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Cecilia Paul, docente de la escuela Técnica N°15 Maipú de Barracas, dialogó con Pedro Ramírez Otero y Julián Bouvier en el programa A Mí No Me Importa y comentó las condiciones actuales en las escuelas públicas de la Ciudad. Inundaciones, hacinamiento en las aulas, deterioro general de la infraestructura, falta de mantenimiento y seguridad, son algunos de los graves problemas que atraviesa hoy la educación pública en la CABA. (Por La Retaguardia)Fotos: Comunidad Educativa Escuela Técnica N°15 Maipú Horacio Rodríguez Larreta apuesta a la reelección este domingo 27 de octubre en la Ciudad de Buenos Aires. Uno de los puntos que más destaca de su gestión es el de la educación, jactándose de las escuelas construidas y el buen funcionamiento del sistema público con los cambios curriculares y las inscripciones online que el macrismo implementó en sus años de gobierno. Sin embargo, la realidad es muy diferente dentro de las escuelas: inundaciones, edificios que se caen a pedazos y falta de espacio en la aulas son algunos ejemplos, sin nombrar las miles de promesas de ampliación o construcción de nuevos edificios para las escuelas que no están en condiciones.La docente Cecilia Paul, de la Técnica N°15 Maipú, se refirió al desfinanciamiento estructural de la educación pública en la Ciudad como razón de esta crisis: “Lo que estamos atravesando es el día después de la aplicación de las políticas de ajuste dentro del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Primero con las dos gestiones de Mauricio Macri y después con (Horacio) Rodríguez Larreta donde los presupuestos para la infraestructura escolar, el mantenimiento de los edificios, siempre fue a la baja. Hoy atravesamos en la Técnica 15 la inundación que implica suspensión de clases en las áreas de taller, la superpoblación dentro de la escuela por la implementación de las modificaciones de la nueva escuela secundaria”, explicó. Según Paul “hay cursos que no tienen espacio físico para funcionar. El deterioro general del edificio que es antiquísimo, fue la casa de Guillermo Brown, nunca hubo una tarea de mantenimiento estructural. Esto abonó a un deterioro año tras año que desde las conducciones de la institución se hacen los pedidos de reparación, de mantenimiento, pero no hay respuesta. Son reclamos internos, institucionales, respetando las vías jerárquicas pero que el Ministerio en su afán de ahorro o desvío de fondos, no implementa en las escuelas y nos lleva a esta situación realmente crítica para llevar a cabo nuestra tarea pedagógica y para la seguridad de los estudiantes. El centro de estudiantes plantea algo muy elemental como decir que ellos no se merecen estudiar en estas condiciones”. Los arreglos, de la boca para afuera “Tenemos una demanda de matrícula y no se está pudiendo dar respuesta. Hace once años que la comunidad viene manifestando la necesidad de una reforma estructural de la escuela. Once años con continuas promesas. Lo que sucede desde el año pasado fue un reconocimiento de parte del Ministerio de que la escuela está mal y que debía hacer un edificio nuevo. Magnifiquemos esta situación. El año pasado, de la boca para afuera, algunas autoridades del Ministerio, manifestaron esta posibilidad sin ningún compromiso”, denunció la docente. “El año pasado finalmente dijeron la posibilidad de iniciar la obra y un traslado transitorio de la escuela durante la obra por la magnitud, a otro lugar. Ese otro lugar es inexistente, por lo tanto, la obra no se lleva adelante. Recién este año existía la posibilidad de un traslado al edificio de Paseo Colón, con todo el desarraigo que eso implica estando ahora en Barracas. Siempre es de la boca para afuera. No hay un compromiso, ni un acta firmada sobre cómo se va a hacer ese traslado. Ni siquiera un inicio de obra para poder llevar adelante semejante iniciativa. Hace un mes los docentes nos convocamos y pedimos por escrito una reunión con el sector de infraestructura para que nos dé información sobre la planificación, en qué condiciones nos vamos a mudar”, insistió Paul. “Los docentes trabajamos en muchas escuelas y sabemos que estos movimientos no siempre tienen en cuenta las necesidades específicas de las instituciones. Durante este mes que esperamos se tuvieron que suspender las clases en el turno de taller porque cae agua. El centro de estudiantes tampoco recibió ninguna respuesta. Dudamos realmente de que la mejora se vaya a realizar. Consideramos que el año que viene no podemos empezar las clases así. Estamos poniendo en riesgo la salud de todos”, aseguró. “Lo mínimo: no hay luces de emergencia en ningún sector, los matafuegos están vencidos desde agosto, no tenemos manguera para bomberos, los planos de evacuación están sólo en la zona de taller. Son medidas mínimas de seguridad que el propio gobierno de la Ciudad reguló y que ellos mismos no respetan. Hay un mirar para otro lado desvalorizando la práctica dentro de la escuela pública poniendo en riesgo a los que la habitamos todos los días”, denunció.Sobre el proceso de organización de la comunidad educativa, la docente contó: “Pudimos celebrar la primera asamblea de toda la comunidad con participación de docentes y directivos para informar lo que sabíamos informalmente, centro de estudiantes y familias de la cooperadora. De esa asamblea se resolvió realizar un abrazo a la escuela para poner en comunicación con el barrio. Sabemos que una vez que se inicien las obras hay que controlarlas, con todo lo que está pasando con otros edificios que se inauguraron y tuvieron que suspender las clases porque se les vinieron abajo los techos como en el caso del Rogelio Yrurtia”, ejemplificó. “Celebramos la unión de las familias, los estudiantes, el cuerpo docente, para poder acompañar en este proceso porque sabemos que con esta gestión de gobierno no hay seguridades garantizadas para nadie. Si tenemos que realizar alguna acción legal para cuidarnos, la haremos. Adentro de la escuela estamos padeciendo goteras, olores porque trabajamos con tinta y necesitamos sistemas de ventilación. Durante el invierno no tuvimos calefacción porque la caldera no funcionaba. Estamos al pie de la batalla para defender la escuela

Lo dijo Aníbal Cano del Frente Popular Darío Santillán – Corriente Nacional, en diálogo con Fernando Tebele y Pedro Ramírez Otero del programa La Retaguardia, sobre la situación dramática que viven los barrios de La Matanza por el temporal. La organización está juntando donaciones para acercar a las familias inundadas. Para coordinar cómo hacerlas hay que comunicarse al 11 3074 3178. (Por La Retaguardia)Foto: Colecta que impulsa el FPDS-CN En plena campaña electoral, la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, y la gobernadora María Eugenia Vidal, se tiran con responsabilidades compartidas para sortear el impacto político de la situación. Ya son cinco mil los evacuados en el partido de La Matanza y 20 mil afectados y pertenecen, mayoritariamente, a los barrios más empobrecidos. Además, la situación empeora aún después de haber atravesado las lluvias más intensas por el desborde posterior del Río Matanza. “Venimos acompañando merenderos y espacios de organización territorial en los barrios de Oro Verde, en La Palangana, en Virrey del Pino, en San Pedro. A lo largo de los barrios que bordean la ruta 3 hacia los kilométros, hacia el lado de Cañuelas, la situación es desesperante. Da mucha rabia. Hay vecinas y vecinos con el agua hasta la cintura, que perdieron todas sus cosas, que no pueden salir de sus casas a trabajar. La salud de niños y niñas se deteriora porque hace mucho frío y no quedan frazadas. Es una situación muy desesperante para las familias y que da mucha rabia”, explicó Cano.El militante se refirió a las razones por las que la situación empeora aún habiendo pasado la etapa más dura del temporal: “A lo largo del cauce del Río Matanza hay una serie de compuertas que se van abriendo a medida que se van llenando zonas. Lo que hace es que el caudal del río rebalse porque no da a basto para contener la cantidad de agua. Lo que termina sucediendo es que, posterior a las lluvias que golpearon tan fuertes, se viene una crecida, una especie de sudestada que hace que el agua suba y termine inundando todos los barrios post lluvia. Los efectos esta semana se siguieron viendo y tuvo picos más altos el lunes y martes, cuando se vio a niveles a los que hacía mucho que el agua no llegaba. En 2015 fue la última inundación con estas características, de tal magnitud, aunque basta que caigan un par de gotas para que se inunde el barrio”, aseguró. Colecta que impulsa la organización La Poderosa “Hay obras que contribuyen a las inundaciones. Hay urbanización no planificada, con fines electoralistas. La Matanza es el apogeo de ese tipo de políticas. Hubo organización de vecinas y vecinos para llegar a las personas más damnificadas por los daños de la inundación. Apostamos a procesos autogestivos. Que esto se pueda dar en el barrio está muy bueno ante la ausencia de un Estado que no se acercó y si lo hizo dejó dos galletitas, unas botellas de agua, dejaron miseria. Son las mismas vecinas y vecinos quienes organizaron ollas populares para ayudar a las personas inundadas, siendo que ellas y ellos también están inundados”, destacó el integrante del FPDS-CN.“Para recibir donaciones tenemos un contacto que está circulando (11 3074 3178). Particularmente ropa de niñes, frazadas, alimentos, artículos de limpieza también. El problema posterior viene cuando el agua baja y queda todo lo que va dejando alrededor. La situación tiene una carga histórica de muchos años de luchas ambientales. Está la situación con Klaukol en la zona, el Ceamse, ninguno de los distintos colores en el municipio se ocuparon. Parece que ahora en octubre tenemos la solución mágica, pero sabemos quiénes están en La Matanza y sabemos que históricamente no se han ocupado nunca de los problemas de las vecinas y vecinos”, denunció Cano. “Prometen un montón de cosas pero no hablan de qué van a hacer con el problema de las violencias en los barrios, de las mujeres, de la cantidad de pibas desaparecidas, como de las condiciones de los barrios, la infraestructura, de dónde va a salir el presupuesto para abordar todo eso. Ya sabemos que en octubre nos van a volver a vender una solución mágica y enfrascada y sabemos que implica relaciones internacionales que nos ponen en las peores condiciones. Hemos tenido diálogo con funcionarios que dijeron que la solución para este tipo de barrios es pasar con una topadora. Con ese tipo de personas estamos teniendo comunicación”, planteó.Por último, el militante destacó el rol de “las compañeras de los barrios son las que paran la olla y se ponen al hombro inclusive a los pibes y salen a llevar un plato de comida a las familias más afectadas”.