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Un grupo de diputados/as de La Libertad Avanza visitaron a genocidas en la cárcel de Ezeiza. El hecho generó una serie extensa de rechazos de parte de casi todo el arco político. Incluso algunas de las personas que realizaron la excursión ensayaron defensas del estilo “no sabía a quién íbamos a visitar”. Reflexionamos sobre la cuestión con Eduardo Tavani, uno de los presidente de la Asamblea Peramanente por los Derechos Humanos (APDH), e integrante del Colectivo Mario Bosch, que reúne a abogados y abogadas que actúan en causas por crímenes de lesa humanidad.

Jan Van der Putten y Frits Jelle Barend, dos periodistas neerlandeses que denunciaron los delitos cometidos durante la última dictadura argentina, volvieron al país a principios de octubre. Fueron invitados por el Centro Ana Frank Argentina y fueron homenajeados por la Legislatura porteña. Redacción: Carlos Rodríguez Edición: Valentina Maccarone / Pedro Ramírez OteroFoto: Centro Ana Frank Argentina “En Argentina, hay un poco de zozobra, un proceso similar al de algunos países de Europa, con el crecimiento de propuestas huecas, de extrema derecha, que provocan inestabilidad y que reivindican un pasado nefasto”, dijo a La Retaguardia el periodista neerlandeses Jan Van der Putten. Junto con su compañero Frits Jelle Barend, realizaron una visita al país para recordar el viaje que hicieron en 1978, en plena dictadura militar, para cubrir la Copa del Mundo que se jugó ese año en Argentina.  Ellos entrevistaron y difundieron en el mundo la voz de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, quienes comenzaban a denunciar el genocidio que se estaba ocultando detrás de la mascarada de la competencia futbolística.  Sobre la actualidad en Argentina, Van der Putten sostuvo: “Noto un poco de zozobra por esas promesas huecas de la extrema derecha, en un ambiente de exacerbación y polarización, en un marco de crisis económica que lleva a que la gente crea en cualquier cosa”.  El periodista neerlandés señaló que este es “un terreno propicio para la aparición de populistas de extrema derecha que reivindican el liberalismo más extremo, reivindicando el pasado, el genocidio, negando la verdad” de lo que se vivió en Argentina durante la última dictadura cívico-militar-eclesiástica. De esa forma, sin siquiera nombrarlos, se refirió a la campaña presidencial de Javier Milei y de su compañera de fórmula, Victoria Villarruel.  Consideró que la propuesta de La Libertad Avanza es “una típica alternativa de estos tiempos, con ese gran ‘precursor’ entre comillas que es Donald Trump, que plantea una ‘verdad alternativa’ que tergiversa todo, que convierte lo blanco en negro y lo negro en blanco”. Van der Putten puntualizó que es “el mismo discurso que levantó (Jair) Bolsonaro en Brasil y que mucho antes comenzó con (Silvio) Berlusconi en Italia”, en los años ’90, cuando el poderoso empresario milanés creó su partido Forza Italia. Ese partido, en alianza con agrupaciones fascistas dominó durante largos años, desde el poder político, los destinos del país europeo.  El periodista insistió en que eso lleva en Argentina a la aparición del “hombre fuerte que, con sus gritos, afirma que ya no hay futuro si no lo siguen a él. Es el viejo discurso de siempre, que ahora se trata de imponer de nuevo, como si no hubiéramos aprendido nada de ese pasado que vivimos todos”.  A principios de octubre, los periodistas neerlandeses  llegaron invitados por el Centro Ana Frank Argentina (CAFA). Durante su estadía recibieron un reconocimiento en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, dieron conferencias ante estudiantes de periodismo en la escuela TEA, fueron homenajeados en el Espacio de Memoria de la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) y estuvieron en el estadio del Club River Plate, entre otras actividades.  Van der Putten recordó que el Campeonato Mundial de Fútbol de 1978 fue “una campaña para decir que en Argentina todo estaba bien”. Jan llegó a Buenos Aires hace 45 años junto con su colega Frits , para cubrir el evento deportivo, pero descubrieron la realidad cuando entrevistaron a las Madres y Abuelas en la Plaza de Mayo. El video con los testimonios de las mujeres que denunciaban el genocidio, frente a la Casa de Gobierno, recorrió el mundo.  Frits, por su parte, logró ingresar con otro compañero, Bert Nienhuis, a la cena de premiación de la Copa del Mundo que se realizó en el Hotel Plaza. Pudieron entrar haciéndose pasar por dos integrantes de la Selección de Holanda, que había perdido la final con el equipo argentino.  Frits contó que, luego de “felicitar” al dictador Jorge Rafael Videla por el triunfo deportivo, le habló sobre las Madres de la Plaza y le preguntó por los desaparecidos. Como era de esperar, Videla respondió que “todo era una mentira, que no había desaparecidos”, pero los periodistas ya sabían la verdad a través de las víctimas y esa verdad fue la que transmitieron. Barend repitió ante La Retaguardia, lo mismo que dijo frente a los estudiantes de periodismo de TEA: “Siempre hay que escribir nuestra verdad y no la que la gente del poder dice”. En el acto realizado en la Legislatura, se resaltó que los dos periodistas “contaron lo que tenían que contar, a pesar de las amenazas que recibieron y los consejos de que no se metieran en problemas”. Lo que hicieron fue desnudar la mentira de que Argentina contaba con un gobierno que “defendía a los ciudadanos de las organizaciones guerrilleras que presuntamente atentaban contra el orden institucional”.  Barend dijo que la primera información que tuvo acerca de la situación en el país la recibió del entonces embajador de Holanda en Argentina. “Él me dijo que las versiones sobre violación de los Derechos Humanos eran falsas, y que las alentaban los terroristas que querían atentar contra la Nación”. De todos modos, el 1 de junio de 1978, día inaugural del Mundial, la atención de los periodistas estuvo centrada en lo que denunciaban las Madres y Abuelas en la Plaza de Mayo: “Nosotras solo queremos saber dónde están nuestros hijos, vivos o muertos”.  Cuando estaban realizando las entrevistas, aparecieron unos hombres que les dijeron que no les hicieran caso, que eran “unas locas” y las calificaron con insultos de todo tipo. “Hasta dijeron que ellas tenían que estar orgullosas de sacrificar a sus hijos por el bien de la patria”. La salida del país fue complicada para los periodistas y hasta el propio embajador holandés se negó a prestar su ayuda: “Estaba molesto por la información que habíamos dado a conocer” a nivel internacional.  En el encuentro en la Legislatura, la diputada Victoria Montenegro, nieta recuperada, destacó el valor el homenaje a los periodistas y

Manifestación frente a la Legislatura porteña en rechazo al “Acto homenaje a las víctimas del terrorismo”, organizado por la diputada nacional Victoria Villarruel.

El Encuentro Memoria Verdad y Justicia realiza una conferencia de prensa convocando a la movilización hoy a las 16:30 horas en repudio al acto de Victoria Villarruel en la legislatura porteña.

Se presentará la comisión de investigación independiente de Memoria, Verdad y Justicia sobre lo sucedido en el último genocidio en Argentina. En vivo desde el Auditorio Eva Perón de ATE.

Así se llama el documental que cuenta la historia de la primera nieta desobediente de España, Loreto Urraca. Su abuelo, Pedro Urraca Rendueles, era uno de los jefes de operaciones para perseguir y reprimir a líderes de la Segunda República que se exiliaron en la época del franquismo. El documental se proyectó en el Centro Cultural “Tití Rossi”, en una actividad organizada por la Asamblea Desobediente. Redacción: Camila CataneoEdición: Pedro Ramírez OteroFotos: Natalia Bernades/La Retaguardia En 2008 cambió la vida de Loreto Urraca. Su apellido apareció en el Diario El País. Hasta ese momento no sabía la verdadera historia que atravesaba a su familia. Su abuelo era Pedro Urraca Rendueles, un policía español, conocido por ser el jefe de operación de la represión y persecución a líderes de la Segunda República que se tuvieron que exiliar en la época del franquismo. En España el apellido Urraca no es muy común. Por eso, a los pocos días de la publicación, la periodista Gemma Aguilera la llamó para preguntarle si era nieta del mismísimo “Urraca Rendueles”. Ese fue el primer acercamiento que tuvo con su historia. En 2018 Loreto publicó la novela “Entre Hienas” que cuenta su historia y el proceso que hizo para conocer quién era su abuelo. 5 años después se estrenó un documental basado en el libro. Esta pieza audiovisual dura una hora y cada testimonio va armando un rompecabezas de la vida de Urraca. Se pueden ver archivos históricos, recreaciones animadas y entrevistas a periodistas, historiadores y familiares de Loreto. La proyección de la película fue organizada por la “Asamblea Desobediente” en el Centro Cultural “Tití Rossi”. Ese día, Loreto contó que la sociedad española desconoce casi por completo lo que pasó en aquella época. Al morir Francisco Franco, comenzó la última época de la dictadura. Ese momento fue conocido como la transición democrática. En octubre de 1977 se firmó una Ley de Amnistía, donde los delitos de lesa humanidad cometidos durante ese periodo iban a quedar en el olvido y la Justicia no iba a poder realizar un reparo histórico sobre lo sucedido. En diferentes partes del mundo hijos, hijas, nietos y nietas de genocidas han comenzando un proceso de reconstrucción de la historia y también para “desafiliarse” de esos apellidos que tanto peso tienen. “No podía mantenerme ajena y olvidar lo que pasó (…) Como país y como sociedad deberíamos hacer este proceso”, dijo Loreto en la proyección del documental que cuenta su historia y comentó que realizó la investigación para “rescatar del olvido a todas sus víctimas”. Pablo Verna, quien forma parte de “Asamblea Desobediente”, estuvo presente en la proyección y habló por videollamada con Loreto, quien se encuentra actualmente en España. Coincidieron en que, cuando lograron contar públicamente sus historias, las y los sobrevivientes y familiares les dieron un buen recibimiento. Verna es hijo de Julio Alejandro Verna, excapitán y médico del Hospital de Campo de Mayo durante la última dictadura. Actualmente en España hay diferentes movimientos de Derechos Humanos que trabajan diariamente para dar a conocer y difundir esa parte de la historia que fue borrada de un plumazo. También buscan a familiares que puedan dar información sobre personas que aún se encuentran desaparecidas o bebés que fueron robados en dictadura. En 2010 comenzó a gestarse en nuestro país una querella contra los crímenes cometidos en el franquismo. “En España es difícil hacer juicios porque muchos ya murieron”, dijo Loreto Urraca.

En un polémico fallo, la Sala II de Casación ordenó revertir la cárcel común de un genocida. Lo insólito es que hasta ahora no se había ordenado que fuera a prisión. Mario Guillermo Ocampo, condenado en Contraofensiva II, sigue en su casa, aunque Casación parece defenderlo por las dudas. En esta nota intentamos contar algo difícil de explicar. (Por La Retaguardia) ✍️ Redacción: Paulo Giacobbe/Fernando Tebele 💻 Edición: Eugenia Otero/Fernando Tebele 📷 Foto de portada: Captura transmisión La Retaguardia La Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal, con el voto mayoritario de Carlos Mahiques y Guillermo Jacobucci y la disidencia de Ángela Ledesma, resolvió darle la razón a un planteo de la defensa pública oficial de Mario Guillermo Ocampo, exintegrante del Destacamento de Inteligencia 201 del Ejército en Campo de Mayo y condenado a prisión perpetúa por crímenes de Lesa Humanidad en Contraofensiva II, en relación a su prisión domiciliaria. Hasta aquí, una noticia rutinaria: la Sala II beneficiando a condenados o acusados por crímenes de lesa humanidad. Pero la situación es bastante más difícil de explicar, porque Ocampo está en su casa y el TOF N° 4 de San Martín que lo condenó todavía no decidió revocarla. “Asiste razón a la defensa en cuanto a que la decisión cuestionada resulta prematura y, por lo tanto, arbitraria, pues el tribunal resolvió revocar la prisión domiciliaria de Mario Guillermo Ocampo y ordenar su traslado a una Unidad del Servicio Penitenciario Federal sin contar con los informes médicos correspondientes que permitan establecer si subsisten las razones humanitarias ponderadas para la oportuna concesión del instituto”, dice el fallo de la Sala II CFCP, firmada por Carlos A. Mahiques, Guillermo J. Yacobucci y Angela E. Ledesma (en disidencia). El fallo resulta anticipatorio. Revoca una decisión que aún no se tomó.   Repasemos la historia de la condena de Ocampo, que por otra parte está en el propio escrito judicial firmado por la Cámara: “El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 4 de San Martín, en el veredicto del 30 de septiembre de 2021 —cuyos fundamentos fueron a dados a conocer el 26 de noviembre de ese año— resolvió, en lo que aquí interesa: ‘VIII.- Previo a verificar que la salud del imputado no sea un impedimento para ello, REVOCAR la prisión domiciliaria otorgada a Mario Guillermo Ocampo y ORDENAR su traslado a una Unidad del Servicio Penitenciario Federal, debiendo tramitar los reconocimientos médicos y los traslados a las partes y a las víctimas por vía incidental’”. Si pensamos que el Código Penal de Argentina nace en 1921, resulta apresurado asegurar que nunca sucedió algo así. Pero sin dudas es inaudito revocar un traslado a una Unidad del Servicio Penitenciario que nunca ocurrió con el argumento de que no se pidieron informes médicos… de los cuales se espera el resultado para definir dónde cumplirá la pena. La clave es: “Previo a verificar que la salud del imputado no sea un impedimento para ello, REVOCAR la prisión domiciliaria”. Mientras tanto, Ocampo sigue en su casa. Condenado y en su casa. Ya se le realizaron los estudios y el TOF está esperando que la U34 de Campo de Mayo responda si puede atender sus dolencias ahí. Seguramente sí, porque esa Unidad Penitenciaria, dicen quienes la conocen, es mejor que cualquier otra del Servicio Penitenciario Federal. Si la respuesta es afirmativa, el TOF revocaría la prisión domiciliaria, más allá del insólito fallo premonitorio de Casación. Así como se puede acusar a esta sala de Casación por tener una historia en defensa de condenados por crímenes de lesa humanidad, no puede decirse que el TOF 4 de San Martín actúe con una línea única de que todos vayan a cárcel común porque sí. Lo demostró con las condenas en Contraofensiva I: después de los estudios en cada caso, ordenó revocar las domiciliarias de Jorge Bano y Eduardo Ascheri, pero mantuvo las de Jorge Apa y Roberto Dambrosi. Antecedentes Mario Guillermo Ocampo es el séptimo represor condenado por los crímenes del Ejército Argentino en la represión de la Contraofensiva Montonera en esta tanda de juicios. Su juzgamiento se demoró porque estuvo prófugo seis años hasta que se lo descubrió viviendo en un country de Pilar, Provincia de Buenos Aires. Por esa fuga no fue parte del primer juicio por la represión a la Contraofensiva. Tiene actualmente otro juicio por crímenes de Lesa Humanidad en Mendoza, porque antes de estar destinado en Campo de Mayo había estado en el Batallón de Montaña de esa provincia. Esta misma Sala de Casación, también revocó la pena de cumplimiento efectivo en cárcel común a dos condenados por la represión a la contraofensiva: Jorge Eligio Bano y Eduardo Eleuterio Ascheri,  utilizando como principal argumento la edad, y también que no se habían fugado siendo imputados. Lo hizo después del fallo del TOF, como al menos corresponde técnicamente. Esta vez se adelantaron a un fallo que todavía no existe. Lo que bien podría ser un intento por adelantar el trabajo para aprovechar el feriado del 24 de marzo; o una decisión tomada para meterle presión al TOF y con el objetivo que deje de tener ideas estrambóticas, como que las condenas por delitos graves se cumplen en la cárcel, salvo que haya algún impedimento de salud.

Viviana Losada sufrió el genocidio en su familia. Rodolfo Ortiz, el padre de sus hijos/as cayó en el ataque que el Ejército y la Bonaerense desataron el 29 de marzo de 1976 sobre la quinta La Pastoril, donde se desarrollaba una reunión ampliada del PRT-ERP, junto a otras organizaciones revolucionarias de Latinoamérica. Pensó durante años que lo habían asesinado allí. Recién en 1998 supo que lo capturaron vivo, lo llevaron a Puente 12 y lo desaparecieron tiempo después. Declaró el 11 de noviembre de 2021 en el juicio que es transmitido cada jueves en vivo en el Canal de YouTube de La Retaguardia. Losada detalló una historia de militancia por el socialismo y de lucha por Memoria, Verdad y Justicia, que no es solo su historia, es la historia de un país. (Por La Retaguardia) ✍️ Redacción: Paulo Giacobbe ✍️ Textuales: Mónica Mexicano 💻 Edición: Fernando Tebele/Diana Zermoglio 📷 Fotos: Capturas Transmisión La Retaguardia Viviana Losada comenzó el testimonio hablando de su familia. “Mi papá era un trabajador, era empleado de una compañía de seguros. Mi mamá cosía camisas hasta que nació mi tercer hermano, que tiene ocho años menos que yo. Mi papá era un socialista convencido, absolutamente, profundamente socialista. Mi mamá era una señora creyente, muy cristiana, pero que no creía para nada en los curas. En ese ambiente nosotros nos fuimos criando con bastante libertad y discutiendo; en general se hablaba de política en casa. Mi generación, la de mis hermanos, mis primos, fue la primera generación de la familia que fuimos universitarios”, resumió de un tirón quien ingresó a la facultad de Arquitectura en enero de 1967. Tenía 16 años.  Rodolfo Ortiz, el Negrito o “El Pingüi” “también fue el segundo hijo de tres, de un matrimonio paraguayo. Su papá era militante del PC (Partido Comunista) y vino a la Argentina escapando de la dictadura de (Alfredo) Stroessner. Su mamá era ama de casa; en ese momento tuvieron a su primer hijo en Salta y después bajaron y se instalaron en el conurbano, justamente en Lanús. Yo soy de Lanús”, continuó Viviana Losada, que a Rodolfo lo conoció recién cuando ingresó a la facultad. El padre de Rodolfo era plomero, recorría el barrio en bicicleta hasta que una “una patota policial le da una paliza fenomenal. Y a raíz de eso, al poquito tiempo de esa golpiza, él fallece”. Rodolfo tenía cinco años. Su hermano mayor tenía ocho y la más chica todavía gateaba. Genara, su madre, trabajaba en un kiosco y pidió ayuda al Consejo del Menor y la Familia, que luego de unos trámites incorpora a sus hijos como pupilos en el Instituto Torcuato de Alvear de General Rodríguez. “Por pobres, no por nada en particular, porque ella no los podía tener”. Rodolfo hace ahí la primaria y secundaria, mientras que en las vacaciones hacía changas en una estación de servicio. A los 19 años entra en Arquitectura.  La toma de Arquitectura “En el año 71 los estudiantes de arquitectura generamos un enorme movimiento porque el gobierno, la dictadura de Onganía-Levingston-Lanusse, nos declaró prescindibles. Arquitectura y Filosofía fueron declaradas dos carreras prescindibles porque no se necesitaba nada de eso y nos cerraron la Facultad. Nosotros ya veníamos organizados como movimiento estudiantil, había cuerpo de delegados, había asambleas y todas esas cosas. Yo ingresé al año siguiente de la Noche de los Bastones Largos, así que transité el silencio, los primeros discursos, hasta las enormes movilizaciones de Arquitectura”. Losada y Ortiz ya eran delegados. Cuando la policía reprime con caballos y gases, los desaloja de Arquitectura, se van a la toma de Filosofía y Letras. Viviana explicó que participaron, sin conocerse pero juntos, en gran cantidad de movilizaciones y actividades. En el subsuelo de la UTN (Universidad Tecnológica Nacional) se realizaban reuniones, incluso algunos docentes daban sus clases. “Discutíamos cómo seguir, porque la verdad era que si la facultad se cerraba, todos quedábamos sin carrera”. Cuando en 1971 se terminaron las clases, cada cual volvió a su casa, pero Viviana quedó enganchada: “le pedí a un compañero que en ese momento era militante de la Tendencia Antiimperialista Revolucionaria que yo quería participar más orgánicamente de eso, porque la verdad había muchas cosas por discutir. Entonces este compañero resolvió hacer como un equipo con todos los de Arquitectura habíamos pedido lo mismo”. En ese equipo estaba Rodolfo, “El Pingüi”. El equipo de arquitectura se convierte en un equipo de “simpatizantes del PRT-ERP que hacíamos algunas tareas de propaganda”. Repartían volantes en las fábricas y realizaban pintadas. A una compañera de ese grupo se la lleva la policía cuando, justamente, pintaba consignas del partido. Como Rodolfo y Viviana la conocían, van a la casa familiar a avisar. Pero la cosa no resultó tan sencilla.  “En la casa no había nadie. Estaba un tío porque se habían ido de vacaciones y el tío era militar, o eso nos dijo. Nos tomó el nombre y el apellido, dijo que él tenía cámaras, que nos había filmado y que él nos iba a denunciar a nosotros para poder sacar a su sobrina. Así que nosotros salimos… nunca habíamos esperado una cosa semejante”. En el Partido les recomendaron no volver a sus casas por unos días y cambiar sus fisonomías. Esa noche no tenían donde ir, estaban muy asustados. Tampoco sabían qué había pasado con su compañera. Estuvieron yirando toda la noche, pero también se conocieron en profundidad. “En ese tiempo nos contamos la vida, quiénes éramos, quién era la familia, por qué nos habíamos metido ahí, qué sé yo, todas estas cosas. Y cuando el partido a la mañana siguiente nos dice que tenemos un lugar para ir, de un matrimonio que nos había ofrecido gentilmente tenernos en su casa esos tres o cuatro días, nosotros en ese ínterin, entre pasar toda la noche contándonos todo y vivir tres o cuatro días juntos, la verdad que nos enamoramos profundamente y empezamos a salir”. El 26 de febrero de 1972 se habían puesto de novios y el 10 de abril del mismo año se

La Sala de Feria de la Cámara de Casación Penal, en su último día de actuación, revocó el fallo que rechazaba las salidas transitorias del genocida Eduardo Kalinec. Compartimos en este texto escrito para La Retaguardia, las primeras sensaciones de Analía, una de sus hijas, referente de Historias Desobedientes. (Por Analía Kalinec, para La Retaguardia) ✍️ Redacción: Analía Kalinec 💻 Edición: Fernando Tebele 📷 Foto de portada: Analía junto a su padre en otra época de vínculo felíz. Archivo Analía Kalinec. Me llega hoy temprano la noticia, no entiendo nada… estoy de vacaciones en Mar del Plata, mañana vuelvo a presentar el libro… seguro hay un error… no puede ser… Escribo a algunos contactos de prensa y con mucho pesar corroboro que la Sala de feria de Casación Penal integrada por Juan Carlos Gemignani, Eduardo Riggi y Carlos Alberto Mahiques resolvió autorizar a padre genocida (condenado a perpetua por delitos de lesa humanidad cometidos en el circuito represivo Atlético-Banco-Olimpo), a realizar “salidas transitorias para afianzar y mejorar lazos familiares y sociales”.  ¿Otra vez? El pedido había sido rechazado por todas las querellas y por la fiscalía, incluso desde Historias Desobedientes también nos pronunciamos en aquella audiencia el 19 de febrero de 2020… fue entonces que se revirtió la medida y negaron las transitorias con fundamentos tan básicos como elementales: el derecho de las víctimas a que se cumpla la sentencia, la falta de arrepentimiento de este hombre que no solo sigue pensando que lo que hizo estuvo bien (secuestrar, torturar, desaparecer personas, matar, arrojar personas al mar, robar los bebés), sino que además guarda información acerca del destino de los desaparecidos y los bebés nacidos en cautiverio. ¿De verdad le van a otorgar salidas transitorias? ¿De verdad estos tres tristes y mediocres jueces van a permitir esto alegando “reinserción social y fortalecimiento de los vínculos familiares”? Leo el fallo, tomo notas, me llegan mensajes, contesto. Bruno se angustia y Gino hace sus ya típicos comentarios sarcásticos. Intento infructosamente compensar la amargura escribiendo.  Según estos tres tristes y mediocres jueces entender (como lo había hecho la instancia judicial anterior) que no hay en mi padre genocida “asunción de responsabilidad por los hechos admitidos” es una consideración “discrecional y arbitraria”. Estos infelices consideran que los informes elaborados por los “especialistas” (léase “uniformados”) del servicio penitenciario como “único elemento objetivo de valoración”. Según estos informes padre genocida tiene conducta ejemplar 10 y concepto ejemplar 9… padre genocida se negó a ser evaluado por equipo interdisciplinario externo al servicio penitenciario. Sostienen estos tres impresentables que los fundamentos que se utilizaron para negar las salidas transitorias en 2020 y que fueron tomados -entre otra fuentes- del Estatuto de Roma son “una base normativa errónea”. Hablan de “apreciaciones subjetivas y arbitrarias” en el fallo que negó las transitorias, dando la razón a padre genocida y su defensa… Se evidencian de manera contundente sus propias apreciaciones subjetivas y arbitrarias. ¿Por qué tenemos que soportar esto? Afirman la necesidad de padre genocida de “mejorar y afianzar sus lazos familiares”. ¿Se enteraron estos tipos que este criminal de lesa humanidad busca eliminar a su hija de la familia por pensar distinto? ¿No piensan en los lazos familiares de los detenidos desaparecidos? ¿En las heridas que siguen sangrando? ¿En el silencio que siguen sosteniendo y tanto mal hace?  ¿No se enteraron que hay acá una sociedad que sigue reclamando Memoria, Verdad y Justicia? Lazos familiares de padre genocida… qué ocurrencia… Claro que tiene un par de hijas obedientes. Su referente María de los Angeles Kalinec (mi hermana, la que nació el día de la Virgen María) y Alejandra aparecen como guardianas y defensoras de padre genocida. Las dos personal civil de la Policía Federal, una hasta da clases en la escuela de cadetes. Dignas hijas, claro, de un padre genocida. ¿Qué decir de todo esto? Me viene a la mente Silvio “la mato y aparece una mayor”… Y vuelven los sueños con serpientes. El mar azul de Mar del Plata se vuelve un mar de serpientes que mastican la paloma, pero no logran envenenarse del bien, ni se destruyen con la verdad.  Triste. Parece que la matamos y aparece una mayor con mucho más infierno en digestión… Que no se quede este pueblo dormido… Reforma judicial urgente y necesaria. No es ninguna novedad la existencia de un entramado mafioso en el poder judicial que junto con sectores del poder político, económico y grupos concentrados de comunicación bregan por el oscurantismo y la reafirmación de políticas neoliberales… Qué no se quede mi pueblo dormido… nunca lo hizo. Tal vez estuvimos golpeados o maltrechos en algunos momentos, pero no dormidos.  El martes 1F de vuelta a la calle, frente al palacio de tribunales. Porque Nunca más es Nunca Más.

El 27 de octubre de 2021 se cumplió un año del comienzo del juicio por los crímenes de Lesa Humanidad cometidos en los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio que  funcionaron en las Brigadas de Quilmes, Banfield y Lanús (El Infierno de Avellaneda). Desde el sitio para la Memoria de Quilmes organizaron una conferencia de prensa y una visita guiada con sobrevivientes a “El Chalet”, un sector recuperado en 2020.  (Por La Retaguardia) ✍️ Redacción: Paulo Giacobbe/Nicolás Rosales 💻 Edición: Fernando Tebele 📷 Fotos: Natalia Bernades 📺 Video: Nicolás Rosales 📺 Edición de video: Natalia Bernades “Buenos días, compañeros y compañeras, a mí me produce este lugar una carga que ustedes no se pueden imaginar. El olor que hay acá adentro, el olor a piel quemada, a sangre”, dijo Mabel, agregando que a 45 años de los hechos no es justicia tener a los genocidas sentados en sus casas. “Tengo a Bergés en su casa y me violó acá adentro y nos pone un cartel que dice ‘Es Bueno estar en casa’”, señaló acerca del modo en el que el genocida recibió un escrache. “No podemos dejar que se mueran sin justicia”.  Jorge Bergés fue médico de la Policía de la Provincia de Buenos Aires y vive en Quilmes, donde goza del beneficio de la prisión domiciliaria. Además de violador y torturador, es ladrón de bebés y sabe el destino de niños y niñas que nacieron en cautiverio, pero nunca habló. Por último, Mabel García pidió que en el sitio “entren luz y vida”.  Asistir a un ex Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio de por sí es fuerte. Conlleva una carga emotiva grande solo el hecho de saber que allí se sucedieron historias horrorosas teñidas de sangre y muerte. Pero cuando a todo esto se le agrega el acompañamiento de testimonios de los y las sobrevivientes, se vive de una manera distinta, especial. Porque al recorrer el sitio no solo se pueden observar las celdas y recovecos de torturas, sino que también afloran momentos tristes a través de relatos. Esto fue lo que se sintió en el Pozo de Quilmes.  El Consejo del Sitio para la Memoria, Defensa y Promoción de los Derechos Humanos Ex Centro Clandestino de Detención Pozo de Quilmes organizó una conferencia de prensa con visita guiada al cumplirse un año del comienzo del “Juicio Brigadas”, que se realiza en forma remota y es transmitido en vivo por La Retaguardia, que realiza una cobertura junto a Pulso Noticias. Participaron de la jornada integrantes del Colectivo Quilmes, Memoria, Verdad y Justicia; sobrevivientes y familiares de desaparecidos y desaparecidas del centro clandestino; integrantes de la Secretaría de Derechos Humanos del municipio y de la Comisión Provincial por la Memoria.   Hugo Colaone, de la Secretaría de Derechos Humanos de Quilmes, anunció que la idea es comenzar a realizar recorridas guiadas en el Sitio de Memoria con la apertura de actividades. Para Colaone, recuperar “el ex centro de detención, el chupadero, un lugar clandestino, y haber iniciado el juicio que fue postergado durante muchos años, es reparador. Repara a las víctimas”, aunque también cuestionó la tardanza en el inicio del juicio porque la “Justicia cuando llega tarde no es justicia”. Pero el testimoniar, para los y las sobrevivientes, los coloca en otro lugar: el de poder decir “teníamos razón”.  Sentados en sillas formando un semicírculo en lo que fue el garaje del Centro Clandestino, los y las sobrevivientes coincidieron en dar pelea en la “batalla cultural” y seguir luchando por Memoria, Verdad y Justicia. La sobreviviente Mabel Amelia García y los sobrevivientes Rubén Schell, Walter Docters, Horacio Monzón, Hugo García, Oscar Herrera y Alberto Derman, fueron algunos de los participantes de la jornada que comenzó con la lectura de una carta de Néstor Busso, otro sobreviviente.  “A mí me costaba mucho venir, fui a Banfield, también a Arana , pero acá me costaba mucho venir”, reconoció el sobreviviente Walter Docters, y destacó el trabajo que realizan desde el consejo del sitio. “La memoria no nace de sí misma, está si se la labura”.  Respecto de los juicios, calificó al poder judicial de corrupto. “No creo en la justicia salvo en la justicia popular. En ese sentido, HIJOS había tomado un buen camino: ‘i no hay justicia hay escrache’ y como creo que justicia no hay, el escrache sigue siendo válido.” Ese mismo día nos enterábamos de la muerte de uno de los represores de este juicio. El ex agente de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, Miguel Ángel Ferreyro. Acusado de violaciones sistemáticas por la sobreviviente Nilda Eloy, el represor cumplió funciones en la Brigada de Lanús, donde funcionó el Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio “El Infierno”. Ferreyro gozaba del beneficio de la prisión domiciliaria y al comienzo del debate sonreía y se burlaba frente a las cámaras.  Con el fallecimiento de Ferreyro, el juicio por las Brigadas quedó con apenas 16 imputados por tres centros clandestinos; solo 2 de los acusados están en cárcel común. Por eso, Docters reivindica el escrache como herramienta de lucha en la búsqueda de justicia y se pregunta: “¿hasta cuándo vamos a aguantar?” En sus reflexiones incluye la histórica lucha de los organismos en la calle y subraya que los delitos de ayer se cometen aún hoy. “No nos dicen dónde están los restos de los compañeros que ellos asesinaron. No nos dicen a quién les dieron los chicos de nuestros compañeros. No nos dieron información”. Finalizada la conferencia de prensa, comenzó el recorrido por el centro clandestino, saliendo por el garaje para entrar por la esquina a “El chalet”. Por un paso interno volveríamos al edificio donde estábamos y terminaríamos ahí la recorrida.       “El chalet”, la escalera de madera y los recuerdos  En una jornada muy calurosa, la visita y recorrido abierto para los medios de comunicación comenzó por el denominado “Chalet”, en la esquina de las calles Garibaldi y Allison Bell, en un tranquilo barrio de clase media quilmeña. Allí funcionó durante la dictadura la