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“Todavía falta discutir la lucha armada”

Escrito por el mayo 9, 2023


En la tercera audiencia del Juicio Contraofensiva III declaró Daniel Cabezas, quien dio testimonio respecto a su experiencia como sobreviviente. En el juicio donde se juzga la participación del excomisario Roberto Álvarez en la represión a la acción de Montoneros, Cabezas habló acerca de su detención y relató lo que pudo reconstruir de las caídas de sus compañeros y compañeras. Este miércoles desde las 9 serán los alegatos de las partes acusadoras.

Redacción: Mónica Mexicano
Edición: Pedro Ramírez Otero/Fernando Tebele
Foto de portada: Transmisión de La Retaguardia

Daniel Cabezas se acomoda en su silla, ajusta el micrófono para que se escuche con claridad lo que tiene para decir. Comienza su testimonio y habla del momento en el que en 1978, junto otros exiliados en México, conformaron un grupo de prensa para imprimir la revista Evita Montonera. En esa imprenta trabajaba con Aixa Bona, su compañero Gervasio Guadix y otras personas  más. 

En 1979 ante el llamado de la organización para el retorno a la Argentina en el contexto de la Contraofensiva, vuelven al país junto con sus familias, se instalan en Buenos Aires en diferentes casas, y continúan con la tarea de imprimir, encuadernar y distribuir el libro “Montoneros, el Camino de la Liberación”.

Daniel y Nora Hilb, su compañera, buscan trabajo, transitan la clandestinidad, esperando tener noticias de la organización. Comienzan a notar  seguimientos, hasta que un día, al volver a su casa, son detenidos. Los llevan a la Comisaría 44 y luego a Campo de Mayo. En la Comisaría es entregada la hija de Daniel a su suegro. 

No es la primera vez que Daniel declara, lo hizo en el Juicio Contraofensiva I, donde pudo contar la reconstrucción que pudo hacer muchos años después de su liberación, hablando con los demás sobrevivientes, de la caída de sus compañeros y compañeras. Luego de su secuestro, Daniel estuvo en la cárcel 4 años, en Rawson y Caseros, ya como preso político de la dictadura. 

La declaración en el juicio

Cabezas contó lo que pensó cuando Aixa Bona narró el hecho de su traslado, que había realizado el imputado Roberto Álvarez. Era llamativo que luego de tantos malos tratos sufridos en Campo de Mayo el oficial quisiera conversar con ella, motivo suficiente para que el personaje fuera claramente recordado. 

Para el momento de las detenciones eran conscientes de la gravedad de la situación represiva, tenían conocimiento de las torturas en los campos de detención, tortura y exterminio. Sabían que estas personas, patotas, policías y militares, eran parte del Plan de Reorganización Nacional, que buscaba destruir a la militancia, afectar a la sociedad para imponer un plan económico. Álvarez era también parte de ese plan. 

Daniel dijo que gracias a la transmisión de las audiencias por parte de La Retaguardia, Aixa pudo reconocer al imputado sin duda alguna. Él se encontraba en la sala virtual cuando Álvarez dio testimonio en el juicio anterior.. “Álvarez armó un cuentito para deslindar responsabilidades. (…) Recuerdo que Álvarez contó que iba con un coche que no era operativo por una ruta y vio a una mujer que estaba como perdida, que la levantó y la llevó a la comisaría, que él la trataba muy bien (…) no solo como persona, sino como policía”, había declarado Bona.

“Me quedó este cuento de buena persona, algo que han hecho la mayoría de los militares que testimoniaron. No se acuerdan de nada. A mí me llama la atención cómo no ganó Montoneros, porque ninguno nos combatía, ninguno estaba persiguiéndonos, entonces siempre digo, tendríamos que haber ganado, según ellos”, agregó con ironía Cabezas. 

Durante su declaración, Daniel leyó un documento de Inteligencia del Ejército que fue parte de las pruebas presentadas durante el juicio anterior, donde se refiere el supuesto suicidio de Guadix (esposo de Bona) y la posterior detención del grupo al que pertenecían Cabezas y Bona. En el documento hay testimonios de Colores (Juan Antonio del Cerro), un militar a cargo de la acción represiva, “donde queda claro cómo estaban organizados y quienes intervinieron”. 

Respecto a cuál fue el destino de los miembros de su grupo, Daniel refirió que de quien menos se sabe es de Alfredo Lires y Graciela Álvarez, de quienes suponen que para finales de 1980 aún se encontraban vivos en Campo de mayo. Ambos permanecen desaparecidos.

Daniel y su compañera Nora salieron de la cárcel el 4 de mayo de 1984, tras la intervención de la diplomacia de Alemania. Aixa Bona, recuperó su libertad a fines del 83. Acerca de Guadix, dijo: “Supimos en 1980 que armaron el operativo para hacer pasar su asesinato por un suicidio. De los tres fue el único cuerpo que se encontró”. 

Posteriormente, Alejandro Elorz, el abogado defensor del imputado le preguntó a Cabezas qué era Montoneros. Después de un cruce entre las partes acerca de si la pregunta era pertinente, respondió: “Era una organización político militar que se formó con distintas organizaciones y movimientos en la dictadura anterior y tenían como objetivos luchar de distintas maneras, de todas las maneras, para que se termine la dictadura y para construir una sociedad justa”. Más adelante agregó que Montoneros “era una organización emblemática y por eso tuvo relación con tantas organizaciones de liberación en el mundo”. 

El defensor nuevamente le preguntó los motivos por los cuales Montoneros pasó a la clandestinidad. Cabezas dijo: “Habría que preguntarle a la conducción cuándo toma esa decisión”. A partir del inicio de la dictadura, de las prácticas genocidas, “la clandestinidad fue una manera de resistir, porque sobrevivir era resistir”. Agregó además que Montoneros siempre comunicó a la sociedad lo que hacía, ya sea mediante comunicados o conferencias de prensa, daba cuenta de la diversidad de sus acciones. “Hay muchísima información sobre sus políticas y por qué en cada momento decidió distintas líneas, incluida la lucha armada, un tema que en esta sociedad todavía falta discutir”, agregó el sobreviviente.

Daniel relató su participación en la conferencia de prensa en México donde filmó a “Tucho” Valenzuela, militante montonero, a quien llevaron “para que marque a la Conducción. Y él, en connivencia con su compañera, decide viajar, pero dar a conocer todo lo que pasaba en la Quinta de Funes. Yo filmé esa conferencia, detalló.

El abogado defensor cuestionó al testigo acerca de la calificación de la carátula del “Consejo de guerra” al que fue sometido por la dictadura, a lo que Cabezas respondió que la carátula era por asociación ilícita y que ellos habían rechazado la amnistía y posteriormente fueron absueltos. 

Al final de su declaración, Daniel Cabezas mostró una foto de Gervasio “Paco” Guadix. “Para nosotros era un tipo muy sensible, muy creativo, que puso esa creatividad al servicio de una causa por la que dio la vida conscientemente. Paco era un buen tipo, además con muy buen humor, muy divertido. Y se ponía serio cuando había reuniones políticas o teníamos que tocar temas complejos en aquella época relacionadas con la militancia”, dijo. 

Luego mostró una foto de Alfredo Lires y Graciela Álvarez. “Dos personas muy entrañables  Él era nuestro responsable, tenía mucha más experiencia. Tenían dos hijos que quedaron con su abuela materna y a quien aún recordamos. Yo creo que salvé la vida gracias a lo que él me dijo que tenía que decir si me detenían”, contó acerca de la pareja. 

Para finalizar su testimonio, dijo: “Estos son también Montoneros, que ya no están y a quienes recordamos junto a los 30 mil, a nuestros familiares, a nuestros compañeros de vida y que por ellos seguiremos buscando Memoria, Verdad y Justicia. Creo que es fundamental que sigan los juicios, que sigamos conociendo la verdad y que los imputados, los culpables, los genocidas sean condenados. Me ha tocado en suerte este tribunal donde podemos tener confianza de que se hace justicia”. 


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