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Matías Ruíz, profesor de historia y coordinador de la Campaña No al fracking de la ONG Conciencia Solidaria, detalló cómo funciona la técnica de extracción hidrocarburífera, comúnmente llamada “fracking”. También explicó cuáles son sus consecuencias, tomando como ejemplo Vaca Muerta y el nuevo negociado en la Costa Atlántica. Lo hizo en diálogo con Conciencia Rebelde, el nuevo programa de Conciencia Solidaria en Radio La Retaguardia, donde remarcó además la importancia de las movilizaciones populares como el Chubutazo y el Atlanticazo. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Silvia Medrano/Mariela Silvestein ✍️ Redacción: Agustina Sandoval Lerner 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Foto de portada: Conciencia Solidaria —¿Qué significa “fracking” y qué consecuencias tiene esta práctica? —Literalmente en inglés significa “fracturando” y tiene que ver con una técnica distinta de la explotación convencional de petróleo. Para explicar que es el fracking tendríamos que ir mucho más atrás y empezar hablando del origen de la extracción petrolera, allá por principios del siglo XX, y que desde entonces hasta ahora la humanidad ha prácticamente acabado con casi todo el petróleo que había en las profundidades de nuestro planeta. Petróleo que es producido por los fósiles de especies animales, vegetales y minerales que han ido muriendo a lo largo de toda la historia. Sus restos se han ido depositando en el interior de la Tierra para finalmente producir el petróleo y los diferentes tipos de gases. Quedan muy pocos yacimientos y se han encontrado yacimientos llamados no convencionales de petróleo y gas de esquisto, que están a muy grandes profundidades dentro de nuestro planeta. Y eso no evitó que la industria del hidrocarburo encuentre la forma de extraerlo también. Y esto es la fractura hidráulica, el llamado “fracking”, que es un procedimiento de extracción que consiste en inyectar en el subsuelo una combinación de arena mezclada con cientos de químicos contaminantes, que requiere una inmensa cantidad de agua insertada a altísima presión para poder quebrar la roca y llegar tan profundo como están estos gases y este petróleo no convencional. Una vez llegado a esa profundidad surge el reflujo de esto mismo que se usó para producir la apertura del camino, por donde va a subir el petróleo y el gas, refluye hacia la superficie y obviamente es agua tóxica, contaminada, que por filtraciones puede tranquilamente llegar a las napas de agua potable. Regresan hacia la superficie. No hay forma de recuperarla. Existen estos piletones de contención que están cerca de los sitios de exploración donde el agua es acumulada, pero también en nuestro subsuelo existen sustancias radiactivas que dentro del subsuelo cumplen obviamente funciones que tienen que ver con el planeta, pero que afuera son muy peligrosas. Y estos gases muy peligrosos para el efecto invernadero también pueden subir hacia nuestra atmósfera. Otra consecuencia puede ser el incremento de actividad sísmica. Que ya se estaba denunciando en nuestro país, especialmente en Añelo, allí cerca de Vaca Muerta, el yacimiento de fracking más famoso en nuestro país. La Asamblea de Allen y de Añelo hace muchísimo tiempo que vienen denunciando las diferentes consecuencias por este tipo de extracción. Una vez que se genera la grieta principal, vertical, que va hacia el subsuelo, se descargan explosivos a través de estos conductos para poder generar las grietas horizontales que muchas veces tienen kilómetros de expansión, cruzando por debajo de poblaciones, por debajo de lagos, de ríos. Entonces, ciertamente pueden llegar a generar enormes niveles de contaminación y de residuos que van a afectar nuestra agua, más allá del agua que se utiliza para producir la grieta para poder empezar con la extracción.  —¿Por qué es importante hablar de fracking en este contexto del Atlánticazo y de lo que está sucediendo con la exploración sísmica, ya autorizada por el Gobierno nacional a través del Ministerio de Ambiente?  —Porque una de las técnicas que se va a utilizar para poder hacer esta exploración es la técnica de fracking. Aparte de esto, también tenemos que considerar que tenemos un muy reciente incidente que tiene que ver con el petróleo, cercano también a Allen, a Vaca Muerta, a Añelo; en Catriel, Río Negro. Donde a mediados de diciembre se produjo probablemente el peor daño ambiental de las últimas décadas, cuando se rompió un oleoducto de 16 pulgadas que conectaba la estación de bombeo de puesto Hernández, en Neuquén, con la estación de bombeo de Medanito en Río Negro. Y esto produjo más de 3 millones de litros de petróleo derramado, afectando no solamente la zona de la rotura de este oleoducto que obviamente no tiene mantenimiento porque una vez que son construidos ya quedan así. Estos tienen 60, 70 años de antigüedad. Fueron creados allá por la década del 60, entonces se rompen. ¿Cuál fue una de las medidas de remediación que tomó la empresa Oleoductos del Valle, que tiene el 95% de la producción y yacimiento de Vaca Muerta? Pusieron una pileta pelopincho debajo de la grieta del oleoducto. Tremendo. No se había visto nunca ingenio argentino al 100%. Y bueno, obviamente más de 3 millones de litros de petróleo derramado, dos hectáreas afectadas de forma directa. Los pueblos originarios que viven cercanos a la zona del derrame denuncian que la pileta no fue lo único que llevaron, también estuvieron ahí haciendo algún otro tipo de contención y produjeron daños. Dos hectáreas más alrededor del área afectada. Entonces tenemos también cuatro hectáreas afectadas.  —La cantidad de petróleo derramado no sólo contamina las hectáreas mencionadas, ¿no?  —Claro. Además podemos vincularlo con lo que podría llegar a pasar en el Atlántico, porque es muy parecida la situación. Debajo de esta zona en Río Negro, en Catriel, hay solamente a tres kilómetros de profundidad una reserva de agua dulce muy importante que alimenta a los ríos de la región e incluso ríos que por sus ramificaciones llegan hasta la Provincia de Buenos Aires. O sea que no es que solamente se queda el problema en Neuquén, en Río Negro. Este petróleo que es absorbido nuevamente por la tierra va a llegar hasta estas napas que tienen un grado

El fotógrafo Pablo Piovano expondrá en Mar del Plata las imágenes que capturó durante varios años en Vaca Muerta, Neuquén. Será el 10 de diciembre en el Espacio de Memoria y Promoción de los Derechos Humanos “El Faro”, y también habrá una charla de la que participarán representantes de la Confederación Mapuche de Neuquén y del Observatorio Petrolero Sur. Piovano pasó por el programa radial La Retaguardia y profundizó acerca de la muestra “Fracking en Vaca Muerta”.  (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Pedro Ramírez Otero ✍️ Redacción: Julián Bouvier 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Fotos: Pablo Piovano Pablo Piovano, fotógrafo, recorrió por más de cuatro años el megaproyecto hidrocarburífero Vaca Muerta, en Neuquén, que abarca unos 30 mil kilómetros cuadrados. A partir de estas visitas, de hablar con la gente de la zona y con las comunidades mapuche que están en el territorio, Piovano hizo un registro fotográfico que expondrá en la muestra “Fracking en Vaca Muerta”. Tendrá lugar en el Espacio de Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos “el Faro” de Mar del Plata, el viernes 10 de diciembre. “El trabajo tiene como eje ver cuál es el impacto de las grandes corporaciones en las comunidades. En este caso, sobre el fracking, donde nos encontramos en una situación muy alarmante en términos medioambientales. Una crisis enorme socioecológica, donde resulta urgente la necesidad de modificar los vínculos con la naturaleza. La explotación que se da en el fracking es drástica y afecta una cantidad enorme de kilómetros cuadrados. Una formación sedimentaria, en la meseta de Neuquén, donde ya existe un estrés hídrico, una profunda crisis sobre el agua. Y el daño se extiende, no sabemos hasta dónde. Pero sí sabemos que hay una gran cantidad de sismos en Sauzal Bonito, un pueblo donde viven 200 familias, pero donde ya se han perforado 80 pozos. Donde se han declarado 300 sismos en cinco años. La situación es realmente grave. Aunque se hable de una salvación económica, no puedo dejar de observar lo que está pasando dentro de las comunidades, y sobre todo lo que pasa con la tierra, con el agua. Cada vez que salgo a hacer un trabajo tengo la necesidad de escuchar las manifestaciones de estos seres sagrados, dadores de vida, que hay que cuidarlos y tener una relación verdadera. Recuperar la memoria de esa relación, simplemente para la continuidad de la vida”, comenzó a contar el fotógrafo. Además, remarcó la difícil situación laboral de quienes tienen que trabajar en estas explotaciones y los cambios que sufre el pueblo con el paso de los años. “Suele haber una exigencia laboral muy alta. A veces trabajan 14 días de corrido, muchas horas, y se producen a cada rato episodios de contaminación, incluso de muertes obreras. En un año se han registrado 8 muertes obreras. Y ni hablar de lo que significa instalar esto en un pueblo pequeño —Añelo, en el corazón de Vaca Muerta—, con una idiosincrasia muy distinta a la que se está gestando por la llegada de las grandes empresas. De repente se empiezan a construir cantidad de casas, empieza a recorrer una energía que no había. Se instala un casino, empieza la prostitución, se complejiza todo el sistema social. Pasó de haber 2.500 personas a 8 mil en muy pocos años. Por eso creo que es importante tomarse el trabajo de observar la implicancia de estos modelos desde diferentes puntos de vista. Yo estoy yendo ya hace tres o cuatro años, en el marco de un proyecto más amplio, pero siempre que llego a Añelo, a Vaca Muerta, es una sensación como de desolación. Se te seca la piel de manera directa, un poco por el clima, pero también por el daño que se le está haciendo al lugar. Imaginémonos que se fractura la tierra en una cantidad enorme de metros y se le extraen sus recursos de manera muy violenta. Se fractura con químicos. Se utiliza una cantidad enorme de agua, entre 70 y 90 millones de litros por pozo. Es complejo y muy dramático en términos ecológicos”, dijo. —En estos años que estuviste recorriendo Vaca Muerta, ¿con qué tipo de historias te encontraste? —Sobre todo he estado trabajando con el pueblo mapuche. Ahí en los alrededores hay cerca de 20 comunidades, donde se instalaron estas empresas. Para ellos es muy complicado porque van siendo desplazados. Se contamina el agua. Y están todo el tiempo en un proceso de negociación. Porque tampoco existe la fuerza para oponerse a semejante invasión. Creo que es una continuidad de la Campaña del Desierto, pero esta vez en términos ambientales, aunque siguen involucrados los pueblos originarios. No deja de ser un avasallamiento a su tierra, a su espacio, a sus vidas. Entonces están en constante tensión con el poder judicial, porque los echan. Hay juicios de usurpación, que algunos como el de Campo Maripe fueron ganados. Porque la comunidad, en el derecho común de los pueblos originarios, dos meses después del comienzo del juicio lograron revertir la situación de la que los acusaban. Pero esto demuestra el poder de operación judicial y política, otra vez sobre la debilidad de los pueblos. Yo vengo trabajando sobre el espacio de las comunidades. Es difícil entrar a las empresas. Alguna vez pude entrar, haciendo trabajos para Holanda. Entré a Shell y a YPF. Son paseos que te hacen como si fueras de jardín de infantes, donde te muestran muy poco de lo que sucede. Es muy escaso el registro que se puede hacer, y es casi imposible incluso hacer fotos desde la ruta. Cuando queremos levantar un dron, a los cinco minutos caen servicios de seguridad privados diciéndonos que no podemos documentar esos espacios. Que son públicos. Y con amenazas de que si no frenábamos nuestro trabajo nos iban a mandar a la comisaría. Tienen mucho poder. Entonces es muy difícil trabajar en la zona, porque las empresas se convierten en los gobernantes de ese territorio. Y constantemente están negociando y haciendo entrar a las comunidades en negociaciones también. La exposición “Fracking

La Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas denunció en la Justicia a las empresas dueñas del complejo de Vaca Muerta y a la que se encarga del “tratamiento” de los residuos del megaemprendimiento. En diálogo con el programa radial Hasta que vuelvan los abrazos, el abogado ambientalista Rafael Colombo brindó más detalles. Además, analizó en profundidad el método extractivista contaminante y opinó que el activo petróleo podría quedar obsoleto en poco tiempo. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Fernando Tebele/Pedro Ramírez Otero ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero El abogado ambientalista Rafael Colombo, integrante de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas comenzó explicando de qué se trata la denuncia que realizaron a las empresas que explotan Vaca Muerta y a la que debería encargarse del tratamiento de los residuos: “Nuestra presentación y denuncia penal tuvo por objeto revelar el millonario negocio que hay detrás de los residuos petroleros en Vaca Muerta. Es lo que nosotros denominamos como ‘el lado B’, donde se desnuda una detallada trama que envuelve maniobras de usurpación y contaminación de tierras públicas. Zonas liberadas, simulación de tratamientos de residuos petroleros y, al mismo tiempo, la cuantificación de un pasivo ambiental que llega a los 5 mil millones de pesos. Esto está íntimamente relacionado con las empresas que llevan a cabo, en teoría, el tratamiento de estos residuos, y que en  esta ocasión en nuestra denuncia en particular, así como lo habíamos hecho con Treater Neuquén S.A en el año 2018, concentramos la lupa sobre  lo que está haciendo actualmente COMARSA en la planta del Parque Industrial de Neuquén, y en la de la localidad de Añelo”, dijo.   “Con un volumen de 400 mil centímetros cúbicos de residuos petroleros peligrosos que equivalen a 720 mil toneladas, y que al mismo tiempo estimamos que representa a 500 piletas olímpicas. Con residuos acumulados que contienen materiales radiactivos, metales pesados. Sin ningún tipo de tratamiento. Meramente acopiados y acumulados en gigantescos piletones sin impermeabilización y medidas de seguridad. Mezclándose con la atmósfera, la tierra, el agua. Ubicados muy cerca de comunidades que habitan en la zona. Esto está configurando un desastre socioambiental de proporciones colosales”, planteó. Un modelo antieconómico “Lo que planteamos básicamente es que Vaca Muerta no puede funcionar como lo está haciendo. Existen hoy 2.200 pozos petroleros que se intervienen mediante la fractura hidráulica que ya de por sí genera brutales impactos sobre el ambiente, y sobre la salud humana. Este es un modelo necesariamente antieconómico, porque se concentra sobre un activo que internacionalmente va camino a ser obsoleto. Depende de los subsidios a los combustibles fósiles. En Argentina, desde el año 2013 el Estado federal viene invirtiendo un total de 10 mil millones de dólares en los subsidios antes mencionados. El presupuesto 2021 contempla casi 80 mil millones de pesos en el marco de lo que es el “Plan Gas 4”. Esto es diez veces más que el presupuesto del Ministerio de Medioambiente, y cuatro veces más de lo presupuestado para el Ministerio de Salud en contexto de pandemia. Las prioridades del Estado parecen estar destinadas a continuar subsidiando Vaca Muerta cuando es evidente, como han manifestado muchísimas empresas, que sin este tipo de subsidios se retirarían de la explotación de yacimientos”, aseguró.  Y el boom petrolero, ¿dónde está? “Lo que decimos es mucho más genérico: tiene que ver con que este modelo de explotación de yacimientos de hidrocarburos no convencionales es completamente inviable desde lo económico. Es un modelo que está muy alejado de las promesas del milagro de la revolución del boom petrolero que nos va a salvar mediante la entrada de divisas. Eso es mentira. Desde que se explota Vaca Muerta hay mucha más pobreza en Argentina según datos oficiales. Es una industria que se concentra sobre un activo que está en crisis de manera estructural, que es completamente incompatible con los compromisos constitucionales y convencionales que tiene nuestro país en materia de cambio climático. Los fósiles están en baja en todo el mundo, por la crisis de precios que actualmente atraviesa la industria hidrocarburífera. También es un momento de recambio estructural. Vaca Muerta resulta entonces una apuesta ciega, un extractivismo energético contaminante y depredador de gran escala. Es una auténtica pesadilla que colisiona con la condiciones de un planeta asediado por el cambio climático. Más de 150 ciudades del mundo están liderando un proceso de desinversión de la industria fósil para reinvertir en energías renovables. El Banco Mundial ya no financia más proyectos de gas y petróleo. Por otro lado, el Banco Europeo de Inversiones va a camino a transformarse en un banco climático para destinar el 50 por ciento de sus activos en inversiones de energías renovables”, expresó el abogado ambientalista.   Por otro lado, agregó: “Las falsas promesas que deliberadamente no se cumplen, parecen ser un denominador común con los extractivismos en general, porque ocurre con la megaminería, con la agroindustria a base de organismos genéticamente modificados con agrotóxicos, con la industria forestal. El Estado, en cambio, debería invertir en promover energías renovables”. Montaje político legal Al referirse a la otras empresas que integran el grupo Vaca Muerta y que también se encargan de de generar los residuos peligrosos, Colombo denunció: “Pedimos que se investigue a las empresas generadoras y que explotan Vaca Muerta, como YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) Pan American Energy, Shell Argentina, Chevron, TecPetrol, Pampa Energía S.A, ExxonMobil. Y al mismo tiempo pedimos que se investiguen las eventuales responsabilidades penales de los funcionarios públicos involucrados en este gran montaje de una ingeniería política y legal, que generó las condiciones de posibilidad para que Comarsa pueda llevar las acciones que lleva a cabo sin ningún tipo de control o fiscalización sobre terrenos públicos. Porque las 50 hectáreas que suman la planta de Añelo y la planta del Parque Industrial neuquino son tierras públicas. Cuando estas empresas, el día de mañana, se retiren de Vaca Muerta, nos van a dejar un pasivo ambiental desastroso desde todo punto de vista”.