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La Casita de la Selva cumplió 30 años

Por LR oficial en Arte y Cultura, CABA

Héctor Alvarellos, integrante del centro cultural del barrio porteño de Parque Avellaneda, habló acerca del aniversario del espacio. En diálogo con el programa radial Estás Muteadx, repasó el camino que recorrieron desde la creación de la Casita y puso el foco en las luchas barriales para sostener otros espacios culturales. 

Entrevista: Pedro Ramírez Otero / Julián Bouvier
Redacción: Nicolás Rosales
Edición: Valentina Maccarone / Pedro Ramírez Otero 
Foto: La Casita de la Selva

“La Casita de la Selva tiene una historia de 30 años, que no es poco. Con la Runfla (grupo de teatro comunitario callejero) empezamos a habitar lo que es hoy el espacio de la Selva, allá por el 91, y en el 93 la abrimos como parte de un proyecto que teníamos de insertarnos en la comunidad con una casa artística, cultural y recreativa”, contó Héctor Alvarellos, uno de los fundadores del centro cultural. 

El espacio tiene actualmente un convenio con el Gobierno de la Ciudad, que “aporta el salario de algunos docentes y el resto lo asumimos nosotros con las dificultades económicas del país y tratamos de sobrevivir”.. Alvarellos dijo que le dan “vida al barrio” y que cuando se instalaron en Parque Avellaneda tenían “la pretensión de hacer arte callejero y  ver qué pasaba en esta parte de Buenos Aires”.

El referente de la Casita contó cómo comenzaron: “Lo primero que tuvimos fue un taller de macramé, que yo no sabía lo que era, y eso fue creciendo y después se transformó en ‘Artesanos Muestran y Demuestran’, y pasaron al Parque Avellaneda. Después, empezamos a agregar talleres, y nuestras versiones de teatro para niños con ‘La Casita’, con animaciones, y así fuimos creciendo. También, nos instalamos en el parque y fuimos parte de la mesa de consenso, de la ley y de ese gran proyecto cultural para todo el parque”.

Héctor Alvarellos mencionó otras luchas barriales de las que también fueron parte: “La peleamos contra la construcción el Metrobus (de Juan Bautista Alberdi y Directorio) y, hace muchos años, contra un neuropsiquiátrico que el Gobierno de la Ciudad quería poner cerca del barrio Alvear. Estuvimos en la apertura del Olimpo (Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio) como centro de memoria que lo peleamos junto a los vecinos. Hace poco hicimos un recorrido de la memoria en el barrio y en el Parque Avellaneda. Todos los lugares donde se reunían los vecinos durante la dictadura están indicados con un código QR para mantener la memoria. Además, trabajamos en la escuela de teatro del Tambo dentro del parque , con la escuela (Che Guevara) y nos sumamos a las luchas del Corralón de Floresta”.

Por otro lado, hizo referencia a cómo subsisten los espacios culturales: “Los espacios fueron ganados por la gente que los realiza, más allá de los subsidios que son  lo único que funciona como incentivo. Hubo un periódo en que se empezaron a quitar talleres, pero se peleó, y hoy se sostienen para mantener el caudal de la programación cultural con un gran esfuerzo. Nosotros tenemos la sala Carlos Trigo, y también salimos a la calle con el apoyo de la gente y la felicidad de quienes participan. Creo que no podemos sentarnos a esperar a que la situación mejore o empeore si tenemos en claro dónde vamos. No queda otra que disfrutar del encuentro y colectivizar las actividades”.

El festejo por los 30 años de la Casita de la Selva  se realizó durante la tarde del  el domingo 24 de septiembre en el espacio. Hubo una kermesse que contó con juegos en la calle para chicos y chicas, talleres de danza, canto y show de magia. Finalmente, tocaron compañeros y compañeras del centro cultural que se sumaron a celebrar la trayectoria de compromiso social y artístico de la Casita.