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Su defensa, a cargo de Gerardo Miño, solicitó ese beneficio esgrimiendo razones humanitarias. Acosta, uno de los jerarcas más perversos de la ESMA, fue condenado a prisión perpetua en varios tramos de la megacausa y también como parte del plan sistemático de robo de bebés. La semana pasada fue autorizado a salir del penal para solicitar un crédito en una sucursal de ANSES en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. (Por La Retaguardia) Quizás intentando aprovechar los últimos meses de un gobierno que les resultó amigable, los genocidas vienen presentando pedidos de domiciliarias, de no asistencia a los juicios y libertades condicionales. Esta tarde se supo que el Jorge El Tigre Acosta solicitó acceder al beneficio de la libertad condicional. Según el escrito presentado por Acosta, a través del abogado Gerardo Miño, el objetivo es lograr que sea incorporado al Régimen Progresivo de la Pena porque sus condiciones de salud, siempre según su defensa, agravan su situación de “vulnerabilidad”. El represor Eduardo Ascheri fue visto y fotografiado tomando un café en un bar cercano a los tribunales de San Martín, donde está siendo juzgado ahora por delitos de lesa humanidad durante la Contraofensiva montonera. Lo denunció esta mañana el abogado querellante Pablo Llonto y lo difundió El Diario del Juicio, del que participa La Retaguardia. Aunque cualquiera aseguraría que eso constituye una violación de la domiciliaria, el juez sólo le dijo al defensor que le aconseje a Ascheri tomar “el próximo cafecito en su casa”.En la solicitud de Acosta se destaca la buena conducta, convivencia y el respeto por el reglamento y horarios establecidos por el Servicio Penitenciario Federal. Además, refiere que tiene buen vínculo con su hija, que lo visita en forma regular. El genocida es presentado por la defensa como una “persona adulta mayor en situación de vulnerabilidad” e invoca “razones humanitarias” para fundamentar el pedido. Cita a la Convención Interamericana sobre la Protección de Derechos Humanos de las Personas Mayores que, paradójicamente, refiere evitar tratos crueles, inhumanos y degradantes.En el tramo final de la solicitud, Miño sostiene: “Estimo que por razones humanitarias, es hora que por lo menos su hija pueda mantener una relación con su padre en el último tramo de la vida de éste, y que la Sra. Gacitúa Jiménez, también tenga la posibilidad de renovar su relación”. Otra vez el cuento de los pobres abuelitos. Habrá que ver cuál es la respuesta del Tribunal Oral Federal Nº5, que hace poco le otorgó la libertad a Horacio Luis Ferrari, otro de los genocidas más feroces del ex Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio más grande que tuvo el país durante la última dictadura cívico-militar-eclesiástica.

Existe un proyecto empresarial para construir el nuevo estadio de River Plate en el campo de deportes de la ESMA, un lugar donde se incineraban los cuerpos de las personas que fueron asesinadas durante su secuestro en el centro de exterminio. Muchas voces se levantaron para oponerse a este proyecto que pretende pisotear la memoria. Carlos “Sueco” Lordkipanidse, sobreviviente de la ESMA y querellante en la Megacausa, habló con Fernando Tebele y con Pedro Ramírez Otero en la Retaguardia, y demostró su bronca e indignación. (Por La Retaguardia) El presidente del Club Atlético River Plate, Rodolfo D’onofrio, viene impulsando hace tiempo la idea de construir un nuevo estadio de fútbol y el lugar elegido sería el campo de deportes de la ESMA, que aún pertenece a la Armada. Allí, durante el Terrorismo de Estado, fueron incinerados los cuerpos de personas que permanecían cautivos en el centro clandestino. Lordkipanidse contó cómo se enteró del proyecto y de las razones por las cuales podría llevarse a cabo este plan tenebroso: “A la noticia la leí en el diario Clarín. Una compañera de La Plata me mandó un link de Clarín donde le hacen un extenso reportaje a (Rodolfo) D’onofrio, presidente de River, que abarca muchas temáticas; entre otras, el tema de la eventualidad de construir un nuevo estadio en otro emplazamiento. Lo que dice la nota es que D’onofrio inició trámites en el gobierno anterior para poder construir el nuevo estadio de River en lo que es el campo de deportes de la ESMA. Esa gestión la siguió desarrollando durante este gobierno. Ahora tiene más esperanzas en que esto fructifique. Las sensaciones que me dan son de espanto y de terror. Hacen mención a que en el campo de deportes de la ESMA ya intervino el Equipo de Antropología Forense y como no encontraron restos se puede construir ahí, como si fuera el patio trasero de su casa. D’onofrio no tiene interés en saber si en ese lugar encontraron restos humanos o no. Esa información la recibió del juez Torres -a cargo de la Instrucción de la Megacausa-. No sé qué parte es cierta y qué parte es falsa. Lo que me parece estrafalario es que traten con una naturalidad asombrosa el tema”, expresó.El sobreviviente destacó la importancia de comprender el campo de deportes de la ESMA como un sitio de memoria, ya que allí eran quemados los cuerpos de los desaparecidos que no eran arrojados en los vuelos de la muerte:  “Independientemente de lo que se haya descubierto o no, en ese lugar existen testimonios de las más variadas procedencias que aseguran que los cuerpos de los compañeros que fueron asesinados en días que no eran los de traslados -los miércoles eran los traslados donde arrojaban los cuerpos al mar- eran llevados al campo de deportes y eran incinerados ahí. Esto lo dice el propio (Adolfo) Scilingo en sus declaraciones en España frente al juez Baltasar Garzón. Él dice que en el campo de deportes se incineraban los cuerpos en una batea que se producía en el taller de automotores de la ESMA. El procedimiento era ese y en la jerga de los represores lo llamaban ‘hacer un asadito’. Se puede entender que después de tantísimos años no se encuentren restos óseos de un cuerpo que ha sido incinerado y en un terreno que está a orillas del río. Que el Equipo de Antropología Forense no haya encontrado restos no significa que en ese lugar no se hayan producido estos crímenes”, argumentó el Sueco e insistió en lo grotesco que resulta que en la actualidad ese predio siga perteneciendo a la Armada y no esté constituido como parte del espacio de memoria ESMA: “Entendemos que la ESMA es un espacio integral que comprende al campo de deportes, cosa que el juez Torres no interpretó nunca a favor nuestro. Todavía hoy sigue estando el campo de deportes en manos de la Armada. Es absolutamente ridículo. Actualmente se alquila para campeonatos de fútbol y cosas por el estilo. Ahí están las cenizas de nuestros compañeros”, recordó.La conclusión está a la vista. La memoria quiere ser hecha pelota, una vez más. En esta ocasión se trata de pisotear un lugar donde se cometieron crímenes de lesa humanidad, un sitio que recuerda el paso de miles y miles de desaparecidos y desaparecidas que fueron secuestradas y llevadas a la ESMA. El proyecto del nuevo estadio de River es una operación empresarial con claros fines económicos para los actores involucrados y, como tal, merece un particular cuidado y, sobretodo, un fuerte grito de oposición para detener esta perversa idea: “Es terrible lo que están queriendo hacer, me parece un espanto desde cualquier punto de vista. Más allá de que se trate de un estadio de fútbol o un parque de diversiones, ese lugar no se tiene que tocar. Tiene que preservarse y conformar el ejido de lo que es el espacio para la memoria, más allá que la utilización que se le ha dado al lugar no sea la correcta y muchos de los que pasamos por ahí no estemos de acuerdo. El espacio físico, desde lo simbólico, tiene que preservarse como espacio de memoria”, cerró Carlos Lordkipanidse en La Retaguardia.

En pocos días comenzará el juicio por la represión genocida a la Coontraofensiva de Montoneros en 1979 y 1980. La fiscal Gabriela Sosti, quien ha participado en diversas causas por delitos de lesa humanidad como circuito ABO, será parte en este proceso que se iniciará el 9 de abril. Sosti dialogó en Radio La Retaguardia con Fernando Tebele y con Víctor Basterra en Oral y Público, el programa de los juicios a los genocidas. (Por La Retaguardia) La fiscal Sosti hizo una introducción a lo que será este nuevo juicio que pretende condenar los delitos de lesa humanidad cometidos por el Terrorismo de Estado durante la última dictadura contra la Contraofensiva Montonera y, a la vez, repensar ese momento específico de la historia política de nuestro país: “Los juicios son una posibilidad inmejorable para reclamar la historia, para revalorizar el sentido de la historia. La idea de este juicio es desarmar ese mito construido con versiones aisladas. La posibilidad de este juicio es la de correrse de las respuestas y armar otras preguntas y respuestas. Nadie desconoce el episodio, pero el juicio es una buena oportunidad para reencontrarnos con ese momento político. Las diferentes manifestaciones del poder opresor están pendientes de ser leídas con una dimensión política un poco más amplia. Es un esfuerzo que implica un profundo conocimiento de la historia poder leer esos episodios en el contexto en que sucedieron. La historia siempre se escribe de manera sesgada. El episodio de la Contraofensiva es interesante porque es nada menos que la historia de Montoneros, una de las organizaciones armadas más emblemática del mundo dentro de la coyuntura de los ’70. Es interesante para que produzca lecturas, re lecturas y análisis”, reconoció Sosti. Juzgar, pero no por centro clandestino Para la fiscal, la particularidad de este juicio es que no gira en torno a crímenes de lesa humanidad cometidos en un centro clandestino específico sino que se centra en el aparato de inteligencia responsable de estos delitos incluso los perpetrados fuera del país, llevando la represión estatal por fuera de los límites de la Argentina: “Los agentes del Estado que van a ser juzgados son todos los que intervinieron en la estructura de inteligencia. En general, estamos acostumbrados a los juicios de lesa humanidad anclados en un centro clandestino. En realidad, la represión fue armada por un diseño y una estructura de inteligencia que superó la instancia de ese centro clandestino. En este caso particular, se abre una dimensión mucho más increíble y siniestra -y nos hace pensar en la inteligencia de hoy en día-, porque la inteligencia atravesó la frontera. Invadió la soberanía de Perú, de Bolivia, de Brasil y de España. Insisto en que supera los límites del centro clandestino. Es un desafío el de poder dar cuenta de cómo la planificación estuvo armada desde ese lugar, por los distintos destacamentos de inteligencia. La represión más global fue la del Cóndor. Esta causa lo que va a hacer es abrir esa perspectiva a una más amplia”, vaticinó.Víctor Basterra intervino durante el relato de Sosti y aportó, como siempre, datos valiosos a la hora de reconstruir vivencias y reconocer protagonistas de aquella brutal represión. Si bien no pertenecía a esa organización Basterra dice que cayó porque la represión se intensificó: “Yo era un activista gremial, no pertenecía a Montoneros. Me chuparon en la época de la primera contraofensiva, en el ’79. Viví parte de los ’80 haciendo tareas de mano de obra esclava viendo como los tipos hacían desastres y trasladaban compañeras y compañeros desde Campo de Mayo a la ESMA, y de la ESMA a Campo de Mayo. Con una compañera, Alcira Machi de Duarte, hablamos durante un descuido del guardia. Yo le fui a llevar un vaso de gaseosa. La tenían escondida en una piecita. Me contó que la habían llevado a Campo de Mayo y había visto a 50 compañeros, entre ellos a Petrus. Después me enteré de que Petrus era (Horacio Domingo) Campiglia, el compañero de Pilar Calveiro”, rememoró Basterra.Después de escuchar a Víctor, Sosti se refirió a los y las sobrevivientes como “gente que amó la vida y soñó con un mundo mejor” y sostuvo que su papel a la hora de dar testimonios “es de un valor que no podemos dejar de destacar. Es fundamental la tarea de los sobrevivientes para reclamar la memoria. Sin eso nunca vamos a ser libres”.La fiscal hizo referencia a quiénes serán los imputados de este nuevo juicio y su rol durante el genocidio: “Fueron funcionarios del Estado. El Estado, puesto a disposición de ciertos sectores de poder. Son inconstruibles estos duelos horribles que destruyen y machacan la carne sin ningún reparo. El Estado, hoy en día, está sacando personal policial con un nivel de violencia inusitado. Lo que pasó en los ’70 no pasó solo en los ’70. Es parte de una dinámica histórica que hay que tener muy presente. No para quedarse anclado en el relato de la tortura. La tortura tiene una función. No hay manera más efectiva de dominar que induciendo dolor. En todo esto tenemos que estar muy atentos”, avisó Sosti.Este nuevo proceso que juzgará los delitos de lesa humanidad cometidos durante la Contraofensiva Montonera iba a comenzar el martes 26 de marzo; sin embargo, la justicia lo aplazó hasta el 9 de abril. Las audiencias serán una vez por semana y se estima que podría durar un año. El Tribunal de San Martín será el mismo que actualmente está juzgando el crimen de José Díaz en la represión de La Tablada, aunque con otra composición. La Retaguardia participará de El Diario del Juicio, que se podrá visitar en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com DESCARGAR

Así se refirió la periodista y ex detenida-desaparecida a la sentencia por los delitos cometidos en el ex Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio conocido como Virrey Cevallos. Tres represores fueron condenados: le dieron 15 años al excomandante de la Fuerza, Aérea Omar Rubens Graffigna, quien intentó hacerse pasar por senil. Jorge Monteverde, civil de Inteligencia de la Fuerza Aérea fue condenado a 13 años y Enrique Monteverde, su hermano, también civil y agente de inteligencia, fue absuelto. En el programa Oral y Público, Fernando Tebele comentó el fallo con Lewin, quien pasó por Virrey Cevallos y luego fue llevada a la ESMA. (Por La Retaguardia) “Hubo una suerte de injusticia dentro del proceso de justicia. Es como si en la megacausa ESMA hubieran sido juzgados un par de guardias, un par de verdes y Massera, y hubieran quedado afuera El Tigre Acosta, Astiz, Pernías, Donda, etc. Eran solamente tres los acusados: Graffigna, que no era en ese momento todavía miembro de la Junta, sino que estaba allí por su posición en la cadena de mandos, y dos agentes civiles de inteligencia, hermanos, en ese momento muy jóvenes (21 y 25 años), miembros de la patota, el grupo de tareas”, recordó la periodista. “A uno le decían Sota, a otro Quique, y yo los conocía porque eran guardias del lugar mientras yo estaba detenida-desaparecida en ese centro clandestino de detención y torturas. Estaba en pleno centro de la Capital Federal, era una casa operativa del Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea. Por supuesto, ellos no me decían mientras yo estaba ahí a qué Fuerza pertenecían. Yo lo fui deduciendo por ciertos indicios, pero además me fue confirmado cuando llegué a la ESMA, porque mis compañeros conocían los enlaces entre la Fuerza Aérea y la Marina”, explicó. “De hecho, no fui la única que pasó de una Fuerza a otra, también ocurrió con Patricia Roisinblit que fue a dar a luz a su hijo Rodolfo (Guillermo Rodolfo Pérez Roisinblit, nieto recuperado) en los sótanos de la ESMA. El sabor amargo es la absolución de Quique. Supongo que esto tiene que ver con que mientras El Sota (Jorge Luis) Monteverde permaneció activo como agente de inteligencia civil en la Fuerza Aérea hasta 2007, su hermano dejó de pertenecer en septiembre de 1977. Pocos meses después de que se fugara de Virrey Cevallos Osvaldo López, otro sobreviviente”, advirtió sobre el represor absuelto. “Nosotros no conocemos los fundamentos, recién se conocerán en febrero, pero todos los hechos juzgados fueron cometidos antes de septiembre de 1977. No se entiende bien por qué, habiendo dejado de pertenecer a la patota en septiembre de 1977 este hombre resulta absuelto. Con respecto a El Sota y la duda de cómo llegó estando en la Fuerza hasta 2007 sin que lo identificaran, eso es lo que yo me pregunto. Nosotros no lo habíamos podido reconocer. Este es un juicio tardío. Con Osvaldo López le pedimos insistentemente al juez Rafecas que acelerara esta causa, pero venía a la cola, era un centro clandestino pequeño, con pocos sobrevivientes y nosotros veníamos reclamando que se nos mostraran las fotografías de los integrantes del Cuerpo de Inteligencia de la Fuerza Aérea desde hacía años”, aclaró Lewin. “Primero, nos mostraron las de Mansión Seré, y allí había una gran cantidad de policías bonaerenses y muy pocos integrantes de la Fuerza Aérea, así que casi no hubo reconocimientos positivos. Cuando, después de un tiempo, llegó el momento de dar empuje y acelerar la instrucción, no es culpa de Rafecas, sino de que el juzgado está absolutamente desbordado”, señaló.“Cuando pudimos acceder a las fotografías, todos los sobrevivientes por separado, pudimos reconocer a varios integrantes de la patota del grupo represivo que funcionaba en Virrey Cevallos. Entre ellos estaban los hermanos Monteverde, pero hubo muchos otros reconocimientos positivos que por alguna razón que no alcanzamos a entender no fueron incluidos en esta causa”, planteó. “El que sí fue detenido hace algunos meses es un oficial de la Fuerza Aérea de apellido Espina (Jorge Alberto) pero no fue incluido en esta etapa del juicio y va a ser juzgado por separado. Vamos a hacer toda la fuerza posible para que, al menos, algunos de los otros reconocidos en las fotografías sean sumados a este nuevo juicio”, contó Lewin.La impunidad en nuestras narices “Virrey Cevallos era una casa operativa de la Fuerza Aérea, tenían varias en la Capital Federal. El Tribunal dio instrucciones para que se investigue la existencia de una casa en la calle Franklin, cerca del Cid Campeador, de donde se escapó un compañero de apellido Bufano. Inmediatamente, esa casa fue desactivada, pero funcionó allí un Centro Clandestino de Detención y Tortura. La mayor parte de la gente que pasó por Virrey Cevallos fue después derivada a otros Centros Clandestinos de Detención. Fue secuestrado Osvaldo Lanzillotti hacia fines de mayo de 1977 y después fue visto en la Comisaría de Castelar y Mansión Seré, que eran otros Centros Clandestinos de Detención del circuito represivo de la Fuerza Aérea”, contó. Lewin agregó: “Yo no había podido ubicar la casa geográficamente dentro de la ciudad, lo único que sabía por los comentarios que escuchaba del otro lado de la puerta de la celda es que estaba a pocas cuadras del Departamento Central de Policía porque ellos a veces decían ‘no hay lugar en el garage, andá a estacionar en el playón del departamento’ y además porque me traían comida que tenían los logos de las pizzerías o restaurantes donde la compraban y todo indicaba que estaba en el barrio de Monserrat. No sabía exactamente dónde, además cuando me trasladaron a la ESMA me dijeron que la casa iba a ser demolida por el ensanchamiento de la 9 de Julio. Entonces, cuando fui a la CONADEP en 1984, fui a recorrer la zona con Eduardo Lázara -hijo de Simón Lázara, diputado socialista- y detectamos una casa demolida al lado del teatro Margarita Xirgu. Pensé que era eso, pero no era”, reconstruyó. “Se pudo detectar porque el hermano de

La noticia sorprendió esta mañana. Un hombre apareció muerto, con un disparo en la cabeza, en un Toyota Corolla negro en la Costanera Norte. Poco después circuló su nombre: Oscar Hermelo. El testimonio del arrepentido Adolfo Scilingo lo sitúa en la ESMA como parte del grupo de gente que “administraba” los bienes robados a las personas secuestradas. El rol de su padre en la apropiación de los nietos de Paco Urondo. De confirmarse que el cuerpo hallado es el suyo, murió impune, aunque condecorado por Massera. (Por Fernando Tebele para La Retaguardia) Foto: en el libro de Scilingo el autor muestra una foto con Hermelo recibiendo una distinción en la ESMA. “El otro problema era el Pañol de repuestos y la permanente sospecha que el control del enorme capital depositado en él creaba a los allegados del taller y el ‘Dorado’. Lo solucioné nombrando a un amigo del falso teniente Vaca, un estudiante de abogacía y empleado de Tribunales que con el tiempo se transformó en mi mano derecha y hombre de total confianza, el actual fiscal Dr. Oscar Hermelo. Nos quedábamos hasta muy tarde ideando los controles que con el tiempo lograron llegar a un desvío de materiales prácticamente cero”. Quién escribió esto en su libro Por siempre Nunca Más, es Adolfo Scilingo, el represor de la ESMA condenado en España a 1084 años de prisión, pero con el beneficio de salidas temporarias. El falso teniente Vaca era Gonzalo Torres de Tolosa, civil y condenado a perpetua en ESMA III. El enorme capital depositado eran los bienes robados a las personas secuestradas. La mano derecha de Scilingo es Oscar Hermelo. Las páginas del libro de Scilingo que refieren al rol importante de Oscar Hermelo Las noticias indican que su cuerpo fue hallado esta mañana en la Costanera Norte, dentro de un auto Toyota Corolla negro, con la ventanilla baja hasta la mitad, un tiro en la cabeza y un arma a su lado.Hermelo murió impune sin siquiera haber llegado a juicio oral en la megacausa ESMA. Lo más parecido a un acto de justicia ocurrió el 9 de diciembre de 2009, cuando fue indagado por el juez Sergio Torres, a cargo de la instrucción de la megacausa. Lo acompañaba su abogado, Roberto Jorge Calandra. Unos días después, el 22 de diciembre, Torres lo procesó por tormentos seguidos de muerte y privación ilegal de la libertad, sin prisión preventiva. Pero no duró mucho el procesamiento. El 14 de julio de 2010 la Sala II de la Cámara Nacional Federal en lo Criminal y Correccional, le dictó la falta de mérito y dejó sin efecto los embargos. Evidentemente tenía buenos contactos.En su histórico alegato de casi 6 meses de duración en ESMA III, la entonces fiscal Mercedes Soiza Reilly, al analizar la tarea del civil Gonzalo Torres de Tolosa,  mencionó a un tal Hermelo como parte del esquema apropiador de los nietos de Paco Urondo, hijos de Pablo Koncurat y Claudia Urondo. Torres de Tolosa, que actuaba en un juzgado tutelar, pidió durante el juicio ampliar su indagatoria y allí entregó más datos. En aquella ocasión, la fiscal Soiza Reilly reconstruyó el relato durante el programa radial Oral y Público: “ellos habían sido dejados el 3 de diciembre de 1976 en una guardería. Su madre había quedado, como todos los días, en pasar a buscarlos y ese día no regresa porque fue asesinada por el grupo de tareas, conforme lo que expresa Torres de Tolosa. Los niños se quedan esa noche a dormir en la casa de la titular de la guardería y al día siguiente ingresan en una comisaría y directamente al Instituto Riglos. Lo llamativo es que intervienen el juez Oscar Hermelo y el secretario, Torres de Tolosa, en el Juzgado. Y quien se encarga de los trámites tutelares de los menores es el imputado Torres de Tolosa”. El Oscar Hermelo que estuvo a cargo del juzgado de menores era el padre del ahora muerto que, como marcó Scilingo, en Tribunales apenas si era un estudiante, aunque en la ESMA parece que era más que eso. El documento con la firma de Massera premiando a Torres de Tolosa y Hermelo. (Foto: La Retaguardia) Si te premia Massera… El 12 de noviembre de 1978 Emilio Massera decide condecorar por “su esfuerzo y abnegación” a Gonzalo Torres de Tolosa. En esa resolución, también aparece condecorado Oscar Hermelo, en este caso como “agente civil ARA”. Todas estas referencias a su accionar en la ESMA refieren a la primera etapa de ese Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio.En 2007, todavía con los juicios de lesa humanidad recomenzando, H.I.J.O.S. Capital y otros organismos de derechos humanos le realizaron un escrache. Hermelo, increíblemente, aún era fiscal. Una situación bastante parecida a la Fabián Fernández Garello, actual fiscal general de Mar del Plata, que fue indagado la semana pasada en la causa del crimen de Ana María Martínez. Todos somos inocentes mientras se demuestre lo contrario, pero algunos siguen siendo fiscales mientras tanto. En caso de muerte, dude siempre “Si efectivamente es él, habría que ver si se suicidó o lo suicidaron”, dicen casi a coro al menos 3 de los sobrevivientes consultados por La Retaguardia. Es que Hermelo se suma a la lista de genocidas de nuestros Auschwitz que mueren en circunstancias por lo menos extrañas. La más significativa fue la de Héctor Febres, el integrante de la Prefectura Naval que murió envenenado con cianuro el 10 de diciembre de 2007, apenas 4 días antes de que se conociera el veredicto en el primer juicio sobre la ESMA, del que era el único imputado.Oscar Rubén Lanzón, uno de los jefes de inteligencia del GT3.3.2., apareció muerto el 20 de septiembre de 2015 en su prisión domiciliaria, sentado en un sillón con un vaso de whisky y un cigarrillo, asfixiado con humo y con su cuerpo calcinado por un incendio.Jorge Raúl Vildoza, fraguó su propia muerte el 27 de mayo de 2005 en Sudáfrica, donde vivía con la identidad cambiada para escaparle a la justicia.

El hallazgo de la quinta donde estuvieron secuestrados los curas jesuitas Yorio y Jalics.La casa que se creía demolida acaba de ser identificada en el marco del cuarto juicio por la ESMA. La hija de uno de los represores del GT3.3.2 quedó impactada al reconocerla como la casa a que la llevaban de niña. Una investigación de La Retaguardia y el El Cohete a la Luna. (Por Alejandra Dandan/Fernando Tebele/Diego Adur para La Retaguardia y El Cohete a la Luna) Foto: La casa de Don Torcuato reconocida por el Suedo Lordkipanidse. La dirección coincide con los datos brindados en 1983 por Yorio y Jalics. (La Retaguardia)No tengo ninguna duda. Ninguna: esa es la casa, dice Alejandra Éboli. Y es lo primero que dice apenas ve la imagen. Alguna vez le pregunté a mi papá cómo fue posible que nos hubiese llevado ahí. ¡¿Cómo era posible que fuera tan perverso?! ¿Por qué? Y él, nada. Cara de póker. Alejandra es la hija de Miguel Ángel Rodríguez, alias Castro Cisneros, destinado al Grupo de Tareas de la ESMA. Contador como Jorge Rádice, es posible que haya sido quien lo sucedió desde fines de 1979. En la historia de la ESMA su nombre comenzó a ser conocido a partir del llamado Informe Basterra, el cada vez más extraordinario documento presentado por el sobreviviente, testigo y querellante Víctor Basterra en 1984, con la primera identificación fotográfica de los asesinos del infierno. El lunes 22, el Sueco Carlos Lordkipanidse declaró en el Juicio ESMA IV.  Lordkipanidse es sobreviviente de la ESMA. Ese día aportó la dirección específica de una de las quintas buscadas desde hace más de 40 años: una casa ubicada en la calle General Ricchieri 1325 de la localidad de Don Torcuato, esquina Camacuá. Al parecer allí estuvieron secuestrados los curas jesuitas Orlando Yorio y Francisco Jalics en 1976: esa esquina aparece mencionada en la denuncia de Yorio ante la CONADEP en 1984 y luego en la declaración de Emilio Mignone en el Juicio a las Juntas. Yorio escuchó que la nombraban como “Villa Capucha”. Pero hasta ahora nadie la había ubicado. Y durante un tiempo se creyó que había sido demolida. Lordkipanidse ahora dio la dirección, presentó ante el tribunal un sobre papel madera con fotos, pero también brindó la posibilidad de pensar que esa casa estuvo activa desde 1976 hasta 1979 por lo menos: una fecha que conecta a los sacerdotes, su propio paso por el lugar y las visitas de las hijas de uno de los genocidas, una vuelta inesperada de la historia al otro lado del espejo.“Yo era chica, tenía 8 años, pero tengo recuerdos”, dice Alejandra. “Esa casa, esa quinta, es donde íbamos nosotros con mi familia: mis hermanas, mi papá, mi mamá y yo”. Las salidas se hacían en plan de esparcimiento aunque la nombraban como una quinta que pertenecía al trabajo del padre. Un lugar donde alguna vez también vieron a Massera.“La casa tenía una pileta, y me quedó bastante marcada. Al principio con un recuerdo lindo. Solíamos divertirnos, pero me acuerdo que era un lugar raro, por llamarlo de alguna manera. Algunas veces, tal vez dos veces después de estar ahí durante el fin de semana disfrutando en familia, de golpe a las dos de la mañana nos despertaron a los gritos, nos subieron a un auto y tuvimos que volver. Me acuerdo que había una casa a la que no se podía entrar, con las ventanas siempre cerradas. Eran dos casas o una casa de caseros y otra casa. Y esa puerta por la que nunca podíamos entrar. Me acuerdo que una vez entré, estaba muy oscuro. Recuerdo eso. Entrar y que alguien en la puerta, no sé si un guardia, nos saque y nos rete”.Alejandra habla de niños. No porque los haya visto, sino por un reproche que escuchó de parte de su madre hacia su padre en una discusión matrimonial. “Cuando me puse a leer la causa, todo el tiempo aparecen menciones a lugares como quintas: en Pacheco o Del Viso, pero yo estaba convencida que se hablaba de la quinta de Don Torcuato”.   Una búsqueda de 40 años El planeta del terror de la ESMA siempre funcionó con satélites. Las quintas eran uno de esos anexos. Uno de los largos brazos del centro clandestino, como los entendió la fiscal Mercedes Soiza Reilly durante la investigación del tercer tramo del juicio. Y hay varias quintas mencionadas en la causa. Una en Pacheco, cerca de la Ford. Otra en Tortuguitas o Del Viso. Otra en Panamericana y Thames, desde donde operó el Servicio de Inteligencia Naval. Hay menciones a una quinta en La Plata. Y también a la quinta de Don Torcuato, con la presencia de los sacerdotes secuestrados.Orlando Yorio y Francisco Jalics fueron capturados el 23 de mayo de 1976. El 25 de mayo oyeron una celebración oficial por la que supieron que estaban en la ESMA. Pocos días después, bajaron a Yorio y lo introdujeron en un auto. La denuncia ante la CONADEP dice lo siguiente: Luego de un trayecto de diez o quince minutos, el coche entra a un lugar con árboles y nos detenemos muy cerca de la entrada, todavía escuchaba ruidos de la autopista, lo subieron por una escalera y lo metieron en un lugar donde oyó una tos que puede reconocer: era del padre Jalics.La pieza donde permanecieron estaba en un altillo como de techo de tejas, con una ventana amplia y cerrada. Los curas evaluaron el recorrido y entendieron que habían salido de la ESMA por Acceso Norte y estaban a unos veinte minutos, cerca del Acceso o de la General Paz. Durante los días siguientes comieron y fueron viendo a ocho carceleros en el lugar con turnos de cuatro y cuatro, dos veces por semana. Permanecieron allí hasta el 23 de octubre. Entendieron que no había mucho movimiento, pero a veces venía gente y había reuniones, las conversaciones eran propias de oficiales. Las compras las hacía la gente de la casa, pero a veces llegaba

Se trata de una casaquinta que utilizó la Marina, ubicada en General Ricchieri 1325, Don Torcuato, en la Provincia de Buenos Aires. La señaló el sobreviviente Carlos Sueco Lordkipanidse durante su testimonio de hoy en el juicio ESMA IV, en el que pidió al tribunal una visita ocular. El integrante de la Asociación Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD) estuvo secuestrado en ese lugar durante mayo de 1979 y recordó el uso que se le dio desde mayo de 1976. Antes de dar su testimonio, Lordkipanidse le contó a La Retaguardia cómo descubrieron el lugar en el que estuvieron secuestrados, entre otros, los curas jesuitas Orlando Yorio y Francisco Jalics, por los que tuvo que declarar como testigo Jorge Bergoglio. (Por Fernando Tebele y Diego Adur para La Retaguardia) Foto: el frente de la casa identificada. Carlos Lordkipanidse, el Sueco, amanece siempre bien temprano. Esta vez no habrá sido la excepción. Hasta podemos imaginar que apenas consiguió dormir. Que pasó la noche pensando en esta declaración en la que despunta su memoria desde hace meses junto a varios de sus compañeros de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos. Para quienes han sobrevivido al Terrorismo de Estado como pudieron: con compañeros/as desaparecidos, con las torturas más atroces que podamos imaginar (y las que no también) sufridas en sus propios cuerpos, con el exilio como toda salida segura…, después de todo, este apenas de justicia que han sabido conseguir es muy importante.Hasta el momento se conocían 3 quintas ubicadas en la Provincia de Buenos Aires a las que eran llevadas ocasionalmente las personas secuestradas y que funcionaban como centros auxiliares del sistema concentracionario de la ESMA. Estaban ubicadas por zona norte y las personas que sobrevivieron las nombran con la data que tienen: una en General Pacheco, cerca de la fábrica Ford, aún sin ubicar exactamente; otra en Del Viso; y la tercera ubicada en Panamericana y Thames. Esta última era la Casa del Comandante en Jefe de la Armada de turno y se utilizó durante el mandato de Emilio Massera.  Además, claro está, de la reconocida Isla El Silencio, en el Delta del Tigre, la propiedad de la Iglesia Católica a la que fueron llevadas las personas secuestradas en la ESMA durante la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) al centro clandestino, en 1979. Por lo general, los testimonios relatan que se trataba de lugares donde podían estar sin esposas, grilletes y capuchas, pero con la presencia constante de guardias que no cesaban la vigilancia.El testimonio que esta tarde dio Lordkipanidse ante el TOF N°5, integrado por los jueces Daniel Obligado, Adriana Paliotti y Gabriela López Iñiguez, comenzó a las 15 y dio cuenta de la ubicación exacta de otra casaquinta que utilizó la Marina para el tránsito de los y las secuestradas de la ESMA. Ocurrió ante la mirada atenta y protectora de Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo LF, y de sus compañeros y compañeras de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos.Sin embargo, no es la primera vez que se menciona este sitio como un lugar donde estuvieron detenidos los desaparecidos. La información de este centro clandestino de detención nació con el testimonio del sacerdote jesuita Orlando Yorio, que identificó la quinta donde estuvo detenido junto a su compañero de orden Francisco Jalics. Ubicada en General Ricchieri y Camacuá, Don Torcuato, partido de Tigre, la dirección exacta consta en aquella testimonial de Yorio ante la Conadep, en 1984. Los sacerdotes fueron secuestrados el 23 de mayo de 1976 y liberados el 23 de octubre del mismo año. Todo ese tiempo estuvieron cautivos en esta quinta a excepción de los primeros 3 días, que fueron llevados a la ESMA. Llamativamente, la justicia no ha investigado ni allanado el lugar desde entonces. Otro testimonio que da cuenta del uso clandestino de esta quinta como centro de detención es el de Aníbal Prado Mariña, un ex conscripto de la ESMA. Durante su testimonio del 11 de septiembre de 2013, en el tercer tramo de la megacausa, también identificó una casaquinta donde estuvo secuestrado entre los días jueves 15 y viernes 16 de julio de 1976, aunque aún no conocía la ubicación exacta.  En ese testimonio, Prado mencionó que lo llevaron engrillado y con capucha “a un lugar por Pacheco donde los guardias jugaban al fútbol” y recordó “un olor a ropa de curas salesianos o lasallanos, inconfundible”. En agosto de este año, Prado visitó esta casaquinta en Ricchieri y Camacuá acompañado por otro sobreviviente de la ESMA. Prado la identificó plenamente como el lugar donde él estuvo secuestrado. Describió las dos puertas que había, una por donde lo ingresaron, en la que hay postigones. Quienes estuvieron en ese lugar recuerdan cadenas de barcos utilizadas como adornos. Dijo que había una parte mejorada y otra parte, de la esquina, que se conserva como en aquellos tiempos. Recordaba que había una pileta. Asegura que cuando estuvo en la casa, él estaba muy próximo a la ventana. Cuando lo llevaban al baño veía a otras personas dentro de la casa. Su estadía en esta quinta coincide con la fecha en que estuvieron secuestrados Yorio y Jalics y por eso podría entenderse el detalle que Prado mencionó en su testimonio de 2013 haciendo referencia al olor a ropa sacerdotal.Durante su visita a la quinta tomaron varias fotografías. Prado quedó totalmente convencido de que ese lugar fue donde estuvo secuestrado esos dos días de julio de 1976. Por ello amplió su declaración en el juzgado federal de Sergio Torres, a cargo de la Instrucción de la megacausa ESMA. Cuando regresó a visitar esta quinta, quiso rememorar la forma en la que había sido llevado en el año ’76. Bajó de la Colectora Oeste del Ramal Pilar de la Autopista Panamericana en la salida Boulogne Sur Mer, y debió recorrer a pie los cerca de 150 a 200 metros hasta el ingreso a la quinta. Las distancias coincidían plenamente con las que recordaba y había declarado.Carlos “Sueco” Lordkipanidse observó las fotos y reconoció que fue esa

Testigos, familiares y sobrevivientes siguen declarando en el cuarto tramo de la Megacausa ESMA donde hay 10 nuevos genocidas imputados por 27 casos que se agregan a los 789 ya existentes. Las audiencias se desarrollan los lunes a las 9:30 de la mañana en la sala Sum de los Tribunales de Comodoro Py. (Por Diego Adur para La Retaguardia) El juicio se desarrolla de manera normal pese a las maniobras dilatorias y las provocaciones del abogado defensor de genocidas, Guillermo Fanego, quien continúa insistiendo en que se tratan de “juicios de venganza” e increpando a testigos al punto de considerarlos terroristas en relación a su militancia política de la época. Ante el Tribunal Oral Federal N° 5 compuesto por Daniel Obligado, Adriana Palliotti y Gabriela López Iniguez (quien remplazó al ahora camarista Leopoldo Bruglia), otra de las intervenciones habituales de Fanego es para quejarse por la presencia de menores de edad en la sala de las audiencias. El juez Obligado parece haberle tomado el tiempo al defensor de genocidas respondiendo a sus reclamos con un simple “y así se lo tiene presente”. Uno de los primeros pedidos de Fanego fue que todos los testigos que declararon en tramos anteriores lo hicieran nuevamente para validar su testimonio, una maniobra más para dilatar el juicio, revictimizar a las víctimas que ya dieron su testimonio en los tramos anteriores y, de paso, extender el tiempo de sus defendidos sin castigo. El Tribunal revocó ese pedido por lo que todos los testimonios desarrollados en la Megacausa ESMA forman parte también de este tramo sin necesidad de citarlos nuevamente. Recordemos que muchos testigos han fallecido y otros viven en el exterior o lejos de Buenos Aires.De esta manera, muchos de los testimonios que se desarrollan en las audiencias suelen ser breves y responden a cuestiones específicas sobre consultas de las querellas y de la Fiscalía, representada en este tramo por Félix Crous. La Defensa también tiene oportunidad de interrogar a los testigos y suele hacerlo para provocar alguna reacción en los familiares de las víctimas o los sobrevivientes, como cuando en la audiencia del 17 de septiembre preguntó al testigo Mario Genijovich en qué “agrupación terrorista” participaba su ex mujer Mónica Goldstein, quien continúa desaparecida. En ese relato, Genijovich rememoró el secuestro de Goldstein el 6 de octubre de 1976 en el departamento donde ella vivía en Frías y Avenida Corrientes. El testigo no estaba presente durante el operativo, pero contó que tuvo dos llamados de su ex pareja a 1 semana de su desaparición donde le rogaba que cuidara a su hijo. Compañeros de Goldstein le hicieron saber al testigo que ella estuvo en la ESMA y fue arrojada en un vuelo de la muerte.Si bien muchos de los que declaran en las audiencias ya han prestado testimonio en otro momento, algunos testigos los hacen por primera vez. Fue el caso de Antonia Moreira quien contó sobre su secuestro y el de su marido Alberto Castro en la audiencia del 1° de octubre: “En la madrugada del 25 de junio de 1976 se llevaron a Alberto y a las dos horas volvieron por mí”, relató la testigo quien pudo dejar a la hija que tenían en común al cuidado del abuelo, el papá de Alberto, en el domicilio de la Avenida Corrientes 3885 donde ocurrió el operativo. Como señaló Moreira, ese mismo día fue secuestrado Carlos Enrique Castro, hermano de su marido Alberto. Todos fueron llevados a la ESMA. Moreira fue liberada a los tres días de producido su secuestro. Alberto y Enrique Castro continúan desaparecidos. Enrique Castro estaba casado con María del Carmen Tortrino y tenían un hijo, Emiliano, nacido el 22 de julio de 1976. El 22 de marzo de 1977, Tortrino fue secuestrada y también llevada a la ESMA. A Emiliano lo dejaron abandonado en el lugar del operativo: “A ella la última vez que la vi fue en enero de 1977. Su hijo fue llevado a la Casa Cuna y no lo pudimos recuperar. Se lo entregaron al abogado (Domingo) Maggiotti”, señaló la testigo. El caso de la restitución de Emiliano Castro Tortrino tuvo que esperar hasta 1995 cuando Abuelas denunció al Estado argentino ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por violar el derecho a la identidad. María del Carmen Tortrino permanece desaparecida.Durante esa misma audiencia del 1° de octubre fue llamada a declarar Miriam Lewin, quien sí había testificado con anterioridad. La Fiscalía hizo hincapié en los apodos que Lewin escuchó durante su cautiverio en ESMA: recordaba a `Pantera’ y contó que muchos detenidos “mencionaban con frecuencia a Pantera como autor de secuestros y torturas”. También nombró a `Cortés’, de quien afirmó que “sabía que era del Ejercito, pero formaba parte del Grupo de Tareas de la ESMA”. Declaró no haber escuchado el apodo `Tiburón’ y mencionó los sobrenombres `Jaime’, `Federico’ y `Gordo Juan Carlos’, de la Policía Federal. También habló de `Los Verdes’: “Eran alumnos de la ESMA, chicos del Interior que venían a aprender un oficio como mecánicos navales. En el ’78 funcionaron como guardias en el centro por un sueldo extra. Las pésimas condiciones de los detenidos les explotaba la cabeza a Los Verdes. Algunos acompañaban en los operativos y otros manejaban el tránsito del Centro Clandestino. Eran pibes que habían venido a estudiar y los sometieron a ser guardias en un campo de concentración”, recordó la testigo. Por último, Lewin identificó que los que llevaban el apodo de `Pablitos’ eran los choferes, supervisados por los Suboficiales.Otra testigo que declaró por primera vez fue Rutty Sannemann Meilinger, en la audiencia del lunes 8 de octubre. Rutty es hija de Gladys Meilinger, autora del libro ‘El Paraguay en el Operativo Cóndor’ y víctima del Terrorismo de Estado en Paraguay y en Argentina. Como relató la testigo, Gladys fue detenida en Candelaria, Misiones, el mismo 24 de marzo de 1976 y llevada al penal La Emboscada en Paraguay, uno de los centros clandestinos más terribles de ese país. Toda su familia pensó que estaba muerta hasta que

En su paso por Radio La Retaguardia como integrante de Oral Y Público, Víctor Basterra suele sacar bastante seguido alguna historia atrapante de su galera de sobreviviente del Terrorismo de Estado durante la última dictadura. Esta vez, en pleno fervor mundialista, nos contó por qué el Mundial de 1982 resultó secundario para él dentro de la ESMA; incluso explicó cómo aprovechó la distracción futbolera para cranear lo que luego sería su formidable rol como eslabón de la memoria. Mientras en España rodaba la pelota, regresaban a nuestro Auschwitz los oficiales “héroes” de Malvinas, entre ellos Alfredo Astiz. Sometido a trabajo esclavo fraguando documentos para los genocidas, Basterra tuvo que falsificar identificaciones a pedido del criminal condenado a prisión perpetua. (Por Fernando Tebele para La Retaguardia) Foto: con esta foto de Astiz que registro en la ESMA, Basterra le falsificó documentos y lo identificó ante la justicia.Todo empezó con una pregunta bastante simple acerca de una situación difícil de entender por fuera de un guión cinematográfico: ¿cómo se vivió el mundial dentro de la ESMA? Víctor Basterra fue de los últimos en llegar allí. Lo secuestraron el 10 de agosto de 1979. Para el ’82 ya conocía el terreno en detalles y había conseguido engañar a los marinos: “Me consideraban un técnico hábil pero medio boludo”, nos dijo alguna vez para graficar la relación construida. Así recuerda el mundial: “Terminaba esa alternativa que era la recuperación de las Malvinas con una derrota y muchos aspiraban a que hubiera un triunfo de Argentina (en el mundial). No lo hubo, pero todo estaba impregnado con esta historia. En ese momento yo estaba en el pabellón COI, que funcionaba en un edificio dentro del predio de la ESMA, no estaba en el Casino de Oficiales”, cuenta Basterra con su memoria puntillosa. “El mundial siempre era en segundo plano, porque estaban apareciendo los tipos que habían tenido participación en las batallas de Malvinas. Eran antiguos o nuevos represores, eran promocionados en la ESMA. Entre ellos, en algún momento llegó ‘El Cuervo’ o ‘El Rubio’, como le decían: Astiz. Lo recuerdo perfectamente, sobre el final del mundial. Él vino con una orden a la ESMA para hacerse un juego de documentos. Se sentó y le dije: ‘¿a nombre de quién?’, me miró y me dijo: ‘El Rubio’. Entonces me vino a la memoria lo que se había comenzado a hablar, se le decía ‘El Ángel Rubio’. Ahí me quedó claro a quién tenía adelante mío. Estaba demacrado, delgado. Tiraba un poquito de saliva cada vez que hablaba, así que también le decían ‘Saliva’ por ese motivo. De apellido en el documento me hizo poner Abramovich, no recuerdo el nombre, y la foto era de Astiz. Era un documento nacional, registro de conductor, cédula de identidad, creo que hasta un pasaporte”.Víctor aprovechó la euforia mundialista para seguir constuyendo lo que luego sería el Informe Basterra, la ya mítica colección de fotografias de genocidas y de algunas personas desaparecidas que fue rescatando del submundo de la ESMA. Ahora constituyen el eje central de la prueba de la megacausa junto a los testimonios del resto de quienes sobrevivieron y han decidido vivir para contar. “En el contexto del mundial, yo estaba centrado en eso. Iba recogiendo las fotos que podía, las iba escondiendo, guardando. En algún momento tuve alguna salida y sacaba las fotos. Eso era en junio, julio del ’82. Esa elasticidad que se producía en esas épocas donde los suboficiales estaban pendientes del mundial, yo la aprovechaba para otras cosas. Ellos (los represores) lo vivían con algo de su idea de patria. Se les escuchaba: ‘¡Qué boludos! ¿¡Cómo vamos a perder con fulano!?’, ‘¡Cómo les ganamos a éstos!’, ‘¡Le pasamos por encima a aquel!’. Esas boludeces que dicen siempre: ‘Somo’ lo’ má’ grande del mundo’”, recuerda.Se debate mucho por estos días acerca de si el Mundial es una suerte de gran pantalla gigante que le permite al gobierno nacional tapar despidos, miserias y ajustes. En esta historia de Basterra, Astiz y un tal Abramovich, queda claro que siempre hay alguien que se distrae y alguien que aprovecha la distracción. Y que nada es tan líneal. Nunca. DESCARGAR

El diputado Jair Bolsonaro del Partido Social Cristiano dedica su voto “a la memoria del Capitán Carlos Alberto Brillante Ustra”. Es la discusión por la destitución de Dilma Rousseff y el Capitán Ustra fue uno de los torturadores de la presidenta. Bolsonaro quiere ser presidente de su país y se postula como candidato. Propone ametrallar las favelas. En Argentina, con el debate en Diputados por el proyecto de ley para legalizar el aborto, escuchamos provocaciones semejantes. En escenarios y contextos diferentes se puede ver la misma raíz sanguinaria. (Por Paulo Giacobbe para La Retaguardia) Recién comenzado en la Cámara de Diputados el debate que culminará con la media sanción, el diputado del PRO Nicolás María Massot va a sacar a relucir la tradición de su apellido a los gritos: “Hablo desde la juventud que cree en la política para poder cambiar la realidad, con las leyes y la política, Pietragalla, no para que las leyes y la política meramente reflejen lo que ya ocurre, porque es un fracaso de la política. ¿Está claro? Esa es la juventud que yo quiero representar, la que llegó para cambiar las cosas. La que llegó al Estado, no para que el Estado claudique en su deber primero, no para que el Estado haga un renuncio público que es lo que nos estamos planteando acá, para que, precisamente porque fracasamos, porque la política fracasó, entonces el camino fácil sea que no se note. Eliminemos al otro, eliminemos derechos. ¿Y vos dónde estás parado hoy, Juan? Nunca en democracia nos animamos a tanto, Juan. Ni en democracia ni de otra manera ¿Dónde estamos parados hoy?”La diputada Mayra Mendoza lo corrige:– En dictadura sí se animaron.-Tampoco en ese momento, Mayra, nos animamos a tanto. -le contestó Massot utilizando una primera persona del plural heavy.Muy aplaudido por sus pares el diputado Massot. A continuación habló justamente Mayra Mendoza, que comenzó diciendo que no iba responder a los violentos que carecen de argumentos.Luego vendrán los descargos de Horacio Pietragalla, Victoria Donda y Juan Cabandié, todos nietos recuperados. En el medio el diputado del PJ, José Orellana, que sobre el final de su discurso dijo: “Yo acá veo muchos pañuelos verdes que hablaron de la ESMA, si estas mujeres a las que le rindo mi honor, mi homenaje, hubiesen abortado, algunos que están sentados acá no hubiesen sido diputados y esas mujeres les dieron la vida”.No se entiende bien qué quiso decir el diputado. Ninguno de los diputados y diputadas, ni yo que escribo esto, ni quien lo lea, ni tampoco quien no lo lea, ni el diputado, podríamos hacer o dejar de hacer algo, si no hubiésemos nacido ¿Eso qué tiene que ver con los partos clandestinos en la ESMA? Los dichos de MaSSot y animarse En Argentina se pudo demostrar judicialmente que existió un plan sistemático de robo de bebés. Se tardó más de quince años, pero ahí está la sentencia.La filmación la toma de espaldas. Adriana Calvo relata crimen tras crimen, horror tras horror, frente al tribunal que va a juzgar a las juntas militares. Será la primera testigo en relatar el Terrorismo de Estado: “Mi trabajo de parto comenzó alrededor de las siete de la noche, supongo era de tardecita ya, era mi tercer hijo, ya sabía que iba a nacer muy rápido. Yo ya estaba prácticamente con contracciones de parto, llegó un auto, un patrullero, me subieron al auto y salimos de la comisaría 51”. Cuenta Adriana que iba acostada en el auto, vendada y con las manos atrás. Todo el tiempo gritaba que estaba por nacer. Ellos la insultaban y le decían que era lo mismo porque los iban a matar a los dos. Adriana no sabe cómo, pero logra sacarse la ropa interior: “Les grité, íbamos a toda velocidad por la ruta que une La Plata con Buenos Aires, iba el auto a toda velocidad, y yo les grité ya nace, no aguanto más, y efectivamente nació, nació mi beba, pararon en la banquina, estábamos exactamente frente al laboratorio Abbot, creo que es en el cruce de Alpargatas; mi beba nació bien, era muy chiquita, quedó colgando del cordón, se cayó del asiento, estaba en el piso, yo les pedía por favor que me la alcancen, que me la dejen tener conmigo, no me la alcanzaban”. Con un trapo sucio ataron el cordón y siguieron camino. La beba lloraba y no se la daban.  “Ese día hice la promesa de que si mi beba vivía y yo vivía, iba a luchar todo el resto de mis días por que se hiciera justicia” dijo Adriana Calvo y cumplió.En su testimonio, (que se puede leer completo aquí)  Adriana relató el calvario de otras secuestradas en distintos centros clandestinos del Circuito Camps. A Silvia Mabel Isabela Valenzi la habían llevado al hospital de Quilmes en el momento del parto. Con asistencia de partera y enfermera. Estuvo internada y volvió al centro clandestino sola. Silvia está desaparecida y su hija fue robada. Cristina Marroco “había hecho un aborto porque estaba embarazada de dos meses, y por las torturas creo, había hecho un aborto”.Adriana Calvo contó que Patricia Uchanski asistió al parto de María Eloísa Castellani, “fue en el piso del pasillo, tirada; Patricia la atendió, nació sola, era una nena, después que nació le alcanzaron un cuchillo de cocina; con eso Patricia cortó el cordón y se llevaron a la beba; cuando yo la conocí a Eloísa todavía tenía pérdidas, tenía leche, se sacaba la leche porque los pechos se le hinchaban mucho”. Esa nena fue robada. Adriana definió como “experiencias terribles” en ese lugar el parto de Inés Ortega, de 16 o 17 años. Cuando llegó el momento del parto la llevaron al cuarto de las torturas. “La subieron a la mesa y vendada, oíamos sus gritos, oíamos las risas de los guardias, oíamos los gritos del médico y por fin oímos el llanto del bebé; había nacido un varón en perfectas condiciones aunque no lo crean; lo oímos durante un día que lo tuvieron en