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Victor Basterra

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En la producción cotidiana de La Retaguardia muchas notas de valor han quedado postergadas sin la debida atención de nuestra parte. Con algo de culpa pero fundalmente con ganas de compartir estos testimonios, desempolvaremos historias como la de Mario Villani, que pasó por cinco Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio durante el Terrorismo de Estado: Club Atlético, El Banco, El Olimpo, el Pozo de Quilmes y la ESMA. En aquella oportunidad, en Radio La Retaguardia, Villani dialogó con el programa Oral y Público sobre los juicios a los genocidas. Mario Villani y Fernando Reati presentaron en noviembre de 2011 un libro basado en el paso de Mario por esos lugares tenebrosos, con anécdotas que dan cuenta de los actos de resistencia que los secuestrados solían tener. (Por La Retaguardia) “La necesidad de contar esta historia radica en que cuando yo salí pensé que era mi deber contar lo que me pasó para que no se olvide y no se bajen los brazos. Más que para que los responsables sufrieran la condena que merecen, por supuesto que apoyo eso, para que la gente no baje los brazos frente a la posibilidad de que esto vuelva a suceder que nunca va a desaparecer”, sentenció Villani. El ex detenido desaparecido mencionó las recientes sentencias en los juicios del circuito ABO y de ESMA: “Son pasos importantes que se han dado pero eso no implica que se terminó todo. Eso implica simplemente que se ganó una batalla pero la historia nos demuestra que lo que pasó en Argentina es lo que ha pasado en tantos otros países y sigue pasando y volverá a pasar en tanto estén dadas las condiciones y existan regímenes que necesitan de la tortura y la opresión para subsistir”.La picana debilitada “Yo estuve en Atlético, Banco, Olimpo, División Cuatrerismo de Quilmes y ESMA, la particularidad de que fuera más de un circuito tiene que ver con circunstancias fortuitas. En todos los centros aprovecharon que yo tenía la capacidad de reparar. Yo soy físico y tengo conocimiento de electrónica y además tengo mi posición para el bricolaje, o sea, en la reparación improvisaba. Cada vez que llegaba el momento de un traslado, no me incluían entre las personas a ser trasladadas, como todo el mundo sabe que la palabra traslado en este contexto es un eufemismo por la muerte”, aclaró. “Me necesitaban porque yo estaba reparando cosas, haciendo instalaciones eléctricas, reparando la cocina, qué sé yo. Me necesitaban para el mantenimiento. Así yo fui pasando los traslados y mientras pasaba los traslados pasaba la historia. Llega un momento en el que toman la decisión de que al campo había que cerrarlo porque ya estaba usado, demasiado conocido, por las razones que fuere, se cerraba y se pasaba todo a otro campo”, explicó. En esos momentos, todos los presos eran ‘trasladados’ “pero las herramientas entre las cuales yo estaba incluido, eran llevadas a otro campo”. Así pasó Villani desde septiembre de 1977 hasta recuperar la libertad en agosto de 1981.“Cuando escribí el libro, aparte de tener la necesidad de contar y denunciar lo que había pasado, una necesidad incluso más fuerte es compartir con los demás, con la sociedad, con los lectores, compartir mis reflexiones. No porque piense que son la verdad, sino porque esas reflexiones son las que me sirvieron para sobrevivir, tanto dentro como fuera de los campos. La sobrevivencia es dura también, hay que convivir con uno, con los demás y con lo que los demás ven en uno. Las reflexiones que me ayudaron en los campos y después a mí me fueron muy útiles y me consideré con obligación de compartirlas porque a los demás también les pueden ser útiles”, consideró. Una postal de la desaparición “En el segundo campo de concentración donde estuve que es El Banco, un día se descompuso la picana que usaban que era la picana personal de un torturador al que le decían ‘Colores’, Juan Antonio del Cerro, hoy fallecido. Todos los torturadores usaban su picana y Colores me la trajo al taller que yo tenía armado. En todos los campos me hacían armar uno para reparaciones y me pidió que la repare y yo le dije que no podía”, explicó Villani. “‘Has reparado cosas más difíciles que esta’, me respondió. ‘No se trata de un problema técnico o de conocimiento, se trata de que yo no puedo reparar un instrumento de tortura’. Cuando hablé así, adentro sentí: ‘Listo, perdí, acá me deschavé’. Colores estuvo bastante más sutil de lo que hubiera esperado: ‘¿No querés reparar la picana? No la repares. A partir de ahora vamos a torturar con un transformador variable que puede entregar una tensión alta, 280 o algo así, de corriente alterna, pero no tan alto como una picana. Pero no tiene limitación de corriente, entrega la corriente que le pidan, de manera que entre los torturados se empezaron a producir grandes quemaduras y lesiones y entraban en coma con mucha mayor frecuencia”, contó. Además, Colores había ordenado que, “cuando el torturado entraba en coma y lo llevaban a la enfermería para revivirlo y seguir torturándolo lo hacían pasar por delante de la puerta del taller donde yo estaba trabajando de manera que yo viera en qué estado salía la gente torturada. No soporté eso más de una semana. En un momento lo llamé a Colores y le pedí que me lleve la picana para reparar porque vi que si seguían torturando así iba a ser mucho más terrible. Había más muertes y más estados de coma”, recordó Villani. “Me trajo la picana y yo dije, bueno, ya que la tengo que reparar, le voy a cambiar un capacitor. El problema era otro y lo reparé, pero yo le dije que se había arruinado un capacitor, que es el que determina la energía de la chispa. Le pedí que me compre uno de menor valor, con lo cual quedó la picana debilitada, entregaba menos energía y era menos sufrimiento para el torturado. Ellos hubieran podido darse cuenta de que

Felipe Celesia y Pablo Waisberg, autores de La Noche de las Corbatas, cuando la dictadura silenció a los abogados de los trabajadores, participaron del programa Oral y Público por Radio La Retaguardia. En aquel episodio, fueron secuestrados cinco abogados laboralistas combativos. La conversación giró en torno a cómo se plantean el desafío de escribir un nuevo libro, por qué ese tema, anécdotas de sus protagonistas y el enriquecimiento del diálogo con Víctor Basterra. (Por La Retaguardia) Cómo pensar un libro Para Celesia, “hay una parte que tiene que ver con la elección de los temas y los libros que hacemos que está muy vinculada a la posibilidad de trabajarlos. Veníamos de tomar tres temas muy fuertes, Tablada había sido una investigación muy dura, con repercusiones muy buenas pero también de una gran polémica porque el tema en sí es muy árido y complejo que ha dejado mucho dolor y mucha muerte que inevitablemente conlleva un escenario difícil para el autor que se mete en ese tema. Pensamos, no en tomar un respiro de eso pero sí traer algo más sencillo si se quiere”. El autor señaló que en la historia de aquel episodio había un enigma para revelar y que ese, entre otros, es el deber de un libro. “En este caso era una operación del Ejército represor que había terminado con la vida de abogados. Pero no cualquier abogado, no abogados diversos, sino laboristas. Ahí aparecía la primera incógnita que era por qué el Ejército, el aparato represivo, tuvo interés en llevarse abogados laboristas. Yo me crié en Mar del Plata, tengo vínculos profesionales allá, trabajé unos cuantos años en La Capital que es el diario más importante allá. Eso nos daba un plus pero no estábamos en la interna y era un tema que con los años había cobrado un peso específico en el imaginario social de la ciudad muy alto”, señaló Celesia. Para el escritor, “eso es mérito exclusivo de los organismos de derechos, del Colegio de Abogados, de los profesionales comprometidos, etcétera. Vimos entonces que había un campo fértil. Se lo ofrecimos a la editorial Aguilar en ese momento y lo aceptaron de muy buena gana, les pareció un gran proyecto”. El ABC de La Noche de las Corbatas Lo explicó Waisberg: “Fue el secuestro de un grupo de abogados laboralistas exclusivamente por su tarea. Para nosotros fue la expresión concreta de la modificación de la Ley de Contrato de Trabajo que hizo la dictadura a los 30 días del golpe de Estado, es decir que es una de las primeras leyes que modifica. Esto muestra la voracidad que había de los sectores que estaban detrás del golpe por cambiar el reparto de las riquezas de la Argentina”, aseguró. La Noche de las Corbatas fue, para el autor, “así como la dictadura golpeó mayormente a los trabajadores, están las estadísticas de la CONADEP que acreditan que un 60% eran trabajadores y el otro 10% eran profesionales. En este caso se trató de abogados de trabajadores, abogados de sindicatos, además. Eso que se hizo en la ley adentro de una oficina para transformar la distribución del ingreso, después se aplicó sobre los cuerpos de los abogados”. Waisberg reformuló: “Fue la expresión de una necesidad de modificar de cualquier manera la distribución del ingreso en la Argentina. Hoy esa expresión se continúa porque hace unos días el diario La Nación planteó que había que quitar el derecho a la indemnización laboral”. Los ’70 como una moda Para Celesia, “es cierto que hubo una moda con la escritura de libros alrededor de los ’70, pero más bien fueron libros por derecha. El de María O’ Donnell (acerca del secuestro de los hermanos Born realizado por Montoneros), por ejemplo, fue un libro de derecha y el más vendido del año pasado. Nosotros no nos quejamos para nada, tenemos un público muy fiel que nos sigue y compra nuestros libros y les agradecemos”.“Por suerte, aunque ahora debe garpar poco escribir esta clase de libros, nosotros vivimos de otra cosa. A los libros los hacemos porque nos interesa hacer periodismo de otra manera, no es lo que nos da de comer. Independientemente de que no trabajamos gratis. Es el aporte que entendemos más trascendente de nuestro laburo periodístico. Hay una parte que tiene que ver con la coyuntura, con la fábrica de noticias, con la actualidad que también nos gusta pero básicamente creemos que nuestro aporte más significativo está con esto que nos lleva mucho trabajo”, aseguró Waisberg. Para el autor, pensar una estrategia ligada al marketing y la demanda es traicionarse y hacer algo que no sabe. “Hacemos estos libros con entera libertad con todo lo que eso implica. Decimos lo que averiguamos y lo que pensamos sobre esos episodios. Podríamos hacer otra cosa mirando con un interés un poco más comercial. Tal vez funcionaría, tal vez no. En el mundo editorial no hay títulos que garanticen nada. Lo único que garantiza algo, un piso de venta, es el nombre del autor. Eso se genera por ir acumulando trabajo. La gente de alguna manera sabe con qué se va a encontrar, porque hay a quienes les gusta cómo trabajamos, nos compra, nos busca, vas criando lectores”, reflexionó. El recuerdo  Cuando se sumó a la charla Víctor Basterra, sobreviviente de la ESMA y uno de los integrantes de Oral Y Público, relató cómo supo de la existencia del libro: “En estos días se cumplió el 50º aniversario de la Noche de los Bastones Largos. Tiene que ver un poco con esa idea del ataque a los facultativos, digamos. El tema de los abogados fue impresionante. Hoy leí una opinión de mi abogado Rodolfo Yanzón acerca del libro y lo alababa mucho y después de eso me quedó la ansiedad por leerlo. En aquel momento, en la Noche de las Corbatas, yo era un activista, estaba haciendo quilombo”, dijo entre risas.Sumergiéndose a fondo en el tema, Basterra se refirió a una anécdota: “Conozco la historia de uno de los abogados que estuvo desaparecido

Lo reveló Víctor Basterra, testigo esencial en la megacausa. Sería en agosto de 2017. Este próximo debate oral se realizará con imputados en el banquillo que nunca dieron, hasta ahora, explicaciones por su accionar. El diálogo fue en Radio La Retaguardia, en Oral y Público, el programa sobre los juicios a los genocidas. (Por La Retaguardia) “El 10 de agosto del 2017 comenzará el juicio a varios involucrados que he visto y denunciado, entre ellos Carlos Castellvi, que era el enlace entre la Armada y el Ejército entre los años ’80 y ’81 y un tal Carrizo que era un radiooperador que había sido también un guardia. Más o menos tengo algo que ver con esa historia… El 10 de agosto de 1979 fue la fecha de mi secuestro”, recordó Basterra reconociendo la coincidencia en las fechas que implica que el juicio podría comenzar exactamente 38 años después de su secuestro. “Los nuevos acusados no están condenados en ninguna causa ESMA, están libres. Han sido citados en los testimonios. Castellvi era un oficial de la Armada que estaba trabajando también con el Ejército. Uno de esos sabelotodos de la tortura, la desaparición y el denigramiento humano. Le decían Lucas. A fines de los ’80 al tipo le quitan un poco de poder a partir de una confrontación entre el Ejército y la Armada y queda colgado. No sé qué habrá ido a hacer, funciones en otros países quizás porque era un especialista”, consideró.Acerca del desmembramiento de los juicios, Basterra explicó: “Siempre me llamó la atención que no pudieran reunirse todos los nombres en un mismo juicio porque los orígenes de los accionares muchas veces aparecen a lo último o en algún momento. Se sabe poco de las personas o sólo en una franja de tiempo y entonces no los juntan. Se va haciendo por fechas. El más amplio que se logró fue este último que se está realizando ahora con más de 70 represores. Abarcó muchas épocas y muchos casos”, destacó. “No se comprende del todo el criterio, me gustaría que en algún momento alguien lo exponga bien, claramente, porque siempre dio lugar a una especie de maniobra para dilatar y dilatar. Entonces nos moríamos los testigos o se morían los represores, así que es una forma de mantenerlos un poco en el freezer. Siempre fue una constante esto de pedir la unificación de las causas y agrupar a todos en un mismo caso”, señaló Basterra y añadió: “En definitiva se trata de un mismo caso. Basta con observar el accionar de la ESMA de 1975 al 1983: prácticamente tuvo los mismos ejemplares en varias épocas. No está nunca (en los juicios), por ejemplo, Omar Eizaguirre, en la ESMA desde el ’76 o ’77. Le decían Ratón, está la foto del tipo, es una de las que saqué, lo nombré en mis testimonios, era un suboficial que había sido de comunicaciones pero también había tenido una actividad muy amplia en operaciones y seguramente en inteligencia. Hay varios de estos ñatos, auxiliares de inteligencia que recién ahora aparecieron”, aseguró. Basterra sacó, durante su cautiverio, fotos de la Esma, algunas él y otras tantas son negativos que él encontró que estaban como para ser tirados y luego pudo sacar.“Hay muchos casos como este, de personas que no han pasado por el banquillo de los acusados. Casi la mitad de las 90 fotos que aporté no fue tenida en cuenta. Haciendo un cálculo, debe haber cerca de 2000 personas directamente involucrada: Policía Federal, Servicio Penitenciario, Prefectura, Gendarmería, Ejército, Armada, Aeronáutica, que no han sido nombradas nunca. Hablo de personas que participaron activamente. Se ha intentado, lógicamente. Los jueces tienen sus tiempos”, ironizó sobre el final.

Así definió la integrante de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora la decisión del gobierno nacional de devolverle a las Fuerzas Armadas las atribuciones que habían sido pasadas a control político a través de una resolución de Raúl Alfonsín en 1984. En el programa Oral y Público, que realizan Fernando Tebele, Eugenia Otero, Paulo Giacobbe y Víctor Basterra por Radio La Retaguardia, repasamos las opiniones de Cortiñas, el abogado mendocino Pablo Salinas y la del propio Basterra, sobreviviente de la ESMA. (Por La Retaguardia) “Lo leí y es un retroceso, me parece que limitar el poder político de nombrar al jefe del comando de las Fuerzas Armadas es un error, porque ahora quedan con una autonomía ilimitada que es la que tenían incluso antes de la democracia”, afirmó Pablo Salinas, abogado querellante por el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) en la Megacausa que se desarrolla en Mendoza.El decreto 721, publicado en el boletín oficial el 30 de mayo pasado, deroga la resolución 436/1984 sancionada por el ex presidente Raúl Alfonsín y despoja a las FF.AA. del control civil. De esta manera, será ahora el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas quien designe a los oficiales y suboficiales del Estado Mayor, a los militares retirados para funciones docentes y a los agentes civiles, a quienes autorizará sus cambios de destino, entre otras modificaciones. “El decreto le devuelve la autonomía en cuanto a todo, en cuanto a la enseñanza, a los ascensos, a las promociones, a cualquier tipo de responsabilidad o control político que antes existía. Es una autonomía absoluta en una cuestión muy delicada que es nada más ni nada menos que la jerarquía y los cargos militares. Es lamentable porque el propio poder político se limita y es un error”, agregó Salinas.En este sentido, para el abogado del MEDH lo más preocupante es la educación: “las Fuerzas Armadas deberían educarse en cualquier universidad pública como cualquier estudiante de una universidad, y como es en otros países, que cursen las materias como cualquier civil, salvo las estrictamente militares, porque si no se da lo que vivimos hasta la actualidad que las Fuerzas Armadas están separadas como en un termo, en un círculo cerrado que no tiene contacto con el resto de la sociedad, y eso no puede ser. Queremos construir una sociedad democrática en la que los integrantes de las Fuerzas estén integrados a la sociedad. Eso es lo que deberíamos intentar pero esto va en el otro sentido, en el de volver a la vieja estructura ya caduca, ya vetusta de Fuerzas Armadas prusianas, que no son las que tienen las fuerzas de los países que  incluso que tienen a las más profesionalizadas”.Por su parte, Víctor Basterra, sobreviviente de la ESMA, señaló: “me hace acordar a aquel famoso decreto firmado en 1975 por (Carlos) Ruckauf, Isabelita (Martínez de Perón), (Ítalo) Luder, toda la runfla y la ortodoxia más rancia y cruel del peronismo, siendo que yo provengo del peronismo, soy peronista, pero la derecha peronista es de lo más horrenda. En el año ‘75 se decretó esa libertad a las Fuerzas Armadas para establecer el estado de sitio en todo el país, la persecución abierta a todos los opositores. En estos momentos, este protocolo (antipiquete) que se está aplicando y esta desregulación de la mirada civil sobre las Fuerzas Armadas me hizo acordar al ‘75. La experiencia me lo dice, la historia no se repite, pero las intenciones sí, y las intenciones de estos tipos son similares a aquellas, defender a los que más poderosos, darles las armas para que efectivicen sus controles y sus miserias morales sobre el conjunto del pueblo”, afirmó en una entrevista realizada por Enredando las mañanas, el programa de radio de la Red Nacional de Medios Alternativos.En este marco, Basterra retomó una experiencia personal respecto al accionar de los militares cuando no se encuentran bajo poder político: “me acuerdo cuando presenté las pruebas en su momento (contra los represores de la ESMA), estaba presente esa potestad que tenían los militares de intervenir y no permitir que los civiles juzguen, por eso muchas veces los mismos militares niegan la autoridad de los juzgados civiles porque dicen que su juez natural es un militar. Y esto pone de nuevo esto sobre el tapete. Recuerdo haber presentado muchísimas pruebas que pasaron por las manos militares y se perdieron por ahí. Soy una especie de afectado directo de ese accionar”.En Oral y Público repasamos también la opinión de Nora Cortiñas de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, a partir del testimonio aportado por Paulo Giacobbe durante el desarrollo de una nueva ronda alrededor de la Pirámide de Mayo. “Realmente el anuncio de (Mauricio) Macri abriéndole el camino a las Fuerzas Armadas a tener toda la libertad de decisiones, primero nos muestra la decadencia política que tiene el presidente, la (ministro de Seguridad, Patricia) Bullrich, y el plantel de gobierno –aseveró Cortiñas–. Esto es una decadencia política que además es querer humillar al pueblo, porque costó años y años, 32 años que tenemos de democracia, de gobiernos constitucionales al menos, y realmente Alfonsín en cuanto asumió lo primero que hizo fue poner en caja a las FF.AA., fue una defensa de la democracia y lo hizo realmente en el momento preciso. Tuvimos todos estos años de lucha para conseguir la justicia, costó mucho pero llegamos con los juicios. Y ahora, ¿qué va a hacer paso seguido Macri? Además las Fuerzas Armadas están preparadas para reprimir al pueblo ante las protestas populares que va a haber por la situación económica degradante, ¿qué van a hacer, para qué quieren las Fuerzas? Esta es una pregunta que nos tenemos que hacer los argentinos”.“Hace pocos días, cuando estábamos llegando a los 6 meses del primer tramo del gobierno, decíamos que realmente habíamos retrocedido 40 años en nuestra lucha, y hoy volvemos a retomar eso, cada anuncio es un retroceso, es como la ley de la jubilación que vislumbra que dentro de 2 o 3 años volvemos otra vez a la

Continúa la instancia de alegatos en el tercer tramo del juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la ESMA durante el Terrorismo de Estado. Es el turno de las defensas de los represores, pero en Oral y Público seguimos repasando las presentaciones efectuadas por las querellas. En la última emisión, hablamos con Liliana Alaniz, abogada integrante de Justicia Ya!, quien explicó por qué alegaron pidiendo condenas por el delito de genocidio. Junto a Víctor Basterra, reflexionaron además sobre el rol de los sobrevivientes. (Por La Retaguardia)“Condenar por genocidio es una decisión eminentemente política y nosotros lo exigimos todo el tiempo porque es como realmente se tiene que llamar a lo que pasó. Nosotros solicitamos que se condene por genocidio y no es una diferencia menor respecto a las condenas por delitos de lesa humanidad en el marco de la comisión de un genocidio. No es menor porque en el genocidio, para que se configure como tal, es el represor quien va a determinar cuál es el grupo a exterminar; él marca quién es el enemigo, a quién es el que quiere eliminar, no es casual, no es cualquier persona, no es el que pasaba por la calle, no es una bomba tirada a la población indiscriminadamente, no es casual la pertenencia política sindical, estudiantil, barrial, de los 30.000 compañeros detenidos desaparecidos; nadie estaba ahí por casualidad, nadie fue secuestrado, torturado, asesinado o desaparecido por casualidad, todos sabemos que a esta altura más allá de cualquier trasnochado, estilo (el ministro de Justicia de la Nación, Germán) Garavano, (el ministro de Cultura porteño, Darío) Lopérfido y demás, todos sabemos que el golpe del ’76 vino a exterminar a la vanguardia obrera y juvenil, que se venía desatando y despertando desde el Cordobazo en adelante, entonces se fue a atacar justamente a ese grupo”, explicó la abogada Liliana Alaniz, integrante de Justicia Ya!, al fundamentar los motivos por los que su querella alegó reclamando condenas por genocidio.En este sentido, la letrada señaló que se tomó en cuenta la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio: “todos estos compañeros desaparecidos y que sobrevivieron, porque la supervivencia también fue una decisión del genocidio, no una elección del compañero que sobrevivió, todos fueron atacados por luchar independientemente de las múltiples organizaciones, de que no todos estuviésemos en el mismo palo, en los mismos conceptos, pero sí es claro que los 30.000 compañeros desaparecidos luchaban por cambiar de raíz un sistema, que era el sistema de opresión y explotación del trabajador, de las clases más humildes, de los estudiantes, de los jóvenes, para instaurar este sistema que ya veníamos padeciendo, que es el capitalismo”. El Estado contra una porción del grupo nacionalRespecto a la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, Alaniz especificó: “estamos hablando de una convención que ya en 1956 era parte de la legislación nacional, o sea que mucho antes de que haya ocurrido este último golpe militar con lo que significó, ya sabíamos como país qué significaba el genocidio. Por otra parte, cuando la convención habla de genocidio no hace una ejemplificación taxativa sino que son un montón de supuestos que conforman el genocidio, pero eso no lo tenemos que confundir con una acumulación de delitos, porque nosotros hablamos de la desaparición de personas, el traslado de niños de un grupo a otro, de los abusos sexuales cometidos en el seno de un grupo por el perpetrador, y una serie de delitos que por supuesto incluyen las torturas, pero no es que nosotros sumamos que en el ’76 tuvimos desaparecidos, torturas, secuestros de niños, violaciones y entonces es genocidio, no, cualquiera de estas cuestiones que se hacen contra un determinado grupo es lo que configura el genocidio. Estos compañeros que desaparecieron formaban parte de este grupo nacional, de una porción del grupo nacional y la otra parte era la que determinaba que a este grupo había que eliminar, parte de un grupo nacional decide eliminar a otro grupo nacional, entonces ahí tenemos por qué se configura el genocidio jurídicamente hablando, que ya estaba vigente porque una de las cosas que los genocidas siempre nos plantean es que no está vigente, que no hay pena, pero esta es una ley que ya conocíamos todos desde mucho antes de que se perpetre el genocidio, que es lo que ocurrió acá”, agregó Alaniz.La abogada, integrante de APEL (Asociación de Profesionales en Lucha), explicó que además este tipo de pedido de condena por genocidio tiene una función extra: “ya pasaron 40 años, la impunidad continúa, los juicios son los que tenemos, los conocemos con todos los límites que tienen, y a las cosas hay que llamarlas como son, no hay por qué estar ocultando o viendo de qué manera lo podemos tratar de decir, ‘decimos que hubo genocidio pero por las dudas’; no, es un genocidio, está en la legislación vigente, hay jurisprudencia ahora que lo reconoce. A fines del año pasado, en el juicio que se llevó adelante en el TOF 1 de La Plata, nuestra querella también en soledad hizo el planteo por genocidio y salió por primera vez en el país una condena por genocidio y en eso estamos. Eso sí lo consideramos un avance, más allá de cualquier limitación o dificultad que podamos tener porque estos juicios están plagados de piedras en el camino. Un solo ejemplo que grafica mucho, la fiscal (en la causa ESMA) empezó a alegar en junio o agosto del año pasado, previo a eso nosotros hicimos un pedido por la ampliación de delitos sexuales cometidos dentro del centro clandestino, pero la solución que dio el tribunal fue que nosotros teníamos razón, estos delitos no pueden ser juzgados aparte porque se desvirtúa qué es lo que pasó en un centro, se revictimiza a las compañeras que tienen que volver a contar su historia, se hace más lento el proceso, pero el problema que aquí tenemos es que no tenemos tiempo, si tenemos que hacer eso hay que ver cuándo termina el

Así definió la abogada Lucía Tejera al intento de reapertura de la causa por el asesinato de José Ignacio Rucci y la consiguiente reaparición de la teoría de los 2 demonios. Tejera es integrante del colectivo Kaos, que representa una de las querellas del tercer tramo de la megacausa ESMA. Lo dijo en el marco de una entrevista en el programa Oral y Público, que se emite por Radio La Retaguardia, y de la que también participó Víctor Basterra, sobreviviente de ese centro clandestino, que integra ese grupo querellante y es testigo esencial de la causa. (Por La Retaguardia)Foto: Rucci y Perón, sonrientes.En las últimas semanas, los hijos del dirigente sindical pidieron la reapertura de la causa por su asesinato, ocurrido en septiembre 1973, y pidieron la citación a declaración indagatoria de los integrantes de la Comisión de Montoneros que aún viven, es decir Mario Firmenich, Roberto Perdía y Fernando Vaca Narvaja (aunque este último no pertenecía a la Comisión en esa época).Según explicó Eduardo Soares, abogado de Perdía, en una entrevista realizada por Alfredo Grande e Irene Antinori en su programa Sueños Posibles, los hijos de Rucci ya cobraron una indemnización en la década del ’90, señalando que la muerte había sido producida por el Estado nacional. Sin embargo, ahora dicen que se trata de un delito de lesa humanidad, que no prescribe, porque hubo 50 días (el gobierno de Héctor Cámpora) en los que Montoneros tuvo algún tipo de presencia en el Estado.“El planteo de ellos es que Montoneros era parte del Estado y por eso debería ser un crimen de lesa humanidad, el juez de instrucción (Ariel Lijo) ya había dicho que no, la Cámara fue la que dijo que siga abierta la causa. Para mí, sinceramente, es como que mantienen esta causa abierta por las dudas y cada tanto le agregan una o dos fojas al expediente, todos los septiembres es como que hay movimiento en esa causa, justo para la fecha del asesinato de Rucci (25 de setiembre). Este tema para mí es como una cuestión de revivir la teoría de los dos demonios por un lado, que más allá de que ahora algunos funcionarios del Estado nacional, o más bien de la Ciudad de Buenos Aires, lo están haciendo o lo pretenden hacer, lo cierto es que no hay mucho más para decir de eso, creo que no es una cuestión de que se arriesguen los hijos de Rucci, sino una cuestión del Poder Judicial en mantener abierta esta causa porque ya en otras donde se ha querido seguir o abrir contra hechos que cometió la organización Montoneros la justicia ha sido muy clara al momento de decir que se investigan estos delitos y ya están prescriptos porque no se los considera de lesa humanidad, y el hecho de que sea Montoneros parte del gobierno en ese momento no me parece que sea un argumento tan sólido como para hablar de imprescriptibilidad de un delito”, expresó la abogada del Colectivo Kaos, Lucía Tejera, en diálogo con Oral y Público. En el mismo sentido, Víctor Basterra, sobreviviente de la ESMA, reflexionó: “esta nueva embestida por implantar la teoría de los dos demonios tiene una doble vuelta que es la que en algún momento de este proceso que estamos viviendo, que es un proceso muy peligroso para el conjunto de la sociedad, yo siempre digo que ahora nos gobierna la ultra derecha, no es una derecha común, no necesitó de las fuerzas armadas para imponer sus ideas sino que recurrió al voto del pueblo y eso le da una especie de legitimidad particular, y que trae aparejado empezar a mirar al sobreviviente. Por ejemplo, en mi caso, yo pertenecía a las Fuerzas Armadas Peronistas, ahora lo puedo decir; hace más de 20 años no, decía que pertenecía al Peronismo de Base, que era cierto, pero las FAP eran el padre y tutela del Peronismo de Base. Tenía un trayecto en la historia política argentina que puede llegar a convertirse en un proceso, en una especie de criminal de guerra según el concepto que van a tratar de desarrollar de que acá hubo un acto de guerra, que hubo dos demonios y que hay gente que hizo barbaridades. Yo siempre digo, un poco para defenderme y otro poco porque es la realidad, que lo que yo veo horrendo es la tortura y la desaparición, y en los juicios siempre los pongo como elementos sustanciales; la muerte es un aspecto lamentable pero que es producible en un enfrentamiento entre facciones, pero la tortura y la desaparición fue lo sistemático que se llevó adelante contra todos los que estuvimos prisioneros durante la dictadura, ese fue el rasgo típico de la dictadura. Este viejo elemento que tratan de poner de nuevo sobre la mesa, la teoría de los dos demonios o el hecho ahora de esta lamentable situación de la muerte de Rucci, que lo quieren poner como que también formaba parte del Terrorismo de Estado, un Estado democrático, eso es más grave”. Una vieja teoríaEn este punto, Tejera retomó la persecución jurídica que sufrieron los sobrevivientes del Terrorismo de Estado: “la teoría de los dos demonios se inicia con esos decretos de Alfonsín en cuanto por un lado la persecución penal de quienes integraban las organizaciones armadas, y por otro lado la persecución penal de los integrantes de la Junta militar, en ese orden también. Respecto a la teoría de los dos demonios me gusta seguir las ideas de Graciela Daleo (sobreviviente de la ESMA y parte de la misma querella) que dice que en realidad es la existencia de un solo demonio que son las organizaciones armadas que justifica la aparición del otro demonio,. Caer en la teoría de los dos demonios es lo que cuenta Víctor y un poco esta cuestión de lo que mantiene o persiste en la causa Rucci de decir que habría un demonio que eran las organizaciones armadas, y decirlo justamente en un contexto, en un momento en que la sociedad argentina durante todo

La última semana finalizaron los alegatos de las querellas en el tercer tramo de la megacausa ESMA con el que realizó el colectivo Justicia Ya!, y comenzó el turno de las defensas. Dialogamos con Lucía Tejera, una de las abogadas del grupo Kaos, que alegó en febrero representando, entre otros a Víctor Basterra, Graciela Daleo y Miriam Lewin, sobre cómo se construye un alegato en una causa tan compleja y extensa. Fue durante una emisión de Oral Y Público. (Por La Retaguardia)“Estas causas, más allá de la magnitud que tienen, se abordan desde diferentes ámbitos. Uno no solo las enfoca desde lo jurídico sino también, y particularmente lo que es el colectivo Kaos, lo enfocamos desde lo político. Consideramos entonces que el abordaje de esta causa es de manera colectiva, trabajamos esta causa no solo abogados sino también compañeros que no son abogados, compañeros sobrevivientes como el caso de Graciela Daleo, que es parte del equipo y que es nuestra memoria RAM de la causa ESMA, que aporta y sabe muchísimo más de lo que nosotros podemos aportar. El abogado tiene una función más que nada en lo jurídico y en la audiencia, pero después en la investigación y en el armado de la causa vamos aportando todos desde diferentes lados”, afirmó Lucía Tejera, que integra Kaos junto a los abogados Rodolfo Yanzón y Flavia Fernández Brozzi, entre otros.Este colectivo representa la querella de Víctor Basterra, su hija Eva, Juan Cabandie, Graciela Daleo, Miriam Lewin, Lila Pastoriza, entre muchos otros sobrevivientes, en este tercer tramo del juicio por la Megacausa ESMA, que comenzó en noviembre de 2012.El propio Víctor Basterra aseguró que sus abogados son en muchos aspectos el sostén de los sobrevivientes. “Yo tengo 35 años –agregó al respecto Tejera– y como digo siempre para mí es un honor que los compañeros nos otorguen esa confianza para representarlos en los juicios porque uno no solamente es abogado sino también militante político y popular, y aprende muchísimo en estas causas. Al no enfocarlo solamente desde lo jurídico, sino entender todo un proceso y un proyecto también político de lo que perseguían las víctimas del Terrorismo de Estado y de lo que también persiguió el proceso de reorganización nacional en su aniquilamiento, para nosotros como militantes esta tarea es muy rica también”. La reivindicación de la militanciaOral y Público le consultó a Tejera cómo fue la elaboración del alegato del colectivo Kaos: “un proceso bastante complejo porque además estoy viviendo en Entre Ríos hace más de 1 año, entonces medio que fue gracias a la tecnología que nos pusimos en contacto y laburamos mucho a través de internet y de los mails, nos distribuimos un poco las tareas y los puntos, más allá de reuniones de trabajo que tuvimos en Buenos Aires. Como este es el tercer juicio de la ESMA planteamos un poco la necesidad de dejar planteadas algunas cosas que consideramos que por el contexto nacional que estábamos viviendo había que hacer; más allá de que lo venimos sosteniendo durante todo este tiempo que participamos de causas de lesa humanidad, consideramos hacer un capítulo especial que fue la parte de la militancia política de las víctimas y de la significancia de las desapariciones, no solamente de los cuerpos de las víctimas sino también la desaparición del proyecto político en cuanto efecto de la desaparición de las personas que encarnaban el proyecto”.Tejera explicó que como Kaos está integrado por militantes políticos, consideran que se debía reivindicar justamente la militancia de las víctimas: “una militancia que se daba sobre todo a partir de una organización política, de la fuerza que tiene la organización, no eran víctimas sueltas, que de su casa iban a la villa de onda o porque tenían ganas, sino que estaban enmarcados en una organización que se daba distintas líneas de acción territorial a través de organizaciones sociales, políticas, sindicales, católicas, o lo que fuera, pero siempre enmarcado en la lógica de la organización. Consideramos que fue el objetivo primario del Proceso de reorganización nacional, porque al desaparecer a las personas también hacés desaparecer la cuestión de ese proyecto que encarnaban. Mostrar esto costó, lo veníamos viendo porque estamos en las causas hace muchos años, yo particularmente desde 2005, Flavia (Fernández Brozzi) viene militándola y estuvo en los Juicios por la verdad; también los testigos fueron reivindicando esa militancia, a medida que el proceso de verdad y justicia se fue consolidando, no solo en la sociedad sino también en los estrados judiciales. Por ahí pensábamos en voz alta esta cuestión de por ejemplo el juicio a (Héctor) Febres, que fue el primero que tuvimos en el ámbito de la ESMA, los compañeros sobrevivientes a duras penas decían que eran militantes de la juventud peronista o de base, había muy pocos compañeros que daban cuenta de una militancia dentro de una organización, más como Montoneros o ERP, y en la consolidación de este proceso y de los diferentes tramos del juicio vimos cómo los propios compañeros se tomaban el tiempo o le pedían el tiempo a los jueces para dar cuenta del contexto social y político en el que ellos fueron secuestrados. Y nos pareció que eso había que decirlo, resaltarlo, más allá de que uno lo dice constantemente, nosotros pusimos mucho eje en ese tema y también hicimos un capítulo aparte del tema de los niños que fueron secuestrados junto a sus padres o que presenciaron los secuestros”. Los hijosEn este sentido, una de las particularidades del juicio, según manifestó la abogada, es que en este tramo declararon muchos hijos de desaparecidos y muchos sobrevivientes: “ellos dieron cuenta de esa situación violenta en la que estuvieron presentes, cómo los marcó después para el resto de sus días, la verdad que fue cruel, no solo el nacimiento en cautiverio sino también esa percepción del abandono y desolación al ver que a tus padres se los lleva una patota en un auto y a vos te dejan en un cordón cuneta de una calle. Una cuestión muy perversa por parte de

En un nuevo aniversario del golpe cívico-militar, Oral Y Público recordó historias, sensaciones y vivencias de diferentes personalidades: ¿Qué estabas haciendo el 24 de marzo de 1976? Esa fue la consigna propuesta a los entrevistados para recabar testimonios del horror. Referentes de derechos humanos, dirigentes de organismos, ex detenidos desaparecidos, militantes sociales, profesionales, víctimas de la represión del Estado en democracia y familiares de sobrevivientes pusieron en palabras sus recuerdos de la jornada del anuncio oficial del comienzo del golpe que institucionalizó, 40 años atrás, el genocidio que ya había comenzado a tomar forma en el gobierno de Isabel Martínez de Perón. Te invitamos a dejar cómo comentario debajo de esta nota tu vivencia acerca de aquel 24 de marzo de 1976. (Por La Retaguardia)Foto: Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora en la cabecera de la marcha del Encuentro Memoria Verdad y Justicia.Víctor Basterra – sobreviviente de la ESMA“En esos momentos activaba muy duramente contra la dictadura. Ya se habían desatado las tres A (Alianza Anticomunista Argentina) y se veía venir. Es más, había compañeros de otras organizaciones que lo alentaban. Yo, desde pibe, entendí que nunca es cuanto peor mejor. Cuanto peor uno está, menos posibilidades de defenderse tiene. Hay que acumular fuerza, mondongo, espalda para soportar la adversidad. Si ves que el conjunto está a la deriva, vulnerable, triste solitario y final, como diría Soriano, no es fácil enfrentar adversidades. Uno se preparaba ante la alternativa factible que se daba en ese momento de distinta forma. Por eso hablaba de que estaba duramente comprometido. En el interior, en Córdoba, estaba el Comando Libertador de América, acá las tres A, la CNU (Concentración Nacional Universitaria), el CdeO (Comando de Organización), todos los grupos de derecha que venían cascoteándonos, y uno lo soportaba como podía. Andábamos activando, creando agrupaciones. Esa es la historia. Yo era un obrero, un trabajador que andaba en distintas tareas peleando y activando. Vivía en un hotel en Caballito. Ese 24 de marzo lo escuché y me dije a mí mismo: ‘La puta madre que lo parió, mala que viene la cosa’”. Diana Gallardo – Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos“El 24 de marzo de 1976 estaba en mi casa. Esa noche teníamos una reunión con compañeros, militaba en la Juventud Peronista. Toda la célula ya lo venía oliendo, presintiendo, estábamos cerca de los televisores. Todos juntos escuchamos la noticia en casa. La mayoría de mis compañeros han desaparecido, todos. Uno, dos o tres pudieron zafar como yo, sobrevivientes. Seguimos para levantar la bandera de los 30.000 compañeros ex detenidos desaparecidos”. Marlene Wayar – Activista trans, integrante de la Colectiva Lohana Berkins“Yo nací en 1968, era muy pequeña y nadie me lo contó. El primer recuerdo que tengo es con mis hermanas. Teníamos una habitación que daba a la calle en barrio Parque Montecristo, en Córdoba Capital, y una noche me despiertan unos golpes secos, como en los cuerpos, revolcándose en el piso. A mí me dio mucho miedo y me volví a dormir. A la mañana siguiente pregunté en casa qué había pasado y mamá me dijo que no sabía, pero que no podíamos salir de noche porque se estaban llevando a las personas. Me dijo que no importaba que fueras una persona linda, o mala, te llevaban. No hay más relato hasta que yo empiezo en mi pre adolescencia a cursar, junto con el secundario, la escuela provincia de cerámica, el profesorado artístico y técnico de cerámica. Allí era la única gurrumina, con compañeros y compañeras que eran, el más chico, de 25 años, y la más grande de 60. Ahí, sobretodo mis compañeras, empiezan a contarme que en este país donde yo había pasado una infancia feliz con mi familia y demás, existían 30.000 desaparecidos, algunos eran familiares de ellas. Me horrorizó la idea, sobre todo del silencio, de no haber tenido noción hasta ese momento y de haber sido en el mismo momento feliz. Si me preguntaban, mi familia era la familia Ingalls. Eso hizo que yo juzgara a mi papá y a mamá, a quienes declaré inimputables porque se recogieron en su casa a educarnos con el mayor amor y cuidado posibles y sé fehacientemente que no marcaron a nadie, que nunca nos hablaron del odio hacia nadie, nunca nos dijeron que había terroristas; se llamaron al silencio porque eran muy jóvenes con criaturas y obviamente tenían miedo. Papá iba de casa al trabajo y del trabajo a casa. Esos son los primeros recuerdos, creo, y la primera sensación al enterarme fue de espanto por no comprender ese mundo que había pasado frente a mis ojos”.Alfredo Grande – Psiquiatra, psicoanalista y conductor del programa Sueños Posibles “El 23 de marzo de 1976 yo estaba de guardia en Garín, provincia de Buenos Aires, ciudad emblemática que había sido ocupada en su momento por Montoneros. Me fui a dormir aterrorizado porque ya se veía venir. La provincia de Buenos Aires era como una lupa, todo lo que en Capital Federal parecía diluido, ahí era muy concentrado. El 24 me desperté pensando que tenía que atender un paciente y era una enfermera que me decía que desde Escobar le contaban que había habido un golpe de Estado. Garín era un bastión peronista y la sensación de todos fue de terror. Yo, a diferencia de otros compañeros torturados, presos o exiliados, hice un ‘incilio’ interior. Mi hijo mayor, que ahora vive y está muy bien en Brasil, ya había huido por la Triple A. Me quedó esa tarea difícil de resistir y realmente me enteré la brutalidad del genocidio cada semana que iba a Garín por la Panamericana viendo los retenes policiales. Durante meses no supe qué hacer, si huir o quedarme, deseando poder seguir viendo a mi hijo”. Mónica Alegre – mamá de Luciano Arruga“Yo vivía en Morón. Siempre les cuento a mis hijos que mis recuerdos son muy tristes, era la realidad de ese momento. La noche… se sentía el ruido de los coches, que se abrían las puertas, los perros que ladraban,

Durante el programa Oral y Público, que se emite por Radio La Retaguardia, dialogamos con Víctor Basterra, sobreviviente de la ESMA, sobre la visita de Mauricio Macri a ese predio, que se repetirá en los próximos días cuando acompañe al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en el marco de su gira por Argentina que se desarrollará – casualmente o no – el 23 y 24 de marzo. Hablamos además del paso del mandatario francés François Hollande por nuestro país. (Por La Retaguardia)Foto: el presidente en la ESMA (Foto: www.eltribuno.info) “Una sensación horrible”, así describió Víctor Basterra su impresión al ver las imágenes de Mauricio Macri recorriendo el predio donde funcionó el centro clandestino de detención, tortura y exterminio de la ESMA durante la última dictadura cívico militar“Primero porque el lugar está deformado, le han hecho unos agregados extraños que yo siempre repudié, y además la presencia de ese sujeto ahí me produce un profundo rechazo. Su familia, sus grupos han sido sostenedores de la dictadura, sostenedores de este accionar. No olvidemos que ellos eran los dueños de Sevel, que estaban involucrados en toda la obra pública durante la dictadura, con todo lo que significaba eso tanto en mamar de la teta del Estado como la represión al conjunto de los luchadores. Yo soy antipatronal y él es un ultra-patrón, no se puede creer en un tipo que el capitalismo lo envuelve y lo defiende desde el más profundo rincón de su corazón, por lo tanto me produce rechazo y sé que son mentiras, porque no puede haber sensibilidad de parte de alguien que es partícipe necesario de lo sucedido, con qué cara o corazón lo puede decir, con qué voluntad de hacer justicia lo puede decir, por eso hay que estar atentos con el tema de los juicios, no sé cómo se van a desarrollar, así como hubo una modificación en Jujuy con esta movida que hicieron con los diputados votando a favor de la ampliación de la Suprema Corte y luego incorporándose ellos mismos a esa Corte después de haber votado, acá va a ser lo mismo, una parodia de todo y es peligrosísimo”, agregó Basterra.“No sé qué carajo hacen acá, la verdad que me molesta toda esta historia”, expresó Basterra al referirse a las visitas de esta semana del presidente francés, François Hollande y la que hará el mandatario norteamericano Barack Obama el 23 y 24 de marzo próximos.Respecto a la presencia del presidente de Estados Unidos, Basterra aseveró: “ellos eran los que monitoreaban todo lo que sucedía en sus patios traseros; esto empezó con Brasil en el año ’64, luego con Chile, Uruguay, y por supuesto Argentina, toda buena parte de los tipos que realizaron las barbaridades eran alumnos de la Escuela de las Américas, así que nadie puede venir con buenas intenciones. Además, Estados Unidos está propiciando en cada una de sus acciones la justicia transicional, y esto se vio en el marco de lo que era Sudáfrica, que fue realmente otra experiencia, otra realidad, y tratan de trasladarlo a nuestros países. Yo he estado presente en las conversaciones, en las discusiones, en los rechazos que ha habido en Río de Janeiro y en distintos lugares, por el tema de la justicia transicional que es lo que promueve Estados Unidos justamente para evitar ser juzgado en todas las masacres que está haciendo en buena parte del mundo”.Respecto a la justicia transicional, explicó: “siempre puse el ejemplo de alguien que te dice que mató a tu padre, a tu madre y tu hermana, y te dice ‘me hago cargo, lo hice, te doy plata y se acabó el problema’. Esa es la justicia transicional. Yo pago una multa por haber secuestrado, torturado, eliminado, hecho desaparecer a miles de personas como están haciendo ellos actualmente con sus bombardeos y toda esa historia, pero justicia nunca”.“Creo que habría que hacer algún acto de repudio, por lo menos colgar carteles, soldar los portones para que no pase, es inadmisible, ojo es la visión de un tipo que está un poco resentido con esta historia”, afirmó Basterra respecto a las medidas que se deberían tomar desde los organismos de derechos humanos ante el anunciado recorrido de Obama por el predio de la ESMA.En este sentido, el sobreviviente del Terrorismo de Estado expresó que si el mandatario arribara al país con intención de pedir disculpas, abrir los archivos secretos, la situación sería distinta: “esos serían gestos reales, después lo demás es para la foto nomás. El pedido de disculpas, además, tendría que estar acompañado por el de Macri”, señaló entre risas.Esta semana, el presidente francés François Hollande realizó un homenaje a los desaparecidos en el Parque de la Memoria, que se encuentra en la Costanera. Del acto participaron, entre otros, el jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta, la canciller argentina Susana Malcorra y la titular de Abuelas de Plaza de Mayo Estela Carlotto.En este marco, Basterra recordó la situación de Miguel Sandoval, el ex oficial de la Policía Federal, apodado Churrasco o Churrasquito, que debe ser extraditado por Francia para ser juzgado en Argentina por la desaparición del estudiante Hernán Abriata: “más allá del homenaje en el Parque de la Memoria, la pregunta es si lo van a extraditar y no hay mucha voluntad de eso porque sino ya estaría siendo juzgado acá, está involucrado hasta las nalgas en la represión de Coordinación Federal a la ESMA. El dato de la realidad es que no le dan la extradición, lo demás es todo subjetivo, creo que lo real es que hoy tienen en sus manos la posibilidad de que pueda ser juzgado acá, porque no es como en la época del punto final y la obediencia debida, en la que había impedimentos para ser juzgado en Argentina. Estas leyes se derogaron y anularon, ahora está abierta la cosa para ser juzgado acá, además él tiene causas acá”.Incluso, la familia de Abriata le presentó una carta a Hollande explicándole la situación de Sandoval y solicitando su extradición. Sin embargo, el presidente galés

Un grupo de 9 represores fue condenado a perpetua y otros 3 a penas de entre 8 y 12 años este jueves 25 de febrero por delitos de lesa humanidad cometidos contra 123 víctimas durante la última dictadura cívico militar. Pocas horas después de finalizado el juicio, conversamos en Oral y Público, por Radio La Retaguardia, con la fiscal ad hoc Eugenia Montero, quien dio detalles del proceso y relató sus sensaciones. (Por La Retaguardia) Foto: los fiscales Montero, Romero y Larriera en una de las audiencias (Foto: Belén Cano www.fiscales.gob.ar) El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Mar del Plata, integrado por Mario Portela, Néstor Parra y Alejandro Esmoris, condenó a prisión perpetua al ex jefe de Operaciones de la Agrupación GADA 601, Alfredo Manuel Arrillaga; a los ex jefes de la Base Naval y comandantes de la Fuerza de Submarinos, Juan José Lombardo y Raúl Alberto Marino; al ex comandante de la Agrupación Buzos Tácticos y ex subjefe de la Base Naval, Rafael Alberto Guiñazú; al ex comandante de la Agrupación Buzos Tácticos, José Ornar Lodigiani; al ex jefe del Departamento de Operaciones de la Base Naval de Mar del Plata y comandante del GT6.1, Alberto Ignacio Ortiz; al ex jefe de Contrainteligencia de la Base, Julio César Falcke; al ex jefe de Comunicaciones de la Base Naval y ex jefe del Departamento Operaciones, Daniel Eduardo Robelo; y al ex jefe de la sección Inteligencia de la Base Naval durante 1978 y 1979, Francisco Lucio Rioja.En tanto, el ex jefe de la prefectura Naval Argentina, Juan Eduardo Mosqueda, fue condenado a 12 años de prisión; el ex jefe de la sección de informaciones de la Prefectura, Ariel Macedonio Silva, a 10; y el ex suboficial de Infantería de Marina, José Francisco Bujedo, a 8.Es por los delitos de lesa humanidad cometidos contra 123 víctimas en los centros clandestinos de detención que funcionaron en la Base Naval, la Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina y la Prefectura Naval Argentina de Mar del Plata.“El día de la sentencia es muy especial y más después de un juicio que tuvo una duración de casi un año de audiencias en las que se escucharon muchísimos testimonios y se recibió muchísima prueba, se trabajó mucho en pos de este resultado, que realmente es muy movilizante porque el fallo en principio, más allá de algunas diferencias y más allá de que obviamente hay que leer los fundamentos, responde a las expectativas de esta acusación y del trabajo que hemos desarrollado en este casi año de juicio oral y también en muchos años anteriores de instrucción y elevación de la causa a juicio”, expresó la fiscal Eugenia Montero en el inicio de la charla con Oral y Público.“3 de los imputados llegaron por primera vez a juicio oral, el resto ya había transitado en algunos casos un juicio y en otros más de uno. Esto tiene que ver con la lógica de estas investigaciones que a veces es un poco difícil de explicar para la gente que no está circunscripta específicamente en la materia, pero que tiene que ver con que las investigaciones se hacen por tramos en los que se siguen incorporando hechos. Esto motiva por ahí a que en función de los plazos procesales se fraccione el juzgamiento de hechos de los que han sido víctimas personas que han pasado por los mismos centros clandestinos y esto genera que más de un imputado tenga que sentarse más de una vez en el banquillo. Este es un tercer tramo de una causa que tuvo 9 víctimas en el primer tramo, 69 en el segundo, y ahora fueron 123. Esta es la lógica que explica, si bien no excusa la lentitud de la justicia, la evolución del proceso de investigación y juzgamiento de los crímenes que se cometieron en este ámbito”, aseveró Montero.Efectivamente, el jueves 25 de febrero finalizó el juicio por el tercer tramo de la Causa Base Naval, el que aparecieron por primera vez pruebas que confirman el trabajo en común entre la Armada y el Ejército a partir de la coordinación entre la Base y la subzona militar 15: “si bien Arrillaga – coronel del Ejército y jefe de Operaciones de la subzona 15 – había sido condenado en los 2 tramos anteriores por hechos específicos en los que se entendía que había responsabilidad del Ejército y no por hechos en los que se podía comprobar la responsabilidad de la Marina, en esta ocasión es la primera vez que el jefe del Ejército también responde por las víctimas que pasaron probadamente por los centros clandestinos de la Marina. En principio, y a priori por lo que fue el veredicto de hoy, entendemos que el tribunal hizo suya la interpretación de esa acusación en cuanto a la coordinación inter-fuerzas que funcionó para la represión”, señaló Montero.Durante este tramo se juzgaron hechos previos al golpe, ya que las primeras víctimas de la causa son de diciembre de 1975, y de enero de 1979, en plena dictadura. Al ser consultada sobre si en el trabajo de la fiscalía se hizo una distinción entre los casos ocurridos con anterioridad al 24 de marzo y los posteriores, Montero explicó: “en la acusación llevada adelante por la fiscalía todos los crímenes fueron tratados como parte del Terrorismo de Estado, no hubo una diferenciación específica en relación a los hechos que en el caso nuestro eran de diciembre de 1975. Sí se explicó que claramente la modalidad de esos hechos era exactamente la misma que la de los que sucedieron después del 24 de marzo, con lo cual toda la lógica de cómo se desarrollaron las detenciones, los tormentos, los lugares que fueron alojadas las víctimas y las condiciones en que permanecieron secuestradas nos permitieron unificar el tratamiento de lo que pasó antes y después del 24 de marzo de 1976, por lo menos en el marco de esta causa y de lo que fue esta acusación”.Uno de los momentos más conmovedores y enriquecedores para la fiscal,