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Masacre de Pergamino


El 2 de septiembre se cumplieron tres años y seis meses de la Masacre de Pergamino y un año del inicio del juicio que condenó a seis policías a las penas de entre 8 y 15 años de prisión por el delito de “abandono de persona seguido de muerte” de siete jóvenes. Familias de las víctimas, organizaciones y abogados/as querellantes se reunieron virtualmente para no dejar de ejercitar la memoria y seguir exigiendo justicia.  (Por El Diario del Juicio*)  El 2 de septiembre se cumplió un año del comienzo del juicio por la Masacre de Pergamino, donde siete chicos fueron asesinados por la desidia, inoperancia e impunidad de seis policías bonaerenses y la complicidad de todas las instituciones políticas. El juicio fue histórico para una ciudad conservadora, con prepotencia de olvido. Una ciudad que se topó con siete familias que construyeron un muro de memoria para que nunca se olvide a los siete pibes jóvenes y humildes que la policía dejó morir. Los escucharon, escucharon el grito de auxilio aturdidor. Pero los dejaron morir. Y así los mataron y le mataron el alma a sus familias y amigos que, con lo que les quedó, se organizaron y libraron la batalla con inmensa dignidad. La lucha unió a esas familias con el colectivo JusticiaXlos7, que también se organizó a partir del dolor y la rabia, para que nadie se olvide de las caras de los seis policías. Así fue que un grupo de periodistas, comunicadores populares de distintos medios alternativos nos dimos la tarea de cubrir ese juicio, para romper con la lógica de los grandes medios hegemónicos que informan lo que sus dueños e intereses políticos les imponen. Allí estuvimos ese 2 de septiembre de 2019, un día de lluvia como este 2 de septiembre de 2020, cuando nos volvimos a encontrar con las madres, familiares y amigas y amigos de los siete pibes, pero esta vez de manera virtual por la pandemia que no nos deja abrazarnos como lo hacíamos cada semana que nos encontrábamos para exigir justicia. Este 2 de Septiembre recordamos ese sabor agridulce que dejó la sentencia, porque si bien fueron condenados los seis policías imputados, cuatro de ellos siguen cumpliendo su condena en sus casas con arresto domiciliario. También las madres y familiares y amigas y amigos destacaron otro triunfo después de tres años de lucha solitaria: lograron que una parte importante de la sociedad pergaminense entendiera y aceptara que habían sido siete muertes injustas -si es que existe una muerte justa- y que lo que reclamaban las familias era solo justicia.  JUSTICIA POR JHON CLAROS, FERNANDO LATORRE, ALAN CÓRDOBA, NONI CABRERA, SERGIO FILIBERTO, FRANCO PIZARRO, FEDERICO PERROTA. ¡DEJAR MORIR TAMBIÉN ES MATAR! CÁRCEL COMÚN Y EFECTIVA PARA ALBERTO SEBASTIÁN DONZA, CÉSAR BRIAN CARRIZO, MATÍAS EXEQUIEL GIULIETTI, CAROLINA DENISE GUEVARA, SERGIO RAMÓN RODAS Y ALEXIS MIGUEL EVA.  Los seis policías en el juicio oral    *Este diario del juicio a los policías responsables de la Masacre de Pergamino, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, FM La Caterva, Radio Presente y Cítrica. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguimos diariamente en https://juicio7pergamino.blogspot.com 

(Por El Diario del Juicio*) Se cumplió el tercer aniversario de la Masacre de Pergamino, el primero desde la sentencia que condenó a 6 policías con penas de 6 a 15 años por las muertes de Alan Córdoba, Federico Perrotta, Juan José Cabrera, Fernando Latorre, Jhon Claros, Sergio Filiberto y Franco Pizarro, ocurridas en la Comisaría Primera. El Diario del Juicio viajó a esa ciudad para acompañar a las familias y compartir esta crónica.Este 2 de marzo es otro día para el recuerdo. O para el olvido. El límite entre esas dos instancias es muy fino y difícil de divisar. Lo que es claro es que la angustia sobresale, que no existe abrazo o palabra de aliento que sirva de consuelo, que no existe razón alguna para intentar sacar una sonrisa. Quizá sea porque es el primer aniversario luego del juicio que, para las familias, no fue más que una prolongación de la injusticia. O quizás no, y simplemente cada 2 de marzo, las familias necesitan canalizar el dolor con lágrimas. La hermosa tarde de Pergamino vio llegar, desde los primeros minutos de las seis de la tarde, a familiares y amistades de los chicos, a organizaciones sociales, políticas, sindicales, a vecinas y vecinos. La concentración fue en la esquina de Av. De Mayo y San Nicolás, el punto más céntrico y neurálgico de la ciudad. Ciudad sojera, conservadora, con fieles votantes de las máximas expresiones de derecha del país. Ciudad donde la gente niega, olvida, no reconoce, silencia, invisibiliza, que aquí ocurrió una Masacre. Y que el Estado es el responsable. Principalmente, lo es la Policía, cuyos integrantes omitieron acciones ante un incendio en un lugar del que solo ellos tenían el control, cerrando la puerta de la celda 1 de la Comisaría Primera, sentenciando así, a siete familias, a convivir con este dolor horrible por el resto de sus vidas . Cerca de las siete, comienza la marcha ante la indiferencia de algunos locales comerciales del centro pergaminense, que ignoran el paso de la columna y continúan con su vida cotidiana. La marcha deja atrás algún aplauso, algún “bien, sigan luchando” de algún buen hombre que luego, cuando se lo invita, a marchar, se niega. Pero sobre todo, deja muchas caras de desprecio, de disconformidad: de los habituales “me ensucian la calle” o “no es la manera”. La marcha es pacífica y respetuosa: cinco o seis perros jugando son el prólogo de un centenar de personas que viene marchando detrás. Encabezan las madres y padres de los chicos con una bandera que grita: “La injus7icia de la jus7icia”. Siempre los 7 reemplazan a cada T, con su color rojo sobre el lógico fondo negro. Una marca que ya se ha instalado entre quienes queremos guardar y contagiar esa memoria. Atrás, y acompañando de ahora en adelante con su fuerza, las Madres de los Barrios Fumigados. Ellas comenzaron a organizarse en asamblea hace un tiempo, y ante el micrófono destacan que seguirán acompañando esta causa porque también son madres y porque hay que acabar con todas las injusticias de una vez y para siempre. De vez en cuando -para callar algún silencio que sobra- las familias aprovechan y vuelven a gritar los nombres de los pibes, cada uno se corona con un rotundo “¡Presente! ¡Ahora y siempre!”. Tampoco falta lugar para nombrar a los 6 ex policías, Alberto Sebastián Donza, Alexis Eva, Sergio Rodas, Brian Carrizo, Matías Giulietti y Carolina Guevara, que cumplían servicio aquel 2 de marzo, y que recibieron condenas de entre 6 y los 15 años en el juicio que finalizó el 20 de diciembre del año pasado. Los cánticos son los de siempre, los que les enseñaron a estas familias las madres de la Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil: “Como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar”. Y así es: su venganza no es ir a buscar a los responsables de la Masacre para atacarlos. Es ir a buscarlos para demostrarle a la justicia cómo ellos, los que ostentan el privilegio de la domiciliaria, violan este derecho y salen a pasear a sus perros o a llevar a sus hijos a la escuela. Ya ninguno de los 7 podrá hacer algunas de esas cosas, nunca más. Camina Andrea Filiberto, la hermana de Sergio Filiberto. Está impregnada con la misma tristeza que el resto de las familias: “Seguimos sintiendo la misma injusticia a pesar de que están todos condenados. Porque es un logro bárbaro que los seis policías que fueron acusados estén condenados con penas dentro de todo de muchos años, y ahí está lo injusto: que si te condenan a 11 años te den arresto domiciliario. Se está juzgando con doble vara, como decimos siempre.”, resalta con firmeza Andy, como le dice todo el mundo por aquí, mientras todavía se siente abrumada por la justificación de las domiciliarias. “Cuando leyeron la sentencia, el juez se acordó de la superpoblación que hay en todos los lugares de encierro. Hay como una doble cargada y eso es lo injusto para nosotros. Así que seguimos luchando y pidiendo cárcel común; ya hemos presentado las apelaciones correspondientes, sobre todo porque en el juicio se pudo comprobar que fue un claro homicidio, que estuvo la intención de esos policías de dejarlos morir, sabiendo que el único resultado que podían obtener de ese abandono era la muerte, los dejaron morir. Entonces es un homicidio. Por eso también se apela la carátula. La CPM (Comisión Provincial por la Memoria), que representa a cinco familias, apela también la carátula. Y el fiscal, que dentro de todo obtuvo la cantidad de años que solicitó por abandono de persona seguido de muerte, apela la modalidad también. No está de acuerdo con ese arresto domiciliario que les concedieron”, señala. .. Atravesando dos cuadras de la peatonal San Nicolás, con unos 100 metros. de manifestantes, se llega a la intersección con la calle Dorrego; a unos 30 mts. se encuentra la ex comisaría. Al llegar, Diego, hermano de Sergio Filiberto,

Luego de más de dos meses de proceso judicial y una larga espera se conoció la sentencia en el juicio por la Masacre de Pergamino. El tribunal presidido por el juez Guillermo Burrone condenó a la totalidad de los imputados, aunque con penas diferenciadas y otorgándoles el beneficio, a cuatro de ellos, de la prisión domiciliaria. (Por El Diario del Juicio*) Llueve a baldazos en Pergamino. Es una jornada gris, que comienza bien temprano, cuando a las nueve de la mañana las familias de los siete pibes asesinados por el Estado brindan una breve conferencia de prensa en el interior del Poder Judicial sobre la calle Pinto. Están junto a Nora Cortiñas, madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora y “la madre de todos nosotros”, como dijo Cristina Gramajo, la madre de Sergio Filiberto. Cuarenta minutos después el tribunal conformado por Guillermo Burrone, Miguel Gáspari y Danilo Cuestas ingresa a la sala, dispuesto a comunicar el veredicto (las penas) y la sentencia (los fundamentos) y finalizar, de este modo, con una incertidumbre que parece eterna. Segundos antes del ingreso de los jueces, los imputados, menos Sebastián Alberto Donza y Alexis Eva, se sientan del lado derecho de la sala. Burrone habla más de una hora y media casi sin interrupciones, salvo breves sorbos que da a un vaso que contiene, a simple vista, agua mineral. Lee el voto del juez Gáspari. Al final de cada tramo dirá que los otros dos lo respaldan. La argumentación es ordenada y contundente, y abre planteando que “se van a escuchar cosas que van a molestar”, en señal de advertencia. En primer lugar, realiza un recorrido a modo introductorio recordando los pedidos de la querella y la defensa. Luego, y con una metodología muy pragmática, anticipa los diferentes ejes que compondrán su discurso argumentativo: los hechos y las responsabilidades, lo atroz de la muerte de los pibes y las consecuencias sobre los sobrevivientes y las víctimas. Hechos claros El juez principal realiza un recorrido metódico y detallista sobre lo ocurrido el 2 de marzo de 2017 en la Comisaría Primera. Dice que queda probado que ninguno de los policías que se encontraban en la dependencia hizo absolutamente nada para salvar a las víctimas. Donza, Eva, Giulietti, Carrizo, Rodas y Guevara no sólo no colaboraron sino que obstruyeron a aquellos que sí intentaron sofocar el incendio e ingresar a la celda 1 para sacar a los pibes. Burrone menciona en muchas oportunidades que el fuego comenzó poco antes de las 18:16 y que hubo tres momentos. El declarado, es decir cuando se llega a un punto en donde no se puede apagar salvo con agua a mucha presión, se da alrededor de las 18:40; es decir, los policías tuvieron más de media hora para accionar, pero no hicieron nada. El tribunal da por veraz las declaraciones de los bomberos voluntarios, que narraron que no sólo nadie ayudó sino que cuando pidieron las llaves para entrar a la celda se tardaron quince minutos vitales hasta que aparecieron. Y sepulta a Guevara, que mintió cuando dijo que llamó a los bomberos voluntarios, cosa que nunca pasó. También son falsos los testimonios de Eva y Giulietti, que plantean que ayudan a los bomberos, y las declaraciones de la policía motorizada.  El fallo insiste con algo trascendente: los policías priorizaron la seguridad por sobre la vida humana y estaban al cuidado de todos los presos. Por otro lado, no se usaron los dos matafuegos que estaban en la dependencia, uno en la oficina de guardia y otro en la del comisario, que hubiesen sido claves para sofocar el fuego en su primera etapa. No es un dato menor. Los policías llegaron a decir que no había matafuegos. Las declaraciones de los sobrevivientes y de Virginia Creimer, perito criminalística, son importantes no sólo para reconstruir lo sucedido sino fundamentalmente para reflejar el dolor sufrido por las víctimas y la atroz forma de muerte. Sin embargo, el tribunal no utiliza solamente estos testimonios, sino los mensajes de texto enviados por los pibes al momento de la Masacre, que reflejan también los minutos transcurridos entre el primer foco ígneo, el fuego ya declarado y la muerte. La sentencia cierra con las secuelas en los sobrevivientes y las familias, comprobadas por testigos de la Comisión Provincial por la Memoria, Psicólogos, Trabajadores Sociales y Profesionales de la Salud que plantean, con evidencia científica, los daños y el estrés post-traumático existente en algunos casos. El veredictoAl escuchar a Burrone, nadie en la sala duda sobre el fallo condenatorio que espera a los policías. Ni las familias de las víctimas ni los amigos de les ex policías, que son cuidados por un cordón policial de escudos que divide el salón en dos. Los argumentos son contundentes: los cinco varones policías y la mujer policía no hicieron nada, no entregaron la llave, no ayudaron a los bomberos, mintieron para salvarse e intentaron señalar por ineficaces a quienes sí intentaron colaborar. Pero, pasadas las once de la mañana, las nubes que abandonan el cielo pergaminense se trasladan hacia la sala, justo cuando comienza la lectura del veredicto. El tribunal decide, en primera instancia, desestimar el pedido de parte de la querella que pedía condenas por homicidio. Los policías serán condenados, entonces, por abandono de persona seguido de muerte, tal como pide la fiscalía, tal como llegaron a juicio. Luego, dan lugar a la solicitud de algunos agravantes, pero no al que plantea que son funcionarios públicos. Y, finalmente, lee:“Donza, 15 añosEva, 14 añosCarrizo, 11 añosGiulietti, 11 añosRodas, 8 añosGuevara, 6 años” Y, poco después, el definitivo revés: sólo Donza y Eva seguirán en prisión efectiva, mientras que los otros cuatro continuarán teniendo el beneficio de la prisión domiciliaria hasta que el fallo quede firme.Si las escasas condenas a Carrizo, Giulietti, Rodas y Guevara suenan a poco (tres y dos años por debajo de lo solicitado por la fiscalía en algunos casos), la domiciliaria, esperable pero intolerable, despierta los primeros murmullos dentro y fuera de la sala. Una de las

Los ex policías Alberto Sebastián Donza, Alexis Eva, Sergio Rodas, Brian Carrizo, Matías Giulietti y Carolina Guevara fueron condenados a penas de entre 6 y 15 años por el delito de abandono de persona seguido de muerte de Alan Cordoba, Franco Pizarro, Juan Jose Cabrera, Sergio Filiberto, Fernando Latorre, John Claros y Federico Perrotta. La Masacre de Pergamino ocurrió el 2 de marzo de 2017, en la Comisaría Primera, ex Centro Clandestino de detención. Carrizo, Giulietti, Guevara y Rodas permaneceran gozando del beneficio de prisión domiciliaria. El juicio se desarrolló desde el 2 de septiembre y fueron 17 jornadas donde brinadron testimonios sobrevivientes, bomberos voluntarios que asistieron ese día a intentar sofocar el fuego, psicologos/as, familiares de las víctimas, entre otros/as. (Por El Diario del Juicio*)  La sentencia fue anunciada esta mañana por el Tribunal Oral Criminal 1 de Pergamino, integrado por los jueces Guillermo Burrone, Miguel Gáspari y Danilo Cuestas.Alberto Sebastián Donza fue condenado a 15 años de prisión,Alexis Eva fue condenado a 14 años de prisión, Brian Carrizo y Matías Giulietti fueron condenados a 11 años, Sergio Rodas a 8 años y Carolina Guevara a 6 años (cuando la Fiscalía había pedido una pena de 9 años). El Tribunal decidió no revocarles la prision domiciliaria de la que gozan Carrizo, Guevara, Rodas y Giulietti, por lo que estos cuatro permaneceran privados de libertad pero en su casa. El Tribunal consideró como agravante la pluralidad de victimas y el daño físico y psiquico a las familias y sobrevivientes de la Masacre. Entre las personas que llegaron desde otros lugares, se destacó la presencia de Nora Cortiñas, quien luego se reunió con los jueces. “Me dijeron que ellos tienen como criterio no modificar la condición que los presos traen desde la instrucción. Por eso los dejaron en domiciliaria”, le conto a El Diario del Juicio apenas salió de la reunión. *Este diario del juicio a los policías responsables de la Masacre de Pergamino, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, FM La Caterva, Radio Presente y Cítrica. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguimos diariamente en https://juicio7pergamino.blogspot.com 

*Este diario del juicio a los policías responsables de la Masacre de Pergamino, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, FM La Caterva, Radio Presente y Cítrica. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguimos diariamente en https://juicio7pergamino.blogspot.com 

Mañana, viernes 20 de diciembre y desde las 9 de la mañana, es la sentencia, que podés escuchar en vivo por el Blog del Diario del Juicio. Te dejamos un resumen de los dos meses y las diecisiete jornadas narradas durante todo el proceso judicial.(Por El Diario del Juicio*)  Día 1- Lunes 2 de septiembre. ¿Nadie tiene la culpa? No hay declaraciones testimoniales, solo se presentan los lineamientos generales de cada una de las partes. El fiscal Néstor Mastorchio acusa bajo el delito de “abandono seguido de muerte”, ya que los seis policías no hicieron absolutamente nada para salvar a las siete víctimas. La querella, dividida en partes, coincide con la posición del fiscal, y Margarita Jarque, de la Comisión Provincial por la Memoria, hace un recorrido por la situación precaria de las cárceles en todo el país. Plantea, también, que pueden aparecer en el transcurso del juicio responsabilidades políticas. La defensa policial, también dividida, plantea por un lado, y en el caso del ex comisario Donza, un delito culposo,sin dolo en el accionar. Gonzalo Alba, abogado de todos los policías excepto Donza, desafía planteando que demostrará la inocencia de sus cinco defendidos. https://laretaguardia.com.ar/2019/09/cronicas-del-juicio-dia-1.html  Día 2- Martes 3 de septiembre. Revivir el horror Declaran familiares. La jornada es muy dolorosa. El testimonio de los familiares es desgarrador, pero importante: hay coincidencias, en la urgencia de los mensajes que les llegan desde los celulares de los pibes, en el escenario que encuentran al llegar a la comisaría y en el discurso policial, que planteaba que “todo estaba bien” o directamente no informaba. Aparece por vez primera una constante de todo el juicio: las llaves. O la ausencia de ellas. ¿Dónde estaban las llaves que hubiesen evitado la masacre? Las familias relatan, además, un denominador común cuando de represión estatal se trata: el hostigamiento policial luego del hecho y cuando comienza el pedido de justicia. https://laretaguardia.com.ar/2019/09/cronicas-del-juicio-dia-2-revivir-el-horror.html  Día 3- Miércoles 4 de septiembre. El incendio que la policía quiso ocultar Continúan las declaraciones de familiares de las víctimas. Alba, el abogado defensor, plantea reparos en la utilidad judicial y probatoria de los testimonios, sobre todo en las preguntas de la querella, pero para madres, padres, hermanos, hermanas y parejas de los siete pibes la instancia es importante, catártica y, en cierta medida, sanadora. Nuevamente, los relatos se relacionan en un punto importante: el discurso policial que habla de tranquilidad, que los pibes están bien. Por otro lado, y en varios testimonios, aparece la policía motorizada participando de la acción posteriormente a que comience el incendio. https://laretaguardia.com.ar/2019/09/cronicas-del-juicio-dia-3-el-incendio-que-la-policia-quiso-ocultar.html Día 4- Lunes 9 de septiembre. Hemos visto morir Primera jornada de declaraciones de sobrevivientes de la masacre. Los testimonios son muy fuertes, se trata de testigos directos de lo sucedido, pues estaban presos en la comisaría Primera al momento del incendio. Los tres testigos hablan de una pelea luego arreglada sin problemas, un engome temprano, una pequeña parte de un colchón incendiado y una inacción policial que pudo cambiar el destino de los siete pibes. Además, uno de ellos se adjudica ser el autor de un video que circuló, ya que tenía un celular en la celda, del cual envió algunos mensajes al momento de la masacre. https://laretaguardia.com.ar/2019/09/cronicas-del-juicio-dia-4-hemos-visto-morir.html Día 5- Martes 10 de septiembre. El turno de las amenazas Segunda jornada de declaración de sobrevivientes. Empiezan a evidenciarse presiones lógicas por parte del aparato policial sobre los testigos, ya que algunos de ellos continúan presos. Hay miedo, y se palpa. Dos testigos solicitan declarar sin los imputados, pero el Juez Burrone no lo permite. Para el final de la quinta audiencia aparece la amenaza de modo explícito: tres testigos se niegan a declarar, hablan de sentirse abandonados por la fiscalía y uno de ellos plantea que recibió amenazas de muerte. https://laretaguardia.com.ar/2019/09/cronicas-del-juicio-dia-5-el-turno-de-las-amenazas.html  Día 6- Miércoles 11 de septiembre. Recuerdos que perturban Tercera jornada de declaración de los sobrevivientes, que coinciden con lo narrado anteriormente: la policía no hizo nada para salvar a los siete pibes de la celda número uno. Declaran tres testigos más. Uno, empleado del centro de monitoreo público, que observó en qué momento preciso llegaron los bomberos al lugar de los hechos. Los otros dos, trabajadores de la Comisión Provincial de la Memoria, que entrevistaron a los sobrevivientes. Lo que narran es fuerte, ya que declaran el impacto que tuvo para los testigos que estaban en otras celdas durante el incendio presenciar la muerte de sus compañeros. https://laretaguardia.com.ar/2019/09/cronicas-del-juicio-dia-6-recuerdos-que-perturban.html Día 7- Lunes 23 de septiembre Vuelven a declarar familiares de los siete pibes. En los testimonios aparece nuevamente la inacción y la mentira policial. No hicieron demasiado y engañaron a las familias planteando que todo estaba controlado. También se escucha, de boca de un familiar, que uno de los policías proveía pastillas y marihuana por fuera de la comisaría. También testifican cuatro policías. En primer lugar, un perito criminalista que estuvo en la celda uno luego de la masacre. Comenta que los resultados de las pericias de sonido son claros: los gritos de los pibes no pudieron no escucharse. El segundo, otro perito, indica que encontraron encendedores en la celda. El tercero, bombero, plantea que si se usaba el matafuegos el incendio era controlable. El último, ex comisario y jefe de la departamental de Pergamino, declara que Donza no fue exacto al avisarle lo que sucedía en la comisaría. https://laretaguardia.com.ar/2019/09/cronicas-del-juicio-dia-7-solo-un-poco-asfixiados.html Día 8- Martes 24 de septiembre. Ojos que ven corazones que sienten Se realiza una inspección ocular a las celdas de la comisaría primera. Los acusados no van, la querella participa y los familiares ingresan. El escenario es desgarrador, la jornada terrible y la revictimización estatal se hace presente más fuerte que nunca. https://laretaguardia.com.ar/2019/09/cronicas-del-juicio-dia-8-ojos-que-ven-corazones-que-sienten.html Día 9- Miércoles 25 de septiembre. Un motín que nunca sucedió Declaran cuatro testigos. Dos peritos forenses y dos policías. La primera perito ratifica que las muertes de los siete pibes fueron por asfixia. Según ella, no se puede especificar la hora del deceso, aunque la franja horaria sería entre las cinco y las siete de la tarde. La segunda

El 20 de diciembre se leerá la sentencia contra los policías acusados por los hechos ocurridos el 2 de marzo de 2017 en la Comisaría 1° de Pergamino. El Diario del Juicio realizará una cobertura especial desde esa ciudad, que incluirá la transmisión radial del veredicto y sus fundamentos, que se podrán escuchar en este sitio. Compartimos un video realizado por el colectivo Justicia X los 7.  (Por El Diario del Juicio*)  DESCARGAR *Este diario del juicio a los policías responsables de la Masacre de Pergamino, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, FM La Caterva, Radio Presente y Cítrica. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguimos diariamente en https://juicio7pergamino.blogspot.com 

Fue fundamental para el armado del Colectivo Justicia por los 7. Acompañó a cada familia con sus abrazos contenedores y su sonrisa a prueba de balas. Resultó esencial para que la causa saliera de Pergamino. Desde El Diario del Juicio, asumiendo que estamos aquí como él querría, elaborando colectivamente, invitamos a las familias de los 7 a definirlo con algunas palabras. Con todas esas definiciones, está construido este homenaje. (Por El Diario del Juicio*) Artista, activista de derechos humanos, músico callejero, el del saxo, el de rastas que vestía raro, el del habla pausada, el de una calidez inmensa y un compromiso como pocos, hermano del alma, aquel que nos enseñó a nunca bajar los brazos, un imprescindible. Para las familias de Pergamino Ale sumó a la LUCHA todo su conocimiento de luchas anteriores, hoy emblemáticas como la de Luciano Arruga, la de Kevin (ahijado de Nacho Levy de La Poderosa). Ale aportó toda su tenacidad en esto de denunciar las injusticias, los amedrentamientos que sufrieron, como colectivo y familiares. Fue un mentor, un guía importante, porque tenía una manera muy especial de encontrarle la vuelta a todo conflicto, a todo problema. Cada logro de la causa era motivo de felicidad. Se brindó por completo a la lucha. Estaba muy pendiente de cada familia, de cada madre en especial. Un amigo del alma, sencillo, solidario. Ale se unió a este pedido de justicia por los pibes de Pergamino junto a otros compañeros, desde el principio del recorrido. “Llegó a aportar ese aire de lucha que nos hacía falta, nos brindó ese cariño y amor que tanto necesitábamos cuando toda una sociedad se empeñaba en lastimarnos aún más”. Nos enseñó que siempre hay que respetar las decisiones de las familias. Ale conoció a los pibes, entre charlas de mates, abrazos, sonrisas, llantos. Entre un saxo que aparecía trayendo calma y dejando en claro que no hay que permitir que lastimen a los pibes porque ya mucho daño les habían hecho. Un ser único y necesario en el mundo. De una sonrisa inmensa. Se siente su ausencia, nos hace falta. Se lo extraña mucho se lo necesita mucho. Nos dejó una gran enseñanza. Cada individuo, si se lo propone, puede construir, enlazar, acompañar y generar trabajo colectivo. Para quienes hacemos El Diario del Juicio, para quienes componen el Colectivo Justicia x los 7, ese mensaje nos quedó bien claro. Por eso, juntos, juntas, escribimos este texto colectivo, mientras vemos su enorme y cálida sonrisa sobrevolando esta causa y tantas otras. DESCARGAR *Este diario del juicio a los policías responsables de la Masacre de Pergamino, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, FM La Caterva, Radio Presente y Cítrica. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguimos diariamente en https://juicio7pergamino.blogspot.com 

En la ante última jornada del juicio por la Masacre de Pergamino fue el turno de los alegatos de la defensa. Se escucharon las palabras de Carlos Torrens y Federico Mastropierro, defensores del ex comisario Alberto Sebastián Donza  y de Gonzalo Alba, abogado defensor de los otros cinco ex policías imputados. Todos pidieron la absolución para sus defendidos. Sólo resta escuchar la sentencia, que será el 20 de Diciembre. (Por El Diario del Juicio*) Foto: El abogado defensor Gonzalo Alba, en pleno alegato. “¿Qué más tenían para hacer los policías?”A las 10 se da ingreso al tribunal. Alba está parado, da vueltas cerca del estrado. Saluda a sus defendidos con fuertes golpes de manos. Saluda también a los policías encargados de la seguridad del juicio. Se lo ve confiado, como seguro del triunfo. Como en su salsa. Ayer el juez no le dio lugar a la palabra cuando la pidió. Así que hoy tendrá mucho para decir. Pero primero le toca el turno a Torrens y Mastropierro. Empieza Torrens, lento, con voz baja y poco clara. No se impone. Sin entenderse el motivo, pide perdón de antemano por su declaración. Dice que tratará de hacer lo mejor posible. Y empieza diciendo que todavía no le dijeron “qué es lo que no hizo Donza”. Según él, no hay pruebas de que su defendido haya actuado de manera indebida. Asevera, tal como sostuvo en la audiencia de junio de 2018 cuando el ex comisario se entregó luego de más de 400 días, que Donza nunca estuvo prófugo, ganándose así la risa de las familias de los chicos asesinados. Retoma la idea de que hubo 12 sobrevivientes porque ellos los salvaron y afirma que “es un sinsentido decir que quisieron salvar algunas vidas y otras no”. Insiste en que “es imposible decir que Donza no hizo nada. Algunos dicen que lo vieron apoyado en la pared. Bueno, puede haber estado cansado, o bien podía estar haciendo lo que debía hacer”, dice ganándose nuevamente las risas de las familias. Luego desmerece los alegatos de las querellas y la fiscalía, mencionando que “el jueguito de los mensajes” son puras palabras, pero que no resuelven el problema de fondo. Esos mensajes, que para él son un simple juego, son pruebas claves de lo que pasaba adentro y lo que no hacían los policías aquel 2 de marzo. Afirma que Donza entregó las llaves cuando se las pidieron, enseguida. Que nadie de los que declararon habló mal de Donza. Que no hubo maltratos y torturas por parte de él. La cara de Donza no denota estar muy orgulloso de su defensa. Torrens desvía responsabilidades, afirmando que Donza no era el mayor responsable. Allí, sin muchas certezas, nombra a Rojo, de la Departamental, dependencia que se encuentra arriba de la Comisaría Primera. Rojo, recordemos es uno de los policías que declaró en el juicio y que por su testimonio la querella de la CPM pidió se siga investigando su responsabilidad funcional en la Masacre. Reflexiona que puede haber habido negligencias, errores en el accionar policial. Que quizás faltó mayor rapidez. También, problematiza las realidades de las cárceles y las comisarías a modo general. Torrens afirma, a modo de argumento defensivo, que el Estado es el responsable, pero, curiosamente, no reconoce a los policías encargados de cuidar a los detenidos como representación de carne y hueso de ese Estado que denuncia responsable. . Aunque advierte que “cada uno de los imputados hizo lo que pudo dentro de sus posibilidades” también reconoce que “es imperdonable el maltrato posterior a los familiares”. Admite la dificultad de que los testigos sobrevivientes que siguen privados de su libertad hablen respecto de lo que pasó con la verdad. Pide en primer lugar la absolución para su defendido y subsidiariamente, alega un delito culposo (es decir, sin intención de generar el daño). Luego pasa la palabra a su acompañante. Cachin, el padre de Franco Pizarro besa la foto de su hijo. Mastropierro comienza diciendo que todos sabemos y que quedó establecido que el fuego es responsabilidad de dos de los internos. Asegura que “no hallamos actos probatorios que muestren que entre que comenzó el fuego y llegaron los bomberos haya pasado tanto tiempo”. Recalca que los bomberos fueron “bastante inoperantes”. Dice que no les echa la culpa de todo, pero que claramente vinieron a mentir, con una animosidad contra los policías. “¿Qué más tenían para hacer los policías? ” se pregunta. Dice también que “es fácil pegarle a Donza, acusarlo. Porque era el comisario. Pero no hay pruebas contra él más que algunos testimonios que dicen que no hizo nada” y concluye, levantando la vista “¿qué es no hacer nada?”. Por último, asegura que le parecen exagerados los pedidos de condenas. Solicita la absolución de su defendido, alegando falta de autoría, remarcando que “él hizo todo a su alcance para que no suceda lo que finalmente sucedió “. El tribunal llama a un cuarto intermedio de 15 minutos. Sala de audiencias, del lado de las familias de los imputados “Los derechos humanos son para todos”Se reanuda la sesión. A las 11 y media comienza a alegar Gonzalo Alba, defensor de Carolina Guevara, Matías Giulietti, Brian Carrizo, Sergio Rodas y Alexis Eva.Introduce criticando el rol del bloque acusador y del Ministerio Público Fiscal. Y comienza luego con la descripción cronológica de lo ocurrido, según su versión. Advierte que está probado que la pelea que dio lugar al engome fue con facas. Menciona entonces, otra vez, lo que ya escuchamos de su boca en la segunda audiencia de este juicio oral: las víctimas no eran “nenes de un jardín de infantes”. Alba es enérgico al hablar. Sus gestos y sus palabras se perciben convencidas. Vuelve a destacar, como el primer día del juicio, no eran diecinueve sino veinte los detenidos al momento de la Masacre. Ese dato parece ser fundamental para el defensor. Reitera que no es necesario que en todos los hechos existan culpables, aunque después se observa cómo intenta correr las responsabilidades a terceros. Denuncia

En la primera jornada de alegatos, las querellas y la fiscalía argumentaron para demostrar la responsabilidad policial en la muerte de los siete pibes. Pidieron penas de entre 25 y 9 años de prisión. La novedad es que apareció la figura de “homicidio simple”, cuando hasta aquí se hablaba de “abandono de persona seguido de muerte”. (Por El Diario del Juicio*)  Foto de portada: Las familias de los siete pibes acompañando la audiencia como lo hicieron desde el comienzo del jucio.  Desde las 6 de la mañana, familiares e integrantes del Colectivo Justicia x los 7 se acercaron a la puerta de los tribunales de Pergamino para comenzar con los preparativos de lo que fue una audiencia proyectada al afuera. Pinto, la calle frontal del tribunal, estaba cortada, y en la plaza, enfrente, familiares, amistades y militantes se concentraron bajo los árboles, en una soleada y pesada jornada, para ver en una pantalla gigante los alegatos de la Querella y la Fiscalía.  La sesión estaba prevista para las 9  pero recién a las 9.40 entran los imputados y luego los jueces. La sala está llena de familiares de los chicos, no así de los policías. Una frase retumba por todas las paredes del Poder Judicial pergaminense. Una que todas las familias tienen en sus remeras, mochilas, camperas: “Dejar morir, también es ma7ar”. Esa sentencia, nos cuenta una familiar, es de una canción que escribió una banda local a los chicos.La jornada de hoy no es cualquier jornada. Se escucharán reiteradas veces historias que nunca más queremos volver a oír. El paso a paso, cada momento, cada rasgo de ese 2 de marzo de 2017. Con lujo de detalles. Todos esos detalles que durante este juicio la defensa y los policías quisieron ocultar. Todas esas “confusiones” o “no recuerdos” que generaron grandes contradicciones y muy pocas certezas entre los relatos de las fuerzas de seguridad.“Resulta complicado creerles a los imputados cuando dicen querer que se sepa la verdad”El primero en alegar es el fiscal Nelson Mastorchio. Hace hincapié en algunos puntos fundamentales de lo que dejó este juicio: básicamente, la no respuesta del personal policial en todo momento. Afirma que los policías no solo tuvieron un rol pasivo sino que además impidieron y obstaculizaron la tarea de los bomberos. Advierte que los oficiales “no utilizaron matafuegos, desinteresándose de sus deberes, privando del auxilio que era necesario para que los jóvenes sobrevivan”. Recuerda que el ex comisario Donza estuvo presente y poseía las llaves que abrían todos los candados.Por otra parte, destaca aquellos mensajes de texto que los chicos mandaron hacia el exterior, a sus familias. Los horarios coinciden con la hora del fuego, con la hora en la que la policía dejó que el fuego mate. Remarca también que los registros de llamadas del teléfono de la Comisaría Primera en la franja horaria en la que ocurrieron los hechos no da cuenta, por ejemplo, de ninguna a los bomberos voluntarios, lo cual contradice lo expresado en reiteradas ocasiones por los policías en sus declaraciones, centralmente la de Carolina Guevara que sostuvo ante el presidente del Tribunal que ella misma, y desde el teléfono de la oficina del oficial de servicios Alexis Eva, había llamado a los bomberos voluntarios. Mastorchio, más de una vez, reitera “¿qué hicieron los imputados hasta el desenlace fatal?”. Aclara que “no hay apoyo probatorio de que los chicos los hayan amenazado, excusa con la que intentan justificar el cierre de la puerta de imaginaria” y asegura que “los amenazados por parte del personal policial eran los internos”. Recordemos que una de las preguntas centrales del debate era por qué estaba cerrada la puerta del box de imaginaria, a la que los imputados respondieron alegando un miedo de que los de la celda 1, que los amenazaban, rompieran -ilógicamente- el candado de una patada. “¿Qué hicieron para sofocar el fuego? Nada. Se pudo escuchar en los numerosos testimonios de los sobrevivientes”, se pregunta y se responde el fiscal.Recuerda que “no abrieron las puertas ni del patio, ni de adentro, contando con dos manojos de llaves” y agrega que ellos “eran policías, no simples ciudadanos. Por eso su conducta fue muy distante de lo esperable”. Expresa “hemos escuchado a los imputados diciendo que quieren que se sepa la verdad. Resulta complicado creerles” y allí demuestra reiteradas contradicciones entre las declaraciones de los propios policías. Durante el juicio, en varias oportunidades, los imputados intentaron deslegitimar y poner en duda el trabajo realizado por la Fiscalía desde el mismo 2 de marzo. El fiscal dedica la parte final de su alegato a este punto, “se ha puesto en duda mi trabajo para evitar lo inevitable” y agrega que “no se puede guionar tamaña causa, si pudiera debiera dedicarme al cine”. Ante esto, Giulietti levanta la cabeza y asegura con su movimiento que sí, que debería dedicarse al cine. Momentos después, Mastorchio recuerda la declaración del propio Giulietti de semanas anteriores, cuando dijo que él no sabía hacer RCP, contradiciéndose con su primera declaración, donde aseguró habérselo realizado a varios de los chicos.Sobre Donza, asegura que este “demostró inacción, falta de empatía y solidaridad, incumpliendo el deber de actuar e intervenir activamente en la dependencia donde prestaba servicio, dando ejemplo contrario a todos, máxime considerando su rango”. Sentencia: “lo corroborado es que lo ocurrido era evitable y debía evitarse, pero no solo no actuaron sino que obstaculizaron el accionar de los terceros”. Argumenta que el hecho de ser funcionarios públicos y  la situación de desamparo y vulnerabilidad de las víctimas son agravantes. Rodas se va al baño exactamente en el momento en el que se van a empezar a dictar los años de condenas que pedirá el Ministerio Público Fiscal.Mastorchio solicita al tribunal: 15 años para el ex comisario Alberto Donza; 14 años para Alexis Eva; 13 años para Matías Giulietti y para Brian Carrizo; 11 años para Sergio Ramón Rodas y 9 años para Carolina Guevara.“Ante el Estado carcelero, el interno queda a merced del custodio”Cuando llega el alegato de Margarita Jarque, Alba se saca los anteojos y se