A dos años del referéndum, Loncopué logró la ordenanza que prohíbe la minería en la zona
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El referéndum de Loncopué ya es un hito en la historia antiminera |
(Por La Retaguardia) El 3 de junio de 2012, el pueblo de Loncopué convocó a un referéndum en el que votó el 72% del padrón, a pesar de las presiones del gobierno provincial del Movimiento Popular Neuquino. El 82.08% de los votantes aprobó la ordenanza que prohíbe la minería metalífera a cielo abierto en esa localidad; sin embargo, debieron pasar más de dos años para que el gobierno aceptara la voluntad popular y dejara de intentar declarar inconstitucional la consulta. La Retaguardia dialogó con Cristian Hendrickse, de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Loncopue, sobre estos años de lucha y los festejos tras la decisión gubernamental.
Alegría y sorpresa fueron las principales sensaciones en el pueblo de Loncopué tras conocer la noticia esperada: el gobierno neuquino había desistido en el intento por declararla inconstitucionalidad del referéndum convocado hace más de dos años, en el que la mayoría de los vecinos votaron a favor de la prohibición de la actividad minera en la zona.
Esa consulta popular fue saboteada desde un principio por las autoridades políticas. El Movimiento Popular Neuquino que durante 50 años llamó a la población a votar, esa vez pidió lo contrario. Lo hizo por mensaje de texto y teléfono fijo, además de cortar la luz de la localidad, dejándola desde el día anterior a la consulta totalmente incomunicada.
“El gobierno provincial saboteó el referéndum presionando a la gente para que no fuera a votar, para que votara en contra del proyecto de ordenanza presentado por iniciativa popular para prohibir la megaminería metalífera a cielo abierto en todo el ejido municipal; después del referéndum presentó una acción ante el Tribunal Superior de Justicia, el máximo órgano judicial de la provincia, pidiendo que decrete la inconstitucionalidad del referéndum, o sea para ellos era inconstitucional que la gente decidiera, algo un poco incoherente”, relató Cristian Hendrickse en diálogo con La Retaguardia.
Sin licencia social
El integrante de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Loncopué explicó que lo primero que hizo el gobierno fue pedir una medida cautelar para suspender la ordenanza: “se nos dio traslado del pedido a nosotros, lo contestamos, y el tribunal dijo que no había elementos como para suspender la ordenanza mientras se tramitara el juicio. Ese fue el primer quiebre que tuvo el gobierno porque pensó que presionando al tribunal iba a poder conseguir una noticia de impacto, de suspender preventivamente la ordenanza; al no lograrlo, el gobierno se debilitó bastante. Posteriormente las compañías mineras que habían tenido interés en la zona fueron desistiendo al ver que no había una licencia social, ya que es muy difícil instalar una industria donde -hablando en términos criollos- te van a cascotear el rancho, y la gente mayoritariamente ya dijo que no, y contra eso es muy difícil poder instalarse, por más intereses que haya”.
Finalmente, y en forma reciente, el gobierno desistió de su acción y el Tribunal Superior de Justicia ordenó archivar la causa: “con esto ya no quedan dudas de la validez del pronunciamiento popular que se hizo en Loncopué en referencia a la minería metalífera a cielo abierto”, aseveró Hendrickse, quien de todos modos remarcó lo sorpresivo de la decisión gubernamental: “el gobierno nos viene negando descanso desde el 2007, 2008 donde se había empezado a hacer exploración minera sin audiencia pública, una compañía canadiense que buscaba oro y que dejó contaminado parte del Arroyo Mulichincó, desde ese momento en que empezó a organizarse la población contra este tipo de proyectos hasta ahora no habíamos tenido descanso. Era siempre remando contra la corriente y consiguiendo resultados positivos con mucho esfuerzo, entonces nos dejó helados enterarnos que el gobierno había desistido de cuestionar el pronunciamiento popular que tuvo el pueblo de Loncopué, que más allá de que estuviera en contra o a favor de la minería era el pronunciamiento de la gente, al que se supone que un gobierno democrático debería respetar, pero el Movimiento Popular Neuquino que siempre le dice a la gente que vaya a votar durante 50 años ahora les decía que no fueran, una contradicción bastante grande entre un partido populista, caudillista y un movimiento democrático como fue la iniciativa popular y el posterior referéndum en Loncopue”.
Antes y después
Para el pueblo de Loncopué hubo antecedentes de lucha a seguir como las asambleas de Gualeguaychú en Entre Ríos, Andalgalá en Catamarca, Famatina en La Rioja, Esquel en Chubut. Ahora, esta consulta popular vinculante que la población le arrancó a su concejo deliberante, podría ser el puntapié para otras iniciativas similares: “tenemos conocimiento del caso de Chubut, que está impulsando por iniciativa popular una ley para toda la provincia, en esto tiene mucho que ver el movimiento No a la Mina de Esquel, están impulsando una ley por iniciativa popular para evitar que zonifiquen la provincia, que haya zonas de sacrificio en las que se puedan hacer estas técnicas tan dañinas para el ambiente”, expresó Hendrickse.
Además, se suma el caso reciente de Misiones, que durante la semana del 20 al 26 de octubre pasado realizaron una consulta popular, en este caso no vinculante, como lo fue la histórica efectuada por Esquel hace diez años, sobre la construcción de represas en esa provincia mesopotámica. Aunque no se trate de convocatorias oficiales, sin duda generan presión al poder político.
“Los referéndums son caminos –afirmó al respecto Hendrickse–, acá nos dio un resquicio la ley de municipios neuquina, que es de alrededor de 1956, y que tenía esta herramienta más parecida a Suiza que a Neuquén y nunca se había utilizado en la provincia, fue la primera vez. Rescatamos esta herramienta de esa ley y la pudimos aplicar. No hay que descartar que se propaguen este tipo de experiencias, de democracia semi-directa que están previstas en la Constitución Nacional. En Neuquén tenemos la iniciativa popular, el referéndum y la revocatoria de mandatos, son herramientas de democracia semi-directa que son muy útiles cuando la democracia representativa comienza a hacer agua frente a poderes que son muy grandes, como las corporaciones mineras, petroleras, represas, las compañías que están vinculadas a los transgénicos, que son monstruos transnacionales muy grandes donde la democracia representativa se torna muy débil, el representante sobre todo en un país con altos niveles de corrupción flaquea un poquito y se fija poco en los intereses que tiene que defender, que son los de aquellos que lo eligieron y no de las grandes compañías”.
Los vecinos de Loncopué tienen motivos para festejar, tras más dos años de obstáculos políticos, la ordenanza municipal votada en el referéndum y que prohíbe la minería metalífera a cielo abierta, entró en vigencia.