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Las madres de Plaza de Mayo y un programa para guardar en el corazón

Escrito por el mayo 4, 2012


Nos sentimos honrados por haber recibido en el programa a siete Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora: Mirta Baravalle, Nora Cortiñas, Aurora Morea, Taty Almeida, Aurora Bellocchio, Nair Amuedo y Marta Vázquez.
A 35 años de la primera marcha, compartieron su sabiduría y sus reflexiones. Son tan enormes, que agradecen: “al haber perdido al ser querido, hemos recibido abrazos de otras personas. Eramos mujeres comunes. Nos dicen que éramos tan valientes, pero no nos dábamos cuenta, salíamos a la calle a buscar a nuestros hijos. Nos han humillado, burlado, ofendido. Todo esto que nos está pasando ahora es un agradecimiento enorme. ¿Qué madre no sale a la calle a buscar al hijo perdido? Nosotras salimos por amor”, aseguró Aurora Belloccquio.
Los agradecimientos se repiten en cada una de ellas. Todas hablan con la misma humildad: “no es fácil hablar después de tantos festejos y tanto recordarnos lo que hemos hecho. Ustedes nos hacen ver cosas que nosotras no vemos. No somos nosotras las que hemos hecho tantas cosas como ustedes dicen. Hemos seguido los dictados de nuestro corazón, hemos salido a buscar a nuestros hijos. Lamentablemente no tuvimos éxito, pero sí emprendimos la lucha en la defensa por los derechos humanos, por la paz, la libertad, la dignidad, la solidaridad, como querían nuestros hijos. Desde hace tiempo reivindicamos sus ideales porque les quitaron la vida. El recuerdo de ellos siempre nos va a guiar. Ahora tenemos que escuchar las declaraciones del señor Videla, a uno se le revuelve todo. No sé qué es lo que persigue, sospecho que nada bueno, como siempre”. La que pronunció estas palabras es Marta Vázquez, actual presidenta de la Línea Fundadora, que cerró diciendo: “queremos saber qué pasó. Quién decidió. Tienen que decirnos dónde están nuestros hijos, por qué se los llevaron, quién dio la orden”.
Mirando a Ana María Careaga a los ojos, Taty Almeida recordó a Esther Ballestrino de Careaga, a Mary Ponce y a Azucena Villaflor, dijo que estaban entre nosotros. Y aclaró que si bien las desapariciones despúes del 76 fueron sistemáticas y respondiendo a un plan perfectamente organizado, no hay que olvidarse de los detenidos desaparecidos, “como Alejandro, mi hijo”, de un gobierno constitucional, del año 74, 75. Nombró a Isabel Perón, Italo Luder y Carlos Ruckauf. “Ninguna madre eligió llevar un pañuelo blanco. Ninguna eligió ser una madre de Plaza de Mayo. El recuerdo y el agradecimiento es para nuestros hijos”.
Nora Cortiñas recordó los años en que eran invisibles, los años en que las personas no se animaban a acercarse a ellas por miedo, o por dolor. Definió a la desaparición forzada como el crimen de crímenes: “por eso las madres decimos que no hay olvido ni perdón. No queremos venganza, queremos justicia. No vamos a perdonar a los asesinos, a los torturadores. Aunque el perdón es privado, cada persona puede perdonar si siente esa necesidad. ¿Perdonar? Tendrían que emerger nuestros hijos y nuestras hijas del fondo del mar, del fondo del río, de las tumbas anónimas y ser ellos quienes dieran el perdón. Nosotras no podemos perdonar en nombre de ellos. Mientras nos quede vida vamos a seguir levantando sus ideales de lucha. Tuvimos logros, como la justicia, logros que tenemos que seguir empujando. Tenemos que seguir buscando la verdad, saber qué pasó con cada uno de ellos. Nosotras vamos a ir envejeciendo, ahora no, eh -bromea- ahora todavía tenemos un rato para preocupar a más de uno. Los abrazamos y sentimos que seguimos necesitando ese abrazo y lo valoramos. Pero queremos seguir trabajando con todos ustedes: vayan a los juicios, acompañen a los testigos que son la riqueza más grande que tenemos, los jueces necesitan vernos, los abogados necesitan que los apoyemos. Vamos a seguir andando y sintiéndonos acompañadas por todos ustedes. Gracias en nombre de los treinta mil”.
Mirta Baravalle nos relató el momento en que se llevaban a su hija Ana María: “escucharla a mi hija cuando entran preguntando ¿quién en Ana? y ella con toda valentía y fuerza dijo ´yo soy Ana´ porque me estaban amenazando a mi. Ese día habia ido al médico porque estaba embarazada de cinco meses. O lucho o muero, me dije. Tuve en ese momento la dimensión del horror que se venía. Llevaremos el dolor hasta el fin de nuestros días pero también la alegría de ver a nuestros hijos en los jóvenes y no tan jóvenes que nos acompañan”.
Para nosotros, los que hacemos Oral y Público, será dificil repetir un programa de radio tan intenso.

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