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En la noche del viernes, tras una orden de parte del Juez Carzoglio, fue desalojado el acampe que mantuvieron en la puerta de la fábrica trabajadoras/es de SIAM por 20 despidos. La policía bonaerense fue la encargada de reprimir a los trabajadores/as y también a legisladores del FIT y referentes que se solidarizaron con el conflicto. (Fotos de Agustina Salinas/Corresponsalía popular de Jorgelina Méndez para La Retaguardia) Legislador porteño Patricio del Corro (FIT) tras la represión

Se aprobó el proyecto de la Unicaba por 34 votos del bloque Vamos Juntos, el oficialismo de la ciudad. Ningún otro bloque votó a favor de la medida que cerrará los 29 profesorados de la ciudad para el año 2020. Mientras fuera del recinto la Policía de la Ciudad reprimía a quienes acamparon en la puerta y se manifestaron en contra del proyecto, dentro de la Legislatura se votaba sin acompañamiento de la oposición y con denuncias de algunos legisladores sobre lo sucedido en la calle Perú al 100. Aquí un fotoinforme de la jornada por Agustina Salinas (Para La Retaguardia)

 “Yo sí te creo”. levantando este principio fundamental en el acompañamiento a sobrevivientes de abusos en las infancias, se realizaron actividades de visibilización en la Plaza Congreso. Con juegos para peques, bandas, volanteadas y performance “artivista”, cientos de personas se concentraron sobre la calle Rivadavia para, además de incentivar el acompañamiento a sobrevivientes y brindar apoyo emocional, dar a conocer la campaña que pide que los delitos de abuso no prescriban, y que no se revincule a los abusadores con las y los sobrevivientes. (Fotoinforme de Natalia Bernades para La Retaguardia)

Desde el Palacio Pizzurno hacia la Legislatura de la Ciudad, cientos de estudiantes, profesores y otrs personas que trabajan en torno de la educación, se movilizaron en rechazo al proyecto de la UniCABA que implica el vaciamiento de los 29 Institutos de formación docente. Realizaron una marcha de antorchas a lo largo del recorrido y actividades culturales. Esta noche comienzan un acampe en la puerta de la Legislatura, ya que este jueves se tratará la reforma en el recinto y convocan a acercarse en repudio al proyecto. Como Cambiemos cuenta con mayoría propia, se presume que el proyecto será aprobado. A continuación un fotoinforme de la marcha (por Natalia Bernades para La Retaguardia.)

Las miles de personas que marcharon de Plaza de Mayo a Congreso coincidieron en visibilizar poniendo el cuerpo: no faltaron las plumas, brillos, labiales, tacos. El orgullo de la identidad gay, lesbiana, travesti, no binaria, trans, bisexual es una respuesta política ante el incipiente ascenso de los grupos anti derechos. Entre la fiesta de las carrozas, no faltaron los reclamos fundamentales: la aplicación de la ESI, cupo laboral para personas Trans y el repudio al ajuste. La 27° Marcha del Orgullo convocó a más de 200.000 personas. (Por Agustina Salinas para La Retaguardia)

Como cada tercer viernes de cada mes, desde hace 2 años, las Madres víctimas de TRATA, encabezadas por Margarita Meira, en conjunto con la acción urbana de género “Mariposas AUGE”, hicieron su Ronda en la Pirámide de Plaza de Mayo, el mismo lugar donde cada jueves, desde hace 41 años, otras Madres piden que no olvidemos a sus hijos e hijas. Las Madres de las víctimas de trata luchan por la aparición con vida de pibas desaparecidas, prostituidas, torturadas y asesinadas en democracia por el sistema esclavizador más antiguo de la historia: la prostitución. (Texto y fotos por Valentina Maccarone para La Retaguardia) Otro mes, otro viernes Las mismas madres, con las mismas mariposas Sus pasos, el vuelolos silencios, su grito Los silencios, su gritolo blanco, el pañuelo ¿Lo rojo?: La trata.

 El miércoles por la tarde diversas organizaciones se concentraron frente el Congreso mientras se aprobaba el Presupuesto 2019. Hubo un gran operativo policial. Aquí un fotoinforme de la jornada en repudio al presupuesto del ajuste sobre la Plaza Congreso, que finalizó con varios detenidos. (Por Natalia Bernades y Agustina Salinas para La Retaguardia)

  En el barrio de Llavallol, la empresa Redepa, que se dedica a fabricar las latas para las conservas de alimentos de Canale, envió casi 100 telegramas de despidos a los trabajadores que desde hace más de 2 años vienen denunciando maniobras de la empresa para presentar la quiebra y cerrar. Este lunes 97 trabajadores fueron informados mediante un telegrama que la empresa decidió despedirlos y ellos resolvieron acampar en la puerta ante un posible vaciamiento. (Texto y fotos de Agustina Salinas para La Retaguardia)  “Gracias por venir”, esa fue la respuesta de Mario, trabajador de Canale Redepa ante el mensaje para que me agende en su celular. Desde el lunes pasado la empresa envió 97 telegramas de despidos. La planta con más de 70 años de producción de latas de conservas en el sur del Conurbano decide avanzar contra los trabajadores, que en los cálculos empresarios son siempre la variable a ajustar. El motivo de los despidos se repite: Las empresas se excusan en la “grave crisis económica y financiera”.El conflicto en la empresa de enlatados no es reciente. Desde mediados de 2015 los trabajadores vienen denunciando el atraso en el pago de los sueldos y diversas maniobras de la empresa para aumentar sus ganancias y deshacerse de los trabajadores.Atentos a la realidad que afecta todos los días a las y los laburantes, decidieron organizarse para realizar venta de choris, festivales, charlas para recaudar dinero para solventar los sueldos que la empresa se niega a pagar.Como intento de solución al conflicto, el Ministerio de Trabajo Provincial convocó a la empresa y a representantes de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) a varias audiencias a las que Canale no se presentó.Ante este panorama, la solidaridad y la lucha se afianzaron. El fin de semana armaron un festival con bandas, feria y radio abierta para la difusión. Están acampando porque temen que además de despedir, la empresa comience a vaciar la fábrica para trasladar las maquinarias y unificar el sector hojalatero con el alimenticio, cuya planta se encuentra en Catamarca.Esta tarde el fuego que se armó para la olla popular sólo calentaba el agua para el mate. Me recibieron contentos, con ganas de hablar. Oscar se acerca y me da una lata. “esto es lo que hacemos acá, te lo regalo. Es un lapicero”. Sigo haciendo preguntas y escuchando atenta las respuestas que dan Julio y Mario. Interrumpe Osito, que saluda y sonríe cuando le dicen que Sapo le manda un beso. Mario me convida un mate y le pregunto cuantos trabajadores son y qué edades tienen. Hace un cálculo rápido y me cuenta que el 80% de la fábrica lleva más de 40 años trabajando ahí, que la mayoría tienen más de 55 años. Un 15% tienen entre 25 y 35 años de entregar su fuerza de trabajo, y un 5% son los más jóvenes y los que hace menos tiempo ingresaron, hace 5 o 6 años. Preocupado, me dice: “no podemos reinsertarnos en el mercado laboral porque ya somos grandes, ya no toman gente de nuestra edad”. Y es una verdad muy cruel. El mercado usa, precariza y descarta a su antojo.Antes de irme les hago una foto y hacen el chiste de siempre: “seguro se te rompe la cámara” y se ríen. Nos pasamos los teléfonos y quedamos en contacto. No me quiero ir pero ya tengo los ojos vidriosos. No puedo sacarle una foto a la bandera blanca con letras negras que expresa algo simple y claro: En Canale queremos trabajar y cobrar.Hoy a las 15 horas hacen una conferencia de prensa para comunicar las últimas novedades y los pasos a seguir.

Una fotógrafa de La Retaguardia describe con sus fotos y palabras cómo vivió la jornada en el límite entre manifestantes y policías, pero parada en un lugar claro.(Texto y fotos por Agustina Salinas para La Retaguardia) Raro: Si en algo concidimos quienes nos cruzamos el miércoles en Congreso es que el clima está raro. Y no nos referimos a la llovizna molesta y pegajosa. Lo inusual son las cantidades de piedras desperdigadas y el Congreso sin vallas. Hay un terreno preparado para que surja una escaramuza entre la gente y la policía. Por la mañana nos enterábamos de que “aparecieron” casualmente en la plaza un volquete, montones de escombros y piedras… un día en el que se espera una represión como la de diciembre durante el debate por la reforma previsional. El nivel de conflicto esperado que generó esta sesión por el Presupuesto 2019 es similar a aquel de diciembre. En el cruce de Hipólito Irigoyen y Entre Ríos no están las vallas que nuestros ojos naturalizaron en cada movilización, concentración o actividad. La policía arma un cordón mínimo de 30 efectivos con cara de susto y tremendo malhumor ante las columas que avanzan y llenan la plaza. Un colega con más estómago que yo para hablarles, le pregunta a uno de los policías por la ausencia de vallas: “Desde las 7 de la mañana que estamos esperándolas. No las traen, estamos desprotegidos”, responde. Y ante el guiño del colega por saber más y preguntar si tenía que ver con el reclamo que hacen como fuerza para volver a ser de la Federal, el policía dice con tono fanfarrón que puede ser, que él ya no sabe qué pasa y larga una sonrisa pícara buscando complicidad. Entre saludos, charlas, abrazos, nos compartimos el limón y la protección antigas de una represión que intuimos sucederá. Mientras tanto, una policía me pregunta por qué le saco fotos a sus borcegos. Le respondo que no le saco a sus borcegos, sino al reflejo que hay por la llovizna, y como no entiende me pregunta qué veo yo que ella no. La realidad veo, señora oficial, la que me hace estar de este lado y no de ese. Me voy de ahí poniendo cara de asquito y escucho de la boca del pobre policía que exigía las vallas hace ya casi 6 horas; le dice a otro: “¿La viste a Gonzalez? Mirá que buena que se vino hoy”. Apago un segundo mis oídos para tener un margen más de tolerancia. Veo avanzar a la columna de la CCC, que se pone frente al cordón: “Vamos a llenar de ratis el paredón, los piqueteros nos bancamos la represión y el policía es un cagón”, cantan agitando los brazos. Llegan más compas y hablamos de la gente que hay: seis cuadras de sindicales, el troskismo, la otra izquierda, movimientos sociales, el cristi-a-nismo que está y no está, como su dios. Sabemos que ha arrancado la sesión y que alcanzaron el quorum gracias al peronismo. Se empieza a tratar dentro del Congreso el presupuesto 2019. Los recortes que aprobarán serán en áreas clave: salud, educación, cultura, transporte, asistencia social, industria. Todo acorde a los pedidos de sumisión que hace el FMI. Hay un poco de movimiento: el cordón de policías se va y viene uno más pesado, bastante más duro, diría. Uno me empuja y tengo que bancarme la rabia que me genera. Otro bardea a una colega. Otro amaga con su gas pimienta que parece una extensión de su pene y tocarlo todo el tiempo le debe generar algún tipo de placer perverso. Una piba que hace un rato gritaba “vamos a llenar de ratis el paredón”, ahora se saca una selfie con los policías, riendo contenta y la fila de efectivos sigue estática, tratando de correr la mirada del plano. Me llama la atención la remera de un hombre, con una estampa de perro malo con un arma entre la mandibula, y con esa alusión hacia los policías de ser “perros del Estado”. Pienso en que ahí hay una buena foto. Le pido permiso para y me responde: “Sí, amiga, sacame a mí pero a estos gatos de mierda no, señalando a los policías”. Llegan las benditas rejas. Las trae un camión que tiene un banner de la Policía de la ciudad y alguien le puso la firma indeleble de la justicia al agregarle la palabra “chupala”. Los policías se tienen que poner a laburar: arman todo el vallado y entre los bardeos que se escuchan uno dice: “Y, sí, están cansados porque nunca hacen una mierda, forros”. Otro no se cansa de llamarlos mulos durante todo el armado. Alguien grita: “No repriman, somos todos argentinos”. El policía responde: “No, acá la mitad somos argentinos y el resto son extranjeros”. El yuta que dijo que Gonzalez se vino buena, no da más de cansancio. Se tira contra la última valla colocada y respira profundo. A esa altura nos quiere acribillar o irse a dormir, no sé… Seguimos pispeando a ver qué más podría pasar cuando un compañero viene corriendo y nos avisa que hay ruido del lado del troskismo. Algunas/os fotógrafas/os corren, otras dudan. Pierdo de vista al colega con el que hablaba y decido ir para ese lado: piedras, corridas, fuegos. Un pibito envuelto en una bolsa de residuos pasa filmando con su celular, camina traqui, va y viene mientras el que sostiene la bandera de Astillero Río Santiago se asoma a la valla donde se lee “feminismo antiyuta” en aerosol. Desde ese lado veo cómo los manifestantes tiran las vallas que tanto les había costado armar a los policías. También veo al policía que me empujó disfrutando de la represión. Y desde ahí no para el avance y retroceso de ambos sectores: la gente que tira piedras y la policía reprimiendo. Lanzan la primera tanda de gases y me refugio entre los móviles de C5N y Crónica. Coordino con dos colegas para protegernos entre todos y todas, y nos damos recomendaciones de

Ese día de 2014, los Familiares y Amigos de Luciano Arruga se enteraron de que el joven estaba enterrado como N.N. en el Cementerio de Chacarita. Mónica Alegre, la mamá de Luciano, asegura que le resulta muy difícil poner en palabras lo que sintió ese día: “Para mí fue un triste despertar, es perder las esperanzas porque hasta ese momento yo tenía esperanzas. Cuando a mí me vinieron a buscar me fui a preparar y pregunté cómo está mi hijo, y fui a arreglarme porque quería que me vea bien. Es darse cuenta, porque a veces las madres no entramos en razón, y no nos queremos dar cuenta de la realidad. Creo que lo mismo le pasó a la mamá de Santiago, ella tuvo esperanzas hasta que bueno, el 17 de octubre le pusieron el cuerpo de su hijo ahí, como a mí me lo pusieron en la General Paz. Con Luciano tuvieron más tiempo, 5 años y 8 meses, para borrar rastros porque no se pudo ver nada, porque no se encontró nada, yo encontré solamente restos óseos. Con Santiago no tuvieron tanto tiempo porque fue un caso más visible, la misma gente los estaba apurando, tenían que hacer las cosas muy rápido. También creyeron que lo hicieron bien. Todos sabemos que a Santiago lo mató Gendarmería y pusieron el cuerpo ahí. Que haya gente que sea estúpida y no quiera ver la realidad, por conveniencia, por cobardía, por lo que quieras, pero la gente que estamos en esto y sabemos lo que le pasó a Santiago lo vamos a decir, se nos va a ir la vida diciendo que a Santiago Maldonado y a Luciano Arruga los mató a policía y los desaparició el Estado. Y vamos a decir que todos los gobiernos matan y el Estado es responsable”. Como cada sábado después de aquel 17 de octubre de 2014, en la Plaza del barrio o en el Espacio para la memoria, el nombre de Luciano dispara actividades y pensamientos. Ayer no fue la excepción. (Por La Retaguardia)