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Denuncian el vaciamiento del Banco Ciudad

Escrito por el septiembre 15, 2012


(Por La Retaguardia) El Senado de la Nación convirtió en ley por 38 votos a favor y 25 en contra, el proyecto presentado por la diputada del Frente para la Victoria Diana Conti, que traspasa los depósitos judiciales del Banco Ciudad al Nación. La iniciativa fue rechazada fuertemente por los trabajadores del Ciudad. Un rato antes de esta votación, dialogamos con el dirigente del Partido Obrero, Gabriel Solano, quien aseguró que en el fondo de esta medida hay una pelea entre distintas cajas, y que tanto el gobierno nacional como el porteño están apostando al vaciamiento de la entidad bancaria porteña.

“El proyecto de Diana Conti indudablemente es una pelea por la caja -explica Solano-. El gobierno (nacional) quiere quedarse con 7 mil millones de pesos, que es el equivalente a los depósitos judiciales que hoy van al Banco Ciudad, y transferirlos al Nación, porque el gobierno nacional lo ha utilizado todo el tiempo como una caja propia. Hoy, las principales colocaciones del Nación están en el tesoro nacional, y en su lugar dan título de deuda que habría que ver si algún día se pagan. Es claro que el gobierno nacional pretende estos 7 mil millones de pesos para cubrir su déficit fiscal que ya alcanza 60 mil, 70 mil millones de pesos”.
“Es un manotazo que puede llevar a la pérdida de mil puestos de trabajo del Banco Ciudad y a un desfinanciamiento muy importante”, caracteriza Solano; sin embargo, aclara que el kirchnerismo no es la única fuerza que con sus medidas y propuestas quiere vaciar el Banco Ciudad: “en diciembre del año pasado se trató en la Legislatura una serie de paquetes económicos, así se lo llamó, (entre cuyas medidas) estaba el aumento del ABL, el presupuesto de la Ciudad para 2012, y la reforma de la carta orgánica del Banco Ciudad. Quienes votaron a favor de esta reforma fueron el kirchnerismo y el macrismo, (lo hicieron) contra los trabajadores del Banco Ciudad que en ese momento se movilizaron a la Legislatura para expresar su rechazo”.  
La carta orgánica del Banco Ciudad, previa a esta reforma, establecía que en la medida en que el banco obtuviera ganancia ese beneficio se utilizaría para capitalizar el banco y otorgar préstamos en la ciudad. Pero tras su modificación, se establece que el 50% de las ganancias del banco puede ir al gobierno de la Ciudad para que lo gaste cubriendo su presupuesto anual. Para Solano este modelo de reforma del Ciudad “sigue como dos gotas de agua” la reforma de la carta orgánica del Banco Central, impulsada por el kirchnerismo. “En el debate parlamentario, el diputado (porteño del Frente para la Victoria, Juan) Cabandie, que aparece como, si se quiere, la izquierda del kirchnerismo, La Cámpora, al momento de intervenir en la Legislatura dijo que ellos aprueban el proyecto del gobierno de Macri porque está inspirado en el proyecto kirchnerista de reforma de la carta orgánica del Banco Central. Es decir que se quedan con esta caja para cubrir el presupuesto, para utilizarlo para gastos corrientes”, señala Solano y agrega que es necesario, a su vez, dar cuenta de las características del presupuesto porteño para 2012: “está claro que ese presupuesto no va a la salud, los hospitales están en crisis, vemos lo que está pasando con el Borda, no va a los colegios; sino que el presupuesto de la Ciudad parte del incremento en un 35% de lo que se paga a los que son los proveedores del Estado, que son los amigos del poder”.
“Entonces tenemos un banco de la ciudad -continúa- que anuncia con bombos y platillos un plan de préstamos hipotecarios de 3.500 (créditos) que no es nada. En una ciudad donde viven 2.500.000 personas, donde el déficit habitacional es impresionante, anunciar 3500 créditos hipotecarios es como querer curar un cáncer con una aspirina”.
En ese momento, diciembre de 2011, tanto macristas como kirchneristas acusaron a los trabajadores bancarios de ser corporativos y no querer compartir los beneficios del Banco Ciudad con todos los habitantes de la Capital Federal, pero lo real es que “si el Banco Ciudad tiene beneficios -explica Solano-estos tendrían que ser utilizados para la función del banco que es prestarle a los trabajadores de la Ciudad al menor interés posible, y fundamentalmente para la cuestión hipotecaria que es el déficit más grande que tiene la Ciudad”.
Pero además de los 7 mil millones de pesos que ahora serán traspasados al Nación, y de la quita del 50% de sus ganancias para uso del Poder Ejecutivo, el PRO impulsó otra determinación que repercute en el funcionamiento del Banco Ciudad. “el macrismo toma la iniciativa de querer licitar en los bancos privados quién va a pagar los sueldos municipales y quién va a pagar los sueldos de la Policía Metropolitana, es decir que le saca al Banco Ciudad también una caja importante para su giro diario. Hoy los municipales cobran en el Ciudad pero la Metropolitana ya no, (lo hacen en el Banco Galicia)”, apunta Solano. Aclara, a su vez, que todas estas medidas (incluyendo el traspaso del pago de sueldos a empleados públicos) podrían llevar a la quiebra del Banco Ciudad, beneficiando de esta manera a las entidades privadas que ocuparán ese lugar: “para esto el macrismo no tiene un argumento lógico, simplemente beneficiar un negocio de bancos privados”, acusa.
Desde el Partido Obrero alertan que además de quitar estos fondos del Banco Ciudad, también desde el gobierno nacional se quiere transferir gastos al distrito porteño, por ejemplo el subte que quiere traspasarse sin financiamiento, y a partir del año que viene sin subsidios para la empresa concesionaria del subterráneo, pero además de las 33 líneas de colectivo cuyo recurrido se desarrolla íntegramente en la Ciudad de Buenos Aires: “esto lo empezó la dictadura militar con la transferencia de los colegios primarios y hospitales públicos. Pasaba servicios sin financiamiento -repasa Solano-. Luego, en el `83 se pasaron los colegios secundarios. Ahora estamos pasando otros servicios de transporte,  ya no solo sin el presupuesto sino que simultáneamente se quita una parte de los fondos, como este caso del Banco Ciudad. La situación indudablemente es de un ajuste que se lleva adelante para concentrar los fondos en el gobierno nacional, que se utilizan fundamentalmente para el pago de la deuda externa o para pagar estos subsidios de 100 mil millones de pesos que están yendo a los Ciriglianos, Roggio y compañía. Para pagar esos subsidios, el gobierno nacional emite pesos en forma constante, por eso se queda con (la ex) Ciccone (Calcográfica, ahora Compañía de Valores Sudamericana), porque no le alcanza la Casa de la Moneda; esa emisión no tiene como contraparte la creación de nueva riqueza, se está financiando una economía quebrada, entonces tenemos un 30% de inflación; una emisión que no genera riqueza, sino que va a un agujero negro de empresas en quiebra y genera inflación. Pero no solamente ponemos 100 mil millones de pesos para salvar estos parásitos sino que los trabajadores pagamos eso mediante un incremento de los precios generales de la canasta familiar”.
Finalmente, Gabriel Solano se refirió a cómo se podría salir de este sistema de subsidios a las empresas. Afirmó que es evidente que si las inversiones las debe hacer el Estado es porque estas empresas no son productivas, por lo que no tiene sentido mantenerlas: “se quedan con una parte de los subsidios en conceptos de ganancias, pero lo invierten y no arriesgan nada, entonces correspondería que estas empresas pasen a manos públicas, nos ahorraríamos los beneficios que tienen, y que no cumplen ninguna función productiva, por el contrario les damos plata y no son capaces de ponerle el freno a una locomotora y pasa lo de (la Masacre de) Once. Hay que abrir las cuentas de esas empresas porque queremos saber exactamente cómo han sido usados esos subsidios, cosa que no nos consta. Sí sabemos que en el caso de Cirigliano utilizó los subsidios no para invertir en el tren sino para comprar nuevas líneas de colectivos, algunas incluso en Miami. Tenemos que los subsidios fueron utilizados de una forma fraudulenta, entonces hay que abrir las cuentas, verificar los costos de las empresas y de ese modo poder evaluar en qué medida la tarifa esta es viable o no”.


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