Un militar obligado a mentir sobre los desaparecidos de La Tablada
Por LR oficial en Uncategorized
En la tercera audiencia del juicio por la Tablada dos militares avalaron la acusación de que Iván Ruiz y José Díaz fueron capturados con vida, torturados y desaparecidos. César Ariel Quiroga, quien se desempeñó conduciendo una ambulancia dentro del Cuartel, denunció que le hicieron firmar una declaración con hechos que él no vio. Esa testimonial falsa lleva la firma de Alberto Nisman, por entonces Secretario del juzgado de Morón.
En lo que representó un giro sorpresivo para la causa que tiene como acusado al ex general Alfredo Arrillaga, Quiroga desmintió la versión oficial acerca de lo sucedido en enero de 1989 durante la represión en la recuperación del cuartel de La Tablada, tras la toma por parte de militantes del MTP . «Siento que me descargué una mochila que hace 30 años llevo encima», dijo visiblemente emocionado. También declaró José Almada, otro militar que ya había denunciado las torturas y desapariciones en 2004.
Foto: De izquierda a derecha: Rodríguez Eggers, Mancini y de Korvez, los jueces del tribunal.
Era esperado el testimonio de José Almada, militar que participó del operativo represivo que recuperó el cuartel el 23 y 24 de enero, que ya había denunciado en 2004 violaciones a los derechos humanos por parte de sus compañeros del ejército. Sin embargo, el primer testigo de la jornada de hoy, César Quiroga, que ingresó varias veces a La Tablada a retirar heridos, sorprendió al denunciar que lo obligaron a firmar una declaración que nunca dio.
La declaración de Quiroga sorprendió a todos y todas en la sala, sobre todo al abogado defensor de Arrillaga, Hernán Silva, que lo habia llamado a declarar para sostener la versión del Ejército.
Ese relato que firmó y hoy desmintió es la versión oficial del ejército que sostiene que José Díaz e Iván Ruiz fueron capturados y subidos a la ambulancia que Quiroga manejaba y que fue él quien se los entregó a Esquivel, que luego apareció muerto. La coartada que sostuvo el militar Jorge Eduardo Varando hasta su muerte, fue que Ruiz y Díaz asesinaron a Esquivel y escaparon del regimiento. Quiroga comenzó su relato con una aparente normalidad hasta que dijo: «Esto que conté es lo que yo viví, porque el resto de las cosas que dice la declaración yo nunca las viví. Me engancharon ahí porque yo tuve movimientos dentro del cuartel. Ahí dice que yo me encontré con un tal Mayor Varando. No lo conocí. No transporté a ningún subversivo. Yo nunca tuve contacto con un subversivo», sorprendió Quiroga, que dejó la fuerza hace 3 años.
«Hay que hacerlo por la institución», dijo que le respondió oficial auditor Teniente González Roberts cuando Quiroga le aseveró que él no había declarado lo que veía escrito.
Se esperaba que Quiroga ratificara los dichos que figuran en el expediente como su declaración de agosto de 1990, tomada en el juzgado de Morón que dirigía Gerardo Larrambebere, con la secretaría en este caso de Alberto Nisman. Hoy, como testigo en la causa que investiga el asesinato de José Díaz, indicó que fue presionado para firmar una historia que nunca vio. «Me dieron dos hojas dijeron que era un trámite que tenía que hacer por si en algún momento alguien reclamaba algo», explicó y mostró las copias que le entregaron en aquel momento, que ahora son parte del expediente y serán sometidas a peritaje según anunció el presidente el TOF Nº4 de San Martín, Matías Alejandro Mancini. «Lo firmé por mi poca edad, porque hacía poco tiempo que estaba en la institución, por presión y por miedo», agregó Quiroga.
En la declaración que realizara ante Alberto Nisman este sargento de por entonces 24 años decía haber llevado a dos civiles heridos en su ambulancia (que respondían a las descripciones de José Díaz e Iván Ruíz, quienes hoy continúan desaparecidos) y se los había entregado al Suboficial Raúl Ricardo Esquivel, que murió aquel día en La Tablada. Así, la versión oficial intentaba cerrar los caminos para investigar qué pasó con 2 de los 4 integrantes del Movimiento Todos por la Patria que permanecen desaparecidos. Ruiz y Díaz aparecen en filmaciones y fotografías rindiéndose sin presentar resistencia.
«Si me hubieran tomado la declaración de lo que hice ése día no estaría acá, porque no serviría, no hice nada raro», contó Quiroga al cierre de su testimonio. Sin embargo, al declarar hoy la verdad dejó sin coartada al relato oficial que por tantos años intentaron sostener. Junto con la declaración posterior de José Alberto Almada, desarmaron la hipótesis de la ambulancia que llevaba a un callejón sin salida la investigación. Con el fin del pacto de silencio dentro de las fuerzas, comienza a crecer la esperanza de un fallo que ponga por fín justicia para algunos de los crímenes aberrantes qje cometieron las Fuerzas Armadas en La Tablada.
Al final de la jornada declaró José Almada, un ex sargento del ejército que denunció en 2004 a sus compañeros de la fuerza por las torturas y desapariciones de Ruiz y Díaz, a quienes vio cuando fueron capturados, y más tarde cuando fueron torturados. «Yo juré respetar la Declaración Universal de los derechos del hombre y me pareciá que todo esto no guardaba relación con nuestra tarea. Los trasladaron a otro lugar y los trajeron luego muy golpeados -dijo acerca de ambos-, los subieron a un Ford Falcon y los sacaron con rumbo desconocido.
Almada denunció que mientras esperaba para declarar ante el TOF4, dos mujeres familiares del militar Jorge Halperín, que declaró un rato antes que él, le preguntaron si era testigo. Cuando les respondió que sí, le dijeron: «¿sos de los zurdos? Usted es un arrepentido, ¿cuánto le pagaron estos hijos de puta?». El presidente del tribunal le pidió disculpas por los hechos vividos esta tarde, en la que sin dudas, la causa por los desaparecidos de La Tablada dio un vuelco tan inesperado como contundente. Para uno de los abogados querellantes, Ernesto Lombardi, aseguró que «Quiroga acaba de demoler la coartada, el tremendo encubrimiento que se armó para tapar la desaparición no solo del objeto procesal de este juicio, José Díaz, sino de los 4 desparecidos. Esta es una causa de Terrorismo de Estado. Tenemos sentado en este lugar de imputado que es responsable de las violaciones de derechos humanos que se dieron en La Tablada».