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Contraofensiva I


En otra jornada memorable de la secuencia de juicios por la represión a la Contraofensiva de Montoneros, el TOF N°4 de San Martín volvió a condenar a un imputado por delitos de lesa humanidad a prisión perpetua con cárcel común previa revisión médica que constate su estado de salud. Mario Guillermo Ocampo siguió la audiencia desde su casa en un barrio privado de Pilar en el que viene cumpliendo la preventiva con domiciliaria. La audiencia fue presencial casi en su totalidad. Compartimos aquí un informe fotográfico. El próximo juicio de esta causa podría ser contra Roberto Álvarez, el excomisario que mientras daba testimonio fue identificado por la sobreviviente Aixa Bona a través de la televisación de La Retaguardia. Ese juicio incluiría al exgendarme Oscar Olari, quien fraguara un informe sobre el supuesto suicidio de Gervasio Martín Guadix, el compañero de Bona, quien en realidad fue asesinado. (Por El Diario del Juicio*)  📷 Fotos: Natalia Bernades ✍️ Textos 👉 Fernando Tebele ☝ Foto de Portada: Joaquín Frías, hijo de Federico Frías Alverga, asesinado y desaparecido; y Ana Montoto Raverta, hija de María Inés Raverta, asesinada y desaparecida, y de Mario Montoto, sobreviviente, se estrechan en un abrazo que mezcla emoción y satisfacción por el final del juicio  📷 Natalia Bernades/La Retaguardia ☝ La jornada comenzó como durante la pandemia, con las sillas ocupadas por los rostros de quienes ya no están. Pocos minutos después, la secuencia se transformó hacia una escena bastante más parecida a lo que hubiese sido la lectura del veredicto sin pandemia. 📷 Natalia Bernades/La Retaguardia ☝ La presencia de una veintena de familiares le aportó calor y emoción a una jornada tan esperada. En primera fila, la fiscal Gabriela Sosti, Ciro Annicchiarico (Secretaría de DD.HH. Nación), Esteban Pereyra (Subsecretaría de DD.HH. Provincia de Buenos Aires) y Pablo Llonto (querella de familiares), esperaban con ansiedad la lectura del veredicto.📷 Natalia Bernades/La Retaguardia ☝ Con su infaltable botella de gaseosa con baja azúcar sobre el estrado, con alguna demora por un problema técnico con el sonido de la sala, el presidente del Tribunal Oral Federal N°4 de San Martín, Esteban Rodríguez Eggers, fue leyendo punto por punto el veredicto en el que se condenó a Mario Guillermo Ocampo a prisión perpetua en cárcel común previa revisión médica que constate que sus dolencias de salud son atendibles en la Unidad Penitenciaria N°34 de Campo de Mayo, que sería su lugar de detención efectiva. Se esperaba saber si el TOF volvería a condenar en los mismos términos que en Contraofensiva I, aun cuando la Sala II de Casación revocó en aquellos casos la cárcel común.📷 Natalia Bernades/La Retaguardia ☝ El imputado Mario Guillermo Ocampo siguió la audiencia desde su prisión domiciliaria en un barrio cerrado de Pilar. A su izquierda, Ana María Ávalos muestra la foto de su hija, una de las víctimas de la represión a la Contrafensiva, Verónica Cabilia. A los pocos segundos, Ocampo apagó su cámara, como no pudiendo sostener la mirada. 📷 Captura de pantalla de la transmisión de La Retaguardia ☝ El TOF también siguió la línea de su sentencia anterior, y ordenó quitar todo tipo de pensión o jubilación que viniera recibiendo Ocampo. Este dato no es menor, ya que muchas sentencias no revocan estos derechos que en el caso de genocidas termina siendo un privilegio paradojal: el mismo Estado que los condena por delitos de lesa humanidad, los premia con jubilaciones por su “trabajo”.📷 Natalia Bernades/La Retaguardia ☝ Al finalizar la lectura, los aplausos colmaron la sala por una nueva condena a perpetua en cárcel común. Entre quienes pudieron asistir, se encontraban algunas de las personas que estuvieron en casi todas las audiencias, como el sobreviviente Daniel Cabezas (con campera verde) y Luis Pícoli, primo de Carlos Píccoli (de las Ligas Agrarias, asesinado). En las filas de atrás aplauden Ana Montoto Raverta y Joaquín Frías.📷 Natalia Bernades/La Retaguardia ☝ Con todos los cuidados de estos tiempos, volvieron los abrazos. Pablo Llonto, abogado de las familias, en pleno afectuoso saludo con Virginia Croatto, la hija de Armando Croatto (asesinado) y Susana Brardinelli (sobreviviente). Espera su turno para saludar y agradecer a Llonto, Montoto Raverta.📷 Natalia Bernades/La Retaguardia ☝ En el cierre de la transmisión del juicio en vivo a través de La Retaguardia, nuestra compañera Lucrecia Raimondi entrevistó, entre otras, a la Fiscal Auxiliar Gabriela Sosti, quien elogió la decisión del TOF y consideró su mirada como una excepción dentro del Poder Judicial. 📷 Natalia Bernades/La Retaguardia *Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com

El TOF N°4 de San Martín condenó a prisión perpetua a Mario Guillermo Ocampo por haber sido parte de la represión del Ejército Argentino a la Contraofensiva Montonera en la etapa de 1980. Como en el fallo anterior, el Tribunal ordenó revocar la prisión domiciliaria y ordenó su traslado a una cárcel del Servicio Penitenciario Federal, previa revisión médica de su estado de salud. Ocampo fue integrante del Destacamento de Inteligencia 201 del Ejército en Campo de Mayo y goza del beneficio de la prisión domiciliaria pese a haber estado varios años prófugo. Es el séptimo represor condenado por la represión a la Contraofensiva. (Por El Diario del Juicio*)  ✍️ Redacción: Paulo Giacobbe 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Fotos: Capturas Transmisión La Retaguardia Esteban Carlos Rodríguez Eggers, Matías Alejandro Mancini y María Claudia Morgese, integrantes del TOF N°4 de San Martín, condenaron esta tarde a Mario Guillermo Ocampo a prisión perpetua en cárcel común, previa revisión médica. Por la mañana, el genocida tuvo oportunidad de decir sus últimas palabras previas al veredicto y se volvió a declarar inocente. Es el único acusado en este tramo porque estuvo prófugo más de seis años y el juicio había comenzado sin él. Estaba escondido en un country de Pilar, en la Provincia de Buenos Aires. Pese a eso, siguió todo el proceso con el beneficio de la prisión domiciliaria, que le fuera otorgada por la justicia de Mendoza, donde en abril de este año se inició un juicio por delitos de lesa humanidad que también lo tiene como imputado.  Es la tercera vez que el Tribunal dicta este tipo de fallo contra represores de la Contraofensiva Montonera, todos integrantes de la estructura de la Inteligencia del Batallón 601. La Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal revocó la pena de cumplimiento efectivo en cárcel común a Jorge Eligio Bano y Eduardo Eleuterio Ascheri, utilizando como principal argumento la edad, y también que no se habían fugado siendo imputados. En cambio, Norberto Apa y Roberto Bernardo Dambrosi continuaron gozando del beneficio aduciendo problemas de salud. Solo Luis Firpo y Marcelo Cinto Courtaux están bajo los cuidados del Servicio Penitenciario Federal. Ahora, el destino de Ocampo parecería sellarse junto al de estos dos últimos, sobre todo porque sí estuvo prófugo de la justicia. La lista de acusados la integraban también Carlos Blas Casuccio, Raúl Guillermo Pascual Muñoz y Alberto Daniel Sotomayor, quienes murieron durante el transcurso del debate sin que los alcance la justicia.    *Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com

Por la mañana se escucharán las últimas palabras del único acusado en este juicio, Mario Guillermo Ocampo. Luego de un cuarto intermedio, el tribunal leerá el veredicto.

Las partes acusadoras podrán responder al alegato de la defensa y luego la defensa hará lo mismo con las réplicas de las partes acusadoras.

Cuarta jornada del alegato del defensor público oficial Lisandro Sevillano en representación del imputado Mario Guillermo Ocampo.

Se trata de Jorge Eligio Bano y Eduardo Eleuterio Ascheri. La Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal revocó hoy la pena de cumplimiento efectivo que pesaba sobre dos de los condenados por crímenes de lesa humanidad en la causa de la represión a la Contraofensiva de Montoneros. Los jueces ordenaron volver al status anterior a la resolución del TOF N°4 de San Martín, que los detuvo después de realizarles pericias médicas, por lo que regresarán a sus casas para cumplir la pena en prisión domiciliaria. Durante sus detenciones, familiares de ambos condenados agredieron y amenazaron a integrantes de La Retaguardia que estaban registrando los procedimientos. (Por El Diario del Juicio*)  ✍️ Redacción: Fernando Tebele 💻 Edición: Martina Noailles 📷 Foto de portada: Ascheri al momento de ser detenido (Foto: Natalia Bernades/La Retaguardia) Los jueces Carlos Mahiques y Guillermos Jacobucci, integrantes de la Sala II de Casación Penal, votaron por mayoría que Eduardo Eleuterio Ascheri y Jorge Eligio Bano no cumplan más sus penas a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad en cárcel común y ordenó que se vuelva al estado anterior de cumplimiento en prisión domiciliaria. El principal argumento fue la edad de los imputados. Slokar, en tanto, optó por votar la anulación del fallo de cárcel común, por una formalidad (no se corrió vista a las partes después de las pericias médicas), pero votó en disidencia a la hora de ordenar la revocatoria de la medida. Mahiques y Jacobucci argumentaron que en ninguno de los dos casos hubo fuga durante el proceso por lo que es esperable que no se fuguen ahora que están condenados. Bano y Ascheri fueron condenados el pasado 10 de junio. En el fallo, el tribunal conformado por los jueces Esteban Rodríguez Eggers y Matías Mancini junto a la jueza María Claudia Morgese Martín, ordenó el cumplimiento de la pena en cárcel común previas pericias médicas que constataran que estaban en condiciones físicas de que se atendieran sus dolencias típicas de sus edades en la Unidad Penal 34 de Campo de Mayo. En los casos de Roberto Dambrosi y Jorge Norberto Apa, concluyó que debían continuar con prisión domiciliaria, pero revocó ese beneficio para Ascheri y Bano. Cuando ambos fueron detenidos el 13 de julio, durante en los procedimientos, tres integrantes de La Retaguardia que estaban registrando las detenciones fueron sufrieron agresiones y amenazas por parte de familiares.  Cuando necesitan ayuda El abogado querellante Pablo Llonto no ocultó su indignación en diálogo con El Diario del Juicio: “Es una decisión claramente ideológica de los dos jueces de derecha que tiene la Sala II de Casación, que no sorprende pero demuestra una vez más donde se concentra el poder de los que votan a favor de los genocidas. Argumentan ‘sobre la pena humanitaria’, pero eso sólo lo hacen con los genocidas; cuando les llega un caso que tiene que ver con presos de clases sociales bajas que han cometido delitos gravísimos, no se preocupan por la salud”. Luego agregó que “Mahiques y Yacobucci han dictado domiciliarias a genocidas en los últimos años y para equilibrar, muy cada tanto, quieren mostrar otra decisión”.  Sobre la salud de ambos genocidas, Llonto aseguró: “Ni Bano ni Ascheri tienen enfermedades terminales ni dolencias que no puedan ser tratadas en los hospitales del Servicio Penitenciario. Ese debe ser el criterio para resolver domiciliarias, no andar repartiéndolas entre oficiales del Ejército y policías con ideas similares a las de ellos dos. Los votos de ellos son generalmente votos cantados: donde hay un genocida que necesita ayuda, aparecen los votos de Mahiques y Yacobucci”, concluyó. Un arsenal en casa Bano durante la pericia médica que constató que sus dolencias podían ser atendidas en un penal federal.Foto: Gustavo Molfino/El Diario del Juicio En el caso de Bano, su hija María Fernanda había estado detenida preventivamente en una causa acusada de formar parte de una supuesta asociación ilícita. Cuando allanaron su casa, la misma en la que el su padre cumplía preventiva en domiciliaria en la localidad bonaerense de Villa Ballester, la comisión judicial encontró un verdadero arsenal. Bano hija estaba sospechada de ser parte de una autodenominada “Compañía de Reserva Mohamed Alí Seineldín”. Se atribuían pertenecer al Ejército, que negó la existencia formal del grupo. Lo llamativo fue que el arsenal estuviera en la casa de un imputado por delitos de lesa humanidad. Los paseos de Ascheri En el caso de Eduardo Ascheri, durante el proceso en el que finalmente fue condenado a prisión perpetua, en dos ocasiones violó la prisión domiciliaria. Fue registrado en ambas por el fotógrafo Gustavo Molfino, parte del Diario de Juicio, quién además es querellante en la causa. El TOF N°4 le acotó sus caminatas permitidas por prescripción médica a la manzana de su casa del barrio porteño de Belgrano.  Las agresiones El 13 de julio Ascheri y Bano fueron detenidos por orden del TOF N°4. La Retaguardia destinó dos equipos de trabajo para cubrir las noticias. En las dos situaciones, familiares de los genocidas agredieron y amenazaron a Natalia Bernades, Lorenzo Dibiase y Bárbara Barros. Bernades fue hostigada y amenazada por el hijo de Ascheri en Belgrano. En tanto Dibiase y Barros se llevaron la peor parte, porque además de los insultos y las amenazas, en el caso del cronista recibió una agresión física por parte de una persona que había llegado minutos antes a la casa de Bano en un auto de una agencia privada de seguridad. La hija de Bano, en tanto, insultaba vestida con una chaqueta con insignia militar. Vuelta a casa A pesar del voto en disidencia de Slokar, con la resolución de mayoría impuesta por Jacobucci y Mahiques, Ascheri y Bano regresarán a cumplir la pena en sus hogares. Es de esperar que no violen el beneficio que la justicia les da, que no acumulen armas, ni amenacen u hostiguen a la prensa mientras realiza su tarea. La gravedad de los delitos por los que fueron condenados no contribuye a pensar que así será. *Este diario del juicio por la represión

Tercera jornada del alegato del defensor público oficial Lisandro Sevillano en representación del imputado Mario Guillermo Ocampo. *Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com

Segunda jornada del alegato del defensor público oficial Lisandro Sevillano en representación del imputado Mario Guillermo Ocampo.

Alegato del defensor público oficial Lisandro Sevillano en representación del imputado Mario Guillermo Ocampo. *Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com

Norberto Apa escuchó el veredicto acostado en su cama. “Prisión perpetua”, leyó Esteban Carlos Rodríguez Eggers, Presidente del Tribunal Oral Federal N°4 de San Martín. Supo entonces Apa que la táctica para evitar su segunda condena había llegado a su fin. Eran un poco más de las dos y media de la tarde. Se le revocó el beneficio de la prisión domiciliaria y se ordenó su traslado a una cárcel del Servicio Penitenciario Federal. Previamente se le realizarán estudios sobre su estado de salud. También se comunicará al Ministerio de Defensa para que “se dé inicio al proceso de baja por exoneración del condenado y la suspensión de todo goce, retiro o jubilación que pueda estar gozando”. Los fundamentos de la sentencia se darán a conocer el 10 de agosto junto con los fundamentos del veredicto del 10 de junio, en el se condenó a los otros acusados por la represión a la Contraofensiva Montonera.  (Por El Diario del Juicio*)  ✍️ Redacción: Paulo Giacobbe 💻 Edición: Fernando Tebele 📷 Foto de portada: Captura pantalla transmisión La Retaguardia Apenas pasadas las 9:30 de la mañana, el genocida Norberto Apa volvió a intentar demorar la lectura del veredicto. Hernán Corigliano, el abogado defensor de quien fuera Jefe de la División Inteligencia “Subversiva Terrorista”, dependiente del Departamento Interior de la Jefatura II de Inteligencia del Estado Mayor General del Ejército Argentino, entre el 15 de enero de 1979 y el 14 de noviembre de 1980,, esta vez no tuvo éxito.  El 10 de junio pasado, cuando correspondía la lectura del veredicto por la represión a la Contraofensiva Montonera, Corigliano presentó un informe médico asegurando que Apa no entendía el proceso en su contra por atravesar un proceso demencial. En esa oportunidad, el genocida fue apartado del juicio y se condenó a los otros cinco imputados. Luego de una evaluación realizada por profesionales del Cuerpo Médico Forense, quienes concluyeron que Norberto Apa “activamente simula y sobresimula un cuadro psicopatológico sin consistencia clínico semiológica enmascarando su realidad psíquica”, el Tribunal que además de Rodríguez Eggers integran la jueza María Claudia Morgese Martín y el juez Matías Alejandro Mancini,  inmediatamente ordenó la continuidad del debate.  Cuando Rodríguez Eggers saludó formalmente a Apa, el abogado defensor se apresuró a tomar la palabra. “De manera preliminar voy a formular un planteo”, anticipó. Se trataba, nuevamente de lo mismo: ganar tiempo. Corigliano solicitó un pedido de suspensión de la audiencia y realizó un recurso de reposición. Luego de un cuarto intermedio, el tribunal decidió continuar. Quedaban por delante las últimas palabras del genocida, que por el escenario dispuesto y una aparición imprevista, tendrán características típicas de una obra de teatro.  Reanudación, ahora sí Acostado, de camiseta blanca, con sus dos manos en el abdomen, Apa escuchaba tapado en sábanas claras. A su espalda podía verse el impecable respaldo de una cama antigua y el empapelado color crema con dibujos de flores en la pared. A su lado un velador con pantalla y un crucifijo.  —Señor Apa ¿me escucha? —preguntó el Presidente del Tribunal.  —Sí… sí —contestó el genocida.  —Bien, le cuento señor Apa, —continuó Rodríguez Eggers— la audiencia que se lleva adelante tiene que ver con que el Estado, a las personas imputadas, les provee de dos tipos de defensa: la primera tiene que ver con una defensa de carácter técnico, que es la que ejerció el doctor Corigiliano durante todo el debate; y la segunda tiene que ver con una defensa de carácter material, que es la defensa que los imputados tienen para hacer por sí mismo, en todas sus declaraciones, en el momento que pueden en la audiencia formular alguna observación, pedir la palabra, etc.. etc… El Estado, el último momento que le da al imputado para expresarse ante el tribunal es este, que se denominan las últimas palabras, es el último momento que en nosotros lo vamos a escuchar antes de proceder al dictado de la sentencia, obviamente es un derecho que usted tiene de decir lo que crea conveniente, ¿va a ser uso de ese derecho? —No entiendo —susurró una voz femenina al lado de Apa, probablemente perteneciente a la persona que no se veía pero estaba en ese mismo cuarto para atenderlo en las cuestiones técnicas de la sala virtual. Pegado al susurro fue que Apa dijo: “No le entendí nada de lo que dijo doc… señor”. Pese a estar acostado, Norberto Apa había trastabillado. Pues en su respuesta se estaba refiriendo al juez como doctor. Cuando se dio cuenta de su error lo dejó en “doc” y se reacomodo diciéndole “señor”. Si no entendía nada,  ¿por qué le decía doctor y sobre todo por qué lo modificó para dejarlo en señor?    Fue entonces que el Presidente del Tribunal volvió a preguntar:  “¿Tiene algo para decirnos? Apa realizó una pausa, movió negativamente la cabeza y dijo: “no, repito, no le entendí nada de lo que dijo, no puedo hablar nada porque no entendí nada eso”.  —¿Tiene algo para decirle al tribunal además de que no entendió?  —No —clarificó el genocida.   —Bien, entonces entendemos que no quiere decirnos nada mas, muchas gracias señor Apa —intentaba concluir Rodríguez Egger cuando la voz femenina se interpuso con mas energía que cuando le susurraba a Apa. Ahora también se podía ver la palma de de su mano abierta en la pantalla. —Perdón doctor, perdón doctor —dijo la voz— ¡no es que tiene una negativa, no entiende lo que usted está diciendo!  —Señora, yo no sé quién es usted, no sé quién es usted, así que por favor…  —Soy la hija, soy la hija —dijo la voz.  —Está bien, por favor… —repitió el Presidente del Tribunal.  —No entiende oraciones largas,  hágasela corta así la entiende. Cortita por favor, en serio le digo. Rodríguez Eggers, dijo que más allá de la intromisión de la persona que había dicho ser la hija y que desconocía el nombre, aceptaba hacerle preguntas cortas: “¿Señor Apa tiene algo para decirnos?”. Luego de un silencio prolongado, Apa repreguntó: “¿de qué?”. —Del juicio que se le lleva