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Dúplex RNMA-La Voz Indígena de Tartagal: “la radio es una herramienta poderosa donde podemos contar nuestras noticias”

Por LR oficial en Uncategorized

(Por RNMA) El mail entró en la casilla de la Red Nacional de Medios Alternativos. Entre tantos, este reunía algunas particularidades: La radio Voz Indígena de Tartagal, Salta, nos anunciaba que emiten diariamente el Panorama informativo de la RNMA. Lo firmaba Cassandra Sandoval, una activista trans. María Eugenia Otero, una de las voces del Enredando, viajó hace poco a Salta como parte de su trabajo en salud sexual. Visitó la radio y se conmovió con las historias de las comunidades que se refleja en nuestros medios. Todo junto: el mail, los viajes y las noticias frecuentes sobre las comunidades, nos dejaron picando la posibilidad de entablar un dúplex entre Enredando Las Mañanas, el programa de la RNMA e Informándote, de la Voz Indígena.
—Cassandra Sandoval: Si bien no estamos adheridos a la Red Nacional de Medios Alternativos, queremos decirles que acá de lunes a viernes emitimos en diferentes días y horarios el panorama informativo de la RNMA. Nos sentimos parte igual.

—ELM: Cuando pensamos la herramienta del panorama, que fue el primer paso a este programa, lo pensamos como una herramienta que trascendiera a nuestra propia organización. Nos da mucho placer que radios que no están integrando oficialmente la RNMA les guste el panorama como para que lo pasen en diferentes horarios y que la audiencia lo pueda escuchar, ¿cuánta gente trabaja en el programa?.

—CS: Yo soy Cassandra, Alfredo se encarga de las noticias deportivas. Nuestra asistente de producción también es una mujer trans, originaria de la etnia guaraní de la comunidad La Loma de Tartagal. Nuestro operador de la mañana se llama Aníbal Guisano, es de la etnia wichí. Un móvil es guaraní, el otro, wichí, y andan por sectores de la ciudad, porque, como ustedes entenderán, siempre hay algo para contar.

—ELM: ¿Alfredo y vos son indígenas?

—CS: Yo no.

—Alfredo Molina: Yo soy guaraní.

—ELM: Yo estuve hace poco en Tartagal, cuestiones de laburo me llevaron allá. Uno tiene conciencia, compromiso con lo que le pasa a la población indígena de nuestro país y estamos siempre contando noticias, injusticias, cuestiones que nos preocupan mucho con respecto a la lucha por la tierra, a lo que ustedes ya conocen. Me pasó algo muy fuerte allá, sentir eso más de cerca; por primera vez visitar una comunidad indígena, por primera vez estar pegada con ustedes charlando. Me volví movilizada, pensando más fuerte, y también por eso nos enganchamos tanto cuando recibimos el correo de Cassandra, en el que decías que estaban pasando el panorama informativo y decidimos hacer este contacto porque teníamos ganas de hermanarnos más con La Voz Indígena, porque creemos que hacen falta muchas voces.

—CS: Nosotros recibimos siempre diferentes tipos de cosas de diferentes de puntos de América Latina. Y en este intento de construir una programación que dé cuenta de las realidades o de las noticias vinculadas al mundo indígena en la Argentina y en América Latina, fuimos en estos casi seis años experimentando con diferentes sonidos y diferentes contenidos que nos envían tanto ustedes como las otras redes existentes en el país como Farco (Foro Argentico de Radios Comunitarias), Amarc (Asociación Mundial de Radios Comunitarias), los contactos con Aler (una red de medios educativos), con la red Erbol de Bolivia. De alguna forma estamos dando cuenta sin querer de una programación que tiene una marca fuerte vinculada al mundo indígena local, pero también hay que decir que es lo que más nos cuesta producir. Sobre todo porque como proyecto político comunicacional, esta radio tiene diez años interactuando con diferentes etnias y pueblos de Tartagal y del departamento de San Martín, porque también hemos trabajado en Aguaray, ya mucho más cerca de Bolivia. En estos diez años de formación, de capacitación, de encontrarnos con mujeres, con jóvenes, con caciques, fuimos reconstruyendo día a día este proyecto político comunicacional.
Lo que más nos cuesta a veces es contar las noticias de nuestras propias comunidades. Quizás porque lo local siempre tiene esta cosa más fuerte de silenciar u ocultar. A veces para muchos es mejor contar las cosas afuera que en el adentro de la misma ciudad o de las comunidades. Quizás porque lo que menos se quiere es destacar todas las internas que tienen las etnias y las comunidades, que, en definitiva, pareciera que no aporta nada en este intento de ir transformando nuestras realidades. Quizás porque hemos naturalizado tanto la invisibilización de nuestras propias noticias, que de a poco vamos entendiendo que también esto tiene un valor, y tanto los caciques como las mujeres, como los jóvenes, van entendiendo que la radio es una herramienta poderosa y que podemos contar nuestras noticias a pesar del avasallamiento mediático masivo que tenemos del resto de los medios del país y de América Latina.
Indiscutiblemente estamos en la vereda de plena construcción de una radio que está construyendo todos los días su sonido, que intenta ser lo más acertado al mundo originario local  y mundial.

—ELM: Estuve con Alfredo y Cristian, que hacen el programa de salud. La radio es muy linda. Y también se nota el intento de encontrar este propio sonido y por hacer las cosas mejor cada día.
Ayer hablamos con un compañero salteño que se refería a la preocupación por los desmontes en Salta. 

—CS: Sin lugar a dudas uno de los temas que hoy todavía sostiene el contenido, sobre todo de los medios gráficos provinciales, pasa por el tema de los desmontes. El medio provincial gráfico que más viene abordando hoy por hoy es Nuevo Diario, el diario chiquito de Salta, que viene contando prácticamente todos los días paso a paso lo que sucede en diferentes puntos del departamento de San Martín y de otros sectores del chaco salteño. Por lo que se ha contado este último fin de semana, las comunidades wichís, principalmente de la Ruta 81, estuvieron en permanentes reuniones, y te diría que casi en carácter de asamblea, decidiendo qué formas y qué medidas van a tomar para parar el desmonte.
La Ruta 81 se cruza con la Ruta Nacional 34 justo en el sector donde están Gendarmería Nacional controlando. Es un cruce importantísimo para las familias, sobre todo la campesina e indígena de los departamentos de Rivadavia y de San Martín, donde existe la mayor presencia de etnias y pueblos indígenas del norte salteño.
Como sabrás, probablemente Tartagal sea la ciudad que tiene la mayor presencia de pueblos originarios. Acá se concentran por lo menos nueve etnias y la wichí es la más afectada hoy por hoy por el desmonte. La noticia que hoy ha recorrido los medios audiovisuales de la provincia de Salta pasa por la opinión que ha emitido la secretaria de Nutrición de la provincia, Cristina Lobos, que se ha visto envuelta en una serie de contradicciones al responder sobre los estudios que están haciendo ellos desde la Secretaría sobre el desmonte y la desnutrición. Dijo que reconoce que los desmontes es una de las causas fundamentales de desnutrición de la mayoría de niños campesinos originarios de esta zona.
Las zonas más afectadas por la desnutrición según esta funcionaria son San Martin y Rivadavia, en donde la frontera agrícola se viene extendiendo desde los 90 sin haber generado ese prometido progreso y desarrollo de los que todavía se sigue hablando por nuestra zona. La funcionaria dijo que el 1.7% de los chicos menores de dos años y el 1.9% que tienen entre dos y cinco años están con desnutrición en el norte provincial. Ahora, el 50% de los casos tiene como causa secundaria algunas patologías como afecciones renales o problemas del corazón. Pero el otro 50% es por no responder a pautas y hábitos alimentarios.
Y el pueblo wichí y otros, como el pueblo chorote, el pueblo toba o el chulupí, han vivido históricamente del monte, que ha sido durante toda su vida la fuente de riqueza natural, la fuente de riqueza de donde extraían no solo el alimento para el cotidiano de sus vidas, el espacio de caza, de recolección. Eso prácticamente ha dejado de existir.

—ELM: Sí, porque si vienen personas y alambran los territorios, no les permiten pasar al otro lado…

—CS: Sin lugar a dudas. Hace una hora hablamos con uno de los caciques, Jorge Altamirano, que representa a la comunidad wichí Loira, que está a unos 5 kilómetros de nuestra ciudad. También estaba dando cuenta de eso. Fue una entrevista de opinión, en la que daba cuenta de una realidad que los viene afectando.
Es cierto también que por muchos motivos en Tartagal a las comunidades indígenas les cuesta mucho organizarse, llegar a un consenso, llegar a decidir cosas en común les lleva mucho más tiempo del que uno quisiera, y, en principio, hay muchos intereses puestos en las mayorías de etnias y comunidades que están ubicadas alrededor del centro de Tartagal.
En este momento en que en la provincia ya han comenzado las campañas políticas partidarias, pueden imaginarse cuáles son todos los matices que se cruzan a la hora de tomar decisiones, pensar las problemáticas y, además, generar soluciones desde sus propias miradas.

—ELM: ¿Cómo es ser una militante trans en Tartagal? En las grandes ciudades hay mucha migración interna de travestis de diferentes provincias que no les queda otra que ponerse en rol de prostitución y vienen a las grandes ciudades, donde hay más clientes. Hemos visto la película “Tacos altos en el barrio”, en la que se muestra que hay muchas chicas trans laburando en La Voz Indígena. ¿Cómo es ahí la cuestión?

—CS: Nuestra asistente de producción es una de las protagonistas, Joseline Plaza. Es otra faceta que tiene que ver más bien, por un lado, con decisiones personales, porque en mi tiempo libre activamos desde la diversidad sexual hace un poco más de cuatro años en Tartagal. En lo personal, venimos atravesando una situación podríamos decir de las mejores. Ha tenido sus momentos complicados, claro que sí, pero indiscutiblemente en este espacio vinculado a la realidad de los pueblos originarios es donde más empatía he logrado.
Si bien yo no soy indígena —cualquiera que viene de afuera dice que sí [risas], por las características propias de cualquier persona del norte, de hecho, los chilenos dicen que soy boliviana. Nosotros nos reímos porque entendemos perfectamente las diferencias— mis compañeros originarios no me reconocen como parte de una etnia, y es correcto. Esa es la lectura: soy una persona criolla al lado de ellos.
Vengo construyéndome como persona trans —mujer trans sería el término correcto—con ellos mismos. Porque a partir del compañerismo y de la amistad que se viene generando hace más de diez años, acá hemos podido lograr establecer en paralelo otras actividades que tienen que ver por ejemplo con la creación de la primera Asociación de la Diversidad Sexual de Tartagal (Adistar), que el pasado 16 de agosto cumplió cuatro años. Es decir que hemos sido paridos poco después de la aprobación del matrimonio igualitario.
Desde ese momento hasta ahora me toca coordinar esa asociación. En diciembre de 2013 nos dieron la personería jurídica, algo que nos costó mucho conseguir. Hay que decir que en cuatro años han pasado muchas cosas en Tartagal en relación a nuestras vidas y nuestras realidades. Y otras cosas no han pasado. Muchas otras cosas todavía dependen de la lucha y de la resistencia.
Adistar está compuesta por personas criollas e indígenas, principalmente chicas travestis, chicos gays, chicas lesbianas. Nos une una causa común: poder transformar nuestras propias realidades y ver de qué forma en conjunto pensamos cómo colaborar con una comunidad con una identidad sexual diferente.
Hicimos de todo. Estas cuestiones que se han visto reflejadas a través de los medios nacionales de cómo activan las organizaciones LGBTI. Acá es prácticamente lo mismo, hemos tenido un excelente diálogo, y todavía lo seguimos teniendo, con los medios de comunicación locales, que instalan nuestras noticias en relación a nuestros modos de pensar y de sentir.
Hoy tenemos un programa en esta radio que nos alberga. El año pasado estuvimos en Radio Nacional Tartagal, pero después nos dijeron que no había posibilidad de seguir trabajando, cosa que me llamó la atención. Pero esas cosas pasan en los medios.
Estamos los lunes de 6 a 8 con chicos de la asociación contando nuestras propias noticias, además con un lenguaje propio y particular de nuestro mundillo.
La realidad de muchos chicos todavía no ha cambiado, hay pequeñas iniciativas, hay pequeños logros fortalecidos por intereses de algunos funcionarios locales, principalmente del Frente para la Victoria en el norte salteño, que nos vienen acompañando desde un inicio.
En nuestra situación cada uno elige dónde militar, a qué grupo político sumarse. Eso no se discute, es un punto que en el estatuto está bien resaltado. Pero a fuerza de sinceridad hay que decir que quien nos vienen acompañando en este proceso de lucha y resistencia, de a poquito y casi con preguntas y algunas dudas, es el Frente para la Victoria, léase los representantes del kirchnerismo a nivel local.
Hay muchas resistencias. Salta es una provincia tremendamente patriarcal.

—MO: Nosotros siempre escuchamos que Salta es la provincia que tiene más chicas trans. Cuando estuve, me contaron que Yrigoyen es la capital de las travestis. Si esto es así, ¿cómo puede ser que no sea más fácil? Porque vos decís que muchas cosas no han cambiado todavía a pesar de que tenemos una ley, a pesar de que el tema se ha visibilizado socialmente y lo charlamos un poco más. Ahí, donde teóricamente son más, todavía no han podido vivir tranquilas.

—CS: El proceso de cambio se va a dar en cada una de las personas que componen esta sociedad salteña. Estamos a años luz de eso. La ley dice una cosa, nosotros entendemos desde la aplicación de esas leyes, porque casi es una obligación de nuestras organizaciones hacer que se cumpla la ley. La verdad es que los grupos sociales y culturales en Salta tienen en sus internas una serie de contradicciones que son más bien ideológicas, de posicionamientos políticos, cosas muy naturalizadas de siglos. Cambiar la mente de hombres y mujeres es una tarea que no digo que no se va a dar, pero que en esta etapa de nuestra vida, en esta actualidad que nos toca vivir, no va a suceder.
En Adistar siempre decimos que estamos trabajando para la posteridad. Nos sentimos muy contentos de poder rectificar nuestro DNI, de entender que todavía seguimos peleando con el ministro de Salud de la Nación para que reglamente los artículos para que los hospitales públicos se hagan cargo de nuestra salud integral. Entendemos que a nivel local tenemos que generar políticas públicas locales para que los gobiernos locales empiecen a ayudar en cosas que históricamente han sido negadas para nosotras.
Acá la mayoría de las chicas travestis viven en situaciones indignas. Nosotros no tenemos casas, vivimos prácticamente arrinconadas al costado de nuestros padres, no tenemos trabajo. No digo que todas nos prostituimos, pero la mayoría, en mayor o en menor medida, ejerció la prostitución y o el trabajo sexual.

—ELM: Porque son empujadas a eso…

—CS: Ninguna persona nace para prostituirse. Una persona se prostituye o ejerce el trabajo sexual por exclusión, no por elección, como dice nuestra queridísima matriarca travesti Lohana Berkins. La exclusión histórica que se ha dado en la Argentina sigue siendo una marca actual dentro del mundo trans. Y acá ya no importa si tenés un poder económico que te sostenga, la discriminación se vive en todos las esferas sociales posibles. Pero si a eso se le adjunta que sos de pueblos originarios, que vivís al costado de la ciudad de Tartagal que vivís cruzando la Ruta Nacional 34 y que además no tenés nadie que te defienda y no conocés nada de tus derechos, podés imaginar cómo se construye el cotidiano de cada una.

El de Casandra y sus compañeros y compañeras se construye también desde la comunicación como herramienta para cambiar esas realidades tan desfavorables y complejas. Obviamente, en eso y en tantas otras cosas, nos sentimos identificados en este dúplex que junto en la mañana de la RNMA señales radiofónicas e ideas transformadoras.

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