable sea en términos del tiempo que uno permanece ahí, no solo es un derecho, sino que mejora nuestro proceso de salud/enfermedad. Hay otra obra

Patricia Pines, docente de la Ciudad de Buenos Aires, compartió la experiencia que vive tras la vuelta a las clases presenciales. Según contó a La Retaguardia, en tan solo 5 días de asistencia, ella y su marido, también docente, se contagiaron aun cuando extremaron los cuidados. Pines destacó la importancia de que la educación sea virtual hasta que se universalice la vacunación, priorizando la salud, porque las escuelas en general no están en condiciones y los protocolos no son suficientes para evitar la propagación del virus. Publicamos su carta abierta. (Por La Retaguardia) 🖍️ Ilustración: Lorenzo Dibiase/La Retaguardia Si de algo deben servir las malas experiencias son de aprendizaje. Desde una sala de internación con Covid y neumonía donde me arrojaron 5 días de dar clase en la escuela les digo prioricen el cuidado de sus familias. Luché mucho para intentar evitar enfermar,  me obligaron contra mi voluntad a asumir un riesgo que no quería y acá estoy,  hace 11 días sin poder abrazar a mis hijos, justo lo que temía que pasara. Exijamos educación virtual hasta que se universalice la vacunación. Están jugando a la ruleta rusa con nuestras vidas. La enfermedad no conoce de edades ni de clases sociales. Urge una humanidad más sensible con la naturaleza, más cercana con los verdaderos intereses de la vida que no son justamente la producción salvaje y desmedida. Conecten con el bienestar de las infancias y las juventudes desde un lugar de afecto, de cuidado. Prioricen su salud y sus vidas,  no expongan a estas experiencias traumáticas de contagios, aislamientos, miedos y enfermedad a las infancias. ¿Con qué necesidad real estamos exponiendo a lxs niñxs a estas experiencias tan insensibles y deshumanizadas? ¿Por qué este apuro desmedido por una falsa normalidad si sigue muriendo tanta gente y tanta otra sufre en camas de clínicas y hospitales? Urge que conectemos con nuestra humanidad, con la pacha, que se priorice lo importante de la vida, que es estar saludables. Todo lo demás ya habrá tiempo de recuperarlo.  La clase trabajadora tiene que confiar en su fuerza productiva y hacer valer sus derechos. Entre ellos velar por la salud de sus familias.  Más de 500 casos positivos y cientos de grupos de distintas edades en aislamiento en tan solo 2 semanas de clases. Por favor sean sensibles a esta realidad antes de que sea demasiado tarde.  #VirtualParaNoEnfermar  #SuspensiónDePresencialidadYa  #NuestrasVidasValen #LosGobiernosSonResponsables

En diálogo con el programa radial Tengo una idea, Andrea Cohen, integrante del colectivo de “Familias por un Retorno Seguro”, detalló una serie de exigencias para garantizar la vuelta a las clases presenciales en el ámbito de la educación pública porteña. Además, aportó su mirada como docente y madre de un estudiante secundario. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Nicolás Rosales/Carlos Morchio    ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Foto de portada: Archivo Valentina Maccarone/La Retaguardia En los últimos meses, la discusión acerca de la necesidad de que la educación sea presencial en todos los niveles tomó una fuerte presencia en la sociedad. Por un lado, hay pibes y pibas que no tuvieron ni tienen posibilidades de sostener la cursada virtual y, a su vez, muchas de las instituciones no cuentan con la infraestructura para cumplir los protocolos necesarios para la asistencia a las aulas. La docente Andrea Cohen, integrante del colectivo Familias por un Retorno Seguro, analizó esta situación y contó cómo lo vive la comunidad educativa: .“Acá estamos, preocupados. Creo que la política tiene que estar al servicio de la gente para organizarle la vida. Francamente lo que está sucediendo es exactamente lo contrario. Hablo como docente y como madre. Nosotros el año pasado recibimos un mail en donde nos decían que a partir del 17 de febrero iban a rendir exámenes, de manera virtual, los alumnos que no hubiesen aprobado las distintas materias durante el ciclo 2020. Y ahora, el Gobierno de la Ciudad viene a decir que hay que volver a la actividad docente, a las clases presenciales el 17”, expresó. Semáforo en rojo, no avanzar “Ahí, ya empieza a surgir un problema porque no se pueden superponer dos ciclos. El ciclo 2020 no terminó todavía, porque es de marzo a marzo. Y el tiempo que nosotros habíamos previsto para evaluar y ver si habían aprobado o no las materias, o si había una promoción o una acreditación de un grado, o de un año a otro, ahora de repente nos dicen que tenemos que volver bajo condiciones epidemiológicas que son inaceptables. Y no porque lo diga yo, una mamá o un docente, sino porque hay un semáforo epidemiológico que indica justamente que la Ciudad de Buenos Aires, y hablo de ella porque es lo que conozco, está en rojo. Entonces, no podemos avanzar cuando un semáforo está en rojo. Se mezclan varias cosas, la desorganización por un lado, el apuro por volver a la presencialidad cuando hay un semáforo aprobado por el Consejo Federal de Educación en octubre del año pasado”, explicó. Exigencia de las familias Cohen enumeró una serie de exigencias que fueron elaborando desde la organización: “Creemos, el colectivo Familias por un Retorno Seguro, que en este momento las clases deberían ser virtuales. Y que tanto el Gobierno nacional como el porteño deberían proveer el equipamiento necesario para la conectividad con las netbooks. Por otro lado, tal vez puedan pasar de dos a tres meses hasta que todos estemos vacunados, y mientras tanto tenemos que seguir preservándonos. Además, desde Ciudad lo que se está planteando es una presencialidad absoluta. En otras provincias, hablan de un sistema mixto. Mucho se llenan la boca de Dinamarca, de Alemania o de otros países del primer mundo, pero ninguno de ellos empezó la escolaridad de manera presencial a un 100 por ciento. Y todos los alumnos ingresaban en los mismos horarios”.  “Yo planteo lo siguiente: trabajo en una escuela donde hay 1.600 alumnos y 600 docentes Cómo hacés para tomarle la temperatura a las 7:45 para entrar, por ejemplo. Es imposible. La presencialidad todos los días es una utopía, o un disparate por decirlo suave. ¿Cómo hacés para mantener a todos estos chicos a un metro y medio de distancia? Otra cosa que tampoco puede ser admitida, que es la confusión, no sé si adrede o por desconocimiento por parte de la ministra (de Educación porteña, Soledad Acuña) que dice que los grados o los cursos son burbujas. Porque es algo completamente distinto. El año pasado cuando se hizo la revinculación, que fue absolutamente recreativa y fue un fracaso, porque los chicos y las familias después se dieron cuenta de que no era el momento y que además ellos seguían educándose virtualmente. Porque tenemos que tener esto presente: el año 2020 fue el año en que docentes, padres y alumnos aprendimos qué es la educación virtual. Yo lo aprendí en el momento, nadie me explicó nada, nos fuimos empapando con lo que teníamos a mano. La burbuja del año pasado, fue un grupo de chicos y un docente que iba, hacía una actividad recreativa, una o dos veces por semana, y listo. Ahora, yo que trabajo en escuela secundaria y mi hijo concurre a una, donde 11 docentes van a entrar a un curso. Eso ya no es una burbuja. Porque una burbuja es un aislamiento. Y si yo tengo 11 cursos por semana, tengo a 300 alumnos entrando y saliendo. Y otros 20 profesores van a hacer lo mismo. Eso ya serían clases normales. En este contexto no se puede volver”, continuó. “Necesitamos que se vuelva a garantizar que los padres y madres de alumnos menores de 14 años puedan estar teletrabajando. Y de esa manera acompañar también a sus hijos, y que la educación pueda ser virtual. En el mientras tanto nos están obligando todos: padres, madres y docentes a que volvamos a una presencialidad en la que sentimos que estamos yendo más a un matadero que al disfrute. Porque el ir a una escuela e ir una clase tiene que ser un disfrute, tiene que ser placentero. Cómo va pasar esto cuando los chicos van a tener que ir y estar sentados a un metro y medio de distancia y permanecer con barbijo durante cuatro horas”, detalló la integrante de Familias por un Retorno Seguro.   ¿En la vanguardia o en la retaguardia? La docente se refirió a las razones por las que cree que el Gobierno pretende que se vuelva a las

La provincia que mejores números mostró durante toda la pandemia es la que gobierna Gildo Insfrán desde 1995. En diciembre los contagios se dispararon y el racismo señaló a las comunidades originarias como responsables. El rol de la policía. Los centros de aislamiento que retienen a las personas con resultados negativos. Las críticas de la oposición más reaccionaria reclamando por “los derechos humanos” y la visita del Secretario de DD.HH. de la Nación, Horacio Pietragalla Corti que terminó en apoyo al Gobierno provincial. (Por La Retaguardia) ✍️ Redacción: Fernando Tebele 💻 Textuales: Julián Bouvier/Agustina Sandoval Lerner 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero/María Eugenia Otero/Diego Adur “Señora, usted dio negativo pero tendrá que ir a un centro de aislamiento porque estuvo en contacto con una persona que dio positivo”, le dijo un oficial de la Policía de Formosa a Dionisia López. El reloj marcaba el mediodía del lunes 11 de enero. Se desesperó. Ya había pasado una hora desde que se acercó a la guardia del hospital para que la hisoparan porque había compartido un rato con una persona positiva de Covid-19. Tuvo que dejar a su niño de 10 años esperando afuera, bajo la sombra de un árbol, con su teléfono celular. Ella no podía salir, él no podía entrar, no tenían forma de comunicarse. Media hora atrás, una médica le anunció que si el resultado era negativo se iría para su casa a cumplir un aislamiento preventivo. No fue así. Al menos consiguió a los gritos que dejaran ingresar a su hijo, quien le contó llorando que le hicieron “un montón de preguntas” durante la espera. Recién a las 23 la llevaron a una escuela donde permaneció aislada durante 15 días. Las imágenes que tiene de las primeras horas en la escuela no son las mejores. Se recuerda temblando, apenas un poco más tranquila cuando su esposo le pudo llevar ropa limpia: “La pasé mal. El baño era un asco. Nos turnábamos para limpiar, pero el olor a cloaca era muy fuerte”. Durante varios días el nene durmió lejos de su madre. La comida no tenía sabor: “Seguramente los policías les dicen que no le pongan sal para que nos digan que estamos enfermos”, le dijo su niño percibiendo desde temprano las distancias entre buenos y malos.  El 18 de enero la volvieron a hisopar. También a su hijo. Ambos dieron negativo. Cuando preguntó le dijeron que debía quedarse 15 días más porque “una chica dio positivo”. Finalmente, este miércoles 26, después de otro resultado negativo, le entregaron un papel que le permitió volver a su casa. El alta no llegó en manos de un médico sino de un policía. Todo un símbolo. En el oeste está el agite La historia de Dionisia es una entre tantas. La Retaguardia pudo acceder a por lo menos una docena de testimonios más o menos similares, con contrastes, pero con inexplicables padecimientos en los centros de aislamiento. No tuvimos que indagar, las denuncias se sucedían una tras otra. Este relato de la ciudad de Formosa se torna más oscuro y represivo cuanto más al oeste de la provincia ocurra. En los departamentos Ramón Lista, que limita con Salta; y Matacos, con Salta y Chaco como vecinas, la situación se complejiza de manera notoria. “La pandemia llegó a Formosa después de tanto tiempo —explica Juan Rosasco, cura pasionista que está desde hace 6 años en Ingeniero Juárez, la ciudad cabecera de Matacos—. Acá tuvimos los primeros casos a fin del año pasado. Y el Gobierno aplicó su política, que son los Centros de Alojamiento Preventivo, donde se aísla a las personas, a los contactos estrechos, y a todos los que son positivos se los interna en lo que son los centros de salud, donde se los atiende. Es una situación que estalló”, asegura. “Esta forma generó y sigue generando mucho malestar, porque la gente es llevada a estos centros y no la pasan bien. Algunas imágenes de lo que pasa en Formosa capital trascendieron pero imagínate eso en una escuela que no está preparada para ser un lugar de alojamiento, como tampoco el Estadio del Cincuentenario. En cada aula hay cuatro, cinco camas. Los baños son todos compartidos por los 30, 40, 50 que estén en cada uno de estos centros. Entonces terminan siendo lugares donde todos están asustados, porque se van contagiando”. En ese punto coinciden casi todos los testimonios: muchas personas que ingresaron como sospechadas de haberse contagiado y permanecieron allí aún con resultados negativos en los análisis, finalmente terminaron contrayendo el virus por haber estado en contacto en los centros de aislamiento con personas que ya ingresaron como positivas de Covid-19: “La Organización Mundial de la Salud lo dice muy claro: son recomendables los lugares de cuarentena pero acotados en el tiempo, porque sino se promueven los contagios. Esto la provincia no lo escucha”, se indigna Rosasco. Aislados a 500 kilómetros de casa Más que aislamientos, algunos casos de personas pertenecientes a comunidades Wichí, Qom, Nivaclé y Pilagá (las cuatro etnias que habitan la provincia) parecen detenciones. No se explica de otro modo que hayan sido encerradas en centros de aislamiento de la ciudad capital de la provincia a unos 500 kilómetros de distancia. Como si a una persona de la localidad bonaerense de Avellaneda la llevaran a aislarse a la ciudad costera de Miramar. No podría suceder eso en Buenos Aires pero sí en Formosa, básicamente porque con las comunidades originarias no alineadas políticamente con el gobernador Gildo Insfrán, puede pasar cualquier cosa.  Alejandra Carrizo es psicóloga. Vive en Formosa capital, donde ejerce en el sistema público de salud. Integra la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) local y también la regional de la Asociación de Psicólogas y Psicólogos. Corrobora las denuncias de atropellos varios: “Los traslados forzosos y la fragmentación de los grupos familiares profundizan la angustia por la ausencia de información a las familias, lo que ha generado muchísimo malestar y fricción a las personas”. Carrizo está en un centro para residentes que regresaron desde otras provincias, y

Antonio Doval es profesor de Antropología y realizador del canal de videos de divulgación antropológica La Academia de Papel. En su paso por el programa radial A mí no me importa, Doval contó cómo trabaja desde su casa-estudio en el barrio porteño de La Boca, y profundizó acerca del proyecto que recobró fuerzas durante la cuarentena por Covid-19. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Pedro Ramírez Otero/Pedro Tato/Julián Bouvier ✍️ Redacción: Pedro Tato 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Foto de portada: La Academia de Papel El profesor de Antropología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Antonio Doval, habló acerca de cómo comenzó su proyecto audiovisual La Academia de Papel: “Surgió originalmente en 2015, con primeros videos tímidamente, cuando yo estaba empezando a estudiar antropología y muy motivado por distintos canales de Youtube que seguía. A la vez, viendo cómo había una falta: que tengan que ver con la antropología, pero que sean en español porque un montón de estos canales son en inglés”, empezó a relatar.  “Después por cuestiones de que cuesta llevar adelante, pensarlo, editarlo y subirlo, quedó ahí en el congelador y lo retomé ahora más fuertemente este año con la cuarentena”, agregó.    El canal cuenta con una mirada crítica y un abordaje pedagógico de las temáticas: “Mi formación es de profesor de antropología, pero trabajo como profesor de historia. Y lo pienso mucho desde ahí al canal”, explicó Doval. Y continuó: “Con la convicción de que estas herramientas teóricas y estas formas de pensar y comprender algunas cosas a cada uno le sirve para comprender la vida. Hago los videos con convicción de querer llegar y transmitir esas cuestiones desde una forma que sea más accesible, que muchas veces son cosas que quedan dentro de un discurso más académico, intelectual”. En esta impronta de democratizar los conocimientos, la búsqueda es “darle (a los videos) ese matiz más desde lo lúdico, del humor, y tratando de ponerle algo de lo bello, de lo lindo, que sea placentero de ver y que no sea una tarea ardua acceder a esos conocimientos”.   Además, el docente se refirió a la antropología como una ciencia social relegada: “Como materia en las escuelas prácticamente no existió nunca. Acá en Capital hay una materia en una orientación en Ciencias Sociales en Cuarto año, y el resto no lo tiene, mientras que la economía, la psicología, la filosofía tienen sus espacios formativos”, remarcó, y planteó que es una injusticia histórica. “Pienso que es una herramienta de pensamiento importantísima y muy rica en la forma de entender la sociedad y el mundo, las transformaciones y las posibilidades sociales de existencia del ser humano. Quizás es por eso, por su propia potencialidad de cambio y transformación, que ciertas tendencias conservadoras han logrado mantenerla al margen de un público más grande. La carrera de antropología durante la última dictadura fue cerrada”, añadió.  Uno de los videos del canal se titula Descolonizar nuestra mirada, consultado acerca de este concepto, Doval expresó: “Lo que yo creo es que es una toma de posición, pararse desde un lugar que más allá de la colonización y el evento histórico de la conquista o del imperialismo europeo. Hay algo que cala más profundo que es esto de la colonialidad, que está presente en nuestra forma de pensar, en nuestros conceptos, en la forma que entendemos la historia o la geografía, la educación, un montón de cosas. El ser parte de una sociedad que fue colonizada, nuestra forma de acceder a un montón de cosas está mediado por eso. En su forma más moderna se dan estos espacios para que existan este tipo de expresiones distintas y siempre minoritarias. Nunca llega un discurso decolonial a los medios masivos”. Para cerrar la entrevista, nos adelantó un poco sobre el próximo estreno: “Hay más de un video en producción. El próximo que va a salir muy prontito es acerca de Cristóbal Colón, que es un tema que tengo ganas de trabajar hace rato y ahora que pasó el 12 de octubre (Día del Respeto a la Diversidad Cultural, antes llamado Día de la Raza) y pasaron varias cosas alrededor de esto. Acá, por ejemplo, la Ciudad de Buenos Aires se iluminó con los colores de España por la Fiesta Nacional de España, como si fuéramos una colonia del imperio español. Y cómo en Latinoamérica y en el resto del mundo la figura de Colón es tomada como un símbolo de la colonialidad y cómo intervenir sus movimientos es una escena vista en manifestaciones en todas partes”, manifestó. El contenido de La Academia de Papel se encuentra de forma gratuita en Youtube y en redes sociales. También se pueden hacer aportes para sostener el proyecto en su página web, ya que el canal se sostiene de esta manera. 

El Secretario Adjunto del gremio docente Ademys, en diálogo con el programa radial La Retaguardia, se refirió a la propuesta de retorno a las escuelas en la Ciudad de Buenos Aires, en el contexto de la pandemia por Covid-19. Además, Adaro denunció que las decisiones tomadas desde el Gobierno nacional y el porteño hacen que finalmente la responsabilidad recaiga en las propias familias. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Fernando Tebele/Pedro Ramírez Otero ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Foto de portada: lineasindical.com.ar ¿Cómo será la vuelta a las aulas en las escuelas de la Ciudad? Esa es la pregunta del millón. El Gobierno porteño tomó una decisión. La misma consiste en revincular a los y las estudiantes. Esto implica la apertura de algunas escuelas para ciertos grupos que cursan los últimos años y  pueden concurrir en forma voluntaria. Por otro lado,  y como una puesta en escena, los medios tradicionales de comunicación se encargaron de ir con las cámaras de televisión para imponer el hecho como noticia  en la agenda pública.    El Secretario Adjunto del gremio docente Ademys, Jorge Adaro, comenzó explicando: “En los últimos días  nos venimos enterando de lo que va a pasar por los medios. El Gobierno en este sentido no se está comunicando para decir las cosas con mayor exactitud. Tuvimos una convocatoria por parte de funcionarios para que nos informen qué es lo que habían decidido. Es un escenario, donde es muy difícil poder anticiparse. Lo cierto es que hubo unos días en que los grandes medios plantearon que vuelven las clases. Primera cuestión: no volvieron las clases. Esto ocurrió efectivamente, hasta la semana pasada, en dos escuelas técnicas. Según dicen los protocolos el planteo es para re socializar o revincular a los alumnos. Es todo muy extraño porque para eso convocan a los chicos y chicas de sexto año y de séptimo. Y se supone que si es a esta altura del año será para ajustar el tema de los contenidos, porque en un mes y medio finalizan una etapa. Pero nada de esto es lo que tiene el Gobierno en mente”. Delegando responsabilidades “Estamos hablando de escuelas donde hay que tomar una decisión de a qué chico o chica se convoca o no se convoca. Todo lo delegan a la dirección. Todo eso comienza en esta última etapa con un viraje que hizo el Gobierno nacional a la cabeza. Que sostenía una especie de polémica con la Ciudad en cuanto las condiciones, y de golpe unificaron discursos.  (Soledad) Acuña, ministra de Educación porteña, lo que hizo fue delegar la responsabilidad a las direcciones de las escuelas. Y al decir que es voluntario delega la responsabilidad en las familias. Y si existe un foco de contagio en la escuela es responsabilidad de la familia y no del Gobierno. El primer día, el alumno o la alumna tiene que ir con un mayor y firmar una especie de acta deslindando la responsabilidad. Es decir que no estamos tan locos para plantear que no hay condiciones para un regreso”, expresó. En este estado de confusión, Adaro clarificó: “No es un escenario en el que todos vuelven. Solo vuelve una porción de la porción”. Uno de los interrogantes es también la cuestión del traslado de cada estudiante a las escuelas, teniendo en cuenta que varias familias provienen del conurbano. “Las condiciones de mantenimiento y de personal tampoco están dadas para una situación de regreso a la actividad ya sea de socialización o pedagógica vinculada a los contenidos. En todo este tiempo no hubo un solo anuncio de haber destinado partidas presupuestarias dentro de la emergencia para resolver esas condiciones”, aseveró. La ausencia del Estado “Lo que sí me parece necesario es hacer un balance de estos seis meses. De cómo fue el desarrollo de las actividades y de cuál fue el rol del Gobierno. Que estuvo ausente, no garantizó nada: ni material impreso los días que se entregaban los bolsones, tampoco las computadoras. Y después vienen a decir que los quiere adentro porque piensa en los niños. También sabemos que no todo los pibes, no todas las personas en la Ciudad de Buenos Aires o en cualquier lugar del país tienen la misma posibilidad de respuesta ante un contagio, para afrontarlo en un sistema de salud garantizado. El único lugar que podés ir es una CeSAC (Centro de Salud y Acción Comunitaria) o a un hospital, que están totalmente desbordados”, planteó el Secretario Adjunto de Ademys. Por último, expresó con preocupación: “Tenemos como referencia el protocolo burbuja que se ha aplicado en otros países, pero esto no ha logrado frenar lo que es el desarrollo de la pandemia. En la Ciudad el protocolo dice: ocho chicos y uno o dos docentes. Es invariable, como una burbuja que protege. Pero esos mismos docentes tienen otro grupo a la tarde. Es muy difícil de controlar. En Francia, París,  hace poco reabrieron las escuelas con protocolo y son 80 las clausuradas por Covid. Tenemos que mirar qué ha pasado esto, y tener en cuenta que Europa está en una segunda etapa. Y sabiendo que está la posibilidad de que esto baje y que vuelva a subir, se hace urgente que los gobiernos se ocupen de proveer las computadoras y la conectividad. Porque aunque se vuelva, es muy probable que tengamos que retornar a la virtualidad en el mejor de los escenarios”.

Diana Maffía, Doctora en Filosofía y a cargo del Observatorio de Género del Consejo de la Magistratura de CABA, participó del programa radial Sueños Posibles. Habló sobre las violencias de género en contexto de pandemia. Además, compartió sus pensamientos acerca de la dicotomía de aislamiento social o aislamiento físico. También reflexionó en torno de cómo podemos repensar el concepto de seguridad. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Alfredo Grande/Irene Antinori ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Fernando Tebele En los medios tradicionales de comunicación es bastante común encontrarnos con noticias referidas a la pandemia que ponen el foco en la cantidad de personas contagiadas con coronavirus, como si fueran meros números. Personas deshumanizadas, vaciadas’ de subjetividad. Otras tantas noticias se ocupan de la economía, fríamente. Algunos pocos medios les dan lugar a las miradas más humanas de la crisis social y psicológica que engloba la pandemia.   Sobre miedos y violencias Diana Maffía dio su opinión en una dirección distinta a los análisis habituales, una mirada microsociológica. “Hay una discusión acerca de si se lo debe llamar aislamiento social, porque eso te predispone de una manera tremenda. La idea de que todo el resto de la sociedad es un peligro, una amenaza, que se refleja en la conducta cotidiana: no subís al ascensor si hay otra persona, o lo hacés con la sensación de que estás haciendo algo que te pone en riesgo. Y no por cuestiones de violencia de género, que es uno de los motivos que te puede poner en riesgo, sino que puede ser cualquiera que se acerque demasiado, en un negocio, en la calle. Todo esto está sumiéndonos en una distancia que es mucho más grande que una prevención. Es algo que va redefiniendo a los otros sujetos, y cómo me relaciono. No sé qué va a pasar cuando la pandemia termine, si es que termina. Quedarán seguramente algunos resguardos que habrá que mantener”, expresó.  Maffía cuestionó “la idea del aislamiento social” en desmedro de lo que nombró como un aislamiento físico: “Es otra cosa. Podés compartir espacios, actividades. A mí me parece que es algo cuestionable cómo nos predisponen como sujetos y cómo vamos redefiniendo el lugar que los otros sujetos ocupan. No son nuestros socios, no son nuestros amigos, son alguien que me pone en riesgo, no alguien que no me ayuda o alguien al que pude recurrir. Alguien que me amenaza estando ahí, no es que me amenaza con una conducta física”, sostuvo.  Pandemia y violencia de género Por otro lado, hizo mención al recrudecimiento de la violencia de género en este contexto: “El aislamiento supone que el lugar de riesgo es la calle y aquellos con los que convivo no me ponen en riesgo. Y bueno, todas las cifras de violencia de género; de femicidios, que son espantosas, muestran que para las mujeres la casa y la pareja son espacios realmente poco seguros. Que hay que tomar allí también muchos resguardos. Hubo una reacción un poco tardía con respecto a esto por parte de las políticas públicas. Así que creo que es un daño psíquico,  y tratar de revertirlo es retomar redes, vínculos. Pero no todo el mundo tiene acceso a la tecnología, por brechas materiales, porque no tienen computadora, wifi, internet o teléfono, pero también por brechas de conocimiento, de acceso a lo digital como conocimiento. Estamos juntándonos con las personas que podemos y cómo podemos. Hay muchas que no pueden”, remarcó.    La pensadora remarcó la ausencia de una mirada de género para pensar la cuarentena: “Este aislamiento no lo pensaron previamente. Porque hay que ver quienes se sientan a pensar en la sociedad y a qué intereses y puntos de vista representan. Hay gente que se ha sentado muy a menudo a ver qué pasa con la pandemia, algunos especialistas en virología, economistas, empresarios, sindicalistas, pero las mujeres y el tema de la violencia no han estado presentes allí”, agregó.  Otro concepto de seguridad “Hay una concepción represiva de la seguridad. Porque podríamos tener otro concepto positivo,  diciendo que la seguridad es la capacidad que nos brinda el entorno, el gobierno, para el ejercicio de todos nuestros derechos humanos. En cambio tiene que ver con el cuidado, con las políticas públicas para protegernos, para asegurarnos el acceso, y no es ese el sentido, sino que es represivo, donde parece que hay una confluencia social de acuerdos peligrosísimos, no es solo de un ministro. A la policía, en todo caso, le compete que las personas no estén en conflicto con la ley, e intervenir para disuadir. La idea de que te tiren balas de goma en la cara o que te repriman con armas, secuestren, que te torturen, o que te violen, te maten, te desaparezcan, etc, cosas que hemos visto en toda esta temporada demasiado a menudo. Esa no es, obviamente, una idea de seguridad ni siquiera para las fuerzas de seguridad”, dijo. Maffía recuerda que durante su mandato como diputada porteña aportó ideas para pensar en otra policía, más vinculada al concepto de cercanía. En aquel momento se deslizó la propuesta de comprar nuevo armamento, como las pistolas Taser, a las que repudió. En este sentido aportó su reflexión:  “La idea de que te van a inmovilizar con una pistola es algo inconcebible en este país, pero finalmente las compraron y las usan. Siempre pasan abusos de las llamadas fuerzas de seguridad que tienen que ver con esta índole, con la expectativa, con las órdenes que reciben. Cuando pienso la seguridad de otra manera, los agentes de seguridad no son solamente la policía. Los agentes de seguridad que te protegen para que puedas ejercer tus derechos son: la justicia, los hospitales, las escuelas. Tiene que ver con el cuidado de la sociedad, que la sociedad se sienta segura en el modo de ejercer sus derechos. Que todos tengan acceso”. En el cierre, señaló algunas de las cuestiones que, desde su punto de vista, no se tuvieron en cuenta a la hora de pensar una estrategia sanitaria de distanciamiento: “Hay muchas cosas que