Eduardo Epszteyn: “Más que un abuso, la concesión del acarreo está en el límite de la legalidad”
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Eduardo Epsztein, auditor general de la CABA |
(Por La Retaguardia) La ciudad de Buenos Aires está gobernada por el PRO… qué novedad. Pero las empresas concesionarias parecen tener buena parte de ese poder transferido… qué novedad. El aumento del valor del acarreo por mal estacionamiento sirvió para repasar las ventajas de ser una empresa amiga. El programa radial Otras Voces Otras Propuestas, que se emite por Radio La Retaguardia conducido por Luis Angió junto a Ernestina Arias, dialogó con Eduardo Epszteyn, el auditor general de la ciudad.
—Otras voces… otras propuestas: ¿Podemos decir que es un abuso?
—Eduardo Epszteyn: Más que un abuso, se trata de una situación con una concesionaria (Dakota y BDR), que desde mi punto de vista están en el límite de la legalidad. Son concesiones que datan del año 90, y están vencidas desde 2001. Creo que no hay ningún caso igual en la Ciudad de Buenos Aires de una concesión que haya permanecido tanto tiempo, sin ningún tipo de licitación ni nada y mantenida en el tiempo a través de sucesivas actas acuerdos que el Gobierno está haciendo, sin que esté clara cuál es la autoridad de aplicación, si el Gobierno porteño, si es concesiones o es Tránsito.
Es una situación en la que no solamente se mantiene la vigencia de la concesión, sino que se modifican, además, las condiciones de la concesión y siempre se modifican a favor del concesionario. Por un lado, el aumento del valor del acarreo, que ahora es de $580 y que viene en aumento sucesivo desde hace mucho tiempo; por otro lado, existe un subsidio que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires le da a estas empresas, que durante este año ya percibieron una cifra superior a los 50 millones de pesos. Tienen la obligación de pagar un canon irrisorio de 55 mil pesos que casi nunca lo pagan porque siempre están reclamando que tienen quebranto en su ecuación económico-financiera. Estas circunstancias hacen que rozan los niveles de ilegalidad.
Cuando uno mira las actas acuerdo —yo he tenido la posibilidad de ver, el Gobierno no pone todo a disposición—, uno se encuentra con que en muchas de ellas no hay el debido control de legalidad que debe tener. La Ley 4888 establece que este servicio debió haber sido licitado, o debe ser licitado, y adjudicado antes de mediados de enero de este año y en caso contrario debe ser estatizado. Hasta acá no hay ningún acto administrativo tendiente o bien a adjudicar una licitación, o bien a estatizar. Con lo cual, las medidas que el Gobierno toma es, lejos de licitar o estatizar, mantener a estas empresas y mejorarle las ventajas, adjudicarles más cocheras. La playa de estacionamiento provisoria que está detrás de la Facultad de Derecho la construyó el Gobierno de la Ciudad y se la entregó al concesionario.
—OVOP: ¿La Facultad de Derecho le cede sin cargo una cantidad equis de cocheras para que ellos puedan hacer el acopio de los autos que llevan allí?
—EE: Siempre es sin cargo. Y no solo es sin cargo, sino que le da la posibilidad de alquilar cocheras en las playas actuales, incluso en Infractores. Además siempre dice que como compensación por las pérdidas que estas empresas aparentemente tienen, que no se entiende muy bien cuáles son, le da estas ventajas. Se está construyendo en el Centro Municipal de Exposiciones, una obra muy importante, al lado de la Facultad. Tiene prevista la construcción de novecientas cocheras para el público que asista y el Gobierno porteño ha modificado los pliegos dándole ciento cincuenta a estas empresas.
—OVOP: ¿Cómo se divide el norte y el sur en la Capital Federal?
—EE: Si se miran los fundamentos del aumento del acarreo y, en general, los fundamentos para darle continuidad a esos contratos, se platea la necesidad de desalentar el uso del automóvil y mejorar la circulación en la Ciudad de Buenos Aires. Ahora bien, tal como está la redacción con los concesionarios, estos están premiados cuantos más autos acarrean. Si el ingreso principal que tiene, aparte del subsidio, es el valor del acarreo, que se lo apropia absolutamente —los 580 pesos van para el concesionario—, lo que va a buscar es multiplicar esos 580 pesos por la mayor cantidad de autos posibles, con lo cual lo que va a tratar de hacer es el viaje más corto posible; cuanto más corto con relación a la plata de estacionamiento sea el viaje de la grúa, más alta será la cantidad de autos que trae para optimizar el uso de la grúa. En realidad, más que mejorar el tránsito vehicular en el conjunto de la Ciudad de Buenos Aires, lo mejoran seguramente en las cercanías de las playas de infractores. Se ven muchas grúas en Recoleta, por Corrientes (sobre todo la noche cuando hay cines), en Barrio Norte. A medida que uno se aleja de las playas de estacionamiento, prácticamente no hay grúas porque no le conviene al concesionario, no porque la Ciudad mejorar la circulación.
En un programa de televisión veía a un perjudicado que decía que había ido a dejar a un familiar, tardó dos minutos, y ya no estaba el auto. Él no decía cuál era el hospital, pero yo estoy seguro de que era el Sanatorio Anchorena, porque está cerca de Pueyrredón, donde se abre Ecuador; está muy cerca de la playa. Siempre están merodeando en esos alrededores donde saben que se van a producir estas situaciones. Son verdaderos cazabobos, pescan en la pecera.
—OVOP: El Gobierno de la Ciudad ha proyectado incluir más parquímetros en otros barrios, como Almagro, San Cristóbal, Boedo, Villa Crespo. ¿Dónde va a dejar una persona su auto si no tiene donde ponerlo y tiene que pagar por dejarlo en la puerta de su casa?
—EE: Seguramente los frentistas van a tener algún tipo de excepción, tendrán la posibilidad de tener alguna tarjeta identificadora. No me parece mal penalizar el estacionamiento en general. En las grandes urbes, el auto es el principal enemigo del espacio público; el espacio público por excelencia es la calle y cuantos más autos tenemos menos podemos gozar del espacio público. Cada vez es más difícil circular por las ciudades. No es solamente un problema de Buenos Aires, es un problema general de las grandes ciudades del mundo. Si uno pone en fila la cantidad de autos que se pusieron en el mercado, llegan hasta Ushuaia. Entonces, esa parte ya no me parece tan mal, siempre y cuando se les den los derechos a los frentistas y mientras los valores sean razonables. En principio, 4 pesos no me parece que sea una locura, comparado con lo que están cobrando los estacionamientos privados.
—OVOP: Planteó el caos de automóviles que hay en otras ciudades del mundo. Macri y sus funcionarios siempre dicen que quieren copiar lo que ven afuera. Pero en otras ciudades está planificado el estacionamiento. Personalmente, días pasados dejé el auto en un parquímetro…
—EE (interrumpiendo): No me cuente; no andaba la tiquetera…
—OVOP: No andaba la tiquetera; no había fichas. Donde supuestamente las venden dicen que no pasó el que las entrega; monedas no hay. Los nuevos parquímetros que van a poner, ¿van a ser como los de otras ciudades, en los que con tarjeta de crédito o de débito uno puede pagar?
—EE: Aparentemente están discutiendo eso, incluso alguna metodología vía teléfonos celulares, etc., como en el resto del mundo.
—OVOP: En La Plata también es así.
—EE: Hace poco hubo un congreso en Barcelona sobre lo que se llaman las smart cities, ciudades inteligentes. Se trata la incorporación de la tecnología a nuestra vía cotidiana, que, por cierto, debiera mejorar bastante la vida. Supongo que se va a implementar algo que tenga que ver con esto. Pero en la medida que no que sea solamente anuncios marketineros, porque yo que estuve corriendo ciudades como Curitiba, Medellín —ciudades que el propio macrismo plantea como modelo—, cuando uno compara lo que hicieron y lo compara con lo que se hace acá, se da cuenta de que acá (Metrobús, control del tránsito, etc.) es más que nada títulos de prensa, mediáticos, pero que en su desarrollo son muy diferentes.
—OVOP: Con respecto al Metrobús, en Madrid o Barcelona hay carriles exclusivos, pero no hubo que gastar tanta plata ni poner grandes paradas, y sin embargo el tránsito funciona igual y los ómnibus, con tránsito fluido.
—EE: Además el transporte debe estar integrado, y esa es una tarea pendiente con el área metropolitana. Mientras tanto, si el Gobierno de la Ciudad no se hace cargo de la regulación de aquellas líneas de colectivos que empiezan y terminan en la Ciudad, es muy difícil.
—OVOP: ¿La Auditoría General tiene alguna atribución como para ver cómo se corrige esto?
—EE: No. Este año estamos haciendo informes de auditorías tanto de la Dirección de Concesiones como de la Dirección de Tránsito que van a estar listos el año que viene. Lo que le estoy comentando no es tanto una tarea de la Auditoría desde el punto de vista institucional como un trabajo de investigación que hizo mi propio equipo, porque hace mucho tiempo que venimos siguiendo la cuestión del acarreo.