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Cromañón: justicia para construir una memoria histórica

Escrito por el junio 21, 2022


Sobrevivientes y familiares de pibes y pibas fallecidas en la Masacre de Cromañón exigen que el boliche sea expropiado para convertirlo en un espacio de memoria. El lugar volvió a manos de Rafael Levy, quien lo reacondicionó y tiró las pertenencias de las víctimas, que las familias esperaban retirar en algún momento. Belkyss Contino, sobreviviente e integrante del Movimiento Cromañón, pasó por el programa radial Estás muteadx y habló acerca de la lucha que llevan adelante en búsqueda de la expropiación. 

Entrevista: Pedro Ramírez Otero/Julián Bouvier/Catalina Goldszmidt
Redacción: Nicolás Rosales
Edición: Pedro Ramírez Otero
Foto de portada: Archivo Bárbara Barros/La Retaguardia 

“En este espacio Movimiento Cromañón, que viene desde hace muchísimos años, tuvimos que tomar una decisión de empezar a accionar en un sentido que nos obligó la realidad. Justamente cuando se levanta la judicialización del inmueble que es propiedad de Rafael Levy, en realidad de la empresa off shore Nueva Zarelux S.A. que está radicada en Uruguay”, comenzó a contar Belkyss Contino, sobreviviente de la masacre en el boliche República de Cromañón, del barrio porteño de Once, el 30 de diciembre de 2004. El incendio que se produjo durante el recital de Callejeros dejó 194 personas fallecidas. 

“Levy fue condenado a cuatro años y medio de prisión por la Masacre. El destino del inmueble quedó en sus manos. Nosotros y nosotras consideramos que Cromañón tiene que ser un espacio de memoria donde recordar a los pibes. Así fue que presentamos un proyecto de expropiación del inmueble para su posterior construcción de un espacio como el que queremos”, agregó. 

Registros históricos

La sobreviviente también dio una serie de razones de porqué el lugar debe ser protegido: “Desde el 30 de diciembre de 2004 habían quedado ahí adentro hasta el 2018 todas las pertenencias de los pibes, de las y los sobrevivientes. Seguro una zapatilla mía estaba ahí adentro. Banderas de amigues, documentos, celulares, pertenencias en general, hasta una bicicleta. No solo todo esto, sino también registros históricos de lo que fue esa noche, como pueden ser las manchas de las manos en las paredes. Como la expresión de huellas de memoria de quienes estábamos tratando de salir del lugar aquella noche. Todo eso fue desechado. Porque además reclamamos la patrimonialización y conservación del lugar protegiendo la estructura del inmueble. Esto es porque el día de mañana Levy puede ingresar y hacer modificaciones”. 

Espacio de memoria

Hace algunas semanas, familiares y sobrevivientes estuvieron presentes en una sesión de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados y Diputadas. “Lo que planteamos es que existen muchos espacios para la memoria de la última dictadura militar u otros como el Espacio de Memoria Luciano Arruga, incluso algunos otros espacios tienen su visita guiada. Pero nosotros, ¿qué visita vamos a guiar? Estaría bueno que los y las pibes que están en edad escolar puedan conocer el lugar y que todo no dependa del relato de los sobrevivientes. Que la memoria tenga asidero en la estructura de un lugar al que se pueda ir. A 18 años de lo sucedido con más razón ya podemos armar una memoria histórica, desde un lugar mucho más reflexivo”, dijo.

Masacre como algo político

“Lo de decir que fue una masacre es una postura colectiva de todas las organizaciones de Cromañón. Creemos que la idea de tragedia en realidad tiene que ver con lo azaroso, o se asocia a lo natural y a cuestiones fortuitas. Lo que pasó en realidad en Cromañón tuvo responsables concretos. Fue una situación evitable con una cadena de responsabilidades, principalmente porque estuvo implicado el Estado en este hecho que mató a 194 personas y dejó un saldo de al menos 4.500 sobrevivientes”, afirmó.

Contino relató más dificultades que se presentan en esta lucha:Estamos en el cuarto año del proceso, ni bien sucedió lo del 2018 (la entrega del boliche a Rafael Levy) fue que nos juntamos, nos sentamos y armamos un proyecto para el espacio de la memoria en la Legislatura porteña cuando abrió la sesión del 2019. El proyecto fue primero a la Comisión de Planeamiento Urbano. Nosotros entendíamos que era de derechos humanos. Y posteriormente como supimos que había dificultades para su tratamiento presentamos el proyecto de patrimonialización como instancia previa para proteger la memoria”. 

En 2020, en plena cuarentena por Covid-19, ambos proyectos perdieron estado parlamentario porque no había instancias públicas. “Presentábamos escritos sobre escritos, armando documentos sin tener la posibilidad de tocarle la puerta a un legislador o legisladora. Teníamos un reconocimiento, pero no teníamos la mayoría. Los bloques de la oposición siempre nos recibieron, pero de parte del oficialismo claramente hay un objetivo de no tratarlo. Esto se relaciona con la Ley de Reparación Integral que cada tres años se vence, y que lo único que reconoce es la reparación económica. No hay asistencia en salud, educación o trabajo. Todavía esperamos su reglamentación que depende de la voluntad del Ejecutivo, y es bastante tedioso tener que estar siempre reclamando algo que es tu derecho, es muy revictimizante”, contó. 

“Soñamos y deseamos cómo y qué nos gustaría para el lugar de la memoria, que debería ser algo consensuado por todas las organizaciones del Movimiento Cromañón”, finalizó. 


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