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El Observatorio Ahora Que Sí Nos Ven elaboró un registro nacional de femicidios junto al medio de comunicación Feminacida. El 3 de junio fue un nuevo Ni Una Menos y, desde 2015, hay un femicidio cada 31 horas. Victoria Eger, integrante de Feminacida pasó por el programa radial Estás Muteadx y detalló algunos datos del registro. Compartimos un fotoinforme del Ni Una Menos. Entrevista: Pedro Ramírez Otero/Julián BouvierRedacción: Julián BouvierEdición: Pedro Ramírez OteroFotos: Bárbara Barros/La Retaguardia Desde el primer Ni una Menos, en 2015, diferentes organizaciones feministas comenzaron a exigir un registro de cuántas mujeres habían sido asesinadas en manos de varones por violencia machista, porque hasta ese momento no había un relevamiento. “Era una deuda que el Estado tenía con nosotras. Así y todo, al día de hoy, quienes se encargan de ese relevamiento y de ese monitoreo, son organizaciones de la sociedad civil, que lo hacen a través de la publicación de las noticias de femicidios en los medios de comunicación. Obviamente, lo hacemos con colaboradoras a lo largo y ancho del país, que a través de diferentes mecanismos relevan todos los medios de comunicación zonales, locales, provinciales, nacionales y lo vuelcan a un registro que después nos permite realizar este tipo de informes. No nos sorprende que, una vez más, sea la sociedad civil la que se tiene que encargar de estas demandas. Sí existe un registro de la Corte de Justicia. Ninguno le gana al otro, estaría bueno que podamos compararlo, porque el registro que hace Ahora Que Sí Nos Ven, por ejemplo, se basa en casos que salen en medios de comunicación y el que hace la Corte tiene que ver con procesos judiciales. Y muchas veces las cifras no coinciden”, contó Victoria Eger, integrante de Feminacida. El medio feminista realizó un registro nacional de femicidios junto con el Observatorio Ahora Que Sí Nos Ven, que toma datos desde 2015 hasta 2023.   El rol de los medios de comunicación   Eger planteó que, en 2015, el Ni una menos fue un hito que permitió que la agenda de los feminismos irrumpa en las agendas mediáticas. “Obviamente que falta un montón, pero antes no se hablaba de la misma manera. Si bien tenemos una postura crítica en cuanto a cómo son las coberturas que hacen los medios tradicionales de comunicación sobre el tema, también podemos reconocer que antes del 2015 esto no sucedía. Incluso, eran casos que terminaban en la sección de policiales, vinculados a ‘crímenes pasionales’, y demás”, dijo. A su vez, la periodista reconoció “una especie de naturalización” o normalización de esas violencias: “Porque ahora para que un femicidio sea noticia, no alcanza por sí solo. Tiene que tener un agravante mayor. Es decir, si están involucrados hijos, hijas e hijes en ese femicidio. O cuando el agresor se suicida, que da más morbosidad todavía. O cuando están involucrados otros integrantes de la familia. Entonces ahí lo comunican, porque parece que no es noticiable simplemente con que sea un femicidio, sino que hay que agregarle algo más”, explicó.   “A la hora de hacer ciertas recomendaciones para no caer en las revictimizaciones, hay estudios mediáticos que dan cuenta que, en una cobertura televisiva, por ejemplo, donde es noticia un femicidio y el tema lo toma el programa de la mañana, después el del mediodía, el de la tarde y el de la noche, y estamos todo el día hablando del arma, o de la manera en que esa mujer fue asesinada. La circulación de esas noticias durante tanto tiempo da ideas a los agresores, alienta a las prácticas. Entonces tenemos que cuidarnos incluso nosotres, que damos las informaciones desde una perspectiva respetuosa, y teniendo en cuenta la protección de esa víctima, qué información damos y en qué momento”, dijo la integrante de Feminacida. La periodista reflexionó acerca de las herramientas que existen para abordar estos hechos desde las diferentes instituciones estatales y también no estatales: “No sé si faltan leyes. Estamos fallando a la hora de llevarlas adelante. Hay muchas falencias. Muchas compañeras dicen ‘llamo a la línea 144, pero no me resuelve como quisiera’. En toda esa cadena de asistencia que tiene el Estado a la hora de implementar esa política pública es donde estamos fallando. Tenemos buenas leyes, pero falta energía en ver dónde están las fallas. Porque desde los diferentes sectores lo podemos advertir: desde el derecho, desde el periodismo, desde el trabajo social, desde el poder judicial. El Estado debería tomar cartas en el asunto para que los números bajen, porque nos demuestran todo lo contrario. Tenemos un ministerio que es nuestro (el de Mujeres, Géneros y Diversidad), que lo luchamos, lo conseguimos, lo militamos y es una herramienta que no podemos descuidar, sobre todo en estos tiempos de amenaza de sectores antiderechos y fascistas, que hablan de eliminarlo. Hay que defenderlo, pero también hay que luchar para que podamos incidir. Tenemos una Ley de Educación Sexual Integral, donde uno de los ejes de esa ley es el abordaje de las violencias”. Los datos del informe  Desde 2015 a 2023 hay un femicidio cada 31 horas, según el relevamiento de Feminacida y el Observatorio Ahora Que Sí Nos Ven. En total fueron 2.257 las mujeres asesinadas. Además, el 64% de los femicidios se produce en la casa de las víctimas. “Este dato viene a romper con la idea de que el femicida es un loco suelto que me agarra en un callejón sin salida, como lo vemos en las películas. Son personas con las que convivimos, pueden estar al interior de nuestras casas, de nuestros trabajos, en los espacios de socialización. Es algo tan íntimo, tan personal, que es lógico que suceda al interior de las casas, porque es algo que avergüenza hacer para afuera. Cuántas veces hemos dicho ‘ah, no tenía cara de ser tan malo’, lo mismo cuando pasa un abuso sexual en la infancia. Por eso, desde las prácticas responsables sobre cómo comunicar hechos de violencia, insistimos en que no son monstruos, en que no están locos, ni

La apropiación de bebés y niñxs por el Terrorismo de Estado fue de las más perversas violaciones a los derechos humanos. Es de las que mayores secuelas psicosociales ha generado en nuestro país y en el mundo. Las mujeres secuestradas que estaban embarazadas fueron sometidas a formas diferenciales de vigilancia, control y violencia sobre sus cuerpos. Cuerpos que estaban atravesando uno de los mayores desafíos de la naturaleza humana. Quizás por la crudeza, tal vez por la escasez de testimonios, poco se habla de las maternidades en cautiverio, pero lo que no se puede esconder es lo que les negaron a esas mujeres y a sus hijxs. Una gestación cuidada, un parto respetado. Cobertura colaborativa con FeminacidaRedacción: Soledad Gori (Feminacida) Una de las más perversas violaciones a los derechos humanos en nuestro país fue la apropiación de niñxs durante la última brutal y genocida dictadura militar. Muchxs de ellxs comenzaron con su martirio meses antes de ser robados, cuando absorbían los restos de esa picana en los pezones de sus madres. Esa tortura que muchas veces antecedía a los partos, los cuales se daban en condiciones infrahumanas. En los Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio (CCDTyE) muchas mujeres embarazadas se vieron sometidas a un repertorio diverso y específico de violencia por su condición de género y por ser consideradas “malas madres”. Las “delincuentes subversivas”, señaladas como “madres abandónicas”, suponían para los militares el punto cúlmine de la degeneración de la institución familiar, según el análisis que hacen lxs historiadores Victoria Álvarez y Fabricio Sanchis.Aunque se estima que faltan aún más de 300 nietxs por encontrar, no existe un registro completo de detenidas gestantes en cautiverio. La razón es lógica y por demás esperable. Por la clandestinidad de la militancia, muchas pueden haber estado embarazadas y que éste fuera un hecho desconocido por sus familiares. Otras pueden haber perdido sus embarazos, deseados o no, en manos de sus represores y sus técnicas de tortura. Muchas pueden haber parido atadas de pies y manos, con vendas en los ojos. Lo cierto es que no han sobrevivido para contarlo.Mucho se desconoce, pero lo que es razonable pensar y lo que se ha podido probar gracias al relato de sobrevivientes, es que esos embarazos y esos partos estuvieron lejos, muy lejos, de ser naturales, respetados. Y de eso, mucho no se habla y, menos aún, se pena.El embarazo es un proceso sumamente complejo; un real desafío de la naturaleza. Tal es así que solo 3 de cada 10 concepciones llegan a ser bebés. La reproducción humana es por demás imperfecta, pero a su vez presenta numerosos y complejos mecanismos que permiten que, una vez atravesados los primeros desafíos, las probabilidades de llegar a un embarazo a término sean muy altas. El camino es arduo; todos estos mecanismos deben estar estrictamente regulados.Diversos estudios han demostrado que el estrés y la depresión crónica materna, antes y durante el embarazo, afectan no solo a la salud de la madre sino también a la del feto y aumentan el riesgo de complicaciones gestacionales como, por ejemplo, el parto pre-término.Estas evidencias seguramente eran desconocidas para Estela de Carlotto cuando buscaba a su hija Laura, aunque estaba en lo cierto al tener miedo. El primer pensamiento que la azotó a Estela cuando se enteró que su hija Laura estaba embarazada de seis meses fue imaginar el destino de ese embarazo en condiciones tan terribles. Probablemente pocos lo sepan, pero Laura había perdido dos embarazos antes. Uno de ellos a los seis meses de gestación. ¿Qué podría esperar? Pensaba en la suerte de ese bebé, Guido, gestándose en un campo de concentración.Sin embargo, cuando décadas después encontró a su nieto, puso punto final a sus elucubraciones. No necesitó de evidencias científicas para convencerse del poder de la naturaleza o, en otras palabras, de la fuerza que debió tener su hija para llevar adelante esa gestación hasta el final. Una gestación rodeada de horror. Rosa Roisinblit, además de madre de Patricia, desaparecida embarazada en la última dictadura y abuela de Guillermo, su nieto restituido, era partera. Probablemente por eso fue por lo que le dio a Mariana Eva, también hija de Paty, el mejor regalo: un parto soberano, como el que su hija no pudo tener. Libre, sin cadenas. Sin más soberanía sobre su cuerpo que la suya propia.Un parto soberano, para Carolina Carrillo, científica del CONICET y doula, es un parto respetado, un derecho. En sus propias palabras: “Es un parto en libertad. En la libertad salvaje de parir, sin interrupciones ni interferencias, donde debe apagarse la zona racional del cerebro, el neocórtex. Parir soberanamente es poder elegir, en cada instante, respondiendo al deseo abismal. Ese deseo desconocido desde la propia conciencia pero que arrastra, desde la sabiduría ancestral del cuerpo que solo necesita llegar al borde de la vida (siendo una) para volver siendo dos”. Mariana Eva lo cuenta en su libro Diario de una Princesa Montonera: 110% verdad. “El primer impulso fue retener, hasta que lo dije en voz alta, siento que estoy reteniendo el pujo, ¿puede ser?, y Vendi me sugirió que me dejara atravesar por el dolor, que lo recorriera. El dolor me hacía pensar en Paty y lo dije, dije que no podía dejar de pensar en mi mamá. No aclaré que, en su parto, en su segundo parto, en la ESMA, pero no hizo falta”.De acuerdo con Vendi, la partera, y desde la contracara de lo que vivieron esas mujeres en cautiverio, Carolina dice: “Parir soberanamente es poder llegar hasta ese punto único, pudiendo fluir sin miedo a través de la dimensión del dolor físico que despierta a todas las señales en cascada, todos los neurotransmisores, las hormonas, para atravesar ese proceso y los que siguen. Un proceso mejorado por millones de años de evolución, intenso como ninguna otra experiencia”. Su aporte termina inmejorable: “Un parto soberano es un camino al límite de la propia vida, donde se puede re-vivir la experiencia vital del nacer, donde se puede reparar”. Quizás eso es lo

El club de Floresta, a través del departamento de Equidad y Género, lanzó la campaña “Nosotras somos All Boys”, para fomentar la participación de las mujeres. Luciana Caffarone, parte del espacio y de la actual Comisión Directiva, pasó por el programa radial Hora Libre y habló acerca de esta propuesta.  Entrevista: Rodrigo Ferreiro/Matías BreganteRedacción: Gabriela Suárez LópezEdición: Pedro Ramírez Otero A finales de 2022 se produjo el debut de dos mujeres en la transmisión de un mundial de fútbol en nuestro país. Momento histórico para el periodismo deportivo, para el mundo del fútbol y para las mujeres. Además, este año se disputará el mundial femenino de este deporte y Argentina está clasificada. Si bien los avances en la paridad de género van emergiendo paulatinamente, aún falta mucho para que los resultados sean equitativos.  En este sentido, el Club Atlético All Boys, de la Ciudad de Buenos Aires, lanzó la campaña “Nosotras somos All Boys” con el fin de fomentar la participación de las mujeres y generar un espacio de equidad de género en el club. Al respecto, Luciana Caffarone, referencia del Departamento de Equidad y Género de club y parte de la Comisión Directiva actual gestión, comentó: “Esta iniciativa surge porque el Departamento de Equidad y Género tiene casi tres años en el club y los dos años anteriores nos habíamos encargado de hacer festivales o espacios con talleres y reflexiones y tener más visibilidad en lo que es el barrio, tratando de nuclear y generar redes con distintas organizaciones que también abordan las temáticas de violencia de género y diversidades. Pero en este caso lo que decidimos por primera vez es tratar de ver cómo poder aumentar la participación de las mujeres en el club”. Los clubes son espacios donde se hace necesario trabajar para lograr situaciones y espacios propicios para la equidad: “El objetivo del departamento, en parte es promover la participación de las mujeres, que cada vez podamos tener un poco más de espacio, que cada vez podamos tener una participación un poco más activa, no solo desde el lugar de la gestión, sino también como deportistas”, agregó. Esta iniciativa nació en el marco del 8M y vienen trabajando desde el Departamento de Equidad y Género del club All Boys desde las últimas elecciones: “Somos cinco compañeras que estamos actualmente en la Comisión Directiva, es un camino lento pero que abre puertas. Hoy también podemos decir que una de las compañeras que milita con nosotras también es la voz del estadio e interactúa con un varón, entonces tenemos una voz femenina y es como una especie de apertura, una puerta de ingreso para que también las mujeres empiecen a formar parte”, explicó Luciana. También planteó que la relación entre género y deporte es un debate que se está dando desde hace poco tiempo. “La Ley del Deporte para que haya cupos se modificó solo en Capital Federal para que haya mujeres en las comisiones directivas. Me parece que es importante empezar a reflexionar y pensar cómo queremos gestionar el club y qué participación queremos,”, agregó.  Desde la comisión empezaron a indagar en la cantidad de socias que tiene el club, si hacen algún deporte, si van a la cancha o si solamente son socias por amor a la camiseta: “Dentro de  esta reflexión, tratamos de profundizar y complejizar un poco más la temática y se nos ocurrió lanzar esta campaña de socias. Venimos pensando mucho cómo podemos hacer para sacar una campaña y realmente lo que nos encontramos del otro lado es que los varones nos piden una igualación de cuota. Y nos preguntan ‘¿por qué le dan beneficios a las mujeres?’ Eso no pasa a nivel social, las mujeres no tenemos el mismo sueldo que los varones. Pero también hay que empezar a promover este cambio de alguna manera. Y encontramos en el 8M la excusa propicia para poder lanzar esta campaña y dentro de esta campaña, otro de los ejes que promovemos es empezar a indagar por qué no somos socias o qué nos falta”. Dando pequeños pasos que abren un camino para que las mujeres y diversidades puedan participar de la vida institucional, social y deportiva del club, este grupo de mujeres piensa, debate y trabaja para lograr sus objetivos: “Estamos haciendo encuestas con nuestras compañeras del Departamento de Equidad y Género para poder también entender qué es lo que pasa. Y estamos contentas porque el primer día que se abrió, se asociaron cinco mujeres. También creemos que es un logro que el presidente del club nos brinde la posibilidad de bonificar la cuota de marzo. Cuando lo llevamos a Comisión Directiva planteamos que les queríamos dar un beneficio  para que se puedan asociar y nos permitieron poder bonificar el 100% de la cuota, que se la regale el club, cosa que eso también habla de pequeños pasos que se van dando”, agregó Caffarone.  Los clubes de fútbol son espacios que todavía se encuentran muy masculinizados, algo que están intentando revertir en All Boys: “Hay muchos varones en las reuniones de comisión directiva que son espacios reducidos. Somos 34 personas, de las cuales 29 son varones y cinco somos mujeres. En la última asamblea que hubo en el club fuimos solamente tres mujeres y es necesario que podamos empezar a tener voz y participación. Y nos estamos preguntando a nosotras mismas por qué nos está costando tanto atraer a las mujeres. Me parece que es interesante para poder pensarlo y debatirlo”, dijo. Justamente pensando en la voz y la participación es que del análisis del padrón se desprende que “de la totalidad de socios activos y activas en All Boys, casi el 24% son mujeres y solamente el 13% puede votar”. Por estatuto en el club las personas aptas para votar tienen que tener tres años de antigüedad. “El 86% de los varones está apto para votar. Es necesario reforzar esa participación de las mujeres. Y con respecto al deporte, este dato es un poco más alentador, la verdad es que no hay

Una vez más, la jornada del 8 de marzo fue histórica. Calles repletas, brazos en alto, solidaridad y mucho glitter con predominio abrumador de verde y violeta. Una vez más, las pibas levantamos la voz, bien alto, para que quede bien claro que no nos callamos más. Compartimos un fotoinforme de la jornada en la Ciudad de Buenos Aires. (Por La Retaguardia) 📷 Fotos: Bárbara Barros/La Retaguardia

Estamos ante un nuevo 8 de marzo y las cifras de femicidios aumentan, los casos de abusos se intensifican, como así también la complicidad del Poder Judicial. Es alarmante la situación y gritamos que paren de matarnos y abusarnos.  Hoy es un día especial. Pero no para emocionarnos con las flores y el “feliz día”. Hoy es un día especial porque sentimos que en este día, más que nunca, es cuando deben escuchar nuestros gritos de indignación y furia, cuando deben mirar nuestra lucha imparable. Todos los días luchamos. Todos los días gritamos. Pero hoy, el grito es mundial. Salgamos a las calles a pedirle nuevamente al Estado que se haga cargo de sus deberes como garante de derechos. Salgamos a gritar por las pibas que se llevaron y también por las pibas que nos mataron. Por las sobrevivientes  que son obligadas a recordar y,  que siendo descreídos sus relatos, padecen las violencias más inusitadas en los procesos judiciales. Hoy es por mí. Hoy es por vos. Por todas; las que estamos, las que no están y las que vendrán. (Por La Retaguardia) #DóndeestáTehuel #AbsoluciónparaHigui #Sevaacaer  📷 Foto: Archivo Natalia Bernades/La Retaguardia

A un año de la sanción de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE Ley Nº 27.610), repasamos los derechos que allí se manifiestan, para tenerlos a mano. El comienzo de 2022 y las historias angustiantes de tres niñas que debieron haber sido asistidas en el marco de la ley. (Por La Retaguardia) ✍️ Redacción: Tamara Alfaro Moreno 💻 Edición: Fernando Tebele 📷 Foto de portada: Archivo Natalia Bernades/La Retaguardia ⚠️ Si colocamos en a la búsqueda de Google “Niña de 10 años abusada”, las tres primeras publicaciones de enero del 2022 son las historias de tres niñas publicadas por Página 12. Una de ellas de 11 años violada y asesinada durante el festejo de año nuevo, y otras dos niñas de 10 años que fueron obligadas a parir en nuestro país. De estas dos, la primera de ellas reside en Misiones; la otra en Tucumán. En este caso, su agresor sexual se encuentra prófugo. Mientras tanto, transcurrieron siete meses en el que el cuerpo de la niña se fue transformando por el embarazo sin que nadie dijera nada. Ni la Justicia de familia, ni la dirección de niñez, ni el servicio de salud al que acudió, ni quien fuera su tutor o tutora legal e incluso la escuela a la que asistía. ✅ Tenés derecho a interrumpir un embarazo hasta la semana catorce (14) inclusive, sin tener que explicar los motivos de tu decisión.  ✅ Cuando el embarazo es resultado de una violación o existe riesgo para la salud o la vida, no importa cuántas semanas lleves de embarazo. ✅ Podés solicitar y acceder a la atención de la interrupción del embarazo en los servicios del sistema de salud, de conformidad con lo establecido en la ley. ✅ Podés solicitar y recibir atención después del aborto en los servicios del sistema de salud, sin perjuicio de que la decisión de abortar hubiera sido contraria a los casos legalmente habilitados de conformidad con la ley. ✅ También podés prevenir los embarazos no intencionales mediante el acceso a información, Educación Sexual Integral y a métodos anticonceptivos eficaces.  ✅ La sanción de esta ley brinda una gran herramienta jurídica. Pero hay que seguir luchando no solo para garantizar su implementación, sino también por las de todo el conjunto de leyes que se encuentran vinculadas y que sirven para garantizar derechos básicos:  👉🏽 Ley de Educación Sexual Integral (Ley 26150/2006),  👉🏽Ley de Protección de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (Ley 26060/2006) 👉🏽Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los ámbitos en que desarrollan sus relaciones interpersonales (Ley 26485/2009). No es si o no, es legal o clandestino y, en consecuencia, es tortura.

Ofelia Mosconi es la mamá de Verónica Villar, una de las chicas asesinadas en lo que se conoció hace 24 años como el triple crimen de Cipolletti, en la provincia de Río Negro. En diálogo con el programa radial Hasta que vuelvan los abrazos, Ofelia repasó cómo fueron los primeros días después de la desaparición de las chicas y cómo, a través de la lucha en la calles, la palabra crimen fue reemplazada por femicidio. Además, denunció el accionar de la policía y de la Justicia. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Nicolás Rosales/Julián Bouvier ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Diego Adur 📷 Fotos: Silvina Ojeda Verónica Villar, de 22 años, junto a las hermanas Paula González, de 16, y María Emilia González, de 24, estaban paseando por un camino rural cuando fueron vistas por última vez con vida, el 9 de noviembre de 1997. A los 2 días aparecieron sus cuerpos. A este femicidio se lo conoció como el triple crimen de Cipolletti. La autopsia determinó que habían usado diferentes tipos de armas. Verónica estudiaba Agronomía. María Emilia quería ir a Misiones para cursar la Licenciatura de Genética y Paula no había terminado la secundaria, pero le atraía la carrera de Turismo. María Emilia era mamá de Agustina, de dos años en aquel momento de la desaparición. Las sospechas sobre la policía como autora y encubridora fueron fuertes. Sin embargo, la investigación judicial fue en otro sentido y condenó a dos civiles por el presunto secuestro de las adolescentes.  Triple crimen por triple feminicidio Ofelia Mosconi, mamá de Verónica, destacó el rol de la memoria en el caso del femicidio de su hija, hace ya 24 años: “La memoria hace crecer a los pueblos. Es una denuncia pública. La memoria pasa por el corazón. Y a María Emilia, Paula y Verónica siempre las tenemos presentes. Las chicas salieron a caminar y no volvieron”.  En relación a la ciudad de Cipolletti, donde sucedieron los hechos, expresó: “Era una ciudad casi pueblo en ese momento, donde todos nos conocíamos, donde nunca pasaban cosas tan tremendas como estas. Y bueno, una ciudad de los eslóganes mentirosos: Ciudad de Paz o Ciudad para Vivir. Este hecho mostró la otra cara,  la perversidad, y otras  irregularidades que se mantenían, que las desconocíamos. Nuestras hijas y nuestros hijos podían salir a la noche y volver. Todos los padres esperaban, pero ese día las chicas no volvieron”. Durante mucho tiempo a este caso se lo conoció como el triple crimen de Cipolletti, y hoy en día se lo llama femicidio: “Esto se debe a que la lucha de las mujeres en las calles ha logrado estas cosas y nosotros decimos que es femicidio, porque cuando no hay culpables hay un Estado responsable. Porque no solamente es el primer triple femicidio, sino que hubo un segundo y hay más mujeres asesinadas y ninguno de los hechos tiene respuesta, ninguno fue esclarecido”, dijo.  Esperanza y rebeldía Además, comentó algunos aspectos positivos en referencia a lucha feminista en las calles cipoleñas: “El cambio es que tenemos esperanza y rebeldía, porque la esperanza quieta es cobardía. Rompimos con un silencio cómplice que había en nuestra ciudad, donde han sembrado tanto terror que nadie se animaba a salir. Por eso decimos que lo peor que nos puede pasar es quedarnos en nuestra casa mirando cómo pasan las cosas. Cómo pasan los femicidios que se producen cuando hay machistas, homicidas, Estados patriarcales y también el silencio de la sociedad. Están los que callan porque saben y están los que callan porque no saben, esta es la impunidad que sufrimos nosotros”.  Por otro lado, y respecto al accionar policial agregó: “Desde luego, los policías que hicieron la búsqueda, hicieron una búsqueda errática, mentirosa. Nos decían que a las chicas las habían visto por el norte, por el sur, subiendo a un camión. Bueno, todas esas mentiras que usan ahora también. No cambiaron. Es más de lo mismo. Nosotros conocíamos a nuestra hija, sabíamos que no se había ido. Si ellas no nos volvían a ver, era porque estaban retenidas”.  Ofelia y una lucha sostenida Se supo que la familia González decidió no hablar más con los medios. Tampoco participan de las movilizaciones que se hacen año tras año. Las primeras marchas fueron masivas en la ciudad de Cipolletti, pero a lo largo de los años han perdido fuerza. Ofelia aclaró: “De la familia González está participando Agustina, que es hija de María Emilia González. Ella cuenta que le costó mucho salir. A los 15 años se enteró por su papá cómo habían sucedido las cosas. Gratamente les puedo decir que ella sí se está movilizando, está participando mucho y le hace muy bien, porque se saca muchas cosas que tenía dentro y no sabía cómo manifestarlas”. Mosconi también dió las razones que la ayudan a sostener su lucha durante estos 24 años: “Me mantengo de pie porque hay un grupo de mujeres feministas. Yo pertenezco a la Multisectorial (de Mujeres contra la Violencia en Cipolletti)y a organizaciones sociales. Parte de la sociedad, amigos, vecinos siempre nos acompañan. Hace 24 años que nos acompañan, es lo que da fortaleza para seguir de pie y no dejarse convencer por un Estado que lo único que quiere es el resarcimiento económico y que nosotras nos quedemos en la casa”.  El mal accionar policial  La escena del crimen en aquellas primeras horas y primeros días fue completamente adulterada. Fue algo muy significativo. Así lo recordó la mamá de Verónica: “Antes de que aparezcan las chicas ya tenían a los presuntos culpables que eran (Hilario) Sepúlveda y (Horacio) Huenchumil. Cuando la hipótesis de los marginales se cae, aparece este personaje que está preso, (Claudio) Kielmasz. Destruyeron pruebas y huellas. Entonces pisotearon todo el lugar, no se resguardó nada. Eso fue responsabilidad del subcomisario (Luis Erasmo Seguel). El que hizo la búsqueda mentirosa en donde se hizo la denuncia”. Impunidad judicial “La causa se eleva a juicio por error y porque buscaban a otras tres chicas que nunca aparecieron. Así que

Es un dato escalofriante que surge del Registro Nacional de Femicidios del Observatorio de Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumala). Una de sus integrantes, Victoria Aguirre, en comunicación con el programar radial La Retaguardia, profundizó en las estadísticas de las violencias hacia las mujeres y disidencias. En el Día Internacional de Lucha por la Eliminación de la Violencia de Género, las cifras sirven para visibilizar la cruda realidad. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Pedro Ramírez Otero/Fernando Tebele

El 5 de octubre se realizó una sesión especial en el Congreso de la Nación y finalmente no hubo quórum. Ese día se iban a debatir diferentes proyectos de ley, entre ellos la de etiquetado frontal y la de protección y reparación a personas en situación de calle y familias sin techo. En diálogo con el programa radial Hasta que vuelvan los abrazos, de La Retaguardia y Radio Sur, Daniela Camozzi, integrante de organización “No Tan Distintes”, comentó en tono de preocupación que hace ya mucho tiempo se viene perdiendo el estado parlamentario del proyecto. “Es una clara muestra de desinterés”, remarcó.  (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Fernando Tocco ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Fotos: Archivo Natalia Bernades/La Retaguardia —¿Qué pasó con este proyecto de ley de emergencia para gente en situación de calle que debía ser votado? —Es una ley que hace bastantes años que se viene presentando y que va perdiendo estado parlamentario. Como toda lucha de estas características no es de ahora, sino que es esta cuestión constante de sostener y de insistir. Desde el 2015 se va representando siempre por fuerzas del campo popular. En esta última oportunidad acompañamos este proyecto, pero no somos de las principales organizaciones. Lo que pasó el otro día (por el 5 de octubre) es una clara muestra de desinterés. Entró a Diputados con la ley de etiquetado frontal. Todo el mundo habló de esto, y la situación de calle una vez más quedó invisibilizada. La ley está renaciendo nuevamente para que se trate el 26 de octubre. Federico Fagioli es uno de los  impulsores de esta nueva presentación de la ley. Hay que pelear en el Congreso por una ley como marco primero, y después insistir en que la implementación tenga presupuesto.  —¿Qué plantea el proyecto en sí mismo para generar tan poca sensibilidad?  —En nuestra concepción, la palabra que se usaba antes era invisibilizar, esconder tabúes, dar lo que no se quiere ver, que es el margen del margen de la sociedad. Es el terror que produce ese espejo. Cualquiera de nosotros podría quedar en esa situación. Es el neoliberalismo, pero en su peor cara, es lo que nadie quiere ser, lo que nadie quiere ver y por ese motivo no tiene un marco legal correspondiente a nivel nacional. En la Ciudad de Buenos Aires es otro cantar, porque por la lucha de las organizaciones, entre ellas la nuestra, la de nuestras familias, hay un marco legal. Aunque es penosa la implementación. Entonces en un marco legal nacional se deberían destrabar algunas cosas. Además la cuestión presupuestaria, porque el trabajo implica un montón de recursos que en este momento los está poniendo la sociedad civil organizada. Eso es una política pública que no la está haciendo el Estado, la está haciendo la sociedad. El sujeto político detrás de esta lucha es elusivo, se te escapa. Porque es el compa, la compa que están ahí, en el territorio, que los mapean con el censo. Se plantea un gran dilema, es una herramienta fundamental para que la ley nacional esté y deberá hacerse, pero es de una complejidad importante porque ¿qué va a querer hacer el poder? Va a querer hacer un censo. Las personas en situación de calle tenemos mucho que decir.  —¿Qué panorama podés compartir con nosotros en función de cómo está la Ciudad de Buenos Aires?  —No tenemos un número que pueda dar. Este año, por la pandemia, no se pudo hacer un censo popular nuevamente. Se hacen cada dos años, en 2017 y 2019 los números van siempre en aumento. Desde la Asamblea Popular tenemos un observatorio de la violencia, porque también hay que trabajar en lo que se le dice norma social, no en estos discursos de odio que desde el poder bajan y generan quejas a compañeros a los que se les prende fuego, a los que han acuchillado. Tuvimos hace poco una reunión con organizaciones de todo el país donde los casos, uno por día mínimo, salen en los medios de distintos lugares de Argentina. Eso también te marca. No Tan Distintes Por último, Camozzi comentó algunas de las tareas que llevan a cabo desde la organización: “Trabajamos con violencia de género e identidad. Tenemos en este momento proyectos, por ejemplo, de causas colectivas que no están en el proyecto de ley nacional actual, pero que en el devenir de la organización hemos tomado nota de que lo institucional muchas veces es también lo que impulsa a crear nuevas realidades. Tenemos talleres de distintos tipos en los que trabajamos desde la reflexión política al acceso a derechos. Todo el tiempo pensamos en esta cuestión de asistencialismo, acceso a derechos, autogestión. Hay proyectos de formación en acompañamientos integrales que dan una salida laboral y proyectos socioproductivos en el trabajo y formación laboral de cooperativismo”.

Lo dijo Irma Caupan, del Movimiento de Mujeres por el Buen Vivir, en el marco del 1° Paro Plurinacional y concentración en solidaridad con los Pueblos Indígenas. Caupan se refirió a la celebración que se realiza en Argentina todos los 12 de octubre y habló acerca del Proyecto de Defensoría Territorial de Mujeres Indígenas para frenar las violencias sexistas y de género en las comunidades. Fue en el programa Hasta que vuelvan los abrazos, de La Retaguardia y Radio Sur. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Julián Bouvier / Irene Antinori ✍️ Redacción: Julián Bouvier 💻 Edición: Diego Adur 📷 Fotos: Archivo Natalia Bernades/La Retaguardia El martes 12 de octubre se realizó el 1° Paro Plurinacional de los pueblos originarios. Irma Caupan, del Movimiento de Mujeres por el Buen Vivir,  comenzó haciendo referencia al 11 de octubre como “el último día de la libertad para nuestros pueblos indígenas” y contó de qué se trató este 1° Paro Plurinacional: “Ante toda la emergencia territorial y humanitaria que estamos atravesando, las naciones indígenas convocamos actividades en todo el país. Paramos para unirnos, para frenar la muerte y tomar conciencia colectiva, porque nos van arrasando y matando de diferentes modos a todes, no solo a los pueblos indígenas. Nos preocupa lo que está pasando ahora en la Lof Quemquemtrew. En este momento nos sirve para darnos cuenta de qué modo avanza ese terricidio . No nos dejan enviar alimentos ni abrigos a nuestros hermanos. En Jujuy están haciendo caminatas porque no hay agua. Entonces nosotras lo que decimos es que se necesita la promulgación de manera urgente e inmediata de una Ley de Propiedad Comunitaria. Que realmente haya un dispositivo político, democrático y humano que proteja y defienda a los pueblos de estos desalojos y de todos estos operativos represivos, violentos, de la militarización que se realiza en los territorios. Basta de criminalizar a los pueblos indígenas por defender la vida y los territorios”. La referencia del Movimiento de Mujeres por el Buen Vivir se refirió al tratamiento del 12 de octubre en las instituciones educativas, donde, en general, se habla del “descubrimiento de América”, e incluso de que los pueblos originarios están extintos. “La historia está contada al revés. El 12 de octubre lo que se hizo fue colonizar a los pueblos preexistentes en este territorio llamado Argentina, donde hoy aún tenemos más de 36 naciones indígenas, de las cuales 16 conservan sus lenguas. Sin embargo, tenemos presidentes, no solamente éste  —en referencia a Alberto Fernández —, que dicen que todos venimos de los barcos. Toda esa historia de que Colón descubrió América, que no había nada, que los indios eran los malos, se sigue reproduciendo. Porque hay un racismo institucionalizado que no permite asimilar esa plurinacionalidad que hay en estos territorios y toma en cuenta solo esa historia, y no nuestros cuerpos, nuestros rasgos, nuestras lenguas, y todos los saberes que nos rodean. Hay un racismo sistemático que armó toda esta fantasía y la realidad es totalmente diferente”, dijo Irma. Además, comparó la cotidianeidad de la vida en las comunidades indígenas con la forma de vivir en las grandes urbes: “En nuestras comunidades no existe la lógica de que uno tiene el poder sobre los otros, que es lo que pasa en estas sociedades, sino que todos tienen las mismas posibilidades, todas las voces son escuchadas y todos tienen el mismo peso. Entonces la mirada y el modo de constituirse es totalmente diferente”.  Caupan contó sobre el Proyecto de Defensoría Territorial de Mujeres Indígenas para frenar las violencias sexistas y de género en las comunidades: “Las hermanas en los territorios ya ejercen este trabajo de defensoría territorial. Cuando se realizó la caminata en la que vinieron hermanas del Norte y del Sur, diciendo ‘Basta de terricidio’, paraban en cada pueblo para hacer asambleas y para poder ir organizándose y defendiendo los territorios. Eso lo ejercen de manera natural. No hablamos solo de la violencia del Estado, sino dentro de las comunidades, donde también existe esta violencia machista, instaurada por toda esta colonización que también nos atraviesa. Por eso exigimos la aprobación del Proyecto de Defensorías Territoriales, para que realmente las hermanas puedan tener un peso jurídico para poder defenderse del chineo, de las violaciones, de todas las violencias que están naturalizadas”. También hizo hincapié en el asesinato en manos de Carabineros de Denisse Cortés, observadora de los derechos humanos en Chile e integrante de la Defensoría del Pueblo del país transandino, quien se encontraba en una manifestación en defensa de las comunidades mapuche de Chile. “Cada vez está más visibilizado que todo aquel que defienda los territorios y que defienda la vida corren riesgo de ser asesinados: como Berta Caseres, como tantos hermanos y hermanas que han padecido a estos Estados genocidas”, cerró.