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Vuelos de la muerte: las cartas de Scilingo

Por LR oficial en CABA, Derechos Humanos

Los fiscales Mercedes Soiza Reilly y Guillermo Friele continúan con su alegato -que comenzó el 6 de julio- en el tercer tramo de la megacausa ESMA. En la audiencia del jueves 27 de agosto, arrancaron con el segmento referido a la perversa metodología de los «Vuelos de la muerte», cuyos crímenes se están juzgando por primera vez. Luego avanzaron sobre las responsabilidades de los acusados de haber participado en los vuelos. En diálogo con Oral y Público, que se emite por Radio La Retaguardia, Soiza Reilly dio detalles de cómo funcionó esta maquinaria. Víctor Basterra, sobreviviente de la ESMA, también aportó su testimonio. La fiscal destacó el rol esencial que tiene el testimonio de Basterra en la acusación que están haciendo: «su testimonio adquirió un protagonismo impresionante», calificó.
Aquí mostramos algunas de las cartas que el represor Adolfo Scilingo envió al juez español Baltasar Garzón, al entonces presidente Carlos Menem y al Jefe de Estado Mayor de la Armada, entre otras, admitiendo su participación en la comisión de delitos de lesa humanidad dentro de la ESMA.

Échale la culpa al mar

(Por La Retaguardia) “Se hacía en condiciones muy particulares, en días determinados de la semana; en la ESMA creo que era los miércoles y algún otro día de la semana, se tabicaba todo, se cerraba todo, se hacía un oscurecimiento prácticamente, y se trasladaba a los compañeros que habían sido elegidos para hacerlos desaparecer y con una metodología que fue aprobada por una parte de la jerarquía religiosa, porque decían ‘así no se crea la culpa’, porque quien realizaba la muerte era el mar… como los arrojaban vivos el mar los mataba… Como una vieja tradición del mar, cuando naufraga o se hunde un buque quien mata a los tripulantes es el mar, eso lo hacían para evitar la carga que ellos notaron que había en mucha gente, en muchos de los asesinos, torturadores y desaparecedores seriales, pero antes había tres tiros en la cabeza o un descuartizamiento. Es más perverso que lo otro, casi. Los vuelos no salían del predio, sí salían los vehículos que llevaban a las personas a la parte militar del Aeroparque que quedaba relativamente cerca de la ESMA”, relató Víctor Basterra respecto a sus recuerdos o referencias a los vuelos de la muerte mientras se encontraba secuestrado en la Escuela de Mecánica de la Armada.
Los secuestrados no conocieron la metodología de los vuelos en ese momento, sino después: “en mi caso particular lo supe posteriormente, por las declaraciones de (Adolfo) Scilingo, más versiones de compañeros que habían sido cargados y que después se daban cuenta de que no tenían que ser desaparecidos y los volvieron, entonces los compañeros llegaban a ver algo o a suponer, siempre muy atontados por el `pentonaval’”, expresó Basterra, en relación a la inyección que recibían para ser subidos al avión adormecidos.
Si bien no era desde el único lugar donde se hacían los vuelos, sí existe una vinculación directa entre la ESMA y esta metodología de extermino: “en Entre Ríos hay toda una historia con el delta entrerriano, un compañero escribió un libro sobre los vuelos de la muerte de la zona de Entre Ríos, Corrientes…”, agregó Basterra.

Un nombre que resuena en la sala

“El nombre de Basterra resuena en la sala de audiencias diariamente, casi diría que es el testimonio histórico fundamental que utilizamos para acusar y la verdad que el trabajo que hizo Víctor y lo que representa también es muy importante. Lo que tratamos de los vuelos de la muerte tuvo que ver con una ESMA que es el año ’79 donde Víctor adquirió casi un protagonismo impresionante por el tema de las fotografías, de los espacios, lo que pudo contar él, mucha información. Fue muy interesante el análisis que hicimos desde el Ministerio Público con el aporte de Víctor tanto testimonial como documental”, con este reconocimiento a Víctor Basterra inició la fiscal Mercedes Soiza Reilly su diálogo con Oral y Público.

Reconstruir los vuelos

En 1996 Scilingo le pidió a
Garzón que le tomara testimonio.

El alegato de la fiscalía comenzó el 6 de julio, y la audiencia del jueves 27 de agosto estuvo dedicada a la parte que se centra en los vuelos de la muerte. En relación a qué elementos se tomaron en cuenta para reconstruir esa maquinaria de muerte, Soiza Reilly explicó: “el aporte de los sobrevivientes de lo que ocurría dentro del campo de concentración, con lo cual desde ahí se partía de una base muy fuerte que era poder probar la sistemática del traslado como mecánica de muerte. El sobreviviente que dentro del campo escuchaba, veía la formación de la fila, y toda la mecánica y operatoria del personal del grupo de tareas, justamente para hacer formar las filas. Después aquellos indicios fuertes de tres testigos, si se quiere testigos y desaparecidos hoy, que son (Emilio) «Tincho» Assales Bonazzolla, Lidia Batista y otro muchacho que le va relatar la anécdota a Andrés Castillo, esta fue como la base que nosotros tomamos dentro del campo. Qué pasó en el interior de las aeronaves, militares que practicaron los vuelos de la muerte y el relato más firme lo va a dar Scilingo en los aportes que hace desde 1991 denunciando los hechos, pero además en indagatoria cuando declaró ante el juez Baltasar Garzón en España, y luego fue condenado. Pero además pruebas que tal vez no son tan conocidas pero que el Ministerio Público comenzó a compilar y a hacer una reconstrucción que son relatos de conscriptos, tal vez desconocidos, nombres que quizás nadie escuchó López, Pombo, Cozzi, relatos de suboficiales también que justamente dieron cuenta de esta modalidad”.
En este sentido, la fiscal especificó que lo primero que trabajaron en el alegato fue “el sistema de eliminación física a través de los vuelos de la muerte”, y concretamente cómo era la mecánica que se llevaba a cabo en la ESMA y por qué estos vuelos se vinculaban a la Escuela de Mecánica: “el otro punto fuerte del alegato fue probar la estructura y cómo la aviación naval se aggiornó con los planes militares de la época, y con sus estructuras militares para poder facilitar aeronaves al grupo de tareas. Nosotros nos hicimos una pregunta inicial, un disparador que era cómo el grupo de tareas solicitaba, cuál era la necesidad que se le planteaba al grupo de tareas y la solicitud de estas aeronaves que tenían capacidad de transporte y capacidad de lanzar carga en vuelo, es así como poco a poco fuimos formando estas estructuras que se escondieron detrás de los vuelos de la muerte. Estructuras que no aparecían dormidas para esta época, al contrario aparecían activas en ese momento”.

No hacerse cargo

Carta de Scilingo a
Menem.

Al ser consultada acerca de por qué los vuelos de la muerte son juzgados en el tercer tramo de esta Megacausa, Soiza Reilly señaló: “fue una demora bastante importante también de la justicia poder probar estas estructuras pero también tiene que ver con el silencio de las fuerzas armadas. Este fue un tramo del que las fuerzas armadas no se quisieron hacer cargo desde ningún aspecto. Muchas veces nosotros podemos ver en declaraciones de la justicia militar que algunos imputados han dicho ‘nosotros torturábamos, o nosotros interrogábamos’, ellos decían legalmente, pero cuando se les preguntaba sobre el sistema de eliminación física todos se lavaron las manos, nadie quería hacerse cargo de esto. Yo creo que la confesión pública de Scilingo, pero también la de otros militares que ya habían declarado, fue silenciada hasta por las propias fuerzas con posterioridad a la dictadura. Era una forma muy cruel de asesinar, personas vivas tiradas al mar… Nadie se quería hacer cargo de esta forma sádica de asesinato, a pesar de que todas las formas de asesinar fueron malas, esta fue de las más terribles, entonces yo creo que todo se silenció, las fuerzas armadas no entregaban documentos, no entregaban papeles, esto recién empezó a ocurrir cuando los decretos presidenciales comienzan a desclasificar documentos de las fuerzas, y ahí empezamos los operadores que estamos trabajando esta causa hace casi dos años y medio para poder reconstruir estas estructuras de la aviación naval”.
En este punto, Soiza Reilly retomó la referencia de Basterra a la aprobación que una parte de la jerarquía católica dio a la metodología de los vuelos de la muerte, como una bendición para alejar la culpa y responsabilizar al mar por matar a las personas que se arrojaban vivas desde los aviones: “esto fue producto del relato de los testigos, no pudimos probar nada a nivel documental pero sí a nivel del relato de los testigos y de este relato el primero en mencionarlo fue Scilingo cuando describió estas relaciones, estos vínculos que tuvo la Marina justamente con la Iglesia, como que era una forma si se quiere menos cruenta de asesinar, pero para nosotros es lo contrario, es más cruenta, pero no se pudo avanzar tanto en ese aspecto, por lo menos nosotros desde los documentos que tuvimos; sí lo sabemos por el relato justamente de los testigos. Creo que es del plano más inexplorado que hay hoy en todo este tema de las víctimas del Terrorismo de Estado”.

El relato de Scilingo

De Scilingo al jefe de
la Armada en el ’91,
admitiendo culpas.

Una de las primeras personas que habló públicamente de los vuelos de la muerte fue el marino Adolfo Scilingo: “en 1990-1991 cuando ve los indultos y toda la movida que había desde el Estado le pareció injusta. Él decía que en realidad los altos mandos debían responder sobre los crímenes cometidos; a partir de ahí Scilingo comienza a remitir misivas, cartas documentos, al entonces presidente (Carlos) Menem, al jefe del Estado Mayor de la Armada, a los militares, a todas las fuerzas que estaban en actividad para aquel entonces. Pero todas estas fuerzas silenciaron, estas denuncias no salieron a la luz. Con cada denuncia que hacía, Scilingo tenía acuse de recibo; en el año 1995 se encuentra con el periodista Horacio Verbitsky y ahí le relata vuelos concretos, con personas concretas, con nombres concretos, le comienza a dar un montón de datos que involucraban hasta cuestiones de él personales; con posterioridad declara ante el juez Baltasar Garzón con este mismo tenor, largas declaraciones donde cuenta, da detalles, mete aspectos personales en cada uno de los relatos hasta que en 2005 cuando ya está sometido en juzgamiento y está por recibir la condena en España se presenta nuevamente a declarar y niega todo. Qué lo llevó a hacer esto, él solo lo sabrá, creo que porque le pesaba una condena de casi 1000 años, porque él está condenado a 1084 años de prisión en España. Ahora está preso allí, creo que se le estaban por dar algunas salidas transitorias, de las cuales él se negó a salir según reportaban los medios de comunicación, no conozco el estado actual”, detalló la fiscal.
De todos modos, la representante del Ministerio Público en este juicio, junto a Guillermo Friele, aclaró que todo el material aportado en su momento por Scilingo se ha incorporado en esta causa: “todo forma parte del plexo probatorio. Cuando él dice que en realidad lo que había dicho no era tan así, Baltasar Garzón agarró cada uno de los testimonios y los confrontó con cada uno de los documentos y las denuncias que había presentado Scilingo, por lo que no le creyó ante su nueva declaración en la que negaba todo. Ahora puede decir cualquier cosa pero todo está escrito en los papeles y hay documentos que lo avalan, esto es lo que dice el Ministerio Público Fiscal, que no es algo aislado sino que hay documentos donde se asientan todas las denuncias que Scilingo presentaba cuando hablaba de sus sueños terroríficos por haber arrojado personas vivas al mar, esto está escrito, es indiscutible, son cartas que tienen acuse de recibo de cada una de las personas a las que él se las envío. Hasta le escribió una carta al padre de Dagmar Hagelin, le habló del Terrorismo de Estado, de la ESMA, de las acciones represivas. También le escribió una carta al hijo de Conrado Gómez sobre el auto que le habían robado y que fue visto  dentro de la ESMA. Todos estos son datos objetivos y forman parte del plexo probatorio”.
En las próximas jornadas de su alegato, la fiscalía colocará el foco cada uno de los 60 imputados que están siendo juzgado en las estructuras represivas, es decir se va a determinar la responsabilidades penales individuales. Después se alegará por los 800 hechos, se detallarán brevemente los tipos penales, y finalmente se hará el pedido de penas. Luego será el turno de los alegatos de las querellas y las defensas. Según afirmó Mercedes Soiza Reilly, esperan terminar el juicio, que comenzó en noviembre de 2012, a fines de este año.