“Han legitimado la estafa de Macri y la están pagando con plata del pueblo argentino»
Por LR oficial en CABA, fmi, Nacionales, pobreza
Luego de lo que fue la sesión en la Cámara de Diputados del Congreso de la Nación en la que se aprobó el acuerdo del Gobierno Nacional con el Fondo Monetario Internacional, el historiador argentino Alejandro Olmos Gaona, dedicado al estudio de la deuda externa en la Argentina, analizó el contexto histórico respecto a la toma de deuda que viene realizando nuestro país hace años. Fue en el programa radial Sueños Posibles, de Radio La Retaguardia, donde Olmos, además, reflexionó sobre este nuevo acuerdo con el organismo internacional. (Por La Retaguardia)
🎤 Entrevista: Irene Antinori /Alfredo Grande
✍️ Redacción: Julián Bouvier
💻 Edición: Diego Adur
📷 Foto de portada: Indymedia
Alejandro Olmos Gaona es un historiador argentino, dedicado al estudio de la deuda externa. En el marco de este nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que surgió a partir del préstamo pedido por el ex presidente Mauricio Macri en el año 2018, las calles se colmaron de reclamos y la represión policial contra la gente se hizo presente, otra vez. Olmos Gaona habló sobre lo sucedido en el Congreso de la Nación: «Veo la lamentable sesión del otro día -donde a excepción de Cambiemos todos estaban en contra del Fondo, pero terminaron votando de acuerdo- y escucho argumentos que demuestran la ignorancia de los diputados en cuanto al derecho internacional, al orden jurídico, hablando de cosas que no saben, leyendo discursos donde todos tenían que decir algo, repitiéndose unos a otros. Me pareció decepcionante, aunque no esperaba otra cosa, porque uno a esta gente la escucha permanentemente. Pero suponía que ante este nuevo reingreso del Fondo, iba a haber algún otro tipo de planteo, pero no, todos se limitaron a lo mismo: que ‘si no acordamos, hay una catástrofe’. Que ‘el default puede causar consecuencias impredecibles’. Se habla en generalidades y se dice «va a pasar esto», pero no dicen qué va a pasar».
Olmos Gaona historizó sobre el último pago de nuestro país al Fondo Monetario y reflexionó sobre la problemática que implica seguir dependiendo del organismo internacional: «Me llama la atención la falta de memoria. Porque entramos en default en el 2001 y Nestor Kirchner decidió pagarle al fondo en el 2006, pero acordó en septiembre de 2003. Tuvimos dos años de problemas con el Fondo, y no pasó nada. Entonces, todos estos que pertenecen al «club de la deuda» -que son todos salvo alguna excepción de la izquierda-, siempre quieren hacer lo mismo. El criterio es: ‘si se puede pagar se paga, y sino se reestructura’. Ahora, si se han violado normas, si no se ha respetado el orden jurídico, eso parece que no le interesa a nadie, porque la deuda tiene la particularidad de que no la alcanza la juridicidad. Es decir, cualquier ciudadano puede ir a juicio si comete un delito, un país puede ser sometido en una Corte de la Haya si tiene un problema con otro, pero la deuda no, es algo intocable. Lo único que queda es pagar siempre. Y si no se puede pagar, se renegocia para seguir pagando. Esto es lo que pasó ahora. Nosotros con el Fondo tenemos una vieja historia, que siempre resultó perjudicial para la Argentina. Quizás el más perjudicial de los acuerdos ha sido el firmado en el año ’93, con el Plan Brady, porque en ese momento el Fondo Monetario junto al Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), exigieron que se vendieran las empresas públicas, que se privatizara el sistema jubilatorio, que se modificara la legislación laboral y una enorme cantidad de otros ajustes. Esta vez no lo pueden hacer. Primero, porque Argentina no está en condiciones de hacerlo. Pero, además, a través de este acuerdo se da la particularidad de que el gobierno le pague al Fondo de aquí a dos años y medio toda la deuda contraída por Macri. Esa descomunal estafa, el gobierno se la paga al Fondo con plata que le va a dar el Fondo. Estas cosas aparecen en las finanzas internacionales, porque si vos le debes al Banco Nación, vos no podes decirle: ‘prestenme así les pago’. Pero en estos casos, parece que eso funciona. Dentro de dos años y medio le pagamos al Fondo la deuda de Macri, con plata que nos dió el Fondo. Entonces, ahora el Frente de Todos le deberá al Fondo esa plata, 44 mil millones de dólares», dijo.
El historiador explicó cómo es el procedimiento del pago de la deuda que tiene la Argentina por delante y cuáles son las normas operativas de control que el Fondo puede ejercer sobre nuestro país: «Esa deuda la vamos a pagar en 10 años y, como no la vamos a poder pagar, vamos a volver a refinanciarla, y volveremos a lo mismo de siempre. A esto se suma que, cuando vos lees los detalles de los memorandos, se dice: ‘vamos a hacer esto en contacto con el Fondo. Vamos a hacer lo otro, de acuerdo con las técnicas del Fondo’. Es decir que el Fondo va a ejercer la tutoría económica de la Argentina durante los próximos 12 años y medio. Además, ya tenemos un funcionario instalado, el señor Ben Kelmanson, que es británico, representa al Fondo en el Banco Central y va a controlar día a día todo lo que pasa acá. Y cada tres meses, el Fondo hará una revisión de las cosas, donde dirá: ‘Bueno, Argentina cumplió, sigamos adelante’ o ‘la Argentina incumplió, vamos a ver cómo arreglamos’. Esta es la realidad de esa operatoria, donde parece que todos están de acuerdo porque ‘sino se viene el default con el Fondo’. Jamás se entra en default con el Fondo, porque eso el propio organismo lo caracteriza como una mora, no como un no pago. Por otro lado, cuando yo hablaba de la ignorancia de los legisladores es porque en la normativa compleja del Fondo (estatutos, convenios constitutivos, reglamentos y decisiones del Directorio durante años), ahí uno sabe que si un país no paga, el Fondo no puede demandarte, ni ejecutarte, ni embargarte. Lo único que les queda es esperar. Pueden esperar un año, dos o más. Porque eso lo dice en sus propias normas: ‘El Fondo sigue negociando’. Recién después de dos años y medio podría tomar una medida coercitiva, diciéndoles: ‘o pagan o los suspendemos y después los echamos’. Cosa que nos vendría bárbaro, ¿no? No puede pasar nada más que eso. Pero nos asustan de que ‘el dólar se va a disparar a mil pesos’, o que ‘no van a venir las inversiones’, o que otros bancos internacionales no pueden prestarte plata. Pero si esos bancos ya tienen operaciones contratadas con Argentina, para algún tipo de emprendimiento que sirva para repagarla, no pueden suspender esos créditos. Pero asustan a la gente. Es como ‘el hombre de la bolsa’, que de chico te decían: ‘si no haces esto, viene ese ser y no sabes lo que te va a hacer’. Y lo que yo pienso es que no hay que decir ‘no le pago al fondo’, y nada más. Hay hacer un montón de otras cosas. Porque acá hay una legislación permisiva, que deja hacer estos acuerdos y que le permitió a Macri hacerlos. Y está comprobado que el Fondo violó tres artículos de su convenio constitutivo: el Primer artículo, no pedir garantías a Macri ante semejante préstamo. El Quinto, no pedir explicaciones de por qué la plata no se había dirigido al objetivo por el cual se pidió el préstamo. Y el Sexto, que establece que, cuando el Fondo ve que la plata se está fugando, tiene que advertirle al gobierno, y si el gobierno no corta con la fuga, inhabilitarlo para seguir usando los recursos. Bueno, el Fondo no hizo nada de eso. Inclusive, cuando vino el primer tramo del crédito, de 15 mil millones, se fugaron simultáneamente 18. Entonces, el Fondo lo sabía, porque en sus cartas de intención establecen que el gobierno le informaba cada 24 horas lo que pasaba. A esto se suma que el Banco Central, en el 2020, habló e hizo un análisis demostrando que habían fugado 86 mil millones de dólares. Y hace unas semanas, en una evaluación del propio Fondo, reconocieron que la plata se había ido. Para el derecho internacional, estas acciones u omisiones de estos organismos, significan actos ilícitos, y obligan al organismo a hacerse cargo de ellos y a repararlos. Esto lo dice la Comisión de Derecho Internacional de las Naciones Unidas. Entonces, el Gobierno además de no acordar pagarle, tendría que haber ido al procedimiento que se establece para ir a pedir una opinión consultiva a la Corte Internacional de Justicia, para que la Corte se expida sobre si el Fondo violó el artículo Primero, Quinto y Sexto de su convenio constitutivo. La opinión de la Corte, si bien es consultiva, es de acatamiento obligatorio para el Fondo Monetario. Entonces, si por primera vez, el máximo Tribunal Internacional dice: ‘este organismo hizo esto, esto y esto’, eso ayudaría a que la deuda se renegociara de otra manera. Porque lamentablemente, la plata hay que pagarla porque el dinero vino al país, pedida por un gobierno que tenía elementos legales para contratarlo. Por eso digo que acá hay que modificar la legislación, hay que hacer muchas cosas. Pero si no se hace nada de eso y todos nos limitamos a pagar y refinanciar, seguiremos eternamente con el problema», profundizó.
En su historización, Olmos Gaona comentó que existen leyes que vienen desde la época de la última dictadura cívico-militar-eclesiástica, que hoy permiten que Argentina continúe en una dinámica de endeudamiento: «Hasta ahora, no se ha hecho nada jurídica y políticamente para impedir esta fuga de 96 mil millones de dólares ¿Cómo es posible que en el 2022 tengamos dos leyes fundamentales como la de Entidades Financieras y la de Inversiones Extranjeras, que llevan la firma de Martínez de Hoz y de Jorge Rafael Videla? Y que no solo no la cambió ningún gobierno constitucional, sino que fueron ratificadas por ambas Cámaras en el 2014. No es que están ahí y se olvidaron. No, las vieron, las analizaron y en el 2014 la ratificaron», contó.
Olmos Gaona explicó qué implica el término ‘fuga’ y contó cuáles son algunos de los mecanismos legales para investigar cómo y quiénes fugaron ese dinero prestado por el Fondo a Macri: «Se habla mucho de la fuga, pero la fuga no es ningún delito. Nadie me puede prohibir a mí que compre los dólares que quiera y me los lleve a un paraíso fiscal en Washington, Londres, París o donde sea. El problema de la fuga es lo que la Justicia no está haciendo. Porque hay una denuncia muy precaria y endeble que hizo el Gobierno a través de la oficina de anticorrupción y a través de la querella que presentó el procurador, donde la jueza que interviene, la doctora María Eugenia Capuchetti, obligó levantar el secreto financiero para que el Banco Central informe quiénes se llevaron la plata. Ahora, cuando el Banco Central informe, con eso no hacemos nada. Por eso, con algunos compañeros y compañeras, como Alicia Castro, Gabriel Mariotto, Amado Boudou, presentamos una denuncia penal que cayó en el Juzgado Criminal y Correccional Federal, del doctor Sebastián Casanello, a los efectos de que se levante el secreto fiscal, para que la Agencia Federal de Ingresos Públicos informe si esos que se llevaron la plata, tenían capacidad económica para comprar esos dólares, si habían cumplido con sus obligaciones fiscales, y de dónde era el origen del dinero que sirvió para comprar esas sumas que se llevaron. Ahí es distinto, porque no es la fuga, es ver si los que se llevaron 10 millones de dólares habían declarado 1 millón, y tendrán que acreditar de dónde sacaron los otros 9 y por qué no pagaron por esos 9. Pero acá todo se hace a medias, a los ponchazos, tratando de salir en los diarios a partir de una denuncia trucha, porque la denuncia del gobierno es absolutamente trucha. Yo la he analizado minuciosamente, todos los fundamentos, tanto del organismo anticorrupción, como de la Procuración ¿Cómo es posible que un gobierno no haga algo serio y se limite a hacer estas cosas?», se preguntó Alejandro.
Olmos explicó la diferencia entre refinanciar y reestructurar. «Refinanciar es cuando, a una deuda que tenés hoy le establecés nuevos plazos. Restructurar es un aparato más complejo, donde hay quitas, hay disminución de intereses, es como que se constituye una deuda distinta, aunque originaria en la anterior», comentó.
El historiador contó cómo el Poder Judicial convalidó golpes de Estado en el país y le otorgó impunidad a los autores de los planes económicos del endeudamiento masivo, comenzado en los ‘70 y elevado en los ‘90″En los ‘70, la Corte Suprema no es que legalizó el Golpe militar, estrictamente, pero se limitó a decir que ‘como no podía quedar acéfalo el Estado, las autoridades surgidas se encargaban de la parte de la administración del Estado’. Es como que cualquier Golpe puede ser convalidado, con tal de que sigan administrando la cosa pública. Todo esto, a través de decretos. Es increíble que después de haberse iniciado una política de Derechos Humanos distinta durante la gestión de los Kirchner, para intentar encarcelar a los que mataron, desaparecieron, robaron, etcétera, no se tocó a ninguno de los autores del Plan Económico, ni a ninguno de aquellos que participaron en todas las operaciones de endeudamiento, absolutamente truchas. Toda esa gente jamás pasó por los tribunales, han quedado impunes de toda la tragedia que hicieron. Porque la realidad es que todo lo que está pasando ahora, comienza en 1976 con el endeudamiento masivo, que fue aumentado por otros gobiernos y que fue elevado exponencialmente durante la década de los ’90 y siguió hasta el día de hoy. Nadie lo enfrentó decididamente. Hay mucho palabrerío, de la soberanía y todo eso, pero la verdad es que siempre nos sometemos, negociamos», dijo. Y continuó: «Siempre con grandes frases como el otro día en el Congreso: ‘esta es una sesión histórica’, y la verdad que para lo que se discutió, no valió la pena. Han legitimado la estafa de Macri y la están pagando con plata del pueblo argentino. Pero además hay otro detalle, el Fondo nos va a prestar plata también para aumentar las reservas internacionales, es decir, nos prestan aproximadamente 6 mil millones de dólares; Reservas que están aumentadas con deuda, que es lo que siempre se hace. El Ministro de Economía, Martín Guzmán, dijo hace unas semanas que no acordar con el Fondo era ir hacia lo desconocido. Él eligió lo conocido. Lo conocido es una institución que nos dañó siempre», recordó el historiador.
OImos Gaona comentó sobre quiénes recae el peso de las crisis económicas que devienen de la dependencia de organismos como el Fondo Monetario Internacional: «La persona que tiene mucho dinero vive bien con inflación, sin inflación, con déficit, sin déficit, porque la crisis siempre cae sobre el sector asalariado, sobre los que no tienen, sobre la gente empobrecida que cada vez es más. Esos son los que van a sufrir las consecuencias. Porque el ministro Guzmán que negoció, el presidente que autorizó, y el Congreso que legitimó, tienen asegurada su subsistencia. Cuando se van de un cargo, pasan a otro, porque nunca dejan la política. Se sirven de la política, pero no sirven a la política. No hablo en contra de la política, hablo contra esta clase política que es lamentable, que se dedica siempre a que zafen los privilegiados de siempre», concluyó.