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Ofelia Mosconi es la mamá de Verónica Villar, una de las chicas asesinadas en lo que se conoció hace 24 años como el triple crimen de Cipolletti, en la provincia de Río Negro. En diálogo con el programa radial Hasta que vuelvan los abrazos, Ofelia repasó cómo fueron los primeros días después de la desaparición de las chicas y cómo, a través de la lucha en la calles, la palabra crimen fue reemplazada por femicidio. Además, denunció el accionar de la policía y de la Justicia. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Nicolás Rosales/Julián Bouvier ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Diego Adur 📷 Fotos: Silvina Ojeda Verónica Villar, de 22 años, junto a las hermanas Paula González, de 16, y María Emilia González, de 24, estaban paseando por un camino rural cuando fueron vistas por última vez con vida, el 9 de noviembre de 1997. A los 2 días aparecieron sus cuerpos. A este femicidio se lo conoció como el triple crimen de Cipolletti. La autopsia determinó que habían usado diferentes tipos de armas. Verónica estudiaba Agronomía. María Emilia quería ir a Misiones para cursar la Licenciatura de Genética y Paula no había terminado la secundaria, pero le atraía la carrera de Turismo. María Emilia era mamá de Agustina, de dos años en aquel momento de la desaparición. Las sospechas sobre la policía como autora y encubridora fueron fuertes. Sin embargo, la investigación judicial fue en otro sentido y condenó a dos civiles por el presunto secuestro de las adolescentes.  Triple crimen por triple feminicidio Ofelia Mosconi, mamá de Verónica, destacó el rol de la memoria en el caso del femicidio de su hija, hace ya 24 años: “La memoria hace crecer a los pueblos. Es una denuncia pública. La memoria pasa por el corazón. Y a María Emilia, Paula y Verónica siempre las tenemos presentes. Las chicas salieron a caminar y no volvieron”.  En relación a la ciudad de Cipolletti, donde sucedieron los hechos, expresó: “Era una ciudad casi pueblo en ese momento, donde todos nos conocíamos, donde nunca pasaban cosas tan tremendas como estas. Y bueno, una ciudad de los eslóganes mentirosos: Ciudad de Paz o Ciudad para Vivir. Este hecho mostró la otra cara,  la perversidad, y otras  irregularidades que se mantenían, que las desconocíamos. Nuestras hijas y nuestros hijos podían salir a la noche y volver. Todos los padres esperaban, pero ese día las chicas no volvieron”. Durante mucho tiempo a este caso se lo conoció como el triple crimen de Cipolletti, y hoy en día se lo llama femicidio: “Esto se debe a que la lucha de las mujeres en las calles ha logrado estas cosas y nosotros decimos que es femicidio, porque cuando no hay culpables hay un Estado responsable. Porque no solamente es el primer triple femicidio, sino que hubo un segundo y hay más mujeres asesinadas y ninguno de los hechos tiene respuesta, ninguno fue esclarecido”, dijo.  Esperanza y rebeldía Además, comentó algunos aspectos positivos en referencia a lucha feminista en las calles cipoleñas: “El cambio es que tenemos esperanza y rebeldía, porque la esperanza quieta es cobardía. Rompimos con un silencio cómplice que había en nuestra ciudad, donde han sembrado tanto terror que nadie se animaba a salir. Por eso decimos que lo peor que nos puede pasar es quedarnos en nuestra casa mirando cómo pasan las cosas. Cómo pasan los femicidios que se producen cuando hay machistas, homicidas, Estados patriarcales y también el silencio de la sociedad. Están los que callan porque saben y están los que callan porque no saben, esta es la impunidad que sufrimos nosotros”.  Por otro lado, y respecto al accionar policial agregó: “Desde luego, los policías que hicieron la búsqueda, hicieron una búsqueda errática, mentirosa. Nos decían que a las chicas las habían visto por el norte, por el sur, subiendo a un camión. Bueno, todas esas mentiras que usan ahora también. No cambiaron. Es más de lo mismo. Nosotros conocíamos a nuestra hija, sabíamos que no se había ido. Si ellas no nos volvían a ver, era porque estaban retenidas”.  Ofelia y una lucha sostenida Se supo que la familia González decidió no hablar más con los medios. Tampoco participan de las movilizaciones que se hacen año tras año. Las primeras marchas fueron masivas en la ciudad de Cipolletti, pero a lo largo de los años han perdido fuerza. Ofelia aclaró: “De la familia González está participando Agustina, que es hija de María Emilia González. Ella cuenta que le costó mucho salir. A los 15 años se enteró por su papá cómo habían sucedido las cosas. Gratamente les puedo decir que ella sí se está movilizando, está participando mucho y le hace muy bien, porque se saca muchas cosas que tenía dentro y no sabía cómo manifestarlas”. Mosconi también dió las razones que la ayudan a sostener su lucha durante estos 24 años: “Me mantengo de pie porque hay un grupo de mujeres feministas. Yo pertenezco a la Multisectorial (de Mujeres contra la Violencia en Cipolletti)y a organizaciones sociales. Parte de la sociedad, amigos, vecinos siempre nos acompañan. Hace 24 años que nos acompañan, es lo que da fortaleza para seguir de pie y no dejarse convencer por un Estado que lo único que quiere es el resarcimiento económico y que nosotras nos quedemos en la casa”.  El mal accionar policial  La escena del crimen en aquellas primeras horas y primeros días fue completamente adulterada. Fue algo muy significativo. Así lo recordó la mamá de Verónica: “Antes de que aparezcan las chicas ya tenían a los presuntos culpables que eran (Hilario) Sepúlveda y (Horacio) Huenchumil. Cuando la hipótesis de los marginales se cae, aparece este personaje que está preso, (Claudio) Kielmasz. Destruyeron pruebas y huellas. Entonces pisotearon todo el lugar, no se resguardó nada. Eso fue responsabilidad del subcomisario (Luis Erasmo Seguel). El que hizo la búsqueda mentirosa en donde se hizo la denuncia”. Impunidad judicial “La causa se eleva a juicio por error y porque buscaban a otras tres chicas que nunca aparecieron. Así que

Declara el policía José Antonio Aguilar, uno de quienes participaron del hallazgo de cuerpos en las costas.

El TOF N°2 de CABA condenó al excomodoro Jorge Espina a la pena de 14 años de prisión por delitos de lesa humanidad en el ex Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio Virrey Cevallos. La vivienda del barrio porteño de Moserrat estuvo bajo la órbita de la Fuerza Aérea. Espina continuará en prisión domiciliaria hasta que la pena quede firme, lo que suele demorar varios años. Una de las querellantes fue la periodista Miriam Lewin, quien lo reconoció durante su testimonio como una de las personas que iban al centro clandestino y al que le decían “El jefe”. La condena incluye los delitos sexuales de manera específica. Más temprano, el genocida se había declarado inocente durante sus últimas palabras. La opinión del abogado querellante Pablo Llonto. (Por La Retaguardia) Los jueces Rodrigo Giménez Uriburu, Jorge Gorini y Javier Ríos, integrantes del TOF N°2 de CABA, condenaron ayer al excomodoro de la Fuerza Aérea, Jorge Espina, a 14 años de prisión. 

Daniel Ruiz, militante del PSTU; y César Arakaki, del Partido Obrero, analizaron en La Retaguardia las condenas que recibieron por haber participado de las protestas del 18 de diciembre de 2017 contra la Reforma Previsional. ¿Pueden ir a prisión? (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Fernando Tebele/Pedro Ramírez Otero ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Diego Adur 📷 Foto de portada: Correpi Tras un largo proceso judicial, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°3 de la CABA, determinó condenar a César Arakaki —militante del Partido Obrero— a la pena de tres años y cuatro meses de prisión; y a tres años de cumplimiento efectivo a Daniel Ruiz -del Partido Socialista de los Trabajadores Unificado- por considerarlos coautores de “lesiones en ocasión de agresión, intimidación pública y atentado contra la autoridad agravado por haber sido cometido a mano armada y por la reunión de más de tres personas”. En diálogo con el programa radial La Retaguardia, ambos se mostraron disconformes con las condenas. “Ir a juicio fue totalmente injusto para nosotros y la condena totalmente arbitraria”, comenzó su descargo Arakaki. “Es una locura por donde se la mire. A mí me acusan de un delito más que al compañero Daniel Ruiz: lesiones en agresión, un delito totalmente grave, porque un oficial de policía se cae por un pedazo de baldosa que le llega de costado. Ni el juez ni el fiscal  se dedicaron  a investigar. Me quieren acusar a mí de todo”, continuó. Arakaki dio argumentos que demuestran lo contrario de lo que lo que decidió la Justicia: “Quedó demostrado por videos que yo ni lo toco a ese oficial. Producto de esta demostración en el juicio se retira el oficial de la querella y sigue el fiscal acusándome. Con Daniel compartimos dos causas: intimidación pública, que también es grave y es totalmente absurdo. ¿Cómo vamos a ir a una marcha donde acuden 300 mil personas a intimidar?”, se preguntó y continuó: “El juez y el fiscal dicen que intimidamos a los que marchaban, a los que iban por lo mismo que nosotros. Después, la que queda es resistencia a la autoridad. Ellos venían reprimiendo con orden de despejar la plaza el día 14 —de diciembre de 2017— y el 18 lo vuelven a hacer. Reprimieron con orden del Gobierno y dicen que nosotros resistimos a la autoridad. Vamos a apelar a Cámara y demostrar lo mismo que le demostramos al juez para que se sepa la verdad y lo que pasó ese día”, advirtió el militante.  “Siempre supe que la condena estaba escrita” Por su parte, Ruiz explicó por qué considera que el juicio que comenzó el 25 de noviembre de 2019 y terminó hace semanas tenía una condena previamente fijada: “Siempre supe que la condena estaba escrita desde antes. Era una farsa, independientemente de lo que se diga, si existían o no las pruebas. Porque es una decisión política. Me dejaron trece meses detenido. Había que dar un mensaje claro. Me dejaron ahí en un penal de máxima seguridad. Estuve con todo tipo de presos pensando que si me dejaban ahí con presos comunes, con piratas del asfalto, con secuestradores. Ofrecieron una recompensa por Sebastián Romero de un millón de pesos para quien pudiera dar datos, ubicarlo a él. El mismo Servicio Penitenciario Federal hace correr la bola de que yo soy amigo del ‘Gordo Mortero’, pensando que me iban a voltear o que iba a tener miedo y que a medida de que pasara preso iba a quebrarme y a decir dónde Sebastián Romero”. Pero, según comentó, sucedió todo lo contrario: “Me sume a pelear por mejores condiciones para los compañeros, para poder estudiar, ir a la escuela. Adentro seguí peleando, y sabía al salir que tenían que justificar que había estado trece meses así”. Maniobras judiciales El militante preso Daniel Ruiz denunció una serie de maniobras espurias de la Justicia y del juez Javier Feliciano Ríos para sostener la causa armada: “El juez dio el veredicto en cuatro minutos, y los fundamentos de por qué se mantuvo todo lo que le dijo la Fiscalía los va a presentar el 4 de febrero. Eso está mal. Lo más loco de todo es que estuvieron más de dos años de juicio. Me tuvo trece meses detenido, desde el 7 de diciembre del 2017, y va a dar los fundamentos recién el  4 de febrero. Entonces, son más elementos de irregularidad, de arbitrariedad, de desigualdad… Incluso verifiqué con las pruebas. La Policía Federal Argentina hace un informe diciendo que Daniel Ruiz manipula fuego artificial. A mí me detienen y la fiscalía dice: ‘Daniel Ruiz tiene un arma de fabricación casera’ y después le preguntamos de dónde sacó la fiscalía eso, porque el informe de la Policía Federal Argentina dice que tiene un elemento, pero pirotécnico. Además, tienen la caradurez de no presentar de dónde lo sacaron, ni que figure en una hoja del expediente. Durante todo el juicio no lo presentaron. Cualquier juez honesto mira el proceso y se da cuenta que fue una causa armada y que había que dar un mensaje, justamente ahora ante las elecciones, para que se le dé un visto bueno a una forma de gobernar. Una forma de hacer justicia. Pero también para cuando se está planteando la reforma laboral”.  El rol de los medios tradicionales Ruiz afirmó que “hubo una gran campaña mediática a favor de la represión, a favor de que se judicialice la protesta. Pasaron los años. El que más dinero recaudó fue el Grupo Clarín, en sintonía con el gobierno anterior”. Cambio de favores y premios “La causa venía armada desde el gobierno anterior, y lo único que hicieron fue ratificarla. Calculo que van a tener su premio. Hay que recordar que el juez anterior, (Sergio) Torres, que inició este proceso, fue premiado a la Corte Suprema de la Provincia de Buenos Aires. Cuando asumió, sus propios pares, los propios jueces con los que trabajaba, lo denunciaron, porque el juez Torres nunca vivió en Buenos Aires, ni siquiera trabajó en Buenos Aires. Entonces, ¿cómo

Culmina el juicio contra el Comodoro Retirado de la Fuerza Aérea Jorge Alberto Espina por 10 casos.

Es un dato escalofriante que surge del Registro Nacional de Femicidios del Observatorio de Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumala). Una de sus integrantes, Victoria Aguirre, en comunicación con el programar radial La Retaguardia, profundizó en las estadísticas de las violencias hacia las mujeres y disidencias. En el Día Internacional de Lucha por la Eliminación de la Violencia de Género, las cifras sirven para visibilizar la cruda realidad. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Pedro Ramírez Otero/Fernando Tebele

Declaran: Stella Segado, exfuncionaria del Ministerio de Defensa; y los exconscriptos Miguel Antonio Cisternas y Aldo Emetrio Agüero.

Undécima jornada del alegato del MPF a cargo de la Fiscal Auxiliar Gabriela Sosti. Formulará cargos contra los imputados: Carlos Somoza ( Gordo 2); Miguel Angel Conde (Carames), Hugo Castaño Monge (Yaya), Roberto Julio Fusco (Pajarito), Carlos Daniel Caimi, Arnaldo José Román. Luego comenzará con las imputaciones del Área 400 acusando puntualmente a Francisco Orlando Agostino, Luis Pacífico Britos y Ramón Vito Cabrera.

Es escritor, psicólogo, investigador sobre el genocidio indígena en nuestro país y autor de “Pedagogía de la Desmemoria”. Con lucidez, se refirió a la continuidad de las políticas de exterminio sobre los pueblos originarios en una nueva avanzada sobre los procesos de recuperación de territorios de las comunidades mapuche en la Patagonia. En diálogo con Hasta que vuelvan los abrazos, el programa de las mañanas de La Retaguardia y Radio Sur, Valko reflexionó sobre las nuevas generaciones de descendientes originarios que en todo el país avanzan en procesos de recuperación de sus identidades, culturas y tierras. Si bien la charla se dio unas semanas antes del asesinato de Elías Garay en la Lof Quemquemtrew, la temática tiene más de 500 años de actualidad. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Fernando Tocco/Miriam Libertad ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Fernando Tebele “Argentina hizo el famoso Juicio a las juntas militares de la dictadura cívico militar eclesiástica y hubo un Nunca más. Pero con el caso de los pueblos originarios, en lugar de un Nunca más, es un Siempre más. Ahora, este gobierno, que tiene un comportamiento errático no solamente con los pueblos originarios, sino en general, por ejemplo con el ministro Berni hablando de terrorismo; y Aníbal Fernández, a quien nunca se va a despegar de lo de Kosteki y Santillán, dice lo contrario. Siempre la idea de cuando se habla mucho es que nadie entienda nada. Ese es un clásico y lo practican todos los gobiernos.   El imaginario  Valko consideró  que, sin exculpar al actual gobierno, hay un imaginario social nacional que lo trasciende: “Si este gobierno de Alberto Fernández no es el culpable, porque este es un problema que viene de muy atrás, no tiene que ver con Macri, ni con Menem, ni con Duhalde,  ni con Alfonsín, ni con los milicos, esto es una concepción del imaginario nacional que de pronto, Alberto Fernández lo verbaliza tan claramente cuando dijo: ‘todos venimos de los barcos’. Entonces hay un imaginario que los manuales escolares dicen claramente: que eran diez, lo que habitaban o cazaban. Son ausencia, no están, son invisibles.  Según Valko así se construye la mirada hacia un otro/a diferente: “Si aparecen, seguramente han de ser extranjeros, han de ser mapuches, chilenos, bolivianos, guaraníes, paraguayos, porque nosotros somos noruegos. Es una cosa tan simple. Tenemos la cara de la excepcionalidad de Argentina. Nosotros somos excepcionales, no tenemos nada que ver con los negritos, bolivianos ni paraguayos, somos noruegos. Entonces, en ese contexto, un país que se construye desde la excepcionalidad, un país que le tiene miedo a la pluralidad, que construye una historia oficial, como dice (el escritor Juan José) Hernández Arregui, que es la obra maestra de la oligarquía, esa historia oficial que no solamente viene de Mitre, sino que hoy tenemos unos cuantos escribas, algunos que parecen progresistas, pero se dedican a la nota de color: qué le gustaba comer a San Martín y cosas por el estilo. Entonces hicieron una historia a la medida de una élite que invisibiliza no solamente a los pueblos originarios, sino también a la negritud”. Sobre este punto dio un ejemplo claro: “Hay que recordar que el 25 de mayo, que en los actos escolares, a los afro los hacen participar como mazamorrera0 o vendedor de velas, cuando a fines del siglo XIX, en la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, se editaban una docena de periódicos afro. Entonces este es un país que le teme a lo plural que hizo un un culto al olvido, aunque de sí mismo, de la amnesia y en este caso en particular, con el tema de las tierras”.  Para Valko, lo que está sucediendo en torno del conflicto mapuche, “es una cosa muy simple de entender. De pronto, territorios ancestrales, de la noche a la mañana, mediante la construcción del desierto, porque acá no hubo ninguna Campaña del desierto sino que se construyó un desierto que, por ejemplo, Estanislao Zeballos, que es el ideólogo de Roca, dice el slogan que Julio Julio Roca cumple a rajatabla. La barbarie está maldita y no quedarán en La Pampa ni los vestigios de su hueso. Entonces esas tierras ancestrales, de la noche a la mañana, se transformaron en tierras fiscales que el Estado luego malvendió. Por ejemplo, tenemos el caso de Carlitos Menem vendiéndole a precio vil al (empresario Joe) Lewis y otros particulares que de pronto usurparon, les dieron tierras que el Estado y esos particulares sabían que estaban en conflicto. Hay gente, gente de los medios, por ejemplo, gente que tiene programas de televisión bastante vistos, que compraron tierras con gente adentro y también deportistas que últimamente los escuchamos repetir la letanía: terrorismo. Terrorismo porque esa gente compró tierras con personas adentro”. Valko recordó lo que todo el mundo sabe, pero se niega a aceptar: las naciones originarias habitaban estas tierras antes de la conquista. “¿De dónde vinieron esas personas? Siempre estuvieron ahí, pero no tenían títulos de propiedad. O sea, no tuvieron escrituras legales. Yo recuerdo el caso de la acampe Qom acá hace unos diez años en Buenos Aires, que a propósito le pregunté a un abuelito Qom que estaba ahí tirado en el piso de la Av. 9 de julio y me dijo algo igual que me dijo otro en el Chaco. ¿Cuáles son sus títulos de propiedad? sabiendo que no los tenía. Y este señor,  también el del Chaco, me dijeron básicamente lo mismo: ‘acá está enterrado el abuelo de mi abuelo y el abuelo del abuelo de mi abuelo’. Y no me dijo más. Con eso que me estaba diciendo: esos son los títulos de propiedad, esas puertas ancestrales que tienen el territorio. Exacto. Tenía esos títulos con el escribano, follados con el sello, pero los muertos en el territorio, que había sido ancestral y se transformó en tierra fiscal y después en tierras privadas. Y en algunos casos permaneció la gente adentro. Y bueno, el conflicto era cantado. El Estado nacional que se dedicó a patear la pelota, la patiaron