El caso de Milagros González, víctima de una red de trata y del Estado

“Milagros tiene un retraso madurativo leve. Fue secuestrada el 16 de marzo y recuperada el día 26 del mismo mes –cuenta su mamá Silvia a La Retaguardia–. Milagros conoció a su reclutadora en el Coto. No puedo dar nombres porque están en la causa, pero el secuestrador es una persona que vende droga afuera de la Iglesia Evangelista. Es gente que se incorpora al barrio y hace trabajos de inteligencia. A Milagros la secuestran en Burzaco (en la plaza, frente a la estación). Estuvo detenida en Camino de la Lata, partido de Esteban Echeverría. Después de haber pasado lo que pasó, ella nos ha contado las violaciones, el reclutamiento, las ventas que han hecho en las villas. Milagros salió a la venta en la Villa 1-11-14. Pasó diez días en cautiverio y tomó coraje, tomó la decisión de escaparse del prostíbulo donde hay otras criaturas también de la edad de ella, donde también había un bebé para la venta. Ella quedó con un trauma, tras escaparse tomaba una almohada y decía que era el bebé que logró rescatar del reclutamiento”.

Luego de que Milagros escapara, la entregaron a su familia en la comisaría, donde con escasa amabilidad le dijeron a Silvia que se la llevara y la bañara: “nosotros nos dimos cuenta de que había cosas que Milagros no hacía, ella nunca se dejó bañar por su mamá y esa noche la tuve que bañar yo, y nos dimos cuenta de que la ropa interior no era la de ella, que estaba abusada”, contó.

Tras hacer la denuncia en el 145, línea de atención a las víctimas a cargo de la Lic. Zaida Gatti, Coordinadora del Programa Nacional de Rescate a Personas Damnificadas por el Delito de Trata, a la familia de Milagros le prometieron que tendría asistencia psiquiátrica y psicológica por su condición de víctima y familiares, pero nunca la recibieron: “quedamos once días solas y Milagros decide suicidarse, por eso entra al psiquiátrico con un stress post traumático”, contó su madre. Actualmente, la joven se encuentra internada en la Clínica Psiquiátrica San Jorge de Lanús Oeste, por disposición del Juzgado de Familia 6. “A Milagros la veo tres veces por semana. El médico me dice que ella ya está lista para el alta. Médicamente ya está, falta lo judicial. Tuvieron el coraje de hacerme a mí un allanamiento y retirarme a mi hija por declararme nociva. Eso sí se hizo, pero los proxenetas están todos sueltos, de hecho el comisario de la brigada de Esteban Echeverría sigue estando en el tema de la trata. Todos sabemos que Esteban Echeverría es la que maneja los prostíbulos en la provincia de Buenos Aires”, denunció González en diálogo con La Retaguardia.
Más allá de que no contemos con conocimientos médicos, alejar de la familia a una chica que acaba de ser secuestrada por una red de trata de personas, no parecería ser el esquema terapéutico adecuado.

El caso de Milagros no es el único en aquella zona. Actualmente, en Almirante Brown, hay treinta chicas desaparecidas. Una de ellas es Ailén López, de quien nada se sabe desde hace cinco meses y se sospecha que también pudo haber sido secuestrada por la red de trata que funciona en la zona. La investigación judicial por su desaparición se encuentra estancada.

El miércoles pasado Silvia González y María, la mamá de Ailén, se movilizaron junto a distintas organizaciones sociales, políticas y de militancia de género. Por la mañana realizaron un corte sobre la Avenida Espora, en la localidad de Adrogué, y luego marcharon hasta la Municipalidad de Almirante Brown. El intendente de esta localidad es Darío Giustozzi, quien ocupa el segundo lugar de la lista del Frente Renovador, que encabeza Sergio Massa, para las próximas elecciones legislativas.

La contundencia de la movilización hizo que finalmente los familiares pudieran ingresar al municipio, acompañados por algunos representantes de las agrupaciones, para reunirse con los funcionarios Martín Garle, de la seguridad privada del intendente; Pablo Herrera, secretario de Salud; Marcos Fila, subsecretario de Seguridad y Defensa Civil; y Ana Geneiras, secretaria de Desarrollo Social.

Las promesas que se escucharon fueron muchas. Herrera dijo que trabajará con la familia de Milagros para que tengan la posibilidad de contar con un equipo interdisciplinario que incluya enfermero, médico clínico y asistente psicológico con presencia rotativa las 24 horas en su domicilio, para que de esta manera la justicia apruebe las condiciones ambientales de la casa y permita el regreso de la joven a su hogar, aunque esto no garantizaría nada ya que, según dijo el propio secretario, la intendencia no puede revocar una decisión efectuada por un juez.

Por su parte, Ana Geneiras de Desarrollo Social le pidió a la mamá de Milagros que le llevara los datos de la casa que quiere alquilar para gestionar que el municipio preste una garantía escritural y subsidie los primeros seis meses de la locación con alguna inmobiliaria de la zona. “Se hicieron cargo del asunto de la vivienda porque yo no puedo vivir donde estoy viviendo, yo ahora estoy a tres cuadras de los proxenetas y a la vuelta se vende la droga”, dijo al respecto Silvia González en diálogo con La Retaguardia. Cabe aclarar, de todos modos, que se trató sólo de un compromiso verbal, ya que la funcionaria no quiso dejar nada por escrito respecto a este tema.

Finalmente, el subsecretario de Seguridad y Defensa Civil, Marcelo Fila, se comprometió con la madre de Ailén López a difundir en todos los espacios públicos, móviles policiales y comisarías la imagen de su hija. En cuanto a la investigación de la red local de trata de personas solo dijo que es la justicia la encargada de ese tema.

Silvia González calificó esta movilización como fructífera y agregó: “obviamente lo que estamos pidiendo es que se hagan cargo políticamente. Yo pedí la asistencia para mi familia que nunca tuve, pensando en el mañana cuando vuelva Milagros a casa, cómo contenerla. Estos fueron los compromisos que asumieron, no los asumió el jefe del municipio porque no estaba, no nos atendió. Mi aspiración es volver a recuperar a mi hija, para lo cual tenemos una audiencia el 5 de agosto en los tribunales de familia con propuestas que yo tengo que llevar como mamá, y los asesores en tanto se van a encargar de organizar una reunión con el intendente Giustozzi por el tema de la trata”.

La Retaguardia le preguntó a Silvia qué pensaba antes de la pesadilla que vivió su hija sobre la trata de personas: “aprendí que nadie queda exento de lo que le puede pasar en este tema. Siempre lo vi como lejano, como que a mí no me podía pasar, pero cuando te toca entendés cada situación… perder un hijo así sean diez días es una tortura… La trata hay que denunciarla, no hay que callarse la boca, si bien Giustozzi dice que el de Milagros supuestamente es el primer caso que hay en Almirante Brown, tenemos el dato que hay treinta desaparecidas”.

El caso de Milagros González demuestra la complicidad policial, política y judicial en las redes de trata de personas, pero también la ausencia del Estado en el momento del después. Cuando más debería estar presente, se hace visible su falta de apoyo y contención a las víctimas y sus familias para resguardarlas y ayudarlas a superar la pesadilla vivida.