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Contraofensiva III


El TOF N°4 de San Martín condenó a Roberto Álvarez, excomisario de la Policía Federal, en el tercer tramo del juicio por la represión a la Contraofensiva Montonera. Continuará con prisión domiciliaria. El represor había sido convocado como testigo en el primer tramo del juicio en 2020 y fue reconocido por Aixa Bona, sobreviviente del genocidio, a través de la transmisión de La Retaguardia. Al finalizar el juicio que lo terminaría condenando, Álvarez prefirió no hablar.   Transmisión en vivo: Martina Noailles / Camila Cataneo / Fernando TebeleRedacción: Paulo GiacobbeEdición: Pedro Ramírez OteroPlaca gráfica: Eugenia Otero “No voy a hacer uso” dijo a la mañana Roberto Álvarez en relación a sus últimas palabras y así finalizó el debate. No rompió el pacto de silencio ni aceptó el pedido del abogado querellante, Pablo Llonto, que en audiencias anteriores le había dicho: “En los últimos días de su vida no se lleve solamente la condena por los crímenes que ha cometido, tome conciencia de la gravedad de lo que hicieron y hable, Álvarez, hable”. Llonto fundamentó el pedido basándose en el derecho a la verdad que tienen las víctimas, saber qué hicieron con los cuerpos de las personas desaparecidas, entre otras cosas. Pero el excomisario que cumplió funciones en la Departamental de la Policía Federal de San Martín, Provincia de Buenos Aires, prefirió callar. Era el único condenado por este tramo del juicio. Por la tarde, el TOF N°4 de San Martín, conformado por Matías Alejandro Mancini, Esteban Carlos Rodríguez Eggers y María Claudia Morgese Martín, condenó al excomisario a 10 años de prisión que cumplirá en su casa. El tribunal dispuso que se inicie el proceso de baja por exoneración y de suspensión del goce de todo retiro, pensión o jubilación. Además libró oficio a la Secretaria de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación para que actúe en la “preservación, señalización y difusión” como sitio de memoria del terrorismo de estado de la delegación de la Policía Federal en San Martin. En la audiencia del 6 de agosto de 2020 que La Retaguardia trasmitió en directo por YouTube, Álvarez, quien había sido convocado como testigo, fue reconocido por la sobreviviente del genocidio Aixa Bona. El excomisario fue quien la trasladó desde Campo de Mayo hasta la comisaría de San Martín. En ese lugar Aixa estuvo desaparecida. “Estuve una semana en una comisaría. Como se me salían las esposas de las manos, me engrillaron los pies al catre. No podía moverme de la habitación. A mí no me daban de comer, mi familia no sabía dónde estaba”, testimonió Aixa Bona. Al cierre de la transmisión de La Retaguardia, Bona mostró su satisfacción por el fallo del Tribunal.

Se conocerá la lectura del veredicto contra Roberto Álvarez. Roberto Álvarez era comisario de la Departamental de San Martín de la Policía Federal. Fue reconocido por Aixa Bona, sobreviviente de la represión a la Contraofensiva de Montoneros, a través de la transmisión de La Retaguardia. Álvarez era testigo en Contraofensiva I. Bona asegura que Álvarez fue una de las personas que la trasladó desde Campo de Mayo hasta la dependencia de la Federal en la que estuvo una semana sin comer y atada a una cama. Luego sería puesta a disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN), lo que determinaba pasar de ser una persona secuestrada a ser una presa política legal.

El tercer tramo del juicio por la represión a la Contraofensiva Montonera se acerca a su desenlace. Alejandro Elorz, abogado defensor del único imputado, en su alegato negó a las y los 30 mil detenidos desaparecidos y pidió la nulidad del reconocimiento a su pupilo, el excomisario de la Policía Federal, Roberto Álvarez. La sobreviviente del genocidio, Aixa Bona, lo había identificado en una transmisión de La Retaguardia. Para colmo de desaciertos, el defensor dijo que nuestro medio no estaba transmitiendo el juicio en vivo, pero resultaba que sí. Mañana desde las 9 serán las últimas palabras y desde las 13 la lectura del veredicto. Redacción: Paulo GiacobbeEdición: Pedro Ramírez OteroFoto de portada: Captura transmisión de La Retaguardia Cuando el abogado defensor Alejandro Elorz escuchó que podía comenzar con su alegato, se acomodó el saco y casi en el mismo movimiento se llevó la mano a la boca para soltar un tosido corto. Dio los buenos días y se frenó, le acercaron un micrófono y pudo continuar. Casi dos horas y quince minutos duró su exposición en este tercer tramo del juicio Contraofensiva donde el único acusado es el excomisario de la Policía Federal, Roberto Álvarez. El 6 de agosto de 2020, el ahora imputado fue llamado a declarar como testigo en el primer tramo de la causa Contraofensiva. Ese día la testimonial no llegó a finalizar. La sobreviviente del genocidio Aixa Bona seguía el juicio desde su casa a través del canal de YouTube de La Retaguardia. Aixa, quien había declarado en ese mismo juicio, entre otras cosas, contó cómo fue su traslado desde Campo de Mayo hasta la Departamental de la Policía Federal en San Martín, donde Álvarez fue jefe. Apenas comenzada la audiencia Bona reconoció a Álvarez como quien la trasladó, y se comunicó con su abogado, Rafael Flores, quien inmediatamente avisó a los integrantes del Tribunal: “Mi representada, querellante en esta causa, ha seguido esta audiencia y manifiesta que reconoce en la figura del señor Álvarez como la persona que la fue a buscar a Campo de Mayo. Lo pongo en consideración del tribunal”. El 19 de abril de este año comenzó el juicio por los crímenes de lesa humanidad que tiene a Álvarez en el banquillo y al abogado Alejandro Elorz defendiéndolo.En su alegato, Elorz sostuvo que durante el genocidio no hubo 30 mil desaparecidos y desaparecidas, y pidió la nulidad del reconocimiento que realizó Aixa Bona. “Esta defensa se va a basar exclusivamente en datos oficiales, documentos oficiales, y no vamos a entrar en sofismas o en creaciones intelectuales que vayan a forzar o torcer la realidad material y objetiva de los distintos sucesos. La verdad nos puede gustar o no pero es irrefutable”, dijo. Para quien escuchaba la audiencia en vivo y en directo desde el canal de La Retaguardia sabía cómo iba a seguir la cosa. Es común ese arranque en abogados defensores antes de realizar algún tipo de expresión negacionista y Elorz fue por ahí: “Se amparan en ejercer la querella en la voz de 30 mil desaparecidos. No quiero entrar en cuestionamientos, solamente referir que conforme datos oficiales en el informe más característico, indiscutible, y que refleja lo acontecido en esa época, Encontramos las cifras contenidas en el informe de la Conadep (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) resumidas y sintetizadas en el informe Nunca Más, como también recurriendo a la base de datos de la Secretaría de Derechos Humanos de Nación y el Registro Unificados de Víctimas de Terrorismo de Estado nos arroja una cifra distinta a la invocada en esta sala”. Serían entonces, para el abogado defensor, entre “8.631” y “8.961” los 30 mil desaparecidos y desaparecidas. Antes de llegar a la hora de volcar palabras, Alejandro Elorz avanzó sobre el pedido de nulidad del reconocimiento que hizo Aixa Bona. “Este reconocimiento ha sido, en teoría, mediante la visualización por un canal de televisación La Retaguardia, que hoy casualmente no lo tenemos, no contamos con la televisación en forma directa. Como quizás en esa oportunidad, casualmente, cuando hablaba el señor Álvarez sí lo estaba, quizás hay un seguimiento particular o la utilización de un medio particular destinado a… no lo sé, no es momento de conjeturar”, sostuvo el abogado defensor. En ese momento exacto la transmisión en vivo de La Retaguardia marcaba 54 minutos 24 segundos. Luego, Elorz aventuró que existían ciertas características que marcaban un “direccionismo” en cuanto a la identificación de su pupilo, que Aixa Bona no podía reconocer la voz y el rostro de quien fuera el conductor del vehículo que la trasladó desde Campo de Mayo hasta la comisaría. “Adelantamos el planteo de nulidad del reconocimiento impropio del señor Álvarez, no solamente por haber sido obtenido de manera indirecta, no en su persona”, en la transmisión de “un canal de YouTube de secuencia o presencia parcial tal como lo vemos en el presente”. Una hora y un minuto marcaba la transmisión en vivo de nuestro medio de comunicación que, para el abogado defensor, no estaba al aire. En el cuarto intermedio, Fernando Tebele y Martina Noailles que habían estado desde el principio de la transmisión de La Retaguardia, hablaron del error del abogado defensor. “De ninguna manera televisaríamos un juicio y dejaríamos sin televisar al abogado defensor, porque queremos que la gente que nos ve y las nuevas generaciones puedan sacar sus propias conclusiones, sin ningún tipo de direccionamiento de nuestra parte, más allá que expresemos nuestra opinión”, dijo Tebele. En la audiencia del 6 de agosto de 2020, Álvarez declaró que de Campo de Mayo no llegaban personas a la Comisaría pero, una vez, se encontró a una persona que le dijo había estado secuestrada en Campo de Mayo y la llevó a la Comisaría: “Una persona femenina. Yo estaba circulando con el auto no identificable y ella estaba caminando por la ruta, con signos de extravío, y le pregunté como policía. La llevé a la delegación. Ella me dijo que debía haber estado en alguna dependencia de Campo de Mayo”.

Última palabras del imputado, el excomisario Roberto Álvarez, acusado por el secuestro y los tormentos aplicados contra Aixa Bona, sobreviviente de la represión a la Contraofensiva de Montoneros, quien lo reconoció durante el juicio Contraofensiva I a través de la transmisión de La Retaguardia.

Alegato de la defensa del imputado Roberto Álvarez a cargo de Alejandro Elorz.

En la tercera audiencia del Juicio Contraofensiva III declaró Daniel Cabezas, quien dio testimonio respecto a su experiencia como sobreviviente. En el juicio donde se juzga la participación del excomisario Roberto Álvarez en la represión a la acción de Montoneros, Cabezas habló acerca de su detención y relató lo que pudo reconstruir de las caídas de sus compañeros y compañeras. Este miércoles desde las 9 serán los alegatos de las partes acusadoras. Redacción: Mónica MexicanoEdición: Pedro Ramírez Otero/Fernando TebeleFoto de portada: Transmisión de La Retaguardia Daniel Cabezas se acomoda en su silla, ajusta el micrófono para que se escuche con claridad lo que tiene para decir. Comienza su testimonio y habla del momento en el que en 1978, junto otros exiliados en México, conformaron un grupo de prensa para imprimir la revista Evita Montonera. En esa imprenta trabajaba con Aixa Bona, su compañero Gervasio Guadix y otras personas  más.  En 1979 ante el llamado de la organización para el retorno a la Argentina en el contexto de la Contraofensiva, vuelven al país junto con sus familias, se instalan en Buenos Aires en diferentes casas, y continúan con la tarea de imprimir, encuadernar y distribuir el libro “Montoneros, el Camino de la Liberación”. Daniel y Nora Hilb, su compañera, buscan trabajo, transitan la clandestinidad, esperando tener noticias de la organización. Comienzan a notar  seguimientos, hasta que un día, al volver a su casa, son detenidos. Los llevan a la Comisaría 44 y luego a Campo de Mayo. En la Comisaría es entregada la hija de Daniel a su suegro.  No es la primera vez que Daniel declara, lo hizo en el Juicio Contraofensiva I, donde pudo contar la reconstrucción que pudo hacer muchos años después de su liberación, hablando con los demás sobrevivientes, de la caída de sus compañeros y compañeras. Luego de su secuestro, Daniel estuvo en la cárcel 4 años, en Rawson y Caseros, ya como preso político de la dictadura.  La declaración en el juicio Cabezas contó lo que pensó cuando Aixa Bona narró el hecho de su traslado, que había realizado el imputado Roberto Álvarez. Era llamativo que luego de tantos malos tratos sufridos en Campo de Mayo el oficial quisiera conversar con ella, motivo suficiente para que el personaje fuera claramente recordado.  Para el momento de las detenciones eran conscientes de la gravedad de la situación represiva, tenían conocimiento de las torturas en los campos de detención, tortura y exterminio. Sabían que estas personas, patotas, policías y militares, eran parte del Plan de Reorganización Nacional, que buscaba destruir a la militancia, afectar a la sociedad para imponer un plan económico. Álvarez era también parte de ese plan.  Daniel dijo que gracias a la transmisión de las audiencias por parte de La Retaguardia, Aixa pudo reconocer al imputado sin duda alguna. Él se encontraba en la sala virtual cuando Álvarez dio testimonio en el juicio anterior.. “Álvarez armó un cuentito para deslindar responsabilidades. (…) Recuerdo que Álvarez contó que iba con un coche que no era operativo por una ruta y vio a una mujer que estaba como perdida, que la levantó y la llevó a la comisaría, que él la trataba muy bien (…) no solo como persona, sino como policía”, había declarado Bona. “Me quedó este cuento de buena persona, algo que han hecho la mayoría de los militares que testimoniaron. No se acuerdan de nada. A mí me llama la atención cómo no ganó Montoneros, porque ninguno nos combatía, ninguno estaba persiguiéndonos, entonces siempre digo, tendríamos que haber ganado, según ellos”, agregó con ironía Cabezas.  Durante su declaración, Daniel leyó un documento de Inteligencia del Ejército que fue parte de las pruebas presentadas durante el juicio anterior, donde se refiere el supuesto suicidio de Guadix (esposo de Bona) y la posterior detención del grupo al que pertenecían Cabezas y Bona. En el documento hay testimonios de Colores (Juan Antonio del Cerro), un militar a cargo de la acción represiva, “donde queda claro cómo estaban organizados y quienes intervinieron”.  Respecto a cuál fue el destino de los miembros de su grupo, Daniel refirió que de quien menos se sabe es de Alfredo Lires y Graciela Álvarez, de quienes suponen que para finales de 1980 aún se encontraban vivos en Campo de mayo. Ambos permanecen desaparecidos. Daniel y su compañera Nora salieron de la cárcel el 4 de mayo de 1984, tras la intervención de la diplomacia de Alemania. Aixa Bona, recuperó su libertad a fines del 83. Acerca de Guadix, dijo: “Supimos en 1980 que armaron el operativo para hacer pasar su asesinato por un suicidio. De los tres fue el único cuerpo que se encontró”.  Posteriormente, Alejandro Elorz, el abogado defensor del imputado le preguntó a Cabezas qué era Montoneros. Después de un cruce entre las partes acerca de si la pregunta era pertinente, respondió: “Era una organización político militar que se formó con distintas organizaciones y movimientos en la dictadura anterior y tenían como objetivos luchar de distintas maneras, de todas las maneras, para que se termine la dictadura y para construir una sociedad justa”. Más adelante agregó que Montoneros “era una organización emblemática y por eso tuvo relación con tantas organizaciones de liberación en el mundo”.  El defensor nuevamente le preguntó los motivos por los cuales Montoneros pasó a la clandestinidad. Cabezas dijo: “Habría que preguntarle a la conducción cuándo toma esa decisión”. A partir del inicio de la dictadura, de las prácticas genocidas, “la clandestinidad fue una manera de resistir, porque sobrevivir era resistir”. Agregó además que Montoneros siempre comunicó a la sociedad lo que hacía, ya sea mediante comunicados o conferencias de prensa, daba cuenta de la diversidad de sus acciones. “Hay muchísima información sobre sus políticas y por qué en cada momento decidió distintas líneas, incluida la lucha armada, un tema que en esta sociedad todavía falta discutir”, agregó el sobreviviente. Daniel relató su participación en la conferencia de prensa en México donde filmó a “Tucho” Valenzuela, militante montonero, a quien llevaron “para que marque a la Conducción. Y él, en connivencia con

Alegato de la fiscal auxiliar Gabriela Sosti y de la querella de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires.

Testimonios de Daniel Cabezas y Claudia Bellingeri.

Testimonios de Aixa Bona y de su hermana, Eloísa Bona.

Lectura de cargos e indagatoria del único acusado del juicio. Roberto Álvarez era comisario de la Departamental de San Martín de la Policía Federal. Fue reconocido por Aixa Bona, sobreviviente de la represión a la Contraofensiva de Montoneros, a través de la transmisión de La Retaguardia. Álvarez era testigo en Contraofensiva I. Bona asegura que Álvarez fue una de las personas que la trasladó desde Campo de Mayo hasta la dependencia de la Federal en la que estuvo una semana sin comer y atada a una cama. Luego sería puesta a disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN), lo que determinaba pasar de ser una persona secuestrada a ser una presa política legal.