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Ofelia Mosconi es la mamá de Verónica Villar, una de las chicas asesinadas en lo que se conoció hace 24 años como el triple crimen de Cipolletti, en la provincia de Río Negro. En diálogo con el programa radial Hasta que vuelvan los abrazos, Ofelia repasó cómo fueron los primeros días después de la desaparición de las chicas y cómo, a través de la lucha en la calles, la palabra crimen fue reemplazada por femicidio. Además, denunció el accionar de la policía y de la Justicia. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Nicolás Rosales/Julián Bouvier ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Diego Adur 📷 Fotos: Silvina Ojeda Verónica Villar, de 22 años, junto a las hermanas Paula González, de 16, y María Emilia González, de 24, estaban paseando por un camino rural cuando fueron vistas por última vez con vida, el 9 de noviembre de 1997. A los 2 días aparecieron sus cuerpos. A este femicidio se lo conoció como el triple crimen de Cipolletti. La autopsia determinó que habían usado diferentes tipos de armas. Verónica estudiaba Agronomía. María Emilia quería ir a Misiones para cursar la Licenciatura de Genética y Paula no había terminado la secundaria, pero le atraía la carrera de Turismo. María Emilia era mamá de Agustina, de dos años en aquel momento de la desaparición. Las sospechas sobre la policía como autora y encubridora fueron fuertes. Sin embargo, la investigación judicial fue en otro sentido y condenó a dos civiles por el presunto secuestro de las adolescentes.  Triple crimen por triple feminicidio Ofelia Mosconi, mamá de Verónica, destacó el rol de la memoria en el caso del femicidio de su hija, hace ya 24 años: “La memoria hace crecer a los pueblos. Es una denuncia pública. La memoria pasa por el corazón. Y a María Emilia, Paula y Verónica siempre las tenemos presentes. Las chicas salieron a caminar y no volvieron”.  En relación a la ciudad de Cipolletti, donde sucedieron los hechos, expresó: “Era una ciudad casi pueblo en ese momento, donde todos nos conocíamos, donde nunca pasaban cosas tan tremendas como estas. Y bueno, una ciudad de los eslóganes mentirosos: Ciudad de Paz o Ciudad para Vivir. Este hecho mostró la otra cara,  la perversidad, y otras  irregularidades que se mantenían, que las desconocíamos. Nuestras hijas y nuestros hijos podían salir a la noche y volver. Todos los padres esperaban, pero ese día las chicas no volvieron”. Durante mucho tiempo a este caso se lo conoció como el triple crimen de Cipolletti, y hoy en día se lo llama femicidio: “Esto se debe a que la lucha de las mujeres en las calles ha logrado estas cosas y nosotros decimos que es femicidio, porque cuando no hay culpables hay un Estado responsable. Porque no solamente es el primer triple femicidio, sino que hubo un segundo y hay más mujeres asesinadas y ninguno de los hechos tiene respuesta, ninguno fue esclarecido”, dijo.  Esperanza y rebeldía Además, comentó algunos aspectos positivos en referencia a lucha feminista en las calles cipoleñas: “El cambio es que tenemos esperanza y rebeldía, porque la esperanza quieta es cobardía. Rompimos con un silencio cómplice que había en nuestra ciudad, donde han sembrado tanto terror que nadie se animaba a salir. Por eso decimos que lo peor que nos puede pasar es quedarnos en nuestra casa mirando cómo pasan las cosas. Cómo pasan los femicidios que se producen cuando hay machistas, homicidas, Estados patriarcales y también el silencio de la sociedad. Están los que callan porque saben y están los que callan porque no saben, esta es la impunidad que sufrimos nosotros”.  Por otro lado, y respecto al accionar policial agregó: “Desde luego, los policías que hicieron la búsqueda, hicieron una búsqueda errática, mentirosa. Nos decían que a las chicas las habían visto por el norte, por el sur, subiendo a un camión. Bueno, todas esas mentiras que usan ahora también. No cambiaron. Es más de lo mismo. Nosotros conocíamos a nuestra hija, sabíamos que no se había ido. Si ellas no nos volvían a ver, era porque estaban retenidas”.  Ofelia y una lucha sostenida Se supo que la familia González decidió no hablar más con los medios. Tampoco participan de las movilizaciones que se hacen año tras año. Las primeras marchas fueron masivas en la ciudad de Cipolletti, pero a lo largo de los años han perdido fuerza. Ofelia aclaró: “De la familia González está participando Agustina, que es hija de María Emilia González. Ella cuenta que le costó mucho salir. A los 15 años se enteró por su papá cómo habían sucedido las cosas. Gratamente les puedo decir que ella sí se está movilizando, está participando mucho y le hace muy bien, porque se saca muchas cosas que tenía dentro y no sabía cómo manifestarlas”. Mosconi también dió las razones que la ayudan a sostener su lucha durante estos 24 años: “Me mantengo de pie porque hay un grupo de mujeres feministas. Yo pertenezco a la Multisectorial (de Mujeres contra la Violencia en Cipolletti)y a organizaciones sociales. Parte de la sociedad, amigos, vecinos siempre nos acompañan. Hace 24 años que nos acompañan, es lo que da fortaleza para seguir de pie y no dejarse convencer por un Estado que lo único que quiere es el resarcimiento económico y que nosotras nos quedemos en la casa”.  El mal accionar policial  La escena del crimen en aquellas primeras horas y primeros días fue completamente adulterada. Fue algo muy significativo. Así lo recordó la mamá de Verónica: “Antes de que aparezcan las chicas ya tenían a los presuntos culpables que eran (Hilario) Sepúlveda y (Horacio) Huenchumil. Cuando la hipótesis de los marginales se cae, aparece este personaje que está preso, (Claudio) Kielmasz. Destruyeron pruebas y huellas. Entonces pisotearon todo el lugar, no se resguardó nada. Eso fue responsabilidad del subcomisario (Luis Erasmo Seguel). El que hizo la búsqueda mentirosa en donde se hizo la denuncia”. Impunidad judicial “La causa se eleva a juicio por error y porque buscaban a otras tres chicas que nunca aparecieron. Así que

Es un dato escalofriante que surge del Registro Nacional de Femicidios del Observatorio de Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumala). Una de sus integrantes, Victoria Aguirre, en comunicación con el programar radial La Retaguardia, profundizó en las estadísticas de las violencias hacia las mujeres y disidencias. En el Día Internacional de Lucha por la Eliminación de la Violencia de Género, las cifras sirven para visibilizar la cruda realidad. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Pedro Ramírez Otero/Fernando Tebele

Entre informaciones confusas, La Retaguardia pudo saber que un integrante de la comunidad mapuche Quemquemtrew que permanecen desde hace 52 días resistiendo en una recuperación territorial fue asesinado esta tarde. Otra persona fue hospitalizada en el Hospital de El Bolsón con una herida de bala. (Por La Retaguardia) Un integrante de la Lof Quemquemtrew que se encontraba en la Cuesta del Ternero, Chubut, fue asesinado esta tarde de un disparo con arma de fuego, y otro permanece hospitalizado. Según lo que pudo saber La Retaguardia, el herido relató al llegar al hospital cómo sucedieron los hechos. “Dos personas de civil ingresaron a la Lof esta tarde con armas de fuego y amenazando y finalmente dispararon. Dice que asesinaron a un Lamien”, comentó una vocera a La Retaguardia, luego de haber hablado con el herido.  Por otra parte, Nelson Ávalos, de la APDH Chubut Este, quien pudo obtener información en la Comisaría de El Bolsón, comentó: “Quería avisar que está confirmado el fallecimiento de un peñi en el territorio de la Lof Quemquemtrew. El cuerpo está ahí todavía, la ambulancia no subió a buscarlo. Hay otro peñi con una herida en el abdomen que está en el Hospital de El Bolsón. Esta es la situación en el momento en la Comarca Andina”, cerró. La Retaguardia también dialogó con Pablo Pimentel quien confirmó la misma versión. Pimentel estuvo en Cuesta del Ternero al comienzo del conflicto. Aún no se conocen más detalles ni las identidades de la persona asesinada y la herida. 

A ocho meses de la desaparición de Tehuel de la Torre, joven trans de 22 años, su papá Andrés, exige que continúe la búsqueda con vida de su hijo y se investigue la hipótesis de un caso de trata de personas. El martes 9 de octubre a pedido de la fiscal que lleva la causa, el juez Martín Rizzo cambió la acusación contra los detenidos a homicidio en contexto de odio a la identidad de género. Ahora se investiga un asesinato sin cuerpo y sin certezas de muerte. Andrés de la Torre accedió a charlar con medios autogestivos, que elaboramos esta nota colectiva. 📷 Foto: Agustina Salinas  Cuánto puede un cuerpo, el cuerpo de un padre que hace ocho meses busca a su hijo desaparecido. Cuántas veces hay que gritarle a la justicia para que deje de hacerse la sorda. Cómo lograr que la sociedad entienda que las vidas de las personas trans también importan.  “Hace dos meses que la causa está parada. Hace 15 días aproximadamente estuve con el Procurador de la Provincia (Julio Conte Grand). Le llevé mis inquietudes, aunque ya es tarde para ciertas cosas porque pasaron ocho meses. Al mes me di cuenta, y tengo la esperanza que así sea, que Tehuel pueda estar viva, pudo haber sido víctima de una red de trata de personas y esa es la hipótesis por la que más lucho. La fiscalía siempre la buscó muerta, hizo un rastrillaje tras otro y yo siempre peleé para que la buscaran viva con la misma intensidad, pero no sucedió. La alerta naranja la sacaron tres meses después, muy tarde, cuando deberían haberlo hecho a la semana de su desaparición. Pienso que porque es trans o no es la hija de alguien importante, el Poder Judicial y la Policía no le prestó la debida atención y por ese motivo estoy muy enojado”, cuenta Andrés de la Torre en una entrevista virtual organizada por medios autogestivos.  Tehuel de la Torre, el pibe trans de 22 años desaparecido, fue visto por última vez el 11 de marzo cuando se dirigía hacia Alejandro Korn, localidad bonaerense del partido de San Vicente. Luis Alberto Ramos, de 37 años, es el hombre que lo citó en su casa por un supuesto trabajo de mesero y hoy es uno de los dos detenidos e imputado por homicidio en contexto de odio a la identidad de género. El segundo imputado es Oscar Alfredo Montes, un chatarrero de 46 años que aparece en una foto donde se ve a los tres juntos (Tehuel, Montes y Ramos) el día en que desapareció Tehuel. La imagen fue encontrada en el celular de Montes.  En la casa de Ramos encontraron un pedazo de tela quemada que fue reconocida como la campera de Tehuel y partes de su celular. La causa, en la que interviene la Unidad Funcional Descentralizada San Vicente, a cargo de la fiscala Karina Guyot, había solicitado el cambio de carátula, que hasta el lunes 8 de noviembre era de búsqueda de paradero. El juez Martín Rizzo aceptó este martes el pedido y la nueva acusación contra Ramos y Montes es la de Homicidio agravado por odio a la orientación sexual e identidad de género.  La hipótesis de una red de trata de personas Hace ocho meses en nuestro país hay un pibe trans desaparecido y el pasado 6 de noviembre cuando las calles de la Ciudad de Buenos Aires se llenaron de orgullo insurrecto fue la memoria colectiva la que volvió a preguntarse ¿Dónde está Tehuel? a pesar de que no fue una de las consignas principales de la trigésima marcha del orgullo LGTBIQNB+. Para Andrés de la Torre la ausencia de su hijo Tehuel es una herida que se desgarra, sangra y duele todos los días. Su gran motor es no parar de buscarlo. Tocó todas las puertas: fiscalías, ministerios, se reunió con funcionarios/as, con el procurador de la Provincia de Buenos Aires y presentó más de diez escritos ante la justicia con diversos reclamos. Un camino que se vuelve cada vez más desgastante y agotador cuando la justicia no solo es lenta sino también indiferente.  Andrés cree que la negativa de la justicia en avanzar con la hipótesis de que Tehuel podría ser víctima de una red de trata de personas se debe a “una cuestión que involucra al poder político, policial, judicial, en eso me tienen que ayudar los medios a difundir esta hipótesis porque no hicieron nada para buscarla viva”. Adelantó el cambio de la situación de los dos detenidos, que hasta ayer era falso testimonio y entorpecimiento, aunque lo que más le interesa es saber dónde está Tehuel. Y agregó: “La causa tiene más de dos metros de altura pero de qué me sirve si no sé dónde está Tehuel”. De la Torre sostiene su hipótesis a partir de varios indicios y situaciones que llamaron su atención. El 6 de marzo Tehuel le envió un mensaje contándole que el sábado iba a comenzar con un trabajo de mozo. “Después que Tehuel desapareció, Luciana, su pareja, me contó que ese día se pinchó y la llamaron de vuelta el jueves por lo mismo. Yo pienso que no era una entrevista de trabajo, el día sábado no se dio para llevársela y se dio el jueves. Después no se la pudo encontrar más, la buscaron por todos lados con un armamento impresionante, pero mira que casualidad, se olvidaron el celular y la campera media prendida fuego y media rota en el frente de la casa de Ramos, a la vista de todos. ¿No será para desviar la investigación? Ese es uno de los tantos indicios, hay otro más suave, me cambiaron el jefe de la DDI  en plena investigación y después los 100 mil pesos que le depositaron a Ramos en su cuenta. Hace dos meses más o menos que se enteraron de esto y todavía no se sabe de dónde vino esa plata. Toda esa demora cuando es algo que se puede averiguar como mucho en

Lo dijo Belén Silva, abogada especializada en derecho ambiental y soberanía alimentaria, en diálogo con el programa radial A mí no me importa. Allí se refirió al puesto que ocupa Argentina en el ranking publicado por Carbon Brief de contribución al calentamiento global. También habló del papel que juega la agroecología en las crisis económicas y de la importancia de la sanción de la ley de Etiquetado Frontal. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Pedro Ramírez Otero/Agustina Sandoval Lerner ✍️ Redacción: Agustina Sandoval Lerner 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Foto de portada: Archivo Natalia Bernades/La Retaguardia Carbon Brief, organización británica especializada en ciencia y política del cambio climático, publicó un informe donde determina la contribución de cada país al calentamiento global. Allí se analizan las emisiones de gases de efecto invernadero por utilización de combustibles fósiles y cuál es el impacto de la deforestación en el calentamiento global. Argentina se encuentra en el puesto 14 de emisiones por quema de combustibles fósiles y en el puesto seis respecto de tierra cultivada, con 39 millones de hectáreas. Según un informe del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el país está entre los diez países con mayor pérdida de bosques nativos en el período que va del 2000 al 2015. Consultada acerca de esta problemática, Belen Silva, abogada especialista en derecho ambiental y soberanía alimentaria, dijo: “Capaz que quienes son más jóvenes están habituados a que esto sea así. Pero esta forma de producir no siempre fue así, desde que la soja transgénica hizo su ingreso en Argentina hasta hace unos años, la forma de producir cambió. Antes teníamos más variedad, había matrices productivas diferentes, más diversidad. La agroecología propone la diversidad también, generar esa riqueza en los pueblos, pero también generar esa riqueza para quien produce. Porque hablar de la forma en que se produce actualmente, también involucra a los seres humanos, ya sea a quienes laburan en la tierra, a quienes dan su fuerza laboral para estar ahí, generando esas ganancias que se concentran en muy pocos bolsillos. Pero también para quienes viven en las cercanías de esas actividades productivas y tienen que padecer las consecuencias del actual modelo de producción, que es un modelo de concentración de riquezas en muy pocas manos y con un alto uso de paquetes tecnológicos, lo que conocemos como agrotóxicos. Entonces toda esa cadena empieza a generar impactos. Y esto de que somos el sexto país de mayor superficie cultivada, también somos el país que mayor cantidad de agrotóxicos aplica. Entonces, esto genera un impacto a nivel tierra, pero también a nivel de los cuerpos”. Y continuó: “Hay un concepto que es el de externalidades, que es el verdadero costo de lo que se está produciendo hoy en día, por ejemplo, en actividades extractivistas. Estas actividades que, cual vampiro, chupan y dejan secos los territorios y dejan secas las matrices productivas. Es complejo comenzar a discutir esto, pero es necesario también para empezar a darle soluciones a esos conflictos. Porque tal vez pensamos que no hay chance de salir, que el agronegocio está instalado y que es un monstruo enorme. Pero también hay pequeñas victorias como la ley de etiquetado frontal en el Congreso, que también está estrechamente vinculada a una forma de producir los alimentos. Entonces, esa manera de vincularnos con los alimentos, de vincularnos con el ambiente, está generando impactos. Por ejemplo, en el área a lo que compete a la ley de etiquetado frontal, en la salud de los cuerpos. ¿Y esto por qué pasa? Porque estamos inmersos en ambientes donde hay un grado de contaminación en diferentes ámbitos hacia la ruralidad, pero también en lo urbano, porque a veces cuando se habla de los agrotóxicos se piensa que el problema es del campo. Y no, porque acá en la ciudad consumimos esos alimentos y también generan impacto en nuestras vidas. Es una charla re incómoda hablar del modelo de producción, del uso de agrotóxicos, pero es necesaria porque está generando muchas consecuencias, pero también hay alternativas y ahí es cuando entra la agroecología y nos trae un poco de aire”. —¿Crees que existe una mayor circulación de información en la juventud sobre este tema, que hay una mayor concientización? —Sí. Para mí lo que está sucediendo ahora, el tema juventud y temas ambientales es como una tormenta perfecta, como una conjunción de eventos que están desencadenando en algo bueno. La crisis ambiental está avanzando, está generando esto que estamos diciendo. Las juventudes lo están notando y las redes sociales bien utilizadas también son un factor de cambio. Entonces, antes para acceder a la información había que ir al territorio, que sigue siendo una práctica muy necesaria conocer los territorios, pero hoy en día las redes nos permiten sociabilizar la información. Entonces creo que estamos atravesando un momento muy tenso pero a la vez muy esperanzador respecto de quienes están activando. Jóvenes que están siendo protagonistas de este nuevo ambientalismo, que a mí me gusta hablar mucho de ambientalismo popular, con conciencia de clase, de entender que cada uno o cada una aporta desde el lugar donde está. Estas movilizaciones de cuestionar el modo en que se está produciendo, en que se consume, también es la idea de generar un cambio. No quejándonos en casa, no haciendo actos aislados. Porque durante mucho tiempo también la responsabilidad de salvarnos de la crisis ambiental se puso en que usemos menos el auto, que usemos menos ropa nueva. Es una de las tantas acciones. Es necesario y yo soy una gran militante de que migremos hacia la economía circular respecto de la ropa, una industria tan contaminante, pero también tenemos que pedirle a quienes están en los puestos de decisión. Y ahí es cuando tenemos que salir a las calles. —Los gobiernos siguen haciendo crecer el agronegocio, van en contramano del pedido de la gente y ofrecen falsas soluciones, ¿no? —Sí, y todo esto que estamos hablando tenemos que ubicarlo a nivel geopolítico. Latinoamérica tiene una vasta cantidad de recursos naturales o, como

A un año de la represión en el Centro Universitario del Penal de San Martín CuSam, las y los estudiantes, junto a docentes y directivos organizaron un festival al aire libre. Con la consigna “La violencia trae más violencia”, hicieron eje en la actuación del Servicio Penitenciario Bonaerense aquellos 31 de octubre y 1 de noviembre. Esos dos días, tras reiterados reclamos de pibas y pibes por las condiciones de demora en la revisión de las causas, el pedido de libertades asistidas y condicionales, regímenes abiertos, transitorias, agotamiento de penas, y con la negación del Servicio Penitenciario de que reciban a sus familiares -la gota que rebalsó el vaso-, a lo largo y ancho de la Provincia de Buenos Aires se organizaron jornadas de lucha. (Por La Retaguardia) ✍️ Redacción: Julián Bouvier 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Foto de portada: Evelyn Schonfeld En el caso del CuSam, una vez que la disputa ya había comenzado a ceder, policías del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) ingresaron a las aulas y comenzaron a destrozar lo que se cruzaban: instrumentos de música, libros, computadoras, el estudio de radio. Rompieron y quemaron todo lo que tenían por delante. Todo lo que para las pibas y los pibes es su material de estudio, de trabajo. Sus pasatiempos y sus sueños. El capital simbólico y cultural que se construye tras las rejas. Todo fue destruido. Además, los policías robaron televisores, instrumentos y libros.  “Basta de violencia. Acá en CuSam se estudia, se crea. Acá se sueña. Acá la luchamos día a día para tomar esas herramientas que no tuvimos antes. Que no las tuvimos en la sociedad de allá afuera, de donde venimos y a donde vamos a volver. Acá luchamos por la inclusión, no por una resociabilización”, dijo Silvana Ortiz, privada de su libertad e integrante del Centro de Estudiantes Azucena Villaflor del CuSam. Entonces, este 1 de noviembre todo esto se resignificó. El festival se realizó en el patio aledaño al centro universitario. “Porque acá estaba todo prendido fuego”, señaló uno de los pibes privados de su libertad. Allí, aunque las nubes amenazaban con una posible lluvia, a la mañana arrancó el encuentro. Música en vivo, a cargo de Abelardo Martín y Pica Para Todxs Mis Compas. La puesta en escena de la obra “Los amotinados”, que rememora los hechos sucedidos aquel 31 de octubre y 1 de noviembre en las diferentes unidades del penal, con guiños a la lucha de las Madres y las Abuelas en la época de la dictadura. Con una crítica al rol de la espectacularización de los medios tradicionales de comunicación cuando se habla sobre la situación de encierro. Siguió la jornada, repleta de sonrisas y abrazos. Con una carga emotiva fuerte. “Hoy no estamos festejando nada, estamos haciendo memoria, recordando lo que no queremos que vuelva a pasar”, dijeron casi a coro.  Los diferentes talleres del centro universitario tenían mesas donde vendían sus producciones: cuadernos y muñequitos amigurumis formarían parte también de las rifas que circulaban. “Los talleres son terapéuticos. Además de estar haciendo algo que te gusta, pones la cabeza en eso y te ayuda a relajar. Y cuando ves que cada vez te salen mejor, te da una alegría”, contaba uno de los integrantes del taller de encuadernación.  Silvana y Larry en el micrófono no dejaban un ratito sin animar, sin acompañar con sus palabras.. Presentaban los números y mencionaban cada vez a Radio Mosquito, el proyecto radial de la Universidad. A las 15, bajo las primeras gotas de llovizna del lunes, arrancaron los primeros acordes de “Que mala suerte!”, de la banda Sale 500, integrada por estudiantes del CuSam. Palmas, agite, baile de rocanrol. Hacia el cierre, sonaron temas de Las Taradas, a cargo de Nati Gavazzo, una de sus integrantes, trabajadora también de la Universidad de San Martín.  Los pibes y pibas, con toda sus fuerzas y con ganas de seguir encontrándose, creciendo, y compartiendo sus formas de hacer arte y comunicación, propusieron para diciembre una nueva actividad. Porque, como decía Silvana Ortiz: “Acá en CuSam no lloramos, le damos para adelante. No nos lamentamos, no nos arrepentimos. La maldita policía siempre está ahí, acechando. Y acá estamos nosotres, educándonos”.

Se cumple una década de la desaparición forzada del joven salteño Daniel Solano en Choele Choel, Río Negro, donde estaba haciendo “trabajo golondrina”. Esta semana se realizará un acampe y una movilización en la localidad rionegrina. Marcela Torres, integrante del grupo de Amigos de Daniel Solano, pasó por Hasta que vuelvan los abrazos, programa radial de La Retaguardia y Radio Sur. Habló acerca de la actualidad de la causa y las actividades del fin de semana para recordarlo. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Julián Bouvier/Nicolás Rosales ✍️ Redacción: Julián Bouvier 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 🖍️ Ilustración: Chelo Candia El 5 de noviembre se cumplen 10 años de la desaparición forzada del joven trabajador golondrina Daniel Solano. Mañana  realizarán actividades desde las 14 en el Acampe Solano, que está instalado frente al Juzgado N°30. Habrá transmisión en vivo por el canal de YouTube Daniel Francisco Solano, bandas musicales, entre otras actividades culturales. Marcela Torres, integrante del grupo de Amigos de Daniel Solano, habló acerca de la pelea que llevan adelante hace 10 años: “La desaparición de una persona no podemos tomarla como algo normal. Entonces nosotros mantenemos la memoria activa. En todos estos años de lucha nunca hemos aflojado con la manifestación en las calles, y este no va a ser la excepción. Luego de las actividades culturales del sábado, vamos a marchar por las calles de Choele Choel, pidiendo a la Corte Suprema de Justicia que haga efectiva la perpetua que está dictaminada hace tres años. Una perpetua que se logró con mucha lucha por parte de los abogados Sergio Heredia y Leandro Aparicio, y también con nosotros y con la familia en la calle”, señaló. Los 7 policías condenados a cadena perpetua son Sandro Berthe, Pablo Bender, Héctor Martínez, Juan Barrera, Pablo Albarrán Cárcamo, Pablo Quidel y Diego Cuello. Torres lamentó la muerte del padre de Daniel, quien viajó desde la comunidad Misión Cherenta para clamar justicia por su hijo y vivió varios años en una carpa. “Lamentamos mucho que en el camino de esta lucha  hemos perdido a Gualberto  en aquella instancia de juicio. Y todavía nos queda pendiente el enjuiciamiento de tres policías más: (Cristian) Toledo, (Walter) Etchegaray y (Ceferino) Muñoz. A ellos tres también los vamos a llevar al banquillo de los acusados”, comentó. Torres recordó los sucesos en los que fue desaparecido el joven: “Daniel era un pibe que venía trabajando hacía varias temporadas en la fruta en el Valle Medio. Él tenía claro lo que significaba llegar hasta acá y cuánto era el tiempo que se tenían que quedar y el sueldo que debía cobrar. Cuando le quisieron pagar mucho menos, empezó a reclamar. En ese momento, la seguridad de la empresa Expofrut era la Policía de Río Negro. Esa policía es la que mató a Daniel. No sabemos si por encargo, porque se les fue la mano, o por lo que sea. Lo que sabemos bien es que la Justicia ya dictaminó la perpetua y que son ellos los culpables”. Además, explicó cómo funciona el trabajo golondrina: “La situación no ha cambiado nada. Vemos con muchísima frecuencia la llegada de los colectivos, dejan a los chicos en un lugar y están horas esperando hasta que los vienen a recoger. Eso es responsabilidad del Estado también. Que nada haya cambiado, que no se haya aprendido nada. En el año en el que comenzó la pandemia, hemos ayudado a muchos de estos trabajadores a volver a su casa. Nosotros pasábamos por los lugares donde están los chicos viviendo hacinados y les dejábamos nuestros contactos por si necesitaban algo. Terminaron viniendo a nuestras casas y con las compañeras ayudamos a resolver los viajes a sus respectivas provincias. Esto habla de que el Gobierno de Río Negro no se hace cargo de estos trabajadores golondrina”. La integrante de Amigos de Daniel Solano contó que Choele Choel es un pueblo con memoria: “Quienes montamos este acampe y seguimos sosteniéndolo, hemos llevado todo el tiempo y bien alto el nombre de Daniel Solano. Y así también lo han hecho los abogados, que siguen trabajando, activando las causas, e insistiendo para que esta perpetua se haga efectiva. La Justicia ya dijo que los imputados son culpables. Entonces cada vez que llegan estas fechas la gente lo recuerda, lo conmemora y nos acompaña fuertemente. Por eso se da esta gran difusión. Por suerte los medios alternativos nos ayudan a mantener esa difusión. Gracias a la lucha que comenzó Gualberto y que continuamos nosotros es que se sigue pronunciando el nombre de Daniel”.

8 días de acampe en Congreso, desayunos, ollas, el calor y el sol castigando duro, muy duro y por fin ayer tipo 2 y 30 de la madrugada el proyecto de ley para personas en situación de calle ingresó al recinto para su votación y estuvimos ahí. Afuera, compañeres de distintas ranchadas se juntaron alrededor de los parlantes de la mesa del acampe a escuchar la sesión, la frase “LA CALLE NO ES UN LUGAR PARA VIVIR” resonó varias veces en las voces de distintos diputados y diputadas, todos y todas coincidieron con eso más allá de las diferencias, eso es algo que nadie puede discutir, muchos nervios, ansiedad expectativa todo junto estrujando el corazón y los sentimientos.  ✍️ Texto: Horacio Ávila (referente de Proyecto 7) 📷 Fotoinforme: Virginia Chaile/La Retaguardia A las 4 de la mañana se propone la votación, segundos interminables para que la pantalla refleje el resultado, y si, ahí estaba AFIRMATIVO!!! Grito que surge del alma, de muy adentro, AFIRMATIVO, media sanción, no se festeja que haya una ley para nuestro sector, porque no deberían existir personas en situación de calle, se valora el logro de una batalla ganada, se recuerdan rostros y nombres de compañeres que ya no están, se hace un repaso de estos 20 años durísimos de tanta y tanta lucha.  Anoche se dio media sanción al proyecto de ley para personas en situación de calle y estuvimos ahí, como protagonistas, con dignidad, como participes principales, no del lado de afuera como tantas veces nos tocó y nos toca dormir en esas veredas.  Hoy a la madrugada se pagó una deuda histórica con las personas en situación de calle de todo el país, se hizo justicia, las lágrimas no se podían contener adentro del recinto, afuera les compañeres de las ranchadas festejando, no se puede explicar esos abrazos de ayer, no se puede explicar demasiado.  Que sea ley, porque la calle no es un lugar para vivir!

La Ilusión del Rubio, obra teatral escrita por Santiago San Paulo y dirigida por Gastón Marioni, narra el caso de la desaparición forzada de Facundo Rivera Alegre, con una extraordinaria actuación de Martín Slipak. Se presentará en Córdoba, de donde era el joven, el 12 de noviembre. San Paulo contó cómo fue la experiencia de trabajar sobre el caso de Facundo, con su mamá, Viviana Alegre, y habló sobre su actuación en la obra Los Ahogados, basada en un cuento de María Teresa Andrueto, sobre los vuelos de la muerte, que tendrá una última presentación en CABA el próximo domingo. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Fernando Tebele ✍️ Redacción: Agustina Sandoval Lerner 💻 Edición: Fernando Tebele La Ilusión del Rubio, que se estuvo presentando en el Teatro Cervantes durante la pandemia, puede verse completa en la plataforma de YouTube. El actor Martín Slipak se pone en el cuerpo de Facundo Rivera Alegre, desaparecido el 19 de febrero de 2012 en la Ciudad de Córdoba cuando tenía 19 años. —¿Cómo llega a tu conexión a la desaparición de Facundo Rivera Alegre, a su mamá, Vivi, y a la necesidad de escribir una obra en el cuerpo de Facundo y en primera persona? —En principio quiero contar, para la gente que no conoce a Viviana Alegre, ella es una gran luchadora, mamá de Facundo y también una gran referente en relación a otras desapariciones en democracia en Córdoba y también a otras luchas. Viviana es una persona que tira mucho para adelante. Yo la conocí a Viviana en la calle, participando de distintos eventos en relación a la desaparición de su hijo y también de otras luchas. Y después, mi participación en un ciclo que se llama Escena y Memoria, en los ex centros clandestinos de detención de personas que hoy son museos y archivos de la memoria, se monta este ciclo ya hace bastantes años y mi participación en el Grupo Zeppelín Teatro, con la dirección de Jorge Villegas, me llevó a estos ciclos y colaborando en su organización se la ha invitado Viviana a que participara para extender aquella lucha y militancia de los compañeros, compañeras y compañeres desaparecides en la dictadura a lo que sucede en democracia. Yo nací en democracia y la verdad que siempre me genera muchas dudas este sistema de representación que hay en la democracia y desde mi lugar de artista de teatro me interesa trabajar sobre la historia, sobre la memoria, me interesa ligar mi historia personal a lo que nos ha sucedido y lo que nos sucede como sociedad. Si no podemos mirar el pasado, es muy difícil que podamos entender el presente, y eso llevarlo al teatro, que es una práctica muy ancestral, que siempre ha estado en crisis y que se ha notado mucho en estos últimos dos años por la pandemia y la falta de laburo. Entonces, en ese marco, yo escribo la obra La ilusión del Rubio para presentarla al concurso de dramaturgia del Teatro Cervantes, un concurso que es nacional, de textos teatrales, y que salió en el 2020. Al participar de este concurso me empecé a preguntar sobre qué escribir. Siempre tengo mucho material por ahí desparramado y bueno, elegí escribir sobre Facundo Rivera Alegre, porque me parecía que además de los procedimientos teatrales que yo pudiese investigar en esta dramaturgia que es unipersonal y que tiene que ver con una actividad muy propia del teatro, que es intentar hacer aparecer lo que está ausente, me pareció que estaba bueno que en un concurso así pudiese mandar una obra que hable también sobre Córdoba. Por eso es que decidí focalizarla en ese punto y la obra quedó seleccionada, y el Teatro Cervantes se encargó del montaje, la producción de la obra y ahí es que convocan a Gastón Marión para dirigir, un director de La Plata muy comprometido, tanto con el teatro como con la historia social, y él es el que convoca a todo el equipo de escenografía, iluminadora, vestuarista y al actor, Martín Slipak, que hace un trabajo impresionante. En escena tuvimos la oportunidad de verlo de manera presencial en la Biblioteca Nacional en febrero de este año, donde participamos del estreno junto con Viviana Alegre, viajamos desde Córdoba y éramos un grupo muy heterogéneo, de una tribu muy mezclada entre gente de teatro, gente joven y más grande, dedicada enteramente a la militancia social. Así que fue muy emocionante verlo ahí. Y ahora tenemos la oportunidad de verlo en una única función que se va a hacer justamente en Córdoba. —Es muy periodística la obra, la escribiste claramente con la intención de que quien vaya a verla no le quede ninguna duda sobre la historia de Facundo Rivera Alegre.  —Sí. Lo que yo intenté hacer es ponerle voz a un testimonio vivo de un desaparecido. En ese sentido, obviamente que trabajé con muchos datos que pude recolectar, pero también con un posicionamiento sobre la mirada que los medios de comunicación y la justicia le han dado al caso de Facundo, también con muchos datos que me aportó Viviana sobre su historia y la de su hijo y permitiéndome ponerme en el lugar de esa persona que desaparece teniendo 19 años y por lo tanto lo de los sueños, las ilusiones de una persona de 19 años, de un joven que podemos tratar de comprender por dónde iba su vida, no solamente de la cuestión de su desaparición. En esa mezcla es que intenté montar este testimonio, plasmarlo en una dramaturgia que muchas veces, cuando se trabaja en teatro, la gente que agarra un texto escrito para ser llevado a escena, le da su interpretación. Hay un diálogo entre el director, el actor, la escenógrafa, la iluminadora, etcétera, que el equipo de montaje, con la obra misma. Hubo también un gran respeto por la investigación propia del caso a la hora de meter mano en el texto. Entonces lo que queda en la obra es un trabajo en conjunto de mucha gente. Empezando por Viviana.   —Poner

El 5 de octubre se realizó una sesión especial en el Congreso de la Nación y finalmente no hubo quórum. Ese día se iban a debatir diferentes proyectos de ley, entre ellos la de etiquetado frontal y la de protección y reparación a personas en situación de calle y familias sin techo. En diálogo con el programa radial Hasta que vuelvan los abrazos, de La Retaguardia y Radio Sur, Daniela Camozzi, integrante de organización “No Tan Distintes”, comentó en tono de preocupación que hace ya mucho tiempo se viene perdiendo el estado parlamentario del proyecto. “Es una clara muestra de desinterés”, remarcó.  (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Fernando Tocco ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Fotos: Archivo Natalia Bernades/La Retaguardia —¿Qué pasó con este proyecto de ley de emergencia para gente en situación de calle que debía ser votado? —Es una ley que hace bastantes años que se viene presentando y que va perdiendo estado parlamentario. Como toda lucha de estas características no es de ahora, sino que es esta cuestión constante de sostener y de insistir. Desde el 2015 se va representando siempre por fuerzas del campo popular. En esta última oportunidad acompañamos este proyecto, pero no somos de las principales organizaciones. Lo que pasó el otro día (por el 5 de octubre) es una clara muestra de desinterés. Entró a Diputados con la ley de etiquetado frontal. Todo el mundo habló de esto, y la situación de calle una vez más quedó invisibilizada. La ley está renaciendo nuevamente para que se trate el 26 de octubre. Federico Fagioli es uno de los  impulsores de esta nueva presentación de la ley. Hay que pelear en el Congreso por una ley como marco primero, y después insistir en que la implementación tenga presupuesto.  —¿Qué plantea el proyecto en sí mismo para generar tan poca sensibilidad?  —En nuestra concepción, la palabra que se usaba antes era invisibilizar, esconder tabúes, dar lo que no se quiere ver, que es el margen del margen de la sociedad. Es el terror que produce ese espejo. Cualquiera de nosotros podría quedar en esa situación. Es el neoliberalismo, pero en su peor cara, es lo que nadie quiere ser, lo que nadie quiere ver y por ese motivo no tiene un marco legal correspondiente a nivel nacional. En la Ciudad de Buenos Aires es otro cantar, porque por la lucha de las organizaciones, entre ellas la nuestra, la de nuestras familias, hay un marco legal. Aunque es penosa la implementación. Entonces en un marco legal nacional se deberían destrabar algunas cosas. Además la cuestión presupuestaria, porque el trabajo implica un montón de recursos que en este momento los está poniendo la sociedad civil organizada. Eso es una política pública que no la está haciendo el Estado, la está haciendo la sociedad. El sujeto político detrás de esta lucha es elusivo, se te escapa. Porque es el compa, la compa que están ahí, en el territorio, que los mapean con el censo. Se plantea un gran dilema, es una herramienta fundamental para que la ley nacional esté y deberá hacerse, pero es de una complejidad importante porque ¿qué va a querer hacer el poder? Va a querer hacer un censo. Las personas en situación de calle tenemos mucho que decir.  —¿Qué panorama podés compartir con nosotros en función de cómo está la Ciudad de Buenos Aires?  —No tenemos un número que pueda dar. Este año, por la pandemia, no se pudo hacer un censo popular nuevamente. Se hacen cada dos años, en 2017 y 2019 los números van siempre en aumento. Desde la Asamblea Popular tenemos un observatorio de la violencia, porque también hay que trabajar en lo que se le dice norma social, no en estos discursos de odio que desde el poder bajan y generan quejas a compañeros a los que se les prende fuego, a los que han acuchillado. Tuvimos hace poco una reunión con organizaciones de todo el país donde los casos, uno por día mínimo, salen en los medios de distintos lugares de Argentina. Eso también te marca. No Tan Distintes Por último, Camozzi comentó algunas de las tareas que llevan a cabo desde la organización: “Trabajamos con violencia de género e identidad. Tenemos en este momento proyectos, por ejemplo, de causas colectivas que no están en el proyecto de ley nacional actual, pero que en el devenir de la organización hemos tomado nota de que lo institucional muchas veces es también lo que impulsa a crear nuevas realidades. Tenemos talleres de distintos tipos en los que trabajamos desde la reflexión política al acceso a derechos. Todo el tiempo pensamos en esta cuestión de asistencialismo, acceso a derechos, autogestión. Hay proyectos de formación en acompañamientos integrales que dan una salida laboral y proyectos socioproductivos en el trabajo y formación laboral de cooperativismo”.