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Contraofensiva I

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El testimonio del General retirado Heriberto Justo Auel estuvo marcado por una tensión permanente. De gesto adusto y típicamente militar, de arranque se enojó con los jueces y luego siguió con el resto de las partes que le preguntaron, con excepción de las defensas, con las que tuvo un trato más amable. Reivindicó a Santiago Omar Riveros, un coleccionista de condenas por crímenes de lesa humanidad. También calificó al genocidio como una “guerra no convencional”. (Por El Diario del Juicio*)  ✍️ Texto 👉 Paulo Giacobbe💻 Edición  👉 Martina Noailles/Fernando Tebele 📷 Fotos 👉  Gustavo Molfino/El Diario del Juicio —Señor Auel ¿me escucha? —repite dos o tres veces el presidente del tribunal, Esteban Rodríguez Eggers— ¿Usted me escucha? —Yo lo escucho fuerte y claro —contesta el testigo, y esas primeras palabras darán cuenta del tono castrense que tendrá su testimonial.  Heriberto Justo Auel, de camisa blanca, suelta, con dos últimos botones desabrochados, cruza sus brazos sobre el pecho cuando responde y ladea un poco los hombros. Su espalda es ancha. De barba cana, tipo candado, pero escasa. Calvo. Los anteojos de marco finito que utiliza reflejan un brillo entre celeste y verde que no terminan de ocultarle la mirada.  —¿Su profesión? —Militar. —¿En actividad?  —Retirado —contesta el testigo presentado por la defensa, quien dice conocer a casi todos los imputados y ser amigo personal de Eduardo Ascheri.  La idea es que, dados sus conocimientos, cuente cómo era la organización militar durante el Terrorismo de Estado. Sin embargo, la primera pregunta de la defensa es sobre la opinión personal que tiene de su amigo Ascheri, acusado de crímenes de lesa humanidad: “Mantengo con él, en el retiro, mayor comunicación que cuando estábamos en actividad. Tengo acerca de su persona el mayor respeto. Es una persona seria, humilde, sencilla”. Mientras habla mantiene la mirada hacia su costado inferior. Cada tanto levanta la vista hacia la cámara, hace una pausa, luego continua hablando con la mirada hacia el rincón.  —Perdón ¿está leyendo? —No le entendí. —Soy Matías Mancini, uno de los jueces del tribunal. —No sé quién habla. —Soy Matías Mancini, uno de los jueces del tribunal, le pregunto si está leyendo. Auel se molesta y dice que no, que no tiene apuntes ni papeles en su proximidad, que entonces va a mirar solo la pantalla. Mancini le dice que no es necesario. “Yo la veo a… a  Natalia tomando mate”, replica el militar retirado en una suerte de bufonada que nos permitirá conocer su sonrisa de tiburón. Natalia Corso de Castro es una de las secretarias del tribunal. Más adelante, la jueza María Claudia Morgese Martín le recordará al testigo el lugar que ocupa como tal. Lego no es un juego La estrategia de la defensa parecería ser que el General de Brigada retirado sostenga que los crímenes cometidos durante la última dictadura fueron actos legales, justifique las violaciones a los derechos humanos bajo el paraguas de la inconstitucional obediencia debida a los jefes, e insista con la teoría de una guerra interna que no necesita respetar ningún tratado internacional. “La Argentina estaba en una guerra, la peor especie de guerra, una guerra civil. Son las guerras de odio sociales“, se atreve a sostener y su declaración no sorprende: Públicamente ha llegado a desconocer el plan sistemático para desaparecer personas, el robo de bebés y hasta a negar la existencia de centros clandestinos de tortura y extermino. Cuando explica que el Ejército dividió al país en zonas y subzonas, reivindica a Santiago Riveros: “un soldado de la envergadura del General Riveros, que es digno de que ustedes conozcan el currículum”. Esa misma semana, el represor había sumado a su sangrienta foja de servicio otra condena por crímenes de lesa humanidad en un juicio de Zárate.   En este juicio, Auel, se embarcará en anécdotas históricas para sacar conclusiones sobre las responsabilidades militares. Arrancó con San Martín en Perú y cuando rumbeaba para la Segunda Guerra Mundial, el presidente del Tribunal, Esteban Rodríguez Eggers, le pidió un ejemplo que tenga que ver con Argentina: “el segundo ejemplo, si lo tiene, que tenga que ver con la Argentina, si es de otro país, seguimos con la rueda de preguntas”. —Tiene que ver, señor presidente, porque las organizaciones militares son universales, lo que ciertamente me indica que estamos ante un tribunal lego —entona Auel, y es la segunda vez que utiliza esa calificación para referirse a los jueces. Fue entonces cuando la jueza María Claudia Morgese Martín decidió intervenir para llamarle severamente la atención: “el Tribunal tiene la capacidad y la potestad de preguntar a los testigos y también puede dejar de interesarnos algún ejemplo que quieran dar, no porque seamos burros, ni nada por el estilo. Si uno o ningún ejemplo nos basta para entender estos casos, suficiente. No hace falta que nadie nos califique. Por otra parte quiero aclararle algo: no estoy de acuerdo con el legajo ejemplar del señor Riveros. Al señor Riveros ya lo conocí, ya lo juzgué, ya lo condené. En mi parecer lo que dijo hasta ahora el testigo está muy claro. El ejemplo se lo agradezco; otro ejemplo, no lo necesito. Y de ahora en más, si puede ser, no haga ningún comentario de lo que hace la gente que trabaja con nosotros, por ejemplo el caso de Natalia, si toma mate o no. Porque eso le incumbe al tribunal y a la señora Natalia. Muchas gracias y no quiero ninguna respuesta de lo que acabo de decir, continúe con su declaración”.  Heriberto Justo Auel se sentirá ofendido. A la siguiente pregunta le va a decir autoritaria a la fiscal Gabriela Sosti argumentando que lo mandaron a callar la boca. Eggers volverá a explicar que la dirección de las preguntas la tiene el tribunal. La situación se va a reiterar. Otra constante de Auel será preguntar quién le habla cuando le hablan, si puede contestar la pregunta o el sonido del llamado de un teléfono de línea, insistente, pegado al micrófono.  El ejemplo que dio sobre el General Don José de San Martín, cargado de

Se leyó el listado de pruebas incorporadas durante el debate oral. La próxima audiencia comenzará el alegato de la fiscal Gabriela Sosti. *Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com

Ampliación de indagatoria del genocida Jorge Norberto Apa, el único imputado ya condenado con anterioridad a la pena de prisión perpetua por el asesinato de Ana María Martínez *Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com

Continúa la ampliación de indagatoria del único imputado preso en cárcel común, Marcelo Cinto Courtaux.*Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com

Declara el imputado Eduardo Eleuterio Ascheri, Jefe de la División Planes del Departamento de Inteligencia (G-2) del Comando de Institutos Militares. *Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com

En la misma línea de defensa que ya había esbozado su subordinado Eduardo Caporaso, el imputado Firpo basó sus respuestas en la ampliación de indagatoria centralmente en una negación de su participación en la contrainteligencia del Batallón 601. Se ubicó durante la represión a la Contraofensiva, solo en la custodia de “personas importantes”. Ratificó que operaban desde una casa de la calle Rawson, en el barrio de Almagro. En la audiencia también comenzó su indagatoria Marcelo Cinto Courtaux, pero a la hora de las preguntas, el tribunal decidió un cuarto intermedio hasta el próximo jueves. (Por El Diario del Juicio*)  ✍️ Texto 👉 Martina Noailles💻 Edición  👉 Fernando Tebele 📷 Fotos 👉  Gustavo Molfino/El Diario del Juicio Terminó la etapa de testigos. En la audiencia 49 están sentados detrás de cámara dos de los seis imputados que quedan con vida en este juicio. Pidieron, a través de su defensor, ampliar sus indagatorias, pero no dirán nada diferente de lo que declararon hace 6 años. Marcelo Cinto Courtaux tiene 73 años y hablará desde una pequeña sala de piso azul en la Unidad 31 donde se encuentra detenido. Luis Ángel Firpo, carga 89 y declarará desde su casa de Mar del Plata donde se encuentra en prisión domiciliaria, como el resto de los imputados. Las dificultades de la conexión en la cárcel de Ezeiza invierten el orden. El primero será Firpo. Ninguno está obligado a decir la verdad. Ambos están acusados como partícipes de los delitos de privación ilegítima de la libertad, tormentos y homicidios, de decenas de hombres y mujeres que formaron parte de la Contraofensiva Montonera. Están sentados en el banquillo porque la justicia los considera eslabones esenciales en la maquinaria de Inteligencia del Ejército, con base en Campo de Mayo.       Aunque lo negará con insistencia durante toda la jornada, entre 1979 y 1980 Firpo fue el jefe de la Central de Contrainteligencia, según se desprende de varios documentos que determinaron su procesamiento. También estaba a cargo de la División Seguridad del Batallón de Inteligencia 601. Hoy luce un prolijo pulóver azul con camisa blanca. Su ropa y su pelo canoso es casi todo lo que se reconoce en la pantalla ya que, tal como ocurrió hace algunas semanas con un testigo que fue personal civil de inteligencia, la imagen de la cámara está fuera de foco o configurada con baja calidad. Es curioso que a nadie más le haya sucedido ese aparente problema técnico desde que las audiencias se volvieron virtuales. Ni a los miembros del Tribunal, ni a los querellantes, ni a la fiscal ni a los defensores. Tampoco a la decena de testigos que brindaron testimonio de junio a esta parte. Las únicas dos personas a las que no se les vieron con claridad los rasgos de la cara fueron Firpo y Eduardo Caporaso, ambos integrantes de la División de Seguridad del Batallón de Inteligencia 601. Las dos declaraciones fueron posteriores a la del ex comisario Roberto Álvarez, el testigo que se convirtió en procesado luego de que una sobreviviente lo reconociera a través de la transmisión televisiva del juicio.  De Firpo no hay siquiera fotos públicas. Quien lo busque por internet sólo encontrará imágenes blanco y negro de otro Luis Ángel Firpo, el Toro Salvaje de las Pampas, boxeador argentino protagonista en 1923 de lo que se conoció como la pelea del siglo. Ese Firpo murió en 1960, cuando el que hoy está acusado de delitos de lesa humanidad comenzaba su carrera militar.    “Me interesa señalar dos o tres cosas —arranca Firpo apenas el presidente del Tribunal Esteban Rodríguez Eggers le da la palabra—: se dice, en una apreciación del juez, que yo era jefe de la División Contrainteligencia y no es exacto. Yo fui jefe de la Sección Contrainteligencia en 1975 y en enero del ‘76 pasé como jefe de la División Seguridad, que nada tiene que ver con Contrainteligencia. Su misión era exclusivamente proporcionar seguridad a los PMI, personas muy importantes, según el criterio de Jefatura 2 que, a través del jefe del Batallón, indicaba a quién darle protección”. Firpo va a insistir sobre este punto varias veces durante la hora que dura su declaración. Será su eje. Busca despegar el área que tuvo a cargo de cualquier tipo de actividad relacionada con la inteligencia y la contrainteligencia. Los reglamentos y otros documentos militares de la época, que son parte de la prueba en esta causa, muestran lo contrario. Antes de las preguntas, Firpo quiere aclarar otros dos puntos: “Se me ha imputado por el señor juez diciendo que yo he participado proporcionando información de Inteligencia para la captura o cualquier hecho de agresión contra los montoneros. Eso es totalmente inexacto porque yo nunca pertenecí a la División Reunión de Información que era la encargada de esa tarea, que no tenía nada que ver conmigo. Este señor juez también dice que yo he participado en operaciones en el exterior y en el interior contra Montoneros. Jamás salí al exterior en funciones del Ejército”. El señor juez al que se refiere en realidad es la jueza Alicia Vence, quien tiene a cargo la instrucción de ma megacausa Campo de Mayo. La casa de Rawson y Obrero Núñez El Teniente Coronel retirado decide responder preguntas. Su abogado, el defensor oficial Lisandro Sevillano, no le hace ninguna. Cede la palabra. Rodríguez Eggers se pone al frente y le pide a Firpo confirmar la dirección exacta del inmueble de la calle Rawson donde funcionó la División Seguridad. “¿Era Rawson 638? ¿Era un lugar en L?”, le consulta el juez. Firpo asiente. “Sí, Rawson casi esquina Obrero Núñez y, efectivamente, tenía salida por Núñez”. De la casa hay poca información. Según la declaración que dio el 3 de septiembre pasado Eduardo Caporaso, subordinado de Firpo en esa División y precursor en la trampa de poner su imagen distorsionada para testimoniar, la casa tenía una o dos habitaciones grandes al frente, alguna oficina, pasillo, cocina y un patio. Ningún cartel ni insignia reconocía el frente del lugar. Caporaso no hizo alusión

Se ampliarán las indagatorias de los imputados Luis Firpo y Marcelo Cinto Courtaux (primera parte, seguirá en la próxima audiencia).

Los jueces del TOFC N°4 de San Martín, Esteban Rodríguez Eggers y Matías Mancini, realizaron este jueves una visita ocular al predio de Campo de Mayo al que fueron llevadas las víctimas de la represión a la Contraofensiva de Montoneros. A diferencia de las recorridas por ex Centros Clandestinos en otros juicios, que habitualmente son acompañadas por testigos y querellantes, la visita estuvo guiada por el Mayor del Ejército Nicolás Liguori, lo que le dio cierto aire de frialdad al trámite judicial. También se reconocieron dos casas aledañas señaladas en sus testimonios por Silvia Tolchinsky y Lidia Borda. También participaron la fiscal Gabriela Sosti; el abogado querellante, Pablo Llonto; los defensores, Lisandro Sevillano, Fernando Vázquez Pereda y Hernán Corigliano; peritos de Gendarmería; la abogada Mariana Maurer por el Ministerio de Defensa; y un equipo de El Diario del Juicio. Compartimos un informe fotográfico de nuestro compañero Gustavo Molfino. Su madre, su cuñado y su hermana desaparecidas, pasaron por Campo de Mayo. Su sobrino, nieto recuperado, fue apropiado en la maternidad. (Por El Diario del Juicio*)  📷 Fotos 👉 Gustavo Molfino📷 Selección de fotos 👉 Martina Noailles/Fernando Tebele ✍️ Textos 👉 Martina Noailles/Fernando Tebele👆 Foto de portada  👉 En ese predio funcionó el Batallón de Inteligencia 201 del Ejército. Hoy continúa cumpliendo tareas de inteligencia. A ese lugar no se pudo ingresar aunque algunos testimonios aseguran que allí funcionó un “Centro de reunión de detenidos”, como les decían a los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio, al que se conocía como Las Casitas. 📷 Foto 👉 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Pasadas las 10 y cuando el sol aún no obligaba a sacarse los abrigos, comenzó la recorrida. En el Laboratorio de Remonta y Veterinaria, el presidente del tribunal, Esteban Rodríguez Eggers, anunció cuál sería el camino. Fue señalando las paradas en un enorme mapa apoyado sobre el capot del auto de la secretaria Natalia Corso de Castro.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 La primera parada fue en la Arboleda de los 5000. En su declaración del día 8 de este juicio, el ex Cabo Nélson González dijo que en ese sector existía un centro clandestino: “Siempre se supo que había personas detenidas que era en ‘La Escuelita’, que era de la Escuela de Comunicaciones, unos 500 metros para adentro, al lado de la arboleda de los 5000″. Hoy en el terreno sólo hay acacias repletas de filosas espinas.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Los jueces Matías Mancini, con camisa blanca arremangada, y Esteban Rodríguez Eggers, fueron guiados por el Mayor del Ejército Nicolás Liguori. La querella de Pablo Llonto había solicitado que las indicaciones pudieran ser realizadas por Stella Segado, testigo de este juicio, y Marcelo Castillo, quien coordinó el grupo del Equipo Argentino de Antropología Forense que trabajó en Campo de Mayo, pero los jueces denegaron el pedido, con el argumento de que deberían haber sido testimoniales en el marco de la visita, que técnicamente es una audiencia más dentro del juicio. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Lo más cerca que se llegó del centro clandestino conocido como El Campito, ya demolido, fueron dos construcciones posteriores a la dictadura. En una de ellas, mientras los jueces revisan el mapa, se observa una de las pocas referencias en todo el predio a lo sucedido en Campo de Mayo. Es una foto de Floreal Avellaneda, El Negrito, un militante de la Federación Juvenil Comunista, secuestrado cuando tenía 16 años. Su cuerpo apareció en la costa ribereña uruguaya. Las pocas señalizaciones quizá tengan como explicación que el predio, de 8 mil hectáreas, continúa en manos de la misma fuerza que fue parte del genocidio, a diferencia de tantos otros ex centros de torturas y desapariciones que se convirtieron en sitios de memoria. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Una de las flores del recuerdo para Avellaneda, a la vera de la construcción abandonada. En la zona posterior de ambos lugares, el EAAF realizó excavaciones en busca de restos humanos. Un colimba declaró en la megacausa Campo de Mayo que cuando levantó la tapa de un aljibe, ubicado cerca de un tanque de agua, vio restos óseos. El resultado de la intervención del EAAF fue negativo. A unos 1200 metros de allí, según la indicación del mayor que guió el recorrido, se ubica el aeródromo de donde -en palabras del cabo González-, partían vuelos que tiraban personas al mar: “En la compañía de aviación, ahí están todos los aviones, los famosos aviones Fiat, y los vuelos de la muerte salían de ahí, de Campo de Mayo”. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 La abogada Mariana Maurer participó por el Ministerio de Defensa. Aquí se la ve en una charla con Pablo Llonto, el abogado de la querella mayoritaria. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Por caminos diferentes caminan la fiscal Gabriela Sosti, encargada de sostener la acusación por el Ministerio Público Fiscal, y Lisandro Sevillano, el defensor oficial de 5 de los 7 acusados. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆  Peritos de Gendarmería fueron convocados sobre todo para medir distancias que contribuyeran a verificar los testimonios. Se movilizaron en un camión y vistieron trajes blanco de protección de pies a cabeza. Además, registraron fílmicamente su trabajo.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆  La jueza María Claudia Morgese Martín no participó de la visita pero en distintos momentos, los otros dos miembros del tribunal se comunicaron con ella por videollamada. Uno de ellos fue en la entrada del Polígono de Tiro, con el sonido de los disparos como telón de fondo. Dentro del predio donde se encuentra el polígono, otros disparos habrían fusilado hace 40 años, por lo menos, al Pato Zucker, a Federico Frías y a otras dos personas secuestradas, según señaló en su declaración el ex cabo Nélson González. El ex militar dijo ante los jueces que de la macabra ceremonia participaron algunos jefes del Ejército, entre los que estaba Cristino Nicolaides, y también “Sixto Ibáñez, el Mayor Surraco (de artillería, oficial de inteligencia) y el sargento primero Taborda”. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 El Mayor Liguori, siempre bien predispuesto, le señala un lugar en el mapa

El ex jefe de la Departamental de San Martín, Roberto Álvarez, fue procesado luego de haber sido reconocido por una sobreviviente como uno de los secuestradores que la trasladó del centro clandestino de Campo de Mayo a una comisaría de la Policía Federal. Aixa Bona lo identificó en plena transmisión televisiva de la audiencia en la que el ex comisario declaró como testigo en el juicio oral que investiga la represión a la Contraofensiva Montonera. La jueza Alicia Vence dictó el procesamiento por considerarlo partícipe necesario del delito de privación ilegal de la libertad e imposición de tormentos. (Por El Diario del Juicio*)  ✍️ Texto 👉 Martina Noailles/Paulo Giacobbe/Fernando Tebele/  📷 Fotos 👉  Gustavo Molfino 💻 Video  👉 Natalia Bernades/La Retaguardia 🎤 Entrevista a Bona 👉 Fernando Tebele/La Retaguardia                                             Roberto Álvarez, de 84 años, declaró de manera virtual ante el Tribunal Oral Federal N° 4 de San Martín el 6 de agosto pasado en la audiencia 44 de este juicio. Lo hizo como testigo, por lo que juró decir la verdad. Cuando el presidente del Tribunal le hizo la pregunta de rigor sobre si tenía algún interés en esta causa, el ex comisario respondió:  “Ignoro de qué se trata la causa, así que mal puedo hablar del interés”. Al poco rato, después de que el abogado de Bona, Rafael Flores, anunció el reconocimiento, la comparecencia fue suspendida para resguardar su derecho a la defensa. Diez días después, la jueza Vence ordenó su detención, su testimonio cambió a indagatoria y Álvarez pasó de testigo a imputado. Ahora la jueza definió procesarlo y que continúe detenido en su domicilio. “Cuando lo vi inmediatamente lo reconocí. No solo lo reconocí físicamente, sino la voz… No tengo ninguna duda, en esa situación uno no se olvida de la cara, pero además está igual, un poco más canoso”, dijo la sobreviviente en el programa de Oral y Público de radio La Retaguardia. Además contó que Álvarez la trasladó desde el Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio a una comisaría de la Policía Federal de San Martín. En ese lugar, Aixa dijo que estuvo una semana sin comer, atada a una cama, hasta que fue llevada al Penal de Devoto. Este testimonio periodístico fue tomado en cuenta por la jueza Vence al decidir el procesamiento de Álvarez. Audio de la entrevista de Aixa Bona con Radio La Retaguardia tomada en cuenta por la jueza Vence para procesar a Álvarez En la audiencia, el ex policía e  integrante del aparato de inteligencia de la Federal había dicho bajo juramento no recordar dónde quedaba exactamente la delegación donde prestó servicios en San Martín en los años 1979 y 1980. Esa afirmación fue parte de una serie de olvidos e inventos. Cuando la fiscal Gabriela Sosti le preguntó si en la delegación había personas detenidas provenientes de Campo de Mayo, se dio el siguiente diálogo:  —No… no, no.. yo provenientes de Campo de Mayo, no. Por lo menos enviados por Campo de Mayo, no. En una oportunidad creo recordar que se encontró una persona que decía que había estado en Campo de Mayo. Era una persona femenina. No recuerdo el nombre, no recuerdo nada de eso, pero se encontró. La encontré yo. Estaba circulando con el coche oficial, no individualizado, no identificable, y encontré en la calle a una persona. En la calle, en la ruta, no recuerdo, no preciso bien, son muchos años.  —Yo lo entiendo, pero a ver si lo entiendo… —No enviada, no mandada, no ordenada, no, no. La encontré, la encontré. —Caminando por la ruta – completó Sosti.  —Eso es. La encontré, aparentemente con signos de extravío, y demás. Entonces pregunté, como policía, aunque no era local mi función. Entonces la llevé a la delegación. —¿Y por qué lo vincula con Campo de Mayo? – preguntó la fiscal.  —Porque ella me dijo que debía haber estado en alguna dependencia, yo no sabía nada – se preocupó en aclarar su ignorancia Álvarez.  Días después, la fiscal y la querella solicitaron al Tribunal la “extracción de testimonios respecto de lo declarado por el testigo en atención a la posible comisión de un delito de acción pública”. El 11 de agosto, los jueces Esteban Rodríguez Eggers, Matías Mancini y María Claudia Morgese Martín, por unanimidad, aceptaron la solicitud y remitieron a la jueza federal Alicia Vence la grabación del testimonio de Álvarez como así también de la audiencia del 31 de octubre de 2019 en la que Aixa Bona declaró sobre su secuestro.  La jueza, quien tiene a cargo la instrucción de la Megacausa que investiga los delitos de lesa humanidad cometidos en el circuito represivo del Ejército en Campo de Mayo, indagó a Álvarez, ordenó su detención en su casa de Villa del Parque y ayer finalmente dictó su procesamiento. Según su resolución, lo consideró “en principio partícipe necesario penalmente responsable de la comisión del delito de privación ilegal de la libertad de Edith Aixa Bona, cometida por un funcionario público, e imposición de tormentos infligidos por un funcionario público, agravados dado que la víctima se trataba de una perseguida política”.  Además, la jueza federal N° 2 de San Martín convirtió la detención de Álvarez en prisión preventiva y le trabó un embargo sobre sus bienes de 650 mil pesos. El ex comisario llegará a juicio oral en lo que ya puede considerarse el juicio Contraofensiva II. *Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com

Declaración de Heriberto Justo Auel, General retirado, convocado por la defensa del imputado Ascheri. Foto de integrantes de la Ligas Agrarias: abajo, Eulogio Sellares e Irmina Kleiner, ambos sobrevivientes. Arriba, de izq. a der.: Arturo Fidel Dean, Hugo Vocouber, María Luisa Bregant (los tres desaparecidos), Cecilia Brollo, Carlos Cremona, Quique Lovey (los tres sobrevivientes), Ernesto Fleitas (desaparecido), Remo Venica (sobreviviente) *Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com