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Argentina 1985


El filósofo, docente e intelectual estudioso del marxismo de proyección latinoamericana e internacional, Néstor Kohan, pasó por el programa radial Sueños Posibles. Allí compartió un análisis sobre la película de Santiago Mitre protagonizada por Ricardo Darín y Peter Lanzani. Entrevista: Irene Antinori/Alfredo GrandeRedacción: Gabriela Suárez LópezEdición: Pedro Ramírez Otero Desde el estreno de “Argentina 1985” hasta hoy hubo muchos debates sobre la película, la verdad, la historia y las actuaciones. Néstor Kohan hace un análisis que atraviesa lo personal histórico y lo colectivo. “Tengo sensaciones contradictorias. Por la edad no viví, pero sí padecí la dictadura como niño y parte de mi familia. Mi padre se tuvo que escapar bajo la dictadura y por suerte sobrevivió. Y luego viví el gobierno de Raúl Alfonsín, no me lo contaron. El juicio a las Juntas Militares lo viví, viví el alfonsinismo. No puedo despojarme de mi experiencia personal que fue una experiencia colectiva no de toda una generación pero parte de una generación”, dijo Kohan. El filósofo festeja que el estreno se haya dado en salas no comerciales y plantea que cuando fue a verla al Gaumont era la primera vez que iba a un cine después de la pandemia: “Pensé que me iba enojar más, creo que las pinceladas de humor que se han permitido me hicieron más llevadera la película pero tengo ciertas discrepancias”.La sociedad se polariza cada vez más, no solo en Argentina sino también en toda Latinoamérica. Podemos verlo en las declaraciones de muchos políticos en redes sociales donde lo que escriben e hilan se replica rápidamente: “El clima general en el que vivimos es innegable, mucha gente que defiende la película dice que vivimos un clima general de negacionismo que es una palabra extraída de la cultura europea. También usan la palabra holocausto que a mí nunca me gustó, porque holocausto es una condena divina. En Europa lo que hubo fue un genocidio muy terrenal, nada que ver con lo divino. Los que niegan el genocidio nazi tienen cierta prensa en Europa y hoy incluso han construido partidos de masas. Pero inicialmente surgieron como escritores individuales, Francois Furet en Francia o Ernst Nolte en Alemania, que terminan relativizando el genocidio nazi o fascista, franquista o directamente haciendo apología”, agregó Kohan.Con respecto a esta corriente de pensamiento que fue extendiéndose en diferentes países, el filósofo argentino manifestó: “Ese clima que nació en Europa luego se extendió a los Estados Unidos y ahora aparece en Argentina y hay un clima de negacionismo. Se usa la misma palabra que para Europa donde se pretende poner en duda ‘no sé si hubo desaparecidos y si hubo no fueron 30 mil’. En general, hay cierto clima antiperonista en cierta intelectualidad progre pero uno de los primeros que niega esto es Darío Lopérfido. Un cuadro del radicalismo que se permite dudar de que haya habido 30 mil personas. Aparecen ensayos del Tata (Juan Bautista)Yofre, jefe de la SIDE de los Servicios de Inteligencia de (Carlos) Menem, nefasto personaje de nuestra historia. Y yo tengo mis sospechas como lector de sus vinculaciones con la CIA porque uno de sus libros contra Cuba tiene la hipótesis de que todos los líos argentinos se iniciaron con la revolución cubana. Utiliza como pruebas los archivos de inteligencia de los servicios de inteligencia checos a los que un personaje común de Argentina jamás tendría acceso si no es a través de la CIA.”Acerca de los relatos y discursos que circulan en distintos medios y soportes, el pensador argentino hizo mención a los que dan sustento y/o relativizan la veracidad del genocidio argentino durante la última dictadura cívico militar eclesiástica en Argentina. “Los libros del Tata Yofre; la biografía apologética del general (Jorge Rafael) Videla que hizo Ceferino Reato, persona que desfila por los canales de televisión, La Nación + y otros por el estilo; (Javier) Milei, un personaje nefasto, un neonazi bizarro; la señora Patricia Bullrich, exmilitante montonera conversa como (Rodolfo) Galimberti y hoy estrecha amiga del Mossad y de la CIA y partidaria de la mano dura y la violencia extrema contra el movimiento popular; todo esto forma un conjunto”, dijo.“En este clima de ultraderecha, de extrema derecha, esta película aparentemente es una bocanada de aire fresco porque nos recuerda que sí hubo un genocidio, que sí hubo responsables, los jefes de las fuerzas armadas y que encima se los juzgó. Entonces la primera aproximación ingenua en un clima donde se reivindica el neonazismo es que la película parece súper progre, termina con la famosa consigna ‘Nunca Más’, entonces se produce casi un orgasmo colectivo, la emoción de todo el progresismo. Yo no desconozco ese contexto, no desconozco ese papel supuestamente progresista de la película en ese contexto. Pero, detrás de todo eso aparentemente progre, le encuentro una segunda modulación absolutamente cuestionable y profundamente tramposa, hay una reivindicación de la vieja, añeja y oxidada teoría de los dos demonios”, subrayó.Para profundizar en lo que la película elige mostrar y siguiendo la idea de la reivindicación de la teoría de los dos demonios, Néstor Kohan explicó: “No se puede hablar de nada sin contextualizar. Ahora, si voy directo a la película no salí del cine enojado pero salí con muchos sinsabores por lo que dice y por lo que no dice. Por lo que dice, la primera hipótesis que aparece en boca de diversos personajes donde el guionista Santiago Mitre intervino: la agresión en Argentina la inicia la insurgencia. Falso de acá a Neptuno. Hipótesis dos: la reacción de las fuerzas armadas fue desmedida e ilegal. ¡¿Y qué habría que haber hecho entonces?! ‘Reprimir pero con la ley en la mano’. Falso, salvo que uno adopte el punto de vista de los poderosos. Y sobre todo me molestó eso porque yo en el posteo que hice cito textos, documentales, no de la izquierda revolucionaria, tampoco de la izquierda reformista, sino de los propios genocidas.”El filósofo marxista agregó que estas miradas de los genocidas planteaban ya en el año 1962 ideas sobre la represión brutal cuando aún no

Compartimos las fotos de la jornada organizada por La Retaguardia y el SiPreBA, en la que referencias de la lucha por los Derechos Humanos debatieron acerca de la película sobre el Juicio a las Juntas y su posible utilización como un recurso para entablar diálogos con las nuevas generaciones. Fotos: Natalia Bernades / Bárbara Barros – La Retaguardia

El martes 1 de noviembre, en la sede de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPren), más de 200 personas participaron de una rica jornada de debate acerca de la película sobre el Juicio a la Juntas dirigida por Santiago Mitre. Aquí los videos de las opiniones de Nora Cortiñas, Elsa Pavón, Pablo Llonto, Gabriela Sosti, Eva Basterra, Teresa Laborde Calvo, Iris Pereyra de Avellaneda, Osvaldo Barros, “Sueco” Lordkipanidse, Mirta Israel, Carlos Rodríguez y Alicia Barvich. Realización audiovisual: Diego Domínguez

En vivo desde la sede del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), debate acerca de la película de Santiago Mitre. Con la participación de Nora Cortiñas, Pablo Llonto, las hijas de Adriana Calvo y Víctor Basterra, Osvaldo Barros, Sueco Lordkipanidse, Iris Pereyra de Avellaneda, Elsa Pavón, Gabriela Sosti, Mirta Israel, Comisión Vesubio y Puente 12, entre otras voces.

Rafael Carrión es médico e historiador. Vive en Madrid. En el viaje reciente por Argentina se impregnó, entre otros aromas, con el furor por la película del Juicio a las Juntas. De regreso a España se metió en el cine para verla y comparte con La Retaguardia su opinión, entre las memorias de aquí y de allá. Además de pasar un mes entre vosotros, este verano he tenido ocasión de leer el libro del profesor Álvarez Junco “Qué hacer con un pasado sucio” (Editorial Galaxia Gutenberg, 2022), absolutamente recomendable. También, en setiembre culminó en España la aprobación parlamentaria de la nueva Ley de Memoria Democrática, al mismo tiempo que la película “Argentina, 1985” se exhibía en el festival de Venecia. A mi vuelta a Madrid, pude ver la película y sobre ella quiero escribirles. Es evidente que a uno y otro lado del Atlántico hemos podido reflexionar sobre dolorosas vivencias. De un pasado remoto en el caso de España y de uno más próximo para los argentinos. Y, sin embargo, es un pasado insistente y muy presente. He podido percibir que está más presente en España que en Argentina y tengo que reconocer que el esfuerzo para impedir la impunidad de los responsables de aquellos macabros crímenes, tal y cómo se refleja en la película, me ha resultado admirable. Solo puedo hacer comparaciones, quizá mi texto apenas pueda justificarse por eso, por la comparación.  tengo que reconocer que el esfuerzo para impedir la impunidad de los responsables de aquellos macabros crímenes, tal y cómo se refleja en la película, me ha resultado admirable” Los abusos de los victoriosos militares que con el apoyo de algunas élites derrocaron a la República española y condujeron a una guerra cruel, se prolongaron durante décadas. El sistema político dictatorial fue adaptándose a la política internacional y el desarrollo económico permitió su “maquillaje” hasta la muerte de Franco, pero los que ganaron se sabían ganadores y permitieron el cambio (o Transición) hacia una monarquía, manteniendo muchos de los resortes del poder y pasando de puntillas por las responsabilidades políticas. Todo este esfuerzo se comprende por el tiempo trascurrido y la necesidad de construir un proyecto de futuro. Pero queda pendiente el cambio en el relato histórico para sectores muy importantes de la clase política de este país, y no me refiero solo a la ultraderecha. Confío que la nueva ley permita un reconocimiento de aquellos que lo perdieron todo y a los que se impuso el olvido. Entretanto, la película de Mitre me da envidia, sana envidia. La narración de la peripecia de unos funcionarios de la ley que, a pocos años de la vuelta a la democracia, pretenden inculpar a los máximos responsables de los crímenes cometidos por las fuerzas militares es valiente y honesta. Más allá de algunas concesiones a la dramatización, el relato es transparente y contenido. Es sincero porque señala cómo el objetivo que justifica tal esfuerzo es evitar la impunidad. Ya no importa tanto la consecución de un castigo proporcionado (¿puede haber alguno?), lo que importa es el señalamiento, la identificación y el reconocimiento. Esa es la base de la justicia y de la convivencia: saber, ver, reconocer.  Es ese el mensaje nuclear de la obra de Saramago, “Ensayo sobre la ceguera” (1995). Ese es el motor que sé que anima vuestro trabajo periodístico. Un emocionado abrazo desde Madrid

Carlos “El Sueco” Lordkipanidse, sobreviviente de la ESMA, brindó su opinión sobre la película Argentina-1985. Expuso la ausencia en el relato del film del poder económico y de la Iglesia. Describió la relación que tuvo con Víctor Basterra, con quien compartió cautiverio en la Escuela de Mecánica de la Armada: “Estuvimos juntos y solos durante un año y medio, y fuimos los últimos en salir”, contó el programa radial La Retaguardia. Se enojó por cómo se muestra el testimonio de quien aportara tanta información a la Justicia. Y sumó una crítica por no haber contactado a los familiares o sobrevivientes. Entrevista: Fernando Tebele/Pedro Ramírez OteroRedacción: Nicolás RosalesEdición: Fernando TebeleFoto: Archivo Natalia Bernades / La Retaguardia “Lo ocurrido con el Juicio a las Juntas me llegaba por los medios de comunicación de esa época. Estaba al tanto aproximadamente. Entre otras cosas yo no conocía a Adriana Calvo todavía, la conocí recién en 1987 cuando fui a declarar en la causa ESMA. Al que sí conocí fue a Víctor Basterra, con quien compartí cautiverio en la Escuela Mecánica de la Armada, más precisamente en el “sótano” durante una año y medio, en soledad, los dos solos. O sea que lo conozco muy profundamente. Estos son los antecedentes que puedo marcar antes de ver la película”, comenzó la charla Carlos “El Sueco” Lordkipanise. Además agregó: “También vi las opiniones a la salida del cine de las hijas de Adriana y de Víctor. O sea que ya fui a ver la película con esto también. Lo que más me impresionó es que una de ellas es Teresa Laborde, que es la nena que nace en el patrullero, y cuando sale del cine lo primero que dice es: ’Me extraña que a mí no me hayan llamado para preguntarme nada, ni siquiera para avisarme de que me iban a nombrar en la película’. Esas libertades se las puede tomar cualquier cineasta, lógicamente, pero bueno esto al tratar de ser una película de carácter documental ficcionada merecía digamos de que los partícipes directos hubiesen sido consultados”. Algo similar dijo sobre la opinión de la hija de Basterra: “En el caso de Eva Basterra, lo mismo, tampoco la consultaron en lo más mínimo. Y eso, lamentablemente se refleja en la película. Y las chicas lo dicen. Esto redunda en las inexactitudes respecto a los actores centrales en todos los juicios, que son los sobrevivientes”, continuó.  También insistió con que “Tergiversa los hechos al punto de que, no es que hace increíble al testimonio, si no que pone en duda un montón de cuestiones. Por ejemplo, la decisión de carácter político tanto de Adriana como de Víctor de no salir del país después de haber estado secuestrados en condiciones de detenidos-desaparecidos. Es de un valor inconmensurable, y lo digo yo que me fui a Suecia. Había que tener mucho ovario y mucho huevo para decir: mi decisión es quedarme. En la película esto no está reflejado en estos términos. Es más, dicen que Adriana se va fuera del país con toda su familia y eso es una falsedad”. Tergiversa los hechos al punto de que, no es que hace increíble al testimonio, si no que pone en duda un montón de cuestiones. Por ejemplo, la decisión de carácter político tanto de Adriana como de Víctor de no salir del país después de haber estado secuestrados en condiciones de detenidos-desaparecidos. Es de un valor inconmensurable, y lo digo yo que me fui a Suecia. Había que tener mucho ovario y mucho huevo para decir: mi decisión es quedarme” Lo que falta “Creo que esta hubiese sido una película ideal para proyectar en 1986, considerando que se narran hechos de 1985. Hoy está completamente desactualizada. El hecho en sí delJuicio a las Juntas, nos costó a los argentinos en general, y sobre todo a los que en particular luchamos contra la impunidad, muchos años de lucha para revertir una situación en la que se pretendió justamente con ese juicio condenar a Massera y a Videla, penas leves para Galtieri y compañía, penas ridículas para Agosti de 4 años y excarcelaciones. Y el resto de la oficialidad joven y partícipe del genocidio como torturadores, secuestradores, y los actores que no aparecen en la película como los económicos y civiles del golpe cívico militar eclesiástico como nosotros lo llamamos. Tampoco aparece la Iglesia, no están en la película”. El valor de 150 negativos Por último y respecto al testimonio de Víctor Basterra en la película expresó: “Con Víctor compartí desde el momento que lo capturaron junto con el grupo “Villaflor” hasta el día que yo me fui de la ESMA.  Eso fue durante un período de 2 años, de los cuales 1 año y medio estuvimos solos. El resto de los prisioneros los habían trasladado (eufemismo de la muerte en los CCDTyE) o liberado. La conducta de él fue siempre ejemplar, dentro de los que en aquellos tiempos se pretendía de un militante político y sobre todo de uno que abrazaba un proyecto revolucionario. Muestra de ello, y que en la película no queda claro, son esas fotos que aparecen arriba de una mesa. Es que Víctor tuvo el valor de exponer su vida 150 veces, que fueron las veces que sacó 150 negativos del centro clandestino de la ESMA para ponerlo a buen resguardo afuera. Aquellas fotos que permitieron identificar a todo y cada uno de los represores de allí y que fueron a juicio. En la película muestran que Víctor hacía eso porque la Marina le pagaba, lo cual es una cosa absurda”, recordó. También señaló que se eligió mostrar la estrategia de las defensas: “Además, en los juicios, todas las defensas de los milicos hacen el mismo planteo con respecto a todos los sobrevivientes: que todos sobrevivimos porque encima nos daban un sueldo. Y eso me parece insultante, sobre todo agraviante a todos aquellos que sobrevivieron como Víctor. Y no hay réplica a lo que ahí hay expuesto”, se quejó. El próximo martes, Lordkipanidse participará del Cine-Debate de la