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El jueves 13 de octubre el departamento Interpol de la Policía Federal notificó al juez Sergio Torres, a cargo de la instrucción de la Megacausa ESMA, que había identificado vía huellas digitales el cuerpo del ex capitán de navío y jefe del grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada, Jorge Raúl Vildoza. De todos modos, las dudas respecto a su fallecimiento continúan dentro de los organismos de derechos humanos. La opinión de Víctor Basterra, sobreviviente de ese centro clandestino de detención, quien fue uno de los primeros en señalar a Vildoza apenas reiniciada la democracia. Como siempre con Basterra, recorrimos otras historias, como el robo de bienes de los secuestrados y los sellos para tráfico de armas que le hicieron falsificar durante su cautiverio. (Por La Retaguardia) Jorge Raúl Vildoza fue uno de los jefes de la ESMA. Apenas iniciada la democracia, fue citado junto a su mujer, Ana María Grimaldos, en una causa por la apropiación de Javier, hijo de Cecilia Viñas, quien se encuentra desaparecida. Sin embargo, antes de presentarse a la justicia, el matrimonio dejó el país y durante 25 años no se supo nada de ellos.Grimaldos fue arrestada en 2012 y en su declaración aseguró que su marido había muerto el 27 de mayo de 2005 en Sudáfrica, donde se encontraba viviendo prófugo de la justicia argentina. Desde un comienzo hubo sospechas respecto a la veracidad del fallecimiento del represor. El 13 de octubre pasado, el departamento Interpol de la Policía Federal aseguró haber identificado el cuerpo de Vildoza a través de sus huellas dactilares. Sin embargo, las dudas continúan.En su cuenta de Facebook, Carlos Viñas, hermano de Javier, señaló que su familia viene denunciando hace tiempo que el documento falso con el que Vildoza se manejó durante todos estos años tiene las mismas huellas digitales que aparecen en el prontuario que la Policía Federal tiene del represor, por lo que esta aseveración de Interpol no les aporta información. Agregó a su vez que la partida de defunción de Vildoza, expedida por una empresa privada indica que su cuerpo había sido cremado: “no se puede obtener de las cenizas ni una huella digital, ni el ADN”, concluyó Viñas.Durante una emisión del programa radial Oral y Público, Víctor Basterra, sobreviviente de la ESMA y uno de los primeros que identificó a Vildoza como uno de los jefes de ese centro clandestino, también dudó ante la noticia (no es la primera que duda de la muerte de un represor), pero de todos modos elaboró un perfil del posible muerto: “Lo conocí en la ESMA en los años ’80, ’81, ’82, de vez en cuando aparecía por ahí, era como si alguien visitara la casa del primo de vez en cuando; sé que él había actuado en los años anteriores a mi caída, yo fui secuestrado en agosto del ’79. Él había sido jefe del grupo de tareas antes de (Luis) D’Imperio. Había sido un tipo sumamente peligroso, había estado desde los principios en el Grupo de Tareas, tenía una presencia ahí y después se perdió su huella. Casi todos los oficiales que no eran subalternos sino que tenían relevancia, en algún momento recalaban en Sudáfrica. Luego, seguramente él estuvo vinculado al tráfico de armas, todos estaban vinculados, alguna vez relaté que hice sellos extraños donde decía cargamento de miles y miles de armas de fuego, fusiles automáticos livianos. Un día (Adolfo) Donda me trajo una especie de boleta de un papel muy liviano, con una impresión muy particular que venía del Puerto del Callao, de Perú, y ahí había un sello de entrada, se ve que era una especie de entrada/salida del puerto, un sello rojo, rectangular, con unas inscripciones muy particulares y me dijeron que yo tenía que hacer ese sello, falsificarlo; lo hice, se hacía con un procedimiento muy particular que era el fotopolímero, que además de tener cierta complejidad era desagradable porque luego se limpiaba y cepillaba con un líquido que se llamaba percloroetileno, que era como tomarse dos botellas de ginebra a las 12 del mediodía, uno quedaba medio en pedo, te dolía la cabeza todo el día, con eso se limpiaban los sellos, y Vildoza andaba justamente en esa historia. Después lo vi de refilón y después lo perdí”, recordó Basterra, obligado a realizar tareas como esclavo en su cautiverio de la ESMA. Tras ser liberado, Víctor recibió un llamado de Abuelas de Plaza de Mayo en el que le pedían que realizara un reconocimiento: “era en la casa de una persona que nos prestaba su aparato de televisión para poder mirar unos videos, y ese alguien era Magdalena Ruiz Guiñazú. Así que fuimos a su casa y ahí me mostraron un video y yo fui reconociendo a todos los tipos que aparecían. Era una filmación que estaba hecha en el Centro Piloto París, y ahí lo reconozco a Gastón”. Gastón era el nombre de guerra de Vildoza y el Centro Piloto de París era un espacio de inteligencia que los Marinos habían abierto en Francia para seguir los movimientos de los compañeros y compañeras que estaban exiliados allí: “además, el Centro llevaba adelante la campaña para luchas contra la ‘campaña antiargentina’, como le decían a las denuncias que se hacían sobre datos de la realidad (respecto a las violaciones a derechos humanos que llevaba adelante el Terrorismo de Estado). El Centro estaba casi todo cubierto con personal de la Armada, oficiales superiores que habían pasado por la ESMA muchos de ellos, y que después volvieron a recalar en la ESMA en junio del año ’83 para limpiar todos los archivos que había. Y yo algunos se los saboteé”, agregó Basterra.“Ahí lo identificamos a Vildoza –retomó el relato el sobreviviente de ESMA–, que hasta ese momento no había llegado al conocimiento de mucha gente. Era medio un misterio quién era ese tipo. No sé si soy el primero que lo identifica, pero sí recuerdo que fue bastante sorprendente porque dije ‘yo a este tipo lo conozco, estaba en la ESMA, le

En la producción cotidiana de La Retaguardia muchas notas de valor han quedado postergadas sin la debida atención de nuestra parte. Con algo de culpa pero fundalmente con ganas de compartir estos testimonios, desempolvaremos historias como la de Mario Villani, que pasó por cinco Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio durante el Terrorismo de Estado: Club Atlético, El Banco, El Olimpo, el Pozo de Quilmes y la ESMA. En aquella oportunidad, en Radio La Retaguardia, Villani dialogó con el programa Oral y Público sobre los juicios a los genocidas. Mario Villani y Fernando Reati presentaron en noviembre de 2011 un libro basado en el paso de Mario por esos lugares tenebrosos, con anécdotas que dan cuenta de los actos de resistencia que los secuestrados solían tener. (Por La Retaguardia) “La necesidad de contar esta historia radica en que cuando yo salí pensé que era mi deber contar lo que me pasó para que no se olvide y no se bajen los brazos. Más que para que los responsables sufrieran la condena que merecen, por supuesto que apoyo eso, para que la gente no baje los brazos frente a la posibilidad de que esto vuelva a suceder que nunca va a desaparecer”, sentenció Villani. El ex detenido desaparecido mencionó las recientes sentencias en los juicios del circuito ABO y de ESMA: “Son pasos importantes que se han dado pero eso no implica que se terminó todo. Eso implica simplemente que se ganó una batalla pero la historia nos demuestra que lo que pasó en Argentina es lo que ha pasado en tantos otros países y sigue pasando y volverá a pasar en tanto estén dadas las condiciones y existan regímenes que necesitan de la tortura y la opresión para subsistir”.La picana debilitada “Yo estuve en Atlético, Banco, Olimpo, División Cuatrerismo de Quilmes y ESMA, la particularidad de que fuera más de un circuito tiene que ver con circunstancias fortuitas. En todos los centros aprovecharon que yo tenía la capacidad de reparar. Yo soy físico y tengo conocimiento de electrónica y además tengo mi posición para el bricolaje, o sea, en la reparación improvisaba. Cada vez que llegaba el momento de un traslado, no me incluían entre las personas a ser trasladadas, como todo el mundo sabe que la palabra traslado en este contexto es un eufemismo por la muerte”, aclaró. “Me necesitaban porque yo estaba reparando cosas, haciendo instalaciones eléctricas, reparando la cocina, qué sé yo. Me necesitaban para el mantenimiento. Así yo fui pasando los traslados y mientras pasaba los traslados pasaba la historia. Llega un momento en el que toman la decisión de que al campo había que cerrarlo porque ya estaba usado, demasiado conocido, por las razones que fuere, se cerraba y se pasaba todo a otro campo”, explicó. En esos momentos, todos los presos eran ‘trasladados’ “pero las herramientas entre las cuales yo estaba incluido, eran llevadas a otro campo”. Así pasó Villani desde septiembre de 1977 hasta recuperar la libertad en agosto de 1981.“Cuando escribí el libro, aparte de tener la necesidad de contar y denunciar lo que había pasado, una necesidad incluso más fuerte es compartir con los demás, con la sociedad, con los lectores, compartir mis reflexiones. No porque piense que son la verdad, sino porque esas reflexiones son las que me sirvieron para sobrevivir, tanto dentro como fuera de los campos. La sobrevivencia es dura también, hay que convivir con uno, con los demás y con lo que los demás ven en uno. Las reflexiones que me ayudaron en los campos y después a mí me fueron muy útiles y me consideré con obligación de compartirlas porque a los demás también les pueden ser útiles”, consideró. Una postal de la desaparición “En el segundo campo de concentración donde estuve que es El Banco, un día se descompuso la picana que usaban que era la picana personal de un torturador al que le decían ‘Colores’, Juan Antonio del Cerro, hoy fallecido. Todos los torturadores usaban su picana y Colores me la trajo al taller que yo tenía armado. En todos los campos me hacían armar uno para reparaciones y me pidió que la repare y yo le dije que no podía”, explicó Villani. “‘Has reparado cosas más difíciles que esta’, me respondió. ‘No se trata de un problema técnico o de conocimiento, se trata de que yo no puedo reparar un instrumento de tortura’. Cuando hablé así, adentro sentí: ‘Listo, perdí, acá me deschavé’. Colores estuvo bastante más sutil de lo que hubiera esperado: ‘¿No querés reparar la picana? No la repares. A partir de ahora vamos a torturar con un transformador variable que puede entregar una tensión alta, 280 o algo así, de corriente alterna, pero no tan alto como una picana. Pero no tiene limitación de corriente, entrega la corriente que le pidan, de manera que entre los torturados se empezaron a producir grandes quemaduras y lesiones y entraban en coma con mucha mayor frecuencia”, contó. Además, Colores había ordenado que, “cuando el torturado entraba en coma y lo llevaban a la enfermería para revivirlo y seguir torturándolo lo hacían pasar por delante de la puerta del taller donde yo estaba trabajando de manera que yo viera en qué estado salía la gente torturada. No soporté eso más de una semana. En un momento lo llamé a Colores y le pedí que me lleve la picana para reparar porque vi que si seguían torturando así iba a ser mucho más terrible. Había más muertes y más estados de coma”, recordó Villani. “Me trajo la picana y yo dije, bueno, ya que la tengo que reparar, le voy a cambiar un capacitor. El problema era otro y lo reparé, pero yo le dije que se había arruinado un capacitor, que es el que determina la energía de la chispa. Le pedí que me compre uno de menor valor, con lo cual quedó la picana debilitada, entregaba menos energía y era menos sufrimiento para el torturado. Ellos hubieran podido darse cuenta de que

Con motivo del comienzo del tercer tramo de la causa del circuito ABO que comprendió tres centros clandestinos de detención durante la última dictadura, en el programa radial Oral y Público sobre los juicios a los genocidas, Fernando Tebele y María Eugenia Otero dialogaron con la fiscal Gabriela Sosti a cerca de las particularidades de este nuevo proceso. (Por La Retaguardia)Foto: El Atlético (Foto: memoriaexatletico.blogspot.com) “Este nuevo tramo implica que seguimos juzgando genocidas que no es poco. Con la insistencia en que las conductas más atroces que implican delitos imprescriptibles no se sigan investigando más allá de las coyunturas políticas e históricas. Es un desafío enorme pero habla de una enorme sutileza cultural y jurídica enfrentarse a todas las formas de oposición que se están planteando en este momento para que los juicios no salgan adelante. Estos juicios son los juicios a la historia y creo que la manera más noble que tenemos los pueblos de defendernos de la ignominia es a través del ejercicio de la memoria y en estos juicios se perfecciona este ejercicio”, consideró Sosti.Además, para la fiscal, “los juicios son del pueblo, son de la gente, son de la sociedad, no tienen que hacerse puertas adentro, no son de los jueces, no son de los funcionarios públicos, ni siquiera son de las personas que padecieron este exterminio. Es la sociedad toda la que está involucrada. Que se sigan desarrollando estos juicios nos interpela a sostenerlo”. Qué se trata en este tramo “La dictadura operó bajo previsión de impunidad y esto significa que los empleados de ese Estado asesino que operaron adentro de los centros clandestinos no operaban con nombre y apellido sino con seudónimos. Las personas secuestrados estaban tabicadas y vedadas de conocer la identidad de los represores. Esta es una de las razones por las cuales no se puede juzgar todo en un mismo tramo porque a los imputados se los va encontrando de a poco a medida que van apareciendo datos o porque en algunos casos están prófugos. Los tramos tienen que ver con etapas que se van perfeccionando a medida que haya una determinada cantidad de información, respecto de los represores o de las víctimas”, definió Sosti sobre la particularidad de esta etapa. “Después de 40 años todavía hay gente que recién está reconociendo que estuvo adentro de un centro clandestino y a partir de la virtuosidad de este proceso de memoria, verdad y justicia se anima a decir ‘yo quiero que el Estado me reconozca como víctima’. Los distintos tramos tienen que ver fundamentalmente con esta circunstancia. No es que se investiguen cosas distintas a las anteriores. Son privaciones ilegales de la libertad, tormentos y homicidios. En este juicio se da la característica que se investigan más homicidios que en los otros tramos, se investigan 19 homicidios. Varían los imputados que en este caso son 8 y otras víctimas”, informó.Sosti, además, aclaró que la fiscalía acusa en este caso por genocidio, “o sea que considero a los imputados, obviamente en la etapa procesal en la que estamos, genocidas. Creo que estos delitos perfeccionaron un genocidio. De los que vamos a juzgar ahora hay uno solo que estuvo en el segundo tramo, había quedado pendiente del juicio anterior la condena por homicidio. Es el único en este caso que se repite, que estuvo en un juicio anterior, los otros no fueron nunca juzgados. Están con prisión domiciliaria, que es un tema bastante particular que viene sucediendo con demasiada frecuencia en este último tiempo”. Para Sosti, la sentencia estará a mediados del año que viene.La repetición de los testimonios “Hace unos años, una acordada de la Cámara de Casación habilitó la posibilidad de que se tomaran en cuenta declaraciones que hubieran sido prestadas en otro juicio o incluso declaraciones prestadas por escrito. Procesalmente, el testimonio se tiene que oralizar. En principio, en cualquier circunstancia, más allá de que la persona haya declarado en la etapa de instrucción, tiene que volver a hacerlo en un juicio oral. En estos casos, y como se da la eventualidad de la revictimización, se habilita que esos testimonios sean usados. De todas maneras, yo tengo otra opinión”, señaló la fiscal y desarrolló: “Si es por una cuestión meramente provatoria, considero absolutamente virtuoso usar declaraciones anteriores pero, por otro lado, hay otra circunstancia y es que se trata de otros imputados, entonces las declaraciones anteriores probablemente no hayan hablado de ellos. Entonces, el testimonio eventualmente sería importante en ese sentido”. Además, consideró: “Un tema que no hay que soslayar es el derecho de la persona que fue víctima o de su familiar de volver a contar su verdad tantas veces como lo necesite, porque en muchos casos es dolorosísimo y yo jamás voy a citar como testigo a una persona para que sienta que nuevamente entra al centro clandestino pero en muchos otros casos, ese relato es catártico. Volver a hablar de los compañeros, volver a ponerle nombre al compañero desaparecido es una forma de mantener la memoria y seguir manteniendo la lucha. En ese punto, yo no le voy a vedar la posibilidad a las personas que quieran seguir prestando ese testimonio”.Cómo territorializaban los genocidas “Los juicios deberían partir no focalizándose en los centros clandestinos sino en cómo estaba diseñado el sistema de inteligencia. Por áreas, por zonas, por subzonas. Si se hiciera así, serían mucho más rápidos, se juzgaría otra perspectiva, otra dinámica y con mucha más claridad y se entendería el nivel de intercomunicación que había entre centros clandestinos, represores -que no operaban sólo sobre un centro sino que podían llegar a hacerlo en varios-. Esto sólo se puede entender si se piensa cómo era el sistema de inteligencia: El Atlético, El Banco, El Olimpo, Vesubio, el circuito La Plata, pertenecían a lo que se consideraba el Primer Cuerpo de Ejército y la subzona Capital y la subzona Once, eran el mismo recorrido si se quiere”, explicó. En este sentido, para Sosti, “no llama la atención que haya habido dos centros clandestinos en la Capital y uno

Se deberá buscar otro lugar donde finalizar la obra. El escultor Andrés Zerneri conversó con Radio La Retaguardia durante el programa Tengo Una Idea, y explicó que el galpón de la ESMA donde funcionaba el taller fue clausurado por Claudio Avruj, secretario de DD.HH. de la Nación (Por La Retaguardia)Foto: notas.org.ar “El jueves pasado (18 de agosto), varios patrulleros entraron a la ex ESMA -dijo Zerneri en referencia a la ESMA- para iniciar una clausura en el Galpón donde desde hace 6 años estamos haciendo el Monumento a la Mujer Originaria (MOM). El secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, ya nos había manifestado sus deseos de que nos fuéramos, pero de manera informal. Cada vez que en anteriores oprtunidades habló del proyecto, manifestó su oposición a la idea de que lo terminemos allí.  Según entiende el nuevo gobierno, somos usurpadores del lugar”. El operativo policial llevado a cabo para concretar esta idea fue “una falta de respeto a todos los organismos de DD.HH. Quieren que nos vayamos y para ello dejaron 4 policías de civil hasta el día de hoy -apostados en la puerta del Galpón-, en ese lugar tan sensible y caro a la memoria de todos. Un lugar que fue campo de concentración, donde desaparecieron a 5.000 personas”.La confección del MOM no requiere dinero de nadie: “Nosotros la consideramos una tarea muy noble y legítima, por cuanto no se hace con dinero, ni lo requiere del Estado”. Su desarrollo estuvo apoyado en la solidaridad de “muchísimas personas que han donado llaves y elementos de bronce. Ya tenemos el 95% del material necesario, con la escultura muy avanzada. El MOM se ve interrumpido hasta que podamos solucionar este tema”.En el día de la fecha, el equipo del MOM, estuvo reunido con Avruj: “Hemos acordado, si bien no fue firmado, que el Galpón sea abierto nuevamnete para comenzar el proceso de ordenamiento del material para poder trasladarlo a algún otro lado. Aun no tenemos el lugar, y el plazo final para permanecer allí será el último día de este año”.“Nos parece grave las dos cosas, por un lado cometer este hecho en la ex ESMA; y por el otro, con relación al proyecto mismo, desoír las expresiones de gran cantidad de gente con el deseo de rendir -de esta manera- un homenaje a los pueblos originarios. Por eso, lo consideramos una doble falta de respeto”, dijo. El proyecto se va, ¿y la conciliación?  La usurpación pasa a ser una excusa, porque se trata de un lugar público que les fue cedido a través del permiso dado por los tres poderes que sostienen el gobierno de la ESMA (Ciudad, Organismos y Nación). “Contamos con la resolución a través de la cual nos prestan el espacio, pero Avruj, como administrativista que es, no lo entiende; para él, este documento es muy irregular”.Lo irregular es la poca voluntad de comprender y entender lo que sucede hoy dentro de la ESMA, “para una Secretaría de DD.HH. de una gestión como ésta (el PRO), todo lo que allí transcurre pasa a tener sentidos adversos a sus ideales ¿Cómo podrían entender que hay 50 artistas trabajando ad honorem para hacer un homenaje a los pueblos originarios, y que todo se ha logrado a través de la colecta de tantas personas?. Creo que resulta tan inentendible como inconciliable para su perspectiva política”.“En la reunión de hoy no pretendíamos convencerlos de nada, sería imposible. Y en la búsqueda de soluciones preferíamos que ni siquiera nos ofrezcan otro espacio porque estamos seguros de que si lo hacían, iban a encontrar -en un futuro- nuevas excusas para reprimir”.Finalmente el MOM debe abocarse a la tarea de encontrar otro lugar: “Nuestro pedido siempre fue empezar y terminarlo; bueno, ahora estamos buscando otro lugar porque le estamos dedicando muchas más energías a defender el espacio que a hacer la escultura. Entre tanta adversidad, se hace difícil hacer las cosas, por lo que preferimos priorizar su finalización ya que el MOM terminado permitirá visibilizar toda esta situación”. Paradojas del lenguaje La Secretaría de esta nueva gestión se llama de Derechos Humanos y de Diversidad Cultural, ironía política “cuando en el organismo nos han dicho que los pueblos originarios no tienen nada que ver con los Derechos Humanos. Con el desarrollo de este proyecto he entendido que los pueblos originarios son los primeros desaparecidos; dicho muchas veces por Osvaldo Bayer, quien se refería a ellos como víctimas del Terrorismo de Estado; del robo de bebés; del fusilamiento; del trabajo esclavo; del destierro; víctimas también del Ejército argentino. Es decir, no podemos no verlo desde ese aspecto. Donde se promocionan y divulgan los DD.HH., los pueblos originarios son infaltables”.Aunque Zerneri aclaró que la idea no es asumir algún tipo de representación “ni se plantea otra cosa que vaya más allá de la construcción del Monumento. Se trata de un pequeño hecho simbólico: el de hacer un Monumento de estas características lo suficientemente grande como para llamar la atención y que a la vez la gente tenga en cuenta tres datos chiquitos: nuestro país tiene 40 naciones originarias; por otro lado, de acuerdo a un trabajo hecho para la UBA del genetista Daniel Corach, éste dice que el 61% de la población argentina tiene un vínculo genético muy estrecho con los pueblos originarios, o sea: 6 de cada 10 tiene sangre originaria; el tercer dato son las 20 lenguas nativas que se hablan aquí”. Inmensa diversidad de la que “deberíamos jactarnos y sentirnos orgullosos, sin embargo cada vez que suceden circunstancias adversas con estas naciones, lo sentimos como si se tratase de otros, lejanos en distancia, kilómetros y tiempo. Este Monumento se transforma en una pequeña excusa para que mucha gente se entere más de sí mismos, sobre todo en CABA, donde más se ha invisibilizado históricamente la presencia de los pueblos originarios”.Con la “conquista del desierto” organizada por el general Roca, el uso del lenguaje direccionaba un sentido determinado, no sólo por la alusión al “desierto” como un espacio deshabitado, sino porque “conquista refiere a

A raíz de las cinco muertes por intoxicación de jóvenes que fueron a una fiesta electrónica en Costa Salguero, El jueves pasado, el psiquiatra y psicoanalista Alfredo Grande participó del Enredando Las Mañanas, el programa de la Red Nacional de Medios Alternativos. Los temas de conversación, sin embargo, fueron variados: un nuevo fallido del jefe de gabinete, reflexiones sobre el balotaje -con el diario del lunes- y los 30 años de la cooperativa de Salud Mental Ático, entre otros. (Por RNMA) La equivocación de Marcos Peña “Es una verificación de un descubrimiento de Freud: el inconsciente tiene razones que la conciencia oficial repudia. El acto fallido, los sueños, los actos sintomáticos, como las maneras más obvias y evidentes donde se presenta el inconsciente. Cuando uno habla de fallido, quiere decir que lo es para la conciencia oficial represora, pero es lo más acertado que hay para la verdad verdadera”, aseguró Grande, sin dudar sobre la esencia del error. “Es tan lábil a veces la diferencia entre lo consciente y lo inconsciente que si uno tiene que decir ‘para los que menos tienen’ pero de manera forzada y artificiosa, eso puede fallar. En el caso de las preguntas, cuando se está bajo presión, el famoso ‘¿me repite la pregunta?’ es el artilugio para preparar la defensa, son dos o tres segundos para rearmar el frente interno”, explicó. Recuerdo del balotaje “Creo que es una pérdida de tiempo hacer historia contrafáctica, pero lo de votar en negro surgió porque sentí que votar en blanco en una situación bipolar y maníaco-depresiva es políticamente anodino. Yo no transito cómodo la neutralidad, me parecía que votar en blanco era como decir ‘son lo mismo’. Si bien eran muy parecidos, culturalmente hasta te diría que Scioli es peor, porque ha traicionado varias veces, pero son emergentes de cosas distintas”, explicó sobre los matices que identificó para inclinarse por uno de los candidatos: “Podés tener dos chanchos y que uno salga de jaurías o fábricas nazis y otro de fábricas de una socialdemocracia cobarde, para decirlo de alguna manera. Al chancho socialdemócrata lo corres un poquito más. Era una diferencia mínima, pero la diferencia entre poco y nada es mucho. Evidentemente, Scioli hubiera tenido otro tipo de oposición, hubiera manejado otros tiempos”. Grande recordó que él consideraba que el candidato del Frente para la Victoria habría podido terminar en un nuevo Rodrigazo, pero descartó la posibilidad de especular en profundidad y volvió al punto de su elección: “La coyuntura es lo más exprimidor que hay, pero en estas circunstancias yo pensaba en una estrategia de supervivencia para bajar del todo a la derecha liberal e incluso a la derecha fascista. Macri no es, por supuesto, lo peor del macrismo: detrás de él hay fascismo. En el frente cultural, por ejemplo, en San Juan y Entre Ríos hay un enorme cartel que reza ‘yo también tengo derecho a vivir’ y se ve a un humanoide, una especie de marciano. Es una cosa contra el aborto”. El psicoanalista aclaró que no tiene dudas de que la gestión pasada no tenía ninguna intención de sancionar la ley de aborto. “Sin embargo, si uno cree en los colectivos populares, y nosotros lo hacemos, había un espacio un poquito, un poco, más consistente. La derrota cultural y política que implica que haya ganado Macri, no importa que después se lo eche a las patadas, es un tema que impacta fuertemente en cualquier proyecto futuro”.Las muertes en Costa Salguero “La primera reflexión que me surge es que estos chicos no murieron, fueron asesinados. La cultura represora, que es un concepto que yo transito, no es joda, no son dos palabritas y nada más, logra transformar un boliche en un campo de concentración y exterminio. Se logró una alquimia: transformar alegría juvenil, música y el lugar donde compartir todo eso en un espacio donde se asesinan pibes. No es lo mismo matar que asesinar. Una cultura no represora puede llegar a matar, la cultura represora siempre asesina”, sentenció. Para Grande, el nivel más alto al que han llegado los asesinatos es el genocidio. “Luego está el ecocidio, que es el asesinato del planeta. Asesinar es tener la voluntad expresa de matar, entonces, Conci, este delincuente, administraba un campo de concentración. Los pibes estaban encerrados, les vendían ahí la droga, no tenían agua, todo mistificado. Pensarlo en esos términos es brutal. El derecho inventó eso de ‘estrago doloso con dolo eventual’, muy complicado”. Grande bajó el concepto a tierra: “Si vos vas a 160 kilómetros por hora en una ruta donde no pasa nadie, pero si cruza alguien te lo vas a llevar puesto. No sé qué tiene eso de dolo eventual, a esa velocidad no tenés ninguna clase de control. Esto de lo ‘eventual’ es otra máscara de la cultura represora. Obvio que hay dolo, las cosas no surgieron así nomás, el tipo organizó todo eso”. Mencionó, luego, el trágico lugar de las víctimas: “Dicen ‘nadie me puso un revólver en la cabeza para ir ahí’. Como responsabilizar a las víctimas. Claro que no le pusieron un revólver, sino algo mucho peor: una publicidad infernal, un modo de vida… Vos no lo ves al revólver, pero son pautas culturales suicidas, destructivas del sujeto, que no se ven, y las tenés adentro. Salió el farandulezco Burlando, no podría haber mejor apellido para un abogado, hablando de la familia y todo eso”, recordó. El psicoanalista se preguntó qué clase de familia se referencia: “La familia clásica. La familia patriarcal. Las otras cosas no son familias. El Papa sigue teniendo más problemas con los homosexuales que se quieren casar que con los divorciados que no se quieren volver a casar. Toda esta matriz represora no es imposible de desmontar, aunque es muy difícil. Lo primero que hay que hacer es retomar el valor de las palabras. Benedetti tenía una poesía muy linda al respecto. Son asesinatos, aquí, asesinar no cuesta nada”, aseguró. “Las rutas argentinas, por ejemplo, en las que se paga peaje, también son para asesinar

“Cuando aquel 30 de abril de 1977 nos juntamos estas mujeres jamás pensamos que íbamos a tener que seguir buscando y reclamando durante casi 40 años; ¡qué íbamos a pensar en esa dimensión de tiempos y no respuesta!”, dijo Mirta Baravalle, una de las 14 mujeres que se reunieron ese día por primera vez en Plaza de Mayo, en una acción más de búsqueda de sus hijos e hijas desaparecidos. Con ella repasamos los días previos a aquel encuentro fundacional, además de las sensaciones de esperanza e incertidumbre que las acompañaban en esos difíciles y oscuros momentos. (Por La Retaguardia)“Es muy fuerte para las que hemos estado ahí, para las que todavía podemos acordarnos, a veces con tanto tiempo lo sentimos de otra manera, pero en realidad se siente como el primer día, no es fácil recordarlo porque significa que han pasado 40 años sin respuestas, sin saber qué pasó con nuestros hijos, nuestras hijas, con nuestros nietos nacidos en cautiverio, los que fueron llevados con sus padres y también los que fueron llevados solitos”, afirmó Mirta Baravalle, integrante de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora.Quizás sin saberlo o sin recordar las caras, las 14 mujeres que se reunieron aquel 30 de abril de 1977 en Plaza de Mayo, se venían cruzando desde hacía días: “al principio íbamos a la Casa de Gobierno, donde estaba el Ministerio del Interior, y había un coronel que habían puesto como personaje para dar información a los familiares que ya estaban reclamando desde hacía meses; desde el 24 de marzo de 1976 cuando empezaron las desapariciones sistemáticas, los familiares buscando información se acercaban a lugares donde supuestamente tenían que brindarla, y estaba ese personaje que había sido puesto para paliar un poco la desesperación de los familiares”, recordó Baravalle.Así fue como un pequeño grupo de mujeres había sido citado para el mismo día, a la misma hora: “nosotros íbamos a preguntar, a pedir información y teníamos una tarjeta donde se anotaban las citas con el día que teníamos que ir para recibir alguna información, y se dio que a fines de febrero o principios de marzo yo tenía que ir a la Casa de Gobierno, a las 11 de la mañana, para tener información, y así como tenía que ir yo había otras señoras también. Cuando llegué ya estaban ahí, eran 2 o 3 mujeres, y cada una esperaba a la otra que salía y se preguntaban, como lo hicieron conmigo, qué nos había dicho ese coronel. Yo les contesté que la respuesta que me había dado era todavía más dolorosa de pensar, porque de alguna manera nos estaba falseando porque se expresaba algo socarrón, nos daba respuestas muy feas y ahí comprendimos, al preguntarnos entre nosotras lo que le había contestado a unas y otras, que todo era falso”.En diálogo con Oral y Público, Baravalle hizo algunas referencias especiales respecto a las mujeres que solían encontrarse en ese camino de búsqueda: “éramos todas madres las que nos encontramos ahí, todas madres preguntándonos quién nos faltaba. ‘¿Quién te falta? ¿A quién te llevaron?, ¿a tu hijo?’ Y dio la casualidad de que todas éramos madres y hay un caso que siempre lo menciono que es el hijo de María Adela Antokoletz, porque sus 3 tías fueron como madres y reclamaban también por su sobrino. Y desde luego recuerdo a Azucena (Villaflor) que fue la inspiradora de ese reclamo cuando nos dijo a las poquitas que éramos en ese momento que había que juntarse y reclamar juntas para ver si así quizás (Jorge Rafael) Videla nos contestaba algo”.“Recuerdo la firmeza de Azucena cuando nos decía esas cosas en ese principio, sin conocernos, a ese montoncito de mujeres frente a Casa de Gobierno –continuó Baravalle su relato, sin necesidad de responder preguntas–; honestamente a la única que recuerdo es a Azucena porque las otras señoras quizás después no fueron ese 30 de abril, no lo sé, cómo nos íbamos a imaginar que iba a pasar tanto tiempo. Nosotros no teníamos en cuenta esas cosas, pensábamos que era de un momento a otro que íbamos a tener alguna respuesta”. Los primeros encuentrosDurante la charla con Oral y Público, Mirta recordó detalladamente una mañana en especial, como tantas otras que transitaron en esa época oscura: “nos encontramos en Plaza de Mayo y como estuvimos un poco más de tiempo se cruzaron desde la Casa de Gobierno soldados con sus armas, en posición de hacernos ir, nos decían que en ese lugar no podíamos estar, que teníamos que caminar, que nos fuéramos de ahí, entonces nosotras lógicamente empezamos a irnos y un grupito nos sentamos en un banco frente al Monumento a Belgrano; yo cuento esta parte porque para mí es mi historia y es la historia de esas mujeres que estuvimos esa mañana; éramos 3 mujeres sentadas en un banco redondo y enfrente 2 señoras y ahí tuvimos esa pequeña y rápida conversación donde Azucena hizo el comentario de que teníamos que juntarnos, hasta que en un momento dado ella dice ‘allá vienen de vuelta’. Y los que venían de vuelta eran los soldados con las itakas amenazándonos para que nos fuéramos y nos fuimos, pero ya teníamos el previo acuerdo de ir a la Iglesia de la Stella Maris, que está en la calle Cabildo, y al Tedeum, porque se cumplía un año del golpe de Estado. Ahí estaban los 3 milicos estos, nosotros entramos a la Iglesia, fuimos hasta el fondo, y ahí estaban los 3 genocidas cada uno en un reclinatorio, tomando la comunión. No pudimos estar mucho tiempo ahí porque nos dio tanta indignación, dijimos de esperarlos a que salgan para poder decirles algo, pero no nos dejaron porque cuando estábamos esperando afuera ellos se fueron por otro lado, tampoco es que supieran que nosotros estábamos ahí para reclamarles”.Fue en ese momento que Azucena Villaflor les dijo a las otras madres que tenían que juntarse: “yo no sabía que era ella, era una de las señoras con las que estábamos, y nos dijo ‘tenemos

Continúa la instancia de alegatos en el tercer tramo del juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la ESMA durante el Terrorismo de Estado. Es el turno de las defensas de los represores, pero en Oral y Público seguimos repasando las presentaciones efectuadas por las querellas. En la última emisión, hablamos con Liliana Alaniz, abogada integrante de Justicia Ya!, quien explicó por qué alegaron pidiendo condenas por el delito de genocidio. Junto a Víctor Basterra, reflexionaron además sobre el rol de los sobrevivientes. (Por La Retaguardia)“Condenar por genocidio es una decisión eminentemente política y nosotros lo exigimos todo el tiempo porque es como realmente se tiene que llamar a lo que pasó. Nosotros solicitamos que se condene por genocidio y no es una diferencia menor respecto a las condenas por delitos de lesa humanidad en el marco de la comisión de un genocidio. No es menor porque en el genocidio, para que se configure como tal, es el represor quien va a determinar cuál es el grupo a exterminar; él marca quién es el enemigo, a quién es el que quiere eliminar, no es casual, no es cualquier persona, no es el que pasaba por la calle, no es una bomba tirada a la población indiscriminadamente, no es casual la pertenencia política sindical, estudiantil, barrial, de los 30.000 compañeros detenidos desaparecidos; nadie estaba ahí por casualidad, nadie fue secuestrado, torturado, asesinado o desaparecido por casualidad, todos sabemos que a esta altura más allá de cualquier trasnochado, estilo (el ministro de Justicia de la Nación, Germán) Garavano, (el ministro de Cultura porteño, Darío) Lopérfido y demás, todos sabemos que el golpe del ’76 vino a exterminar a la vanguardia obrera y juvenil, que se venía desatando y despertando desde el Cordobazo en adelante, entonces se fue a atacar justamente a ese grupo”, explicó la abogada Liliana Alaniz, integrante de Justicia Ya!, al fundamentar los motivos por los que su querella alegó reclamando condenas por genocidio.En este sentido, la letrada señaló que se tomó en cuenta la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio: “todos estos compañeros desaparecidos y que sobrevivieron, porque la supervivencia también fue una decisión del genocidio, no una elección del compañero que sobrevivió, todos fueron atacados por luchar independientemente de las múltiples organizaciones, de que no todos estuviésemos en el mismo palo, en los mismos conceptos, pero sí es claro que los 30.000 compañeros desaparecidos luchaban por cambiar de raíz un sistema, que era el sistema de opresión y explotación del trabajador, de las clases más humildes, de los estudiantes, de los jóvenes, para instaurar este sistema que ya veníamos padeciendo, que es el capitalismo”. El Estado contra una porción del grupo nacionalRespecto a la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, Alaniz especificó: “estamos hablando de una convención que ya en 1956 era parte de la legislación nacional, o sea que mucho antes de que haya ocurrido este último golpe militar con lo que significó, ya sabíamos como país qué significaba el genocidio. Por otra parte, cuando la convención habla de genocidio no hace una ejemplificación taxativa sino que son un montón de supuestos que conforman el genocidio, pero eso no lo tenemos que confundir con una acumulación de delitos, porque nosotros hablamos de la desaparición de personas, el traslado de niños de un grupo a otro, de los abusos sexuales cometidos en el seno de un grupo por el perpetrador, y una serie de delitos que por supuesto incluyen las torturas, pero no es que nosotros sumamos que en el ’76 tuvimos desaparecidos, torturas, secuestros de niños, violaciones y entonces es genocidio, no, cualquiera de estas cuestiones que se hacen contra un determinado grupo es lo que configura el genocidio. Estos compañeros que desaparecieron formaban parte de este grupo nacional, de una porción del grupo nacional y la otra parte era la que determinaba que a este grupo había que eliminar, parte de un grupo nacional decide eliminar a otro grupo nacional, entonces ahí tenemos por qué se configura el genocidio jurídicamente hablando, que ya estaba vigente porque una de las cosas que los genocidas siempre nos plantean es que no está vigente, que no hay pena, pero esta es una ley que ya conocíamos todos desde mucho antes de que se perpetre el genocidio, que es lo que ocurrió acá”, agregó Alaniz.La abogada, integrante de APEL (Asociación de Profesionales en Lucha), explicó que además este tipo de pedido de condena por genocidio tiene una función extra: “ya pasaron 40 años, la impunidad continúa, los juicios son los que tenemos, los conocemos con todos los límites que tienen, y a las cosas hay que llamarlas como son, no hay por qué estar ocultando o viendo de qué manera lo podemos tratar de decir, ‘decimos que hubo genocidio pero por las dudas’; no, es un genocidio, está en la legislación vigente, hay jurisprudencia ahora que lo reconoce. A fines del año pasado, en el juicio que se llevó adelante en el TOF 1 de La Plata, nuestra querella también en soledad hizo el planteo por genocidio y salió por primera vez en el país una condena por genocidio y en eso estamos. Eso sí lo consideramos un avance, más allá de cualquier limitación o dificultad que podamos tener porque estos juicios están plagados de piedras en el camino. Un solo ejemplo que grafica mucho, la fiscal (en la causa ESMA) empezó a alegar en junio o agosto del año pasado, previo a eso nosotros hicimos un pedido por la ampliación de delitos sexuales cometidos dentro del centro clandestino, pero la solución que dio el tribunal fue que nosotros teníamos razón, estos delitos no pueden ser juzgados aparte porque se desvirtúa qué es lo que pasó en un centro, se revictimiza a las compañeras que tienen que volver a contar su historia, se hace más lento el proceso, pero el problema que aquí tenemos es que no tenemos tiempo, si tenemos que hacer eso hay que ver cuándo termina el

Así definió la abogada Lucía Tejera al intento de reapertura de la causa por el asesinato de José Ignacio Rucci y la consiguiente reaparición de la teoría de los 2 demonios. Tejera es integrante del colectivo Kaos, que representa una de las querellas del tercer tramo de la megacausa ESMA. Lo dijo en el marco de una entrevista en el programa Oral y Público, que se emite por Radio La Retaguardia, y de la que también participó Víctor Basterra, sobreviviente de ese centro clandestino, que integra ese grupo querellante y es testigo esencial de la causa. (Por La Retaguardia)Foto: Rucci y Perón, sonrientes.En las últimas semanas, los hijos del dirigente sindical pidieron la reapertura de la causa por su asesinato, ocurrido en septiembre 1973, y pidieron la citación a declaración indagatoria de los integrantes de la Comisión de Montoneros que aún viven, es decir Mario Firmenich, Roberto Perdía y Fernando Vaca Narvaja (aunque este último no pertenecía a la Comisión en esa época).Según explicó Eduardo Soares, abogado de Perdía, en una entrevista realizada por Alfredo Grande e Irene Antinori en su programa Sueños Posibles, los hijos de Rucci ya cobraron una indemnización en la década del ’90, señalando que la muerte había sido producida por el Estado nacional. Sin embargo, ahora dicen que se trata de un delito de lesa humanidad, que no prescribe, porque hubo 50 días (el gobierno de Héctor Cámpora) en los que Montoneros tuvo algún tipo de presencia en el Estado.“El planteo de ellos es que Montoneros era parte del Estado y por eso debería ser un crimen de lesa humanidad, el juez de instrucción (Ariel Lijo) ya había dicho que no, la Cámara fue la que dijo que siga abierta la causa. Para mí, sinceramente, es como que mantienen esta causa abierta por las dudas y cada tanto le agregan una o dos fojas al expediente, todos los septiembres es como que hay movimiento en esa causa, justo para la fecha del asesinato de Rucci (25 de setiembre). Este tema para mí es como una cuestión de revivir la teoría de los dos demonios por un lado, que más allá de que ahora algunos funcionarios del Estado nacional, o más bien de la Ciudad de Buenos Aires, lo están haciendo o lo pretenden hacer, lo cierto es que no hay mucho más para decir de eso, creo que no es una cuestión de que se arriesguen los hijos de Rucci, sino una cuestión del Poder Judicial en mantener abierta esta causa porque ya en otras donde se ha querido seguir o abrir contra hechos que cometió la organización Montoneros la justicia ha sido muy clara al momento de decir que se investigan estos delitos y ya están prescriptos porque no se los considera de lesa humanidad, y el hecho de que sea Montoneros parte del gobierno en ese momento no me parece que sea un argumento tan sólido como para hablar de imprescriptibilidad de un delito”, expresó la abogada del Colectivo Kaos, Lucía Tejera, en diálogo con Oral y Público. En el mismo sentido, Víctor Basterra, sobreviviente de la ESMA, reflexionó: “esta nueva embestida por implantar la teoría de los dos demonios tiene una doble vuelta que es la que en algún momento de este proceso que estamos viviendo, que es un proceso muy peligroso para el conjunto de la sociedad, yo siempre digo que ahora nos gobierna la ultra derecha, no es una derecha común, no necesitó de las fuerzas armadas para imponer sus ideas sino que recurrió al voto del pueblo y eso le da una especie de legitimidad particular, y que trae aparejado empezar a mirar al sobreviviente. Por ejemplo, en mi caso, yo pertenecía a las Fuerzas Armadas Peronistas, ahora lo puedo decir; hace más de 20 años no, decía que pertenecía al Peronismo de Base, que era cierto, pero las FAP eran el padre y tutela del Peronismo de Base. Tenía un trayecto en la historia política argentina que puede llegar a convertirse en un proceso, en una especie de criminal de guerra según el concepto que van a tratar de desarrollar de que acá hubo un acto de guerra, que hubo dos demonios y que hay gente que hizo barbaridades. Yo siempre digo, un poco para defenderme y otro poco porque es la realidad, que lo que yo veo horrendo es la tortura y la desaparición, y en los juicios siempre los pongo como elementos sustanciales; la muerte es un aspecto lamentable pero que es producible en un enfrentamiento entre facciones, pero la tortura y la desaparición fue lo sistemático que se llevó adelante contra todos los que estuvimos prisioneros durante la dictadura, ese fue el rasgo típico de la dictadura. Este viejo elemento que tratan de poner de nuevo sobre la mesa, la teoría de los dos demonios o el hecho ahora de esta lamentable situación de la muerte de Rucci, que lo quieren poner como que también formaba parte del Terrorismo de Estado, un Estado democrático, eso es más grave”. Una vieja teoríaEn este punto, Tejera retomó la persecución jurídica que sufrieron los sobrevivientes del Terrorismo de Estado: “la teoría de los dos demonios se inicia con esos decretos de Alfonsín en cuanto por un lado la persecución penal de quienes integraban las organizaciones armadas, y por otro lado la persecución penal de los integrantes de la Junta militar, en ese orden también. Respecto a la teoría de los dos demonios me gusta seguir las ideas de Graciela Daleo (sobreviviente de la ESMA y parte de la misma querella) que dice que en realidad es la existencia de un solo demonio que son las organizaciones armadas que justifica la aparición del otro demonio,. Caer en la teoría de los dos demonios es lo que cuenta Víctor y un poco esta cuestión de lo que mantiene o persiste en la causa Rucci de decir que habría un demonio que eran las organizaciones armadas, y decirlo justamente en un contexto, en un momento en que la sociedad argentina durante todo

La última semana finalizaron los alegatos de las querellas en el tercer tramo de la megacausa ESMA con el que realizó el colectivo Justicia Ya!, y comenzó el turno de las defensas. Dialogamos con Lucía Tejera, una de las abogadas del grupo Kaos, que alegó en febrero representando, entre otros a Víctor Basterra, Graciela Daleo y Miriam Lewin, sobre cómo se construye un alegato en una causa tan compleja y extensa. Fue durante una emisión de Oral Y Público. (Por La Retaguardia)“Estas causas, más allá de la magnitud que tienen, se abordan desde diferentes ámbitos. Uno no solo las enfoca desde lo jurídico sino también, y particularmente lo que es el colectivo Kaos, lo enfocamos desde lo político. Consideramos entonces que el abordaje de esta causa es de manera colectiva, trabajamos esta causa no solo abogados sino también compañeros que no son abogados, compañeros sobrevivientes como el caso de Graciela Daleo, que es parte del equipo y que es nuestra memoria RAM de la causa ESMA, que aporta y sabe muchísimo más de lo que nosotros podemos aportar. El abogado tiene una función más que nada en lo jurídico y en la audiencia, pero después en la investigación y en el armado de la causa vamos aportando todos desde diferentes lados”, afirmó Lucía Tejera, que integra Kaos junto a los abogados Rodolfo Yanzón y Flavia Fernández Brozzi, entre otros.Este colectivo representa la querella de Víctor Basterra, su hija Eva, Juan Cabandie, Graciela Daleo, Miriam Lewin, Lila Pastoriza, entre muchos otros sobrevivientes, en este tercer tramo del juicio por la Megacausa ESMA, que comenzó en noviembre de 2012.El propio Víctor Basterra aseguró que sus abogados son en muchos aspectos el sostén de los sobrevivientes. “Yo tengo 35 años –agregó al respecto Tejera– y como digo siempre para mí es un honor que los compañeros nos otorguen esa confianza para representarlos en los juicios porque uno no solamente es abogado sino también militante político y popular, y aprende muchísimo en estas causas. Al no enfocarlo solamente desde lo jurídico, sino entender todo un proceso y un proyecto también político de lo que perseguían las víctimas del Terrorismo de Estado y de lo que también persiguió el proceso de reorganización nacional en su aniquilamiento, para nosotros como militantes esta tarea es muy rica también”. La reivindicación de la militanciaOral y Público le consultó a Tejera cómo fue la elaboración del alegato del colectivo Kaos: “un proceso bastante complejo porque además estoy viviendo en Entre Ríos hace más de 1 año, entonces medio que fue gracias a la tecnología que nos pusimos en contacto y laburamos mucho a través de internet y de los mails, nos distribuimos un poco las tareas y los puntos, más allá de reuniones de trabajo que tuvimos en Buenos Aires. Como este es el tercer juicio de la ESMA planteamos un poco la necesidad de dejar planteadas algunas cosas que consideramos que por el contexto nacional que estábamos viviendo había que hacer; más allá de que lo venimos sosteniendo durante todo este tiempo que participamos de causas de lesa humanidad, consideramos hacer un capítulo especial que fue la parte de la militancia política de las víctimas y de la significancia de las desapariciones, no solamente de los cuerpos de las víctimas sino también la desaparición del proyecto político en cuanto efecto de la desaparición de las personas que encarnaban el proyecto”.Tejera explicó que como Kaos está integrado por militantes políticos, consideran que se debía reivindicar justamente la militancia de las víctimas: “una militancia que se daba sobre todo a partir de una organización política, de la fuerza que tiene la organización, no eran víctimas sueltas, que de su casa iban a la villa de onda o porque tenían ganas, sino que estaban enmarcados en una organización que se daba distintas líneas de acción territorial a través de organizaciones sociales, políticas, sindicales, católicas, o lo que fuera, pero siempre enmarcado en la lógica de la organización. Consideramos que fue el objetivo primario del Proceso de reorganización nacional, porque al desaparecer a las personas también hacés desaparecer la cuestión de ese proyecto que encarnaban. Mostrar esto costó, lo veníamos viendo porque estamos en las causas hace muchos años, yo particularmente desde 2005, Flavia (Fernández Brozzi) viene militándola y estuvo en los Juicios por la verdad; también los testigos fueron reivindicando esa militancia, a medida que el proceso de verdad y justicia se fue consolidando, no solo en la sociedad sino también en los estrados judiciales. Por ahí pensábamos en voz alta esta cuestión de por ejemplo el juicio a (Héctor) Febres, que fue el primero que tuvimos en el ámbito de la ESMA, los compañeros sobrevivientes a duras penas decían que eran militantes de la juventud peronista o de base, había muy pocos compañeros que daban cuenta de una militancia dentro de una organización, más como Montoneros o ERP, y en la consolidación de este proceso y de los diferentes tramos del juicio vimos cómo los propios compañeros se tomaban el tiempo o le pedían el tiempo a los jueces para dar cuenta del contexto social y político en el que ellos fueron secuestrados. Y nos pareció que eso había que decirlo, resaltarlo, más allá de que uno lo dice constantemente, nosotros pusimos mucho eje en ese tema y también hicimos un capítulo aparte del tema de los niños que fueron secuestrados junto a sus padres o que presenciaron los secuestros”. Los hijosEn este sentido, una de las particularidades del juicio, según manifestó la abogada, es que en este tramo declararon muchos hijos de desaparecidos y muchos sobrevivientes: “ellos dieron cuenta de esa situación violenta en la que estuvieron presentes, cómo los marcó después para el resto de sus días, la verdad que fue cruel, no solo el nacimiento en cautiverio sino también esa percepción del abandono y desolación al ver que a tus padres se los lleva una patota en un auto y a vos te dejan en un cordón cuneta de una calle. Una cuestión muy perversa por parte de

Ana María Careaga, ex detenida desparecida y psicoanalista ensayó una mirada desde el psicoanálisis acerca del duelo de los familiares de desaparecidos durante el Terrorismo de Estado. También hablamos acerca de la desclasificación de los archivos, el valor simbólico de la cifra 30 mil y sobre lo importante que sería, en la actual coyuntura, que el Instituto Espacio para la Memoria, que dirigió durante buena parte de su funcionamiento, continuara existiendo como ente autárquico y con los organismos de derechos humanos al frente de los sitios de memoria de la CABA. Fue durante la última emisión del programa radial Oral y Publico. (Por La Retaguardia)Para Ana María Careaga, el Terrorismo de Estado perseguía instalar de alguna manera la incertidumbre en la sociedad a partir de la desaparición de personas: “obviamente era para instalar el terror, para poder crear las condiciones para la implementación de estos modelos neoliberales en torno a Latinoamérica y que acá tuvieron su época de oro durante el menemismo; para eso se instaló la desaparición forzada de personas a lo largo y ancho del país. Cualquiera de los lugares que dependían de las fuerzas armadas y de seguridad podían ser potenciales centros clandestinos de detención, tortura y exterminio, y justamente lo que se impedía así era que el familiar pudiera tener acceso y conocimiento del destino de su ser querido. Así es como surgen las Madres, ellas mismas lo recuerdan cada vez cuando dicen ‘a nosotros nos parieron nuestros hijos’ y cuentan cómo se cruzaban en las colas de los ministerios, de las cárceles, de las comisarías, cuando presentaban habeas corpus tratando de saber algo sobre el paradero de su ser querido. Se adivinaban entre ellas y se preguntaban ‘¿a vos quién te falta?’. Lo que hubo precisamente fue una falta de respuesta frente a estos reclamos y eso fue un agujero negro insondable y tremendo que generó en estas mujeres, en esta resistencia con otros actores sociales más invisibilizados tal vez, el movimiento de derechos humanos en su conjunto. Los organismos que ya estaban y los que se fueron constituyendo, fueron una respuesta directamente proporcional a la magnitud de lo que era esa figura de la desaparición forzada de personas”.Para Careaga, hija de Esther, una de las 3 Madres secuestradas y desaparecidas, es muy importante poder interrogar la realidad desde esta lógica: “creo que esto no se puede pensar sin los juicios, sin la experiencia que hemos recorrido todos nosotros a través de, por un lado, nuestras historias de vida, pero también de otras herramientas como el IEM, otros colectivos, organizaciones, las mismas Madres que trascendieron lo individual para organizarse colectivamente y poder leer esta misma realidad que transitamos. Siempre digo que es un privilegio poder interrogar la realidad, tener una mirada crítica, poder pensarnos nosotros al mismo tiempo que vamos recorriendo esta práctica, y me parece que el poder pensar sobre la desaparición es también gracias a los juicios que se pudieron lograr”. Noche y NieblaAl ser consultada sobre cómo es posible completar un duelo en instancias de desaparición, la psicoanalista reflexionó: “hay un decreto que se hizo durante el nazismo que se llamó ‘noche y niebla’, que justamente lleva las iniciales NN, que también puede pensarse como ‘No Name’, sin nombre, que decía que había que desaparecer a las personas ante la experiencia de la cárcel, en la que los presos políticos se organizaban, resistían, estudiaban, hacían ejercicio, encontraban formas de organización y resistencia con estas herramientas, entonces la desaparición era como un castigo ejemplar y se decía ‘noche y niebla’ porque era como si se los tragara la tierra. Lo que digo entonces es que por supuesto el psicoanálisis y la vida misma tienen que ver con la experiencia de cada persona, no todas las madres de desaparecidos son Madres de Plaza de Mayo, y no toda persona transita esta experiencia de pérdida del mismo modo; pero si lo pensamos, Freud por ejemplo, el llamado padre del psicoanálisis, fue contemporáneo, nació y murió habiendo dos guerras mundiales y se preguntó mucho acerca de la condición humana y de esta temática. Él conceptualizaba el duelo como ir soltando pieza a pieza, trozo a trozo, cada uno de esos lazos que unía a la persona con ese ser querido. Lo podemos pensar también ante otras pérdidas, como una ruptura, una pérdida amorosa, el dolor que siente una persona que tiene todo el afecto puesto en ese ser que ya no está”. Careaga explicó que en los casos de desapariciones no se puede ir soltando del mismo modo, pieza por pieza, lo que unía a una persona con su ser querido: “el familiar esperaba a esa persona en muchos casos con la habitación intacta. Hubo familias que no se quisieron mudar por si alguna vez volvía, esto que puede construir el familiar de ‘¿si le lavaron el cerebro?’, todas estas cosas que podían girar en torno a tener que poner palabras ahí donde no las había. Justamente en los casos de desapariciones no se puede hacer el duelo en los términos en que el psicoanálisis o la psicología llama duelo normal, en relación a esto de poder ir soltando eso que a uno lo unía a ese ser querido que ya no está. Por otro lado, también es impresionante pensarlo en relación a las madres, a los familiares que al perder a un ser querido no pueden hacer el duelo porque parte de uno mismo queda en relación a ese otro, por lo que uno significaba también para esa otra persona, ese otro que nos necesitaba, nos extrañaba, nos esperaba, nos buscaba, entonces creo que interrogar justamente el concepto de duelo implica poder pensar una lógica distinta, a partir de esta búsqueda de respuestas ante el hecho de no poder hacer los ritos que las culturas inventan y crean para tramitar algo que no tiene representación psíquica como es la muerte. Para tramitar en este caso lo traumático, al ser impedidos los familiares de estos ritos, se construyeron otros como forma de resistencia, y yo creo