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Silvia Ferreyra, de Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLa), dialogó con Hasta que vuelvan los abrazos sobre la violencia de género antes y durante el aislamiento preventivo, social y obligatorio. El disparador fue el femicidio de Camila Tarocco apareció en una bolsa, semienterrada, a doscientos metros de la casa del principal acusado. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Giselle Ribaloff/Fernando Tebele ✏ Redacción: Andrés Masotto 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero/Fernando Tebele “Nosotros desde MuMaLa no nos resignamos a seguir contando casos como este, a seguir contando femicidios día tras día. Nosotras hace pocos días, el 9 de abril, dimos a conocer el resultado de los primeros 100 días de femicidios en Argentina y llegamos a la cifra de 82 femicidios. Y tenemos a la vez 61 casos de intentos de femicidio aparte de estos 82, que ahora son 83 con el de Camila. Y tenemos además otras 14 muertes violentas que están en investigación que se suman y dejan como saldo 96 muertes por violencia machista. Y nos parece que sacude, porque toda la sociedad está sensibilizada aun en cuarentena. Nosotras tenemos que la cuarta parte de estos femicidios se dieron a partir del 14 de marzo, cuando empezaron las medidas de restricción por la pandemia”, empezó a enumerar Silvia Ferreyra, integrante de Mujeres de la Matria Latinoamericana, horas después de que Camila Tarocco, de 26 años y mamá de dos niños, sumara otra víctima más. Aislamiento social y machista Apenas decretada la cuarentena obligatoria, muchos sectores empezaron a preguntarse qué hacer con las personas que, a partir de ese momento, estarían obligadas a aislarse en la casa que comparten con su agresor. “Nosotras tuvimos hace una semana una entrevista con gente del Ministerio (de las Mujeres, Géneros y Diversidad) justamente por una carta que habíamos acercado días atrás, solicitando algunas medidas de urgencia en el marco de la pandemia. Le planteamos la necesidad de instrumentar mayor coordinación, mayor celeridad, entre el Ministerio Público Fiscal, la justicia y las fuerzas de seguridad que son las tres instituciones que actúan cuando se presenta una denuncia por violencia de género” señaló Ferreyra. Y continuó: “También acercamos la propuesta de mayor asistencia a nivel local, porque a pesar de la cuarentena nos parece que todas las oficinas, secretarías y direcciones de género a nivel local necesitarían ser tomadas como servicios esenciales y que no detengan su asistencia, que desplieguen mecanismos para poder tener llegada a todas las personas que lo soliciten. También ampliar la cantidad de plazas dispuestas para las situaciones de emergencia, porque los refugios, los hoteles y las casas de mujeres se cuentan con los dedos de una mano y hace falta instrumentar medidas de urgencia para localizar a las víctimas en lugares más seguros. Ayer hubo una reunión de autoridades del Ministerio con tres titulares de la cartera de Justicia y Seguridad, pero nos parece que las medidas son urgentes para que haya más protección para las víctimas”. El rol de los medios Hace un mes que la agenda de los medios de comunicación, sobre todo de los tradicionales, está ocupada por la pandemia de coronavirus. Pero, como denuncian muchas agrupaciones y colectivos, en Argentina hay otra epidemia un tanto postergada informativamente: la violencia machista. La integrante de MuMaLa reforzó la necesidad mantener la problemática en la agenda mediática: “Me parece que tiene que haber una alerta en toda la sociedad. Yo creo que lo peor que podemos hacer es naturalizar esta situación, y en muchos casos se cae en ese lugar de esperar a que se dé con el paradero de la persona buscada y no difundimos con suficiente fuerza. Pero nos parece que en ese sentido hace falta seguir en alerta. Es importante que no se detenga esta cadena de alerta al conjunto de la sociedad. Pero también sabemos que la principal tarea la tiene el Estado, que es quien tiene más herramientas y dispositivos para poder llevar adelante esta tarea en el caso de la desaparición de las pibas. Es importante, también, lo que se hace desde la justicia. Porque en los primeros días de la cuarentena, en los casos de Claudia Repetto y otra piba en Lanús, nosotras vimos que la primera hipótesis de la justicia en caso de desaparición tiene que ser violencia de género y femicidio. Entonces eso tiene que orientar la búsqueda para hacerla más efectiva. No averiguación de paradero como sucede en muchos casos”, finalizó Silvia Ferreyra.

Lo dijo Jorge Adaro, integrante del gremio docente Ademys. Durante la cuarentena, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires estableció la distribución de alimentos en todos los niveles escolares para que los comedores sigan funcionando. Sin embargo, desde Ademys denunciaron que el personal auxiliar que realiza esta tarea no recibió los elementos de protección necesarios para prevenir la transmisión del coronavirus, y que la cantidad y calidad de los alimentos es insuficiente. Adaro dió detalles de la situación en diálogo con el programa radial Tengo una Idea. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Graciela Carballo/Nicolás Rosales ✏ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Foto de portada: lineasindical.com.ar Jorge Adaro comenzó describiendo la mala calidad de los alimentos que se entregaron en una primera instancia bajo el contexto de la cuarentena: “El primer marco que quiero dar es que esta cuarentena nos agarra en un proceso de eterno ajuste a los trabajadores y a los sectores populares. Lo que está pasando es que cuando el gobierno decide hacer la cuarentena tiene que, por presión por las familias y de los docentes , modificar el tema alimentario. Porque los primeros días el gobierno siguió dando las famosas viandas,  y digo que son famosas ya porque son un desastre. Eran un desastre antes de la cuarentena, y esto no ha cambiado por la cuarentena, sino todo lo contrario. Ahí empiezan a haber un montón de fotos con una fetita de jamón con una de queso y que ese era el alimento para el niño o la niña para todo el día. Nosotros empezamos a decir: esto no va, esto es una vergüenza, un desastre. Además, en el marco de la cuarentena no podemos hacer salir a las familias todos los días a las escuelas”. Bolsones de alimentos para las familias El integrante de Ademys contó la idea que el sindicato propuso, que el gobierno porteño consideró y llevó a cabo sin los cuidados necesarios para los trabajadores y trabajadoras que deben exponerse: “Proponemos que hagan bolsones con alimentos se supone de calidad, para 10, 15 días. El gobierno toma entre comillas esto y se produce la primera entrega la semana pasada (primeros días de abril) donde se produjeron, incluso un día con lluvia, metros y metros de filas de gente para buscar los alimentos. Es contraproducente con lo que se quiere evitar en un aislamiento social, empezamos a ver los problemas. Esa primera entrega se hizo por auxiliares, por directivos, por camareras de los concesionarios, y en la caso de los dos primeros no se contó con los elementos de protección sanitaria. El gobierno se había comprometido a mandar barbijos y alcohol en gel y no mandó nada. Nuevamente, son los trabajadores quienes asumen los riesgos por una política de ajuste del gobierno”, denunció. Y continuó: “Nosotros lo que queremos es que las familias tengan comida. ¿Qué es lo que hizo el gobierno?, a las escuelas de jornadas simples sólo les dábamos desayuno, y les dieron una vianda de desayuno. Las escuelas de jornada completa o con comedor van a tener otro bolsón, lo que ya produce otra diferencia entre lo que recibe uno y en lo que recibe el otro en el marco de una medida de aislamiento social, bajo un ajuste que lo que genera es que el trabajador autónomo o cuentapropista no pueda salir a ganar el mango. Entonces la situación para el que mandaba a una piba o a un pibe de jornada simple cambió. Exigimos que el bolsón lo tienen que mejorar, y tiene que ser para todos. Porque además ponen a los docentes y a los auxiliares en un lugar de tener que decirles: ‘a vos mamá te doy, a vos no te doy’. Es decir, estamos poniendo la cara en representación a una política que nosotros repudiamos de parte del gobierno”. Por último, Jorge Adaro expresó: “En un primer momento el gobierno dijo ‘se lo vamos a dar (el bolsón) solamente al que hizo el trámite de la beca para el comedor’, pero si les cuento lo difícil que es hacer ese trámite y más aún para lo que significa para las familias de los barrios más vulnerables que no tienen un acceso a la computadora o no tienen ese ejercicio, es terrible. Nuestra exigencia es que se le dé a la matrícula total de la escuela. Esto se ha ido solucionando por la voluntad de los trabajadores”.

(Por Equipo de Comunicación de Madres Víctimas de Trata para La Retaguardia) De lunes a viernes, a la hora del almuerzo, largas filas de gente desfilan por el pasaje Ciudadela en el barrio de Constitución para recoger, por una ventana del número 1249, su ración de comida: “quinientas cincuenta raciones. Hay personas en situación de prostitución, con graves problemas de salud y con niños chiquitos, me piden leche desesperadamente. Tuberculosis, bajo peso, VIH, etc., etc. …”, revela Margarita Meira, la mujer que lleva adelante este comedor que resulta ser, también, su propia casa. Y es que cuando las cosas se pusieron estructuralmente difíciles para el barrio y la sociedad argentina en general, también se pusieron difíciles para ella. En sus propias palabras, “hacia 1988 comenzó a desembarcar en la Argentina el neoliberalismo” (cuyas lógicas y políticas venían esbozándose desde los tiempos de los sucesivos golpes militares, pero se instalaron con especial y explícita fuerza en la década de los ’90 luego de la asunción de Carlos Menem). Entre otras cosas, la apertura de las importaciones llevó a Margarita a perder su trabajo como costurera y a ver su situación económica seriamente afectada. “Claro que lo mismo que me pasaba a mí les ocurría a mis vecinos. El hambre comenzó a ser un problema cotidiano, por lo que decidí organizar en mi casa un comedor comunitario que se llamó Madres de Constitución”. Actualmente el comedor dispone de un suministro provisto por el gobierno de la Ciudad, aunque lo que acaba sucediendo es que el mismo resulta insuficiente y Margarita y sus colaboradoras se ven verdaderamente desbordadas. Poco o nada sospechaba Margarita que tan solo tres años después de la fundación del comedor, en 1991, su hija Susi (cuyo nombre hoy puede leerse tatuado en su brazo) sería secuestrada por una red de Trata para ser explotada sexualmente. Fue con la compañía y la colaboración de su hija que Margarita inauguró el comedor, y fue, a la vez, el secuestro y posterior asesinato de Susi lo que dio comienzo al  arduo camino de búsqueda y lucha que desembocó en la definitiva fundación de Madres Víctimas de Trata en 2015. Durante todos esos años de dolor por la falta de Susi el comedor siguió adelante, y así continúa en la actualidad. Mucho dista la realidad social de ser una fiesta, y poco tiene que ver la solidaridad con una tarea armoniosa realizada alguna vez a la semana para luego sonreír delante de alguna cámara fotográfica. Bien lo sabe Margarita, que así describía la situación del barrio en su libro autobiográfico que vio la luz el año pasado: “Actualmente se vive pésimo porque tampoco hay trabajo. Quienes más sufren son los de menos edad. El otro día le estaba diciendo a un vecinito que estudie, ya que de otra manera nunca iba a tener un buen trabajo, y muy fresco me contestó que más plata iba a ganar en la esquina, arrebatando celulares o vendiendo droga. Y veo que las nenas, en cuanto se van haciendo señoritas, tienen a los proxenetas rondándoles. No estudian, no trabajan, no están bien en la casa, por lo que no les cuesta mucho a las redes de trata convencerlas”. Experiencias como esta motivaron la decisión de establecer, en la casa del Pasaje Ciudadela, además del comedor, un centro cultural donde se brindara apoyo escolar y se realizaran diversas actividades artísticas para dar a las niñas y niños del barrio un espacio seguro, que contribuyera a su crecimiento en libertad y les alejara aunque sea un poco del acecho de lxs explotadorxs. Actualmente la situación del centro es complicada, esencialmente por falta de recursos y personal para brindar los talleres. Al parecer, Constitución es un barrio abandonado no sólo en los sentidos social y económico, sino también en el sentido cultural y artístico, tan fundamental para acompañar el crecimiento de lxs más pequeñxs en un contexto de extrema vulnerabilidad. A esto hay que agregar la situación actual, en la cual el apoyo escolar y las clases online con motivo de la cuarentena no llegan a la infancia que apenas si come. Al hecho de combatir, como se puede, el hambre desde el barrio de lunes a viernes durante todo el año, con o sin emergencia sanitaria, a Margarita se le añade la dolorosa labor de acompañar a las otras Madres, sus compañeras, en la búsqueda de sus propias hijas, desaparecidas para ser prostituidas por las redes de proxenetas y explotadores. Las Madres no descansan. Ningún día del año, ni cinco minutos, ni treinta segundos. Cuando Margarita no se encuentra entregando viandas desde el comedor, está luchando con sus compañeras que buscan a sus hijas, o brindando asistencia y asilo a jóvenes en situación de prostitución que han sufrido desalojos o se encuentran en situación de calle. Todo en la más dolorosa de las soledades: con una escasez de recursos insostenible, casi sin atención mediática, por supuesto sin financiamiento alguno de parte de grupos de interés económico, y sin demasiado tiempo para andar enorgulleciéndose de sus acciones a través de las redes sociales. Así relataba, en los días previos a Semana Santa, la situación en el comedor: “Fue una odisea, la gente se pone en la cola y cuando llega no son los que están en la lista. Nos parte el corazón y ahí hacemos magia todos los días. Damos en viandas por la ventana y en bolsas descartables, no entramos nada de la calle. Nos tenemos que organizar para poder entregar 1500 viandas por el feriado”. En su célebre obra “Patas Arriba”, Eduardo Galeano expresaba que “A diferencia de la solidaridad, que es horizontal y se ejerce de igual a igual, la caridad se practica de arriba a abajo, humilla a quien la recibe y jamás altera ni un poquito las relaciones de poder (…) La caridad no perturba la injusticia. Sólo se propone disimularla”. Este es un principio que, consciente o inconscientemente, rige toda la actividad de la organización: el objetivo útlimo que Madres Víctimas de Trata

Estuvimos en el control policial de la General Paz y San Martín, uno de los principales cruces entre CABA y el conurbano, para registrar el tránsito vehicular y los controles efectuados por personal de la Policía de la Ciudad. Durante la tercera fase del aislamiento social, preventivo y obligatorio -o cuarentena administrada, en palabras de Alberto Fernández- se incluyeron más rubros habilitados a la circulación y se promulgó un único permiso. Además, en los últimos días se publicó la obligación de usar barbijo tanto en CABA como en Provincia de Buenos Aires. (Por La Retaguardia)✏ Texto: Andrés Masotto📷 Fotos: Andrés Masotto

En varios Centros de Formación Profesional (CFP) de la Ciudad de Buenos Aires se fabricaron más de mil máscaras protectoras para prevenir el contagio del virus COVID-19. Son repartidas en distintos centros de salud o instituciones hospitalarias de manera gratuita. Sergio Lesgueberis, director del CFP N°24 de Flores, habló de esta iniciativa en la mañana de Radio La Retaguardia, durante el programa Hasta que vuelvan los abrazos.  (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Giselle Ribaloff/Fernando Tebele ✏ Redacción: Diego Adur 💻 Edición: Fernando Tebele Los CFP son lugares que dependen de la Ciudad de Buenos Aires y, en condiciones normales, brindan una amplia oferta de talleres y cursos gratuitos a cualquier residente de la ciudad. Frente a la crisis sanitaria provocada por la pandemia, trabajadores y trabajadoras de esos Centros de Formación Profesional decidieron poner sus conocimientos y su trabajo a disposición del sistema de salud. Así es como ya llevan fabricadas por lo menos mil doscientas máscaras protectoras construidas con impresoras 3D, que son repartidas en hospitales o salas de atención médica de forma totalmente gratuita. Sergio Lesgueberis, director del CFP N°24, del barrio de Flores, uno de los sitios donde se realizan estas vinchas, contó por qué nació esta idea y cómo es llevada a cabo: “Varios directores de distintos Centros de Formación Profesional nos juntamos a partir de pensar cómo podría la educación acompañar esta crisis sanitaria que nos aqueja. Los Centros de Formación tienen infraestructuras y saberes instalados que pueden poner a disposición en determinados contextos para ayudar en esta pandemia. Constituimos dos nodos de producción. Uno en el propio Centro de Formación N°24, acá en Flores, y otro en el Centro N°1, de Barracas. Actualmente tenemos veinte máquinas de impresión 3D que hacen las vinchas. Después cortamos los acetatos, los agujereamos y los armamos. Las distintas instituciones nos van pidiendo y vamos proveyéndolos, obviamente de manera gratuita”, señaló. A todo vapor El director del CFP se refirió a las posibilidades de producción de las mascaras: “Hicimos más de seiscientas, ya entregadas, y ahora tenemos otras siescientas más por entregar en estos días. Tenemos una producción diaria de ciento cincuenta máscaras. La producción es lenta, no es en serie. Las impresoras tiran una vincha por hora. Es una producción que va lenta pero sostenida, gracias al esfuerzo de todos los centros de formación involucrados, a los docentes y colaboradores. Se armaron centros de producción muy importantes”, destacó Lesgueberis y detalló acerca del acceso a los insumos: “Empezamos a pedirlos al Gobierno de la Ciudad, a partir de la gerencia operativa. Hoy nos los están proveyendo ellos”, dijo. La lógica de desmercantilizar algunos bienes y serviciosLas máscaras protectoras requieren de distintos materiales, ocupan cierta maquinaria para ser fabricados y precisan del conocimiento del trabajador o trabajadora para realizarse. Sin embargo, Sergio indicó que ese trabajo no es rentado y las vinchas se reparten gratuitamente. El director del centro opinó sobre la necesidad de no rentabilizar ese trabajo: “Ojalá podamos contribuir en desmercantilizar parte de nuestras vidas que están totalmente tomadas por la lógica mercantil. Cada vez más. Como trabajadores y como instituciones públicas que no perseguimos fines de lucro, tenemos saberes y cosas a disposición que no son inmediatamente comercializables como todo en este mundo. Ojalá que a partir de esta crisis empecemos a poner en cuestión otras cosas además del dinero. Estos son gestos que contribuyen a desmercantilizar la vida en la que estamos todos. Hay cosas que es necesario sacarlas de la lógica del mercado y ponerlas como bien común. Una es la educación y otra es la salud. Son bienes y valores no inmediatamente mercantiles. Ojalá que después podamos continuar problematizando estas cuestiones. Venimos de procesos largos donde la salud, la educación y los bienes públicos se vienen mercantilizando y privatizando”, recordó.En la misma lógica, remarcó la idea de cooperación entre las y los trabajadores de la educación que producen las máscaras, y las y los trabajadores de la salud, que son quienes están exponiéndose día a día para enfrentar el virus: “Somos trabajadores y trabajadoras del Gobierno de la Ciudad que nos organizamos para cooperar con trabajadores y trabajadoras de la salud. Hay distintas capas y distintas tensiones. Está bueno que demos una mano a otros trabajadores que están en primera línea haciéndose cargo de este virus. Dentro de la lógica de desmercantilizar, también poner en valor la lógica de cooperación horizontal entre trabajadores. Es importante romper los discursos más evangelizadores o verticales que nos vienen dados y que, en el fondo, despolitizan nuestra tarea. Estamos pidiendo que se saquen una foto con la máscara en el centro de salud. Más que para agradecernos, para reconocernos como trabajadores que estamos cooperando. Es bueno que la educación esté colaborando también. Como trabajadores nos reconocemos y nos damos fuerza. Ojalá que quede instalado en el imaginario y en el ánimo social las ganas de seguir reconociéndonos como trabajadores que contribuyen a mejorar las condiciones de vidas comunes de la población”, expresó Lesgueberis. Por último, el director del CFP 24 se refirió a la utilización mediática o propagandística que algunos sectores del gobierno porteño le dieron a este proyecto de los Centros: “El Gobierno de la Ciudad también hace uso de esto. Son planos distintos. Estamos dentro de una lógica que es compleja. Son las reglas del juego que nos toca jugar. Dentro de esas distintas capas, esta es una iniciativa que surgió de abajo hacia el costado, hacia los trabajadores mismos. Mi discurso intenta desromantizar todo esto. Somos trabajadores, no voluntarios. Es fundamental tratar de torcer un poco el discurso dominante”, cerró.

El diputado nacional Juan Carlos Alderete, referente de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), presentó un proyecto en el Congreso para crear un impuesto a las grandes fortunas destinado íntegramente a la salud pública para ayudar a combatir la pandemia del coronavirus. Alderete contó acerca de esta propuesta en el programa Hasta que vuelvan los abrazos de Radio La Retaguardia. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Giselle Ribaloff/Fernando Tebele ✏ Redacción: Diego Adur 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero/Fernando Tebele Varios proyectos de ley para cobrar un impuesto a las grandes fortunas de nuestro país fueron presentados en el Congreso por el Frente de Todos. La idea es consensuar uno entre las diferentes fuerzas que lo componen. El más osado, seguramente, es el que presentó Juan Carlos Alderete, referente de la Corriente Clasista y Combativa (CCC). Busca recaudar por única vez una suma que alcance los 60 mil millones de pesos que serían destinados en su totalidad a enfrentar la crisis sanitaria producida por la pandemia de COVID-19. El diputado explicó por qué es importante recurrir a las grandes fortunas para auxiliar a los sectores populares que más padecen la crisis sanitaria, económica y social: “Todos sabemos cómo ha quedado nuestra salud pública en estos últimos 4 años: totalmente destruida. Por lo tanto, hay que reconstruir cantidad de salas que están abandonadas en todo nuestro territorio. Muchas de ellas están metidas en el medio de los barrios populares. Funcionan a medias y ni siquiera tienen medidas de seguridad. Uno se pregunta de dónde tiene que salir la plata para salvar vidas. Hay que acondicionar las salas para enfrentar esta pandemia. Cuántos respirados se necesitan en el Gran Buenos Aires, cuántos en la Ciudad de Buenos Aires y cuántos en cada provincia. La salida de la cuarentena va a ser escalonada. En algunos barrios es muy difícil hacer la cuarentena. Cómo hacen las familias que viven sin agua potable o tienen una canilla cada dos manzanas. Cómo hacen las familias que viven en una sola habitación. Es muy difícil si no se apoyan en las organizaciones del lugar. Los medios comunitarios y barriales cumplen un rol fundamental en la comunidad. La plata que precisamos para salvar vidas no tiene que pagarla siempre el pueblo, la producción, los obreros. Somos los que siempre tenemos que pagar las crisis económicas y sociales en nuestro país”, argumentó. Alderete propuso un impuesto escalonado a las grandes fortunas del país. Explicó que quienes más tienen más pagarían y avisó que el proyecto excluye a la clase media del tributo: “En esta oportunidad tenemos que buscar a las grandes fortunas, que las han hecho a consecuencia de los negocios que hicieron con el Estado. Si se los pedimos, no nos lo van a dar nunca. Sería un bono patriótico. Por eso yo le llamo Impuesto Extraordinario a las Grandes Fortunas, que sería también un fondo patriótico solidario. Tiene que ser una contribución gradual: El 1% al que tiene 10 mil millones de pesos, el 2% al que tiene 20 mil millones y así. De esta manera, se van a recaudar 60 mil millones de pesos. Tienen que ir exclusivamente a la salud pública, a la emergencia sanitaria que hoy estamos viviendo. Es la manera en que se van a salvar vidas. De otra manera, no hay forma de que sobrevivan a esta pandemia aquellos que hacen changas, los pequeños comerciantes de los barrios, los obreros de producción, etc. La tenemos que enfrentar entre todos. Esta ha sido la intención de este proyecto. Hay otros proyectos que también están aportando otros legisladores. Tiene que ser un proyecto serio y no para la tribuna. No hay que pegarle a la clase media. Tenemos que separar lo que es la clase media con aquellos que han blanqueado fortunas. Estoy hablando de las grandes, grandes fortunas. No podemos tratar de igual manera al que blanqueó 500 mil pesos con el que blanqueó millones y millones”, diferenció.El sector que estaría afectado a este impuesto extraordinario “son 50 familias de nuestro país. Tienen nombre propio. Una de ellas es la de Paolo Rocca”, expresó Alderete. Represión en el frigorífico PentaSobre el cierre, el diputado se manifestó en contra de la represión que sufrieron trabajadores y trabajadoras del frigorífico Penta por parte de la policía, que dejó más de 20 heridos. Alderete repudió el accionar del empresario Ricardo Bruzzese, gerente de Penta, y pidió que se tomen las medidas necesarias contra el responsable que dio la orden de la represión: “Repudio enérgicamente lo que ha pasado con los compañeros del frigorífico Penta. Yo creo que tiene que sufrir una sanción ese empresario, que está acostumbrado a hacer lo que hizo, salvar su capital. Los obreros que le han dado ganancias ya no le sirven. Tiene que haber una sanción a ese empresario. Voy a proponer que en todos los frigoríficos que están parados, municipales y privados, se pueda faenar a precios populares”, adelantó y pidió que se tomen medidas para con el responsable de comandar la acción represiva: “Se tiene que ser duro para sentar un precedente. Cómo puede ser que nadie dio la orden. Los que tienen apetencias políticas y la mirada para el 2021 que se dejen de joder. Son muchas las vidas que están en juego en nuestro país. Yo no puede creer que nadie haya dado la orden. El que dio la orden tiene que tener nombre y apellido y también tiene que sufrir las consecuencias. No es momento para especular políticamente, no es momento para el internismo. Hay que tener en cuenta lo que está en juego en nuestro país. No sabemos cuánto va a durar esta situación. La emergencia sanitaria ha profundizado la necesidad de resolver la emergencia social. Esto va a ser una lucha larga. No termina con la salida de la cuarentena. Vamos a tener que trabajar mucho más de lo que veníamos trabajando para poner de pie a nuestro país”, finalizó.

Betania Álvarez Aráoz nos invita a reflexionar acerca de las personas que, en plena cuarentena por la pandemia del COVID-19, tienen que salir a trabajar. En muchos casos, para facilitar que otros y otras puedan quedarse a resguardo en sus casas. (Por La Retaguardia) ✏ Texto: Betania Álvarez Aráoz  💻 Edición: Pedro Ramírez Otero La cuarentena obligatoria sembró el miedo en las calles, en especial en quienes se ven obligados a romper el aislamiento para ir a trabajar. Por un lado, están los empleados y empleadas de la salud, comerciantes o integrantes de algún otro eslabón del rubro productivo, totalmente amparados por el Decreto firmado por presidencia. Pero otra es la realidad de las y los trabajadores informales o de los deliverys, quienes paradójicamente se encargan de preparar, llevar y traer pedidos a las personas que le temen al afuera, que sí se pueden quedar en casa.La precarización laboral es uno de los síntomas que ha aflorado con la propagación del COVID-19 en Argentina, no porque haya surgido ahora, sino que el coronavirus y sus medidas de reclusión estricta fueron un chispazo de luz en la cueva de la informalidad. Nunca hubo interés de parte de los gobiernos en ponerle fin a estas prácticas laborales inhumanas que para muchos/as son la clave de su enriquecimiento. La pandemia laboral abarca desde monotributistas hasta trabajadoras y trabajadores directamente no registrados.Matías, quien pidió ser rebautizado para evitar represalias, trabaja desde los 17 años frente a la terminal vieja de Mar del Plata. Hace 10 veranos que cocina, limpia y atiende al público en un local que lo mantiene “en negro”. Dice que con lo que gana le alcanza y que el jefe es bueno: “Como soy separado y tengo una nena, cuando cobro voy al mayorista y hago una compra grande para que dure, este mes se le sumó lo de la escuela. Ahora, no sé qué va a pasar”.El local que atiende Matías hace días que está vació, con el estallido de la pandemia no hubo turistas, ni locales que se acercaran a comprar. A él la situación lo preocupa, tanto que sale a la vereda a intentar convencer a las pocas personas curiosas que miran las exhibidoras repletas de comida. “El jefe me dijo que por lo pronto sólo termináramos el stock, que se suspendían los pedidos a los proveedores. Y que cuando se acabe lo que tenemos veremos cómo seguir”. Desde la vereda, Matías dice que cree que va estar todo bien, porque hace años que trabaja ahí. “Espero”. Preso por trabajar Pero, ¿qué pasa cuando trabajar también obliga a circular? Ese es el caso de quienes trabajan para  aplicaciones de delivery como Rappi, PedidosYa y Glovo. Arriba de una bicicleta y con un cubo de color naranja, amarillo o rojo colgado a los hombros, recorren las ciudades llevando comida y medicamentos a otras personas que no quieren romper su aislamiento. En su mayoría son monotributistas de la categoría mínima, aunque otro tanto son trabajadores/as informales que buscan atajos ya que emigraron desde otros lados del mundo y se suman a la tarea de los mandados para sobrevivir hasta contar con la documentación necesaria que les permita buscar un “empleo digno”.Un video viral prendió la alerta. En plena cuarentena obligatoria uno de ellos fue parado por la Policía de la Ciudad que patrullaba el barrio de Villa Crespo. Lo hicieron bajar de la bicicleta a la fuerza, le rompieron la mochila de trabajo, lo maltrataron y se lo llevaron detenido. Frente a la mirada de los vecinos, el trabajador de Rappi gritaba sin consuelo: “Tengo que seguir laburando. No me pueden hacer esto”.“Tengo acá el barbijo y los guantes”, fue la última suplica que pronunció el trabajador. Quería convencer a los uniformados que cumplía con las medidas sanitarias para prevenir y cuidar a los otros del coronavirus, pero nada sirvió a la hora de convencer a las fuerzas que hoy dominan la calles.

Lo dijo Pamela Gallardo, Promotora de Salud y vecina de la Villa 31, ubicada en Retiro, al norte de la Ciudad de Buenos Aires, en diálogo con el programa radial A mi no me importa. Desde su trabajo en el Centro de Salud y Acción Comunitaria (CeSAC) 47 ubicado en el barrio, Pamela ofrece una mirada del aislamiento social muy lejana a lo que aparece en los medios tradicionales y ciertos discursos oficiales. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Pedro Ramírez Otero✏ Redacción: Rodrigo Ferreiro 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero El aislamiento social, preventivo y obligatorio está instalado en todo el territorio de nuestro país. Desde el gobierno nacional, empiezan a plantearse cómo flexibilizar la cuarentena, al menos en algunas provincias. La realidad es que, ya en la cuarta semana de aislamiento, el Estado sigue sin atender las necesidades básicas de muchos sectores de la población que no pueden simplemente quedarse en su casa. La Promotora de Salud Pamela Gallardo, explicó cómo se vive en la Villa 31, ubicada en la Ciudad de Buenos Aires. —La Retaguardia: ¿Querés contarnos qué es ser Promotora de Salud? —Pamela Gallardo: Somos un grupo de personas que estamos trabajando hace cinco años a partir de un programa, nos dividieron en los Centros de Salud del barrio, y articulamos y generamos vínculos con la comunidad, somos un nexo entre la comunidad y los Centros de Salud, coordinamos con organizaciones, comedores que hay en el territorio. Es importante en esto aclarar que cuando nosotras hablamos de Salud lo hacemos desde una concepción integral, no solo biológica, que aborde lo social, lo cultural, lo económico también. Entonces generamos una conexión entre el sistema de salud y la comunidad. —LR: Los medios de comunicación le hablan a la clase media cuando se dice “quedate en casa”, ¿qué pasa en un barrio como la 31? —PG: Una de las cosas que estamos haciendo los trabajadores de salud es transformar ese mensaje, esa sugerencia que se baja, a la realidad del barrio. Se vive otra realidad, en otro contexto, para nosotras la calle es nuestro espacio libre, recreativo, las casas son chicas y salimos a encontrarnos con los vecinos en la calle, en la plaza, en la vereda. También están los comedores, la violencia de género, la asistencia en lo que es la salud, nosotras trabajamos en un CeSAC donde la estructura es muy precaria, donde por ejemplo en lo que respecta a lo respiratorio esta cuestión nos puede afectar mucho. —LR: ¿Cómo está viviendo el barrio la cotidianeidad de la cuarentena? —PG: Es complejo. Por ejemplo, acá en el barrio hay mucha gente que trabaja de modo independiente. Salen a vender a la feria, se dedican a la actividad comercial. Se está tratando de articular con los comedores, pero lo real es que la asistencia del Estado a los comedores no se está cumpliendo, no mandan alimentos. Cumplir la cuarentena también es difícil, los lugares son pequeños, se tratan de hacer actividades de modo virtual, para hacer más ameno el aislamiento, pero es difícil. —LR: ¿Qué rol está cumpliendo el Estado, tanto en la salud como en el día a día? —PG: Y, hace unos días, por la ausencia del Estado, se ha creado un Comité de Crisis en base a la urgencia, a la vivienda, a la salud, a la comida. Eso te demuestra que está difícil, que el Estado está ausente. Los comedores no tienen los elementos necesarios, no llegan. En el CeSAC hay elementos que tampoco llegan, además que el espacio también no es apto. —LR: ¿Qué preocupaciones tienen hoy los y las vecinas de la 31? —PG: Lo real es que los vecinos no están preocupados como en otros lugares por el coronavirus. Les preocupa, por ejemplo, no tener un ingreso, no tener comida. Tenemos adultos mayores en el barrio que no tienen comida, no se pueden mover mucho, no llegan a los comedores. Tuvimos casos de cuestiones emocionales también, vecinos con ataques de pánico, de parálisis facial, por las medidas que se tomaron. Podemos decir que están bien las medidas para evitar la propagación del contagio, pero tenemos que pensarlas de un modo en que no afecte a los vecinos de la 31. Pensarlas en su contexto. —LR: ¿Hubo algún acercamiento por parte del gobierno porteño? —PG: Y, en la 31 hay un organismo que es la Secretaria de Integración Social y Urbana, ellos suspendieron todas las actividades, incluso el área que ellos manejan de salud. No se dio respuesta, no contestan. Y por eso mismo se formó el Comité de Crisis, para pedirle al Estado que responda. Ellos vienen en campaña, pero luego en este contexto no aparecen. Y eso genera bronca. También está la policía, que te pide que hagas lo que ellos te dicen en muy malos términos. También estamos teniendo muchos problemas con respecto a la violencia de género. Existe la línea 144 pero hemos tenido casos donde llamaron y no les dieron una respuesta satisfactoria, no hubo estrategia salvo aconsejarles que hagan la denuncia. —LR: ¿Cómo está el CeSAC 47 ahora? —PG: El CeSAC tuvo modificaciones con respecto a la organización. Ahora se atienden a personas con síntomas de COVID-19 o de Dengue, aunque el Dengue fue dejado un poco de lado. Se está empezando a notar el reclamo que venimos haciendo con respecto a la estructura, no previeron lo que les decíamos durante años y ahora quieren que atendamos una demanda grande, y la ausencia de infraestructura aparece más a la vista que nunca. Al día de la fecha, el colectivo de Promotores y Promotoras sigue exigiendo que se trate en la Legislatura porteña la ley que formaliza su situación como Agentes de la Salud, reclamo que lleva más de cuatro años.

Patricia Gordon, psicóloga de la Asociación En Red de Mar del Plata, en diálogo con el programa Hasta que vuelvan los abrazos de La Retaguardia, se refirió a las situaciones de violencia en el marco del aislamiento social obligatorio por el COVID- 19. Ya son 13 los femicidios desde que empezó la cuarentena. También habló sobre el rol del Estado y los recursos disponibles. (Por La Retaguardia)🎤 Entrevista: Giselle Ribaloff y Fernando Tebele ✏ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Rosaura Barletta 📷 Foto: El MarplatenseFemicidios  en aumento y con poca difusión Gordon se refirió  al caso de Claudia y su hija de Mar del Plata que quedó un olvidado entre las noticias de los medios tradicionales y las redes sociales: “Estamos redoblando las fuerzas para utilizar las redes y manifestarnos. A propósito de esto, ayer hubo algo en relación al femicidio de Claudia y finalmente se convocó al ruidazo a las 18 del pasado jueves 30. Nos parece importante que más allá de que todos y todas estemos atravesados por esta situación tan crítica, y todos los efectos que generan la cuarentena y la pandemia, analizar y pensar con todas aquellas situaciones de violencia de género donde el lugar más seguro, en este caso, no es la casa, sino que es uno de los lugares más inseguros. Así como los casos de abuso sexual, que muchas veces hemos hablado, donde la casa se convierte justamente en el espacio íntimo, cerrado, donde lamentablemente ocurren estas cosas. Tenemos 13 femicidios desde que empezó la cuarentena, es una cifra alarmante. Tres de ellos son vinculados, quiere decir que cayeron sobre esta línea de fuego, o que el agresor fue directamente sobre la hija de la mujer que también asesinó.Los abusos en aislamiento “Podemos llegar a pensar que estas condiciones de aislamiento lo que hacen es agudizar el conflicto, podemos tener que instrumentar todos los mecanismos que tengamos a mano para poder trasmitirle a esas mujeres potencialmente víctimas directamente que alguien está con ellas. Que no están abandonadas, que se puede recurrir a un teléfono. Nosotros de Alameda en Red tenemos un teléfono y eso se está haciendo en la Universidad, en agrupaciones, en distintos puntos del país, como para que se establezca un contacto más allá de la cuarentena. Es interesante pensar que los abusos transcurren en el silencio, en la imposición de un secreto. Los mecanismos que usan muchas veces son el aislamiento. Aislar a la víctima para que pierda lazos con sus vecinos, con sus familiares, con compañeros y compañeras de trabajo, etc., y todo eso es justamente lo que estamos viviendo en este momento”, explicó Gordon sobre los mecanismos de la violencia machista en contexto de encierro.“Desde el estado se proporcionaron herramientas desde la comunicación: horarios, líneas, un mail. Sería deseable que haya una propuesta para poder frenar esto. Desde las organizaciones, estamos difundiendo formas de contacto y recibiendo consultas. Por el contexto, la presencia que podemos tener es virtual para ayudar a las víctimas. Aportar seguridad para que la otra persona sienta que está acompañada haciendo un seguimiento telefónico. Creo que todas estas formas son las que tenemos que ir profundizando y desarrollando”Por último, en relación a la trata de personas afirmó, “todo esto sigue ocurriendo, por la línea 145 se sigue trabajando. Estos circuitos ahora tienen que estar más presentes”

Lo dijo Rubén Ortiz, trabajador tarefero de Misiones, titular del Movimiento Popular de la Liberación y Secretario de la CTA Autónoma en diálogo con el programa Hasta que vuelvan los abrazos de Radio La Retaguardia. Refirió a la situación de los tareferos de la provincia de Misiones y al dengue como una emergencia por encima del COVID-19. (Por La Retaguardia)🎤 Entrevista: Giselle Ribaloff y Fernando Tebele ✏ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Rosaura Barletta 📷 Foto: Documental Raídos de Diego Marcone -La Retaguardia: ¿Cuál es la situación que se está viviendo allá con los trabajadores tareferos?-Rubén Ortiz: La situación hoy es peor que en otros territorios porque nuestra provincia a comienzo de año se declaró en estado de emergencia alimentaria. Y la falta de alimentos, el hambre, golpea con más dureza a los sectores más postergados, fundamentalmente a 21 mil familias tareferas. A eso, ahora se le agrega esta emergencia sanitaria. La zafra empezó, y el transporte, la organización del trabajo como ustedes saben, es terrible. Eso generó protestas de los trabajadores. Ahora, el gobierno cortó la yerba por la cuarentena. Pero acá hay un problema más grave, la cuarentena sin alimentos no se puede sostener. O morimos de hambre o nos mata el virus. Hay un verdadero flagelo, adónde ya hay más de 6000 casos en la provincia de dengue, que está haciendo estragos en los sectores más pobres, y eso no sale en ningún lado. Los tareferos, habitan los peores lugares en cada pueblo. Lugares horribles, contrarios a la vida, hacinados. Es muy poco lo que podamos hacer nosotros, esto no da para más, y no es que yo sea un alarmista. Si no llegan alimentos en 3 o 4 días la gente va a ganar las calles. Estas medidas (las de la cuarentena) son para los que tienen el poder de acumular algo. La otra cuestión que nos preocupa terriblemente es el virus. No se puede enfrentar una pandemia con hambre, esto es lo que se tiene que entender. Podemos cuidarnos, pero si no tenemos las calorías; la familia de los tareferos hace 20 o 30 años que come mal. Son hijos del hambre, entonces no tienen las condiciones mínimas para enfrentar una gripe, menos con la de estas características. Yo no soy sanitarista, pero llevo años viviendo en estas condiciones, conozco como pocos nuestro territorio y sé a lo que estamos expuestos. Espero que la autoridades nacionales tomen realmente conciencia de los que está pasando, porque si no es raro que en Misiones no aparezcan casos, y que se estén tapando los casos de dengue. Tenemos compañeros del sindicato que se han curado (del dengue) a “remedios yuyos” como decimos acá en sus casas. -LR: Ante la posibilidad de volver a la zafra después de esta cuarentena, ¿Qué precauciones se pueden llegar a tomar respecto a la  seguridad del transporte?-RO: No hay ninguna posibilidad que se vuelva a la zafra. La yerba que se cosecha hoy se puede cosechar en septiembre, noviembre o diciembre. Esto se puede postergar, porque no es solo el transporte, las condiciones laborales de estos trabajadores no van a soportar esto. Quiero explicar, que la yerba que consumen los argentinos, y que se cosecha hoy, llega con suerte en Enero (del año que viene), porque hay yerba stockeada. Primero va al secadero, y después va a un galpón adonde se almacena. Antes se almacenaba para 2 años, ahora se hace cada 4 o 6 meses. Y de ahí va el molino, después al paquete. Hay yerba para soportar el consumo interno. No hay porque poner en riesgo la vida de los trabajadores. Lo que hay que hacer, es un plan de contingencia para estas familias, mejorándoles los niveles nutricionales. -LR: ¿Quiénes son los sectores que quieren retomar la zafra?-RO: El sector empresarial, los que no quieren perder. Acá hay 10 grandes empresas, de las cuales 5 son monopólicas (Las Marías, Rosamonte, Hreñuk, La Cachuera, etc). Pero el responsable es el Estado, ¿hasta cuándo va a consumirnos? Un tarefero genera por día a valor góndola en este momento 40.000 pesos. Y de eso no se lleva más de 400 pesos a su casa. Cuando hablan del costo laboral, este es el infierno, esto es lo que tiene que saber la sociedad argentina. Hoy un tarefero que cosecha 600 kilos de yerba, hojas verdes, son 200 paquetes Premium en góndola. A 200 pesos cada kilo, son 40.000. Sin el trabajo del tarefero eso no podría estar en góndola. Esos son los sectores que se benefician con la renta extraordinaria a costa del hambre y el sudor de la explotación del tarefero. Son los que hoy están forzando esta situación. Los economistas tienen un deber moral hoy de hablar de estas cosas, y nosotros como educadores también, porque nos vamos a quedar sin tareferos, sin nada. Hay una responsabilidad muy grande de los gobiernos que nunca quisieron escuchar a los trabajadores”.