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Seis condenados y un absuelto por el ataque a una plenaria del PRT-ERP en La Pastoril

Escrito por el octubre 13, 2022


Los hechos ocurrieron el 29 de marzo de 1976, cinco días después del golpe en una quinta de Moreno. Cuatro militares recibieron perpetuas. Dos policías, 19 y 20 años. Ninguno de los condenados tenía penas previas. Están en domiciliaria, pero deberán ir a cárcel común y perderán sus pensiones militares.

Redacción: Paulo Giacobbe
Edición: Fernando Tebele
Cobertura en juicio: María Eugenia Otero / Valentina Maccarone / Camila Cataneo / Fernando Tebele

El Tribunal Oral Federal N° 5 de San Martín, compuesto por Matías Alejandro Mancini, Esteban Rodríguez Eggers y María Claudia Morgese Martín, condenó por crímenes de lesa humanidad a la pena de prisión perpetua a cuatro exmilitares del Ejército Argentino: Juan Carlos Jöcker, quien fuera capitán y segundo jefe de la Compañía de Ingenieros 10 de Pablo Podestá; Juan Manuel Giraud, Cabo primero y jefe del Grupo de Tiradores de la Primera Sección de Contrasubversión, de la misma Compañía; Eduardo Sakamoto, Capitán y segundo jefe de la Compañía de Ingenieros de Agua 601 con asiento en Campo de Mayo; y Héctor Alberto Raffo, Teniente primero y jefe de la Sección Comando y Servicios, de la misma Compañía.
Para quienes fueron policías en la Comisaría 1° de Moreno, las penas fueron diferentes: Julio Alejandro Pérez, Cabo primero, recibió 19 años de prisión; y Juan José Ruíz, Suboficial mayor, 20 años de prisión.Carlos Alberto Guardiola, Cabo primero y jefe del Grupo Segunda Sección de Combate, integrante de la Compañía de Ingenieros 10 de Pablo Podestá, resultó absuelto. La fiscalía no había pedido pena para él.
Los condenados deberán cumplir la pena en cárcel común, previa revisión médica que constate si su estado de salud es apto para ser alojados en dependencias del Servicio Penitenciario. También perderán sus pensiones.

Los hechos

A diferencia de otros juicios por crímenes de Lesa humanidad los hechos aquí juzgados no ocurrieron en un Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio. El 29 de marzo de 1976, a pocos días de consumado el golpe de estado, fuerzas conjuntas realizaron un operativo ilegal sobre la quinta La Pastoril, en Moreno, Provincia de Buenos Aires. En el lugar se realizaba una reunión ampliada del PRT-ERP, donde incluso participaban militantes de organizaciones revolucionarias de países limítrofes. “Mientras estaban descansando aparecieron las fuerzas conjuntas, entraron sin pedir permiso, a los tiros, sin ninguna orden de nada y con la intención claramente no de dejar a nadie vivo, sino de arrasar”, dijo a La Retaguardia Viviana Losada, integrante de la Comisión Vesubio Puente 12 y de Familiares de Lanús, parte querellante en el Juicio.

Los militantes del PRT-ERP tenían planificado un operativo de seguridad en caso de ser atacados que se puso en marcha inmediatamente. Así fue que muchos compañeros y compañeras pudieron salir con vida de la quinta. Pero “quedaron algunos en la quinta y otros que también pudieron salir fueron interceptados por las fuerzas conjuntas y fusilados. Esta acción de las Fuerzas Conjuntas tiene un resultado de 4 compañeros y compañeras muertos en la quinta, 3 en el camino y 4 capturados vivos, que después son llevados a Puente 12. Y uno más que fue llevado presumiblemente a Villa Martelli, después de mucho tiempo recupera su libertad”, explicó Losada. En el ataque a la quinta La Pastoril se pudo ver en funcionamiento toda la maquinaria del plan sistemático de exterminio.


Eduardo Garbarino Pico, era apenas un niño y fue privado de su libertad al ser cazado junto a otros militantes que intentaron salir con vida de la quinta. Dos vecinos que se quedaron mirando lo que ocurría, fueron detenidos y trasladados a la comisaría de Moreno, donde fueron torturados. La magnitud del ataque y la organización de las fuerzas represivas implica que tuvieron que realizar tareas de inteligencia previas al golpe de estado.

Últimas palabras

Antes de escuchado el veredicto, los en ese momento imputados, tuvieron la oportunidad de decir sus últimas palabras. Solo dos hablaron.
Guardiola agradeció a sus abogados y se declaró inocente. Relató su instrucción en el Ejército Argentino, donde “enseñó valores” a muchas camadas. En la escuela de suboficiales pasó por muchos puestos, tanto es así que 1996 recibió a “las primeras aspirantes femeninas del Ejército del Arma de Ingenieros”. Se retiró en 2002. Describió sus objetivos personales y espirituales, formar una familia y tener una casa propia. Cuando lo detuvieron por este juicio “se descompensó” y dijo que le dolió lo esposaran delante del hijo. Guardiola, como se dijo, fue absuelto.


Llegado su turno, Juan Manuel Giraud optó por hablar. Dijo que al momento de los hechos tenía uno de los últimos rangos del Ejército Argentino y cuidaba a sus soldados. Aceptó haber estado en el procedimiento ilegal “pero nunca entendimos lo que había pasado”. Aseguró solo haber realizado un rastrillaje. Se enteró de los hechos al momento de su detención. Negó la existencia de un Pacto de Silencio o Plan Sistemático. Su ascenso después del procedimiento se lo atribuyó al simple paso del tiempo. “Hoy me siento destrozado, viviendo día a día con mi familia, esta injusta privación de la libertad”, agregó. Se declaró inocente y le pidió a Dios ilumine al Tribunal. “Amen”, fue lo último que dijo.


Merecen en este punto una mención especial las palabras del abogado de genocidas, Guillermo Fanego, que en etapa de alegatos recordó a nuestro medio, por lo menos, en dos oportunidades. En una de ellas cambiando nuestro nombre, La Retaguardia, por La Resistencia. ¿Estaría acaso pensando en el legítimo derecho a la resistencia que tienen los pueblos frente a los gobiernos ilegítimos?


El juicio fue transmitido en su totalidad por nuestro canal de Youtube y los fundamentos se conocerán el 30 de noviembre.


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