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Vanesa Orieta: “cuando existe silencio de parte de los poderes, te salvan los compañeros”

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Foto Harry Haller (Red Eco)

(Por La Retaguardia) Familiares y Amigos de Luciano Arruga continúan con el acampe en el ex destacamento de Lomas del Mirador, donde además instalaron su Radio Zona Libre. Lo hacen para reclamar que se avance en la investigación de la causa y se realicen los peritajes pendientes por parte de un equipo de antropología forense en este espacio, para que luego pueda ser cedido a la familia y organizaciones de derechos humanos independientes del Estado. Dialogamos con Vanesa Orieta, hermana de Luciano, quien nos contó que a casi una semana de vigilia no han recibido ninguna respuesta concreta por parte de las autoridades políticas y judiciales, a excepción del llamado de un funcionario para que no «bardeen más por twiter»

“Hasta el momento no nos ha llamado nadie que tenga un grado de importancia y una relación directa con la causa y el pedido particular que estamos haciendo de que el ex destacamento se convierta en un espacio de memoria. Todos los trascendidos fueron vía twitter. Parece que los funcionarios ahora se manejan por esa red, lo que habla de una falta de respeto muy grande hacia una de las causas más serias de la provincia de Buenos Aires, después de la desaparición de Julio López. Habla también de la falta de respeto que tienen para con las víctimas, que somos los familiares que quedamos en vida y que vamos muriendo día a día por la falta de respuesta. Nadie se ha comunicado después de seis días de acampe”, afirmó Vanesa Orieta a La Retaguardia desde el ex destacamento de Lomas del Mirador. En los últimos días, el llamado que sí recibió Orieta fue de un funcionario de la Secretaría de Derechos Humanos de La Nación, al que prefirió no nombrar, que en lugar de solidarizarse con ella y hablar acerca de cuáles son sus reclamos, le preguntó directa y únicamente por qué estaba ‘bardeando por twitter’. Aunque no quiso profundizar en el tema, Orieta sí lo consideró un hecho grave: “estamos hablando de alguien que tiene un cargo importante, que está dentro de la Secretaría de Derechos Humanos. No es un tema en el que quiera andar profundizando, incluso me cuesta hacer una crítica a ese funcionario, porque por sobre todas las cosas es una persona que carga con un dolor porque viene con una historia de desapariciones. Yo realmente tengo códigos, soy una persona humana y no quiero andar poniendo en evidencia el manejo que tienen determinados funcionarios, pero hay que hablar de que en este sentido la Secretaría de Derechos Humanos de Nación no solo no ha dado respuesta a pedidos bien concretos que viene haciendo la familia, sino que se ha comportado con una falta de respeto con nosotros que a mí me alarma. Esta persona en particular de la que estamos hablando se vio ofendida porque empezamos a ponerlo en su lugar porque estaba diciendo mentiras, y lo único que hicimos fue aclarar que la Secretaría no había hecho absolutamente nada hasta el momento; y lo que hizo fue levantar un teléfono, pero no para preguntar qué necesita la familia que hace días que está acampando, sino que apenas levanté el teléfono me dijo su nombre, me preguntó si lo conocía y acto seguido me dijo ‘por qué estás bardeando por twitter’. Es grave, porque yo no estaba bardeando por twitter, porque bardear es faltar el respeto, es decir algo fuera de lugar, y yo en ningún momento me expresé así, lo único que dije es que estaba equivocado y diciendo algo que no era, los pedidos concretos son estos, y sobre estos pedidos nunca tuvimos ninguna información”. En diálogo con La Retaguardia, Orieta adelantó que al día siguiente se iba a reunir con este funcionario para llevarle las pruebas de que todo lo que Familiares y Amigos dicen es verdad: “acá se han pedido reuniones, que nunca han respondido. Y lo mismo la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia y la gente de señalización de espacios. Nosotros no estamos mintiendo, venimos con mucha paciencia esperando los pasos de algunos funcionarios que se manejan de una forma muy burocrática, y acá estamos hablando de un desaparecido en democracia, donde el paso del tiempo es fundamental para que se pierdan pistas, para desaparecer por siempre a Luciano y para ir matándonos en vida”. Lo que la familia de Luciano Arruga pide es que se termine con el proceso de investigación, que se realice un peritaje con antropólogos forenses en el ex destacamento en los lugares donde un georadar ya indicó que hubo removimientos de tierra, que es algo que se viene solicitando desde hace dos años: “es una respuesta que nos tendrían que haber dado en el momento cero de estar nosotros acá acampando –afirmó Orieta–, que empiecen a comprometerse con el acompañamiento en general a la familia. Acá hay una familia que está desamparada en todos los aspectos, desde lo mínimo hasta lo máximo, desde no tener una terapia psicológica hasta la falta de respuesta cuando se pide una reunión. Estamos hablando de un montón de cuestiones que no han acompañado. Estamos hablando de que se cumpla con la promesa que se ha dado de convertir este espacio en un lugar de memoria, para que nosotros podamos trabajar, cambiar la realidad que se vive, no total pero sí parcialmente, para poder hacer lo que en definitiva nos mantiene vivos. Sabemos que va a ser muy difícil poder encontrar a Luciano, pero nosotros encontramos vida haciendo esta tarea, organizados, luchando, tratando de defender los derechos humanos de muchos pibes que se acercan a nosotros aún sin que tengamos un espacio, ni un lugar, ni un abogado para poder ofrecerles. Queremos empezar a tener herramientas para poder acompañar estos procesos, para hacer visible la problemática de violencia institucional y para ir sanándonos nosotros, porque si nos dejan sin ninguna respuesta, sin alguna actividad nos vamos muriendo en nuestras casas, pensando, comiéndonos la cabeza, sin poder accionar para devolverle a esta sociedad quizás algo de lo que nos han dado a nosotros algún sector social, que es amor, acompañamiento, solidaridad. Se trata de eso, a nosotros nos salvó estar acompañados. El amor, el afecto y la solidaridad nos salvó. Cuando existe el silencio de parte de los poderes, tanto judiciales como políticos, los que te salvan son los compañeros, los de fierro, los que están para difundir, los que están para tomarse un mate con una familia, para acompañar en un momento de llanto. Eso es lo que buscamos y por qué no poder trabajar en un lugar que es de muerte y convertirlo en un lugar de vida, recordar desde ese lugar que los pedidos de más seguridad cuestan vida, un pedido de más seguridad costó la vida de mi hermano, y lo estamos buscando hace cinco años. Creo que esa es la forma que nosotros tenemos de vivir, o al menos esa es la forma que elegimos, pedimos que la respeten y cumplan con las promesas que han dado, nada más”, expresó, contundente y conmovedora.
En este sentido, Orieta hizo referencia al “grupo humano excelente” que tiene a su lado y que cuida a su mamá, Mónica Alegre: “mi vieja está acompañando y está acompañada, somos los que desde un primer momento estamos al lado de ella intentando que no se caiga. En esto un día estás bien, al otro día caes en un pozo, y es fundamental que estén no solo los familiares, que a uno como familiar muchas veces se le hace difícil acompañar este proceso… yo cargo también con el dolor de no tener a mi hermano, pero afortunadamente hay un grupo humano excelente, con una solidaridad que yo no voy a tener la vida para agradecerle, y que está ahí a disposición de mi vieja. En todo el país se encuentran casos de madres destruidas, que no acceden a la verdad, ni a la justicia, que el poder tanto judicial como político las desampara, las entristecen, las deprimen. Estoy harta de ver madres llorando, de ver a mi vieja destruida, y acá es mínimo lo que estamos pidiendo, un poco de respeto, de humanización de parte de algunas funcionarios que nos tienen que dar respuestas. A esta altura sabemos que ha pasado el tiempo, que va a ser muy difícil dar con Luciano, mínimamente estamos pidiendo respeto, simplemente que atiendan los llamados cuando lo tienen que hacer, que nos digan que están trabajando pero que también nos lo demuestren, que nos den pautas específicas de cuando se van a realizar ciertas tareas”. Al respecto, Orieta remarcó que los familiares también necesitan ser reivindicados y lo relacionó con el derecho a saber y no con una reivindicación económica: “no queremos plata -dijo, casi a los gritos-, queremos que este lugar que fue una comisaría, un centro que funcionó mal, de forma autoritaria, en la que desapareció un pibe, se convierta en un espacio de memoria, donde otras organizaciones de derechos humanos puedan trabajar en defensa de quienes hoy sufren la violación de sus derechos, que son los sectores más humildes, especialmente los jóvenes. Cuando uno habla de reivindicar a las familias, habla de que hay que cumplir estas mínimas cosas, y yo estoy segura de que no son cosas inaccesibles, que se pueden conseguir y tranquilizar el dolor de la familia, las angustias que uno acarrea, y que tiene que ver con la falta de respuestas”. El acampe que Familiares y Amigos de Luciano Arruga llevan adelante desde el pasado 17 de octubre en el ex destacamento ha generado que los medios tradicionales vuelvan a hablar de este caso. Algunos, incluso, han entrevistado a Orieta. Al respecto, y con la lucidez que la caracteriza, la hermana de Luciano Arruga reflexionó: “yo creo que juegan políticamente dentro de una sintonía que se está dando hoy. Creo que uno tiene que ser muy cuidadoso de no entrar precisamente en ese juego, de no quedar del lado de la derecha, poner bien en claro que acá hay responsables tanto del oficialismo como de la oposición. Estos grandes medios de comunicación son los mismos que no dudan a la hora de hablar de un caso de inseguridad instalando la figura del pibe chorro, del pibe peligroso, que sale a robar, viola, que es lo peor de la sociedad. Hay que tener cuidado con estos medios de comunicación. Yo no creo en su solidaridad, tampoco en que estén concientizados con la problemática, humanizados mucho menos, creo que juegan en este momento político y que patean para un lugar y que uno en ese sentido tiene que ser muy cuidadoso de no quedar en el lado que no corresponde, sino plantear clara y objetivamente que acá hay una falta con una problemática muy seria que es la violencia institucional desde ambos sectores tanto del oficialismo como de la oposición. Pero por otro lado, también hay que entender que la oposición es mucha más dura que el poder político que tenemos ahora y que seguramente querrán llevar lo que se ha logrado, mucho, poco, a algo mucho más crudo, algo que nosotros ya padecimos, en los ´90, en el 2000. En este punto uno tiene que ser claro, no dejarle el camino libre para que la derecha juegue a su antojo y gane espacios, y mientras tanto utilizar esos espacios de comunicación para poder instalar estas problemáticas pero teniendo mucho cuidado de cómo se puede utilizar la información que ellos están tomando”. Los Familiares y Amigos de Luciano Arruga seguirán manteniendo el acampe en el ex destacamento de Lomas del Mirador a la espera de respuestas a sus reclamos. Allí instalaron el estudio de su Radio Zona Libre desde donde transmiten su programa habitual, los sábados de 14 a 16, pero donde también informan sobre todas las novedades de la vigilia. Saben que sus pedidos son concretos y que se resolverían fácilmente si existiera predisposición por parte de quienes tienen la posibilidad de dar respuesta. Tienen en claro que no la hay. “No tenemos dudas de que si nos dieran el espacio, si escucharan nuestros reclamos, sería una forma de reconocer políticamente que existe el caso de una desaparición forzada de un pibe de 16 años de un barrio humilde, sería reconocer que está desaparecido porque hay una fuerza de seguridad, específicamente la policía bonaerense, que intentó mandarlo a robar, sería reconocer que existe violencia institucional, que existen desaparecidos en democracia. Lo que pretenden no es solo invisibilizar la causa de Luciano, una de las más graves de la provincia de Buenos Aires, sino que lo invisibilizan también es una problemática, y de este modo ellos no tienen ningún costo político”, aseguró a La Retaguardia Vanesa Orieta, hermana de Luciano Arruga, visto por última vez el 31 de enero de 2009 en el por entonces destacamento policial de Lomas del Mirador, donde hoy sus familiares y amigos acampan exigiendo justicia.

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