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La organización social Proyecto 7 impulsa desde este lunes un acampe para insistir en la urgencia de sancionar una ley que garantice los derechos de las personas que viven en las calles. El tratamiento en el recinto se iba a realizar hace unas semanas, pero la  sesión no se realizó por falta de quorum de parte de la bancada opositora. En estas jornadas habrá debates, ollas populares, juntada de firmas y una consigna: La calle no es un lugar para vivir. Compartimos un fotoinforme. (Por La Retaguardia) 📷 Fotoinforme: Virginia Chaile

Nelson Santacruz integrante de La Garganta Poderosa pasó por el programa radial La Retaguardia. Vive en la porteña Villa 21-24. La Poderosa lanzó una campaña que busca obtener recursos para pasar el invierno y paliar el frío que sufren los vecinos y vecinas ante un Estado que no responde a sus demandas. Sobre sus problemáticas estructurales agregó: “los incendios, los cables quemados, las muertes, son escenarios comunes en nuestros inviernos en los barrios populares y más allá de la Capital Federal”.  Y definió que “los likes en las redes no llenan nuestras ollas”. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Fernando Tebele/Pedro Ramírez Otero ✍️ Redacción: Gabriela Suárez López 💻 Edición: Fernando Tebele   —La Poderosa lanzó una campaña que se llama #ContagiáCalor para poder llevar estufas y caloventores a las asambleas y a los comedores y seguramente mucho más allá. Venimos hablando cotidianamente en cada invierno de la situación, de cómo se sufren el frío las personas que están en situación de calle con lo que, de alguna manera, damos por sobreentendido que todas las personas que vivimos bajo techo no tienen problemas para pasar el invierno. Entonces, La Poderosa lanzó una campaña de esas campañas poderosas de alto impacto que se llama #ContagiáCalor.  —Nosotros tenemos muchas problemáticas históricas, estructurales, que obviamente con la pandemia se vinieron a potenciar, pero ese #ContagiáCalor que creamos desde nuestras asambleas justamente no lo hacemos circular en las redes sociales porque nos dé gusto, sino porque realmente estamos en una situación crítica donde nosotros decimos que cada invierno o cada vez que el frío se potencia estamos en temporadas de incendios en nuestros barrios populares. Particularmente barrios que están en situaciones más críticas como puede ser el Barrio Fátima donde la semana pasada se prendieron fuego seis postes de luz, y ese tipo de cosas son realmente situaciones muy cotidianas en la Villa 31, que para fines de 2019 dijeron que iban a instalar 33 cámaras transformadoras y aproximadamente 24 mil metros lineales de baja tensión, cosas que no fueron cumplidas por el Gobierno de la Ciudad, y no es de ahora. Yo también te hablo de mi barrio, la villa 21-24 donde en sí hace 10 años la Justicia declaró a mi barrio como en emergencia eléctrica y multó de hecho a Horacio Rodríguez Larreta para que se hiciera cargo de eso y no se hizo cargo. De hecho, los incendios, los cables quemados, las muertes, son escenarios comunes en nuestros inviernos en los barrios populares y más allá de la Capital Federal. Acá donde vivo yo, en la última semana, hubo aproximadamente treinta y ocho cortes de luz y así los vecinos no pueden refrigerar medicación, alimentos que se pudren en los espacios populares y comunes de los merenderos. O  calefaccionar, algo tan necesario en este contexto donde sentimos que el frío está mucho más punzante. También tenemos problemas con el agua. Porque en muchos de nuestros barrios donde hay situaciones de hacinamiento, donde en una habitación de 4×4 viven alrededor de 10 personas, tienen que tener agua, aparatos eléctricos, y son cosas que nosotros sentimos y vemos todos los días y cuando no hay luz te quedás también sin agua, sin medicación, sin alimentos, también te quedás sin la posibilidad de calefaccionar. Entonces, estamos en una situación compleja y es por eso que nació esta campaña de #ContagiáCalor que pretende con la solidaridad de la gente, los oyentes que están en este momento escuchándonos juntar todo lo posible para llegar a 40 mil frazadas y 200 garrafas de 10 kilos, estufas o caloventores más o menos para 75 familias. Estoy hablando a  nivel país, grupos electrógenos y 10000 litros de nafta como para poder también acompañar con estos grupos electrógenos a los espacios comunitarios que sufren más los cortes reiterados de electricidad. Y también algo que muchas veces parece ajeno, la leña que está muy cara. Por ejemplo a medida que uno va al sur donde tenemos asambleas como la  de Río Gallegos, la interbarrial de Ushuaia, en esos lugares van mechando la compra de garrafas con la compra de leña que cuesta también muy cara, entonces la campaña apunta a eso, a empatizar, a decir que el invierno nos está afectando de esa manera en los barrios populares. —Hablábamos hace muy poco tiempo sobre que el Estado tendría que haber previsto acceso a conectividad en todo el tiempo de pandemia para que se pueda acceder a la Internet. En este caso, el Estado también podría haber previsto esta situación… —Sí, tal cual. La verdad es que es un poco agotador, desgastante hoy en día un congelamiento siento… hay un congelamiento insensible de parte del Estado en políticas públicas concretas y estructurales, digo de cosas estructurales para con las villas y los barrios populares. Y hay una costumbre histórica, fría, que solo la podemos traducir para mí en dos cosas, dos acciones dentro de los barrios populares. Yo viviendo acá lo puedo identificar. Por un lado, la triste naturalización de un Estado ausente, es decir, eso sucede… Y por otro, tomar la batuta, como hacemos millones de compañeros y compañeras, millones de empobrecidos y empobrecidas. Salir a la cancha para comunicar lo que nos pasa y resolver autogestivamente lo que deberían resolver los gobiernos como eso que mencionabas sobre lo que hicimos con la campaña #ContagiáConectividad, que fue también una campaña que lanzamos como el #ContagiáCalor, apelando a la solidaridad de la gente, así como lo hicimos con el #ContagiáSolidaridad que fue del año pasado y recaudamos muchas donaciones para poder suplir lo que desde el Estado no estaban garantizando, que es llenar la olla básicamente. Y en esto me voy a detener porque me parece importante que ustedes sepan, también todas las personas que están escuchando, que pese a la colección de reuniones que hemos tenido con el Ministerio de Desarrollo no pudimos resolver las 670 toneladas que nos deben de alimentos desde octubre. Estamos hablando de muchos meses. Es decir, muchos meses donde tocamos las puertas y las ventanas que el Ministro

Este dato se desprende de un informe elaborado desde Observatorio por el Derecho a la Ciudad. En diálogo con el programa radial Sueños Posibles, María Eva Koutsovitis, arquitecta e integrante del Observatorio brindó más detalles e hizo un repaso por problemas estructurales que van en aumento como el hambre, la indigencia, el desempleo, la brecha digital, entre otros. Todo esto se da en el distrito más rico del mundo, y al mismo tiempo uno de los más desiguales, la Ciudad de Buenos Aires.  (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Irene Antinori/Alfredo Grande ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Foto de portada: Archivo Natalia Bernades/La Retaguardia La arquitecta e integrante del Observatorio por el Derecho a la Ciudad, Eva Koutsovitis, comenzó describiendo una serie de estadísticas que ayudan a entender mejor un listado de problemas estructurales que van en aumento en la Ciudad de Buenos Aires: “El último informe que elaboró el Instituto de Políticas Públicas a partir de información oficial de la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires correspondiente al último trimestre del 2020, evidenció datos sumamente preocupantes. En el distrito más rico del país, 312 mil personas pasan hambre, es decir que tenemos más de un 10% de indigencia. Por otro lado, 455 mil si bien superan la línea de indigencia son pobres. Por lo tanto, entre la indigencia y la pobreza uno de cada cuatro porteños y porteñas se encuentran alcanzados. También a tener en cuenta es que más de 630 mil personas superan el valor de la canasta básica total que define el umbral de pobreza, pero lo hacen con muy poco margen y entran en lo que se denomina el sector frágil. En definitiva, uno de cada dos habitantes se encuentran en situación de pobreza, indigencia o fragilidad”, explicó.  Desempleo en aumento “Estamos también ante un escenario crítico en relación a los datos de desempleo. La tasa de desocupación en la Ciudad se ubica en el 10,1% (unas 90 mil personas). En realidad está enmascarando que muchos y muchas que perdieron su empleo durante la pandemia no han vuelto a demandarlo. Si esto no hubiese sucedido, la tasa hoy alcanzaría un 15%. Otro dato es que ha habido un aumento de la tasa de subocupación en más de un 4%. Este modelo urbano propuesto da cuenta que prioriza el hambre y la precariedad”, continuó Koutsovitis. Inquilinización y agua para pocos “De la década del 90 a la fecha, se ha aumentado en un 4% el porcentaje de inquilinos. Por encima del 40% de la población hoy es inquilina. Esto también se traslada en la desigualdad de acceso al agua potable, uno de cada siete porteños y porteñas no acceden, significa un 15%. En el 2001 solo era el 4%. Lo que pasó es que hoy Buenos Aires es de las ciudades en el mundo que más retrocedió en materia de acceso al agua potable”, aclaró.  La integrante del Observatorio por el Derecho a la Ciudad hizo referencia también a lo que se conoce como brecha digital: “A todo esto se le suma la brecha cada vez más marcada en relación a la conectividad, el 40% de los y las estudiantes no tiene una acceso a una computadora en el hogar”.  Por último, Koutsovitis denunció: “Este escenario de precariedad en aumento tiene una contracara, que es intermediar con empresas las políticas públicas que generan por otro lado un enorme sobrecosto al Estado. En esta línea se puede trasladar un ejemplo con camiones transportan agua, pero no se hacen las obras de infraestructura necesarias en las villas y barrios populares. Otro caso clave es lo que pasa con la prestación privada alimentaria en las escuelas públicas, el negocio de las viandas destinado a alumnos y alumnas. Las cooperadoras han denunciado la poca calidad nutritiva, y el Gobierno de la Ciudad impunemente ha hecho negocios con 19 empresas, garantizándoles la permanencia en cada renovación de la concesión. Ahora, en contexto de pandemia, el Gobierno reparte las denominadas canastas alimentarias nutritivas con sobreprecios”.