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Asbesto en el subte porteño: ¿qué está pasando debajo de la Ciudad?

Por LR oficial en CABA, Medio Ambiente

Los paros rotativos en reclamo por mejores condiciones de trabajo y reducción de la jornada laboral son la forma de hacerse escuchar de los trabajadores y las trabajadoras del subte porteño. La presencia del asbesto no es un supuesto: es una realidad que apareja enfermedades que llevan hasta la muerte. Así lo denunció Roberto Pianelli, secretario general de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subterráneo y Premetro (AGTSyP), en su paso por el programa radial Tengo una Idea.

Entrevista: Carlos Morchio/Nicolás Rosales
Redacción: Nicolás Rosales
Edición: Valentina Maccarone/Pedro Ramírez Otero
Foto: Revista Hamartia

Ya son 21 paros rotativos en lo que va del año. Para la Ciudad de Buenos Aires, con las tareas de limpieza de asbestol en las formaciones de subte, se reducen los riesgos para las personas que viajan y para los trabajadores y trabajadoras. Sin embargo, para el gremio es clave reducir la jornada laboral.

Roberto Pianelli, secretario general de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subterráneo y Premetro de (AGTSyP) explicó qué es el asbesto y cómo está presente en el subte de Buenos Aires. “El asbesto o amianto es una fibra mineral que fue utilizada masivamente en el mundo, porque era muy barata, era ignífuga y tenía unas propiedades aislantes de calor y de frío, y eso sirvió para que sea utilizado en ropas, techos, y en todo tipo de materiales aislantes. Ya a mitad del siglo pasado se comenzó a detectar que esa fibra es muy pequeña e imperceptible a la vista, solo se detecta cuando se está en presencia ante miles, o millones de todas estas fibras juntas que forman como una especie de algodón. Y esta, cuando se despeluza, se suelta, se puede inhalar y alojarse en órganos internos del cuerpo, siendo el más común de todos la pleura o los pulmones, pero también en la laringe o en el peritoneo cuando uno la traga. Esto desarrolló un cáncer específico que solo se da por el contacto con esta fibra más conocido como mesotelioma. También se desarrollan otros cánceres como de peritoneo, de faringe y de pulmón”, explicó Pianelli. También indicó que, cuando se descubrió esto, la industria del asbesto no quiso que se prohíba como pasó con el tabaco y como tantas otras industrias, hasta que se supo que la utilización de esta fibra era muy nociva. Finalmente, en 1979, algunos países, como Francia, comenzaron a prohibirlo y en 2000, lo hizo toda la Unión Europea y parte de occidente..

Inicios del asbesto en CABA

“Hace cinco años nos enteramos que el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires había comprado trenes españoles de forma ilegal contaminados con asbesto que funcionan en la línea B de subte. Los compañeros de Metro de España nos avisaron, porque nosotros desconocíamos todo esto. Nos pareció raro que después los quisieron retirar y empezamos a reclamar que  se los lleven para poder analizarlos. Fue así que por nuestra cuenta tuvimos que buscar laboratorios, como en la Universidad del Sur, para que hagan análisis de piezas del asbesto y efectivamente era así. Fuimos al subte y sin pedir permiso tuvimos que sacar muestras de manera escondida y las mandamos al laboratorio. Cuando empezamos a investigar no dio una cosa peor: es que los demás trenes que estaban en funcionamiento en todo el subte, todos ellos,  estaban contaminados. Ahí, empezamos a descubrir este mundo de tragedia”, continuó detallando el secretario general de AGTSyP. Al mismo tiempo, el gremio se  enteró que quienes se exponen al asbesto tienen que hacerse exámenes periódicos de salud cada dos años y comenzaron a exigirle a la empresa que los garantice. A partir de una serie de reclamos, lograron que se les realicen estudios al 50% de los trabajadores y trabajadoras, y continúan exigiendo que se les realicen a las jubiladas y jubilados.

Consecuencias de los reclamos gremiales

Además, Pianelli describió las graves consecuencias de este tipo de contaminación: “A partir de acá, empezó la situación más dramática, porque sobre 2.400 trabajadores, a tres años, tenemos a 87 afectados con el amianto, 7 trabajadores con cáncer y 3 fallecidos. Estos números están reconocidos por el Gobierno de la Ciudad, la empresa Enmova, la ART, porque estos datos no son del sindicato solamente, son datos oficiales. Lo que hay que saber también es que el período de latencia, para que aparezcan las enfermedades es entre 10 y 20 años, esto quiere decir que estas cifras sí o sí van a subir”.

El planteo de los trabajadores y trabajadoras del subte sobre la reducción horaria de la jornada laboraltiene que ver directamente con estar expuestos una menor cantidad de tiempo a la contaminación que produce el asbesto.

Por último, denunció:  “La empresa y el Gobierno de la Ciudad cerraron la comunicación y empezaron a tener una actitud hostil, porque les descuentan a los trabajadores los días de paro, los sancionan, y a los afectados los quieren obligar a volver a trabajar al mismo lugar que los enfermó. La misma hostilidad corre para los medios de comunicación masiva que han tomado este tema, que en realidad es no reflejándolo, o no dejando que se hable de este tema”.