Canción actual

Título

Artista


violencia de género


Como cada año, las calles de todo el país volvieron a llenarse para proclamar la consigna del Ni Una Menos. La convocatoria se vio atravesada por un contexto social y económico en el que la pobreza y el desempleo no dejan de aumentar. Cada día estamos a la espera de saber qué conquista atacarán, para desviar el foco de las verdaderas discusiones. Fue la primera concentración sin Norita Cortiñas, quien estaba  en cada lucha. Aun así, logramos llevar su legado, para que siga estando presente. Compartimos un fotoinforme. Redacción: Agustina Sandoval Lerner / Valentina MaccaroneEdición: Pedro Ramírez Otero Fotos: Natalia Bernades / Bárbara Barros 3J 2024 en Congreso Foto Natalia Bernades 3J 2024 en Congreso Foto Natalia Bernades 3J 2024 en Congreso Foto Natalia Bernades 3J 2024 en Congreso Foto Natalia Bernades 3J 2024 en Congreso Foto Natalia Bernades 3J 2024 en Congreso Foto Natalia Bernades 3J 2024 en Congreso Foto Natalia Bernades 3J 2024 en Congreso Foto Natalia Bernades 3J 2024 en Congreso Foto Natalia Bernades Desde 2015, nos movilizamos en todo el país bajo la consigna “Ni una menos”. Hace ya 9 años nos convoca un mismo grito de furia, que esta vez se vio intensificado en las calles.  Nos ocupan el hambre, la pobreza, el desmantelamiento del Estado en políticas públicas hacia las mujeres y diversidades, el desempleo y el peligro de derrumbe de nuestras conquistas más peleadas, como la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.  Hoy, gritar “Ni una menos” tuvo un gusto mucho más amargo y desgarrador. En mayo, el Observatorio “Mujeres, Disidencias, Derechos” de Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá) lanzó un nuevo informe del Registro Nacional de Femicidios, Femicidios Vinculados, Trans/Travesticidios, lesbicidios y otras muertes violentas. De enero a mayo de este año hubo 89 femicidios contados en este registro. De estos, se desprenden: -64 Femicidios directos.-3 Trans/travesticidios.-3 Lesbicidios.-2 Vinculados de niñas/mujeres.-6 Vinculados de niños/varones.-9 Feminicidios por narcotráfico/crimen organizado.-2 Suicidios feminicidas. Los intentos de femicidios contabilizados fueron 216. Además, los discursos de odio circulan con mayor validación social cada día, y el Gobierno nacional a su vez los fomenta.  Las cifras continúan siendo alarmantes. En un contexto donde nos cuidamos sólo entre nosotras, donde no existe ningún tipo de respuesta por parte de un Estado que niega la existencia del patriarcado y del sesgo de género en las violencias, las calles se inundaron de consignas contra el hambre, la pobreza, contra el ajuste a las jubilaciones, el desempleo y, claro, contra la violencia machista. Este fue nuestro primer Ni Una Menos sin Norita. Sin su sonrisa y sus abrazos. Pero, con toda la tristeza acumulada desde su partida, sabemos que desde algún lado sigue guiándonos y mandando todas las fuerzas que necesitamos para enfrentar el odio que no para de crecer.  Su esencia y lucha quedará en cada una de nosotras y nosotres. En cada corazón, cada consigna. Encada grito, en cada calle y en cada lucha.  Norita nunca se va a ir. Nunca nos va a dejar.  Venceremos, Norita querida.

Este jueves 15 de febrero a partir de las 18 y hasta la medianoche se realiza una jornada de arte y protesta por la absolución de Pierina Nochetti. La actividad es en Casa Cultural Pepa Noia (Brasil 444), frente al Parque Lezama, en la Ciudad de Buenos Aires. Foto de portada: Archivo Natalia Bernades / La Retaguardia Pierina Nochetti es una activista lesbiana, mamá de tres hijes y trabajadora municipal, que vive en Necochea. Está criminalizada, acusada de haber pintado un mural con la consigna “¿Dónde está Tehuel?” en una pared del anfiteatro de esa ciudad balnearia en 2022. El mural fue realizado por la Marcha del Orgullo, no obstante ella es acusada y enfrenta el próximo 6 de marzo un juicio en su contra. Pierina está en la Ciudad de Buenos Aires y ayer, en la asamblea preparatoria del 8M, explicó su situación. El proceso judicial es un caso testigo: “La causa puede sentar precedentes que criminalicen la protesta, limitando el derecho a lucha y a la libre expresión, de cualquier artista, cualquier persona LGTBIQ, cualquier persona que se movilice por alguna causa social”, advierten desde la Campaña Absolución para Pierina, desde la Secretaría de Género y Diversidad ATE CDN, la junta interna de ATE Cultura y desde Amnistía Internacional. https://youtu.be/FdQPRCvlZqc?si=x19aBeMJVkNZqP4O

Lo confirmó Florencia Ferreira, quien está a cargo de la Dirección Nacional de Asistencia Integral a las Víctimas de Violencia por Razones de Género. En el programa Oid Mortales, Ferreira se refirió a las agresiones a las y los trabajadores desde el triunfo de Javier Milei. La repartición depende del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, que el futuro presidente ya anunció que cerrará. Entrevista: Cristina Varela y Luis Angió La línea 144 es un dispositivo de llamadas gratuito abierto a la comunidad que atiende las 24 horas y los 365 días del año. Este año se cumplieron 10 años del servicio, que cuenta con más de 140 profesionales que brindan contención, orientación y asistencia a personas víctimas de violencia de género o a sus familiares por teléfono, por WhatsApp y por correo. Además, ofrece un canal de atención por videollamada dirigido a personas sordas y atendido por personas sordas e intérpretes. En el último período, se multiplicaron los llamados y mensajes por WhatsApp odiantes. Ferreira también se refirió a la amenaza de bomba que recibió el Ministerio, en un contexto de recrudecimiento de los mensajes de odio para quienes trabajan en el Estado y en el abordaje de las violencias. La funcionaria afirmó: “Están trascendiendo discursos que invisibilizan la desigualdad de género como un problema social que requiere de la intervención del Estado”.

Darío Montenegro, director del Hospital Protomédico de Santa Fe, fue amenazado y golpeado por acompañar a una colega, víctima de violencia de género por parte de otro trabajador del hospital. Desde la Federación Argentina de Medicina General y la Asociación Santafecina de Medicina General y Familiar exigen que actúe el Ministerio de Salud y que el violento sea sancionado. El médico pasó por el programa radial La Retaguardia y habló acerca de esta situación. Entrevista: Pedro Ramírez Otero / Fernando Tebele

La agresión ejercida por José Ernesto Schulman, ahora expresidente de la centenaria Liga Argentina por los Derechos Humanos, a una trabajadora de la Terminal de ómnibus de Santa Clara del Mar, nos abre la puerta no sólo al análisis del video viralizado, algo que los medios tradicionales ya han hecho hasta el cansancio, sino a un movimiento más comprometido con la reflexión en torno a la violencia en nuestros espacios cotidianos, utilizando las herramientas que nos brinda la experiencia del movimiento feminista. (Por La Retaguardia) ✍️ Redacción: Chechu Rodríguez/Tamara Alfaro Moreno 💻 Edición: María Eugenia Otero/Fernando Tebele 🖍️ Ilustración: Marilina Contreras/La Retaguardia En el video, claramente, hay  un acto de violencia patriarcal, un abuso de poder simbólico y físico perpetrado por un hombre mayor sobre una mujer joven en su ambiente laboral. Sin embargo, la mayoría de los titulares pusieron el foco en que el atacante es (¿era?) un referente de los derechos humanos en nuestro país. Por eso mismo la condena social se extendió tan rápida y públicamente como fue posible. Hubo mucha gente apurada por “despegarse” de la figura de Schulman. Aparecieron indignadìsimos -y muy bien escritos- repudios al hecho, acompañados de solidaridades vacías hacia la empleada. En las redes sociales se multiplicaron los comentarios, algunos desde la ignorancia absoluta sobre la militancia que Schulman viene sosteniendo por los DDHH y, otros, sobre hechos anteriores de violencia patriarcal, de carácter mucho más sutil, que Schulman habría tenido con compañeras en esos mismos espacios de lucha.   En el video se puede ver cómo el sistema patriarcal se manifiesta con claridad, con todo el abuso de poder en primera plana, pero, ¿qué pasó con esas situaciones previas que no implicaban violencia física ni amenazas y que no fueron filmadas ni viralizadas? Para ser recordadas a partir del video, debieron ser vistas y reconocidas como injustas e inapropiadas cuando sucedieron; sin embargo, el trasfondo patriarcal parece esclarecerse recién ahora, con todos los dedos señalando a Schulman. “Vergüenza es robar y que te pesquen”, dice un viejo dicho.  Desde registrar micromachismos, sutiles y a veces imperceptibles ejercicios de dominio masculino en la vida cotidiana que atentan contra las subjetividades femeninas, hasta visibilizar las violencias más explícitas, como las psicológicas, políticas, económicas o sexuales, es importante mirar nuestros espacios cotidianos desde la perspectiva de género. De otra manera los hechos se contemplan por el impacto de los mismos como si fueran un “sin sentido” o “un desborde” de quien se posiciona en protagonista, justamente por la carencia del análisis contextual e histórico de estos actos. La disculpa de Schulman, precisamente, sólo abarca el único hecho de violencia que se hizo público, presentándolo como un hecho aislado en una vida de lucha y militancia, como una acción contraria a todas sus convicciones. Y seguramente él lo perciba de esta manera y muchas/os de sus compañeras/es de militancia, también. Y no es mentira: efectivamente hay una vida de militancia antes de este hecho; es cierto que Schulman es un referente de los derechos humanos; también es verdad que esto va en contra de las convicciones que defendió a lo largo de su vida. Pero también hubo (hay) una violencia no percibida, normalizada y, seguramente, silenciada.  Existe un silencio cómplice, un pacto entre caballeros que suele establecerse entre los varones, especialmente entre aquellos que ocupan posiciones de poder. Pero también existe otro silencio, el de la costumbre, por llamarlo de alguna manera, que incluso puede ser no solo de varones. Se percibe el acto como algo violento, pero también se lo minimiza y se lo excusa hablando de generaciones distintas, de malos momentos o de desbordes; se lo olvida a la luz de los logros y/o del cariño hacia quien lo realiza; se supedita el bienestar de quien padece esa violencia por un bien mayor, el de la organización o el de la lucha conjunta…  Cuando no podemos mirar nuestros espacios cotidianos desde la perspectiva de género, se nos olvida que todas, todes y todos crecimos en una sociedad patriarcal. Eso incluye a las personas referentes, y nadie está exento de comportarse en forma violenta. Ni siquiera nuestras propias prácticas, ni las de nuestras amistades, familias y militancias quedan afuera.  Condenar públicamente una conducta violenta porque fue filmada y viralizada sin reflexionar en clave de género sobre las prácticas institucionales que habilitaron la escalada de violencia, es convertir al victimario en un chivo expiatorio. Es lavarse las manos. Una salida fácil y políticamente correcta para las organizaciones y los medios tradicionales de comunicación. Incluso, da lugar a la victimización de la persona violenta.  Entonces, continuando con esta tarea reflexiva y ya que vivimos y asistimos al mismo sistema educativo, nos desarrollamos laboralmente y nos criamos dentro del sistema patriarcal, sin señalar o escandalizarnos casi como tomando distancia del hecho, pero poniéndolo en contexto, cabe preguntarnos: ¿estamos pudiendo ver en nuestros espacios cotidianos las acciones mínimas simbólicas, psicológicas, verbales, que anticipan situaciones violentas como las publicadas? ¿Qué estamos haciendo para erradicar este tipo de violencia en ellos? ¿Qué hacemos con quienes cometen un acto de este tipo? Demasiadas preguntas quizás. Apostamos a que, en la medida en que nos las hagamos, podamos encontrar respuestas. Y que sean, sobre todo y esencialmente, nuevas construcciones colectivas. 

En un comunicado oficial, la Organización de las Naciones Unidas advirtió sobre la incorrecta aplicación del Síndrome de Alienación Parental (SAP) en casos de violencia sexual en España contra niños, niñas y adolescentes. El organismo internacional se refiere a un caso específico en que la justicia desprotege a una madre y a su hija e ignora los testimonios de la niña que denuncia el abuso de su progenitor. (Por La Retaguardia) ✍️ Redacción: Tamara Alfaro Moreno 💻 Edición: Diego Adur 🖍️ Ilustración: Marilina Contreras   En los últimos días se hizo público un documento periodístico  en el que la ONU alerta que en España se encuentran utilizando falso Síndrome de Alienación Parental (SAP) en documentos profesionales periciales, forenses y judiciales en casos de violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes. Esta falsa teoría desmentida por organismos internacionales y colegios de profesionales a lo largo de todo el mundo (en Argentina describen la gravedad de su uso la Dra. Eva Giberti o el Dr. Carlos Rozanski, por ejemplo), todavía es utilizada en informes profesionales que deslegitiman el testimonio invaluable de la persona que padece el abuso, con el esfuerzo psíquico que conlleva ponerle palabras a lo innombrable, y la exponen a violencias aún más graves por haberlo hecho. Además de que responsabilizan a la madre protectora por “hacerle creer eso al niño/a”.  En el documento se recuerda que este no es un caso aislado. Que desde las relatorías de Naciones Unidas se ha pedido explicaciones al Gobierno español sobre el uso de estereotipos de género en la justicia y concretamente sobre lo extendido del uso del Síndrome de Alienación Parental en al menos cuatro ocasiones: “Nos preocupa que, a pesar de ellas, los problemas estructurales referidos sigan presentes de diferentes formas”, refiere el escrito. En estos lares, lastimosamente no cambia la situación.  En 2020, a raíz de una situación que sucedió en los medios de comunicación, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos, la Secretaria de Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, entre otros organismos firmantes, manifestaron el rechazo al uso del SAP en un documento público (“La aplicación del denominado Síndrome de Alienación Parental produce severas afectaciones a los derechos de niños, niñas y adolescentes”). A pesar de ello y desoyendo estas sugerencias, lo continúan utilizando en evaluaciones solicitadas judicialmente. Esto se vio de manera evidente en el caso de la lucha de Daniela, madre protectora e impulsora del #Alerta Martin, quien se encuentra atravesando en este momento una dura lucha judicial para proteger a su hijo de los abusos de su progenitor. Convivimos con mitos a diario que nos impiden quitarnos el velo y ver la vida con otra perspectiva. En este caso el SAP potencia el mito de “las falsas denuncias”, y si quien lo dice es un equipo de profesionales especializados de la justicia o de donde sea, el impacto para las víctimas es irreparable. La violencia sexual existe, arrasa las mentes y cuerpos de quienes la padecen y en la mayoría de los casos sucede en los lugares que pensamos que son los más seguros.

Ofelia Mosconi es la mamá de Verónica Villar, una de las chicas asesinadas en lo que se conoció hace 24 años como el triple crimen de Cipolletti, en la provincia de Río Negro. En diálogo con el programa radial Hasta que vuelvan los abrazos, Ofelia repasó cómo fueron los primeros días después de la desaparición de las chicas y cómo, a través de la lucha en la calles, la palabra crimen fue reemplazada por femicidio. Además, denunció el accionar de la policía y de la Justicia. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Nicolás Rosales/Julián Bouvier ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Diego Adur 📷 Fotos: Silvina Ojeda Verónica Villar, de 22 años, junto a las hermanas Paula González, de 16, y María Emilia González, de 24, estaban paseando por un camino rural cuando fueron vistas por última vez con vida, el 9 de noviembre de 1997. A los 2 días aparecieron sus cuerpos. A este femicidio se lo conoció como el triple crimen de Cipolletti. La autopsia determinó que habían usado diferentes tipos de armas. Verónica estudiaba Agronomía. María Emilia quería ir a Misiones para cursar la Licenciatura de Genética y Paula no había terminado la secundaria, pero le atraía la carrera de Turismo. María Emilia era mamá de Agustina, de dos años en aquel momento de la desaparición. Las sospechas sobre la policía como autora y encubridora fueron fuertes. Sin embargo, la investigación judicial fue en otro sentido y condenó a dos civiles por el presunto secuestro de las adolescentes.  Triple crimen por triple feminicidio Ofelia Mosconi, mamá de Verónica, destacó el rol de la memoria en el caso del femicidio de su hija, hace ya 24 años: “La memoria hace crecer a los pueblos. Es una denuncia pública. La memoria pasa por el corazón. Y a María Emilia, Paula y Verónica siempre las tenemos presentes. Las chicas salieron a caminar y no volvieron”.  En relación a la ciudad de Cipolletti, donde sucedieron los hechos, expresó: “Era una ciudad casi pueblo en ese momento, donde todos nos conocíamos, donde nunca pasaban cosas tan tremendas como estas. Y bueno, una ciudad de los eslóganes mentirosos: Ciudad de Paz o Ciudad para Vivir. Este hecho mostró la otra cara,  la perversidad, y otras  irregularidades que se mantenían, que las desconocíamos. Nuestras hijas y nuestros hijos podían salir a la noche y volver. Todos los padres esperaban, pero ese día las chicas no volvieron”. Durante mucho tiempo a este caso se lo conoció como el triple crimen de Cipolletti, y hoy en día se lo llama femicidio: “Esto se debe a que la lucha de las mujeres en las calles ha logrado estas cosas y nosotros decimos que es femicidio, porque cuando no hay culpables hay un Estado responsable. Porque no solamente es el primer triple femicidio, sino que hubo un segundo y hay más mujeres asesinadas y ninguno de los hechos tiene respuesta, ninguno fue esclarecido”, dijo.  Esperanza y rebeldía Además, comentó algunos aspectos positivos en referencia a lucha feminista en las calles cipoleñas: “El cambio es que tenemos esperanza y rebeldía, porque la esperanza quieta es cobardía. Rompimos con un silencio cómplice que había en nuestra ciudad, donde han sembrado tanto terror que nadie se animaba a salir. Por eso decimos que lo peor que nos puede pasar es quedarnos en nuestra casa mirando cómo pasan las cosas. Cómo pasan los femicidios que se producen cuando hay machistas, homicidas, Estados patriarcales y también el silencio de la sociedad. Están los que callan porque saben y están los que callan porque no saben, esta es la impunidad que sufrimos nosotros”.  Por otro lado, y respecto al accionar policial agregó: “Desde luego, los policías que hicieron la búsqueda, hicieron una búsqueda errática, mentirosa. Nos decían que a las chicas las habían visto por el norte, por el sur, subiendo a un camión. Bueno, todas esas mentiras que usan ahora también. No cambiaron. Es más de lo mismo. Nosotros conocíamos a nuestra hija, sabíamos que no se había ido. Si ellas no nos volvían a ver, era porque estaban retenidas”.  Ofelia y una lucha sostenida Se supo que la familia González decidió no hablar más con los medios. Tampoco participan de las movilizaciones que se hacen año tras año. Las primeras marchas fueron masivas en la ciudad de Cipolletti, pero a lo largo de los años han perdido fuerza. Ofelia aclaró: “De la familia González está participando Agustina, que es hija de María Emilia González. Ella cuenta que le costó mucho salir. A los 15 años se enteró por su papá cómo habían sucedido las cosas. Gratamente les puedo decir que ella sí se está movilizando, está participando mucho y le hace muy bien, porque se saca muchas cosas que tenía dentro y no sabía cómo manifestarlas”. Mosconi también dió las razones que la ayudan a sostener su lucha durante estos 24 años: “Me mantengo de pie porque hay un grupo de mujeres feministas. Yo pertenezco a la Multisectorial (de Mujeres contra la Violencia en Cipolletti)y a organizaciones sociales. Parte de la sociedad, amigos, vecinos siempre nos acompañan. Hace 24 años que nos acompañan, es lo que da fortaleza para seguir de pie y no dejarse convencer por un Estado que lo único que quiere es el resarcimiento económico y que nosotras nos quedemos en la casa”.  El mal accionar policial  La escena del crimen en aquellas primeras horas y primeros días fue completamente adulterada. Fue algo muy significativo. Así lo recordó la mamá de Verónica: “Antes de que aparezcan las chicas ya tenían a los presuntos culpables que eran (Hilario) Sepúlveda y (Horacio) Huenchumil. Cuando la hipótesis de los marginales se cae, aparece este personaje que está preso, (Claudio) Kielmasz. Destruyeron pruebas y huellas. Entonces pisotearon todo el lugar, no se resguardó nada. Eso fue responsabilidad del subcomisario (Luis Erasmo Seguel). El que hizo la búsqueda mentirosa en donde se hizo la denuncia”. Impunidad judicial “La causa se eleva a juicio por error y porque buscaban a otras tres chicas que nunca aparecieron. Así que

Es un dato escalofriante que surge del Registro Nacional de Femicidios del Observatorio de Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumala). Una de sus integrantes, Victoria Aguirre, en comunicación con el programar radial La Retaguardia, profundizó en las estadísticas de las violencias hacia las mujeres y disidencias. En el Día Internacional de Lucha por la Eliminación de la Violencia de Género, las cifras sirven para visibilizar la cruda realidad. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Pedro Ramírez Otero/Fernando Tebele

El 5 de octubre se realizó una sesión especial en el Congreso de la Nación y finalmente no hubo quórum. Ese día se iban a debatir diferentes proyectos de ley, entre ellos la de etiquetado frontal y la de protección y reparación a personas en situación de calle y familias sin techo. En diálogo con el programa radial Hasta que vuelvan los abrazos, de La Retaguardia y Radio Sur, Daniela Camozzi, integrante de organización “No Tan Distintes”, comentó en tono de preocupación que hace ya mucho tiempo se viene perdiendo el estado parlamentario del proyecto. “Es una clara muestra de desinterés”, remarcó.  (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Fernando Tocco ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Fotos: Archivo Natalia Bernades/La Retaguardia —¿Qué pasó con este proyecto de ley de emergencia para gente en situación de calle que debía ser votado? —Es una ley que hace bastantes años que se viene presentando y que va perdiendo estado parlamentario. Como toda lucha de estas características no es de ahora, sino que es esta cuestión constante de sostener y de insistir. Desde el 2015 se va representando siempre por fuerzas del campo popular. En esta última oportunidad acompañamos este proyecto, pero no somos de las principales organizaciones. Lo que pasó el otro día (por el 5 de octubre) es una clara muestra de desinterés. Entró a Diputados con la ley de etiquetado frontal. Todo el mundo habló de esto, y la situación de calle una vez más quedó invisibilizada. La ley está renaciendo nuevamente para que se trate el 26 de octubre. Federico Fagioli es uno de los  impulsores de esta nueva presentación de la ley. Hay que pelear en el Congreso por una ley como marco primero, y después insistir en que la implementación tenga presupuesto.  —¿Qué plantea el proyecto en sí mismo para generar tan poca sensibilidad?  —En nuestra concepción, la palabra que se usaba antes era invisibilizar, esconder tabúes, dar lo que no se quiere ver, que es el margen del margen de la sociedad. Es el terror que produce ese espejo. Cualquiera de nosotros podría quedar en esa situación. Es el neoliberalismo, pero en su peor cara, es lo que nadie quiere ser, lo que nadie quiere ver y por ese motivo no tiene un marco legal correspondiente a nivel nacional. En la Ciudad de Buenos Aires es otro cantar, porque por la lucha de las organizaciones, entre ellas la nuestra, la de nuestras familias, hay un marco legal. Aunque es penosa la implementación. Entonces en un marco legal nacional se deberían destrabar algunas cosas. Además la cuestión presupuestaria, porque el trabajo implica un montón de recursos que en este momento los está poniendo la sociedad civil organizada. Eso es una política pública que no la está haciendo el Estado, la está haciendo la sociedad. El sujeto político detrás de esta lucha es elusivo, se te escapa. Porque es el compa, la compa que están ahí, en el territorio, que los mapean con el censo. Se plantea un gran dilema, es una herramienta fundamental para que la ley nacional esté y deberá hacerse, pero es de una complejidad importante porque ¿qué va a querer hacer el poder? Va a querer hacer un censo. Las personas en situación de calle tenemos mucho que decir.  —¿Qué panorama podés compartir con nosotros en función de cómo está la Ciudad de Buenos Aires?  —No tenemos un número que pueda dar. Este año, por la pandemia, no se pudo hacer un censo popular nuevamente. Se hacen cada dos años, en 2017 y 2019 los números van siempre en aumento. Desde la Asamblea Popular tenemos un observatorio de la violencia, porque también hay que trabajar en lo que se le dice norma social, no en estos discursos de odio que desde el poder bajan y generan quejas a compañeros a los que se les prende fuego, a los que han acuchillado. Tuvimos hace poco una reunión con organizaciones de todo el país donde los casos, uno por día mínimo, salen en los medios de distintos lugares de Argentina. Eso también te marca. No Tan Distintes Por último, Camozzi comentó algunas de las tareas que llevan a cabo desde la organización: “Trabajamos con violencia de género e identidad. Tenemos en este momento proyectos, por ejemplo, de causas colectivas que no están en el proyecto de ley nacional actual, pero que en el devenir de la organización hemos tomado nota de que lo institucional muchas veces es también lo que impulsa a crear nuevas realidades. Tenemos talleres de distintos tipos en los que trabajamos desde la reflexión política al acceso a derechos. Todo el tiempo pensamos en esta cuestión de asistencialismo, acceso a derechos, autogestión. Hay proyectos de formación en acompañamientos integrales que dan una salida laboral y proyectos socioproductivos en el trabajo y formación laboral de cooperativismo”.

A un mes del incendio de la Brigada de Mujeres de Concepción, las familias sólo encuentran lentitud en la investigación judicial sobre la muerte de las cuatro mujeres detenidas. Hasta el momento, la Unidad Fiscal de Delitos Graves del Centro Judicial de esa localidad tucumana informó que el siniestro tuvo una duración de aproximadamente cuatro horas y comenzó en el exterior de la celda, lo que descarta las primeras versiones policiales sobre un supuesto motín. Hoy, la pesquisa ya se encuentra entre los delitos de abandono de persona u homicidio. Intervienen fuerzas de seguridad nacionales y organismos internacionales de derechos humanos muestran su preocupación ante el caso.  ✍️ Redacción: Milagro Mariona (La Nota – Tucumán) 💻 Cobertura colaborativa de La Nota/La Retaguardia/Cítrica/Revoluciones     El jueves 2 de septiembre, a las 17, se registró un incendio en la Brigada Femenina de la ciudad de Concepción. A raíz del incendio, Rocío Micaela Mendoza, Yanet Yaqueline Squilán, María José Saravia y Macarena Salina murieron por asfixia dentro de una celda cerrada con candado. Según los testimonios recolectados por la prensa, fueron los vecinos quienes alertaron a los bomberos y con baldes de agua intentaron apagar el fuego. Cuando finalmente pudieron ingresar, ya habían pasado al menos tres horas desde que se inició el incendio. Familiares relataron que las mujeres estaban abrazadas en el baño, donde buscaron protegerse del fuego. Las policías a cargo de la guardia eran tres, quienes salieron ilesas. También sobrevivió otra mujer que estaba detenida en otro espacio de la dependencia policial.  Las víctimas fatales del incendio tenían entre 23 y 26 años. Ninguna debía estar cumpliendo su condena en esa brigada ya que no es un centro de detención, pero por la sobrepoblación carcelaria que existe en Tucumán, el único penal de mujeres de Tucumán no tenía cupo.  Familiares denunciaron que cuando reconocieron los cuerpos en la morgue, presentaban hematomas y golpes. Además, señalaron que a través de cartas las jóvenes contaron que eran maltratadas por las guardias, castigadas y hostigadas constantemente.  El Ministerio de Seguridad, a cargo de Claudio Maley, pasó a disponibilidad a las tres mujeres policías encargadas de la seguridad de la dependencia, Sandra Rivarola, Susana Rodríguez y Margarita Gutiérrez, y a la jefa de la Brigada, Fernanda Lazarte. La primera versión que echaron a rodar las fuentes policiales, fue que se trataba de un motín y los medio de comunicación hegemónicos dieron por cierta esa información, titulando: «El trágico motín fue originado por una joven que pretendía ser trasladada a la cárcel». No se trata de un hecho aislado. En 2015 sucedió un hecho similar en la Brigada de Investigaciones Norte de Yerba Buena donde murieron Ariano Viza y Emanuel Gallardo, dos jóvenes que se encontraban detenidos en un calabozo junto a otras 16 personas. Hasta ahora, la causa no llegó a juicio oral y familiares continúan con el pedido de justicia. Además, el alojamiento en comisarías por el hacinamiento de las cárceles disparó múltiples fugas en las últimas semanas, siendo la de Roberto Carlos Rejas la de mayor trascendencia, condenado por doble femicidio y quien se cree contó con ayuda policial para concretarla.  Peregrinar por las respuestas Virginia Santana, madre de Rocío Micaela Mendoza, después de esperar varias semanas los resultados de las pericias, llegó sola a la fiscalía a cargo de Miguel Varela, para saber qué es lo que pasó con su hija bajo la custodia del Estado tucumano. “Me dijeron que el incendio se inició afuera, en un patio. Duró más de cuatro horas y que investigan si hubo abandono de persona u homicidio” cuenta Vicky. La investigación no descarta que el incendio fuera provocado por una persona externa. Según fuentes judiciales, una de las oficiales apartadas fue vista por las cámaras de seguridad hablando con un hombre. El resultado del análisis de las imágenes aún no se han concluido. Rocío Micaela Mendoza Hasta el momento no hay personas imputadas. Las familias de las mujeres tendrán que esperar una semana más para que el Ministerio Público Fiscal defina si hubo responsabilidad por parte de las tres policías que estaban de guardia ese día. «Hay elementos de sobra para formalizar cargos», sostiene el abogado querellante de la familia Mendoza, Benito Allende, quien también interviene en la causa por el homicidio de Ceferino Nadal en manos de la policía. «Hay dos elementos que afectan en forma directa a este caso. La responsabilidad personal de las funcionarias policiales que estaban en la Brigada, y la responsabilidad del Estado, tanto de los jueces por las cuáles estaban a disposición las personas privadas de la libertad y el Ministerio de Seguridad que está al frente del control de los funcionarios policiales, es imposible separar uno de otro en este hecho», explica. “Los familiares de las víctimas están expuestos a la violencia institucional del Estado que los revictimiza en su reclamo de Justicia. Los operadores jurídicos y políticos juegan con el desgaste y la inactividad. En este tipo de casos, no está garantizado el acceso a la Justicia de los familiares”, agrega. “Las dejaron encerradas” Yanet Yaqueline Saquilan, tenía 23 años. Era oriunda de Juan Bautista Alberdi. Estaba procesada por una causa  que no había llegado a juicio, estaba con prisión preventiva desde enero del 2021. El 12 de septiembre se cumplía la prórroga de tres meses que le habían dado para estar detenida en esa brigada. Su familia fue la primera en organizar una movilización en su ciudad para pedir que fueran detenidas las tres policías de guardia. «El pase a disponibilidad no significa nada» dice Marta, la cuñada de Yanet, sobre la medida que tomó el ministro de Seguridad de la Provincia. Yanet Saquilán tenía un hijo de seis años.   Yanet era mamá de un niño de seis años. Ya no tenía ni a su madre, ni a su padre, sólo a sus hermanas y hermanos. Durante meses, tuvo a su cargo el cuidado de un hermano con diversidad funcional y de su padre, quien sufría una enfermedad oncológica. Para cumplir con las