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Lohana Berkins es precandidata a vicejefa de gobierno porteño

Escrito por el agosto 30, 2014


Precandidatos del PC: Berkins, Alegre
Kreiness y Chmaruk

(Por La Retaguardia) Militante del Partido Comunista, la travesti sumará a su vida este desafío electoral con el objetivo final de conformar una alianza fuerte que le dispute la ciudad de Buenos Aires a la actual gestión PRO. En este sentido, Berkins remarcó que a pesar de los avances dados en materia legal, aún quedan por implementar políticas públicas sobre diversidad sexual, además de pelear y ganar lo que denominó la batalla ideológica. Por supuesto hubo tiempo para charlar acerca de la polémica entre Lanata y Flor de la V

Lohana Berkins está llena de expectativas con la propuesta del Partido Comunista de precandidatearla a la vicejefatura de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En diálogo con La Retaguardia afirmó que le entusiasma pensar qué pasaría en una ciudad que se la da de progre si tiene que ser gobernada por una travesti: “¿cuáles serían las reacciones de los sectores opositores, de la derecha o de los sectores fundamentalistas?, ¿qué discutirían: mi condición de travesti,  o mis buenas o malas acciones de gobierno?”, se preguntó.
En cuanto a qué decisiones tomaría en caso de ser electa, Berkins aseveró que hay mucho por hacer: “una de las funciones es la administración de la Legislatura, y a mí me obsesiona que en este país no es que falten leyes, sino que el problema es que no se cumplen. También hay que ver la calidad de las leyes y para quién, cuál es el sujeto o la sujeta a quien se está legislando y pensando a la hora de votarse esas leyes. No nos olvidemos que Macri es y sigue siendo un vetador serial de las leyes, tiene un récord. Entonces la verdad que habría que mejorar la calidad institucional, que las leyes realmente se cumplan y eso me parece que ya sería como un avance porque te da un panorama de todas las cuestiones que no se han hecho o faltan por hacer en la ciudad”.
Más allá de ser precandidata por el Partido Comunista, Berkins manifestó que su aspiración está puesta en formar una fuerza política que realmente le pueda disputar el gobierno a Mauricio Macri: “cada fuerza va como delineando, marcando su terreno, va mostrando sus candidatos y candidatas, pero en realidad yo creo que la aspiración, que no debería quedar en un mero deseo, es formar una alianza que no sea solamente para las cuestiones electorales sino para el real funcionamiento de la ciudad, entonces ahí cambiarían las cosas, habría que ver cuáles serían las exigencias, qué otras fuerzas formarían esa alianza y quiénes pondrían sus candidatos y ahí la cosa cambiaría. En principio esto es así pero insistimos en buscar una alianza fuerte que nos dé posibilidades reales y concretas de disputar la ciudad”. Por ahora, el PC marcó la cancha dentro de Unidos y Organizados.

En la gestión

Además de integrar la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual (ALITT), Lohana Berkins está al frente de la Oficina de Justicia, Identidad de Género y Orientación Sexual del Observatorio de Género en la Justicia.
Sobre este organismo, Berkins explicó: “dentro del Consejo de la Magistratura primero se abrió un Observatorio de Género que dirige Diana Maffia, en el que comencé a trabajar. Dentro de ese Observatorio se abrió esta Oficina. En realidad es un gran desafío dentro de la justicia, que como todos sabemos es uno de los bastiones más conservadores de este país, entonces la idea era primero revisar cuáles son concretamente los escollos, las cuestiones que la justicia tiene frente a estos temas, que impiden el acceso de nuestra comunidad a la justicia plena. Ver cuál es el anclaje, las perspectivas, la mirada que tiene la justicia y dónde es que se producen los mayores inconvenientes de acceso a la justicia. Después también hacer que nuestra comunidad en particular, y luego la comunidad en general, empiecen a ver a la justicia no como un monolito, una cosa abstracta, algo que siempre estuvo de manera punitiva frente a sus vidas, que vean que existen varias instancias, que una puede usar y así como hay una fiscalía también hay una defensa, y empezar a plantear que la atenuante en caso de discriminación es el mero hecho de ser gay, lesbiana o travesti; eso es lo que desencadena un acto de violencia hacia nosotros y nosotras. Entonces cómo acercar estas posiciones, ver, y sobre todo generar mucha formación”.
En este sentido, Berkins ejemplificó: “nosotros trabajamos con el Centro de Información Judicial, pasamos materiales, informamos, vemos que en el mundo también se está hablando de derechos de tercera, cuarta generación. Por ejemplo, una de las publicaciones que hicimos fue sobre los principios de Yogyakarta, que es un manifiesto que se está intentando que las Naciones Unidas tome como para ver cuáles son las desventajas y los derechos que realmente se nos niegan, aunque esos derechos estén consagrados en las Constituciones de cualquier país”.

La batalla ideológica

Al ser consultada acerca de cómo ve hoy a la comunidad travesti en relación a hace unos años atrás, Lohana Berkins reflexionó: “creo que estamos en un momento coyuntural y de bisagra importantísimo, creo que lo que estamos viviendo ahora primero teniendo dos leyes tan importantes como la del Matrimonio Igualitario y la de Identidad de Género, es un marco legal distinto al que teníamos hace muchos años, y hay un Estado receptivo a estas demandas, por lo que claramente estamos viviendo otra situación”.
De todos modos, la militante remarcó que queda por delante la batalla más dura y difícil: la ideológica: “sino no tendrían sentido las expresiones de Lanata por ejemplo, cómo el sistema capitalista patriarcal, andocéntrico, se nutre de esos personajes para seguir generando estos llamamientos de violencia hacia nuestra comunidad, entonces es la parte ideológica. Y después lograr que las compañeras travestis sobre todo puedan acceder a todos estos derechos y a la permanencia dentro de esos derechos. Porque a una travesti que se está prostituyendo hasta las ocho de la mañana decirle que a las nueve tiene que ir a una escuela para escolarizarse, la verdad que no habría cuerpo que resista. Hay que lograr que acceda a cualquier sistema de educación formal o informal, pero además también garantizarle todo un sustento, armar todo un andamiaje para que la compañera pueda sostener esa situación, ahí viene generar políticas públicas”.
El tema de la diversidad sexual es, en palabras de Berkins, uno de los temas pendientes del actual gobierno porteño, como así también la implementación de políticas de avance para las mujeres: “por ejemplo, hoy es un día sumamente importante para nosotras porque una compañera travesti que su compañera murió, y ella quedó a cargo de las tres niñas, se adhirió a la ley de identidad de género y no le querían cambiar las partidas de nacimiento, o sea el gobierno de la ciudad apeló generando una situación de ilegalidad a esas tres niñas, que si les pasaba algo nadie las podía reclamar porque su mamá biológica se había muerto, y su papá legal ya no existía más, existía otra persona, y en toda esta situación no hay avances reales mientras nosotras no podamos acceder al empleo pleno, mientras tengamos que vivir sobreviviendo de la prostitución mucho avance no vamos a poder mostrar”.

La educación y la heteronormatividad

A pesar de las leyes aprobadas, las escuelas aún son espacios conflictivos para avanzar en la diversidad sexual. Al respecto, Lohana Berkins señaló: “ahora ya no hay argumentos legales para que las compañeras no puedan ser admitidas en los colegios, pero la cuestión más de fondo es cambiar lo curricular, porque si la escuela va a seguir siendo binaria, heteronormativa, va a seguir siendo expulsiva para las travestis o para cualquier otro niño o niña que independientemente de su orientación sexual o identidad de género no quiera aceptar esa heteronormatividad. Hay un error cuando se dice que en las escuelas no se enseña educación sexual, ¡mentira, sí se enseña!, pero la que se enseña es la heteronormativa, ‘niño, si te tocas o exploras tu cuerpito es un pecado, vas a quemarte en las llamas del infierno’, así se enseña, entonces cuando vos querés meter la diversidad, que los niños y niñas aprendan a dialogar con otra sexualidad, otra identidad, que vean que en sus horizontes también pueden tener otras elecciones y que nada les va a pasar, eso es a lo que se oponen a hablar, entonces hay que ir y revisar los contenidos curriculares”.
En este punto, Berkins advirtió además que aún quedan por revisar y modificar ciertas conductas incorporadas hace años: “siempre me pregunto cuando dicen ‘hagan dos filas’, por qué separada por sexo, y en qué contribuye a la masculinidad y a la femineidad los varones con los varones y las nenas con las nenas; hagan fila, y que cada uno se ponga donde se quiera poner, y no va a pasar nada. Hay que empezar como a desmontar toda esa cuestión ideológica, bien pensada, donde realmente se tiende a la uniformidad de niños y niñas y no a darles herramientas que valoricen su propio cuerpo, su propia mirada o construyan una subjetividad distinta”, ejemplificó.

Raza, religión, sexo

Así como hace muchos años, al momento de confeccionar un documento se preguntaba por la raza y la religión de la persona, algo que con el tiempo se dejó de lado, aún se mantiene la obligatoriedad de incluir el sexo. Berkins se mostró totalmente de acuerdo en quitar ese interrogante de los DNI: “una cosa es la genitalidad y otra el género, la genitalidad es algo biológico y el género es una cuestión social que se construye. Un amigo siempre dice que cuando sale del país y le preguntan sexo él dice ‘el más grande’, y en realidad qué quieren decir con eso, qué demuestra, en realidad el documento debería decir como dice la Constitución. Por ejemplo en Sudáfrica dice género y vos ponés lo que vos querés. Ese pánico moral que se ha creado sobre la sexualidad como modo de control y dominación sobre todo del cuerpo de las mujeres, la verdad que ya se está cayendo por su propio peso”, aseveró.
“Yo cuando hablo con alguien –continuó–, primero presumo de acuerdo a la cultura que esté, creo que es un varón o una mujer, y si no escucho y que la otra persona me diga cómo quiere ser llamado o llamada, y después jamás me interesa saber verdaderamente qué es lo que tiene en medio de las piernas, jamás. A mí me une mucho más a un montón de personas la ideología que el hecho de ser travesti, es decir, hay travestis de derecha, lesbianas de derecha, y a mí no me une nada. Entonces eso de estar todo el tiempo en policía de la sexualidad del otro, por favor, ya bastante problema tenemos con nuestra propia sexualidad, nuestras propias prácticas y deseos como para andar buscando qué hace el vecino”.

Lohana Berkins alguna vez se presentó utilizando todas “las contras” que, para la sociedad, conviven en su ser: “soy negra, travesti, judía, periférica, de origen boliviano, pobre, torta, mujer, palestina”… y ahora además precandidata a vicejefa de gobierno de la ciudad de Buenos Aires por el Partido Comunista.

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