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Reprimieron la protesta contra la instalación de Monsanto en Malvinas Argentinas

Escrito por el octubre 1, 2013


(Por La Retaguardia) Durante la mañana de ayer, efectivos de la policía cordobesa, acompañados de integrantes del gremio de la UOCRA, intentaron correr violentamente los dos bloqueos que vecinos de la zona realizaban frente al predio donde la multinacional se encuentra construyendo su nueva planta, sobre la Ruta 88. La represión dejó varios heridos de distinta gravedad, uno de ellos con traumatismo de cráneo. Además, dos mujeres fueron detenidas. A lo largo de toda la jornada, la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA) realizó una transmisión especial dando cuenta de todo lo que sucedía en Córdoba.

Malvinas Argentinas es un pequeño municipio ubicado a cuarenta minutos de la capital cordobesa, en el que Monsanto pretende instalar una planta. Ante esta situación, vecinos nucleados en la Asamblea Malvinas Lucha por la Vida, acompañados por las Madres del Barrio Ituzaingo y organizaciones sociales y políticas, empezaron un acampe pacífico, que el lunes 30 de setiembre cumplía su 13º jornada. Los dos accesos al predio se mantuvieron bloqueados; se permitía pasar a los trabajadores a cargo de la construcción de la planta, pero no los camiones, ni ningún otro transporte con materiales para la puesta en marcha de este edificio. Durante las primeras horas de la mañana del lunes comenzó a incrementarse la presencia policial en la zona. Los obreros, en tanto, realizaban una asamblea en el interior del predio, con la presencia de referentes de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), quienes una semana antes ya se habían presentado en el bloqueo con intenciones de correrlo por la fuerza. “El miércoles anterior llegó personal de la UOCRA, en su mayoría delegados, estuvieron en la puerta e ingresaron al predio donde realizaron una asamblea. Luego se vinieron con todos los trabajadores a uno de los bloqueos y empezaron a insultar, siempre acompañados por la policía de la guardia de infantería, que fue la que abrió el camino y puso unas vallas que duran hasta el día de hoy”, relató Javier Astrada de la Radio La Quinta Pata, desde el lugar de los hechos. Astrada agregó que desde la noche anterior se sabía que en la mañana del lunes, la UOCRA iba a hacer otra asamblea, nuevamente dentro de la planta: “luego, unos cuarenta, cincuenta trabajadores, se acercaron a uno de los bloqueos acompañados por los delegados de UOCRA y unos treinta efectivos de infantería y policía de Córdoba, procedieron a correr el bloqueo de donde estaba para dejar que los camiones ingresaran. Enseguida aparecieron unos camiones escoltados por motos de la policía. Ese fue el momento más violento, en el que avanzó la infantería, a fuerza de escudos, palos, patadas, de una forma violenta como siempre lo hace, para desalojar el bloqueo. Al mismo tiempo, integrantes de la Policía Federal fueron hasta donde estaba la media calzada cortada, sacaron algunas gomas, se llevaron la bandera de Malvinas Lucha por la Vida, un emblema de la lucha. Lo hicieron para provocar, era innecesario”, siguió Astrada. Ante la llegada de los camiones, varias personas se acostaron en el asfalto para impedir su avance. Esto generó fuertes forcejeos de parte de la policía para retirarlas y hubo golpes y agresiones con gas pimienta. En este marco, las fuerzas de seguridad se llevaron detenidas a Eugenia Zuleta y Candelaria Lacour; mientras que Sofía Gatica recibió un fuerte golpe en la cabeza, que le provocó un traumatismo de cráneo, y debió ser trasladada de urgencia a un hospital cercano. Con el correr de las horas, se supo que no sufría ninguna herida de consideración y decidió ella misma abandonar el nosocomio para volver al acampe a continuar la lucha contra Monsanto. María Godoy, madre del Barrio Ituzaingo, participa del acampe desde el principio y durante la transmisión especial de la RNMA se mostró preocupada por la situación: “los compañeros estamos muy tensos, mucha represión, la infantería avanzó hasta la ruta porque venían los camiones, nosotras nos tiramos para que no pasaran. Vino la policía, nos levantó y nos sacaron igual; a la compañera (por Gatica) la levantaron y la tiraron a un costado y ahí se golpeó la cabeza. Ningún efectivo tiene identificación. Nosotros ayer a la noche previendo todo esto fuimos a presentar un recurso de amparo ante la justicia para protegernos, y los que estaban de turno no la quisieron recibir porque decían que faltaba la firma del abogado, y nosotros sabíamos que sin abogado el recurso podía entrar perfectamente”. En relación a la patota de la UOCRA, Godoy afirmó que están seguros de que fueron de parte del gobernador José Manuel de la Sota: “no hay que olvidarse de que él está jaqueado por el tema de los narco-policías, por lo que si actuaban la semana pasada iban a quedar mal, pero en lo que pasó hoy quedan nuevamente escrachados: ¿de qué lado están los policías?, en lugar de cuidarnos a nosotros cuida a Monsanto. Vamos a seguir acá, estamos para resistir. Preferimos morir debajo de un camión a que nos mate Monsanto”. Guido Dreizik de CTA, también presente en el bloqueo, aseguró que “la represión no logró dispersar a nadie, al contrario, sigue llegando gente para sumarse al bloqueo”. Producto de la agresión policial, hubo decenas de personas heridas por golpes y problemas oculares como consecuencia de los gases. “Es muy duro ver que golpean a una compañera de sesenta años, que es casi como una madre”, afirmó conmocionado Astrada, quien a su vez denunció la presencia en el lugar de una camioneta de la nueva fuerza de la policía de Córdoba que interviene en zonas de conflictos: DOT, el Departamento de Ocupación Territorial. Ester Quispe, vecina de Malvinas, pidió que tanto desde el gobierno provincial como desde la empresa se comiencen a dar respuestas al reclamo de los pobladores de la zona: “tienen que dar pronto una solución a este pedido, para que en lo posible todos volvamos a nuestra vida cotidiana. De todos modos, después de esto nuestra vida en el barrio no va a ser la misma, ha cambiado mucho, nos reconocemos con muchos vecinos que estamos luchando por ellos aunque ellos no se animen a salir, y que un vecino te reconozca que está bueno lo que hacemos te da fuerza para seguir adelante. Mi hogar en este momento es el acampe”. Durante la transmisión también se escuchó la voz de Pablo Rivero, integrante del Colectivo Semillas del Sur, de Calamuchita, que aseguró que la instalación de Monsanto en Malvinas es “una profundización de este modelo de agricultura química que está perjudicando no solamente la fuente laboral de muchas personas sino también la salud de un montón de comunidades”. Rivero explicó que aunque falta mucho para dar un amplio debate sobre lo que implica la soberanía alimentaria, destacó que en los últimos tiempos “se están abriendo surcos muy importantes”: “ha aparecido nuestra postura en otros medios, que de a poco empiezan a plantear estas cosas, evidentemente falta mucho, todavía estamos en situación de debilidad con respecto a una relación de fuerza con estas multinacionales, con los mismos productores de soja, pero sí encuentro una apertura y un avance en implantar este tipo de problemáticas en medios que no son alternativos y que de alguna manera tienen un poco de llegada a gran parte de la población”. Rivero agregó que también es difícil la situación con los trabajadores: “están muy enojados con el tema de las fuentes laborales, esa es la contradicción que nos meten las multinacionales”. Sobre este tema, Eduardo, que vive a ochocientos metros del predio que ocupa Monsanto, señaló: “hemos trabajado en concientizar a la gente sobre el impacto que generan las multinacionales. El histórico juicio del Barrio Ituzaingo demostró que no es inocuo el veneno que ellos producen, ellos utilizan glifosato. Si bien es verdad que Malvinas necesita de los puestos de trabajo, a la vez también necesita salud para seguir trabajando. Llevamos trece días de acampe y constatamos que de 220 trabajadores de la construcción que se encuentran en el predio de Monsanto, solo treinta serían de Malvinas, y algunos de esos a su vez están a través de una empresa de limpieza. En Malvinas ocho de cada diez habitantes no ha terminado el secundario, hay aproximadamente cincuenta estudiantes universitarios y pocos profesionales. Los recursos y capital cultural que necesita esta empresa para su producción no se corresponde con las características de este pueblo, ya que Monsanto pide profesionales para su planta”. Varias personas que participaron de la transmisión especial de la RNMA puntualizaron las principales características de la localidad de Malvinas Argentinas. Astrada contó se trata de una zona semi rural, que tiene los índices de pobreza más altos de la zona. La mayoría de las calles son de tierra. En el mismo sentido, Vanina describió el lugar donde vive como un “pueblo dormitorio”: “todos salimos a trabajar a la Ciudad y volvemos a dormir por la noche, todos trabajamos para vivir y comer, y aún así usamos nuestro tiempo para asistir a las asambleas y luchar. Hay tres escuelas primarias y dos secundarias; todas menos una tienen una posición pro-Monsanto. La bajada de línea es tan grande desde los gobiernos provincial y municipal que se le da a las escuelas la directiva de apoyar y avalar la instalación de Monsanto en Malvinas Argentinas. Argumentan que la multinacional tiene una producción sustentable, una semilla útil para la alimentación de las personas, lo que ya sabemos que es mentira y nos hemos encargado este año y medio de informar a los vecinos, de generar conciencia. Una de las escuelas está a ochocientos metros del predio de Monsanto que tiene treinta y dos hectáreas, más o menos lo que sería la mitad de la extensión de Malvinas Argentinas, con una producción muy agresiva para la salud de las personas”. Vanina forma parte de los jóvenes de la zona que se autodefinen como preocupados y comprometidos con lo que está pasando: “a nosotros nos resulta interesante rescatar que en Malvinas nunca hubo una organización colectiva, y enmarcarnos en esta lucha es valorable. Creemos que hay que defender nuestro propio presente y también nuestro futuro. De no ser por este conflicto esta localidad no se conocería. Más allá de lo que pase, Malvinas ya no va a volver a ser la misma después de esta lucha. Vemos que la resistencia sigue. Por más que Monsanto se instale la lucha no se acaba”.
Las detenidas
Las dos jóvenes mujeres detenidas durante el intento de desalojo del bloqueo, Eugenia Zuleta y Candelaria Lacour, fueron liberadas recién a última hora del día. Pero antes fueron llevadas, primero, a la Comisaría de Malvinas Argentinas, y luego a la UCA. Ninguna de las dos tenía antecedentes, pero ahora están acusadas de “resistencia a la autoridad” y deberán esperar a que las llame la Fiscalía a cargo para ir a declarar. Además se les dictó una orden de restricción que les impide volver al predio de Monsanto. 
Han pasado algunas horas desde esta jornada de represión y tensión en el acampe de la Ruta 88, los vecinos están decididos a permanecer allí por tiempo indeterminado. Tal como explicó José Fernández de Zumba La Turba, en el marco de la transmisión de la RNMA, la exigencia principal de la asamblea del bloqueo es que la Municipalidad de Malvinas Argentinas llame a una consulta popular para que sean los propios pobladores quienes decidan si quieren o no que se instale Monsanto en el lugar. Además de reclamar el cumplimiento de la Ley General del Ambiente, N° 25.675, que obliga a la empresa a presentar un estudio de impacto ambiental completo previo a la construcción de la obra.

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